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𝟓.- 𝐔𝐧 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝



《🎴》Por culpa de una fuerte tormenta se fue la luz en la ciudad. El matrimonio para matar el tiempo decide jugar un juego de mesa para parejas ¿Qué malo podría pasar?



Nota de Autora: Este One Shot fue hecho gracias a las ideas de Tana__Utaite y de su esposa Honey__World. Muchísimas gracias por sus ideas, sin ustedes no hubiera logrado acabar a tiempo TTwTT 


El matrimonio estaba en su hogar el cual era alumbrado por los relámpagos que alumbraban el cielo nocturno. El Namikaze se encontraba rondando por su casa vigilando que de casualidad ninguna gota se colara por las paredes en señal de humedad, por suerte toda la casa estaba segura de aquel clima.

Por otro lado el Hyuga había terminado de bañarse y se estaba vistiendo con una polera de color blanca junto a una falda de tonos magentas, vistió sus piernas con unas largas medias que le llegaban hasta el muslo aprovechando para acariciar marcas que se encontraban en ellos todas regalo de su esposo, mordidas rosadas, marcas rojas y rosas adornaban sus muslos. Avergonzado por recordar el momento en el cual aquellas marcas fueron hechas continúo vistiéndose, se colocó unos zapatos sencillos para andar en su hogar con comodidad y lo último que se coloco fue el anillo dorado que estaba sobre el lava manos. Sonriente lo miro por unos segundos y se deleitó con ver su reflejo en aquella joya, miro la parte interna del anillo llegando a ver unos números en el.

El día de su boda

Sonriente por recordar aquellos 3 años en los cuales a cualquier lugar llevaba su anillo se colocó el mismo saliendo por fin del baño. Un escalofrió lo envolvió al sentir las brisas frías que se colaban en su hogar.

-Te dije que era mala idea bañarte con agua caliente Dattebayo –Le reprendió el mayor abrazándolo por la espalda, ambos caminaron hacia la ventana de su habitación para apreciar la tormenta y los potentes rugidos que resonaban no sin antes que una luz iluminara el cielo.

-Tenia frio –Se defendió.

-Pues ahora tienes más frio –Se burló un poco mientras lo abrazaba transmitiéndole calor –El cielo si que está enojado –Las gotas golpeaban aquella ventana con fuerza haciéndolas resonar por la cantidad de agua en las mismas.

-Te dije que iba a llover hoy Dattebasa –Le recordó el pensamiento que se le cruzo horas antes al sentir humedad en el ambiente –¿Quieres ver una peli-

No pudo terminar de hablar por el jadeo de sorpresa que soltó cuando las luces de su hogar se apagaron quedando en oscuridad, de paso también miro como la ciudad completa se había quedado sin luz.

-Desconecta todo –Fue la primera orden que soltó el menor comenzando a desconectar todo en su habitación. El Namikaze copio su acción en la planta baja, cuando terminaron se sentaron frente un ventanal que los alumbraba gracias a los relámpagos que acompañan la tormenta de esa noche –¿Y ahora que aremos Dattebasa? Es temprano como para dormir –Se quejó en un puchero –No sabemos cuándo volverá la luz.

-Tenemos juegos de mesa ¿Jugamos? –El Hyuga sonrió por la idea y asintió, le gustaba jugar con su marido a esa clase de juegos. Era divertido verlo enojarse cuando él iba ganando.

El Namikaze se levantó y prendió la luz de su teléfono para alumbrar por donde caminaba y evitar caerse. Llego hasta un armario donde guardaban algunas cosas y lo abrió. Miro las cajas de los juegos frunciendo el ceño por recordar momentos humillantes que pasaba con su pareja pues el Hyuga normalmente le ganaba en todos los juegos. Sonrió al ver uno que aún no habían jugado y se miraba nuevo, al parecer su pareja lo había comprado y se les había olvidado abrirlo. Lo tomo y cuando estaba caminando de regreso el teléfono se apagó por la poca batería haciendo que se tropezara y tirara una figura que su pareja tenía como decoración.

-¡Naruto! ¿¡Estas bien!? –Grito su pareja en la planta baja preocupado por escuchar aquellos sonidos.

-¡S-Si! ¡Ya voy! –Tomo con rapidez la figura y la coloco en su lugar. Jadeo de miedo cuando miro que se había roto un dedo de la pequeña estatua, en un ataque de nervios trato de pegar con saliva el dedo de vuelva a su lugar cosa que fue en vano totalmente. Sin saber que hacer eligió por poner el dedo en la boda abierta de la mujer que tenía como forma la estatua.

No se notaría la diferencia

-Ya volví –Aviso mientras llegaba al lado de su pareja. Dejo la caja entre los dos quienes estaban sentados en el piso en el mismo lugar que antes –Encontré este ¿Qué es? –Pregunto curioso.

-Oh había olvidado que compre este juego Dattebasa –Se sorprendió un poco el Oji-Perla abriendo el mismo encontrándose con las piezas que incluía el juego los cuales en su principal eran tarjetas de colores amarillo y roja. Encontró las instrucciones y con dificultad empezó a leerlas por la falta de iluminación –Es un juego para parejas: Las tarjetas amarillas serán preguntas que una persona debe hacerle a su pareja, si su pareja se niega a responderla con la verdad tendrá que tomar una carta roja y obtener un castigo a cambio. Al final ganara la persona que tenga más respuestas contestadas y menos castigos, en resumen, ganara el que tenga más cartas amarillas y menos rojas –Termino de leer las instrucciones –La única regla de este juego es... no mentir –Leyó lo último.

-Suena interesante Dattebayo –Sonrió el Oji-Azul.

-Tenemos 3 años juntos y 3 años de casados, son 6 años Naruto –Le recordó sonriente mientras barajeaba las cartas.

-Pero quien sabe tteba, tal vez tienes algo que no me has contado –Insinuó mientras alejaba lo que no ocupaban.

-¿A si? ¿Y tú qué? –Ambos se miraron en sonrisas desafiantes y burlonas –Empiezo yo –Dejo las cartas separadas por colores frente a ellos y tomo una amarilla –¿Con quién fue tu primer beso? –El Namikaze frunció su ceño y el Oji-Perla se partió en risas.

-No es gracioso –Se quejó.

-Si lo es cariño –Seguía riéndose –Responde.

-Pero si ya sabes –Hizo un puchero.

-Responde –Quería escucharlo de nuevo.

-Tsk... fue con el emo ese –Las risas de su pareja lo enfadaron un poco –¿A si? Me toca entonces –El Hyuga le entrego la tarjeta con la pregunta que él había respondido y la coloco a su lado. Tomo una nueva tarjeta y leyó la pregunta –¿Qué arias si encuentras a tu pareja engañándote?

Vale eso no estaba en sus planes ¡Quería avergonzar a su rubio no enojarlo!

-Creo que... depende mucho de la situación y que tipo de engaño sea –Frunció su ceño –Pero si lo hiciste por tu cuenta sabiendo las consecuencias... quiero el divorcio.

-¿¡QUE!?

-Claro si es que me llegas a engañar –Aclaro calmando al Namikaze –Pero no lo haces ¿Verdad? –El Oji-Azul temió por su vida cuando juro ver una sombra negra amenazante rodeando a su esposo.

-¡No mi vida como crees! –Nego rápidamente –¡Primero me mato yo! ¡Lo juro!

-Más te vale –Rio y tomo otra tarjeta –¿Cuántas novias has tenido? –El Namikaze quedo mudo ante aquello, era claro que había conocido a varias personas antes que al amor de su vida –Mas te vale que respondas –Lo amenazo.

-Pues etto –Pensó un momento y conto con sus dedos –La de la tienda, el que me traía la comida, la del prescolar-

-¡Naruto parejas oficiales! –Se quejó el rubio –Que tuvieron... meses juntos o años y que tus padres hayan conocido. No de días o semanas, no valen.

-Oh vale –Igualmente conto –Fueron... 4

-... creí que fueron más la verdad –Confeso.

-Tu eres el ultimo –Se acercó a su pareja y beso aquellos labios que lo volvían loco y ansioso sacándole una sonrisa al menor. El Namikaze tomo una tarjeta y la leyó –¿Por qué terminaste con tu ultimo Ex?

-... no quiero contestar –Se negó.

-Me dieron ganas de cometer un crimen y no sé porque Dattebayo –Frunció su ceño al ver como el ánimo de su pareja se bajó por un momento, miro como el Oji-Perla tomo una tarjeta roja y la leyó.

-Has lo que tu pareja diga por 10 minutos... mierda –Maldijo.

-¡Ese me gusta Dattebayo! –Soltó con emoción –Calienta agüita para mi ramen ¿Si? –El Hyuga rodo los ojos con diversión mientras colocaba un temporizador en su teléfono mirando como los microsegundos iban con rapidez. Se levantó para poner a calentar el agua y cuando lo hizo su pareja volvió a llamarlo –Boru en lo que se calienta el agua ven y dame cariños –Abrió sus brazos para servir al Oji-Perla quien solo sonrió tiernamente y fue a sentarse en el regazo de su pareja.

El Hyuga paso sus suaves dedos por el rostro y cabellos del Oji-Azul quien se acercó a besar sus labios fusionándolos a ambos en un beso suave en el cual se saboreaban y trasmitían el amor que se juraban. El mayor disfrutaba con gran placer las carisias en sus cabellos y rostro haciéndole sentir cosquillas en vientre, el acariciaba con dulzura la piel que su pareja dejaba expuesta gracias a su falda. No había nada de lujuria en aquellas carisias, solo un cálido amor que quería alejar el frio del ambiente. Cuando sonó la alarma poco les importo pues aún se demostraban su amor con calma y lentitud, lo que si los separo fue un trueno que juraban que había hecho retumbar el cielo, el Hyuga ahogo un grito y se refugió en los brazos del mayor, no le tenía miedo a los truenos, pero ese último en verdad que había sido muy fuerte.

-Maldito cielo celoso –Se quejó por haberles roto aquel ambiente cálido –Mira es mío Dattebayo –Tomo la mano de su pareja y presumió al cielo ambos anillos dorados, el Hyuga rio por aquello.

-¿Otra vez peleándote con gente que ni existe?

-Eso le pasa por asustarte –Beso los labios de su pareja una vez más –¿Y mi ramen? –Sonrió inocente.

-Lo se, lo se ya voy –El Hyuga se levantó y vertió con cuidado el agua sumamente caliente en el ramen instantáneo. Cuando estuvo listo fue y se lo entrego a su esposo quien lo recibió gustoso.

-Gracias tteba –Tomo el ramen y empezó a soplar para que dejara de estar tan caliente. En poco tiempo logro acabárselo.

-Te toca –Tomo una tarjeta y la leyó –¿Cuál fue la mayor idiotez que hiciste por amor?

-... me salto esa –Separo su mirada avergonzado –Aun no puedo creer lo mal que salió todo y ni siquiera fue para ti.

-Vale –El Hyuga tomo una tarjeta roja y la leyó –Marca a una persona que tu pareja elija y hazle una broma.

-Vale ¿A quién marco? –Tomo el teléfono de su pareja el cual era el único con batería y después de colocar su huella se desbloqueó, no dudo en ir a contactos.

-... a Sasuke –Se rio de su propia respuesta mientras que el Namikaze fruncía el ceño –Oh vamos son mejores amigos Dattebasa.

-Pero por tu culpa recordé el beso y no es lo mismo –Marco al número de su amigo y lo coloco el alta voz, no tardaron en contestar.

-¿Boruto? ¿Qué pasa? –Preguntaron al otro lado de la línea –¿Qué tontería hizo ahora el Dobe? –Aquello saco risas en el Hyuga pero se tapó su boca para que no se escucharan.

-¡Teme soy yo Naruto! –Fingió alteración en su voz preocupando al hombre en la otra línea.

-¿Qué hiciste?

-¡Y-Yo no hice nada Dattebayo! ¡Boruto e-estaba cocinando y se tropezó! ¡Se golpeó la cabeza y no despierta!

-¿¡Y porque mierda me llamas a mi animal!? ¡Llama a la ambulancia!

-¡E-Es que no se que hacer para que no se eche a perder!

-... ¿¡Que se va a echar a perder?!

-¡El arroz! ¡Se va a quemar y tu eres el único amo de casa que conozco! ¿¡Que hago!? –La otra línea tardo segundos en responder.

-... ¡Que te jodan Naruto! ¡Me vestí y todo para salir! –Aquello hizo reír al matrimonio –¡Si tan aburridos están como para llamarme ¿¡Porque no cogen ah!?

-¡E-EY! ¡EY! ¡ESTABAMOS HABLANDO DE ARROZ NO DESVIEN EL TEMA DATTEBASA! –Se quejó el Hyuga avergonzado.

-Gracias por la idea Teme pero eso es para más tarde –Respondió con tranquilidad el Oji-Azul.

-¿¡Que!?

-No me vuelvan a llamar para estupideces como esta, yo si estoy ocupado tratando de tranquilizar a una niña que tiene terror a los truenos –Aquello preocupo al matrimonio.

-¿Sarada está bien Dattebasa? –No dudo en preguntar.

-Por suerte ya se durmió con unas pastillas que le dio Sakura pero aun tiembla, estará bien –Suspiraron los tres de tranquilidad.

-Nos alegra Dattebayo, adiós –Colgó la llamada y rio –Me imagino a Sasuke con todo y paraguas a punto de salir con esta lluvia –El Hyuga igual rio.

-Eres muy cruel.

-Mira quien lo dice –Se defendió entre risas –Me toca –Tomo una tarjeta y la leyó –¿Alguna vez tuviste Ana o Mia? –El Namikaze frunció el ceño –Quien carajos son esas.

-No es un "Quienes son" es un "Que es" –Aclaro mientras sus ánimos se bajaban al recibir en su memoria los malos recuerdos.

-¿Qué es?

-Son trastornos de conducta alimentaria –Le respondió mientras el Namikaze se sorprendía –Ana es Anorexia, Mia es Bulimia –Un silencio algo incómodo los envolvió.

-¿Por qué les pusieron Ana y Mia Dattebayo?

-Era un código –Abrazo sus piernas –La mayoría de personas no estaban informadas y las personas a favor podían pasar invisibles, había grupos de WhatsApp donde daban consejos...

-¿Consejos?

-Cómo hacer para vomitar sin hacer ruido, maquillajes para ocultar la palidez del cuerpo, como ocultar tu cuerpo para que nadie lo viera, dietas para bajar de peso y esa clase de... cosas. También estaban las carreras de peso.

-¿Qué era eso? –Aprovecharía para preguntar del tema.

-Era un tipo de concurso, algo como "Veremos quien baja más de peso en una semana"

-Que horrible Dattebayo.

-Fui un idiota en esos tiempos ¿no? –Pregunto en una sonrisa triste que saco al Namikaze de sus pensamientos.

-¿Qué? ¡No claro que no! –El Oji-Azul se acercó a su pareja para abrazarlo mientras lo apretaba entre sus brazos como si quisiera protegerlo de malos pensamientos –Todos pasan por eso Boru, en algún punto todos son inseguros de su cuerpo y por eso pasan esa clase de cosas.

-Primero empecé siendo Alisa: Alimentación Sana (Se considera como una adicción en algunos casos). Pero al poco tiempo empecé a convencerme y a dejarme llevar por las que eran Pro-Ana, empecé a no comer nada y a mantenerme con solo agua y muy poca comida. Aunque yo no llegue a auto lesionarme.

-¿Se lastimaban? –Sentía que si preguntaba cada vez más el rubio sacaba todo lo que tenía guardado. El ya sabía que su pareja había padecido de Anorexia pero nunca lo hablaron a detalle.

-Si, se castigaban por comer Dattebasa –Le conto –Para nosotros en ese tiempo ser Ana y Mia era un estilo de vida con el cual teníamos que vivir si o si para sentirnos bien, si lo hacíamos es porque queríamos estar así. Nos compartíamos dietas que claramente no necesitábamos junto con ejercicios para quemar grasa. Todos aunque estuviéramos hasta el hueso nos sentíamos gordos.

-Hubiera deseado conocerte antes –Siguió abrazando a su pareja el cual se dejaba hacer con gusto.

-Yo igual –Rio un poco le menor para dejar un beso en los labios del Mayor –Cuando se descubrió mi enfermedad lo que hice fue enviar un mensaje donde explicaba todo lo que me habían dicho.

-¿Qué dijeron?

-Algunas me apoyaron, pero la mayoría dijeron algo como "Si querías verte lindo y delgado con tanto esfuerzo y mostrarle al mundo que eres digno de vestir nuestras prendas debiste alejarte del peligro ¿De qué sirve ser lindo si mueres?" Después de eso me sacaron del grupo –Termino de contar –Estuve 2 años comiendo como debía con ayuda de mi mama y hermana. Después de conocí a ti –Beso al Namikaze.

-A mí me gustas así Dattebayo –Apretó los muslos del menor sacándole una risa –Delgado, gordo o lo que sea. Te amare y ayudare a superar lo que tengas en frente ¿Vale? –El Hyuga sonrió tiernamente y asintió –Sigamos jugando para llamar a esas risas –Le hizo cosquillas al Oji-Perla quien carcajeo y al final el Oji-Azul volvió a su lugar.

-Vale, vale te toca –El menor tomo una tarjeta y la leyó –¿Qué pasaría si encuentras a tu pareja dándose... A-Autoplacer? –Se avergonzó al leer lo último.

-¿Qué no es obvio? –Sonrió con la inocencia que no tenía.

-¡E-Esa no cuenta otra! –El Namikaze se carcajeo, pero acepto –Vale –Tomo otra y la leyó –Menciona 5 cosas que te gusten de mi.

-Tu forma de ser –Levanto un dedo –Tu forma de pensar, tu originalidad, tus ojos –Miro los ojos perlas con adoración haciendo avergonzar al rubio menor –Y... tus muslos –Sonrió.

-No sé por qué no me sorprende, pervertido –Acuso sonrojado.

-No lo niego. Te toca –Tomo una tarjeta y la leyó –¿Cuál es tu fantasía sexual?... Eso me interesa –Miro a su pareja quien se sonrojo.

-¡No te lo diré!

-Pero- ¿Entonces como la voy a cumplir si no me lo dices? –Se quejó en un berrinche.

-¡A-Ahora no te lo diré! ¡Después! –El Hyuga tomo una tarjeta roja.

Y quiso morirse

-¿Qué dice?

-Q-Quitarte 5 prendas Dattebasa –El Namikaze lo miro con altanería –N-No me mires así –Sintió pena.

-Estoy esperando –Su tono fue inocente, algo que claramente no entraba en sus pensamientos.

Para a suerte del Hyuga sus zapatos y medias contaban como prenda cada una, pero la mala noticia era que faltaba quitarse una prenda más para llegar a las cinco. Si se quitaba su polera moriría de frio, si se quitaba su falda el pervertido de su esposo se calentaría y mandaría a la mierda el juego. La única opción que le fue quitarse sus bragas, luchando contra toda vergüenza lo hizo, pero gracias a la falta de luz las sombras de sus piernas y falda cubrían su parte baja.

-Jeh... quiero que regrese la luz –Se quejó el Namikaze al no poder ver nada.

-C-Cállate, si me tocas te arrancare los dedos animal. –Amenazo. Sintió un escalofrió al mirar como una mano se colaba por su pierna queriendo ir más lejos. Con sus bragas en la mano golpeo al Namikaze quien se quejó por los golpes y alejo su mano por precaución –¡Te lo advertí!

-¡AY! ¡AY! ¡YA VA PERDON! –Se disculpó, los golpes dejaron de llegarle –¿Por qué tanta agresividad? –Miro las bragas de su pareja en el suelo y las tomo con confianza –¿Me las regalas? –Pregunto en una renovada sonrisa –Aunque todo lo tuyo es mío ¿No?

-N-No seas puerco Dattebasa –Le arrebato la prenda con vergüenza colocándola a su lado –Te toca –Recordó tomando una tarjeta –Imita a tu pareja.

-¡Eso si me sale Dattebayo! –El Namikaze se sentó de la misma forma en la que estaba su pareja y hizo una mirada exagerada –"Hola soy Boruto y estoy casado con el amor de mi vida. Me encantan las faldas, amo ponerme mascarillas y cremas en la cara a diario. Es un honor tener a un esposo tan guapo para mí solo Dattebasa" –Después de lo dicho se partió de risa.

-¡Yo no soy eso! ¿¡Que es eso de esposo guapo!? ¡Y el Dattebasa no te sale! –Se quejó el Hyuga.

-Me salió increíble. Te toca –Tomo una tarjeta y la leyó –¿Qué fue lo primero que pensaste cuando me viste desnudo? –Antes de que su pareja se quejara mostro la tarjeta demostrando que era verdad la pregunta.

-¡No voy a responder eso! –Se quejó sonrojado mientras tomaba una tarjeta de castigo –Trata de excitar a tu pareja solamente mediante el tacto, pero sin tocar ninguna parte sexual. Tu pareja tiene prohibido tocarte –Leyó mientras se quedaba petrificado –... ¡Mejor respondo!

-¡No! ¡Tu elegiste castigo así que te aguantas Dattebayo! –Se negó.

-Eres un aprovechado Dattebasa –Hizo un puchero. Miro a su pareja quien lo miraba como si lo estuviera esperando, se tragó su vergüenza y se levantó para ir a su lado. Al estar frente a él se sonrojo aun mas.

-¿No estábamos 6 años juntos? ¿Por qué sigues avergonzándote por cosas así Dattebayo? –Pregunto burlón mientras se acercaba a el, pero el Hyuga lo paro.

-Dice "Sin tocar parte sexual" y "Tu pareja tiene prohibido tocarte" –Recordó.

-¿A si? ¿Y cómo piensas que despierte ah? –Reto con la mirada a su pareja quien sonrió ganador.

-Besándote –Palabra dicha y hecha.

Jadeo entre el beso para calentar a su pareja mientras tomaba aquellos cabellos rubios de los cuales sostenerse. El beso era hambriento, jadeaban entre sus labios y el mayor soltaba gruñidos que informaban al menor que pronto lograría su cometido. El Hyuga aprovechaba algunos momentos para morder los labios del Oji-Azul provocando que el nombrado quisiera algo más que un beso, el Oji-Perla llevo una de sus manos a la espalda de su marido y no tardo en enterrar las mismas en aquella espalda sacándole un gruñido animal al Namikaze, no tardaron mucho en separarse para recuperar aire antes de que se ahogaran entre aquel salvaje beso.

-Despertaste Dattebasa –Le informo entre una risa mientras besaba seductoramente al mayor.

-Maldición Boruto, otros matrimonios peleando por que no son suficientes el uno para el otro y tu prendiéndome solo con besarme –Le informo regresándole la mordida al Hyuga en el labio quien jadeo ante aquello.

De un momento a otro la luz de la sala se encendió, eso junto a las luces de la ciudad y los gritos de la gente felices de volver a tener electricidad. El Namikaze pudo tener la hermosa y placentera vista de tener a su pareja frente a el jadeante y en una postura en la cual se podía ver debajo de su falda.

El Hyuga sintió un escalofrió

-C-Creo que ahora si es tarde, a dormir –Se levantó rápidamente queriendo escapar de su marido algo que no logro pues no tardo en sentir como lo cargaban –¡N-Naruto bájame!

-Dormiremos más al rato Dattebayo –Dicho aquello no tardo en encerrarse en su habitación junto al Hyuga.

Poco le importo haber ganado por primera vez un juego en contra de su pareja.


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