El realizador de sueños: parte 3
Estaba claro, debía meterse en el agua y recuperar su sueño, supongo que la carta estaría escondida y que no sería tan fácil atraparla, pero debía intentarlo, para eso vinimos aquí, parece que llevamos días caminando y por fin está aquí la solución a nuestros problemas, la solución para que siga viviendo.
−Yo entraré contigo, encontraremos la carta, estoy seguro de ello, no puede ser tan difícil.
−Te informo de que no sé nadar −dice Aimee con el miedo reflejado en sus ojos.
−Yo estaré contigo, además, recuerda que esto no es real, no puedes ahogarte en esta agua aunque quisieras, apuesto a que incluso podremos respirar bajo el agua, no hay nada que temer Aimee.
Mi último argumento parece que la convenció y su cuerpo se relajó un poco, pero cuando nos dispusimos a entrar en el río una barrera me impedía pasar, Aimee volvió a estar más asustada porque eso significaba que tendría que entrar sola.
−Sola no entro –dice tajantemente
−¡Vamos Aimee!, ¿no me digas que te da miedo entrar sola?, una chica que ha soportado una enfermedad tan grave con tanta fortaleza y que además se atrevió a ir a buscar su sueño sin rendirse jamás, eres valiente, y tienes la habilidad de ver en los demás lo que nadie más son capaces de ver, y eso hace que tengas un gran poder en tus palabras, el gran poder de cambiar el parecer de las personas, porque eres una chica fuerte y decidida, la verdad es que nunca me has necesitado, eres capaz de conseguir lo que quieras por ti misma, el único problemas es que no te das cuenta de ello, pero desde que me reconociste tengo la sensación de que eres tú la que ha venido a ayudarme a mí –y era cierto, lo cierto era que con sus palabras había empezado a ver su mundo de forma distinta, aunque no quería admitirlo, y aunque lo siguiente que se le pasó por la mente no podía decirlo en voz alta, pensó que también había roto todas las barreras que se había formado en su corazón y había entrado haciendo que se enamorara de ella.
Aimee sacó una sonrisa, le dio un beso en la mejilla y le dio las gracias, le había dado confianza en sí misma, en realidad era lo que le faltaba, tener más fe en ella misma, pues a veces la fe es el arma que más poder da. Sin pensarlo dos veces Aimee se tiró al agua, a pesar del miedo que podía infundirle, comprendió que este no podía dominar su vida, Aimee aprendió que el miedo era necesario, para tomar precauciones, pero es un sentimiento que tiende a apoderarse de todo ser que lo posee, y está en nuestras manos controlarlo y convivir con él en armonía, aunque la práctica es más difícil, Aimee ya lo tenía bajo control, fue a por su objetivo dando por hecho que lo lograría. Bajo el agua del río no podía vislumbrar casi nada, todo estaba muy oscuro, pero igual que en el camino había luces que le indicaban el camino y afortunadamente Noa tenía razón, podía respirar debajo del agua. Siguió las luces que eran cartas que se iluminaban a su paso, hasta que pasado un tiempo las luces desaparecen y se ilumina un cartel delante de Aimee, un cartel que decía.
Escondido está lo que estás buscando, pero si lo buscas nunca hallarás lo deseado.
Esa frase desconcertó a Aimee, debía pensar muy bien que significaba, porque estaba claro que sin buscarla sería imposible encontrarla, además dice que está escondido, nada de aquello tenía sentido, después de un rato pensando se dio cuenta de que tenía que hacer algo, aunque dijera que no buscara no podía quedarse de brazos cruzados mientras el tiempo corría, y mucho menos irse sin su sueño, porque después de realizar todo aquel viaje sentía que se lo debía a Noa y a ella misma sobre todas las cosas, se puso en marcha, buscando entre la nada y en cada hueco que encontraba, en el fondo del agua y cerca de la superficie, debía de haber una señal, algo que le indicara, y entonces calló en la cuenta, ¿y si no tuviera que buscar porque ya lo había encontrado? Fue hasta donde estaba el cartel con la frase iluminada y se alejó lo suficiente para tener una visión más panorámica del sitio en el que se hallaba, y allí estaba, sin saberlo había entrado por una puerta, y la forma del sitio en el que había entrado era la de una carta, una carta que tenía su nombre, su carta, su sueño, no podía creérselo, la felicidad se apoderó de ella y todo miedo se fue repentinamente, se acercó, tocó la carta, y esta se volvió pequeñita, lo suficiente para sujetarla entre sus manos, ahora podría dársela a Noa, y ella viviría, y cuando pensaba que todo por fin se solucionaría y que tendría otra oportunidad alguien la llamó justo detrás de ella, se dio la vuelta rápidamente y allí estaba Noa.
− ¿Noa?, Creía que no podías entrar en el agua.
−Yo no soy Noa, tal vez me parezca a él, pero nuestro parecido acaba ahí, en lo demás somos totalmente distintos.
− ¿Max?, ¿pero qué haces tú aquí?, espero que vengas a disculparte y a no volver a entrometerte en los sueños que realiza tu hermano, eso no está bien.
−Tampoco está bien cumplir cierto sueños, te he observado con mi hermano, sé que te ha contado ciertas cosas, y sé que piensas que tengo razón, todo el mundo tiene sueños, hasta las malas personas, no todo lo que yo hago acaba en muerte, ¿sabes?, algunas veces le quito sueños a las personas y eso salvan sus vidas, hay sueños malos, y mi hermano se ha encargado de cumplir unos cuantos, y no me he entrometido, pero algunas veces...
−No podéis controlar los sueños, algunos actúan por decisión propia.
−Exacto y hay que tener mucho cuidado con lo que se sueña, también he visto como mi hermano ha realizado sueños de los que después sus dueños se han arrepentido.
−Entiendo lo que dices, pero tu hermano es bueno, solo quiere ayudar, tiene buena intención y solo quiere que viva, al contrario que tú, ¿verdad? − La voz de Aimee sonaba triste y apagada.
−Yo no quiero que mueras Aimee, pero a veces desear vivir no es suficiente, tu sueño actúa por sí solo, yo no lo he robado para fastidiarte, él es el que se oculta solito, porque no quiere ser cumplido, y por experiencia te digo que no puedes obligarle, puedes dárselo a mi hermano, pero terminará escapando de él antes de que pueda realizarlo.
−¿Me estás diciendo que después de todo voy a morir?, ¿qué todo esto ha sido para nada?, ¿Por qué no lo dijiste antes?
−Porque esta era la única manera de que Noa entendiera, de que dejara de una vez por toda esa guerra absurda que se trae conmigo desde hace años, no soy el enemigo, no tengo la culpa de tener este don.
Aimee empezó a llorar, pero lo cierto era que en lo más hondo de su ser sabía que eso pasaría, sabía que no se curaría, pero sin quererlo, sus ganas de seguir luchando, habían cambiado desde que empezó aquel viaje, y pasó a ser una lucha compartida con Noa, sin el que a lo mejor no habría decidido hacer nada de aquello, ¿sería amor lo que sentiría por él?, se lamentó pensando que era tarde, tarde para amarlo. Tarde para enamorarse.
−Nunca es tarde para amar Aimee –dice Max adivinando sus pensamientos.
− ¿Le dirás que le quiero?
−Díselo tú misma, puedes despedirte de él ahora mismo si quieres.
Aimee se dispuso a salir del río pero antes le dio de nuevo la carta con su sueño, después de todo, sentía que no era su sueño, Max asintió con la cabeza y desapareció.
Una vez fuera Noa corre hacía ella con un millón de preguntas.
−Ha parecido una eternidad, ¿lo encontraste?, ¿ha sido difícil?, ¿Qué has visto? –Noa notó en su cara que algo no iba bien.
−No has encontrado tu sueño –dice Noa abatido.
−Si lo encontré –la sonrisa de Aimee inquietó a Noa todavía más.
− ¿Y dónde está?
−Lo tiene Max.
− ¡No me lo puedo creer!, ¿quién se cree que es?, te lo ha vuelto a robar, debí intuirlo, todo ha sido una trampa –jamás había estado tan enfadado con su hermano como hasta este momento.
−No ha sido una trampa Noa, eres inteligente, y creo que en el fondo ambos sabíamos la verdad, aunque no nos atreviéramos ni a pensarlo, venir aquí ya tenía bastantes pocas probabilidades de que pasara, pero al menos me queda que he luchado hasta el último momento, puedo decir que jamás me rendí.
−No digas eso, se la quitaré a mi hermano, ya verás como todo se arregla.
−Ya se ha arreglado Noa, eres el realizador de sueños, debes comprenderlo mejor que nadie, hay sueños que no podéis controlar, no tienes el poder de dar vida Noa y las cosas son como deben ser, ni tu hermano ni nadie tiene la culpa de que me esté muriendo –dice Aimee agarrando las manos de Noa entre las suyas con fuerza −. Pero es un orgullo haberte conocido y haber vivido esta experiencia contigo, no lo cambiaría por nada, te quiero realizador de sueños.
Ambos empezaron a llorar, aunque Aimee no quitaba su sonrisa de la cara, los dos se abrazaron, y sin darle oportunidad de responderle, Aimee desapareció y Noa no podía creer que estuviera pasando otra vez, su corazón volvió a partirse en millones de pedazos. A su lado aparece Max, no puede evitar sentirse furioso con él, siente que es su culpa, al fin y al cabo fue él quien le robó la carta con el sueño de Aimee.
−¿Por qué lo hiciste?, me robaste la carta, y no te importó que ella pudiera morir.
−Entiendo tu enfado, pero si me importa, me importa los sueños de la gente, es justo lo que quería que entendieras, es el don que me fue dado, evito que se cumplan ciertos sueños, aunque algunas veces esos sueños son demasiados fuertes y terminan cumpliéndose, no quiero pelear más contigo Noa, al final, nuestros dones son gemelos como nosotros.
− ¿Qué quieres decir?
−Son idénticos y a la vez distintos, si te das cuentas, cuando yo robo algún sueño, otro en alguna parte se cumple, y cuando tú realizas un sueño, otro en alguna parte se deshace, porque todo lo que hacemos tiene consecuencia, y nuestro don tiene consecuencias, unas consecuencias de las que tenemos que aceptar que somos responsables.
Noa era muy consciente de ello, pero pensaba que su hermano no lo entendía, entonces le vino a la mente lo que le había dicho Aimee, que Max no tenía la culpa de lo que le pasaba, y también recordó aquello que le dijo un tiempo atrás, que no era mejor que su hermano y aunque no quería verlo, tenía que aceptar que era así, siempre pensó que su hermano era el malo por robar sueños, es que hablamos de alguien que roba sueños, no podría haber pensado otra cosa, pero gracias a Aimee ya no pensaba igual y tal vez, con el tiempo, cuando sus sentimientos se ordenen podrá volver a mantener con su hermano una relación fraternal, como es debido. Noa asintió con la cabeza pero antes de marcharse Max lo llamó y este se giró.
−Toma –le dice tendiéndole la carta con el sueño de Aimee.
−¿Por qué me la das ahora?
−Porque el sueño ha cambiado, su deseo es otro, y me parece que eres el único que puedes realizarlo –Noa agarró la carta y la leyó, lo que ponía ahora era lo siguiente.
Querido realizador de sueños, sé que debe ser frustrante para ti no poder conceder ciertos deseos, sobre todo cuando se trata de la vida y si le sumamos que se trata de una persona que te importa todavía más, pero tienes que aprender algo, el don que tienes te harán enfrentarte a cosas muy dolorosas, porque la vida también se compone de finales tristes, como mi final, pero que sea triste no significa que no sea feliz al mismo tiempo, algo complicado de entender, ya lo sé, creo que hasta yo misma no lo entiendo, pero estoy feliz. Más sencillo de comprender es lo siguiente que quiero decirte, una vez me preguntaste ¿por qué quieres vivir?, y yo te respondí, porque vivir da sentido a la vida, en parte no me equivocaba, pero por otra parte yo no tenía razón, amar es lo que da sentido a la vida, y hasta que tu llegaste yo llevaba mucho tiempo sin amar a nadie, condenadamente sola y centrada en mi enfermedad me olvidé de vivir, así que debo darte las gracias, porque también hiciste que volviera a quererme y a creer en mi misma, así que ama Noa, no cierres tu corazón, porque al abrirlo, corres el riesgo de que te lo lastimen, pero eso no puedes evitarlo, conoces a una persona, le coges cariño, incluso llegas a amarla y entonces ocurre algo, algo que destroza tu alma, pero jamás debes permitir que destroce ese amor, porque por muy doloroso que sea, siempre será mejor recordar que tu corazón ha amado que saber que nunca ha sabido lo que es eso, confía en mí, a la larga siempre compensa, y te diré un secreto, eso es lo que nos hacen cumplir los sueños, porque no eres el único que realiza sueños de personas, muchas personas cumplen los sueños de otras solo porque las aman, ¿hay algo más bonito?, tal vez deberías recordar que esa es tu esencia, aunque a veces no salga como esperas, nadie tiene la garantía de que esta vida sea fácil, y cumplir un sueño no podía ser menos, así que ama sin miedo, sin condiciones y sobre todo con alegría. Antes de despedirme querría pedirte un favor, mi sueño ha cambiado, como ya sabrás, y no hay nada que desee más que un beso tuyo, creo que sabrás cumplirlo si así lo deseas tú también y tal vez, yo me convierta en la realizadora de sueños del realizador de sueños, que paradójico ¿verdad?.
Con amor:
Aimee
−¿Qué estás esperando? –dice Max a su lado.
−Pero, ella..., ella se fue, Aimee no está... −dice de forma atolondrada Noa.
−Aún está Noa, sal de aquí y cumple su sueño si así lo deseas.
Noa salió tan pronto como pudo del subconsciente de su hermano y se encontró a Aimee en la cama con los ojos cerrados, se levantó y le tocó la mano, ella, a su tacto abrió los ojos y le dedicó la sonrisa a la que ya lo tenía acostumbrado, él se la devolvió de la forma más alegre que pudo, aunque sus ojos delataban la pena que llevaba por dentro, no se dijeron nada, sobraban las palabras, él se inclinó y rozó sus labios a lo que ella respondió de la misma forma y ambos cumplieron aquello que deseaban y es que todos tenemos el don de realizar sueños.
Después ella se fue y Noa volvió a entrar en el subconsciente de ella y allí volvió a ver a una vieja conocida, la muerte, fue a recoger su alma y una vez más tuvo que arrebatársela de sus brazos, cuando estaba a punto de marcharse Noa le preguntó.
−¿Por qué? –fue lo único que le rondaba por la cabeza, simplemente ¿por qué?, la muerte con su manto negro le respondió.
−¿Por qué, qué?
−Ya me entiendes –dice Noa entre sollozos.
Y la muerte lo entendía muy bien, la había amado y perdido de la misma forma que Noa, pero la muerte tendría que pasar su existencia sin nadie que lo comprendiera nunca, nunca nadie sabría de su dolor y tristeza, esa era su condena, pero no por ello disfrutaba del dolor ajeno, así que se limitó a decir.
−Todo el mundo piensa que yo soy un mal, pero creo que Aimee te hizo comprender que lo malo puede que no sea tan malo después de todo.
Dicho esto, la muerte desapareció con el alma de la chica y Noa siguió los consejos de su querida Aimee, realizar sueños es su esencia, no sólo porque sea un don, sino porque en la vida se iba a encontrar con muchas personas, lloraría y sufriría, pero también reiría y amaría y ese amor merece la pena como bien le dijo Aimee, porque es lo que hace entre otras cosas ayudar a los demás, y eso es lo que no hay que olvidar, que contra el dolor el único remedio es el amor que nos entregamos unos a otros.
Fin de, realizador de sueños, espero que les haya gustado este relato, la semana que viene habrá uno nuevo, no olvidéis dejar vuestras opiniones que leeré encantada. No olvidéis que podéis seguirme en Instagram y twitter como londonnn9
Un saludo.
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