Una vez llegando a mi casa, me pude percatar que mis padres no estaban. Igual tenía su lógica ya que llegué más temprano que de costumbre y ellos están ocupados durante el día.

Era mejor así de todos modos, ya que no quería hablar con nadie. Tenía tantas cosas en qué pensar y no sabía por cuál comenzar.

De un momento a otro mi vida se había llenado de problemas y quizás a los ojos de ustedes no sean la gran cosa o problemas tan gigantescos, pero aún así , para mí sí lo eran.

El problema aquí , es que yo siempre he sabido cómo lidiar con ciertas situaciones y lograr favorecida en todos los aspectos. Siempre he sentido que tengo mucha facilidad para resolver ciertos incovenientes y que mi vida perfecta no se vea afectada.

No fué fácil construir un mundo manejable solo por mí, en donde pudiera cambiar las cosas a mi antojo. Así que con mayor razón no quería ver todo mi trabajo desmoronarse así como así.

Mientras seguía pensando en todo lo sucedido, me recosté un rato en mi cama, mirando hacia el techo de mi habitación y me coloqué los audífonos para solamente hundirme en mis pensamientos.

¿Que puedo hacer?

Era la pregunta que más me formulaba. Todo era difuso y difícil de entender.

Por un lado tenía a Heidi que actuaba tan extraño, ya no me hablaba y me evitaba siempre que podía, sin mencionar a Kyle que está con ella en lo que sea que estén haciendo. También estaba Cartman, él sabe mucho más de lo que logré sacarle y me sorprende mucho que le tenga miedo a una persona, tanto como para amenazarlo.

Por otro lado teníamos a Tweek, que desde que pasó lo de la foto no me dirige la palabra y me expresa miradas de odio cada vez que puede. Ni siquiera sé si aún sigue con Craig o terminaron a causa de eso.

Y por último, teníamos a Stan. Yo definitivamente no quería terminarle, me duele alejarme de él , pero supongo que solo me dejé guiar por la ira y tampoco es como si él hubiera ido detrás de mi.

¿Ya se habrá olvidado de lo que siente por mi?

Me duele pensarlo, me duele no hablarle, me duele no escribirle, porque mi orgullo es mucho más grande y sé que no voy a ceder tan fácilmente, por mucho que quiera verlo.

En fin, mientras seguía pensando, los rayos de sol de la tarde entraban por mi ventana y jugaba con ellos dejando que tocaran mi mano.

No quería quedarme ahí sin hacer nada pero tampoco sabía que cosa resolver primero. Me sentía atrapada en un laberinto sin salida.

—¡¡¡Wendy!!!

Un gran grito me sacó de mis pensamientos y llegué a saltar de mi cama por el susto ocasionado ¿Habré escuchado bien? Rápidamente me saqué los audífonos para verificar que alguien realmente me había llamado.

—¡Wendy! ¡Ya sé!

Sentí que alguien había abierto la puerta de mi casa de un sólo golpe y me estaba buscando por el primer piso.

—¡¿Estas aqui?!

Salí de mi habitación inmediatamente y me dirigí a la escalera, no la bajé completamente porque primero quería ver bien de quién se trataba y por qué se había presentado de esa manera en mi casa.

—¿¡Heidi!? —grité sorprendida.

—¡Oh por Dios! Que bueno encontrarte en casa. Tengo mucho que explicar , pero primero debo decirte algo importante —dijo agitada.

Heidi comenzó a subir las escaleras para poder llegar a mi y yo no tenía idea de que pensar.

Se notaba que había corrido todo el trayecto hacia mi casa, se veía agotada, un poco sudada pero sobre todo tenía una expresión de tristeza en su rostro.

—Ven, vamos a mí habitación. Podemos hablar ahí tranquilamente.
¿Quieres que te traiga un poco de agua? —pregunté preocupada.

—¡No hay tiempo para agua! Necesito contarte lo que descubrí junto con Kyle.

¿Kyle? ¿A caso por fin me contará la razón de su comportamiento tan extraño?

Derrepente, justo cuando nos íbamos a dirigir a mi habitación, pude ver cómo Ally entró rápidamente por la puerta de mi casa y subió por las escaleras tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar con nada.

Agarró a Heidi por atrás y comenzaron a forcejear. Yo por mi parte no sabía que estaba pasando y de todas las personas del mundo la que menos me esperaba sería a Ally.

—¡PERRA! ¿!Que le has dicho a Wendy!? —gritó Ally.

—¡AHHH! ¡Sueltame mugrosa! ¡Ya sé la verdad y nadie evitará que se lo diga! —Heidi forcejeó con todas sus fuerzas.

—¿No le has dicho nada aún cierto? —Ally sonrió. 

Forcejeaban tan fuerte que ni siquiera sabía que es lo que podía hacer para ayudar a Heidi. Y quería con todas mis fuerzas saber la razón de este inusual espectáculo.

—¡ME ASEGURARÉ QUE NO DIGAS NADA! —sentenció Ally.

De un momento a otro, mediante el forcejeo se acercaron a las escaleras y antes de que me diera cuenta , ya era demasiado tarde.

—¡HEIDI CUIDADO! —grité a todo pulmón.

—¡Adios!

Ally sin piedad, empujó a Heidi por las escaleras , sin poder evitar que rodara hasta abajo. Les puedo jurar, que en su rostro no había rastro de arrepentimiento.

—Solo hice lo necesario. Y en cuanto a ti, querida Wendy, solo te diré, que entre menos sepas , mejor para ti, de lo contrario todos tus amigos terminarán así —me decía mientras bajaba por las escaleras.

Ally se fué de mi casa, pasando por el lado de una Heidi inconciente y ni siquiera la miró.

Rápidamente bajé y me di cuenta que estaba sangrando por la cabeza. La abracé como nunca y comencé a llorar.

—¡Lo siento! Si tan solo hubiera actuado antes.

—¿Wendy?

Escuché una voz en la entrada de mi casa y para mí sorpresa Stan se encontraba ahí.

—¿Pero que ha pasado? —quedó inmóvil ante lo que veía.

—¡Ally es lo que pasa! Comenzaron a forcejear en las escaleras y Ally la empujó —no podía parar de llorar.

—¡Llamaré a la Ambulancia! —dijo Stan mientras sacaba su celular con la mano temblorosa.

—¡RÁPIDO STAN!

No podía parar de llorar, no podía creer que la cosas empeoraban aún más. Me sentía impotente, odiaba no poder controlar las cosas y lograr que todo saliera bien como siempre.

Heidi, porfavor, solo te pido que no mueras.