El realizador de sueños parte 2
Su hermano Max tuvo una experiencia algo parecida, pero muy diferente, digamos que solo tenían en común los sueños, porque la realidad era que era un don a la inversa.
Fue una tarde de verano cuando descubrió que podía robar los sueños, sí, robar sueños, sueños que su hermano podía cumplir y que él, a la vez que a las personas a las que pertenecían, también se los robaba, robaba las cartas y las mandaba a un mundo creado únicamente por el propio poder de su mente.
Max estaba en clase cuando a Noa le llegó una carta, Max hacía tiempo que notaba a su hermano algo raro siempre se contaban todo el uno al otro pero Max tenía claro que algo le ocultaba, no sabía por qué ni el que, hasta ese día, y cuando estuvieron a solas le preguntó.
− ¿Por qué estás tan raro últimamente? –preguntó Max a Noa irrumpiendo en su habitación.
− ¿Se puede saber qué te pasa? –el enojo de Noa era palpable en el ambiente y con nerviosismo esconde rápido la carta detrás de él.
− ¿Qué escondes ahí detrás? –dice Max intentando quitarle, lo que podía intuir, un pequeño papel de entre sus manos, hasta que lo consigue y se pone a leer la carta con su hermano enfurecido corriendo detrás de él por todo el cuarto.
Raúl.
Querido realizador de sueños me gustaría que fuera posible viajar en el tiempo, hace ya cuatro años que perdí a mi madre y ni si quiera pude despedirme, me ahorraré los detalles, pero quiero que sepas, que aunque ya tengo cuarenta años, no hay un día que me levante de la cama y que no piense, necesito a mi madre, cuanto más tiempo pasa más me doy cuenta de que no hay edad para dejar de necesitar a una madre, y poco a poco me voy haciendo a la idea de que la necesitaré hasta el día que me muera, y tendré que saber llevarlo sin que ella vuelva a estar presente en mi vida, pero un adiós es lo mínimo para aprender a vivir con ello
Un saludo.
− ¿Esto qué significa?
−Significa que me vas a devolver la carta y que vas a olvidarte de este asunto ahora mismo Max -dice Noa muy cabreado.
−No es para tanto Noa –dice Max, agitando la carta delante de Noa.
E igualmente que Noa. Max descubrió su poder en ese momento, pues la carta se evaporó entre sus dedos, y sin saber explicar cómo ni porqué acabó en el lugar donde mueren los sueños, un lugar que había creado su propia mente.
− ¿Qué has hecho con la carta? –dice Noa con una mezcla entre enfadado y asombrado.
Ese fue el origen de la total separación de los dos hermanos, ni la gran atadura que puede llegar a ser la sangre fue un impedimento para que pasaran de ser amigos a enemigos, y es que hay una línea muy delgada entre uno y lo otro.
Un tiempo después
Aimee va caminando entre matojos de hierba, el sol cae por el horizonte que se pierde entre los árboles, y se divisa una luna muy sonriente en el cielo, las estrellas ya están nerviosas por dejarse ver y Aimee no puede evitar mirar embobada el atardecer mientras una ligera brisa de verano mece su pelo. A pesar de la inmensa paz que siente en su alma, sabe que eso no es real, sabe perfectamente cuál es su realidad, y aunque no le gusta especialmente, hace mucho tiempo que la había aceptado, porque hace tiempo que aprendió que vivir es también aceptar que las cosas más desagradables y agrias son parte de la vida, pero tal vez la parte de ella que está en aquel lugar que le transmite tanta tranquilidad, no lo ha aceptado, esa parte que se dispone a escribir una carta al realizador de sueños, pues sabe que es la única manera, esa carta representa toda su esperanza, toda su esperanza en un trozo de papel al que esa parte se agarra como a un clavo ardiendo, y sin saber muy bien que escribir, simplemente se deja fluir, sentada en la hierba.
Querido realizador de sueños, he perdido la cuenta del tiempo que llevo aquí pensando las palabras correctas para escribirte, y después de todo este tiempo, no he sacado nada en claro, tal vez sea porque no existen las palabras correctas para una situación así, me estoy muriendo, yo no quiero convencerte de que merezco vivir, pero sí de que no merezco morir, todavía siento en todo mi ser que este no es el final que merezco, quiero otra oportunidad, oportunidad para encontrar lo que me falta, mis ojos tienen que ver otros amaneceres y otros atardeceres, me aferro a ti porque me aferro a la vida, no soy mujer que acostumbra a perder, y esta batalla solo la perderé si dejo de luchar, y mientras la llama de mi vida siga encendida, por leve que sea, seguiré peleando, hace tiempo que aprendí que, en la vida, antes de dar el último suspiro, hay que morir unas cuantas veces, y revivir otras tantas.
Un cordial saludo.
Aimee.
Noa leyó esa carta pensando en que lo normal es que las personas quieran vivir, y tal y como él lo veía, era una alegría cumplir sueños así, ver como alguien que está a punto de perderlo todo de repente recupera lo más importante, las ganas de seguir luchando, pues esa es la única manera que tenemos de enfrentar a la muerte, aunque él sabe que eso no es del todo cierto, a veces el ser humano la enfrenta como si no tuviera nada que perder, y ese es un gran error. Piensa en que debe realizar el sueño, pero deja la carta en la caja con otro centenar de ellas que tiene que cumplir, últimamente se les ha ido acumulando y es que por una razón o por otra siempre le falta tiempo, trabajar como médico a tiempo completo es el motivo principal por el que no puede cumplir con rapidez, al menos no con la rapidez que le gustaría.
Pero de vuelta a su casa, cuando cruzó la puerta, presintió que algo iba mal, pudo sentir un escalofrío y sabía que aquellas cartas con todos aquellos sueños ya no estarían en el lugar donde las guardaba. Fue corriendo y confirmó su presentimiento, en su sitio solo quedaban unas veinte cartas, las demás habían desaparecido, o mejor dicho, robadas, y ya sabía quién era el responsable.
Su hermano era el único capaz de hacer eso, de alguna manera descubrió donde las guarda y agarró las que quiso, pero su hermano se equivocaba si pensaba que dejaría todo tal como estaba, pensaba buscarlo y recuperar sus cartas.
Hacía mucho tiempo que no sabía del paradero de su hermano, pero no le ha costado mucho averiguar donde se encuentra actualmente, un par de preguntas y ya lo tiene, y allí delante de la puerta no duda ni un segundo en llamar al timbre, y después de unos segundos la puerta se abre, y detrás está él, Max, exactamente igual que la última vez que lo vio, solo que algo más mayor.
− ¿Dónde están? –dice Noa sin rodeos, yendo directamente al grano.
−Yo también me alegro de verte hermanito, que agradable visita, después de tanto tiempo – suelta Max con una sonrisa en la cara
−No creas que la alegría es recíproca, no estaría aquí sino me hubieras robado lo que es mío, no te lo repetiré más veces, ¿dónde están?
−No sé de qué me hablas.
Noa le pega un empujón a su hermano y entra en el apartamento en el que lleva viviendo varios meses, es un apartamento pequeño, con poca decoración, pero las cartas pueden estar en cualquier lugar. Noa se pone a desordenar todo y a mirar en cada rincón de aquella casa buscando lo que Max le robó, pero no logra encontrar nada, mientras Max lo observa con atención e inquietante tranquilidad.
−No las encontrarás, verás, me parece que no sabes nada de mi poder, están en un mundo que yo mismo he creado, un mundo donde los sueños van muriendo lentamente hasta desaparecer –explica Max con seriedad y una voz misteriosa.
Pero Noa no puede irse de ahí sin conseguir nada, y sin saber porque se le viene a la cabeza la última carta que leyó, esa mujer iba a morir, y su sueño era poder curarse, sino la recuperaba pronto no podría cumplir su sueño, no podía permitir que eso ocurriese.
-Supongo que no me darás ninguna carta, nada de lo que haga o diga te hará cambiar de opinión, ¿sabías que una de esas cartas es de una mujer que se está muriendo?, no tiene mucho tiempo y su sueño es curarse, ¿tan cruel y frío eres que te da igual que esa mujer no pueda vivir?.
Después de quedarse un momento pensando, Max le contesta.
−Para que veas que no soy tan malo como te piensas, voy a ofrecerte un trato, si eres capaz de entrar en mi mundo y llegar hasta el sueño de esa mujer, puedes llevarte la carta y cumplir su sueño, sino, no volverás a ser una molestia para mí y si quiero quitarte algún sueño, tú, me lo darás sin rechistar.
Noa sabía que, aquello no podía ser más que una trampa, pero sino lo intentaba esa mujer no tendría ninguna posibilidad de sobrevivir, así que contra todo pronóstico Noa aceptó el trato, su hermano le explicó cómo llegar a su mundo a través de su mente y antes de partir decidió que tenía el deber de informar a esa mujer de lo que pensaba hacer para salvarla, y le hizo una visita.
Una vez en el hospital donde se encontraba la mujer fue hasta su habitación, estaba muy nervioso porque nunca había visitado a ninguna de las personas que le escribían cartas, no personalmente al menos, siempre era un trato con él subconsciente de esas personas que aún no habían perdido la esperanza, y allí estaba, sentada en la cama leyendo un libro, era una mujer muy hermosa de cabello rubio y ojos color avellana, la mujer al verlo se sorprendió, dejó el libro que leía en la mesita que tenía a su derecha y le preguntó quién era y que hacía allí.
−Sé que esto puede sonar raro, pero he venido para ayudarte, solo quería que supieras que voy a luchar por ti, pero para eso debes luchas por tu vida todo el tiempo como te sea posible, y quiero que sepas que no debes perder la esperanza.
−Tú eres el realizador de sueños –dice Aimee casi sin poder creérselo, pero mayor fue la sorpresa de Noa al saber que lo reconoció _. Creí que fue solo un sueño, que tú eras un sueño, pero eres real.
Noa no podía ni imaginarse que alguien pudiera soñar con él, hasta donde tenía entendido nadie se acuerda de lo que pide su subconsciente.
−No puede ser, nodeberías saber quién soy –dice Noa casi en un susurro. Pero ella lo escuchó muybien
−Pues sé quién eres, y eso significa que funcionó, has venido ha realizar mi sueño, me vas a curar –dice Aimee muy emocionada y al ver su cara llena de ilusión a Noa se le cayó el alma al suelo.
−Verás, recibí tu carta, la leí y creo que te mereces ese sueño, hasta ahí todo es correcto, pero hay un problema –la cara de la muchacha cambió radicalmente y se puso alerta.
− ¿Qué problema? Y no te andes con rodeos por favor, como comprenderás, en mi situación he aprendido un par de cosas y una de ellas es que el tiempo no le sobra a nadie y no quiero perder el mío con tonterías.
−He perdido tu sueño –dice Noa con un tono inconfundible de culpabilidad.
− ¿Cómo es eso posible?, pero ¿podrás recuperarlo verdad? –su voz sonaba cansada, como si no tuviera fuerzas para aceptar que su única esperanza se iba volando lejos, y lo cierto era que no las tenía, pero Noa pensó que podía contar con su ayuda, al fin y al cabo es su sueño, y tal vez de esa manera recuperara las esperanzas.
−Puedo intentarlo, debo entrar en el lugar donde lo ha guardado la persona que me lo ha robado.
− ¿Te lo han robado?, ¿quién podría hacer algo tan cruel?
−Pues ha sido mi hermano, pero eso no es lo importante, lo importante es que he realizado un pacto con él y si consigo rescatar tu sueño él me lo dará y no volverá a entrometerse.
− ¿Y dónde está mi sueño si puede saberse?
−Pues en un mundo creado por él mismo y que está dentro de su cabeza, tendría que entrar en su cabeza, y buscarlo, entrar en fácil, lo difícil va ser llegar hasta él, puedo asegurarte que no será fácil, pero no es imposible.
− ¿Me tomas el pelo?, esto debe de ser una especie de broma, eso no puede ser –dice Aimee sin poder creerse una sola palabra de lo que le Noa le cuenta.
−Supuestamente yo tampoco debería ser y mírame, aquí estoy, y crees en mí, ¿qué diferencia hay entre creer en mí y en lo que te estoy contando?
Aimee se dio cuenta de que en realidad tenía razón, estaba hablando con alguien que hacía cumplir los sueños a través de los subconscientes, si podía creer en eso porque no creer en lo que Noa le estaba contando.
−Vale, digamos que te creo, que creo lo que me estás contando,¿ por qué no entras y lo buscas en lugar de hablar conmigo?
−Porque quiero que vengas conmigo, así tu subconsciente no perderá la esperanza, además, nadie mejor que la creadora del sueño para encontrarlo.
−Visto de esa manera, tiene sentido, pero no creo que sea buena idea, en mi estado, ¿no me agotaré más?
−Tú seguirás aquí bien atendida y descansando, igual que yo, nosotros no nos movemos ni gastamos energía, es un plan perfecto.
−Si logramos encontrar mi sueño –dice Aimee poco convencida
−Si creer en algo podrás lograrlo, sé más positiva –le dice Noa intentando darle ánimos.
−Me parece que sería más fácil que mi subconsciente te escribiera otra carta diciéndote que su sueño ahora es recuperar el sueño perdido.
−Ya, me temo que no es tan sencillo como eso, además tú no puedes mandar sobre tu subconsciente.
Una vez que quedaronclaras las cosas, con la ayuda de Noa ambos se dispusieron a entrar en el mundode Max, el que tiene escondido en su mente, Noa agarra la mano de Aimee, cierranlos ojos y viajan hasta el lugar donde los sueños se pierden. Al principio todoes oscuro, como siempre que ve los sueños de las personas que le escriben, peropoco a poco empieza a deslumbrarse un camino, unas luces amarillas parpadean enla misma dirección señalando al lugar donde deben dirigirse. Ambos se miran yseguidamente se ponen en camino, a Aimee le sorprende lo bien que se encuentra,no siente malestar alguno, ni cansancio, ni dolor, ni el caminar la agota,siente que podría hacer cualquier cosa en ese momento y hasta ese momento nosabía lo mucho que lo echaba de menos, parece que ya se había acostumbrado aestar mal,
a sentirse mal, era un estado tan habitual en ella que ya ni recordaba lo que era sentirse bien.
−Es increíble lo bien que me siento.
−Es normal, y aquí el tiempo es distinto, aunque te parezca que llevemos días o meses apenas serán unos segundos de nuestro mundo.
− ¿Meses? ¿Hablas en serio? -dice Aimee con tono de queja.
−No te quejes, es una ventajas para nosotros, dada tu situación es lo mejor
−dice Noa de forma tajante.
Después de mucho tiempo caminando encuentran una indicación y después de otros tantos quilómetros que parecen que no llevan a ninguna parte, encuentran otra, carteles que van apareciendo y les dice por donde tienen que ir, y mientras caminan, no pueden hacer otra cosa que hablar, se cuentan cosas, cosas vividas, personales y dolorosas, pero la peor parte llegó cuando Aimee le pregunta a Noa si alguna vez ha realizado un sueño que no quería realizar, y eso le trajo recuerdos que quería olvidar, pero, aunque el olvido es algo que llega tarde o temprano para todo el mundo, es imposible quitar voluntariamente de tu mente los recuerdos, por muy dolorosos, tristes o desagradables que sean, y sin quererlo se quedó sin saber que decir.
− ¿Y bien?, te has quedado callado y no has respondido mi pregunta –dice Aimee después de unos minutos de silencio incómodo.
−Es que no es algo fácil de responder.
−Pues no parece una pregunta difícil de responder.
−Sí, pero a veces las respuestas no son sencillas, sino todo lo contrario.
−Pues no respondas si es demasiado difícil para ti –dice con un tono enfadado y adelantando a Noa en el camino, pero Noa se apresuró y la agarró del brazo impidiéndole el paso.
−Me intriga tu desmesurado interés es saberlo.
−No es desmesurado –se apresura a decir Aimee ofendida.
−Ignorando eso –suelta Noa en tono divertido-. no es que no quiera contártelo, es que necesito un momento para hablar, nunca se lo he contado a nadie y es algo bastante doloroso para mí.
Aimee comprendió que se había pasado un poquito ofendiéndose por eso y se sintió culpable porque le fuera a contar algo que era duro para él.
−No hace falta que me lo cuentes si es tan doloroso –pero Noa empezó a hablar.
−Fue hace unos años, me llegó la carta de una chica que tenía el sueño contrarío al tuyo.
−El sueño contrario al mio?, no entiendo que sueño puede ser cont...ooh, ahora entiendo, pero eso es horrible.
−Eso pensé yo, así que intenté convencerla de lo contrario, mientras seguía cumpliendo otros sueños hablaba con ella en su subconsciente para que cambiara de parecer, y yo creía que hacía progresos, incluso me enamoré de ella, y pensaba que ella me quería a mí –Aimee podía notar la tristeza en su voz y el dolor en sus ojos brillantes entre la oscuridad.
−Un día comprobé que la carta de su sueño seguía allí, entre los sueños que tenía que realizar, la veía tan bien que pensaba que se le fue esa idea de la cabeza, pero eso era la prueba de que no era así, y fui a hablar con ella, no fue agradable, pues ella me confesó que no pensaba cambiar de idea, que nunca había cambiado de parecer, y me cabreé, tanto que intenté destruir la carta, pero la carta jamás desaparecía, y es que por lo que pude aprender, aunque soy el realizador de sueños, hay sueños que dependen más de las personas que de mí.
− ¿Por qué no pasaste de la carta y ya está? –pregunta Aimee con la atención plenamente puesta en Noa.
−Porque no puedo dejar pasar los sueños, puedo llevar retraso, pero aquel sueño que no cambia o que no desaparece por una razón o por otra está destinado a realizarse, no hay nada que yo no pueda hacer al respecto, así que sucedió.
−Y ese fue el día que te diste cuenta de que no eras tan distinto de tu hermano –por la cara que puso Noa Aimee se dio cuenta de que había metido la pata, así que guardó silencio para no empeorarlo, y la verdad es que aquellas frase le pilló totalmente por sorpresa, nunca lo había visto de ese modo, ¡pero no podía ser!, él no tenía nada que ver con Max. Max es malo, siempre lo ha sido, ¿o no? , simplemente respondió.
−No, pero ese fue el día que conocí a otro ser.
− ¿A quién? –preguntó Aimee sin saber que tenía que ver eso con la historia que le estaba contando.
−A la muerte.
−Pero, ¿cómo es eso posible? –Aimee quedó realmente asombrada con esa respuesta.
−Supongo que porque veo el alma de las personas, y la muerte vino a recoger la suya.
− ¿Entonces, tú hablas con las almas?, es decir, ahora mismo somos espíritus?
−Por decirlo de alguna manera, sí -respondió Noa deseando acabar con ese tema de una vez por todas, no era algo agradable y no deseaba continuar hablando de ello, pues literalmente vio como la muerte le arrebataba a la única chica de la que ha estado enamorada de entre sus brazos, desde ese momento se dio cuenta de que a veces se puede amar a alguien hasta doler, pero eso el amor puede llegar a ser un arma de doble filo, sin el que, a la vez, no podemos vivir, pero en ocasiones es mejor alejarse, Noa se alejó de todo el mundo, jamás se implicó con nadie más, para que dejara de doler, para que su corazón sanara.
−Cambiando de tema y volviendo a lo importante, que es encontrar tu sueño, por si no lo recuerdas, quiero hacerte una pregunta Aimee, ¿por qué elegiste ese sueño?, ¿por qué deseas vivir? –la pregunta la pilló un poco desprevenida y no supo muy qué contestar.
−Eso es como si me preguntas ¿por qué bebo agua cuando tengo sed?, la respuesta está clara, digamos que quiero que mi corazón siga latiendo para seguir viviendo, porque vivir es lo único que le da sentido a la vida, y quiero que la mía siga teniéndolo.
Noa, entendió perfectamente a lo que se refería, si no vives tu vida, esta deja de tener sentido, porque que un corazón deje de latir no es la única manera de morir, eso le rondaban la cabeza cuando Aimee volvió a hablar e interrumpió todo pensamiento.
−Siento mucho lo de tu amiga, pero no puedes culparte por ello, ya sé que algunas veces soy un poco bruta hablando y antes me equivoqué cuando te dije que no eras mejor que tu hermano, no quería decir eso, pero si pienso que igual que tú no tuviste elección puede que tu hermano tampoco la tenga, no lo conozco, pero siento que no robó la carta con mi sueño con maldad.
− ¡Tú que sabrás!, todoel mundo tiene elección, yo elegí este camino, y asumo las consecuencias de misactos, pero mi hermano no lo hace, él se justifica como tú has hecho ahoramismo, pero debe justificarse, debe afrontar sus decisiones y no dejar que losdemás carguen con su culpa, cada sueño que me roba, es un sueño roto que cargasobre mi conciencia, sobre todo si el sueño roto acaba con la vida de una persona que desea vivir.
Noa estaba realmente enfadado, pero no con Aimee, si no con él mismo, porque en su interior sabía que Aimee tenía razón, a veces no tenemos elección, aunque siempre se dice todo lo contrario, pero hay momentos en la vida en que eliges algo como si no tuvieras otra opción porque de no hacerlo significaría algo mucho peor, y puede sonar muy sencillo, pero cuando te enfrentas a algo así es algo muy complicado de llevar sobre tus hombros, algo que puede destruirte. Aimee no dijo nada y durante un largo rato ninguno habló, hasta que llegaron a un río en el que había un cartel con advertencias.
ATENCION: Si tu sueño quieres recuperar, la carta debes atrapar, sumergida en el agua hallarás lo que tanto anhelas encontrar.
Continuará...
Segunda parte de el realizador de sueños, espero que os guste mucho y que me dejéis vuestras opiniones, os recuerdo que podéis seguirme en Instagram y twtter como londonnn9, un saludo para todos :)
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