Llegó el día del baile y en lo único que podía pensar era en las solicitudes a las universidades. Al final, durante la semana junto a mis amigas postulé a las dos universidades que quería. Una estaba aquí en South Park y la otra en una ciudad más lejana. Aún faltaban dos semanas para que llegaran los resultados pero estaba muy ansiosa. Por otro lado estaba feliz de haber hecho todo ese proceso junto a mis amigas. Espero que ellas queden en sus opciones.

Apenas desperté vi colgado en la puerta de mi habitación el vestido que había comprado con las demás chicas. Se veía lindo con los rayos del sol que entraban por mi ventana.

Estaba un poco nerviosa así que solo tomé un café.  No tenía mucha hambre la verdad.

Mi plan era no hacer mucho durante el día. Posiblemente pasaría toda la tarde viendo películas y comiendo chatarra esperando a que sean las 6:00 de la tarde para darme un baño y colocarme el vestido.

Era un plan sencillo pero efectivo.

Sin embargo, ya me había acostumbrado a que las cosas no salieran como lo había planeado. Terminaba por aceptar las circunstancias como vinieran.

Escucho que alguien toca el timbre de mi casa y mi madre grita de que es Heidi así que le digo que la haga subir a mi habitación.

—¡Ey! —se alegró Heidi.

—¡Hola! ¿Todo bien?

—¡Si! Vine a verte porque siento que debo hablar el tema sobre mi accidente contigo y todo lo que eso arrastró, ya sabes, para cerrarlo de una vez por todas antes de que empiece una nueva etapa en nuestras vidas. 

Normalmente Heidi no era la clase de persona que enfrentaba sus problemas con valentía o fuera tan directa pero supongo que haber estado cerca de la muerte puede cambiar a cualquiera.

En el fondo de mi alma sabía también que debíamos hablar a fondo de lo que pasó,  solo que no me atrevía porque el accidente había pasado justamente en mi propia casa y de solo volverlo a pensar surgían en mí desagradables sensaciones.

—Está bien, debemos hablarlo.

—Las chicas y Craig me contaron lo mucho que te preocupaste por mi. Me contaron sobre las visitas al hospital y todo lo que pasó en mi ausencia con Red. Y creo que es necesario decirte que aprecio mucho que seas mi amiga —me dedicó una dulce sonrisa.

Mientras decía eso Heidi tomó de mis manos y me dirigía una mirada sumamente dulce, acto seguido me dió un fuerte abrazo. Y no se la razón,  pero surgieron en mi muchas ganas de llorar.

—Pudiste...Pudiste haber muerto...y y-yo —la voz se me quebraba.

Muy pocas veces me he quebrado frente a otras personas pero me di cuenta que nunca había soltado todo lo que sentí el día del accidente. Estaba en shock y luego mi mente lo había guardado en lo profundo de mis pensamientos diciéndome en ese momento que no había tiempo de llorar,  que debía averiguar que es lo que estaba pasando. 

Bueno, supongo que mi cuerpo supo que ahora era el momento de soltar esas emociones reprimidas y admitir que Heidi si había estado a punto de morir.

Pero que,  afortunadamente no pasó. 

—Yo entiendo Wendy. Si quieres llorar hazlo —me abrazó.

Normalmente Heidi era la sentimental del grupo y si hace unos meses atrás me hubieras dicho que los papeles se invertirían de esta manera lo hubiera tomado como un gran chiste.

—¡No me gusta admitir que estaba asustada pero lo estaba! Había tanta sangre en mis manos ese día, que yo...

—Shhhh, entiendo que fué muy duro para ti. Por eso sentí que era necesario venir en persona.

—Gracias por haberlo hecho, no sabía que necesitaba tanto que estuvieras aquí en persona hasta que viniste. 

—No se si la universidad cruzará nuestros caminos denuevo pero por esa misma razón es que prefiero darte las gracias ahora.

—Gracias a ti Heidi por considerarme tu amiga aún después de todo lo que pasó.

Definitivamente no hubiera imaginado nunca que esa noche previa al baile estaría hecha un mar de lágrimas junto a Heidi.

Pasaron las horas y las chicas llegaron a mi casa. A Heidi y a mi se nos ocurrió que nos arreglaramos todas juntas y viviéramos la experiencia unidas. Claro que, faltaba una del grupo y no sabíamos si la veríamos en el baile.

Al llegar a la escuela Clyde estaba esperando a Bebe en la entrada al igual que Token esperaba a Nichole.

Heidi se encontró con Kyle y de inmediato de sonrojó. Supongo que aún no está todo claro con ellos pero ojalá vayan a su ritmo.

Yo seguí mi camino sola para dejar que las chicas hablen con sus chicos tranquilas.

Al entrar al gimnasio pude ver que esforzarse en la decoración valió la pena. Todas esas semanas de trabajo duro dieron un resultado hermoso y vivo.

Todo era color plateado y dorado.  Del techo colgaban estrellas y globos y en el suelo había brillantina y más globos. En el escenario había una media luna gigante color plateada y las mesas tenían manteles color azul para combinar con lo que parecía ser una noche estrellada dentro del gimnasio .

Estaba hipnotizada viendo todo cuando derrepente alguien por detrás me tapa los ojos. Supe de inmediato quién era.

—¿Viniste a cobrar el baile que te prometí? –dije en tono astuto.

—Por supuesto que sí , después de todo eso habíamos acordado.

—Tienes razón y los acuerdos se cumplen. 

—Wendy, yo...sobre el tema de Re-

Antes de que terminará lo callé sin más para que no continuara y el ánimo se me fuera por lo suelos.

—Por favor, no ahora , no aquí.  Te prometo que lo hablaremos a fondo pero no esta noche —le supliqué.

Acto seguido de decirle eso, lo abrace fuertemente y comenzamos a bailar lentamente. La canción era lenta así que venía perfecta.

—Está bien, perdóname,  solo bailaremos.

Me sentía muy calmada y relajada bailando junto a Stan. Sentía un calor muy acogedor y por algunos momentos dejé de pensar en todo lo demás.

Luego de estar un buen rato bailando de manera lenta el DJ cambió el ambiente con música más animada así que aproveché de decirle a Stan que pasaría al baño un momento. Después de todo hace rato que sus amigos querían saludarlo y sacarse fotos con él .

A pesar que estar con Stan lograba que me sintiera mejor,  la culpa de estar pasándola bien mientras Red seguía en el hospital me abrumaba, sin embargo, hablar con ella y disculparme sinceramente era todo lo que podía hacer,  ademas de todos modos ella no quería verme para nada.

Al llegar al baño, me lavé la cara y comencé a mirarme fijamente en el espejo.

—No lo arruines Wendy, es una bonita noche con la gente que quieres y te quieren. Olvida por una noche aunque sea esta culpa que cargas —decía mientras el agua corría por mi rostro.

Comencé a pegarme pequeñas cachetadas para reaccionar y poder volver a la pista de baile más animada.

Derrepente alguien más entró al baño.

—Eso de hablar sola nunca se te ha quitado.

—¡¿Qu-Que?! ¿Red? —no creía lo que veía.

Rápidamente di un paso hacia atrás asustada y pensando mil situaciones por segundos sobre lo que querría hacerme para desquitarse conmigo.

Red estaba vestida de gala con un vestido de tirantes apegado al cuerpo color burdeo y no con la ropa de hospital que le vi la última vez. También traía unas muletas para poder caminar con algo de apoyo. Aún no podía caminar por ella misma al 100%. Pero lo que más me sorprendió de todo eso no era que tuviera dificultades para caminar o que estuviera aquí en el baile si no que al mirar sus ojos solo veía tristeza.

—No vine a pelear. Solo vine a hablar —dijo rápidamente.

—Admito que me da miedo enfrentar esta conversación y todo lo que conlleva , pero lo haré —confesé.

Salimos del baño y fuimos al campo de juego para poder hablar sin tanto ruido. Nos sentamos en una banca y nos mantuvimos en silencio un par de minutos.

El silencio me colocaba fuertemente nerviosa y justo cuando me decidí a hablar para romper esa barrera, Red se adelantó. 

—Hay una cosa que me causa curiosidad y más viniendo de ti —dijo Red.

—¿Qué cosa?

—Cuando fuiste a verme al hospital,  lo primero que pensé fué que me recriminarias y preguntarías por qué te ayudé con tus planes para "derrotar a Ally" a pesar de que yo estaba detrás de eso también, ya sabes, como cuando te ayudé a proyectar la grabación en todo el campo de fútbol.

—Bueno...si te soy sincera si fué algo que se me ocurrió preguntar en su momento —revelé.

—¿Pero...? —indagó.

—Me aterraba saber la respuesta. Prefiero quedarme con la percepción que simplemente te nacía ayudarme a pesar de todo. No quiero saber la verdadera razón y que eso termine por destruirme aún más.

—Bueno, si no quieres saber la verdadera razón, respetaré eso.

—Sé que no me corresponde pero ¿Como está Ally? —dije arriesgandome de que me respondiera mal.

—Lo creas o no , también vino al baile. La verdad hablamos mucho,  no sabes cuanto, sobre el tema.  Sobre ti también.

—No creas que voy a decirte que actuaron mal o que me decepciona todo el plan que montaron. Siento que aveces el rencor y la rabia nos ciegan. Lo que le pasó a tu hermana yo tampoco lo hubiera ignorado —expuse.

—Tal vez, pero el estar cegadas por la venganza hizo que nos diéramos cuenta que perdimos tiempo valioso. Nos estábamos vengado de una persona de la cual odiabamos su forma de ser pero al emplear dicho plan hacía que nos comenzáramos a convertir en lo mismo  que esa persona era. Estábamos cayendo en lo mismo , repitiendo patrones.

—Si..."esa persona" soy yo, puedes decirlo —dije sin más.

—No...no diré tu nombre porque junto con Ally tomé una decisión y quiero que la sepas.

Red me estaba mirando con una mirada decidida y fijamente.  No sabía que pensar pero solo quería que me dijera cual era esa decisión.

—No voy a negar que mientras fingía ser tu amiga hubo momentos en los que si sentía que eramos amigas de verdad. No voy a negar que las salidas al centro comercial, el cine o las pijamadas fueron falsas porque las sentí bastante reales y genuinas.

—¿Pero...?

—Pero es verdad también que sacaste lo peor de mí y yo logré sacar lo peor de ti. Y eso no lo hacen las amigas —explicó.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Quiero decir que no debemos dejar en nuestra vida a las personas que saquen lo peor de nosotras aunque tengamos muy buenos recuerdos. Aunque sintamos que pudo haber sido una amistad que durara más, esto con el tiempo solo se convertiría en una amistad por culpa. Por querer compensar lo que nos hicimos. Y eso no es amistad verdadera.

—Entonces...¿cortaras todo lazo y comunicación conmigo? —me sorprendí.

—Si, porque elijo priorizar mi salud mental y mi estabilidad emocional. Y es normal que con el tiempo nuevas personas entren en nuestras vidas. 

—Entiendo, si ya no quieres que sea parte de tu vida. Lo respetaré. 

La verdad no esperaba que esa fuera la decisión de Red pero admito que nunca se me hubiera ocurrido. Me parece muy bien que priorice su bienestar y si yo no puedo contribuir a eso , entonces es mejor tomar caminos separadas.

Tenía razón porque, yo jamás podré perdonarme el daño que le hice a Ally y cada vez que veía a Red recordaba todos los errores que había cometido y lo egoísta que era por ignorar los intereses de mi amiga. En la escuela era la abeja reina y si yo estaba bien no me importaba como estaba mi círculo.

Lo más maduro que podíamos hacer era separarnos.

—Ally y yo no podemos olvidar lo que causó tu mentalidad egoísta de aquel entonces pero si podemos perdonar y seguir adelante con nuestras vidas. Algo que debimos hacer desde el principio. No te perdono a ti, ahora , perdono a la tú joven e inexperta de aquel internado.

Luego de decirme esto, Red se levanta de la banca en la que nos encontrábamos y se va caminando sin decir una sola palabra más. Ahí entendí que esa Red que veía alejarse ya no era más la Red que conocí. Sólo era una persona más,  presente en esta noche estrellada.