Todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero en ocasiones la segunda oportunidad no es para la otra persona sino para nosotros mismos.

—Ma-Maite, ¿qué haces aquí?

—¿Enserio nada en esta ciudad vale la pena para ti?

Paul García podía jurar que su vida se trataba sobre tomar oportunidades y quien era hoy se debía a ello, sin embargo, las que él rechazó no se iban, simplemente quedaban como piezas en el suelo que otras manos podían unir. Quizás quien debía hacerlo era Maite ayudándolo a darse otra oportunidad...

Para él era difícil, seguir y dejar de pensar erróneamente respecto a su vida cuando el dolor de la muerte de su esposa en un accidente de tránsito, del que él salió con vida, le arropó. A su entender no había escapatoria ni oportunidad alguna a la que aferrarse. Le daba igual su carrera como ingeniero civil, le daba igual su vida. Simplemente era demasiado para sí mismo, demasiada pena y angustia.

Se odiaba a sí mismo por ser casi un alcohólico mujeriego, casi, solo porque le faltaban pocos pasos para serlo completamente, era un hombre, no fue excusa, pero tampoco justificación. De esa forma aliaba sus penas desde hace 4 años, sin contar que esa pérdida llevaba 6 años oprimiendo su ser. De todo lo que aconteció en su vida lo que más le sorprendió fue la actitud de Maite hacia él, jamás lo rechazo, incluso ahora que Paul huyendo de todo decidió irse de su ciudad natal hacia la capital de Santo Domingo buscando otros horizontes y oportunidades, mas existía alguien que no podía dejarlo ir...

—Maite, no lo hagas más difí...

—¿Pensabas no decirme? ¿Por qué tuve que enterarme por media a otra persona que te irás? ¿Tan insignificante he sido para ti?

—No es así.

—¿Cómo es entonces?

—No quiero lastimar, por Dios mírame, mereces algo mejor. No entiendo cómo puedo gustar...—Sus palabras fueron comidas por un beso de ella.

—Me gustas, Paul.

Se estaba arriesgando demasiado. El silencio de él le carcomió por dentro, cuando sus ojos estaban al borde del llanto e intento alejarse los brazos de Paul la detuvieron.

—Te gusta un monstruo —añadió dejando caer su cabeza en el hueco del cuello de ella.

Para nadie era mentira, por primera vez en mucho tiempo Paul aceptaba sus emociones y las ajenas.

—No me apartes.

—¿Por qué a mí?

—Porque tú eres la persona con quien quiero estar, no estás solo. El pasado se mantendrá, pero sé que debajo de ese dolor hay un gran corazón. Podemos construir un mejor futuro y presente juntos.

Era innegable que perdía más intentando luchar contra su vida que aceptando su realidad. Por eso cuando perdemos, no tenemos que fijarnos en lo que hemos perdido, sino en lo que nos queda por ganar.

—Quiero ir contigo a la capital.

Tiempo atrás Paul consideró que sus emociones tenían fecha de caducidad, mas no fue así, posiblemente la madurez, la edad y esta segunda oportunidad le sentían bien.

Contexto:

 Escrito de 500 palabras para el Noviembre Dinámico propuesto por el perfil de Romance en Español. Dicho relato se debía basar en las segundas oportunidades en el amor, y por ende a mi entender en la vida misma...