7-El Rojo es el más Hermoso Color
Allison Chao, era una mujer asiática de sesenta años, aunque físicamente parecía de treinta, eso es porque ella era otra vampira, uno de los infiltrados a la Luna de Sangre por parte de la Organización Lovecraft. Estaba entrando en su lujosa habitación de hotel, la cual pagaba con su sueldo de sicaria de la Luna, ellos pagaban bien por los asesinatos. Una vez dentro de su habitación, nota que tiene varios mensajes en el buzón de voz del teléfono fijo, entonces los reproduce mientras se quitaba los incómodos tacones.
"Primer mensaje: Hola Allison, es mamá. Espero que hoy te haya ido muy bien en el trabajo; el día de hoy, el asilo ha estado aburrido, quisiera que pudieras visitarme pronto".
"Segundo mensaje: Hola Allison, es mamá. Un amigo tuyo del trabajo vino a visitarme el día de hoy —esto pone en alerta a Allison Chao y además le produce un terrible escalofrío—; es un joven encantador, jugamos ajedrez y me preparó un poco de té. Me contó mucho de Londres, dijo que era de allí. ¿Como se llamaba?... creo que era Jack... algo. Bueno, no importa, me dijo que eras una trabajadora ejemplar y me alegró mucho oir eso, sigue esforzándote en ello".
"Tercer mensaje: Hooola Allison, soy yo Jack. Ayer conocí a tu madre, era una mujer tan encantadora, ¿sabes lo difícil que es conocer a alguien tan interesado por el té hoy en día? Sin duda me sorprendió —Allison caminó hasta la contestadora, un miedo indescriptible fluía a través de su cuerpo, debía llamar rápido a la Organización Lovecraft—. En fin, ya me enteré de todo mi querida rata topo, pero no pienses que estoy molesto, todo lo contrario. Simplemente estás despedida y además, te dejé un regalo de despedida en tu cama".
Allison Chao caminó con paso lento, hacía la puerta que conducía a su cama y cuando la abrió, el cadáver de su madre estaba todo regado por la cama, estaba desmembrado, sus órganos internos repartidos por todos lados y su cara, aún conservaba esa expresión de terror, como si lo último que vio hubiera sido la parte más profunda y espantosa del infierno. Allison Chao lanzó uno de los gritos más fuertes que podrías escuchar en tu vida, el solo hecho de escucharlo bastaba como para saber que aquella persona, viviría con esa imagen en su cabeza no solo en la vida, sino también en la muerte.
"Cuarto mensaje: ¡Corre, Allison, Corre! Porque el Destripador irá por tí!"
Jack el Destripador emergió de la sombras, con dos cuchillos de cocina en las manos y una sonrisa macabra; Allison aún en estado de shock le entierra la punta de su tacón en uno de sus ojos, pero Jack solo se ríe, su diversión apena comenzaba. Allison Salta de la ventana de su habitación hasta aterrizar en el estacionamiento del hotel y corre lo más rápido que puede.
https://youtu.be/SczE2Bqm0AE
Allison Chao corría desesperadamente, buscando salir de la ciudad, mientras lo hacía, lloraba y se lamentaba por la escena que había presenciado. Debía llegar a una estación de autobuses llena de gente, sabía cómo operaba la Luna de Sangre y no la atacarían en un lugar con muchas personas. Las risas de Jack el Destripador se escuchaban en cada callejón, en cada sombra, en cada esquina, Allison sentía que iba enloquecer si seguía escuchándolo. Era como un fantasma que la acechaba por todas partes.
En medio de su carrera, cae al suelo debido a que le habían cortado el talón izquierdo, ella inmediatamente convirtió su mano izquierda en una especie de cañón cibernético gracias a su Marca Vampírica, pero un cuchillo se clavó en cabeza desde la frente, dejándola inconsciente debido al daño en su cerebro.
La agente Chao despertó en una celda de uno de los muchos escondites de la Luna de Sangre, estaba de pie atada a la pared de manos y pies, se encontraba en ropa interior y las heridas que le había hecho Jack ya se habían sanado. Trató de liberarse de las ataduras usando su superfuerza vampírica y su Marca Vampírica, pero estas parecían estar hechas de un metal indestructible y sus poderes casi por completo anulados, pudiendo notar en ellas, el grabado de una serpiente que se come su propia cola.
—Sorry, that won't work, son un regalo de unos benefactores nuestros —dijo Jack, entrando a la celda con su típico traje elegante europeo y unos guantes blanco de látex—. Fue un buen golpe el que me diste en el ojo, muy estimulante.
—Son unos monstruos —dijo empezando a temblar de miedo— ¿Por qué mataron a mi madre? Ella no tenía nada que ver en esto... ¡¿Por qué lo hiciste?!
—Honestamente, matar mujeres mayores no es lo mío, prefiero matar a jóvenes para hacer mis obras de arte con ellas, pero fueron órdenes de Lady Báthory —respondió con cierta indiferencia—. Aunque debo admitir que sus riñones eran exquisitos, se conservaron bastante bien.
Un vampiro entró a la celda, llevando un carrito de metal con varios artilugios quirúrgicos, se le veía sumamente incómodo en presencia de Jack, por lo que una vez que le dejó las cosas salió corriendo de la celda. El asesino en serie se acercó al carrito y tomó un bisturí, apreciándolo un rato.
—¿Puedes creer que en mis tiempos de matar prostitutas, creían que yo era médico? —comentó con una pequeña sonrisa de burla—. Que incompetente era la policía londinense en aquella época, nunca fuí un médico, únicamente poseo conocimientos anatómicos ya que es un requisito para ser un artista. El propio Leonardo da Vinci abría a humanos y animales muertos para conocer su anatomía. Ahora bien, deer little girl, por favor grita para mí.
Lo que Allison Chao experimentó en aquel calabozo, fueron veinticuatros horas de tortura continua, tortura que no podría ser descrita sin causar horror y repulsión en las personas. Una vez que el trabajo de Jack había concluido, se va a los baños del escondite, para quitarse la ropa llena de sangre y a lavarse el cuerpo, el cual también tenía lleno de sangre. Jack el Destripador estaba renovado y nuevamente vestido como todo un elegante caballero inglés. Los otros dos espías ya tendrían su tiempo de tortura, pero para eso aún falta, ya que la mismísima Isabel Báthory había pedido torturarlos ella misma.
Jack partió rumbo a la sede central de La Luna de Sangre, en las costas de Louisiana, más especifico, en un hotel cinco estrellas que más que todo servía como fachada y residencia para Los Seis Duques, los vampiros más fuertes en el mundo criminal de la hechicería. En las profundidades de dicho hotel es donde estos seis vampiros se reunían.
—Llegas tarde, Jack —gruñó molesto uno los vampiros, con un acento italiano bastante marcado—. No digo que no tortures a nadie, pero al menos, trata de hacerlo más rápido.
—¿Qué te puedo decir, Mr. Paganini? —dijo Jack con elocuencia—. Aristóteles una vez dijo: "el placer en el trabajo, hace la perfección en el trabajo" y yo AMO Mi trabajo, con toda mi podrida alma.
—Ok, ok, ¿podemos comenzar de una vez esta reunión? —dijo un hombre como de sesenta años, con un marcado acento alemán—. La Serpiente del Edén, está nuevamente interesada en mis investigaciones del genoma vampírico y en nuestras drogas, están invirtiendo para que podamos sacar una nueva versión de La Locura de Bía.
—¿De nuevo esos locos? ¿Estamos seguros de que podemos confiar en ellos? —comentó Jack, algo pensativo—. No sé si es preocupación o qué, pero mi instinto me dice que no deberíamos ser tan abiertos sobre nuestras investigaciones con estos tipos.
—Apoyo al Sr. Cloverfield, no digo que cerremos nuestros tratos económicos con La Serpiente, pero hay que ser precavidos —explicó un joven que parecía de dieciocho años, con chaqueta negra de cuero y acento sureño—. Somos los número uno, en el mundo del crimen organizado paranormal en Estados Unidos, no queremos más competencia de la necesaria.
https://youtu.be/iZZekznEk3E
Mientras los cinco Duques debatían calmadamente, Isabel Báthory, se acomodaba en su silla, taciturna.
Están hablando de cosas muy aburridas... y por alguna razón tengo sueño... ¿Por qué tengo sueño? Tal vez un capuccino me venga bien más tarde... rayos, me estoy quedando dormida, no quisiera quedarme dormida, Josef me regañaría llamándome niña y odio que me llame niña. La habitación está muy poco iluminada... tal vez nadie se daría cuenta si cierro los ojos un rato...
Un estruendoso estornudo logra despertar a Isabel, cuando ella se da cuenta, fue Jack quien había estornudado de esa forma tan escandalosa.
—¿Estas bien, Jackson? —preguntó una mujer asiática, un poco bajita, la cual estaba sentada a su izquierda.
—Si, debe ser el polvo del lugar, ¿hace cuánto que no limpiamos? ¿Diez años? Vamos a someterlo a votación: los que quieran realizar una limpieza veraniega digan "yo".
Los Duques bastante extrañados alzaron sus manos en señal de aprobación, pero aún así, no podía evitar arquear las cejas por el extraño comentario de Jack.
Mi salvador ¿hace cuanto que conocí a Jack? Creo que hace más de cien años, el tiempo vuela rápido cuando eres inmortal, ¿debería agradecerle de alguna manera? ¿Cuál sería el mejor regalo para alguien como Jack? ¿Sexo? no, él me respeta demasiado como para que acepte acostarse conmigo, ¿sangre de virgen? no, debe ser algo especial, no algo que él puede conseguir cuando quiere... ¡Ya sé! Eso sería estupendo, sé que a él le encantan esas cosas.
La reunión de Los Seis Duques terminó tras una hora de charlas y debate. Isabel caminaba por los pasillos subterráneos de su sede, cuando es interceptada por Jack saliendo de las sombras, quien le regala un ramo de rosas.
—Para usted, Lady Báthory —declaró, con elegancia y una sonrisa encantadora—. Se cuánto ama el color rojo y esto me pareció un regalo adecuado para usted.
—Oh, Jack... no debiste, soy yo quien debería regalarte algo, me evitaste una terrible vergüenza hace rato—dijo Isabel sonrojada mientras olía las rosas.
—No hace falta, Lady Báthory, sé muy bien que usted odia que el Dr. Mengele le llame "niña". Además, todos estamos un poco más atareados ahora que la Organización Lovecraft se ha vuelto más fastidiosa que de costumbre.
—No nos preocuparemos de ellos en un tiempo, porque vamos a mandarles un mensaje —dijo Isabel, con una sonrisa de excitación y malicia.
—Antes de eso, ¿podría venir a mi estudio?, estas últimas semanas he tenido una gran inspiración y quiero que seas la primera en ver mis obras terminadas.
Jack llevó a Isabel a su estudio, el cual se encontraba en una habitación 9x9 en la azotea del hotel, Jack abre las puertas de su estudio e Isabel quedó fascinada por los siete cuadros que Jack había pintada en estos últimos días, era de una chica, con un estilo que combinaba el punk con el victoriano. Isabel se acerca para apreciarlas y con las yemas de sus dedos, siente la pintura seca.
Esta chica es muy bella ¿quien será? Esos ojos de dos colores son hipnotizantes, sobre todo el azul, es como ver una gema de cobalto pura y este cabello arcoiris... ¡Dios mio! Jack esta vez te superaste, pareciera que cada color del cabello te da una sensación diferente al tacto, sobre todo el rojo... el rojo es el más hermoso color. Sin duda es una belleza excéntrica de primera categoría, me encantaría torturarla de alguna manera que no arruine su bello rostro, pero parece que Jack ya la tiene en la mira, así que se la dejaré a él.
—Te quedaron espléndidos Jack, tus mejores trabajos en años —Isabel bastante contenta abraza a Jack, lo cual lo sorprende.
—M-me alegra que le hayan encantado, Lady Báthory, me seguiré esforzándome para seguir haciendo bellas pinturas —declaró con un ligero sonrojo.
Isabel se despide de Jack, ella tenía un trabajo pendiente que hacer.
En la sala de juegos especial de Isabel Báthory, un hombre en sus treinta estaba atado a una silla y con un saco negro en la cabeza. Luchaba para poder safarze de sus ataduras, pero le resultaba imposible, esas ataduras estaban hechas especialmente para vampiros. Alguien le retira el saco de la cabeza, no ve a nadie, excepto a su compañera, la cual estaba tumbada en el piso, atada y amordazada.
—¡Wryyyyy! —Isabel lanzó un grito muy agudo desde atrás del hombre, el cual le produjo un susto de muerte. Báthory se ríe de manera risueña mientras acomoda una silla para sentarse enfrente del hombre—. Bueno, bueno, mis queridos murcielaguillos. Esta noche tendrán su último trabajo ¡serán mis sujetos de prueba!
Isabel saca de su bolsillo una jeringa, la cual estaba llena de un líquido rosado.
—Esto es nuestro nuevo producto: Lágrimas de Afrodita —explicó Isabel con una sonrisa maliciosa—. Es un gran afrodisíaco y tú mi querido murcielaguito, me ayudarás a probarla.
Isabel le inyectó todo el líquido de la jeringa al hombre y ella poco a poco se va desnudando...
Al día siguiente...
En la sede de la Organización Lovecraft en Alexandría, Irene Holmes junto a Castiel y Rosabelle fueron llamados a la enfermería, allí estaban también Rajesh Parvati, Búfalo Salvaje y Shui Li, las personas encargadas del caso de la Luna de Sangre.
—¿Cómo están? —preguntó Irene con preocupación en el rostro.
—Nada bien, los peores son Alison y Daniel —dijo Búfalo Salvaje , conduciendo al resto hasta la sala de observación en donde estaba Daniel, en bata médica y en posición fetal.
Allison por otro lado, estaba acostada en su camilla, con dos cuchillos clavados en sus muñecas a forma de estigmas, su cabeza era adornada con una corona de espinas, se retorcía en su camilla, lo único que repetía era: "Jack el Destripador, Jack el Destripador, Jack el Destripador". La única que conservaba su cordura era Lizz, pero aún así estaba muy perturbada, Irene se sienta al lado de su camilla y la abraza, lamentándose por lo que le había pasado.
—Fuí a la única a la que no lastimaron, al menos no psicologicamente —declaró Lizz—. Isabel Báthory me pidió que les diera un mensaje: "Querida Organización Lovecraft, estamos agradecidos de que nos hayan enviado juguetes para la hora de juegos, realmente nos hemos divertido con ellos, pero tal vez, a la próxima no los devolvamos tan intactos como hicimos ahora".
Esta había sido una horrible derrota para la Organización Lovecraft, habían perdido una batalla, pero aún no se darían por vencidos en la guerra con La Luna de Sangre.
En Nueva Orleans, Lilith, Leviatán y Jorel se encontraban en la Biblioteca Infinita de este último, haciéndole una autopsia a uno de los strigoi que atacaron su casa hace unas semanas.
—¿Y bien? ¿Qué sabemos de estas cosas? —preguntó Lilith, intrigada por la criatura en la mesa.
—Le faltan todos los órganos vitales menos el cerebro, el corazón y los pulmones —explicó Jorel mientras anotaba todo en un diario—. Todo esto fue hecho mediante unas cirugías.
—No solo eso, hermanita —interrumpió Leviatán, golpeando con su bastón "accidentalmente" en las piernas a Jorel—. Observa que es lo que pasa cuando concentro mi Miasma en esta criatura.
El Miasma emitido por Leviatán hacía que unos extraños símbolos ocultistas sean visibles para todos los presentes.
—Por lo visto, crearon estas cosas combinando la ciencia con la magia demoníaca —comentó Leviatán, ligeramente impresionado—. Tal y como dijo el Sr. Blackwood y antes de que preguntes, no estoy al 100% seguro si podríamos revertir esto, tal vez Lucifer pueda, pero no prometo nada.
—Rayos, ojala los siete estuviéramos reunidos, tal vez pudieramos revertirlo —dijo Lilith, sintiendo una curiosa compasión por los strigoi.
—Incluso si los siete estuviéramos reunidos, si no sabemos exactamente cómo se crearon estas cosas no lograríamos nada, primero habría que desmantelar a La Luna de Sangre, pero eso es problema de la Organización Lovecraft —comentó Leviatán con algo de desgano e indiferencia.
—No me importa lo que diga Papá o Miguel, tengo que hacer algo —pensó Lilith, sintiéndose culpable por lo que sus creaciones les hicieron a los humanos.
El teléfono de Leviatán sonó, era un mensaje de Lucifer.
—¡Juro que si no dejan de mandarme mensajes de texto voy a matarlos! cof, cof. ¿Puedes leerme lo que dice el mensaje, hermanita?
—Es de Lucifer, quiere que nos reunamos los cuatro para ir a buscar a los chicos en Alexandría, pero ¿por qué querrá que fuéramos los cuatro? —preguntó Lilith algo extrañada.
—Nuestro hermano es sabio y tendrá sus razones —antes de irse de la biblioteca Leviatán le dá un último pedido a Jorel—. Conserva el cuerpo, tal vez tengamos algo más que aprender de ellos, no debemos subestimar el intelecto a La Luna de Sangre, quien creó esto, es realmente un genio maligno.
Lilith, Belcebú, Leviatán y Lucifer fueron a Alexandría en la limusina último modelo de Lucifer y llegaron a la biblioteca, una vez allí Lucifer recita el conjuro con el libro como le había dicho Shawn y llegaron a la cede de la Organización Lovecraft, donde los esperaban Shawn, Samuel, Sara, Irene, Castiel y Rosabelle. Leviatán y Belcebú finalmente se habían acostumbrado a usar sus formas humanas; Leviatán debía medir 1,70 mts, era moreno, con cabello liso y negro, aún en su forma humana, él sigue estando ciego y se orienta mediante su bastón y para cubrir sus ojos cocidos, se cubre con una venda de color verde pantanoso. Belcebú por otra parte, seguía siendo bastante alto, llegado a los 2 mts, su cabello era pelirrojo, su sonrisa era carismática, sus ojos eran de un color marrón, su cuerpo humano era sumamente delgado hasta el punto en que se le notan las costillas y las clavículas y tenía la tendencia de ir casi encorvado.
—Hola chicos, nos alegra que vinieran, se siente como si hubieran pasado años —dijo Sara saludando a todos junto a Shawn y a Samuel.
—No hacía falta que vinieran todos, Lucifer debes estar ocupado con tu empresa —comentó Shawn.
—En realidad, había algo que venía a hacer acá —dijo Lucifer, procediendo a tomar aire—¡Atención a todos los miembros de la Organización Lovecraft presentes! Somos los príncipes del infierno, los pecados capitales y el día de hoy he venido para hablar. Quiero convertir a Nueva Orleans en un lugar donde los ángeles caídos encerrados en el infierno, puedan reformarse poco a poco y me vendría bien su colaboración para mantener las cosas en control.
Todos los miembros de la Organización Lovecraft que estaban reunidos en ese salón estaban en silencio total, pero sus expresiones reflejaban una ira contenida, rencor, rechazo y maldiciones hacia los príncipes del infierno; cuando de repente, Búfalo Salvaje y Shui Li aparecieron junto a un anciano encapuchado, con una túnica negra, con el emblema de un caballo del ajedrez.
—Asmodeus de la Lujuria, Belcebú de la Gula, Leviatán de la Envidia y Lucifer del Orgullo y la Traición, yo soy Isaac Holmes, patriarca de la familia Holmes —esto impresionó bastante a Shawn, ya que Irene nunca le había hablado del hombre que era su abuelo, todo lo que sabía lo sabía de aquel insulto de Victoria, cuando iba a decirle algo a Irene nota como ella tiene una mirada de furia, pero no hacía los príncipes, sino hacía el anciano—. Durante milenios han escapado de su juicio ante los Seis Jerarcas, pero el día de hoy han sido tan estúpidos como para venir a nuestra base. Se les acusa de incontables crímenes contra la humanidad al haber creado las maldiciones que crearon a los monstruos que día a día atormentan a los humanos ¿Como se declaran?
—¡Reunión de los pecados capitales, ahora! —exclamó Lucifer tomándose toda esta situación con humor, se juntaron los cuatro, poniendo sus brazos sobre sus hombros y realmente, solo susurraban estupideces—. Inocen-digo culpables.
—¡No jueguen con nosotros, malditos demonios! —exclamó Shui Li, llena de furia.
Los Príncipes del Infierno pierden el sentido del humor un rato y expulsan un poco de su Miasma para intimidar a todos los presentes, pero se dan cuenta de que no les afecta.
—Lucifer, tranquilo, sabes que ellos no pueden hacer nada contra tí —dijo Shawn, llamando para mal la atención de todos los presentes.
—¡Callate maldito bastardo, este no es tu asunto! —gritó Isaac con bastante desprecio hacía el chico.
—¿Por qué no mejor te callas tú, anciano decrépito? —dijo Lucifer. Ese insulto a un buen amigo, no saldría sin castigo—. De hecho, ustedes tres son bastante arrogantes al hablarnos de esa manera, si nos van a hablar, la única forma de hablarnos es... de rodillas.
Lucifer alza sus dedos índice y medio y cuando los baja, Isaac, Búfalo Salvaje y Shui estaban de rodillas en el piso, sin saber como responder. Los Príncipes del Infierno caminan a su lado como si ellos fueran simples hormigas.
—Dejaré las cosas en claro, ya sea en el infierno o en la tierra, YO sigo siendo el Príncipe de las Tinieblas y ellos son mis Príncipes del Infierno, por lo tanto se nos tratará como tal —declaró Lucifer con su orgullo en la cima, un príncipe siempre ve a los demás como mera servidumbre—. He venido en son de paz para tener buenas relaciones con ustedes, pero si quieren enjuiciarnos, primero tendrán que vencerme a mí, el representante del infierno. TODOS ustedes contra mí solo, ¿que me dicen?
Todos los miembros de la Organización Lovecraft empezaron a activar sus Artes Místicos, lo cual emociona a Lucifer y decide, por está vez, divertirse con la servidumbre. Con las palabras, Erumpere, activa a la Corona del Mal y moldea su miasma para crearle instrumentos musicales a los caídos; a Lilith le entrega un violín, a Leviatán una guitarra y a Belcebú una batería; estos se emocionan porque saben que se vendrá un gran espectáculo.
https://youtu.be/BLD1ulUbd3Q
—Asmodeus de la Lujuria, Belcebú de la Gula, Leviatán de la Envidia y Sara The Wandering —dijo Lucifer, ofreciendo su mano para que Sara pudiera danzar con él—. Desde los Arcontes, nunca había tenido tantas ganas de jugar con mis adversarios, pero ahora es el momento... ¡Música del Infierno!
Lucifer empieza a batallar contra todos los miembros de la Organización Lovecraft presentes, aunque batallar sería decir mucho, él simplemente estaba jugando con ellos mientras cantaba su diabólica canción, ya que un verdadero Príncipe nunca pelea en serio contra seres sumamente inferiores. Ni siquiera les atinaba golpes que los dejaran con heridas graves, solo esquivaba y contraatacaba, esperando a que eventualmente se cansaran y los miembros de la Organización Lovecraft habían sido muy tontos al responder a las provocaciones de Lucifer, ya que al estar dentro de las instalaciones de la Organización no podía pelear libremente para así no causar terribles daños estructurales. En este sentido, estos hechiceros y guerreros místicos no son más que niños en medio de un berrinche para los ojos de Lucifer. Hacía tiempo que el primero de los caídos no se divertía. Todos los combatientes se habían rendido, otros ya no tenían las suficientes fuerzas como para luchar y otros no se atrevieron a luchar ¡El concierto de los Pecados Capitales había concluido de una manera estupenda! Lucifer junto a Sara y los demás pecados reían por tan gran espectáculo.
—Ahora que finalmente entienden, ¿escucharán mis peticiones? —inquirió Lucifer mirando a todos los hechiceros y guerreros derrotados como simples mosquitos los cuales solo le habían provocado picazón.
Los demás jerarcas, los líderes de la Organización Lovecraft hacen acto de presencia en la sala, Peón, Torre, Alfil, Rey y Reina, todos vistiendo sus túnicas negras y sus emblemas.
—Escucharemos sus peticiones, pero no aquí, que sea en privado, si es posible —dijo el Rey demostrando un gran respeto hacía Lucifer.
—Por lo visto, hay gente razonable aquí —dijo Lucifer con carismas—. Chicos, mi chofer los llevará de regreso a Nueva Orleans, deben estudiar bastante para poder graduarse con honores. Los veré más tarde.
Shawn, Samuel y Sara se fueron de Alexandría y regresarán una vez más después de graduarse de preparatoria dentro de una semana y media. Lucifer empieza a mover sus fichas, desafortunadamente se iba enterar de otras consecuencias de sus acciones de hace un año.
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