Luego de cinco años de vivir con la familia Gotouge, Saneyoshi Nobunaga se formalizó como un agente de la Organización Lovecraft. Durante ese año como principiante, aprendió uno de los Artes Místicos creados, desarrollados y transmitidos por la familia Gotouge, Malice Mizer. 

Con los entrenamientos de Gotouge Himejime, Nobunaga logró desbloquear todos los Tesoros Sagrados del Arte Místico y uno de los Shikigamis. Sin embargo, aún no lograrba usar los otros tres Shikigamis, Ebisu, Hotei y el más importante de todos, Bishamonten. También empezó un entrenamiento especial para el uso de los Sellos, ya que había mostrado un gran talento en hacerlo.

A sus diecisiete años, ocurría un punto de inflexión en su vida que fue lo que lo llevó a tomar las decisiones que tomaría en un futuro.

Desde hace un par de años, empezó a desarrollar ciertos sentimientos hacia su compañera y mejor amiga, Gotouge Kanae. 

Aquel día, se encontraba sentado en una esquina del dojo de la Sede de Tokio de la Organización Lovecraft. Estaba observando el entrenamiento de Kanae en el arte marcial jiu-jitsu, aunque algunos pensamientos rondaban por su cabeza.

Realmente le gustaba Kanae, era una chica hermosa, inteligente, considerada y amable, con un sentido de la justicia y el deber inquebrantable. Además, le debía mucho a ella. Fue gracias a Kanae que logró salir de aquel maldito pueblo que no le trajo más que dolor, pudo conocer el mundo de la hechicería y volverse un hechicero de verdad que ayudaba a la gente. Amaba a Kanae y realmente quería confesarle sus sentimientos.

—¿Hola? Tierra llamando a Nobu-kun.

Fue la propia Kanae quien le sacó de sus propios pensamientos. En esos años, Kanae había cambiado bastante. Había crecido hasta llegar a los 1, 72 metros, seguía manteniendo su cabello corto, pero lo ataba en una cola de caballo, su cuerpo se había vuelto mucho más atletico y curvilíneo, sus senos tenían un tamaño ideal, ni muy grandes y ni muy pequeños y aún conservaba el mismo broche rosado de mariposa.

—¿Estás bien? —preguntó con una dulce sonrisa.

—Sí, no te preocupes, solo pensaba en algunas cosas sin importancia —respondió tratando de disimular.

—¿Estás emocionado por hoy? —preguntó recostándose en su regazo boca arriba—. Será nuestra misión importante como equipo. Será todo un éxito, nuestro equipo es el mejor de Tokio.

—Ay, vamos... el equipo Kuroneko y el equipo Akatsuki nos superan por mucho aún —dijo Nobunaga, inseguro.

En respuesta, Kanae le aplico una llave de brazo.

—¡Afuera esa negatividad, Nobu-kun! ¡Con todas nuestras habilidades juntas superaremos a esos dos clanes! —exclamó con euforia y energía.

—¡Está bien, está bien! ¡Ya suéltame! —exclamó Nobunaga, no tanto por la llave, sino por tener la mano izquierda tan cerca de los pechos de Kanae.

Tras eso, fueron a reunirse con sus tres compañeros de equipo, con quienes conformaban el Equipo Bishamonten, llamado así a petición de Kanae ya que eligieron por decisión unanime a Nobunaga como el lider del equipo, a pesar de que este último no estaba del todo convencido.

En una de las salas de reuniones de la sede, se sentaron en la larga mesa junto a sus compañeros y amigos.

El primero de ellos era Kengan, un Oni de apareciencia juvenil a la vez que musculosa, pareciendo alguien de veinte años cuando en realidad solo tenía dieciséis años según sus propias palabras. Su piel era azulada y su cabello despeinado, vestía una sudadera con un logo de Rurouni Kenshin, junto a un mono deportivo negro y zapatos talla ciencuenta.

El segundo era Suguro Hairo, un hechicero de clase Perseo de diecisiete años, con cabello negro corto peinado estilo desfilado, vestía una chaqueta de cuero negra con puas en las hombreras, sobre una camisa blanca de mangas cortas, junto a pantalones jean rasgados y zapatos deportivos grises. En su cuello tenía un tatuaje de un trebol de cuatro hojas.

El último miembro del equipo era Nirav Prabhakar, un joven garuda de origen hindú que fue transferido de la Sede de Nueva Delhi por petición suya. Tenía un cuerpo juvenil y atletico, tenía cabeza, patas y alas de águila. Vestía con una camisa musculosa negra y pantalones deportivos.

A la habitación llegó Kotetsu Momoshiki, supervisor de la Sede de Tokio, apagando las luces para reproducir las diapositivas.

—En el Monte Takao ocurrieron ocho asesinatos de senderistas —empezó a relatar a medida que pasaba imágenes de las escenas del crimen—. Siempre se repite el mismo patrón, asesinados y devorados. Lo más llamativo son las armas homicidas.

Momoshiki pasó varias diapositivas en las que se podían apreciar armas ninja hechas de hueso, como shurikens y kunais.

—¿Qué es esto, La Masacre de Texas? —comentó Hairo, con humor.

—Eso tendrán que averiguarlo ustedes —dijo Momoshiki, encendiendo las luces de la habitación—. Partirán ahora mismo, buena suerte, agentes.

Tras tomar el metro que los llevaría a su destino, los cinco agentes de la Organización Lovecraft se adentraron por los bosqueres del Monte Takao cerca de las cinco y media de la tarde. Durante media hora no encontraron nada, hasta las seis y cuarto de la noche, cuando Kengan empezó a detectar una presencia enemiga.

—Estén atentos —advirtió frunciendo el ceño—. Nuestro enemigo ya sabe que estamos aquí.

Durante su caminata, Nobunaga jaló una cuerda que estaba en el suelo sin darse cuenta y varios dardos salieron disparados de entre las hojas, pero fue salvado por unos muñecos de paja que fueron creados por Kaede.

—¡Nobunaga! ¡¿Estás bien?! —exclamó Hairo, sorprendido.

—Sí, ninguno de los dardos logró darme —respondió Nobunaga, pálido por el susto—. Gracias, Kanae.

—No hace falta agradecerme —dijo Kanae, viendo como sus muñecos se disolvían por un extraño líquido morado—. Hay que tener cuidado, nuestro enemigo no solo es un trampero, sino que también es experto en venenos. Nirav, ¿puedes ver algo? —preguntó desde el intercomunicador de su oído.

Su compañero garuda volaba por los aires encima del bosque, inspeccionando con su aguda vista el lugar en busca de su objetivo, pero incluso con su visión de ave rapaz, no pudo notar nada de interés.

—No, aquel Yokai sigue oculto en algún lado —informó Nirav.

Súbito, un corte se hace presente en el pecho de Kengan, lo único que sus amigos pudieron ver fue una mancha negra moverse a gran velocidad cerca de ellos.

—¡Nirav, necesitamos refuerzos! —exclamó Hairo, activando su Arte Místico.

El Arte Místico de Hairo era conocido como Full Metal, el cual le permitía convocar un uniforme de oficial japonés que aumentaba sus capacidades físicas junto a varias armas de fuego que se usaron a lo largo de la historia de Japón entre los siglos XVII y XX. Conjurando dos Nambu Tipo 14, unas pistolas usadas por el imperio japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

Los ataques de este enemigo escurridizo seguían ocurriendo, ya que los shurikens y kunais de huesos salían disparados desde múltiples direcciones.

https://youtu.be/PCfiqY05BpA

Nirav descendió de los cielos, atacando con la destructiva habilidad de todos los garuda, Eegal Ka Yuddh Ghosh (Grito de Guerra del Águila). El cual transformaba su trinar en un poderoso grito supersónico, capaz de arrancar a varios árboles adultos del suelo. Fue gracias a ello que su enemigo finalmente salió de su escondite. Una especie de shinobi, de traje negro, rodeado de un raro humo negro y con una presencia sumamente demoníaca. No había ninguna duda, se trataba de un Oni.

—Fue un buen intento, pero esto solamente ha empezado —declaró el shinobi demoníaco, con una voz metálica—. A partir de ahora, iré con toda mi fuerza, agentes de la Organización Lovecraft.

El shinobi desapareció de su vista, ni siquiera Nirav con su visión podía seguirle el paso, desaparecía y volvía aparecer en otro punto en un instante. 

Hairo fue atacado por la espalda, siendo atado por una extraña kusarigama hecha con una columna vertebral y el hueso de un fémur. El Oni lo alzó en aire con su gran fuerza, queriendo azotarlo contra los árboles, pero siendo atrapado por Kengan, quien lo salvó de ser partido al medio por la velocidad y fuerza a la que iba.

—¡Nobunaga, ¿tienes algún plan?! —exclamó Kengan, mientras destrozaba la kusarigama de su enemigo para liberar a Hairo.

—¡Espalda contra espalda, no podemos dejar que nos tome desprevenidos! —ordenó Nobunaga, sudando frío ante aquella situación.

Todos se pusieron uno al lado del otro en un círculo, pero aquel shinobi demoníaco seguía ocultándose y atacando desde algún punto. Saneyoshi Nobunaga estaba empezando a desesperarse, ningún plan se le venía a la mente, era la primera vez que enfrentaban un enemigo así de rápido, se atrevía a decir que era incluso más rápido que Akatsuki Sasaki, lider del Clan Akatsuki y sus temores aumentaron cuando el enemigo volvió a atacarlos a traición, apareciendo de la nada a sus espaldas y cortando al propio Nobunaga y a Kanea con una ninjato hecha de una costilla humana.

Kengan le hizo frente con su propio Jujutsu, Kaminari no Kami (Dios del Rayo), el cual le permitía manipular la electricidad y moldearla en distintas formas, en este caso, moldeó la energía eléctrica en una armadura y atacar al shinobi, impulsándose con ambas piernas y lanzando un golpe devastador, pero su enemigo desapareció ante sus ojos como si nada.

—¡Nobunaga, Kanae, necesitamos un plan rápido! A este paso vamos perder —advirtió Nirav, lanzando su grito supersónico hacia todas las posiciones en las que divisaba al shinobi, pero sin éxito.

Kanae vio hacia Nobunaga y este se encontraba mordiéndose la uña de su pulgar hasta el punto de hacerlo sangrar. La presión y la ansiedad se estaban apoderando de él, pero aquella chica que le gustaba lo hizo reaccionar con una fuerte bofetada.

—No puedes vizualizar ningún plan porque te estás dejando llevar por el miedo —dijo Kanae, con un rostro serio—. No subestimes a tu equipo, relaja tu mente y concéntrate en ganarle a este enemigo.

Las palabras de Kanae resonaron en su cabeza una y otra vez, gracias a esas palabras la mente de Saneyoshi Nobunaga pudo despejarse cada una de sus dudas y de la presión. Respiró hondo y observó con atención como su enemigo se desplazaba por el bosque, notando algo extraño en él y también, recordando la vez que trabajó con el espadachín Kuroneko Munenori.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Kanae, con una ligera sonrisa. Cuando Nobunaga dejaba de lado sus inseguridades, era cuando despertaba su verdadero potencial.

—En la victoria —replicó Nobunaga, liberando su aura de Energía Kundalini mientras realizaba el mudra "Zen"— ¡Malice Mizer: Fukurokuju!

https://youtu.be/o7jLWG9fSWE

Nobunaba invocó a aquel Shikigami en forma de ciervo de tres metros de alto, el cual nada más aparecer lanzó al cielo una esfera de luz tan brillante que despejó las sombras en un kilometro cuadrado, gracias a ello, el Oni salió disparado desde su escondite.

—Descubrí tu secreto —declaró Nobunaga, desenfundando su katana—. No solo eres capaz de crear esas armas de huesos humanos, sino que también posees la habilidad de desplazarte entre las sombras. Por eso pudiste acercarte a nosotros a pesar de que estábamos tan cerca el uno del otro, pero ahora con todo a nuestro alrededor iluminado y libre de sombras, no puedes usar tu Jujutsu. Fukurokuju, sabes que hacer.

La cornamenta del ciervo brilló y todas las heridas de los miembros del Equipo Bishamonten fueron sanadas al instante.

—Incluso si descubriste mi habilidad, no te servirá de nada, hechicero —dijo el shinobi, empuñando de nuevo su ninjato de hueso—. Los acabaré aquí y ahora.

A pesar de no poder desplazarse entre las sombras, aquel shinobi demoníaco seguía destacando por sus habilidades superhumanas, logrando arrastrar quince pasos hacia atrás a Nobunaga cuando chocaron espadas. 

Hairo le disparó a quemarropa, pero él logró desviar casi todos sus balas, excepto una que le rozó el hombro derecho y arrancó un pedazo de su ropa. El ciervo invocado por Nobunaga lo embistió con todas sus fuerzas, estrellándolo contra uno de los árboles y teniendo que esquivar otro de los golpes de Kengan.

El shinobi demoníaco atacó lanzando un polvo que al tocar la piel de Kengan le provocó horribles quemaduras de segundo grado. 

—¡Oye, ninja feo! ¡No te olvides de la dama! —exclamó Kanae, teniendo un muñeco de paja en su mano izquierda que tenía un clavo con el trozo de la tela ensangrentada que le arrancaron y en su mano derecha tenía un martillo— ¡Voodoo Child! 

Al darle un martillazo al clavo en el muñeco, el hombro derecho del Oni explotó, dejando expuestos los huesos del mismo y con ese brazo inutilizado, Nobunaga logró cortárselo con su katana y Nirav le conectó una poderora patada en la espalda que le rompió tres vertebras.

Este era otro de los Artes Místicos transmitido por la familia Gotouge, Voodoo Child, el cual permite provocarle daños a un objetivo o incluso bloquear sus capacidades mágicas al usar unos muñecos de paja, un clavo, un martillo y algo que le perteneció a la víctima. Kanae también puede darle vida a estos muñecos mediante su Energía Kundalini y ella podía escuchar cualquier cosa que ellos escuchen.

Las heridas del shinobi se regeneraron, había que tenía que eliminar primero a la chica, así que lanzó varias bombas de humo para cegarlos y atacar a Kanae, pero Nobunaga se interpuso en su camino y esta vez, portaba un biwa.

—¡Malice Mizer: Benzaiten! —exclamó comenzando a tocar el biwa.

Al tocarlo, una onde supersónica conectó de lleno contra el shinobi, destrozándole todos los huesos del pecho por completo.

—¡Creo que tienes un tornillo suelto! ¡Déjame acomodártelo! —exclamó Kanae, apareciendo detrás del shinobi y dándole un fuerte golpe con su martillo.

—Malditos humanos... ¡no se atevan a subestimarme! —gritó el monstruoso ser.

—No, eres tú el que no debe subestimarnos —replicó Kengan, lazándole varios shurikens hechos de electricidad.

El shinogi los bloqueó, pero Kanae ya estaba preparando otro muñeco con pedazo del craneo que le rompió al Oni. 

Al martillarlo contra el muñeco, la cabeza del shinobi empezó a dolerle como si le estuvieran realizando una lobotomía, cosa que fue aprovechada por Nobanaga y Hairo. El primero le apuñaló en el plexo solar que le hizo vomitar sangre y por último, Hairo le voló la cabeza con un disparo de su arma. El cuerpo del shinobi demoníaco cayó al suelo y se convirtió en polvo. Había sido una misión exitosa para el Equipo Bishamonten. Todos los chicos festejaron en medio del bosque, ya que ese era el primer Yokai de Clase A que derrotaban.

—¿Ves lo que podemos lograr si dejas de lado esa inseguridad? —remarcó Kanae, tras darle un pequeño golpe en el hombro.

—Sí, tienes razón, realmente puedo romper mis límites —dijo Nobunaga, con una sonrisa.

Al día siguiente en Tokio, Kanae y Nobunaga caminaban hacia la casa Gotouge, durante un día lluvioso. Ambos iban con impermeables y la chica de anteojos iba haciendo equilibrio en un pequeño muro que había al lado.

—Fue una misión excelente —comentó Kanae, con jovialidad—. Es la primera vez que mi alma arde en un combate.

—Ey, todo te lo debo a tí —mencionó Nobunaga, ligeramente sonrojado—. Nunca más volveré a dejar que mis inseguridades se apoderen de mí. Como tú has dicho, tengo el potencial de ser un hechicero bastante fuerte.

—Obviamente, yo soy una genio y cuando digo algo es porque tengo razón —replicó con humor.

—Por eso, quisiera proponerte un duelo de hechiceros —dijo Nobunaga, mirando a Kanae a los ojos—. Quiero luchar con todo con la persona que me ayudó a salir de mi vida infernal.

—Si quieres que te de una paliza, así será —declaró Kanae, con un brilló en sus ojos que le encantaba a Nobunaga.

Una vez que estuvieron en la Sede de Tokio, los dos adolescentes fueron directamente a la arena de combate que había en varias sedes de la Organización Lovecraft y que usaban para las peleas entre los hechiceros. La arena era tan grande como un gimnasio y había más de cien asientos para los espectadores.

Gotouge Kanae se puso en posición con su martillo en mano, mientras que Saneyoshi Nobunaga hizo con sus manos el mudra de "Retsu".

—Malice Mizer: Daikokuten —conjuró, invocando así un mazo de madera.

—¡Oye! ¡No copies mi estilo! —exclamó Kanae, señalándolo de forma acusatoria.

—¿Tienes miedo de que te gane con tu estilo? —preguntó Nobunaga, con tono burlón.

—¡Haré que te comas tus palabras, Nobu-kun! —declaró Kanae, con una mirada feroz.

El combate inició entre ambos adolescentes, ambos se lanzaron contra el otro y chocaron sus respectivas armas. En este choque, fue Kanae quien fue arrastrada hacia atrás unos diez pasos. 

Nobunaga hizo crecer su mazo hasta unos cinco metros y lanzó golpe horizontal contra la chica, el cual esquivó dando un gran salto en el aire. Esta era la habilidad especial del Tesoro Sagrado Daikokuten, un mazo que le permite al usuario alterar su tamaño y masa, de esta manera, aunque Nobunaga lo haga crecer hasta tamaños colosales, pero que para el usuario pesará lo mismo que en su forma base.

Kanae colocó su martillo en el cinturón de su falda y corrió hacia Nobunaga, esquivando sus constantes martillazos, hasta estar a pocos metros de él y lo desarmó con una patada alta en su mano, para acto seguido aplicarle un Kote Gaeshi. Agarró la muñeca de Nobunaga y la hizo girar, haciendo que pierda el equilibrio y así lo lanzó contra el suelo de la arena de espaldas, lo cual fue una dura caída para le chico, pero no perdió el tiempo y en el suelo le lanzó una patada a Kanae que tuvo que esquivar retrocediendo. Ambos tomaren distancias uno del otro, pero la chica sonrió con cierta malicia.

—¡Voodoo Child: Fūin! (Sellado) —exclamó poniendo un muñeco de paja encima de Daikokuten, para luego martillarlo.

Gracias a esto, el Tesoro Sagrado desapareció, siendo sellado durante varias horas, por lo que Nobunaga no podría volver a usarlo en ese duelo.

—¡Malice Mizer: Benzaiten! —exclamó haciendo el mudra de "Kai" para así invocar su biwa— ¡Te dedico esta serenata! 

Con una gran maestría en dicho instrumento, Nobunaga lanzó sus poderosos rayos supersónicos que conectaron de lleno contra Kanae, estrellándola contras las paredes de la arena, haciendo que escupa algo de sangre y tenga una tinitis en sus oídos, pero ella no se veía intranquila. 

En medio de su ataque, Nobunaga se descuidó y para su sorpresa, un muñeco de paja le había arrancado un mechón de cabello.

—¡¡¡Voodoo Child: Fūin!!! (Sellado) —gritó Kanae, lanzando uno de sus clavos, cargado al máximo de Energía Kundalini. 

El clavo fue disparado como una bala y se enterró por completo en el muñeco de paja, sellando así al biwa Benzaiten y haciendo que desaparezca.

El chico desenvainó su espada y arremetió contra Kanae en un nuevo choque de armas.

—¡Que emocionante! ¡Hace tiempo que no luchábamos así! —exclamó Kanae, con una sonrisa de oreja a oreja— ¿A qué se debe la ocasión?

—Es fácil, pensé que sería mejor manera de decirte esto... ¡me gustas, Kanae-chan! —confesó Nobunaga, con las mejillas ruborizadas— ¡Por favor, sé mi novia! 

—¿Eh?... ¿Lo dices en serio? —preguntó Kanae, igual de sonrojada y dejando de lado la pelea.

—Sí, desde hace unos meses me di cuenta de estos sentimientos que tengo por tí —declaró sobándose el hombro izquierdo por los nervios— ¿Cómo no tenerlos? Eres la chica más maravillosa que he conocido en mi vida, gracias a tí, estoy donde estoy ahora. Sin tí, seguiría en aquel maldito pueblo.

Kanae le dio en respuesta un pequeño golpe en el pecho, con una sonrisa juguetona.

—¿Cuándo te volviste tan meloso, Nobu-kun? —mencionó con tono coqueto—. Tú también... me gustas, Nobu-kun. Sería una idiota si no admitiera que yo también tengo sentimientos por tí.

El corazón de Nobunaga se aceleró ante las palabras de Kanae, no podía estar más feliz que en aquel momento. Los dos jóvenes se abrazaron con fuerza y Nobunaga alzó a Kanae en el aire en aquel momento de euforia.

https://youtu.be/WIDyNfJzLd8

Tras aquella confesión, ambos fueron a la residencia Gotouge para contarles a los padres de Kanae y a su hermana mayor la noticia.

Reunidos todos en la sala de la casa, Nobunaga pegó la frente al suelo ante ellos y tragando saliva contó todo.

—Gotouge-dono, Gotouge-san, Kanae-chan y yo decidimos empezar a salir —declaró algo nervioso por lo que dirán—. Prometo cuidarla con mi vida y respetarla en todo momento.

—Ya te habías tardado, Kohai —dijo Shinobu, con humor.

—¿Qué? —dijo Nobunaga, levantando la cabeza con la ceja arqueada.

—No fuiste el más sútil, cariño —mencionó Gotouge Kanroji.

—Y nuestra hija no fue la más avispada —agregó Gotouge Himejima, con humor.

—¡Oye! —exclamó Kanae, ligeramente ofendida.

—Ya hablando en serio, no tienes que estar tan nervioso, Nobunaga —dijo Gotouge Himijima, cruzado de brazos—. Puedo verlo perfectamente en ustedes. Están unidos por el "Hilo Rojo del Destino". Por lo que sé que serán felices juntos, tienen nuestra completa aprobación.

Kanae abrazó a Nobunaga por la espalda de la alegría. Desde ese día, ambos iniciaron un noviazgo juntos, enamorándose más día tras día. Lamentablemente para Nobunaga, todo cambiaría y eso lo hundiría al abismo.