Sara caminó por un pasillo con decoraciones de la India, hasta llegar a una puerta color naranja. Ella toca y una voz como la de un anciano le dice que pase. Al entrar en la habitación, huele un incienso de lavanda y ve cómo es que un anciano de piel morena y arrugada, calvo, con vestimentas budistas de color ocre, mostaza y terracota, estaba meditando.

—Bienvenida, señorita. Tome asiento —dijo el anciano maestro—. Mi nombre es Rajesh Parvati, un muy viejo amigo de la Srta. Irene. Ella me contó que usted es la nueva errante.

—Eso es correcto, maestro Parvati —dijo Sara tomando asiento en suelo, junto al anciano—. Me llamo Sara García y yo...

De la nada, Parvati empieza a atacar a Sara, ella por puro reflejos logra esquivarlo justo a tiempo. El anciano se pone en posición de combate, por lo que Sara entiende de una la situación y activa el Modo Wandering y comienza su combate. Parvati lanza una serie de golpes a gran velocidad, pero Sara es perfectamente capaz de bloquearlos con su gran agilidad. Ella contraataca creando un torbellino y mandando a volar al anciano, pero Parvati se reincorpora como si nada y activa su Arte Místico.

—Arte Místico: El Hilo del Destino.

Al decir esas palabras, la ropa de Sara comienza a apretarle, las mangas de su camisa se unen a su torso, sus pantalones se cosen solos y cuando sus piernas se unen, ella pierde el equilibrio y cae al suelo.

—El Hilo del Destino es una Arte Místico bastante viejo, al igual que yo. Ho, ho, ho —declaró Parvati con una sonrisa en el rostro, pero igual con seriedad—. Me permite controlar todo lo que esté hecho de tela, ya sea artificial o natural. Aunque esto tiene un rango, no se lo diré, prefiero que usted misma lo descubra.

Sara crea fuertes ráfagas de viento, haciendo volar todo dentro de la habitación y dificultando la visión de Parvati; ella aprovecha esto para atinarle un fuerte puntapié, una vez que Parvati recupera la visión, nota coma Sara esta libre, con pequeñas rasgaduras en su ropa y mantiene las distancias.

—Si tuviera que adivinar cómo fue que te libraste, diría que usaste el fuego purificador para deshacer los hilos —dijo Parvati recuperándose del golpe en su pierna—. Eres bastante lista, jovencita, sin embargo, aún le hace falta la experiencia que yo tengo.

—Tiene razón, como dijo Irene, tu conoces muy bien a los... —una pequeña risa interrumpe el habla de Sara—. Perdón, es que yo... hace tiempo que no... —Por alguna razón Sara ahora ríe descontroladamente—. ¡¿De donde sacaste esa frase, Rajesh?!, te has vuelto muy hilarante.

Para sorpresa de Parvati, Sara empezó a hablar con dos voces, una era la suya y la otra parecía la de un chico de su misma edad.

—Jhon... aún estás ahí —dijo Parvati, asombrado por lo que veía.

—¿Quien es Jhon? —una vez que la risa paró, Sara estaba bastante perdida, hasta que nuevamente empezó a escuchar una voz en su cabeza.

—Ese sería yo, mi pequeña de buen ver —la voz que Sara escuchaba en su cabeza, era serena, relajante y risueña—. Dejaré que me descubras por tí misma, los demás te están esperando y la linda Bonney quiere pedirte disculpas.  

—Lo escuchas en tu cabeza, ¿no es así?

—Sí, al parecer es una de mis vidas pasadas.

—Terminamos por ahora Sara, vayamos a la cafetería para poder descansar y contarte una breve historia.

En la cafetería, maestro y alumna estaban comiendo tranquilamente, pasados unos cuantos minutos, Parvati pone una cara seria.

—Como sabrás los Wandering han ido reencarnando a lo largo de la historia, teniendo muchas facetas entre ellos, hombre, mujeres, caballeros, artesanos, científicos, etc —Sara asentía con la cabeza mientra comía y prestaba atención—. Sin embargo, su conciencia sigue estando presente en las futuras reencarnaciones y de esa manera, el Wandering actual puede comunicarse con ellos. Tú estás empezando a desarrollar esa habilidad y la persona con la hablaste recien era un viejo amigo mio, su nombre era John Doe. El más peculiar de todos los Wandering... nunca fue el más sabio o el más fuerte de todos ellos, pero fue de los pocos que pudo acceder a las memorias de todos y cada uno de sus antecesores.

—Wow... —Sara había quedado sin palabras ante tal relato, ahora tenía un fuerte deseo de adentrarse más en sus poderes, debido a las palabras de John Doe—. ¿Cómo podría empezar a comunicarme de una manera más efectiva con mis vidas pasadas? John dijo que "los demás me estaban esperando".

—Todo a su tiempo, jovencita, primero completemos la primera parte del entrenamiento. Esta primera parte estará más que todo enfocado en lo físico, en encontrar nuevas formas de usar los pecados y virtudes que domina, luego pasaremos a algo mucho más espiritual.

Tras terminar de comer, maestro y alumna volvieron a su habitación para seguir entrenando arduamente. Pasaron horas y horas peleando, cuando Sara se quedaba sin fuerzas descansaban dos horas para seguir peleando, en combates en los cuales Parvati parecía mucho más superior a Sara debido a su control de los hilos. Llegadas las diez de la noche, Parvati despidió a Sara, la llevó a la enfermería para que recibiera tratamiento para sus heridas y le indicó donde quedaban los dormitorios, donde se le entregó la llave del dormitorio 75, por el pasillo de los dormitorios se encuentra con Samuel, el cual parecía drogado, lo ayuda a llegar a su habitación y pocos segundos después, se cruzan con Shawn con el cual charlan un rato y como se había relatado antes, los tres mosqueteros se desean buenas noches para ir a descansar. 

En el escritorio de la habitación, Sara nota un cuaderno universitario de color morado, con nota adhesiva pegada en su portada.

Este será tu futuro grimorio, donde anotaras todos tus progresos como Wandering. Mi hijo te quiere mucho, Sara y sé que tú a él igual, el hilo rojo del destino los ha unido y ese amor que se tienen los hará más fuertes. Eres parte de la familia Holmes, mi dulce Sara.
Con cariño,
-Irene Holmes.

Sara sintió una sobrecarga de dulzura por las palabras de Irene y se fue a dormir contenta y motivada para pelear una vez más mañana. Debido al cansancio, Sara cayó rendida como un tronco y empezó a soñar algo raro. Estaba en la azotea de un edificio, donde se admiraban espléndidas vistas nocturnas de la ciudad de Toronto, Canada.

Junto a Sara se encontraba un chico como de treinta años, un fedora en su cabeza, con un abrigo marrón y corbata negra, pantalones de jean y zapatos de distintos colores, pero a la vez similares; el derecho era azul celeste, pero con estampados color escarlata; el izquierdo era de un color escarlata, pero con estampado azul celeste. Su rostro al igual que con aquella caballera, estaba glicheado, haciéndolo imposible describir sus rasgos faciales.

—Siempre amé a la ciudad que me dio vida, estas vistas eran increíbles —comentó John Doe con un tono alegre y nostálgico—. ¿Qué opinas de este ambiente, Rainbow?

—Es perfecto para hacer un cuadro o una fotografía —dijo Sara maravillada por las vistas de la ciudad— ¿Cuál es la razón de traerme aquí, Sr. Doe?

—¿Razón? En realidad Rainbow, casi nunca existe una razón de la gran mayoría de cosas que ocurren en este mundo, hay cosas que simplemente ocurren por el azar —dijo John, caminando haciendo equilibrio por el borde de la escalera—. Por ejemplo, ¿no crees que fue algo aleatorio que justamente te hubieras encontrado con el primero de los caídos en aquel autobús?

Sara no estaba muy segura que responder, estaba en blanco. John Doe, prosiguió con su discurso.

—Si, yo estaba consciente en aquel momento, en realidad, desde que naciste, yo estaba allí; cuidándote y vigilándote. Incluso, obtuviste unos rasgos de mi personalidad, como el gusto por las cosas antiguas. Cuando los demás te increparon cuando aún no podías controlar tus poderes, yo estaba allí para defenderte, porque así funcionan los Wandering, cuando uno de nosotros muere, una parte de su alma se queda con el siguiente. Somos una legión, porque somos muchos.

—¿Cómo eras tu, John Doe? Cuando aún estabas vivo —preguntó Sara, intrigada por aquel hombre.

—Como tú y cualquier otro, mi querida Rainbow, yo no tengo nada de especial, salvo haber sido un Wandering, yo soy Solo Un Nadie.

—Eso es mentira, el maestro Parvati dijo que pudiste conocer a todas tus vidas pasadas y parecía que hablaba de un Buda —dijo Sara, incrédula por lo que decía John.

—"Buda"... un título raro, para alguien que simplemente comprendió lo efímero de la vida —John Doe de la nada comenzó a reír—. Se me acaba de ocurrir algo para sorprender a Rajesh mañana, acercate, te lo diré al odio.

Aquella idea hizo que Sara sonriera, realmente le parecería algo divertido de probar.

—Ya casi es hora de que me despida, querida Rainbow —dijo John Doe, haciendo que Sara se pare al borde de la azotea—. Cuando tu entrenamiento de mañana termine, pregúntale a Rajesh sobre el bastón.

—¿El baston? ¿De qué hablas? —preguntó cruzada de brazos.

—Bueno, ¿Conoces al escarabajo?

—¿Cuál escarabajo?

—El que te tira para abajo —John Doe sin previo aviso, arroja a Sara del edificio y cuando ella cae, se despierta en su cuarto sobresaltada.

Eran las diez de la mañana, Rajesh Parvati miraba pacientemente aquel viejo reloj de engranajes que se encontraba en su pared. Sara finalmente llega y se disculpa por su tardanza; Rajesh no le toma mucha importancia y le dice que es hora de comenzar nuevamente su entrenamiento. Sara es quien comienza a máxima velocidad estaba con una fuerte patada voladora, pero Parvati logra bloquearlo con sus brazos en equis y nuevamente activa El Hilo del Destino, sin embargo, cuando la ropa de Sara empieza a atarla, algo sorprendente ocurre y es que Sara usa el fuego purificador para quemar su ropa y se queda en un traje de natación, hecho de goma.

—Esto fue idea del Sr. Doe. Tenía razón, esto lo sorprendería —Sara comienza su contraataque.

La fuerza de Sara era abrumadora y los hilos que Parvati usaba para atacar eran destruidos al instante por el fuego purificador, por lo que, justo cuando Sara se lanza para un nuevo ataque que derrotaría de una vez a Parvati, este último decide revelar su as bajo la manga.

—El Tejido de la Realidad.

De la nada y sin previo aviso, Sara estampa de lleno su cara contra un gong, cayendo al suelo malherida y con los oídos zumbando.

—¿Ese gong siempre estuvo allí? —preguntó Sara con la cabeza aún agitada por el golpe, incluso lograba visualizar algunos pajaritos volando alrededor suyo.

—No, no siempre estuvo allí, yo mismo lo creé —los ojos de Parvati se vuelven negros, como el espacio exterior, pero iluminados por pequeñas luces—. Me tomó décadas, jovencita, pero logré llevar mi Arte Místico a su máximo potencial. ¿Alguna vez escuchó hablar, sobre la teoría de cuerdas? Simplificándola bastante para mi mente de anciano, dice que el universo y toda la materia, está formada por pequeñas cuerditas que vibran en diferentes frecuencias, las frecuencias de esas vibraciones son las que forman la materia. Con El Tejido de la Realidad, puedo alterar la materia a mi gusto, aunque sólo funcione con objetos inanimados.

—Terminamos por ahora, jovencita, descanse porque se lo ganó, realmente no me esperaba lo del traje de natación —dijo Parvati, ayudando a Sara a levantarse.

—El Sr. Doe me pidió que le preguntara sobre un bastón, ¿a qué se refería?

—Rayos John, quería que fuera una sorpresa —dijo el anciano, un poco molesto—. Déjame enseñarte.

Parvati llevó a Sara a una de las partes más profundas y recónditas de la sede la Organización Lovecraft en Alexandría, estuvieron diez minutos enteros bajando escaleras, hasta llegar a una sala, en el centro de dicha sala, se encuentra un pedestal que constantemente emite cantidades inquietantes de Miasma y Energía Kundalini, todo proveniente de un shakujo, clavado en el pedestal. Un shakujo o khakkhara, del sánscrito "bastón resonante", es un báculo anillado tradicionalmente utilizado por los monjes budistas como herramienta de autodefensa y para realizar oraciones, su origen se remonta a la India.

Este shakujo estaba hecho de oro y en su punta tenía siete anillos a cada lado, los de la izquierda brillaban con un intenso color escarlata y los de la derecha brillaban un intenso color celeste.

—Este es el Tengoku To Jigoku, literalmente significa Cielo e infierno —dijo Parvati, asombrado de esta arma, a pesar de haberla visto varias veces en el pasado—. Esta arma fue creada por una Wandering llamada Himiko en Japón, mediante un pacto con una entidad sobrenatural de gran poder. Este el tesoro de los Wandering y solo ellos pueden manipularla.

—¿Cómo se supone que lo haga? —preguntó Sara, intrigada.

—El arma responderá a tu voluntad, solo dile que venga hacia ti.

Sara levanta su mano derecha y en su mente, se concentra para atraer el bastón. El arma rápidamente vuela hacía ella, pero para su mala suerte, el mango del bastón le impacta en el vientre, dejando a Sara en el suelo y sin aliento.

—Veo que aún tenemos mucho que aprender —comentó Parvati, antes de levantar a Sara para llevarla a la enfermería.