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Capítulo 4.5 ✘ El Castigo

   ✨ Narradora Omnisciente ✨

—Se está arriesgando mucho mi Señor. Solo va a lograr que lo descubran antes de su venganza — emite su fiel informante— puedo ir por su diario, su visión se cumplió.

Ese vampiro niega, sentado desde su silla coloca su mano sobre la mesa.

—Lo tengo todo planeado —responde sereno.

—Si tienen el diario y sea quién sea lo lee o lo tiene en su poder, sabrá mucho sobre usted.

—Es muy diferente en tener información sobre mí, conocer lo que tanto escribí ahí a comprobarlo —le sonríe dejando a la vista sus largos colmillos que no le importa en ocultar.

Darkiel lo observa fijamente.

—Desde un principio eso era parte del plan. Quería que descubrierán su diario —ese vampiro asiente — ¿Cree que es lo correcto mi Señor? Puedo ir a recuperarlo.

—No lo harás, no puedes alterar el destino. La visión que tuve es precisa y solo el ser ideal iba a encontrarlo.

—Si está en el Castillo ya es un riesgo. Si cae en manos de su sobrino, lo va a descubrir.

Ese vampiro con la calma en su rostro comienza a mover sus dedos haciendo un leve ruido con sus largas uñas.

—Descuida, eso no pasará

Su informante niega y avanza un paso adelante.

—Mi Señor no se puede confiar. Esto tiene que salir justo como lo a planeado durante siglos. Como su informante y compañero de toda esta eternidad, mi deber es advertirlo. A cambiado los planes al haber traído a esa vampiresa.

—¿Suenas tan preocupado? —él ladea la cabeza y sus uñas dejan de tocar la madera— yo me encargaré de todo. Todo va salir como debe ser —le hace un movimiento con su mano— retirate.

Él a regañadientes asiente y se voltea. Apenas avanza cinco pasos cuando se detiene.

—Mi Señor, debo decirle esto —enseguida se voltea. Sus manos permanecen detrás de su espalda— la Señorita Elizabeth no puede seguir aquí. No la puede involucrar. No la necesita para esto.

—Es tan necesaria

Ese vampiro se recarga en la silla.

Darkiel da un paso adelante.

—Esta haciendo lo mismo que ellos le hicieron. Le ha arrebatado a su sobrino a su alma y a su hija, su madre —sus colmillos sobresalen al hablar— Mi Señor, yo la vi. Vi a la creación del rey, ya es vampiresa. La a convertido y es tan idéntica a la señorita Elizabeth.

Él sonríe con malicia

—Nuestra preciada conexión —musita— sabía que ella terminaría siendo convertida, solo era cuestión de tiempo.

—La idea principal era que usted la convirtiera. La cambió por su madre.

—Me era conveniente la primer mortal. Era tan necesario el cambio —hace una corta pausa— no le robé a sus dos mortales a mi preciado sobrino. Con Elizabeth basta.

—Mi Señor, se está equivocando.

Su semblante de vuelve serio al escucharlo.

—Suficiente, no se hablará del mismo tema. No interfieras en mis asuntos. Tú solo estás aquí para obedecer mis órdenes.

Él asiente

—Asi es mi Señor, pero por algo la Señora Mellissa me creó. No voy a decepcionarlo, voy ayudarlo como lo he hecho durante todos éstos siglos pero si veo que se está exponiendo demasiado, mi deber es actuar e intervenir.

Con velocidad ese antiguo vampiro se pone de pie.

—Solo harás lo que te indique.

Él da un paso atrás.

—Vigilaras a esa vampiresa, a Víctor, el resto de la Corte y al hijo de mi hermano.

Darkiel asiente.

—Entraré al Castillo y le traeré la información que me pide. Supongo que ya deben estár controlando a esa vampiresa y la Corte ya debe saberlo.

—No la van a controlar —vuelve a sonreír con malicia— ya me encargaré de ella.

—Mi Señor entonces no necesita a la vampiresa que está aquí.

—Ella es mi hija, es mi preciada Elizabeth.

Su informante asiente.

—El Señor Vlad no está de acuerdo. Él es otro problema, no le conviene tenerlo aquí.

—Lo estoy controlando, tu solo sigue vigilandolo y haz lo que te pedí.

Él hace sus manos puños.

Ese vampiro regresa a tomar asiento en su lugar. Nota su mirada fijamente.

—¿Algo más?

—Debere actuar mi Señor —agacha la vista y deshace sus puños— no dejaré que se arriesgue demasiado.

—¿Te atreves a enfrentarme? Últimamente me eres desobediente.

—No debió traerlos aquí. Ni a ella, ni a él.

—Son mis creaciones —con velocidad se pone de pie y enseguida aparece frente a él— No me obligues a destruirte, te puedo arrebatar la eternidad que Mellissa te otorgó.

Él alza la vista y retrocede un paso al notar esos ojos completamente negros, verlo.

—No era mi intención, le suplico que me perdone mi Señor —sigue retrocediendo— le repito que mi deber es decirle en que se equivoca. Solo busco lo mejor para su eternidad.

—Interfiriendo en mis planes. Sabés las consecuencias si te atreves.

Enseguida Darkiel se detiene.

—No se volverá a repetir

—No me serás más desobediente, mereces un castigo —ese vampiro deja sus colmillos y largas uñas crecer más.

—Mi Señor, no lo haga —le responde Darkiel.

Esta por cambiar a su forma de cuervo cuando rápido es detenido por él. Gruñe al sentir su mano sujetarlo del cuello y sus largas uñas las encaja como agujas en su piel.

—Mi... Señor... no —emite con dificultad al dejar de tocar el suelo.

—Que sea la última vez, no olvides lo que eres y a que ser inferior perteneces.

Enseguida lo suelta, sin embargo apenas su informante toca el suelo cuando ese vampiro lo sujeta con velocidad de los hombros, lo acerca a él y sin rodeos, encaja sus colmillos en su cuello.

+++

  🦇 V L A D 🦇

Pienso una manera de llevarme a Aylin de aquí, sin embargo estoy en una situación difícil con ese vampiro y su fiel informante. En este momento soy más débil que ellos, ni siquiera sé el poder que ambos tienen. No sé como derrotarlos. No sé como alejar a Aylin de ellos. Solo quiero llevarmela lejos y pasar una eternidad juntos ahora que la tengo de vuelta.

Apesar que conozco su plan, no me confío de ese vampiro. Apesar de que es mi creador, no lo veo como uno cuando él me condenó a ser un monstruo como todos ellos. Tal vez le agradezco lo que hizo por Aylin pero no estoy de acuerdo en el beneficio que quiere obtener de ella.

Si tan solo supiera la manera de eliminarlo. Todo sería más fácil. Lo he estado vigilando todo este tiempo pero no obtengo mucha información. Sé que es muy poderoso, por algo todos esos vampiros le temen, por algo le hicieron todo eso pero no estoy seguro que tanto peligroso poder tiene.

No me atrevo a desafiarlo, apesar de que ya soy un vampiro y su creación.

Puedo irme de aquí, tal vez puedo líbrarme de él pero sin Aylin, no pienso marcharme.

Dejo de ambular por esta mansión, lo único que puedo todos los días mientras pienso ideas que no llevo acabo. Mientras cuido de Aylin y vigilo a ambos. Sobre todo, me controlo.

Gruño al sentir esa sed presente. Me obligo a no pensar en la sangre. No he vuelto a ingerir ese líquido aunque tanto lo deseo. Aún recuerdo lo que hice y me arrepiento. No borro esa imagen de mi cabeza y quiero volver a hacerlo. Quiero beber más sangre y mis pensamientos no me ayudan.

Empujo esa puerta que conduce al siguiente pasillo en dirección a las escaleras mientras toco mi anillo.

>Vamos Carlos, puedes con esto<

Gruño y observo mi brazalete.

Debo investigar su verdadera función.

Alzo la vista y me detengo al verlo en las escaleras. Dejo de tocar mi brazalete y veo con atención a ese cuervo o lo que sea. Él sentado en el quinto escalón mientras se queja e intenta quitarse una especie de collar alrededor de su cuello.

Me obligo a caminar y me acerco lo suficiente sin llamar su atención.

Lo veo con detenimiento, su collar es tan parecido al brazalete.

—¿Qué intentas hacer?

Él gruñe y deja de luchar.

—No le incumbe Señor Vlad.

Deja de verme y vuelve a jalar el collar con sus manos sin embargo solo lograr hacerse más daño.

—Ya te dije que no me llames así, es Carlos aunque te cueste.

—Yo no hablo con un humano, más bien con un vampiro que aún piensa que lo es.

Gruño y me detengo en el primer escalón.

—Fue él ¿verdad? —le pregunto sin rodeos— Ese vampiro te colocó ese collar.

Él gruñe y baja sus manos.

—No pregunte

Sonrío con malicia y coloco mis manos en mis bolsillos delanteros.

—Tengo curiosidad por saber, puedes decirme Darkiel.

—Señor Vlad, de verdad —guarda silencio y observa hacía esa puerta— no es la primera vez que lo hace —regresa la vista en mi— Siempre me coloca este collar cada vez que lo desafío. Fuí irrespetuoso con él. No debí decirle todo eso. Esto es lo que pasa si se atreven a enfrentarlo o lo hacen enojar —hace una corta pausa— no puedo cambiar en nada, no puedo convertirme en cuervo. Me quedaré siendo así hasta que él lo decida.

Le observo con detenimiento.

—Al menos así te verás más normal.

Recibo su mala mirada.

—Me gusta ser un cuervo Señor Vlad. No me gusta verme así —se señala.

Niego varias veces y subo otro escalón.

—Entonces ¿por qué sigues con él? Puedes ser libre Darkiel ¿Por qué le ayudas tanto? No mereces ser tratado así —finjo preocupación cuando en verdad él no me interesa.

—Usted no entiende —me responde— yo fuí creado para cumplir un objetivo. Le hice una promesa a mi creadora y es permanecer cerca del señor Derek. Esto es lo más normal.

Se encoge de hombros.

—Debio enojarse mucho contigo para castigarte así.

—Ya basta Señor Vlad.

Sonrío con burla.

—Dejame ayudarte —con velocidad aparezco detrás de él, estoy por tocar su collar cuando noto esa marca en su cuello. Esa maldita marca de colmillos. Me obligo a reaccionar y toco el collar buscando una forma de quitarlo — ¿Qué carajos?

—Es bajo un hechizo muy poderoso. No hay manera de quitarlo si mi Señor no lo autoriza y lo hace él mismo.

Ignoro lo que dice.

—Te voy a quitar eso.

Me sorprende que no sea plata sin embargo es difícil de quitar. Intento jalarlo solo obteniendo sus quejas.

—Señor Vlad... Lo único que vas lograr es ... arrancarme la cabeza.

Ambos gruñimos, ejerzo más fuerza. Él cada vez está más pálido y se queja cada vez más.

—¿Qué sucede aquí?

Me detengo al escuchar la voz de Aylin. Ambos desviamos la vista en el inicio de las escaleras donde ella se encuentra recién despierta de su descanso obligatorio.

—Trato de ayudarlo

Lo suelto, él se queja y se aleja de mí. Incluso se pone de pie y toca el collar. Es visible una marca alrededor.

—No sucede nada, regrese a su habitación Señorita Elizabeth.

Ella nos observa a cada uno.

—¿Qué llevás puesto Darkiel? —mantiene la vista fija en él.

Él guarda silencio

—Es un collar y se lo colocó ... Derek —respondo por él— no sé lo que pasó pero lo a castigado con eso evitando que se transforme en lo que quiera. Intentaba ayudarlo.

Ignoro la mirada de molestia que recibo de él, mi vista está fija en Aylin.

—¿Por qué te castigó Darkiel? —ella baja con elegancia las escaleras mientras se apoya del barandal. Con una mano alza un poco su vestido largo color negro.

—Fue mi culpa señorita Elizabeth, estaré bien.

Con velocidad, ella aparece frente a nosotros. Despacio levanta su mano y toca el collar con curiosidad.

—No te puede castigar así —emite y baja su mano— Hablaré con nuestro padre.

Nos empuja y baja las escaleras.

—¡No! Señorita Elizabeth le pido que no lo haga.

—Le exigiré que te libere.

Aylin con velocidad termina de bajar las escaleras y caminando con tranquilidad se dirige hasta su despacho que estoy seguro que él se encuentra.

—¡No lo haga! —le grita él.

Y desde mi sitio en las escaleras soy espectador de lo que pasa a continuación.

Aylin es detenida por él cuando con velocidad llegó hasta ella. Se deja caer de rodillas al suelo y abraza sus piernas evitando que ella avance.

—Darkiel, sueltame.

—No lo haga, no empeore más la situación con su padre.

Hago una mueca al verlo.

—Dejame ir —le insite Aylin. A estas alturas sus largos colmillos sobresalen de su boca y el tono carmesí de sus ojos se intensifica.

—Se lo ruego

Ella gruñe y deja de empujarlo.

—Esta bien, déjame ir y levantate. —lo mira molesta.

Él asiente y la suelta lentamente.

Aylin retrocede un paso y coloco una cadejo de su cabello detrás de su oreja. La veo sonreír con malicia.

—Esto no se puede quedar así

Dicho esto y la pierdo de vista.

>Es demasiado veloz<

Enseguida Darkiel se levanta y con la misma velocidad la alcanza.

No espero demasiado tiempo, también quiero saber lo que sucede así que con rapidez entro a esa habitación.

—¿Qué necesitas Elizabeth? —le pregunta él desde esa silla.

Aylin es la que permanece frente a él, con su informante detrás de ella obligandola a retroceder.

—Señorita Elizabeth, vámonos.

Cerca de la puerta, me quedo quieto. Espero no tener que intervenir si él se atreve a hacerle algo a Aylin.

—Te exijio que liberes a Darkiel. Quítale ese collar ahora.

Él la observa fijamente, sin ocultar su evidente forma de vampiro. Después posa la vista en el susodicho y luego en mi.

—Padre, puede hacerlo por mí—agrega Aylin con fingida calma.

Derek regresa la vista en ella y se pone de pie.

—Me encargaré ahora mismo, hija.

Le sonríe dejando visibles sus colmillos.

—Vlad, llévatela —agrega y posa la vista en su informante que agacha la vista.

Con velocidad llego hasta Aylin.

—Vamos

La sujeto del brazo sin embargo con brusquedad ella se safa de mi agarre.

—No lo vuelvas a castigar así —le advierte y ella misma se da la vuelta. Le sonríe a Darkiel y después se dirige a la salida.

Enseguida la sigo.

No me importa lo que pase con ellos, solo me preocupa Aylin.

—Elizabeth, espera —le digo apenas salgo y cierro la puerta sin lograr escuchar algo halla dentro —quiero hablar contigo.

Ella se voltea y me observa con seriedad.

—Sobre lo que pasó

—Subamos —me responde y la pierdo de vista.

La sigo con velocidad hasta llegar a unos pasos de su habitación.

—Elizabeth —me obligo a llamarla por su falso nombre— lo siento.

La hago detener y voltearse.

Ella marca distancia conmigo y se cruza de brazos.

—No debí actúar así, ya aprendí la lección.

—Eso queda olvidado Vlad —me sonríe— no se volverá a repetir. Somos hermanos, recuérdalo.

Baja sus brazos y recibo una caricia en mi mejilla. Con delicadeza toca mi mejilla, ignoro el filo de sus uñas.

—Regreso a mi habitación —agrega y baja su mano— alimentate Vlad, estás muy débil.

Suelta una leve risita y se voltea hasta avanzar. La pierdo de vista cuando entra a su habitación.

Sonrío y coloco mi mano en mi mejilla.

>Esa es la Aylin que recuerdo<

(...)

Dudo un instante en beber esa sangre embolsada que han conseguido para ambos sin embargo no me atrevo ni a tocarla porque sé que no me detendré.

Gruño, sello mis labios y mis colmillos causan una pequeña mordida en mi labio inferior.

>No dejan de crecer, mi horrible aspecto de vampiro no desaparece<

—No, no puedo. Soy más fuerte que el vampiro que soy —menciono y observo a ambos lados.

No veo sus presencia cerca.

Desde el incidente de esta mañana, no volví a ver a ninguno de ellos, ni a Aylin.

>Solo será un poco Carlos, unas gotas<

Poso la vista en la sangre.

—No, piensa en otra cosa Carlos —me digo a mi mismo y cierro los ojos un instante— debo verla— abro mis ojos y me doy la vuelta.

Hablar con Aylin me ayudará a controlarme.

Con velocidad me dirijo rumbo a su habitación. Ni siquiera toco la puerta al escuchar esas reconocidas voces. Con rapidez empujo la puerta y mi desagrado es evidente al verlo aquí.

Enseguida él se convierte en cuervo y aterriza en la cama.

—No entres de esa manera Vlad —me dice Aylin.

Dejo de ver al cuervo con desagrado y poso la vista en ella.

—Solo quería saber si se te ofrece algo.

—Para nada, Darkiel me hacía compañía.

Aylin posa la vista en el cuervo y le sonríe.

Musito y me adentro a la habitación sin cerrar la puerta.

Ella regresa la vista en mi y se pone de pie.

—Le comentaba a Darkiel que quiero salir. Le pediré permiso a nuestro padre.

Con velocidad ella llega a la salida, observo sus movimientos. Quisiera detenerla pero antes necesito hablar con él sin su presencia. Así que me limito a asentir y la pierdo de vista.

Apenas escucho la puerta cerrarse y concentro la vista en él.

—Quiero que te alejes de ella

Darkiel regresa a su apariencia normal. Al menos ya no es un cuervo. Ya no tiene ese collar en su cuello.

—Lo siento Señor Vlad pero no puedo hacer eso. El Señor Derek me pidió vigilarla y estar cerca de ella. Solo cumplo sus órdenes.

—Aja —doy un paso adelante— escúchame bien cuervo o lo que seas. No me gusta verte cerca de ella. Yo puedo cuidarla bien de ambos. No es necesario que siempre estés cerca. Me he dado cuenta que últimamente estás muy cerca de ella, solo despierta y ahí estás.

Él sonríe con burla y se pone de pie.

—Se confunde, es la hija de mi Señor. Solo le hago compañía.

—Da la casualidad que ya no confío en quiénes se acercan a Aylin. —digo su nombre en voz baja— aléjate o me veré en la obligación de aléjarte yo mismo.

—Señor Vlad, no haga esto —él coloca sus manos detrás de su espalda— después de todo lo que hemos hecho por usted.

—Callate, nunca estuve de acuerdo en esto. En que me convirtieran en esto y me condenaran —doy tres pasos adelante— tal vez puedo permitir que hagan lo que quieran conmigo pero a ella, la van a dejar en paz. No la van a involucrar. Buscaré la manera de sacarla de aquí.

—No se vuelva enemigo de su creador

—Él no es nada mío —espeto entredientes.

—Señor Vlad, le pido que se controle. No pierda el control de lo que es. Vaya a beber sangre, no puede negarse a ella por tanto tiempo.

Gruño y lo apunto con mi dedo. Ignoro mi larga uña.

—Todo esto es su culpa. Voy a encontrar la manera de destruirlos a los dos —le sonrío con malicia— solo debo enfrentarme a él, matarlo y para eso debo esperar a que esté débil. Solo es cuestión de deshacerme de su alimentador —lo veo fijamente— lo sé todo.

—¿Qué tanto sabe? La falta de sangre le está afectando Señor Vlad.

Niego y río con malicia.

—Tú, tú eres su donante ¿verdad? Yo lo ví, vi esas marcas en tú cuello y estoy seguro que fue él —veo con atención su cuello. Las marcas han desaparecido— debió borrarlas. Se lo que vi, no lo niegues Darkiel. Se alimenta de ti.

Él guarda silencio.

—Ay Señor Vlad, no debió descubrirlo —sonrio ampliamente— es muy observador pero no lo suficiente.

Borro mi sonrisa al verlo sonreír con malicia dejando expuestos sus colmillos.

—Cuando le mencioné sobre mi alimentación, le mentí —agrega— no le conté toda la verdad. Si me alimento de sangre de humanos y animales pero hay otros seres que son parte de mi alimentación —me ve con atención— aveces tengo que alimentarme de vampiros como usted para que el Señor Derek se pueda alimentar como es debido.

Enseguida retrocedo un paso atrás.

—Ambos nos hemos controlado mucho al tenerlos aquí. Cuando bien podemos alimentarnos de usted y de la señorita Elizabeth. —él da un paso adelante— porque cree que le temen tanto a mi Señor, porque la Corte quiere destruirlo. Porque cree que es tan poderoso. No sabe como realmente es. —rapido oculta su transformación—usted también es parte de su alimento, el hecho de ser su creación, por eso no se alimenta de usted, pero no tiene a la su suerte que si lo provoca lo hará.

—Con más razón debo llevarme a Elizabeth de aquí.

Él niega

—Cuando lo intente, lo va a matar. Le recomiendo quedarse callado y obedecerlo. Yo seguiré alimentando a mi Señor como todos éstos siglos y ni usted ni ella, correrán peligro.

Gruño y hago mis manos puños.

Sin mencionar palabra, sin dejar de verlo con desprecio retrocedo hasta llegar a la puerta y salir con rapidez.

>Son peor a como creí<

Con prisa bajo las escaleras buscando a Aylin. Con esa información no puedo dejarla a solas con ese vampiro o ese cuervo.

—¡Elizabeth! ¡Elizabeth!

La veo salir de esa habitación y con velocidad se detiene en el inicio de las escaleras.

—Vlad

—¿Estás bien?

Enseguida la reviso al llegar hasta ella. Por suerte no veo ninguna marca.

—Vlad ¿qué te sucede?

—¿A qué fuiste hablar con él? No debiste Elizabeth.

Ella retrocede un paso.

—Le pedí permiso para salir y me lo autorizó. Quiero que tu me acompañes.

La veo con confusión.

—¡¿Te dejó salir?!

Aylin asiente

>¿No se lo negó? ¿Por qué se comporta así con ella? Tal vez Aylin puede sacar mucha ventaja de él<

—Esta bien, te acompaño —me esmero en sonreírle.

Tal vez está sea mi oportunidad.

Ella me sonríe

—Con la condición de que Darkiel vaya con nosotros.

Borro mi sonrisa al escucharla decir aquello. Veo en la misma dirección que observa y noto a él desde el barandal.

—No se preocupen, les daré su espacio. Iré señorita Elizabeth.

Con velocidad se transforma en cuervo y vuela en dirección a la salida.

—Vamos Vlad

A regañadientes tomo su mano y me dejo guiar por ella.

—Era verdad cuando te dije que estás muy débil  —me dice apenas salimos y observa con atención mi mano pálida y delgada.

—Estoy bien

Me safo de su agarre.

Ella se encoge de hombros y comienza a caminar a unos pasos lejos de la mansión.

Sé que no podemos escapar por ese brazalete. Lo único que sé es que comienza a arder cada vez que intento huir de aquí y atravesar esa barrera que estoy seguro se encuentra a nuestro alrededor aunque no pueda verla.

—Solo tenemos la autorización de caminar pero no tan lejos. Solo así convencí a nuestro padre.

Camino en todo momento a su lado.

A la distancia puedo ver a ese cuervo volar arriba de nosotros.

—Ya estoy harto de esto.

Aylin gira a verme

—¿De qué hablas?

—Nada, olvídalo. Estaba hablando conmigo mismo.

Causo una sonrisa burlona en ella y regresa la vista al frente.

De pronto se detiene y se voltea. Imito su acción.

—No me gusta estar encerrada aquí, quiero conocer todo el mundo —emite sin dejar de ver la mansión— padre me a dicho que no puedo salir, que debo obedecerlo.

Giro a verla, cada vez me siento más culpable por permitirlo.

—Al menos logré convencerlo de salir un poco —agrega y voltea a verme— más tarde debemos regresar. Tú tienes la oportunidad de salir más allá de límite.

—No me iré a ningún lado sin ti

Ella me sonríe

—Gracias Vlad, por estar aquí y apesar de todo, no dejarme sola —hace una corta pausa— lo haces porque somos hermanos. Sé que para ti es un gran esfuerzo ante la mala relación con nuestro padre.

Me obligo a no decirle que no lo es. Que no merece que le diga así. Sin embargo, guardo silencio.

—¿Qué te ha dicho?

—La verdad, que se llevan mal y yo misma lo he comprobado. Es nuestro padre Vlad, puedes cambiar tu actitud con él.

Niego varias veces

—Si tan solo lo entendieras Elizabeth —dejo de verla— me cuesta verlo como mi creador que es. No existe ese aprecio en mi hacía él. No lo sé, tal vez porque él tiene a su favorita.

Giro a verla

—Vlad, no es así. Nuestro padre aprecia a ambos.

Me obligo a no decir lo que en verdad pienso.

—Tú le tienes tanto aprecio ¿verdad?

—Es nuestro padre después de todo —Aylin se voltea y comienza a caminar— soy su hija, solo me protege.

Imito su acción y camino hasta alcanzarla.

Asiento y esta vez guardo silencio.

Debo alejarla de él antes que sea tarde.

Aylin no puede seguir creyendo eso. Ella debe recordar su humanidad. Recordar que tuvo un padre y lo perdió y no aferrarse a la idea de que ese vampiro lo es.

—¿Y cómo sigues? —le pregunto acabando con el silencio— ¿Esa preocupación que tenías sigue ahí?

—No, en un momento desapareció aunque aveces veo imágenes en mi cabeza que me confunden y después no recuerdo.

Me detengo apenas la escucho.

—¿Qué... qué ves?

—No es nada importante Vlad

Ella sigue caminando.

La veo con atención.

Aylin no puede recordar nada. Esto no puede estar pasando. Él lo aseguró.

—¿Quieres ver algo impresionante? —menciona al detenerse y darse la vuelta. Sin esperar mi respuesta, extiende sus manos en dirección al suelo y cierra los ojos.

Con curiosidad la veo.

De pronto las hojas secas del suelo comienzan a moverse a su alrededor.

—Es una broma ¿verdad? Es el viento —digo apesar que no siento eso.

Su poder aumenta hasta que soy atacado con hojas secas en mi rostro. Me muevo, retrocedo y estás me rodean con violencia.

—¡Elizabeth!

—El viento ¿eh?

Enseguida las hojas caen al suelo. Logro verla frente a mi con una sonrisa maliciosa.

—¿Qué fue eso?

Se encoge de hombros.

—Aun no lo controlo, nuestro padre me está ayudando. Dice que es mi don, con un entretenimiento y control, podré controlar cada elemento.

La veo con sorpresa.

—O al menos algunos de ellos —Aylin ve las palmas de sus manos— últimamente siento ardor en ellas.

—Eso... es sorprendente —emito y me acerco a ella.

Aylin baja sus manos y alza la vista. La seriedad se plasma en su rostro.

—Vlad, te voy a preguntar algo y quiero que me respondas con sinceridad ¿de acuerdo?

Me sorprende el cambio de tema, sin embargo me obligo a solo asentir sin darle una respuesta exactamente.

Ella da un paso adelante y se cruza de brazos. Puedo apreciar su apariencia de vampiresa con detalle y es realmente mucho más hermosa.

—¿Dónde queda el Castillo del rey?

Enarco una ceja.

Repito en mi cabeza su pregunta.

No hay forma que ella esté enterada de eso.

—Elizabeth, ¿de qué hablas? —me hago el desentendido.

Ella no puede saber sobre ese maldito Castillo y mucho menos recordar a Darren.

Aylin sonríe con malicia dejando a la vista sus largos colmillos. El tono rojizo de sus ojos se intensifica.

—¿Has estado ahí? Quiero conocerlo, al Castillo como a su líder vampiro.

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