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20-La Calamidad de Murphy

En Baton Rouge, Louisiana. Isabel Báthory estaba en una parada de autobús, con un paraguas en medio de la lluvia, estaba esperando a uno de sus Duques, mientras esperaba, un niño como de diez años se para cerca suyo, esperando un autobus. Isabel lo mira de reojo, viendo que traía una camisa color rojo, junto con unos zapatos que le hacían juego.

Es un niño bastante adorable, alguien así no debería estarse mojando en la lluvia.

—Oye niño ¿por qué no tienes un paraguas? —preguntó Isabel.

—No sabía que iba a llover —respondió el niño, con algo de frío.

—Si, la verdad es raro que esté lloviendo en verano —Isabel estiró el brazo con el que sostenía el paraguas al niño, quien la mira con un poco asustado—. Ten, es tuyo, no sería bueno para tus padres que tengas un resfriado.

El niño al principio tiene ciertas dudas, pero al ver la sonrisa de Isabel se convence de agarrar el paraguas.

Isabel Báthory se quedó esperando bajo la lluvia unos dos minutos más, hasta que por fin apareció uno de sus Duques, el Dr. Mengele, quien en una mano llevaba un paraguas y en la otra un cigarrilo.

—Al fin te encuentro niña, ¿Por qué no tienes un paraguas? —preguntó Mengele, cubriendo a Isabel con su paraguas.

—Deje de llamarme niña, doctor —dijo Isabel, fastidiada—. En cuanto a mi paraguas, por allá está.

El Dr. Mengele se fijó en el niño con el paraguas de Isabel.

—Oye niño —dijo, llamando la atención del niño— ¿Tu madre jamás te dijo que nunca debes aceptar cosas de desconocidos, mucho menos de alguien tan tétrica como ella?

—Usted es mucho más tétrico que ella —dijo el niño, en su santa inocencia.

Por ese comentario, Isabel suelta una pequeña risa.

—No es gracioso, niña.

Un autobus finalmente llegó y el niño se despidió de Isabel.

—Si tan solo supiera todo lo que hemos hecho —comentó el Dr. Mengele, tirando su cigarrillo— ¿Recuerdas a cuantas personas has matado?

—¿Tú recuerdas cuantos vasos de agua has tomado desde que naciste?—esa respuesta llena de frialdad, asombró a Mengele, ya que solo había visto esa frialdad en el Tercer Reich—. ¿Y tú?¿Recuerdas a cuanta gente has matado?

—Soy un científico, obvio que recuerdo a mis sujetos de prueba... son en total: 4550 —respondió Mengele, con la misma frialdad—. ¿Alguna vez mataste niños?

—No. Jamás a niños —confesó Isabel, algo cabizbaja—. Alguna vez tuve hijos ¿sabías? Los extraño, solo espero que hayan corrido mejor suerte que yo.

—Espero lo mismo. Las actividades de la Organización Lovecraft en nuestra contra se han incrementado, no han enviado a más vampiros encubiertos, pero si se han incrementando el número de redadas y operaciones fallidas —dijo el Dr. Mengele, con cierta preocupación—. He hablado con Lam sobre esto y decidimos ponerle fin, atacaremos directamente a su sede.

—¿Cómo? No sabemos donde se encuentra —preguntó Isabel, intrigada.

—Les tenderemos una trampa —dijo con una sonrisa maliciosa—. Le ordenamos a Murphy que se entregara, él acabará con todos.

—¿Murphy?... Vaya, creo que si alguien es capaz de acabar con toda una sede de la Organización Lovecraft, sería el capitán de los Surtr.

Mientras tanto en Nueva Orleans...

Un extraño experimento se estaba llevando a cabo en la Biblioteca Infinita de Jorel, La música del Infierno estaba sonando a todo volumen, mientras que Lucifer, Lilith, Belcebú y Leviatán, estaban realizando un diabólico ritual, cantando y bailando alrededor de una esfera de miasma.

Sangre en este pentagrama —comenzaron a recitar al unísono—. Reza en llantos en el sociodrama. No hemos tocado agua en mucho tiempo, caimos en la oscuridad por nuestro pecado. Sangre de rituales que nos delatan, sufriento de humanos que nos relatan. Aulla la luna negra, aulla el Rey de las Tieblas. Nos alimentamos del jugoso dolor, de su sufrimiento desgarrador.

La esfera de miasma desaparece y de ella sale un collar dorado, con varias gemas que representan los cinco elementos del caos.

—Esto debería funcionar a la perfección —dijo Lucifer, tomando el collar con una sonrisa.

—Puede que sí puede que no —replicó Leviatán—. No estamos los siete por lo que puede tener sus fallos.

—Aún así vale la pena intentar, se lo debo —dijo Lucifer retirándose de la biblioteca, junto a sus hermanos.

En la sala de su casa, Lucifer se preparaba para viajar a Alexandría para visitar a Sara y también a alguien más. Mientras guardaba el collar en una caja de regalo, vió como Lilith también bajaba con otra caja de regalo más pequeña.

—¿Y eso? —preguntó Lucifer, por curiosidad.

—Es un regalo para Lawrence —dijo con una sonrisa risueña—. Hoy estará en la sede de Alexandría y quiero sorprenderlo, lo invitaré al cine hoy... ¡kyaaa! No puedo con la emoción ¿qué hay de tí? Hicimos mucho esfuerzo para crear el regalo para tu novia, jaja.

—Novia ¿eh? Es raro, porque tengo un sentimiento raro al estar con ella —confesó Lucifer, algo pensativo.

—¿A que te refieres? —preguntó Lilith, arqueando una ceja.

—Ella me da... miedo —declaró Lucifer para asombro de Lilith—. Si sé que es insólito que diga eso, pero es como me siento. No es miedo como tal, experimenté el miedo por primera vez en milenios cuando Sara se transformó por primera vez en Wandering y es igual y a la vez no con lo que siento. No sé si me explico.

—Tú solamente disfrutas quemándote el cerebro al pensar mucho las cosas —dijo Lilith, retirándose riendo.

—Espero que ese tal Lawrence sea un buen hombre porque si no te juro por nuestro Padre que yo mismo lo mandaré al infierno —dijo Lucifer, saliendo junto a su hermana.

Cuando llegaron a la sede de la Organización Lovecraft, todo estaba tranquilo. Mientras Lucifer y Lilith caminaban por los pasillos, atraían todas las miradas de los agentes de la Organización Lovecraft.

—Esas miradas son algo molestas —comentó Lilith, fastidiada.

—Hmf... somos príncipes, Lilith, los plebeyos siempre nos mirarán así porque simplemente no pueden ser como nosotros —dijo Lucifer, con narcisismo—. Que esas cosas no te afecten, eventualmente tendrán que acostumbrarse a nosostros.

Los dos hermanos se separaron, cada quien iría por su respectiva visita. Lilith fue a los dormitorios para ir a ver a Lawrence, al entrar, encuentra a Lawrence recostado en la cama, con los ojos cerrados y escuchando un walkman.

—Oye Lawrence ¿estás dormido? —preguntó Lilith setándose a un lado, sin obtener respuesta—. Oye Lawrence... me gustas.

—Mmm... ¿en serio? —preguntó Lawrence, aguantando la risa.

—¡¿Ehhh?!... b-bueno, sí, me gustas —admitió Lilith, cubriendo su cara ruborizada con el regalo.

Me llevo yo, estaba despierto —pensó, apenada.

—También me gustas, Lilith —dijo Lawrence, sentándose con una sonrisa—. Disfruté bastante nuestra cita, nunca pensé que podría darle una segunda oportunidad a esto, pero ahora creo que estoy listo para dar un paso adelante.

Lawrence saca de su cajón un broche plateado, con una gema escarlata en el centro, al presionar un botón, el broche se abre y revela un espacio para guardar una fotografia.

—Lo compré hace una semana, pensé que te gustaría.

—Es hermoso Lawrence, gracias —dijo Lilith, dándole un beso en la mejilla a Lawrence—. También tengo algo para tí. 

Lilith le hace entrega de la caja de regalo a Lawrence, cuando esta la abre, ve que son entradas para el cine.

—En dos días habrá un maratón de películas terror en el cine —explicó un poco sonrojada—. Al principio quería ir sola, pero creo que me daría mucho miedo.

—Si te asustas, puedes agarrarte de mi brazo —dijo Lawrence de forma coqueta.

Lilith y Lawrence se quedaron en aquel dormitorio hablando de cosas de su vida, principalmente de sus gustos, mientras que en otra del lugar, Lucifer se encuentra con Sara, quien estaba entrenando con aquel bastón junto a su maestro.

—¡Lucifer! Que alegría verte de nuevo —dijo Sara abrazándolo.

—¡Oye, quítate, estas toda sudada! —exclamó Lucifer, tratando de apartar a Sara.

—No quiero, ahora estás totalmente atrapado en mi abrazo de oso —dijo Sara, aferrándose a él con todas sus fuerzas.

—Ho ho ho, quien diría que el primero de los caidos caería víctima de un abrazo sudoroso —dijo Parvati a forma de broma.

Cuando Lucifer mira a Rajesh Parvati, queda intrigado por la naturaleza de este hombre, emitía un gran aura de guerrero.

—Usted debe ser el maestro de Sara, ella me a comentado mucho sobre usted —dijo Lucifer y con respeto, le extiende la mano para un apretón—. Gracias por entrenarla.

—Solo hago mi trabajo, Lord Lucifer —dijo Parvati respondiendo al saludo de Lucifer.

Cuando Parvati y Lucifer tuvieron ese apretón de manos, Lucifer pudo confirmar sus sospechas. Ese hombre, Rajesh Parvati, sin duda alguna, un gran veterano en el mundo de la hechicería, a Lucifer le encataría poder pelear con él en algún momento a futuro.

—Ya que estás aquí, tengo algo que pedirte, Lucifer —dijo Sara, con una gran determinación—. Quiero desafiarte a un duelo.

Lucifer se emociona tanto al escuchar esas palabras que emana una cantidad descomunal de Miasma mientras sonríe de forma macabra.

—Vaya, vaya, vaya ¿Un duelo? Sería la primera vez que nos enfretaremos con tu total uso de razón —dijo sin querer ocultar su emoción—. Sería algo estupendo.

—¡Un segundo! Por más que quiera que Sara se desarrolle como Wandering debo protestar —dijo Parvari, nervioso—. Sin pelearan con toda su fuerza destruirían todo el lugar.

—Es un buen punto, pero yo tengo una buena solución al problema, prometo devolver a Sara en unas cuantas horas —dijo Lucifer chasqueando los dedos y desapareciendo junto a Sara.

Cuando Sara se dá cuenta, estaba en un lugar lúgubre, donde el suelo, los árboles y casi todo alrededor era de un color negro. El cielo era de un tono blanco grisáceo y la luna era negra y con un aura púrpura.

—¿Donde estamos? —preguntó Sara, admirando el paisaje.

¿Does the Black Moon howl? (¿Aulla la Luna Negra?) Esta es una de mis muchas técnicas —reveló Lucifer, presumiendo—. Es básicamente una dimensión de bolsillo en la cual las leyes de la física y la naturaleza no aplican, solamente yo puedo controlar lo que aquí pasa y puedo crear casi cualquier cosa. Lamentablemente no es tan grande como quisiera, es tan grande como Cuba, además, la vida no puede prosperar aquí, todo está muerto. Aquí podremos pelear a gusto ¿Lista, Rainbow?

Sara activa su modo Wandering y con una gran sonrisa de emoción se lanza al combate en contra de Lucifer. El resultado de dicho combate se sabrá dentro de poco.

En la sede de la Organización Lovecraft, Lilith y Lawrence deciden dar un paseo por el lugar, mientras caminaban riendo y conversando, se topan con unos agentes de la Organización, quienes tenían esposado a un hombre, con un traje elegante, una bufanda de color motaza y un bombín negro con una linea morada, sus ojos eran rojos y con los clásicos colmillos de un vampiro.

—Oye Lawrence, ¿qué opinas? Capturamos a un miembro de la Luna de Sangre —dijo uno de los agentes—. Este tipo es muy débil, ni siquiera tiene una Marca.

Cuando Lawrence se fija en el hombre, el terror invade su cuerpo.

—¡Idiotas! ¡¿Cómo pudieron traerlo aquí?! ¡Hay que matarlo cuanto antes! —gritó Lawrence, sacando una pistola y apuntando a la cabeza del hombre, pero al disparar, el arma explota y la bala junto a otros fragmentos de metal se incrustan en su cuerpo y en el de Lilith.

—¡Lawrence! —exclamó Lilith, socorriéndolo.

—Debes... matarlo, antes... de que sea tarde —trató de hablar, con su garganta destrozada.

El hombre sin mucho esfuerzo rompe las esposas y con un barrido hace caer a los dos agentes, para luego irse caminando como si nada. Cuando Lilith lo persigue, un ladrillo cae del techo y le da en la cabeza.

—¡Au!... un momento, ¿por qué eso me dolió? —preguntó Lilith, perpleja.

El hombre gira la cabeza para mirarla de reojo.

—Nombre: Murphy. Apellido: Law —dijo, despidiéndose con el bombín.

https://youtu.be/37xuWmJOGv4

Lilith, transformada en su forma demoníaca, al haber salido herida por su culpa esto cuenta como defensa personal y tiene permitido interferir. Ella trata de alcanzarlo de un salto, pero de la nada se choca con Shawn y su maestra.

—¡¿Qué diablos les pasa?! ¡Fíjense! —exclamó Lilith levantándose rápidamente.

—Lo vimos todo, Lilith, te ayudaremos —dijo Shawn, acompañando a Lilith junto a su maestra.

—Le cerraré el camino —dijo Shui Li, con un ademán de manos.

El pasillo es cerrado por raices gigantes y Murphy es acorralado.

—Siento decirles esto, pero todos sus esfuerzos son infructíferos, nunca mejor dicho —dijo encendiendo un cigarrillo—. La mala suerte, esa eterna superstición que siempre formó parte del ser humano, es lo que me dá mi poder. Este es el poder de mi Marca Vampírica: Fixer.

Shui Li y Shawn atacan al hombre con sus poderes naturales, pero Murphy, lo único que hace es lanzar su cigarrillo contra las plantas para quemarlas casi al instante.

—La Ley de Murphy: todo lo que puede salir mal, saldrá mal —dijo usando su fuerza sobre humana para romper las raices y seguir con su huida, o mejor dicho, con su destrucción.

El trío persigue a Murphy hasta un pasillo adornado con armaduras de caballeros con hachas de combate, cuando corren por dicho pasillo, las estatuas se caen y cortán la pierna y la cintura de Shui en plena persecución, dejándola fuera de combate.

—¡Maestra! —exclamó Shawn, preocupado.

—¡Estaré bien, ustedes sigan! —gritó Shui desde el suelo, mientras sus heridas se regeneraban.

Shawn sigue corriendo junto a Lilith hasta que un candelabro cae del techo y lo deja atrapado y malherido.

—¡Shawn! —exclamó Lilith, levantando el candelabro con su poder sobre el viento— ¡Contéstame! ¡¿Estás bien?!

—Me rompí la pierna —dijo Shawn, adolorido, pero decidido—. Escúchame Lilith, por fin lo entendí todo. Todo lo que estaba ocurriendo, sus palabras, su poder es la mala suerte, a su alrededor lo único que ocurre es la mala suerte. Debes tener sumo cuidado.

—¿La mala suerte? Claro, por eso ese ladrillo pudo lastimarme —dijo Lilith, sacando su teléfono—. Volveré pronto, Shawn, sé como acabar con él.

Mientras Lilith corría para volver a encontrar al vampiro, llamó por teléfono a Gabriel.

—¡Gabriel, es una emergencia, debes traer a Tique hasta la sede de la Organización Lovecraft! ¡Me está atacando un tipo que produce mala suerte! —exclamaba Lilith, encontrándose frente a frente con Murphy Law, ella cuelga su teléfono y se lanza al ataque.

Lilith le lanza varias sierras de aire a Murphy, no le dejaría respirar ni un segundo. Murphy hace lo que puede por esquivar las cierras, pero no logra evitar que una le corte el brazo izquierdo.

—Como se esperaria de un ángel caido, han pasado veinte años hasta que por fin alguien volvió a conectarme un golpe —dijo Murphy, manteniéndose sereno.

—Te cortaré en pedazos —dijo Lilith, creando un tornado alrededor de Murhpy.

Lo que buscaba este tornado, era simple, quitarle todo el oxígeno posible, poco a poco él se iba quedando sin aire, pero La Ley de Murphy vuelve a actuar, las estructuras dañadas por las sierras de aire empiezan a crujir, hasta que el techo se derrumba sobre Lilith. Ella usa su aerokinesis para protegerse de los escombros, pero nuevamente deja huir a Murphy Law. Lilith grita del enojo y regresa a su persecución.

Murphy Law corría por toda la sede para aumentar su destrucción, todos los hechiceros que se le ponían enfrente eran asesinados o gravemente heridos. El lugar se estaba destruyendo por donde él iba. De pronto, Murphy es interceptado por Samuel, quien lo derriba de una patada en el torso con gran velocidad.

—Has estado haciendo destrozos por lo que veo, pero ya no más —Samuel se lanzó al ataque, para decapitar a Murphy.

Murphy Law era acosado por las temibles garras de Samuel, un corte y acabaría sin cabeza, sin embargo, la mala suerte actuaba a su favor. En esa ráfaga de golpes, Samuel es golpeado de repente por con un golem de madera, lanzándolo a través de las paredes.

—¡Samuel! —exclamó Shui Li, sintiéndose como una idiota por haber fallado ese ataque—. ¡Desgraciado, muérete de una vez!

Shui Li vuelve a lanzarse al ataque, pero el suelo comienza a temblar, estaba ocurriendo un gran terremoto, de exactamente 8.0. Un agujero se abre en el suelo y Shui Li cae en las profundades de la tierra.

—¡Este es el fin, Organización Lovecraft! Con mi Marca Vampírica Fixer, La Ley de Murphy está de mi lado —dijo Murphy Law, riendo lunáticamente.

De pronto, el terremoto se detiene, Murphy Law estaba confundido, miró a su alrededor una bella mujer aparece, esta era Tique.

—¿Tu poder es la mala suerte? ¡Eso es curioso! —exclamó Tique, con una sonrisa, para luego pasar a una expresión más intimidante, con sus ojos blancos— ¡Yo soy Tique de la Buena Fortuna y hoy te mataré!

El vampiro atacó a Tique con una patada frontal, la cual ella esquivó y contraatacó con un golpe directo que le dislocó la mandíbula. Tique nunca fue un ángel guerrero, pero no podía permitir que aquel vampiro volviera a activar su Marca Vampírica. 

Murphy realizó un golpe sucio y golpea a Tique en los senos, lo que le produjo un terrible dolor y aprovechando esto la tumbó al suelo. Murphy comienza a estrangularla, cuando la visión de Tique empieza a nublarse, un estruendo se escucha y Tique ve como el cuerpo de Murphy Law se convierte en polvo; Lawrence se había regenerado por completo y le había disparado a Murphy con una bala de plata. La Ley de Murphy, había terminado. Cuando Tique mira los restos de Murphy, nota una pequeña cámara, alguien había estado observando todo. Misteriosamente, la cámara explota, sin dejar rastro alguno.

La Organización Lovecraft había sufrido un duro golpe, el 47% de su infraestructura había sido destruida, veinte agentes fueron asesinados y otros treinta severamente lastimados por un solo hombre. La Organización Lovecraft en vez de estar desesperanzada, estaba molesta, no perderán el tiempo para lanzar un contraataque.

Mientras la calamidad de Murphy cesaba en la sede, en la dimensión de bolsillo de Lucifer, se estaba llevando a cabo, la conclusión de su duelo. Sara desató una llamarada de Fuego Purificador por todo el terreno de batalla, pero Lucifer apareció caminando de entre el fuego, con este extinguiéndose a cada paso que vaya.

—Te has vuelto muy fuerte, Sara —dijo Lucifer, con orgullo hacia Sara—. Déjame recompensarte por todo tu progreso, te permitiré ver el 70% de todo mi poder.

Lucifer desapareció de la vista de Sara, cuanto mirá alrededor, nota que Lucifer estaba parado de manos sobres sus hombros, ella trata de golpearlo, pero él desaparece y pocos segundos después aparece delante, sonriendo y caminando lentamente. El aura que emitía era simplemente aterradora, para Sara, quien ya estaba acostumbrada a estar enfrente de seres oscuros que emanaba un Miasma intimidante, no paraba de temblar ante esta presencia. Era como si una simple hormiga estuviera enfrente de dragón de doscientos mts.

—¿Por qué tan asustada, Sara? Soy yo, tu amado Lucifer —dijo con sus ojos esmeralda brillando.

Lucifer cerró su puño y lentamente lo acercó a Sara, lo que estaba haciendo no podría considerarse golpe, pero al tocar el vientre de Sara, ella cae al suelo inconsciente.

—¡Bravo Sara! ¡Bravo champion! —exclamaba Lucifer, riendo y aplaudiendo—. Aguantaste un round con el 35% de mi poder. 

Lucifer levantó a Sara, cargándola en brazos.

—Volvamos a casa, te has ganado un descanso.


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