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42-Nueva Misión: Dar una Paliza a un Joven Rebelde

Era cerca del medio día en el Reino Eterno de Gondor, Lilith y Freyja iban en el carruaje de esta última para ir a visitar a Shawn y a Scáthach quienes deberían estar entrenando en ese momento. Tras reparar su cabaña que quedó hecha añicos durante su pelea, los dos empezaron a entrenar. Scáthach decidió legarle a Shawn el Estilo de Lanza de la Tierra de las Sombras como una forma de disculparse de todas las cosas horribles que le había dicho.

Al llegar al bosque de Scáthach, se encontraron con una enorme cúpula de Oscuridad del Caos, la cual brillaba de color morado y rodeaba todo el bosque. En la salida del bosque había un letrero que decía: "Entrenando. Volvemos en tres horas".

—¿Qué es esto? —preguntó Lilith, asombrada

Ann an Tìr nan Sgàil (En la Tierra de las Sombras), es otro de los Artes Arcontes de Scáthach —explicó Freyja—. Es un enorme cúpula que encierra a todo el terreno bajo la Oscuridad del Caos. Scáthach es capaz manipular cualquier cosa que esté dentro de la cúpula, incluyendo cosas como la gravedad y el tiempo. 

Freyja tendió una manta de picnic en el suelo y colocó una canasta en el centro.

—Tardarán un buen rato en salir de allí, ¿tenemos un pequeño almuerzo? —sugirió con una ligera sonrisa—. Tengo un poco de vino de "Ampelónas Dímitras" (Viñedo de Deméter), se ha estado añejando desde hace treinta años.

—Me convenciste con el vino —aceptó Lilith con humor, para luego sentarse en el regazo de Freyja, sonriendo de forma coqueta—. Espero no le importe que esté en estos cómodos muslos, su majestad.

—Solo el mejor asiento para una princesa como usted —respondió Freyja, con las mejillas coloradas.

Lilith le dio un pequeño beso en la mejilla, aumentando su sonrojo. 

La princesa y la reina se sirvieron su almuerzo y bebieron vino, conversando un poco sobre ellas para conocerse mejor. 

En algún punto de su conversación, cuando todo llegó a un punto mucho más íntimo y nostálgico sobre sucesos del pasado, Lilith confesó que hace tres años había perdido a Lawrence Blackwood, un vampiro del cual se enamoró en una batalla, todo porque había sido demasiado débil. Desde entonces, se había esforzado para hacerse cada vez más fuerte, sometiéndose a duros entrenamientos hasta convertirse en la Quinta Princesa del Infierno y ambicionando ascender más.

Freyja escuchó toda la historia de Lilith con una gran empatía, la Reina de Gondor, le confesó que además de su padre, también había perdido a su hermano mayor Frey durante la Guerra de los Arcontes, quien se sacrificó para salvar a su familia del Rey de los Gigantes de Fuego, Surt. Ambos murieron durante el enfrentamiento y su hermano fue inmortalizado en la ciudad de Vanaheim con una estatua de plata.

 Ambas se habían confesado sus momentos más trágicos, sintiendo como se libraban de un pequeño peso que tenían en el corazón.

Tras tres horas de conversaciones y vincularse, la cúpula de oscuridad desapareció, del bosque salió Shawn arrastrándose por la tierra. Su cabello era más largo, su ropa estaba rasgada y sudaba como cerdo en el matadero. Lilith le acercó una jarra de jugo que Freyja había traído y el chico se lo tomó todo en menos de un minuto, su cansancio era notorio. 

—¿Cuánto... tiempo... pasó? —preguntó respirando pesado.

—Como unas tres horas —respondió Lilith.

—¡¿Qué?! ¡Eso es imposible! —exclamó boquiabierto—. ¡Debí de estar allí como unos tres meses!

—¿Scáthach no te explicó? —inquirió Freyja, arqueando una ceja.

—En mi domo, puedo hacer que el tiempo pase distinto al exterior.

Scáthach salió del bosque, al igual que Shawn, ella tenía el cabello más largo y sus ropas estaban rasgadas. Estaba armada con una espada en su mano derecha y se le veía menos cansada que el chico.

—Lo que en el exterior son tres horas, dentro de mi Arte Arconte Ann an Tìr nan Sgàil, serán tres meses... ¡Oh, sandwiches, genial! —Scáthach se sentó junto a Lilith y Freyja, agarrando de la cesta algunos emparedados que habían quedado—. También aumenté por diez la gravedad en su interior.

—¿Cuál es el sentido de hacer eso último? —inquirió Freyja, intrigada.

—Hará que el cuerpo de Shawn se haga más fuerte —explicó con la boca llena—. Al aumentar su gravedad, su velocidad aumentará y su cuerpo se hará más fuerte, tanto en resistencia y fuerza física. Este proceso se ve acelerado debido a que el tiempo va más rápido en mi domo. No sabemos cuándo llegarán esos Inigualables Bajo el Cielo, tengo que acelerar su entrenamiento todo lo que pueda.

—No siento mis piernas —se quejó Shawn, muerto del cansancio.

Freyja usó su magia curativa para tratar las heridas que tenía Shawn por todo su cuerpo, así como para restaurar sus fuerzas.

—Descansa el resto del día, Shawn, mañana tendremos duelos de práctica y pasado mañana volveremos a entrenar en mi domo —informó Scáthach, soltando un pequeño eructo al terminar de comer—. Lo siento. Luego veré cómo te pongo a prueba para que muestres tu progreso.

—¡Entendido, maestra! —exclamó haciendo el saludo militar—. ¿Me dejó algo de comer?

—Ehm... bueno —Scáthach miró apenada como lo único que había quedado en la cesta eran migajas—. Lo siento... también tenía mucha hambre —confesó sonrojada por la pena.

—Glotona —murmuró Shawn, con una mueca.

—¡¿Ah?! ¡¿Quieres pelea, mocoso?! —reclamó Scáthach, con vena marcada por el enojo.

—Cuidado no se ahoga con todo lo que se comió en 0,2 segundos —replicó con una sonrisa burlona.

—¡Bueno era mucho más rico que lo que tu cocinas! ¡Parecía comida para perros! —comentó cruzada de brazos.

—¡Ahhhh, parece que ya le perdió el gusto a la comida de humanos! 

Al verlos discutir, Freyja no pudo evitar soltar una pequeña risa.

—Lo siento, es que me parecen muy tiernos juntos —mencionó tapando su sonrisa con su mano derecha—. A pesar de que no haber pasado mucho tiempo juntos, se llevan bastante bien.

—¡¿AH?! —exclamaron maestra y discípulo al mismo tiempo.

—¡¿Tienes idea de cómo ronca este mocoso por las noches?!  —reveló Scáthach, señalando a Shawn—. ¡Hasta un orco que ha fumado cincuenta años roncaría menos!

—¡Esta es la mujer más desordenada del universo entero! ¡No tengo ni idea de cómo a sobrevivido durante milenios! —se quejó Shawn, señalando a Scáthach—. Deja una montaña de platos sucios en el fregadero y no recoge su ropa sucia del suelo, de los muebles y del techo, ¡¿Tiene idea de lo mal que huele su sudor?! ¡He olido cadáveres que olían mejor que eso?!

Ambos se miraron con hostilidad, pero Freyja no puede evitar reirse de ellos, realmente le parecían adorables. Scáthach solo actuaba así con discípulos que estimaba bastante. Con los que no, solía ser mucho más fría.

—¡Ujum, ujum! Bueno, no importa —tras aclararse la garganta, Scáthach hizo un rápido movimiento con su espada para cortarle el cabello a Shawn y a ella—. Te lo compensaré, ya que mi bondad es muy enorme, con mi estofado irlandés.

—Bueno, lo voy a aceptar —dijo Shawn, alzándose de hombros.

Un espejo de mano que Freyja tenía en su cinturón empezó a sonar.

—¿Qué es eso? —preguntó Shawn, con curiosidad.

—Es lo más parecido que ustedes llaman "teléfono", solo que aquí se llaman "Mystic Mirrors"   —explicó Freyja, atendiendo la llamada— ¿Si?... ajá, ajá... eso es preocupante... sí, iré para allá —Freyja colgó y recogió las cosas del picnic—. Tenemos que irnos chicos, surgió algo importante en Gondor.

—No se preocupe su majestad, lo entendemos —dijo Shawn.

Freyja y Lilith regresaron a su carruaje para ir a Gondor. Maestra y discípulo retornaron a su cabaña en el bosque para comer algo.

Ya en su hogar, mientras Shawn esperaba el estofado, meditaba profundamente y en su mente, recreaba todos los combates que había tenido con Scáthach dentro de su domo de oscuridad. 

—Oye, ¿qué haces? —preguntó Scáthach desde la cocina, con curiosidad.

—Oh, es solo algo que terminé de perfeccionar hace dos años, lo llamo Simulación Marcial —explicó Shawn con algo de orgullo—. Tengo memoria eidética, en pocas palabras, puedo memorizar cualquier cosa solo con verla una vez. Entonces hago simulaciones de combates en mi mente, puedo recrear cosas como dolor y cansancio. Durante mi meditación, siempre logro simular ocho combates completos y lo he hecho durante un año, lo que lo da como resultado 2920 combates.

—Vaya, parece ser un buen método para entrenar —comentó Scáthach, genuinamente impresionada.

—A simple vista, pero tiene la limitante de que necesito ver toda la fuerza de la persona a la que quiero replicar, de lo contrario solo estaría peleando con un clon nerfeado —aclaró levantándose para hacer algunos estiramientos—. En lo que ha artes marciales se refiere, he superado a Jackie Chan cuando hizo El Mono Borracho en el Ojo del Tigre y a Bruce Lee. Sin embargo, en la magia, todavía no he alcanzando el nivel de mi otra maestra Shui Li y de mi hermana.

—¿Entonces has hecho simulaciones de nuestros combates?

—Sí, así he podido aprender mejor las técnicas de lanza gracias a estas simulaciones, aunque todavía no puedo crear una copia perfecta de usted, ya que no he podido verla pelear en su cien porciento —respondió mientras se sentaba en la mesa.

Scáthach sirvió el estofado de carne en dos platos, comiendo junto a su discípulo.

—Oh... esto está muy bueno —reconoció el chico, con una sonrisa—. Es la primera vez que pruebo un estofado así.

—¡Fuhahahaha! ¡Por supuesto! No hay nadie que haga un mejor estofado irlandés que yo —aseguró con algo de soberbia.

Tras almorzar, Shawn se puso a escuchar música rock en su cama con su reproductor mp3, mientras que Scáthach había recibido una llamada de Freyja, informándole sobre algo que había pasado en muchas ciudades humanas en Gondor.

—Shawn —llamó Scáthach.

—¿Qué sucede? —preguntó quitándose sus audífonos.

—¿Qué sabes de La Hermandad de los Hechiceros Purgadores? —inquirió pensativa.

—Un grupo de hechiceros prejuiciosos dentro de la Organización Lovecraft que mataron a cientos de seres sobrenaturales en secreto, volaron por los aires varias partes de la Sede de París y murieron otras veinte personas —explicó—. Mi hermana y sus amigos lograron derrotarlos. Actualmente ya no existen.

—La Organización Lovecraft informó de la llegada de un chico dragón, llamado Wallace, sus padres, una mujer humana y un dragón europeo fueron asesinados hace cinco años por La Hermandad —Scáthach le mostró las fotos en su Mystic Mirror, mostrando a un ser humanoide con escamas rojas y alas—. Desde entonces, ha atacado ciudades humanas. Trataron de detenerlo, pero escapó y llegó a Gondor. Ayer atacó una ciudad humana. Según la Organización Lovecraft, se trata de un joven de ciento catorce años.

—¿Eso es ser joven? —preguntó arqueando una ceja.

—En los estándares de un dragón sí, además, para ellos la edad es solo un número, su verdadera madurez es completamente mental —replicó mientras iba a buscar sus cosas—. Ese dragón sigue teniendo la mentalidad de un chico de catorce años que perdió a sus padres y está cegado por la ira. Tenemos que detenerlo y nada mejor que una paliza para hacer entrar en razón a un joven rebelde.

—¿Cuál es la lógica de eso? 

—Que a veces una paliza puede hacer entrar en razón a la gente, como cuando Utgard, antiguo Rey de los Gigantes de Hielo logró vencer a Thor y le enseñó una lección de humildad —explicó mientras se ponía su armadura—. Toma tus cosas, Shawn, una nueva aventura nos llama.

Shawn tomó su chaqueta de cuero y la Gae Bolg, saliendo junto a su maestra. Estando fuera de la cabaña, Scáthach sopló un silbado de metal que tenía, el sonido era tan fuerte que Shawn no podía percibirlo. 

Del cielo, descendió un guiverno, una raza de dracónido, que tenía dos patas traseras y dos alas de gran tamaño, así como una larga cola con un aguijón venenoso. Sus escamas eran de color verde manzana y con un pecho color avellana. Parecía tener bastante afecto con Scáthach.

—¡Hola Douglas, ¿Cómo has estado?! —exclamó Scáthach, acariciando su cabeza—. Te extrañé mucho, veo que te has cuidado bastante. Shawn, él es Douglas, es mi Guiverno mascota. No tengas miedo, es bastante manso.

Shawn acarició a Douglas en la cabeza, a lo que respondió esbozando lo que parecía ser una sonrisa.

Maestra y discípulo se subieron a Douglas y alzaron el vuelo por los cielos de Gondor. Irían al norte, en donde fue visto por última vez el chico dragón. Durante su vuelo, pudieron ver el gigantesco árbol Yggdrasil, el segundo mayor tesoro de Gondor.

—¡Wow! ¡¿Ese es Yggdrasil?! —exclamó Shawn, asombrado.

—Es el árbol de la vida y la esperanza, apareció después de que Dios creara a Gaia, la consciencia colectiva de toda la vida natural del planeta —explicó Scáthach—. Después de la Guerra de los Arcontes, fue trasladado a este reino. Ningún ser humano, ni siquiera Solomon Lovecraf o Ragnar Lokison, quienes fueron los humanos con mayor Energía Kundalini, podrán alcanzar el nivel que tiene el Yggdrasil. Es la mayor fuente de poder de todo nuestro mundo. Por eso está menos contaminado que el tuyo.

—Es impresionante —musitó.

Tras pocos minutos volando, lograron divisar a la distancia como un pequeño pueblo humano estaba en llamas. Por lo que descendieron para socorrer a la gente.

¡Fuar an Tìr nan Faileas: Anam-Glacadh Blizzard! (Frío en la Tierra de las Sombras: Ventisca que Abraza el Alma)

Scáthach disparó una poderosa ventisca de escarcha helada que apagó todas las llamas del pueblo, salvando.

Se bajaron de Douglas y se encontraron en el centro del pueblo al causante del incendio. Era un dragón humanoide, con escamas negras con detalles escarlatas, así como partes de una armadura. Medía cerca de 1, 90 metros y su cuerpo era bastante musculoso. Era el joven dragón Wallace, un joven cuyo odio, viene de una tragedia.

—Dama de la Tierra de las Sombras, ¿por qué ayudas a estos malditos humanos? —interrogó mostrando un rostro iracundo.

—Porque es una estupidez lastimar a gente inocente que no te ha hecho daño, niño —replicó con tono firme, llevándose las manos a la cadera.

—¡Los humanos no tienen corazón! —gritó el chico dragón, con pequeñas brasas escapando de su boca—. Son la peor plaga del planeta, son unos completos malagradecidos. Todos merecen morir, antes de que lastimen a otros. 

—Poner a todos los humanos en el mismo saco solo demuestra lo inmaduro que eres, pero no importa, supongo que tendremos que enseñarte una lección de moral y para eso tengo a mi as bajo la manga —declaró dándole una palmada a Shawn en la espalda para que de un paso adelante—. ¡Shawn, yo te elijo!

—¡¿Me ve cara de Pokémon ó qué?! —le reclamó.

—Esta será tu primera prueba, demuéstrame lo mucho que has mejorado en nuestro tiempo del domo —aseguró levantándole el pulgar a su alumno—. No te preocupes, confío en tí.

—Carajo y yo que me quejaba de la maestra Li —murmuró Shawn, empuñando la Gae Bolg y preparándose para la lucha.

El chico dragón lanzó un fuerte rugido de guerra y estaba listo para despedazar a aquel humano que tenía por delante. 

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