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•𝟓_ 𝐔𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐞𝐥𝐥𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝•

Siempre he sido una persona que ve el vaso medio lleno, incluso cuando está vacío. Es algo que aprendes de pequeña: si no encuentras la luz, entonces te toca crearla. Así que, cuando llegamos a este lugar extraño, me dije a mí misma que encontraría algo bueno aquí, algo que valiera la pena.

Por ahora, ese "algo bueno" parece un reto difícil de alcanzar. Este mundo, con su aire denso y su cielo sin vida, parece diseñado para drenar toda chispa de esperanza. Pero no voy a rendirme. Es lo único que me queda.

Esa mañana, después del entrenamiento —donde Lucas volvió a recordarnos que "el trabajo en equipo es esencial"—, decidió que necesitaba un respiro. Las tensiones en el grupo eran más palpables que nunca. Jere y Majo apenas se hablaban; Nico estaba, como siempre, en su mundo; y Cata parecía distraída, probablemente pensando en algo.

Yo, en cambio, necesitaba algo más tangible para enfocarme, algo que me recordara que no todo aquí era gris y vacío.

Me dirigí a lo que llamamos "el jardín", aunque en realidad no era más que un espacio abierto con suelo artificial y unas pocas plantas que parecían haber sido olvidadas por quienquiera que diseñó este lugar. Allí me senté, cerré los ojos y respiré profundamente.

Nico: ¿Meditando?

Abrí los ojos para encontrarme con Nico, de pie frente a mí, con esa sonrisa tranquila que siempre parece esconder algo.

Damari: Algo así —respondió moviéndose para hacerle espacio.

Nico se sentó a mi lado, sin decir nada al principio. Eso es lo que me gusta de él: no necesita llenar el silencio.

Nico: ¿Cómo haces para seguir viendo lo bueno en todo esto? —preguntó finalmente, rompiendo la calma.

Lo miré, sorprendida. Nico rara vez habla de lo que siente, y mucho menos hace preguntas tan directas.

Damari: No es que lo vea —dije, tras pensarlo un momento— Es que sé que está ahí, aunque sea difícil de encontrar.

Nico mirando, mirando al horizonte vacío del jardín— A veces pienso que eres la única persona cuerda aquí —dijo, medio en broma, medio en serio.

Nico: No sé si cuerda es la palabra correcta —respondió riendo— Pero sí sé que, si nos dejamos consumir por este lugar, nunca saldremos de aquí

Nos quedamos en silencio un rato más, hasta que Nico se levantó— Deberías compartir eso con los demás —dijo antes de irse.

Lo pensé mientras lo veía alejarse. Quizás tenía razón.

Más tarde, en la sala común, todos estaban reunidos, pero el ambiente era tenso. Lucas estaba hablando, como siempre, tratando de organizar un plan para explorar el mapa que Jere y Majo encontraron. Pero las discusiones eran inevitables.

Jere: No podemos ir todos juntos —dijo Jere, claramente frustrado— Si algo sale mal, nos quedaremos sin opciones

Cata: Pero si nos dividimos, corremos el riesgo de que alguien se pierda o peor —respondió Cata, con esa lógica implacable que siempre tiene.

Damari: ¿Y si dejamos de asumir lo peor por un momento? —Dije, alzando la voz lo suficiente para que me escuchen.

Todos se giraron para mirarme. No soy de las que suelen intervenir, pero esta vez sentí que tenía que hacerlo.

Damari: Este lugar ya es bastante difícil de soportar como para que nosotros lo hagamos peor con nuestras peleas —continuó— No sabemos qué vamos a encontrar, pero si seguimos así, lo único que estamos garantizando es que no llegaremos a ninguna parte.

Lucas: ¿Y qué sugieres? —preguntó Lucas, cruzando los brazos.

Damari: Que confiemos un poco más en nosotros mismos —dije, mirando a cada uno— Sé que no somos un equipo perfecto, pero estamos aquí por algo. Tal vez es hora de empezar a actuar como si lo creyéramos.

Por un momento, hubo silencio. Luego, para mi sorpresa, Majo se movió lentamente.

Majo: Damari tiene razón —dijo, con una voz más suave de lo habitual— No va a ser fácil, pero tampoco podemos seguir funcionando como seis individuos perdidos

Lucas suspiró, pero finalmente ascendió— De acuerdo. Planificaremos esto juntos. 

Esa noche, mientras todos nos dispersábamos para descansar, me quedé un momento más en la sala común, mirando el mapa extendido sobre la mesa. Algo en esos pasadizos y símbolos parecían prometer respuestas, pero también peligro.

No sé si estamos listos para lo que viene, pero una cosa es segura: si seguimos juntos, quizás tengamos una oportunidad.

Y si no... bueno, al menos intentaré que no sea por falta de esperanza.

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