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El club de los 5 continua...


Descripción de los personajes obtenida de Wikipedia.

-1-

—¿En serio no tienes nada mejor que hacer que estar en detención sin necesidad, Allison?

—Sí.

***

—Soy una mala persona.

—Ellos simplemente ven en ti lo que quieren ver, no lo que realmente eres y tú, Claire, no eres una mala persona.

***

—Si lo hubieras visto. Lucía como me veo yo a diario, asustado y ridiculizado por ser como es.

—Eres increíble, Brian.

***

—Me importa un carajo lo que piensen los demás de mí. Soy John Bender, demasiado he vivido como para que quieran, o crean tener el derecho de pisotearme.

—Así se habla, criminal.

Fin del Flashback

4 años después...

—¿Ya tan rápido te cansaste, princesa?

—¿Hasta cuándo seguirás llamándome así?

La joven pelirroja estaba cansada en sobremanera de su apodo. Desde aquel sábado en la biblioteca de Shermer High School donde ella misma se bautizó con dicho sobrenombre, ahora le molestaba.

Toda una DramaQueen.

—Hasta que te cases conmigo.

—No lo creo... Yo tengo mejores planes —vocifero Claire al tiempo que corría hasta su aula en University of Illinois at Urbana-Champaign con su novio tras ella.

Sus clases de medicina estaban por iniciar, por su parte John se escabulló de las propias para estar un tiempo con su novia. Era todo un ejemplo de futuro abogado.

—Espera, princesa.

—¡Deja de llamarme así, criminal subnormal!

—¡Solo si te casa conmigo!

La ruidosa escena de persecución que crearon acaparó las miradas de los demás estudiantes y uno que otro docente. Para aquellos espectadores fue casi imposible asimilar que ellos tenían 3 años en esa alta casa de estudios, si se comportaban como unos adolescentes sin nada de vergüenza en los huesos.

***

—¡Caballeros sé que hay más que esto en ustedes! Son atletas, ¡por el amor de Dios! Actúen como tal... Andrew, hijo, no me decepciones. En ti esta que ganemos la carrera. Eres el orgullo de Illinois Fighting.

El título de "atleta estrella" le sentía bien, en ocasiones demasiado por la presión que nunca dejó ni dejaría de estar en sus hombros. Seguía siendo una nenaza para su padre porque no se metía con nadie y no estaba en peleas de adolescentes como en las que él estaba a su edad. Tenía muchísimas expectativas que cumplir, daba igual si era inteligente, extrovertido, mujeriego o un implacable deportista; lo único que siempre quiso fue ser él por sí mismo haciendo lo que apasionaba, la vida como deportista.

Años atrás Andrew nunca pensó en que aquella chica invisible para el mundo, incluso para sus propios padres, irresponsable y oscura le arrebataría el corazón vestida de blanco luego de una transformación hecha realidad por la princesa, Claire Standish.

La sublime voz de Allison Reynolds era desconocida por todos hasta que decidió inscribirse en la facultad de bellas artes. El caso clínico poseía una de las mejores voces del estado. Desconocía los sentimientos de Andrew, aun sintiendo algo por él no podía explicar.

Estudiar Ingeniería en Sistemas Computaciones fue, según los padres de Brian Johnson, un caso perdido para su hijo genio. Consideran, y aún hoy día lo hacían, que el chico era demasiado brillante como para desperdiciarse su capacidad de tal manera. Sin embargo, era lo que él quería. Estaba cansado de manejar su vida tal como deseaban sus padres que fuera hasta llegar al punto de odiarse por el gran don de inteligencia que poseía. Supero mucho para estar allí, no dejaría que nadie le arrebatara esa pequeña felicidad.

Las personas son quienes destruyen a la amistad y al amor; no la distancia... Ellos no dejarían que eso pasara. El club de los 5 seguía siendo una realidad.

Antes la idea de cruzar palabras el uno al otro entre ellos era una idea descabellada e imposible. Eran extraños, desconocidos que una detención en sábado los convirtió en lo que actualmente eran, un grupo de amigos inseparable. 3 años atrás ninguno sabía si volverían a cruzar palabras como aquella vez. Estaban felices de las que cosas no terminarán como pensaban y de algún modo cómo todos pensaban que terminarían.

Aquellos jóvenes, esos "pretextos de adultos", eran perjuicios vivientes que se superaron a sí mismos.

—¿Iremos a la playa como acordamos este viernes? Díganme con tiempo para ver que hago...

—¡Oh! El señor genio no puede sacar un fin de semana para divertirse un rato.

—No lo molestes, John.

—Oye, eso dolió. —Él llevó su mano hasta su nuca después de recibir un golpe en esa área de parte de su novia.

—Brian tiene razón. La graduación está a la vuelta de la esquina.

—2 meses.

—Exacto.

—Por esa misma razón, Allison, es que tenemos que salir a divertirnos. ¿Qué mejor manera que ir a la playa? ¿Qué dicen? ¿Vamos?

—Claro.

—Por supuesto que sí.

—Fecha y hora, también lugar de salida.

—Esa es mi chica.

El casto beso que el joven depositó en los labios de Clarie le tomó por sorpresa.

—Te quiero, muchacha —continuo él.

—Ya empezaron.

—Me voy...

—Chicos, no tienen que irse.

—¿Y ver como tienen relaciones aquí? No gracias, paso. ¿Me acompañan, Andrew, Allison?

—Adiós, tortolos.

—Te escribo en la noche, amiga.

—Protéjanse.

—¡Andrew! —vociferaron los demás a unísono.

El castaño claro elevó sus manos en el aire en señal de no ninguna culpa en su consciencia riendo a carcajadas.

—¿Lo van a negar...?

—No es como que siempre lo hacemos.

—Tampoco que nunca pasa, ¿verdad?

—Dejémoslo ahí, ¿sí? El único aquí que está libre de culpa de Brian... Y ni tanto.

Touche.

—En mi defensa tengo 21 años, ya era justo.

—¿Verdad que sí?

—Imagínense...

—¿Qué?

—¿Cómo una chica quiera a un chico?

—Mudo.

—Atento.

—No, mudo.

—¿Y para qué mudo?

—Ella ganaría todas las discusiones así.

¡Ash!

—Tonto.

—Chiflada.

—Estúpido.

—Anormal.

—Psicópata.

—Adoptada.

—Loco

—Fea.

—¡Ah! Deja de llevarme la contraria.

—No.

—¿Acaso ustedes no iban a comer a la cafetería?

—No.

—¿Tú no comes, mujer?

—Sí, pero...

—Cómo que ya es muy tarde, ¿no? Adiós...

—¿Qué...? Brian... ¡Brian!

¡Ah! Este chico.

—¿Por qué, Dios? ¿Por qué es tan molestoso?

Literal estallaron a carcajadas. Había tanta familiaridad y confianza entre ellos. Quizás no pensaban del todo en el gran paso que darían en su vida como profesionales o en todo lo que les faltaba por conocer y aprender, sin embargo estaban en proceso de descubrirlo.

-2-

Proyectos finales, pasantía, tesis, días sin dormir, agotamiento físico y mental. La vida como universitarios les agobiaba como nunca antes, era de esperarse. No siempre las cosas al final son más fáciles, hay ocasiones en las que son difíciles desde el principio. Así como la definición de universidad... Los jóvenes tenían la suerte, si se le puede nombrar así, de estar internos en University of Illinois at Urbana-Champaign. A veces era complicado estar lejos de sus parientes, ninguno jamás experimento el vivir solos lejos de su ciudad natal hasta ese momento. Sintiendo una libertad plena y de igual modo una gran responsabilidad.

Allison Reynolds estaba sobre una pequeña tarima de madera detrás del campo de la universidad desde donde tenía una vista de 1ra fila de la competencia de atletismo estatal donde su novio participaba con 2 chicos más representando a su universidad. A la chica se le fue asignada la tarea de cantar el himno nacional después de las palabras de abertura del decano para la competencia. Sus nervios estaban de punta. La gran sonrisa de Andrew a metros de distancia fue todo lo que necesitó para dejarse llevar y dar lo mejor de sí. Sus nervios se esfumaron y dejó a su voz ser junto a esas estrofas que sabía de memoria en la compañía de todos los presentes con la entonación.

Pocos minutos después la verdadera competencia tuvo lugar. A ella llenaba de orgullo ver a su novio en acción, demostrándole a todos de lo que eras capaz, algo que Allison intentaba a diario. Los gritos y aplausos de aliento, tanto de ella como de Clarie, John y Brian acompañaron al atleta en cada pisada que daba. Cómo era de esperarse después de 50km y 4 horas el ganador de la medalla de oro fue Andrew. Todos se abalanzaron sobre su equipo, ya que los 2 restantes obtuvieron las medallas de plata y bronce, era un triunfo más para la facultad. La aglomeración de personas no les permitió a los jóvenes amigos acercarse a él.

De la misma manera en que una de las porristas se abalanzó en los brazos del rubio besándolo frente a Allison la mirada de ella calló al suelo. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Por qué Andrew no la apartó? Un sentimiento de vulnerabilidad y despecho atropelló su alma ocasionando que sus ojos se cristalizaran lamento no dar el 1er paso. La pelinegra corrió fuera del área ignorando los intentos de Brian de que se calmara y pensara mejor las cosas. Cuando aquella porrista separó sus labios de Andrew él pudo ver a Allison huyendo.

—No vuelvas a acercarte a mí. Me gusta alguien y lo sabes.

—¿Esa inservible chica que apenas puede hablar? Tú y ella no encajan, no pegan ni con pegamento, querido... Anda, sé que te gustó mi regalo por ganar la competencia. Beso mucho mejor que ella, ¿no?

Él estaba rojo de la furia. ¿Qué tan descarada podría ser? Era una sin vergüenza. Aun viendo lo molesto e indignada que estaba se acercó nuevamente a él, pero estaba vez Andrew dio 2 pasos atrás haciendo que ella se desplomara en sobre el césped.

—¡Apártense! —Andrew se abrió camino entre la multitud para ir tras su novia pese a que no encontraba rastro alguno por más que miraba a su alrededor—. ¿Dónde está? —cuestionó desesperadamente a Clarie—, respóndeme, maldita sea, ¿hacia dónde fue?

—Cálmate, amigo.

—Dale su espacio.

—Pero es qué... ¡Ah! ¿Qué demonios permite que sucediera? No quiero que piense que la engaño, no es as...

—Lo importante no es lo que nosotros creamos sino lo que crea ella.

Brian tenía toda la razón, tanto que lastimó al rubio sin darse cuenta.

-3-

Los días siguientes fueron una locura total. Clarie se veía a escondidas con Allison, ni siquiera John sabía de esos encuentros en la hemeroteca de la ciudad. Las chicas necesitaban tiempo para asimilar todo lo que la vida les ponía en frente, en especial para la pelirroja con sus dudas de si su cuerpo estaba dando cambios producto de una posible gestación. No tenía idea de decirle a su novio que sería papá o que creía en esa posibilidad. La princesa no quería ser reina, mucho menos madre a sus 22 años. Incluso pensó en abortar sin antes verificar si enserio estaba embarazada o solo era un retraso. Ella al igual que Allison terminó alejándose de sus parejas.

El tiempo y distancia las ayudó para aclarar sus dudas y miedos. Por su parte los chicos no entendían lo que pasaba, situación que los mortificaba más de lo necesario, a excepción de Brian, quién de cierto modo, por la cercanía entre él y las chicas, sabía el porqué de todo el drama que los agobiaba como grupo. De lo cual Andrew y John bien reconocían que formaban parte del problema.

"Coffee Queen" se convirtió en el escapa de los amigos para conversar tranquilamente una tarde de sábado en una estupenda cafetería ubicada en el centro de la ciudad. Aunque su intercambio de diálogos no tardó mucho en volverse un debate sobre la actitud de Allison y Clarie.

—¿No has intentando contactarla?

—Muchas veces, pero no contesta mis llamadas, tampoco responde mis mensajes. Para colmo ni la veo en las aulas cerca del gimnasio donde sé que tiene clases. Me está evitando, lo sé. No entiendo por qué...

—¿Hablamos de la misma Allison?

—¿Cómo...?

—Eres un estúpido, Andrew.

—¿Yo?

—No, el fantasma que está detrás de ti. Por supuesto que tú, idiota.

—¿Pero qué...?

—Tú le gustas —interrumpió Brian con cierto tono de frustración—, ¿eres ciego o qué? ¿Siquiera viste las lágrimas en sus mejillas ese día?

—Y-yo no...

—Andrew, es obvio que tú le gusta.

—Lo ves, John dice lo mismo.

—Es que es lógico. Entre ustedes pasa algo, ¿no es así?

—Ella es una increíble chica.

—Los vimos besándose la tarde en que salimos de detención. ¿Qué fue eso entonces?

—Acaso... ¿Te gusta? —cuestionó John. A ese chico le encantaba el morbo.

—Estás demente. Ella es mi amiga, además no me gustaría terminar con la amistad que tenemos por eso...

—Define eso —interrumpió Brian.

—¡Te gusta!

A este gesto todos los presentes en el café pusieron sus miradas en ellos. Los veían como extraterrestres o chicos de circo. Sus miradas lo decían todo.

Demonios, no puede ser más imperativo de ahí.

—¿Acaso estás loco? Baja la voz —replicó el rubio en tono bajo.

—¿Te gusta Allison?

—Cállate.

—Habla de una vez, hombre.

—¡Ash!

—Habla, Andrew.

Incluso Brian se involucraba en el tema. Estaba actuando como el personaje omnisciente en una función de mala muerte, lo sabía todo y estaba en todos lados. Se tomaba muy enserio esa papel sin dejar de hacer presente que la actuación era de mala muerte.

—Por lo que ve...

—Sí, me gusta. ¡Dios! Enserio no entiendo como soy amigo de ustedes, parecen agentes del FBI.

—¡Lo sabía!

Su expresión era un gesto tipo triunfante entre los imbéciles, propio del castaño oscuro.

Vencedor entre todos los caídos en la friendzone...

Sí, él estaba en la famosa "zona de amigos".

—¿No piensas decírselo?

—Llegue a pensar que eran pareja en secreto luego de ese beso.

—No, nunca lo hemos sido. Acordamos dejar eso en el pasado y ser amigos.

—Enserio eres un imbécil. Ella queriendo ser más y tú: "seamos amigos".

—¿Qué buscabas con eso? Si ella igual te gusta.

—Es mi amiga. ¿Qué le podía decir? No quiero llevar todo al demonio.

—Si le dices lo que sientas las cosas nunca serán las mismas, pero no puedes permitirte a ti mismo seguir aguantando eso.

—Lo sé.

—Yo pienso que deberías ser directo con ella y decírselo. Quién sabe si sienta lo mismo —aconsejó John guiñándole el ojo izquierdo.

—Por Dios, no. No pienses tonterías. Es una gran amiga, no es que me acerque a ella desde un principio tan solo porque me gustará...

Mentía. Si desde que la vio cayó en sus encantos misteriosos y a veces imprudentes. Creía que esa chica con un caso clínico, poseía una alma pura que quería seguir conociendo. Al igual que los cambios de hora en el reloj sus oportunidades iban y venían con él atascado viéndola sonreír.

—¡Nuestro atleta estrella está enamorado! —vocifero John dándole unas palmadas en la cabeza.

—Ya déjame.

—Tranquilo, no diremos nada a menos que no sea para que ella se anime más rápido.

—Al final es lo mismo.

—Ese es el punto.

—Es algo irritante tenerla cerca e incontrolable a la vez no poder decir o hacer nada.

—Te ayudaremos.

—Cuenta con nosotros.

—Podrías decírselo el día que iremos a la playa.

—No creo, ese día las chicas de seguro estarán en traje de baño y sería algo imprudente.

—Pienso lo mismo... Tal vez lo mejor sea decírselo cuando estemos nosotros dos.

—Me parece mejor esa idea.

—Tan solo pensé en que estaríamos todos juntos pasándola bien.

—Será nuestro último momento antes de graduarnos.

—Espero que resulte bien, no quiero hacerle daño ni lastimarme a mí mismo con esto...

—Veremos qué pasa, pero si sirve de algo creo que tú también le gustas —interrumpió el castaño oscuro poniendo su mano en el hombro de su amigo. Acto al que este respondió con una delicada sonrisa.

—Gracias por el apoyo —dijo a carcajadas.

El tema del amor que Andrew sentía por Allison se quedó ahí. Siguieron conversando, hablaron sobre sus calificaciones, que sería de sus vidas después de que cada uno tomara su propio rumbo; que era lo que querían para ese futuro que a pesar de causar algo de nostalgia sería una de los momentos más importantes.

La pregunta: ¿Qué quieres hacer con tu vida de mayor? No pudo faltar, qué sería de sus vidas después de la graduación, luego de que ya no se vieran casi todos los días, cuando cada uno dejara de ser un adolescente y se convirtiera en adulto, en el momento que todo terminara y se convirtieran en un recuerdo para los otros.

Noche de chicos, comiendo todos los postres que la madre de Brian les ofrecía, pasándola bien como solo ellos podían hacerlo, después de todo eran como de la familia.

-4-

Chat de Clarie Standish

Dice Clarie:

¿Podemos hablar?

Dice John:

Soy todo oído.

Bueno, ojos

:P

¿De qué quieres que hablamos, princesa?

Dice Clarie:

Necesito que sea personal.

Dice John:

¿Todo bien?

Dice Clarie:

¿Nos podemos ver en el estacionamiento del edificio A?

Dice John:

De acuerdo

Te veo en 10 allá

Visto

¡Hey!

Dice Clarie:

¿Sí?

Dice John:

Te quiero, princesa

Visto

¿Cómo podía ponerlo en palabras? ¿Cómo le diría que serían padres? La pelirroja temblaba con la prueba de embarazo entre sus manos sentaba en los escalones que conectan al edificio A con el estacionamiento del mismo. Su corto vestido rosa pastel de tirantes anchos y sus tenis blancos con unas medias encima de sus rodillas al mismo tono eran demasiada tentación para los ojos envidiosos que la querían para otro que no fuera John Bender. Lo 1ro que hizo él al verla fue despojarse de su chaqueta negra dejándola sobre los hombros de su chica. Intentó acercarse un poco más para besarla, ella lo evitó haciendo que el chico bufara desconcertado.

—Solo quiero hablar contigo.

Sus palabras podían traspasar una pared. Era cortante y fría.

—Solo quería saludarte.

—¿Me tenías que besar para eso? Sabes, con un simple "hola" o "buenas tardes" basta y sobra.

La miraba extrañado. Desde que se hicieron novios años atrás tanto sus saludos como despedidas eran un intercambio de besos mutuo. ¿Por qué debía ser diferente ahora? John buscó y rebuscó en su mala memoria algún acto de su parte que pudiera molestar a su chica. No encontrar le desconcertó aún más.

—¿Hice algo mal? ¿Por qué actúas así, Clarie?

Pocas veces la llamaba por su nombre. Ella no estaba pensando claramente, estaba destrozada y asustada, ¿cómo le haría frente?

—Necesito tiempo...

—¿Tiempo para qué?

—Esto no va a ningún lado.

¿Qué?

—¿Estás terminando conmigo? ¿Por qué? ¿Cómo me dices esto con tanta facilidad?

Una facilidad que escondía demasiado.

—Respóndeme, Clarie. ¿Hice algo mal? ¿Dije algo fuera de cuadro? ¿Por qué diablos quieres terminar?

—Por lo mismo que dicen todos: "los novios de estudios no son los esposos profesionistas". Y tú y yo no tenemos futuro.

—¿Estás hablando enserio? Tenemos 4 años juntos. Yo quiero un futuro contigo.

—Eres demasiado inmaduro para mí.

John soltó una risita de lado indignado.

—Soy tan inmaduro que te propuse matrimonio. ¡Demonios, creo que no puedo serlo más de ahí!

Su discusión estaba saliendo de sus manos.

—¡No me grites! ¡Quién debería gritar aquí soy yo!

—Ya no te gusto, ¿es eso?

Sus palabras la lastimaban, traspasaban su alma de la forma más descarada.

—Claire... bebé. —El chico se aproximó con sus manos en el rostro de ella haciendo que ella fijara su vista en él—. ¿Qué pasa? Por favor, no me dejes así. No aceptaré que me apartes de tu lado. Estamos juntos en esto. Yo, yo te amo...

Los ojos de ella se transformaron en un mar de lágrimas mientras lo escuchaba. Sentía lo mismo, exactamente lo mismo que él.

—Terminemos.

—Dame una razón.

Clarie apartó las manos de él de su rostro con sus vistas aún conectadas.

—No quiero arruinar tu vida.

—Princesa, ¿cómo podrías arruinarla si me haces feliz? Yo quiero esto.

—Yo no.

Se armó de valor y lo dejo atrás caminando en dirección a su convertible rojo. Estaba muy ida como para notar que la prueba cayó al suelo, su caminar era muy rápido cómo para eso. Las intenciones de John eran ir tras ella mas el pequeño aparto blanco lo detuvo. Quedó perplejo al ver que era positivo. Un sinfín de emociones le invadieron, estaba aturdido y feliz, no lo sabía solo quería tenerla entre sus brazos y eso hizo, fue tras la chica que amaba.

—Claire... —El castaño oscuro apoyó su cabeza en el hueco del cuello de su novia con sus brazos alrededor de la cintura de ella—. Te amo, los amo.

—Aléjate.

—Tenemos algo que nos unirá por siempre.

La joven se liberó de su agarre.

—Nada te asegura que eres el padre.

—¿Insinúas que no lo soy? ¿Qué pretendes?

—Esto es mi problema.

—Quieres alejarme a toda costa. ¿No es así? No te creo, ¿quieres que crea que no es mío?

—No tenemos nada.

—Ambos sabemos que no es así... Lo que tenemos no es un simple gusto, el tiempo no puede cambiar eso.

—¿Qué importa que me guste o tú me gustes? Estamos hablando de una familia.

—Nuestra familia.

—Estuve con otra persona estos días.

—¿Con quién?

—No tengo que darte explicaciones.

—No me importa.

—Estuvimos juntos.

¿Cómo podía ser tan sínica?

—Mientes.

—No lo hago. Bien sabes que hay un montón de chicos tras de mí.

—Tú no eres así.

—No me conoces. Yo puedo estar con quién, cómo y cuándo yo quiera.

—No es cierto.

—¿Quieres apostar? Richard lo hace increíble, al igual que Michael. —No media sus palabras—. Mucho mejor que tú.

—¿Quieres que enloquezca?

—Quiero que no vuelvas a cruzarte en mi camino. —Se guardaba sus lágrimas para sí misma, muy bien, demasiado bien.

—No.

—Tú no tienes nada que ofrecerme. No tienes derecho

—Lo tengo... Seremos padres.

La noticia le fascinaba, quería gritar de júbilo aun encontrándose en esa situación.

—¿Cómo lo tienes tan seguro?

—Porque me amas...

Sin más la besó con desesperación, ella correspondió con los ojos abiertos casi en shock las caricias que él dejaba en sus labios y cuerpo. Él no se equivocaba, lo que sentían era mucho más que un gusto, era un sentimiento puro y libre de toda culpa.

—¿Por qué quieres alejarme? ¿Por qué ahora qué llevas contigo a mi hijo?

—Somos muy jóvenes para esto.

—No les faltara nada, te lo juro.

—John...

—Me has hecho el hombre más feliz del mundo —añadió luego de unir sus labios nuevamente con los de ella—, confía en mí.

—Lo siento, yo no...

—Lo sé. Desde que te conocí mejor no hay nadie en mi mente, ninguna chica puede ocupar tu lugar porque te amo... Los amo.

-5-

—De todos modos tengo fe en que ella podrá salir de esto, y tú... —La pelirroja se acercó un poco para darle un pequeño golpe en la cabeza a Andrew—. Ve a verla, conversen y lleguen a un acuerdo como los casi adultos que son.

—¡Auch! Lo que usted diga, jefa.

Los chicos y Clarie no pudieron evitaron reír al escuchar sus palabras.

Este chico...

—Entonces la mejor amiga de tu novia es tu jefa.

—Debo estar bien con ella no quiero una enemiga tan cercana —bromeó él.

—Bien dicho.

Bipolaridad, esa era la única palabra que definía perfectamente la amistad de los jóvenes. Podían estar presente risas y llantos al mismo compás, igual estaba el apoyo y comprensión que se brindaban mutuamente sin fines de lucro.

Intentando arduamente no caernos de camino a casa, la vida intenta desgastarnos, mientras que otros nos ganan por cansancio, besándonos contra las mentiras y las paredes. De camino a casa, siempre supones que todo funciona, pero no siempre es así. A veces la vida no hace que otros te encuentren, sin embargo, permite que te encuentras a ti mismo.

"Ahora, porque queda todavía demasiado para el fin de semana, demasiado desde que me comporté como un tonto, nunca pensé que querer podría doler así de bien", pensó Andrew mientras miraba conversar a sus amigos.

La cuenta regresiva para la graduación comenzaba hoy.

-72 horas.

Menos 3 días.

Al fin el esfuerzo de sus vidas estaba dando frutos. Esos exámenes finales y la presentación de la tesis terminaron, no más Enrique Delgado, el profesor de orientación universitaria, y el mal genio de la bibliotecaria y algunos profesores.

Los jóvenes salieron del aula caminando en dirección a la fuente de la universidad. Se tomaron cada segundo para ir apreciando por última vez el lugar donde había transcurrido casi 4 años de su vida, donde pasaron tantos buenos y malos momentos, donde lloraron cuando se sentían impotentes con algún proyecto, donde resurgía después de los resultados del examen "más difícil del semestre", donde conocieron a tan bellas e inigualables personas y a otras no tanto; era su hogar, uno que pidieron elegir al igual que a sus amigos que eran su 2da familia. A pesar de todo jamás se arrepentirían de haber llegado a "la mejor universidad del estado".

Dejar tu vida atrás por un sueño es difícil, es todavía peor quedarte sin nada por lo que luchar o perder ese sueño. Ya no eran: un cerebro, un atleta, una irresponsable, una princesa y un criminal. Ahora tenían el orgullo de decir, porque no lo creían, lo confirmaban que eran: un ingeniero en sistemas computaciones, un profesor de educación física, una artista. Una doctora y un abogado.

Luchar por un sueño no solo es agotar sino que te obliga a aceptar todo lo que lo acompaña: nervios, presión, ideales hechos a un lado, orgullo, tolerancia, paciencia, capacidad para aceptar un no por respuesta, y de igual modo capacidad para aceptar un sí en mal momento.

El día transcurría lentamente, para el que espera siempre es así. Andrew tenía muchos sentimientos encontrados, todavía más al ver a Allison besándose con un desconocido para sus amigos. ¿Qué pensaba? Si su objetivo era darle celos al atleta quizás no era consciente de lo fácil que fue lograrlo.

Maldecirse a sí mismo se le hizo costumbre al castaño oscuro. Se la pasaba intentando llamar a Allison, ella no respondía a sus llamadas o ignoraba sus mensajes. Se estaba volviendo loco, no sabía nada de ella, antes al menos le podía preguntar a Clarie cómo estaba, ahora no tenía el valor para hacerlo. No lo pensó mucho, no lo pensó para nada; agarró su chamarra. Salió corriendo, no se iba a detener más, perdió mucho tiempo; pero ya no más, no pararía jamás.

—Allison, por favor... Siquiera mírame...

—¿Qué quieres? No tenemos nada de qué hablar.

—Vas a tener que escucharme aunque no quieras.

Era descabellado ser tan imprudente y hacerse pasar por otra persona para que la joven abriera la puerta de su dormitorio permitiéndole el paso. Estaban a la par, ambos hicieron estupideces intentando ocultar lo que sentían por el contrario.

—Muchas veces te pregunte respecto a lo que pasaba entre nosotros. En lo que pasó esa vez que nos besamos. Dijiste que no me querías de esa manera, me mentiste, ¿por qué?

—¿Qué? —En ese momento lo miro—. No tiene sentido que sigamos haciendo esto.

—¿Por qué mientes? Sé que me quieres, deja de actuar como si no fuera así, es una tontería.

—¿Tontería? Ella te besó, ¡no la apartaste! Con que derecho me reclamas... No tenemos nada. ¡Déjame en paz!

—No lo haré —concluyó él acorralando a la pelinegra en una esquina del dormitorio.

—Suéltame, Clark. —Lo llamaba por su apellido, fue demasiado.

—¿Tanto te gusto que actúas así? —Le sonrió de lado muy cerca del rostro de ella—. Es adorable.

Las mejillas de la chica estaban ardiendo en fuego, no encontraba sitio.

—Cállate.

—Tú también me gustas.

—¿Eh?

Pero, ¿qué...?

—Lo que escuchaste. Me gustas, Allison, más de lo que me gustaría admitir.

Estaba confundida y ¿feliz? Sus pensamientos estaban tan aturdidos que no veía diferencia entre ellos. Termino empujándolo lejos de si, quería escapar de ese momento. No soportaría verlo más después de esa declaración, pero él agarró su mano derecha deteniéndola. Por un segundo creyó que su corazón saldría de su pecho.

—No te vayas... Quédate conmigo —agregó acariciando el rostro de ella sin apartar sus ojos—. Fui un estúpido por no decirte lo que siento antes. Me moría de rabia al verte sonriéndole a otros. Se supone que al único que mirarías así era a mí. Perdóname por no hablar.

Allison no tenía palabras, su mente vagaba en las caricias que él dejaba en su piel. Andrew agarró los brazos de la joven y los colocó sobre sus hombros acercándola aún más.

—Déjate querer por mí... Sé mi novia, Allison.

Ella no podía pensar, estaba reviviendo algo que creía murió en su interior, no fue así; cerró sus ojos rendida ante él. En consecuencia el beso de años atrás se repitió, ahora con mucha más seguridad y afecto.

Estaban perdidos apoderándose de esta oportunidad para estar juntos.

Quizás los demás tenían razón o los razonables eran ellos, ¿cómo saberlo? No era lucha contra el mundo sino una pelea contra lo que ellos pensaban de sí mismo y lo que realmente eran.

Algo era seguro, no eran ni la sombra de quienes eran antes, ¿y qué? Esperar que todo al final los llevará al camino que los hacía felices. El rumbo estaba definido solo tenían que seguirlo y, ¿por qué no divertirse en el proceso? 

Contexto: 

Crear un relato de varios capítulos. Dicho debe tener como genero principal Humor y de subgéneros: Fanfic y Romance. Debía tener como mínimo 2,500 palabras. Yo escribí 5000 y algo...

Lo sé, me pasé Jjjjj 🤭 Es que me encanta esto. Breakfast club es una de mis películas favoritas. 

Si les gusto este escrito los invito a que vean esa emblemática película juvenil de los años 80s, considerada en sus tiempos la mejor película juvenil.

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