
20-Un San Valentín desafortunado
Aquel día, un diez de febrero, Raguel y Lilith, estaban sentadas en la sala de la casa de Shawn; este último les sirvió un poco de café y les explicó la situación.
—Las llamé aquí por que ustedes son mis mejores amigas y necesito un consejo suyo —dijo algo sonrojado—. Dentro de cuatro días será San Valentín y quiero hacer algo sumamente especial para Sara ¿ustedes qué dicen?
—Que debes conseguir más amigas humanas —respondió Lilith poco interesada en ayudar.
—Lilith, por favor, se amable —dijo Raguel, regañando a su hermana menor—. Sara es una chica bastante especial, apreciará bastante que seas todo un caballero con ella, dale un buen regalo, dile lo que sientes por ella...
—¡Basura! —exclamó Lilith, interrumpiendo—. Escucha Shawn, si quieres hacer algo especial por tu novia ve a lo grande; vayan a ver una película y después vayan a un buen lugar a cenar. No puede haber un San Valentín mejor que ese.
—Ir a lo grande... ser un caballero ¡Entiendo! —exclamó Shawn, bastante feliz—. Gracias chicas, cuéntenme más.
Lilith y Raguel se fueron de la casa de Shawn después de un par consejos útiles a su amigo, fue así que Shawn empezó a planificar todas las cosas que harían el catorce de febrero, aprovechando las vacaciones de carnaval. En su cuarto verificaba que todo fuera perfecto, revisaba sus apuntes una y otra vez, hasta que algo cambiaría sus planes. Un extraño gato callejero entró por su ventana y empezó a correr por toda la casa, Shawn lo persiguió ya que estaba destrozando toda su casa, agarró un escoba y lo siguió hasta la cocina. El gato corría por todos lados, tumbando varias tazas de sus abuelos; Shawn al golpear con la escoba un estante de vidrio, varios cristales se clavan en el gato, matándolo en el acto. Shawn se sentía algo mal por el gato, no buscaba matarlo, pero ya no podía hacer más por él; le quitó los cristales del cuerpo y lo enterró en su patio con una pequeña cruz que hizo con unas ramitas.
Llegó el día de la cita, Lilith y Raguel se encontraban por encima de unos pequeños edificios, observando atentamente la calle, esperando a alguien en especifico.
—No entiendo por qué estamos aquí —decía Raguel, algo aburrida.
—¿No te da curiosidad cómo irá la cita de Shawn y Sara? —pregunto Lilith, con una sonrisa pícara—. Quiero ver como va la cita, no quiero que Shawn lo arruine y entonces ellos dos no puedan revolcarse.
—Tus comentarios pervertidos sobran, Lilith —dijo Raguel, sonrojada.
Shawn finalmente apareció por donde estaban ellas dos, estaba vestido de una manera elegante, pero a la vez casual, quería dar una buena impresión a Sara. Lamentablemente, algo se interpondría entre ellos dos.
—¡Rayos! ¿¡Cómo es que nadie en la casa se dio cuenta de que todos los relojes estaban atrasados una hora?! —se preguntaba así mismo Shawn bastante apurado—. ¡No puedo llegar tarde, no puedo llegar tarde!
Mientras corría para tratar de llegar a tiempo, ocurrió un pequeño accidente, un cartel se puso en medio de su camino y Shawn chocó contra el, dándose un duro golpe.
—¡¿De dónde salió ese cartel?! —Shawn se levanto rápidamente pese al dolor y siguió corriendo.
Desde los techos, Lilith y Raguel observaron todo.
—Vaya. Espero que Shawn no se haya lastimando tan gravemente —dijo Raguel preocupada, hasta que nota la extraña expresión de Lilith—. ¿Sucede algo Lilith?
Lilith se encontraba con una mirada seria, como si analizara todo lo que había pasado, Raguel tuvo que volver a preguntarle ya que la primera vez no le hizo caso.
—Por ahora nada, pensé que había visto algo —dijo manteniendo su expresión seria—. Vamos, hay que seguirlo.
Las dos hermanas desplegaron sus alas para seguir a Shawn desde el aire. Este último finalmente llega a donde debía encontrarse con Sara.
—Lamento... llegar tarde, debes estar molesta —dijo Shawn bastante agotado y esperando un regaño.
—No seas tonto, no estoy molesta. Te ves bastante guapo, Shawn —corrigió Sara, con su tierna sonrisa.
Cuando Shawn levantó la mirada, se fijó en lo bella que se veía Sara con su vestido. Tenía una falda de color morado, que hacía juego con su chaqueta de cuero y su lápiz labial también era de color morado oscuro.
—¡Te ves bellísima Sara! —exclamó Shawn, asombrado y sonrojado—. Bueno... vamos, la película empezara en una hora.
Los dos enamorados se fueron tomados de las manos, Shawn estaba nervioso, no quería arruinar su cita que había planeado hasta la perfección, pero esa noche aprendería que a veces las cosas no siempre salen como uno las planea. Mientras caminaban una fuerza misteriosa volvió a atacar, haciendo que Sara se resbale con una cáscara de banana, Shawn mostrando sus reflejos forjados a base de entrenamiento, logró amortiguar su caída, haciendo que Sara caiga encima de él.
—¿Cuántas veces esto va a pasar esta noche? —musitó, preocupado que la cita siga saliendo mal.
—¿Sabes? Siempre pensé que seria algo cliché resbalarse con una cáscara de banana —comentó Sara, con humor.
El comentario de Sara parecía haber animado un poco más a Shawn, los dos se levantaron como si nada hubiera pasado, pero desde los tejados, Lilith notó que algo extrañando estaba acechando a sus amigos.
—¿Lo viste? Dime que lo viste —preguntó Lilith frunciendo el ceño.
—Sí, lo vi. Tal parece que Shawn esta siendo acosado por un fantasma —dijo Raguel preocupada—. Sigámoslos hasta el cine para ver si podemos ver a que clase espíritu nos enfrentamos
Al llegar al cine, Raguel y Lilith entraron con cautela a la sala donde estaban Shawn y Sara, ellas dos no querían que los dos tórtolos se alarmaran y cancelaran su cita, se sentaron tres filas detrás de ellos para no llamar la atención y esperaron pacientemente a que algo pasara. Un hombre junto a sus amigos pasaron junto a Shawn y Sara, tenían las manos llenas de palomitas y refrescos, de repente uno de ellos tropezó con algo extraño y un vaso de refresco cayó sobre Shawn.
—¡Dios mío! Lo siento amigo, de verdad, fue mi culpa, creo que tropecé con algo —se disculpó aquel hombre con verdadera sinceridad.
—No pasa nada, solo iré al baño a limpiarme —dijo Shawn, sin tomarle mucha importancia—. Me cuentas qué es lo que pasó cuando vuelva, Sara.
—Por supuesto.
Lilith y Raguel pudieron divisar un poco del espíritu, por lo que salen de la sala para hablar con Shawn y preguntarle por algo extraño que pudo ocurrir estos días. Shawn al salir del baño, después de limpiarse un poco del refresco que le cayó encima, se encontró con Lilith y Raguel.
—Chicas, ¿Qué hacen aquí? —preguntó Shawn, extrañado por su presencia allí.
—Estamos buscando un espíritu que anda suelto por Nueva Orleans, no estamos del todo seguras, pero podría ser un fugitivo —dijo Raguel para disimular y no alarmar a Shawn—. Según lo que pudimos investigar podría ser una especie de gato sobrenatural.
—Ugh, no me hablen de gatos, ya me siento lo suficientemente culpable por lo que paso el domingo —dijo Shawn, sintiéndose algo asqueado.
—¿Qué pasó el domingo? —preguntó Lilith, frunciendo el ceño.
—Un gato entró por la ventana de mi cuarto y empezó a hacer un destrozo por toda la casa, intente ahuyentarlo, pero por accidente rompí un estante de vidrio y los trozos terminaron matándolo. Al final lo enterré en mi patio. Si me disculpan tengo que volver con Sara.
Shawn se fue sin sospechar nada, o al menos eso fue lo que pensaron ellas, la verdad es que el chico se desentendió del tema, solo estaba interesado en Sara en ese momento.
Raguel y Lilith fueron volando hasta la casa de Shawn para inspeccionar la tumba del gato; fue una experiencia desagradable para Lilith, debido a su fuerte sentido del olfato, el olor a putrefacción era insoportable. Una vez que vieron el cadáver del gato, buscaron en el teléfono de Lilith dichas características, resulta que dicho gato era de la raza de los bobtail japoneses.
—Creo que ya sé a que nos enfrentamos —dijo Raguel con una seria expresión—. Se trata de un Bakeneko, un Yokai japonés.
—Estos seres son peligrosos cuando se enfadan, tenemos que detenerlo lo más rápido posible.
Raguel y Lilith se fueron volando, esperaron durante unos minutos hasta que Shawn y Sara salieran del cine. Ahora que saben a qué se enfrentan, estuvieron sumamente atentas para poder encontrar al Bakeneko. Una vez que lo visualizaron, empezó la persecución. Persiguieron a ese gato fantasma por los tejados de la ciudad, no era sencillo ya que al igual que ellas, el Bakeneko también podía volar, una vez que logran acorralarlo en una callejón, es cuando inició su feroz combate.
Lilith atacó con sus ráfagas de aire, el espíritu dio vuelta chocándose en repetidas ocasiones contra los muros, pero el Bakeneko creció de tamaño hasta unos cuatro metros.
—No se metan en mi venganza, nya. Ese tipo debe pagar por lo que hizo, nya —dijo el bakeneko con rencor en sus palabras.
—Lo siento, pero no podemos permitir eso —dijo Lilith transformándose en su forma demoníaca.
Mientras tanto...
Shawn y Sara llegaron hasta el restaurante donde terminarían la cita "perfecta" que había planeado Shawn.
—¡¿Como que perdieron la reservación?! —exclamó Shawn bastante molesto.
—Lo lamento señor, parece que alguien arrancó una de las hojas donde estaba su reservación —dijo el recepcionista tratando de calmar a Shawn—. No me di cuenta de eso hasta hace unos minutos, de verdad lo siento. Si quieren pueden esperar una hora para la siguiente mesa.
Shawn aquella noche ya se sentía demasiado frustrado, lo único que quería era la noche perfecta para su novia, se sentía terrible al no poder darle algo especial a una chica igual de especial.
De vuelta a la pelea de Raguel y Lilith. Estas seguían enfrascada con el tedioso Bakeneko, no podían permitir que saliera del callejón y las demás personas lo vieran por lo tenían sus movimientos limitados, aún así Raguel logró encestar un as bajo la manga.
—Luz divina, encierra a todos los seres malignos en una prisión divina y que estos jamás puedan escapar.
Usando sus hechizos Raguel pudo crear un cubo hecho de luz que encerró al bakeneko; el cubo se volvía cada vez más pequeño, haciendo que el fantasma vuelva a su tamaño normal.
—¿Y ahora qué hacemos con él? —preguntó Raguel, tomando el cubo como si fuera una caja.
—Tal vez tengamos que mandarlo al infierno —dijo Lilith con una sonrisa maliciosa—. En el infierno podrá ser torturado por... toda la eternidad.
—¡No, por favor, nyaa! Seré un gato bueno —suplicaba el bakeneko desesperado.
—Quizás te deje quedarte en la tierra, si prometes que no lastimarás nunca más a nuestro amigo —el bakeneko asintió con la cabeza y esto hizo incrementar la sonrisa maligna de Lilith— ¡Bien! Serás mi mascota, te quedaras en mi casa..., pero si me entero que le haces algo malo a los humanos, acabaré contigo —advirtió Lilith de forma perversa sin dejar de lado su tétrica sonrisa.
El Bakeneko entendió esa noche que no podía hacer enojar a su nueva dueña sin despertar a un verdadero demonio, por lo que tuvo que limitarse a una simple vida de mascota.
https://youtu.be/GseQYvduUQM
Shawn y Sara terminaron la noche sentados en una banca del parque, Shawn se sentía como un fracasado por lo terrible que fue la noche.
—Lo lamento Sara, realmente quería darte una cita perfecta; eres un persona majestuosa y merecías algo majestuoso. Además creo que hice molestar a un gato que volvió en forma de fantasma para vengarse de mí... suena más bizarro cuando lo digo en voz alta, te daré el resto de detalles luego.
—Shawn, nadie es perfecto, si el mundo fuera perfecto sería demasiado aburrido —dijo Sara consolando a Shawn—. ¿Sabes por qué tú me gustas bastante?
—La verdad nunca me dijiste una razón, solo nos besuqueamos en la biblioteca y ya éramos novios —dijo Shawn con el poco humor que le quedaba.
—Pude ver una gran luz en tí, tú también eres una persona majestuosa y brillante —dijo Sara con todo su cariño—. Me aceptaste a pesar de mis rarezas y estuviste allí cuando descubrí mis poderes. Eres una persona especial para mí, por eso me gustas.
—Tú también era una persona especial para mi, Sara —dijo Shawn animado por las palabras de su buena novia.
Los dos jóvenes se besaron bajo la luz de la luna, pese a no ser una noche perfecta, terminó bastante bien para los dos, ese dice mucho sobre el poder del amor que tienen ellos dos.
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