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Capítulo 35 ✘ Sospecha

Ante el ruido, Ashley retrocede alerta. Observa la puerta abierta y se asoma viendo a otra vampiresa dentro.

—¡¿Ana Liz?! —sonríe al verla y se adentra a la habitación— ¿qué haces aquí?

Del otro lado del escritorio, con un puño de libros, ella se encuentra con un frasco en su mano.

—Hola Ashley, vine por un sedante para Alina. Que por cierto, quedan muy pocos.

—Cuando regrese Elizabeth, le mandaré un recado a Lezy con ella.

Ashley avanza dos pasos sin soltar su copa con sangre mortal.

Ana Liz asiente

—No quiero entrometerme, Alina es tu hija pero sedarla le puede hacer daño. Sé que no tengo experiencia en creaciones pero...

—Descuida, solo le doy poca porción. Últimamente está muy inquieta y poco duerme.

—Está creciendo, es normal en su desarrollo. Llegará el día que no dormirá hasta dentro de muchos siglos y sedarla siempre no será opción.

Ana Liz observa el frasco dudosa

—Lo sé, Alina cada vez crece más rápido y cada vez nos es difícil controlarla.

—Tú y Owen han hecho un buen trabajo con ella.

Ashley le da un trago a su copa. La sangre calma su sed por corto plazo. La aleja y baja su copa sin evitar transmitir tristeza en su mirada.

—Con respecto a las creaciones, sé muy poco. Hasta no tener una propia —ríe sin ánimos.

—Llegará ese día Ashley

Ella se encoge de hombros

—Ya perdí la esperanza Ana Liz. Beber tantas infusiones que me preparó Lezy no me ha ayudado, por más que lo he intentado con Dominik. Ya debo aceptar que seré siempre una vampiresa sin descendencia.

Ana Liz rodea el escritorio y se acerca más a ella.

—Siempre hay más opciones. Sigue el consejo de Esteban, puedes convertir humanos. Incluso a bebés mortales —le sonríe luciendo sus colmillos— en el mundo mortal existen muchos hospitales con bebés o guarderias.

Ashley permanece pensativa

—No es impedimento para que seas madre.

—Lo voy a considerar y hablarlo con Nick.

Ana Liz asiente y avanza. Pasa por su lado y antes de llegar a la puerta se detiene y se voltea.

—Por cierto ¿haz visto a mi madre? Todos estos días no a ido a verme.

—No la he visto, ni a Darren ambular por el Castillo —le responde Ashley y bebe nuevamente de su copa— Deben estar en su habitación, dales tiempo de estar juntos.

—No me molesta pero es peligroso que pasen mucho tiempo juntos y encerrados. No quiero otra descendencia suya. Sería dejar de ser hija única.

Ashley ríe y niega

—No lo creo. Contigo tienen suficiente. Además para Aylin con Darren seria difícil, esta en contra de la descendencia, contigo fue la excepción.

—Aún así, iré a verlos para molestarlos y advertirles —ríe y con velocidad se marcha.

Ashley niega y bebe de su copa mientras lleva su mano a su estómago.

...

Horas más tarde y Ana Liz aparece frente a la puerta de su habitación. Sin escuchar ruido del otro lado, extrañada golpea la puerta con su puño una vez.

Rápido se desespera al no tener contestación. Esta por abrir la puerta cuando ya es abierta.

—Lizbeth

Darren la observa alerta, con la puerta semi abierta bloqueando la entrada.

—Hola, estoy preocupada por ambos. No los he visto ambular por el Castillo —intenta asomarse hacia dentro.

—No tienes que inquietarte

Ella fija la vista en él

—¿Y mi madre?

—Descansando

Ana Liz suelta una leve risa

—¿Qué broma es esa? Dile que quiero verla.

Borra su sonrisa al notar su seriedad.

—No vas a pasar Lizbeth

Sus colmillos crecen e intenta cruzar. Una vez más es empujada por él. Gruñe y tras una mirada entre ambos, con velocidad ella lo aparta bruscamente y entra a la habitación.

—Decías la verdad —sorprendida observa a Aylin acostada en la cama con los ojos cerrados— Mamá.

Avanza hasta ella

—Ya me estoy encargando de ella. No la dejo ni un segundo sola. Cuando Ayline despierte, le diré que viniste y preguntaste por ella.

En todo momento Darren se mantiene detrás de Ana Liz, viendo de reojo alerta a Aylin.

—No lo entiendo

Ana Liz lo ignora y se sienta en la orilla de la cama.

—No debería dormir

Esta por tocar su rostro cuando la mano de Darren la detiene.

—Es normal en vampiresas convertidas como ella —capta su atención y la suelta— En cierto tiempo, llegan a tener síntomas humanos. Cansancio, debilidad y solo así se recuperan.

—¿Y por qué a mi no me ha pasado eso?

—Todos reaccionan de diferente manera Lizbeth. Todo depende en la vampiresa y Ayline últimamente ya estaba débil. Sabes que se alimenta mal, siempre muestra esa pizca de humanidad en ella cada vez que bebe de algún mortal. Con tal de dejarlos con vida o no causarles dolor, se detiene y se condena —hace una corta pausa— Y tú eres diferente.

—Soy como tú. Prefiero beber cada gota sin importarme su vida —Ana Liz regresa la vista en su madre— porque no me di cuenta antes. Lucia... estable.

—Va a estar bien

—¡Debiste avisarme! —le reclama con una mirada de molestia— Soy su hija, me preocupa.

—Ayline, se va a recuperar

Deja de verlo y concentra la vista en ella.

—La veo muy pálida ¿por cuánto tiempo estará así?

—Depende de ella, pero no le des mucha importancia. Tan pronto abrirá los ojos y seguirá actuando como la misma de siempre — Darren la sujeta del brazo y la hace levantar— estaré muy al pendiente de ella. Mejor vete y déjala descansar.

Ana Liz se safa de su agarre bruscamente y le da una última mirada a su madre.

—Si despierta, avisame —se voltea y se dirige a la salida.

En cuanto sale de la habitación, Darren regresa la atención en Aylin. Se alerta al verla mover los dedos de su mano. Se acerca a ella y le aplica otro sedante antes de verla despertar.

+++

Por otro lado, Ashley regresa a su habitación, entra y cierra la puerta. Se recarga en ella y permanece quieta por segundos.

—Ley

Desvía la vista en el vampiro rubio frente a ella.

—Hola Nick —hace una larga pausa— Hablé con Ana Liz y me dejó pensando. Quiero tener descendencia contigo pero no puedo. Todo es mi culpa.

—Ley...

Dominik se acerca a ella

—Pero no quiero convertir a nadie. Para mi no sería lo mismo. No es mi opción.

Él la observa con detenimiento

—Ley debes saber...

—No Dominik, ya estoy desesperada —lo interrumpe— ¡Nada funciona! —él con velocidad llega hasta ella— Solo me siento débil, agotada y hambrienta ¿y de qué sirve?

—Con una insaciable sed que no se controla.

Ella asiente

Dominik acaricia su rostro y medio sonríe.

—No te burles de mi —le murmura.

—Ley, date cuenta —se inclina apoyando su frente en la suya— debes sentirlas.

Ashley frunce el ceño

Dominik amplia su sonrisa dejando visibles sus colmillos.

—¿De qué hablas Nick?

Él se aleja de ella marcando centímetros de distancia.

—Creí que ya lo sabias. Puedo sentirlo y desde hace una semana, veo su existencia dentro de ti —ella entre abre los labios— Nuestra descendencia.

Rápidamente lleva su mano a su estómago.

—¡¿Estoy... embarazada?! —sonríe con ganas de llorar por la emoción— Nick, no me mientas con algo así.

—Sabés que no lo haría Ley. He tenido visiones de ellas.

—¡No puede ser! —fija la vista en él— espera ¿ellas? —avanza apurada hasta él— Dominik, tendremos dos hijas —él asiente— no comprendo ¿por qué no las siento? De cualquier vampiresa me doy cuenta y conmigo misma...

—Ley, no te presiones. Transmiten un poder que aun lo están desarrollando. Están creciendo dentro de ti, puede ser normal para que las percibas.

Ella niega varias veces

—Muéstrame esas visiones —rápido coloca sus manos en su cabeza— ¡Nick, necesito verlas!

—No funciona así Ley. Tenemos el mismo don pero cada uno obtiene sus visiones. No puedo —la sostiene de las manos y la obliga a bajarlas.

Ella humedece sus labios

—Confiaré en ti —asiente y vuelve a tocar su estómago y sonríe— Nick, funcionó.

Esta vez él sostiene su rostro con ambas manos.

—Debes estar preparada Ley, serán fuertes.

—No importa, lo estaré —comienza a llorar— Ya las quiero. Mis hijas— lo jala y lo abraza— esta noticia debe saberla todo el reino —inquiere con una inmensa felicidad.

Desde el mundo mortal, un vampiro junto a su creación, ocultan su apariencia mientras observan con curiosidad cada ropa en una tienda.

—No te alejes tanto Noah

Esteban lo observa correr y esconderse entre el puño de vestidos colgados. Sonríe y deja de verlo.

—Beth ¿estás lista para salir?

—No la presione

—No te pregunté a ti señor cuervo

Darkiel en su forma normal, con las manos detrás de su espalda, niega varias veces.

Esteban lo ignora y se acerca a la cortina roja.

—Beth ¿todo bien?

—No sé si fue una buena idea esto —le responde ella del otro lado de la cortina— no pensé que la primer parada en el mundo mortal sería venir aquí.

—Dejate consentir, requerías un cambio. Las humanas mueren por las compras —él lame sus labios— ¿puedes salir para verte?

Tras una larga espera, Elizabeth se asoma. Observa a ambos y se atreve a salir.

—Esta ropa ¿es parte de su mundo?

Incomoda avanza y se detiene frente a ellos. Lleva un jeans negro ajustado a sus piernas, una camisa blanca de tirantes con una chamara de mezclilla. A juego con unas botas negras hasta sus rodillas.

—Vaya, se me perdió la vampiresa que traje aquí hace un momento ¿quién eres tú? —Esteban se acerca a ella sin dejar de admirala— Te vez...

—¡Linda! —grita Noah al verla.

—Concuerdo con mi hijo

Elizabeth medio sonríe

—En ese caso, estoy lista

—¡Excelente! —Esteban se da la vuelta—sigamos con la próxima parada.

Agarra a su hijo de la mano y se lo lleva con él hasta la salida.

—Vamos Señorita Elizabeth —Darkiel se acerca a ella— No se requiere pagar por cada prenda que eligió.

Todos salen de la tienda, Esteban cargando las bolsas.

Elizabeth enganchada del brazo de Darkiel, se detiene bruscamente al ver humanos ambular de un lado a otro.

—No creo que pueda

Controla su apariencia al estar rodeada de todos ellos.

—Beth, te controlas con vampiros purasangre, los humanos son cualquier cosa.

—No quiero asustarlos

—Sugiero que será adecuado llevarla a un lugar menos habitado.

Esteban le da una mala mirada a Darkiel.

—Tengo el lugar correcto

...

—No me refería a esto señor Williams

—Ella debe superar la prueba. Si va a estar en este mundo, deberá batallar con humanos.

—Él tiene razón, Darkiel. Debo intentarlo — Elizabeth observa a más multitud de humanos ir y venir de un lado a otro. Niños, adultos mezclados— El brazalete que me colocó mi padre, me ayudará.

Revisa su mano, dicho brazalete presiona su muñeca y mientras más se descontrola, más ardor y molestia le causa.

—Además que le prometí a Noah traerlo al parque de diversiones y cumplo mis promesas.

Su creación observa fascinado la feria, los juegos y mira con detenimiento a los niños de su tamaño correr de un lado a otro.

—Que comience la diversión —canturrea Esteban y sin soltar a su hijo de la mano avanza.

Sin más opcion, tanto Darkiel y Elizabeth los siguen con incomodidad.

...

Dos horas más tarde y Esteban detiene a Noah y lo carga.

—Suficiente, ya corriste demasiado

—Quiero jugar con mis amigos —se queja y se remueve entre sus brazos.

—Hijo, antes debes alimentarte — Esteban lo obliga a verlo. Sus pequeños colmillos comienzan a sobresalir de su boca y el tono carmesí aparece en sus ojos— ven conmigo, después sigues jugando.

Se lo lleva hasta una esquina con menos humanos y lo baja al suelo.

—Bebe esto —le entrega un vaso desechable con una pequeña dosis de su sangre. Sin embargo a simple vista se oculta.

Enseguida Noah bebe y su apariencia se oculta.

—Esteban, nosotros nos retiramos. Estar aquí es demasiado.

Él se voltea viendo a Elizabeth, muy inquieta.

—Vampiros y humanos no deben mezclarse —agrega y se queja al sentir el ardor en su mano— Nuestro lugar siempre es en las sombras.

—Se equivoca, puede contra esto —se acerca a ella y se la arrebata a Darkiel quien carga las bolsas de compras.

Elizabeth niega varias veces

Esteban revisa su mano, en su piel una marca rojiza se hace visible.

—Se puede controlar, solo necesita una distracción —acorta la distancia y observa su rostro con detenimiento. El tono carmesí de sus ojos se torna cada vez más oscuro.

Rápido Esteban con su mano oculta su rostro, la acerca a él y sin dudar la besa por un largo rato.

Cuando se aleja, Elizabeth pestañea varias veces. Y su apareciencia de vampiresa se oculta poco a poco.

—¡Yiuh! —exclama Noah al verlos.

Esteban reacciona, deja de verla y se voltea.

—No vieron nada — se acerca a su hijo y le quita el vaso —vamos por tu algodón de azúcar.

Le entrega el vaso a Elizabeth y sostiene la mano de su creación y se marchan lejos de ellos.

—Es nueva esta sensación Darkiel. Siempre me sucede cuando él está cerca y hace esto —emite Elizabeth al quedarse solos.

Él se acerca a ella

—He comprobado que existe algo más allá del vinculo que tiene con él como su donante.

Elizabeth deja de verlo y curiosa observa el vaso y bebe con ayuda del popote.

—No es solo su sangre —deja de beber y lame sus labios borrando todo rastro de sangre— pero si lo permito. Me ganaré su odio y rechazo como todos.

—¿Por qué dice eso, señorita Elizabeth?

—La oscuridad es parte de nosotros. Pocos lo entienden y permanecen a pesar de todo, a nuestro lado.

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