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20-Una Ex-Campeona

La Reina de Gondor, Freyja, caminaba por los pasillos de su castillo, dirigiéndose hacia el carruaje que los llevaría a ella y a sus visitantes hacia la residencia de la Arconte Scáthach, pero en el camino fue interceptada por Ares, quien la miró con una mueca.

—Freyja, desde el respeto y por como es nuestra amistad, solo tengo una cosa que decirte... ¡¿enloqueciste, mujer?! —exclamó agarrándola de los hombros.

—Según mi terapeuta he estado bien esta temporada —respondió con un rostro inexpresivo.

—¡¿Cómo puedes enviar a ese chico con Scáthach?! —volvió a preguntar sacudiéndola un poco—. Sabes muy bien que ella no ha estado en el mejor de los estados desde hace mucho tiempo y hay Arcontes mejor calificados para entrenarlo. Apolo, Magni y Modi, Belobog, ¡hasta yo! Imagina lo mal que está Scáthach para que yo esté mejor calificado para entrenar a un humano.

—Tengo mis motivos, querido amigo —replicó Freyja, mientras se acomodaba su tiara—. La razón por la que quiero que entrene con ella, es que puedo ver en ese chico, una esperanza para nuestra antigua Campeona.

—Sabes que puede salir mal, ¿verdad? —dijo mientras la veía alejarse.

—Como también puede salir bien —mencionó con una ligera sonrisa.

Tras salir de su palacio y pasar el puende elevadizo, Freyja se reunió con Shawn y Lilith, montándose los tres en un carruaje tirado por seis autómatas con la forma de caballos. Dicho transporte era más grande que los que existen en la tierra, ya que estaban adaptados al tamaño de los Arcontes, llegando a medir siete metros.

—Kosmos es una ciudad sumamente fascinante, su majestad —comentó Shawn, tomando fotos con su celular durante el camino—. ¿Cuántas más ciudades conforman Gondor?

—Ciento veinte ciudades en total y doscientos pueblos —respondió mientras veía por la ventana a la gente pasar que la saludaba con una sonrisa—. Algunos de esas ciudades serían Ávalon, donde la gran mayoría de sus habitantes son hadas; Nueva Camelot, fundada por la hija de Arturo Pendragón tras su muerte; Alfheim, la capital de los elfos; Jötunheim, la capital de los gigantes de hielo; Muspelheim, la capital de los gigantes de fuego, entre otras.

—¡Wow! Ojalá pudiera explorarlos todos algún día, debe ser complicado dirigir un reino tan grande —comentó con una sonrisa de oreja a oreja.

—Un poco, sin contar a Kosmos, el resto de las ciudades están dirigidas por Gobernadores como en su reino, que responden directamente a nosotros, los pueblos por otro lado están dirigidos por Señores y Señoras de Tierras, que cumplen la misma función que los Gobernadores —explicó mostrando una proyección de su aura para ilustrar el mapa de su reino—. Nuestra economía está basada en la alta tecnología que los elfos producen, la joyería, el petróleo, el gas y por supuesto, los Duelos Santos.

—¿Hace cuánto que eres reina de Gondor? —preguntó Lilith, con curiosidad.

—Heredé el trono de mi padre, Njord, quien también fue el fundador de Gondor —respondió con cierta melancolía—. Cuando mi padre falleció durante un Duelo Santo, tuve que hacerme cargo del reino.

—A-ah, lo lamento, no quise traerle ese amargo recuerdo, su majestad —dijo Lilith, sintiéndose mal por Freyja.

—No pasa nada, eso ocurrió hace mucho tiempo e hice mi debido luto —replicó sonriéndole a la Caída—. Además, usted no tuvo malas intenciones al preguntar, Lady Lilith.

Lilith le sonrió de regreso aliviada y el resto del viaje lo pasaron conversando sobre el reino de Gondor y sobre su cultura. 

Su destino fue una cabaña en medio de un curioso bosque con árboles de hojas negras y troncos morados, con extrañas frutas parecidas a manzanas. Al estar cerca de la cabaña, los tres bajaron del carruaje. Primero Freyja y después el duo de visitantes.

—¿Sabes? Eres muy obvia —mencionó Shawn, con diversión.

—¿Lo soy? —musitó Lilith, rascándose la mejilla con algo de pena y ligeramente sonrojada.

—¡Scáthach, ¿estás ahí?! —llamó Freyja hacia la cabaña—. ¿Al menos estás vestida? No quiero que se repita lo de la otra vez.

Varios sonidos se botellas rompiéndose al caer al suelo y de golpes se escucharon desde el interior, saliendo de la cabaña una mujer de 2, 07 metros de alto, con una piel blanca, cabello pelirrojo y despeinado, ojos verdes como esmeraldas y un físico notablemente musculoso sin perder su sensualidad, como sus senos grandes y redondos y cintura delgada. Llevaba un vestido blanco y corto que le llegaba hasta por encima de las rodillas, junto a un corsét de cuero que resaltaba aún más su cadera, un cinturón en donde llevaba un par de pequeños bolsos de color marrón, también llevaba brazales de plata, en su hombro izquierda llevaba parte de una hombrera de armadura, botas altas con grebas de aquel metal negro, que también estaban en la punta y en el tacón y portaba un casco de diseño celta con alas.

—¿Qué quieresh, Freyja? —preguntó Scáthach y con solo oirla hablar, era obvio que estaba borracha—. Nos estoy de humor parra visitas.

—Él es Shawn Simpson, de La Tierra, es un agente de la Organización Lovecraft que desea entrenar en nuestro reino —explicó Feyja, tomando al chico de los hombros—. Quisiera que tú lo entrenaras, ya que tienes bastante experiencia en ello. Creo que él puede aprender mucho de tus técnicas de lanza.

—Fufu... fufufu... ¡fuhahahahahaha! ¡¿Qué estupidesh estash diciendo?! ¡¿Por qué yo entrenania a un tonto humano?! —exclamó Scáthach entre risas burlonas incontrolables.

—Scáthach —musitó Freyja, mirando con lástima a la mujer.

—¿Qué es lo que quiere decir? —inquirió Shawn, con una notable molestia.

—Ushtedesh humanos son simples gusanos que no pueden hacer nada ante nosotrosh los Arrcontesh —dijo Scáthach, mirando a Shawn con una mirada soberbia—. Morirásh nada más empezar con mi entrenamiento. Mejor vete de aquí y bushca a otro idiota que no tenga nada mejor que hacer con su vida.

—¡Scáthach! ¡¿Cómo puedes decir tal cosa?! —recriminó Freyja, frunciendo el ceño mientras apretaba el puño—, ¿Acaso ya te olvidaste de Cú?

—¡¡No te atrevas de decir ese nombre!! —gritó Scáthach, agarrando a Freyja del cuello de su vestido—. ¿Creesh que puedes mandarme por ser la reina de esta pocilga? ¡Estás mal! Ahora larguénse y déjenme sola.

—No hasta que aceptes entrenar a Shawn —replicó Freyja, con tono firme y una mirada determinante.

—Está bien, su majestad, no podemos hacer nada más —dijo Shawn, con las manos en los bolsillos.

—¿Shawn? —musitó Freyja, confundida.

—Oye, ¿qué estás diciendo? —preguntó Lilith, arqueando una ceja.

—Ella no está dispuesta a entrenarme y claramente no está en el mejor de los estados —declaró Shawn con tono burlón—. El entrenamiento de una borracha debe ser una total pérdida de tiempo.

—¿Qué estás diciendo maldito humano? —inquirió Scáthach, con su esclerótica tiñéndose de negro.

—Lo que escuchó, si esto es lo que usted puede ofrecer, entonces tengo que recharzarlo —replicó mirando a Scáthach a los ojos con una sonrisa—. No me interesa ser el alumno de una maldita borracha narcisista.

Sin previo aviso, Scáthach atacó a Shawn con una patada frontal. Freyja pensó que el chico no aguantaría ese ataque, pero Shawn giró en el aire con gracia y aterrizó en el suelo como si nada, en una pose de pelea que ninguna de las Arcontes pudo reconocer. Tenía los brazos ligeramente extendidos hacia el frente y se tambaleaba como si estuviera igual de borracho que Scáthach.

—¿Eso es todo lo que una Arconte borracha puede hacer? —preguntó como desafío— ¿Alguna vez has escuchado del Kung-fu del Mono Borracho?

https://youtu.be/bSlXFhjQJG0

Scáthach se lanzó de nuevo al ataque, usando movimientos que recordaban al boxeo estilo irlandés, incluso usaba la clásica guardia irlandesa. Sin embargo, Shawn fluía entre sus puños, aprovechándose de su estado de ebriedad y de la técnica que había desarrollado gracias a su maestra, Shui Li, dicha técnica llevaba por nombre, Kung-fu del Mono Borracho: Danza Alegre de los Ocho Dioses Borrachos. La versión del Flujo que Shawn había desarrollado para reducir a practicamente 0 el daño de los golpes.

Gracias a esto, logró acercarse lo suficiente para intentar conectarle un golpe en la garganta con los nudillos de la mano derecha, pero la Arconte retrocedió hacia atrás en el último momento, haciendo un mortal en el aire para evitar el golpe e inmediatamente tuvo que esquivar una patada voladora curva que le lanzó Shawn con el antebrazo izquierdo. 

Acto seguido, Shawn volvió a atacar con una serie de golpes, otra técnica de su estilo, Kung-fu del Mono Borracho: Furia Borracha de Lu. Una técnica que consiste en un combo de golpes en el cual se cambia la forma del puño dependiendo de la parte del cuerpo que se quiera golpear. 

A pesar de su velocidad de ataque, Scáthach bloqueó cada uno de sus golpes, pero no se vio venir el siguiente ataque de Shawn, quien hizo crecer un tronco del suelo que usó como impulso para conectarle por fin una patada en el rostro. Dicho logro impresionó a Freyja, ya que a pesar de no estar en sus días de gloria, Scáthach alguna vez fue la Campeona más fuerte de Gondor.

La Arconte de cabello pelirrojo detuvo sus ataques y notó como su labio inferior se rompió un poco por la patada. Se limpió la sangre de la boca, para luego mirar al humano frente a ella que seguía en guardia. Una sonrisa maliciosa apareció, junto a una idea en la cabeza.

—Tienes valor humano, eso te lo reconozco —mencionó con una presencia asesina—. Te propongo algo: te daré setenta y dos horas para intentar robar esto.

Con su magia, Scáthach invocó una lanza de cuatro metros de largo, de un inquietante color escarlata. Al ver su filo, Shawn sentía que esa lanza era capaz de atrevesar cualquier cosa. 

—Este es mi legendario Tesoro Sagrado, la Gáe Bolg (Lanza de Muerte), la creé a partir de un ritual con Runas y el hueso de un demonio marino que yo misma maté —explicó haciendo girar la lanza entre sus manos—. Quiero que intentes robar mi Tesoro Sagrado de mi casa, claro que yo intentaré por todos los medio el evitarlo, incluso usando la fuerza letal. Si consigues robarla, entonces tú y yo nos enfrentaremos en un duelo a muerte, ¿qué me dices?

—¡Scáthach, esto es exagerado! —exclamó Freyja, consternada por la actitud de quien en algún momento fue su amiga.

—Acepto —declaró Shawn, determinado—. Renuncié a muchas cosas solo para ser fuerte, dejé mi vida humana normal, me sometí a duros entrenamientos para aprender artes marciales, me enfrenté a vampiros, ¡todo para llegar a donde estoy ahora! ¡Y no dejaré que una borracha de mierda insulte todo el esfuerzo que hice! 

—Bien, entonces cumple con el reto, te estaré esperando Shawn Simpson —proclamó Scáthach, retornando a su cabaña. 

Freyja y sus acompañantes retornaron a su carruaje que los llevó de regreso al castillo en el centro de Kosmos. Durante todo el viaje, Shawn lucía molesto y frustrado por las palabras de Scáthach. Al volver al castillo, Freyja le dio una habitación individual a Shawn y a Lilith para que residan allí durante su estadía en Gondor. 

Durante la noche, Freyja junto a Lilith visitaron a Shawn, quien se encontraba meditando sobre la alfombra de su cuarto, únicamente vistiendo unos pantalones blancos de algodón.

—Shawn, ¿podemos hablar un momento? —preguntó Lilith, sabiendo que su amigo tenía muchas cosas en la cabeza desde que regresaron.

—Sí, adelante —respondió para luego levantarse del suelo y sentarse en la cama.

—En serio lamento lo que dijo Scáthach, ella no solía ser así —dijo Freyja, con pena y algo de tristeza mientras se sentaba enfrente de Shawn en un sillón de la habitación junto a Lilith.

—Tal vez lo peor es que quizás tenga razón —confesó cabizbajo y con la mano izquierda en su nuca—. Siempre necesité de la ayuda de otros para poder ganar, todas mis batallas importantes las gané al lado de alguien mucho más fuerte, ¿qué soy yo al lado de los Inigualables Bajo el Cielo o los Arcontes?

—Alguien que siempre se ha esforzado y que no debe dejar de hacerlo, porque en la historia han habido humanos que han logrado estar a la par que los Inigualables Bajo el Cielo y los Arcontes —reveló Freyja, para sopresa de los presentes.

—¡¿En serio?! ¡¿Quiénes?!  —exclamó Shawn, boquiabierto.

—Cú Chulainn, El Héroe más Grande de Irlanda y el discipulo que Scáthach más amó —relató Freyja, con sus manos empezando a brillar de un celeste invernal.

Arte Arconte, era como se conocía al conjunto de Artes Místicos que manejaban los Arcontes. Entre ellos, lo mínimo que podían usar eran tres y el máximo hasta la fecha, eran trece Artes Místicos. Si un humano tratara de hacer tal cosa, su cerebro se freiría.

Seidr, un tipo de magia similar al chamanismo, una de sus funciones era que permitía proyectar eventos del pasado de una manera cien porciento exacta, como si fuera una grabación de video.

Seidr: Eepos sankarista. Se kertoo tarinan neidon rakastamasta koirasta (Seidr: Epopeya del Héroe. Cuenta la historia de un sabueso amado por la doncella) —conjuró Freyja, generando un círculo de Energía Kundalini que serviría como una pantalla al pasado—. Pon atención, Shawn, por esta razón Scáthach cayó en un profundo abismo de depresión.

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