Cometemos errores, y no nos damos cuenta en lo ocurrido.

Era una tarde cubierta de nubes, junto a una pequeña rozada de lluvia. Me encontraba sentado en la gran silla de madera", que se encontraba frente a la ventana, con una vista hermosa , muy peculiar como una "Penthouse". En mi brazo derecho llevaba en manos, la foto en un cuadro de mi mejor amigo, se miraba feliz .Aquel día, nuestro primer día de trabajo. Fue después de unos días atrás luego de que me hay acogido al encontrarme abandonado y desamparado.

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—Hey ¿que hacías allá arriba ?

—Nose que soy, quizás sea un ave, aquella familia me echaron.

—No pequeño tonto eres un zorro, un
zorro de dos colas...¡Que monada!

—Pero no tengo familia.

—Ven conmigo pequeño, desde ahora serás mi compañero, no dejare que nada malo te suceda, ¿De acuerdo amigo?
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"Amigo". Lose, ahora todo es diferente, conoces gente, tienes amigos, pasa el tiempo, las cosas cambian, los amigos se van, tienes problemas, pero aún la vida sigue.
Tenia la vista hipnotizada con las imágenes que se presentaban en mi cabeza. Tomé una taza de café caliente y me dirigí por las escaleras para subir al cuarto de al fondo. Apagaba cada luz por los pasillos, hasta que llegue a la última luz, ya casi para llegar a mi habitación, de pronto escuche el ruido de las ollas caer, eso provenía de la cocina, lo ignore por completo y solo apague la luz. Mi piel temblaba, mis ojos estaban congelados, no sabia como reaccionar y mucho menos hablar. Lo que había visto era a Sonic, parado a unos diez centímetros frente a mi. No se si era una alucinación, por el susto volví a encender la luz y no había absolutamente nada.

—Espero que no es lo que estoy imaginando, por favor.

Volví a pagar la luz y de nuevo se encontraba Sonic frente de mi, pero aún más cerca y en cada movimiento que hacia el se acerca.

—Mierda esto no es posible—susurré.

—Mailes power—dijo Sonic, levantó su mirada lentamente, sacando una sonrisa siniestra y pertubadora.—Te dije que volvería por mi promesa.—ríe psicopatamente.

No podía creer, espero que esto sea una maldita alucinación, ¡no estoy loco!. Para asegurarme, prendí nuevamente la luz y no había nada , no encontraba ninguna sombra negra de él. Deje la luz prendida y solo corrí hacia mi habitación y me encerré con llave y picaporte, saque mi laptop y reproduzco las canciones a la aleatoria. Escucho el llamar de la puerta, el timbre tocaba varias veces, el sonido me desesperaba, hice un movimiento rápido con mis colas bajando para abrir la puerta. No había nadie, seguramente sea una broma de los niños del piso 367. Retorne hacia mi habitación, tirándome en la cama de un solo salto, bajo la música a un volumen bajo y solo me relajo para darme una siesta.
De un momento a otro sentí un aire correr por mis orejas, abro mis ojos y solo observo la oscuridad de la noche y la luna daba luz hacia mi puerta, algo extraño veo en las sombras del pasadizo, por un par de diez segundos escucho las pisadas de alguien correr. Me levanté y tome mi lampara, mi única protección.

—Se que estas aquí, ¿porque te escondes?. Maldito cobarde.

—No debiste salir de tus propios sueños.

Con lo que dijo el erizo de púas maltratadas y piel de color azul totalmente oscuro, el pobre zorro podía sentir el dolor dentro de su espalda al momento de que la cuchilla entrase en el.

~El color carmesí pintaba lentamente el suelo~

•Continuará 1/2