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Capítulo 33 ✘ Inestable

   A Y L I N

Existe una calma en el Castillo que me es extraña, inquietante y a la vez, percibo paz. Desde que un vampiro innombrable dejó de causarnos problemas, desde su eterno descanso, las cosas estan tranquilas.

Ha pasado más de un mes y es raro no estar rodeada de peligro. Guerras contra más vampiros aunque hay un detalle que me sigue preocupando y es Darren.

Tendría que estar mejor, sin embargo desde que regresaron de Rumanía lo noto raro, me evita y se la pasa en los calabozos aunque sigue demasiado atento con su cargo de rey.

De mi parte, busco distracciones al pasar tiempo con Ana Liz, mi nieta. Solucionando leves problemas del reino y aveces, me dedico a solo ambular sola por los pasillos del Castillo.

Como en esta ocasión

De pronto me detengo al llegar a esa pared. En tan poco tiempo y hay muchos nombres de vampiros que ya no existen y son recordados. Y como reina, me afecta no poder evitarlo.

Dejo de ver la pared y sigo mi camino. Recibo varias reverencias que con el tiempo me he acostumbrado mientras les medio sonrio.

No obstante, me detengo y frunzo el ceño al ver a Elizabeth a varios metros de mi, en el mismo pasillo. No me preocupa su presencia cuando todo este tiempo a venido varias veces a saber sobre el reino. Sin embargo si me causa curiosidad al verla hablar con Esteban.

Y sin evitarlo, doy dos pasos. Me volteo y agudizo mi oído.

—Adivinare ¿vino por mi sangre? Como siempre.

—No esta vez Señor Williams

Él gruñe

—¿En qué quedamos?

—Es.. Esteban

—Mucho mejor

Giro a verlos y veo a Elizabeth frotar sus manos nerviosa. Por desgracia, ese rubio vampiro me da la espalda.

—Vine a ver al Rey, asunto confidencial

—Comprendo, aun así es un gusto verla

Elizabeth frunce el ceño y pasa un lado de él.

—Permiso —musita y desaparece con velocidad.

Entonces, aprovecho la oportunidad y me acerco. Al aparecer frente a Esteban, coloco mis manos en mi cintura y sonrio con burla.

—Pequeña —él retrocede un paso

—¿Qué fue eso rubio?

—¿De qué hablas?

—Te vi... por error te escuché hablando con Elizabeth.

—¿Error? —niega y se cruza de brazos— ¿O con intención pequeña?

—Culpa a mi oído vampirico —me encojo de hombros— ¿Y bien?

—No es lo que piensas y borra esa sonrisa que no me gusta.

—Te llevas mejor con Elizabeth

—No, no es cierto. Es solo que... soy su donador y estoy agradecido con lo que hizo. Me he acostumbrado a su presencia todo este tiempo.

—¿Seguro que solo es eso?

Esteban gruñe y desvía la vista

—De acuerdo, me equivoqué con ella —se encoge de hombros— Me a demostrado ser una vampiresa diferente a todos los rumores que se decían de ella. Menos peligrosa, juzgue mal a Beth.

Amplio mi sonrisa

—¿Con que Beth?

Él gira a verme

—Elizabeth dije —gruñe y baja la vista— Beth —asiente— no me culpes por tomarle aprecio a todo ser de este mundo.

—¿Hay algo más Esteban? —borro mi sonrisa e inquiero con seriedad.

Regresa la vista en mi

—Nada

—¿Seguro?

Maldice en voz baja y hace una larga pausa.

—Me dejó mal lo de Nohemi y de cierta forma me ayuda verla, me recuerda a ella.

—Ambas son muy diferentes

—Ese es mi problema —lame sus labios— Estoy comenzando a tomarle demasiado interés a esa vampiresa. Espero a que venga, hablar con ella, verla y... —baja sus brazos— Estoy confundido pequeña, Elizabeth me hace olvidar a Nohemi y esta mal —no me deja hablar— Soy su donador nada más. Es hija de unos de los vampiros más antiguos y fuertes de este mundo vampirico. No me permito sentir otra vez.

—¿Y por qué no te das la oportunidad?

Niega varias veces

—Tal vez con Elizabeth...

—No, no soy así. Desde hace siglos pequeña solo son momentos de placer. Sangre, diversión. Nada serio. Cuando lo intento sale mal.

Doy un paso adelante

—No deberías pasar tu eternidad solo

—No lo estoy, tengo a Noah

—Esteban, sabes a que me refiero

Evita verme

—Lo que necesito es alejarme

Y tan pronto de marcha con velocidad.

Gruño al tener que batallar con vampiros que evitan al tener una pizca de sentimientos.

Me doy la vuelta y me dirijo a la sala en busca de Elizabeth.

Cuando llego y entro, tanto ella como Darren guardan silencio.

—¿Todo bien?

—Nada de que preocuparse, reina Aylin —me responde ella dándome la espalda— Es todo, me retiro —se voltea y avanza dos pasos cuando se detiene— Siga mi consejo, rey.

Pestañeo y ella se esfuma dejando una cortina de humo que poco a poco se evapora.

—¿De qué hablaban? —me acerco a Darren.

Él se mantiene con las manos detrás de su espalda y esa expresión indescifrable.

—De nada que te interese Ayline

—Si es algo del reino, por supuesto que si. Si se trata de los que aprecio, con más razón. Si se trata de ti...

—Deja la maldita curiosidad —me interrumpe— El reino y todo esta bajo control.

Me detengo a pocos pasos de él

—Tienes todo bajo control —repito— Entonces explicame sobre los mortales muertos de los calabozos de hace días —doy un paso y él retrocede dos— tú los mataste.

—Sea lo lo que sea que te hayan dicho...

—Te vi Darren —hago una corta pausa— El mismo rey rompió la regla de no matar a más humanos aquí.

Él desvía la vista

—No hablaré contigo sobre esto

—No lo harás porque me evitas

Gira a verme

—¿Qué te está pasando Darren?

En un dos por tres, aparece muy cerca de mi rostro y se inclina dejando visibles sus colmillos.

—Todo esta bajo control —pronuncia cada palabra lentamente y acto seguido, pasa por mi lado hasta escuchar el portazo de la puerta al cerrarse.

Me cruzo de brazos mientras niego

¿Cómo ayudar a un vampiro que no se deja ayudar?

++ Horas después ++

Después de aburrirme, regreso a la habitación.

Hoy dos vampiros que evitan hablar de ciertos temas y eso me molesta más.

Sin amenorar mi fuerza, azoto la puerta. El sonido me causa migraña, gruño y llego con velocidad hasta la cama.

Veo mis largas uñas, veo mi vestido con manchas de sangre y comienzo a bajar el primer tirante.

—Ayline

Rápido me doy la vuelta viendo a Darren de pie cerca de las puertas del balcón.

Frunzo el ceño cuando no percibí su presencia. Creí que estaba sola.

—Darren —dejo de verlo y me volteo— Tú Castillo está tranquilo. No te preocupes cuando tienes todo bajo control.

—¿Dónde estabas?

Subo mi tirante y me volteo nuevamente.

—¿Te importa? —espeto a la defensiva al seguir molesta con él.

—Eres mi reina Ayline —se adentra a la habitación y cierra las puertas del balcón. La poca iluminación se opaca por la oscuridad.

Desvío la vista

—Estaba en los calabozos, alimentandome. Al contrario de ti, yo si los dejé con vida.

Regreso a verlo y avanzo en direccion al baño.

—No los necesitas cuando tienes mi sangre —me detiene rápidamente del brazo.

—¿Y cómo Darren? Siempre que te busco, te alejas de mi.

Lo escucho gruñir

Me safo de su agarre con brusquedad

—Y si no te importa, quiero darme un baño

Avanzo dos pasos cuando con su cuerpo bloquea mi camino.

—Darren, déjame pasar

—Escuchame

Gruño y me cruzo de brazos

—Traté de controlarme con esos humanos pero no lo logré. El vampiro que soy, ganó —da un paso adelante— y tu eres la única que puede contra él.

Estoy por retroceder cuando coloca su mano en mi cintura y me acerca más a él.

—Darren... —guardo silencio al sentir sus colmillos rozar la piel de mi cuello— Detente.

Los míos crecen cuando mi sed insaciable, aumenta por su cercanía.

—Extrañas mi sangre —susurra al subir a mi oído.

—Extraño al Darren de antes

Él se aleja, sus colmillos se ocultan rápidamente. Vuelve a acortar la distancia y coloca su mano en mi nuca.

En ningún momento ninguno deja de verse a los ojos.

—Y yo a mi bonita

Entre abro mis labios y sin darme oportunidad de hablar sella sus labios con los míos. Sin embargo es un beso desesperado, ansioso, hambriento cuando cada uno usa nuestros colmillos al morder nuestros labios y saborear cada gota de sangre.

No obstante, reacciono y lo alejo con brusquedad.

—¿Me vas a explicar tu raro comportamiento?

—¿Y si mejor te lo demuestro con mis acciones? —se acerca peligrosamente y me vuelve a besar.

—Darren —emito entre su boca al sentir sus manos en mi cintura y con sus largas uñas, rasga mi vestido. Involuntariamente, ya estoy quitándole la camisa. Dejo de besarlo cuando comienzo a retroceder con él— ¿qué tienes en mente?

Me dejo guiar por él hasta llegar a la cama y acostarme poco a poco.

—Estar con mi reina —deja crecer sus colmillos al sonreír mientras se acomoda entre mis piernas — con mi maldita cura —las rodea en su cintura y vuelve a besarme.

Siento sus besos, sus caricias, sus colmillos por todo mi cuerpo en el momento que nuevamente me entrego a él olvidandonos por completo del reino.

(...)

—Hace mucho tiempo que no estábamos así Darren —le digo al apoyar mi cabeza en su pecho. Con mis uñas le hago un leve rasguño que sana con rapidez — ¿no dirás nada? —me alejo y me levanto un poco.

—¿Lo entendiste? —frunzo el ceño— puedo estar contigo Ayline.

Le sonrio

—Ya lo sé, será en el momento que quieras y debo darte tu espacio pero aveces Darren, es difícil entenderte. Pienso que hice algo mal para que te alejes de mi.

Él acuna mi rostro con sus manos, sus uñas rozan mis mejillas.

—A veces sigues comportándote como humana —me besa castamente y me suelta.

—Y tu sigues siendo muy inexpresivo. Nada me cuentas o se te complica hacerlo —contraataco.

Él musita y sus manos se deslizan por mí espalda, aparta la sabana que nos cubre para llegar hasta a la parte baja.

Le sonrio y lo vuelvo a besar

—No sigas —le advierto con diversión— me tengo que ir Darren, tenemos responsabilidades en el reino que debemos...

—Yo soy tu rey y tu responsabilidad es conmigo —susurra al rozar sus colmilos por mi cuello.

Y lo considero

¿Irme o quedarme?

—Tú ganas —me alejo un poco de él— Me quedo contigo.

Darren aleja varios cadejos de mi cabello de mis hombros.

—¿Siempre?

Me inclino, rozo mi nariz con la suya y cierro los ojos.

—Siempre Darren

Espero tres segundos y abro los ojos y bruscamente me alejo al notar sus ojos  oscuros. Pestañeo varias veces y confundida lo observo cuando esta vez sus ojos son de tono carmesí.

—Ayline

—Estoy... bien—me cubro con la sabana y le doy la espalda cuando mis pies tocan el suelo.

—No te iras, lo acabas de decir

Me cuesta verlo nuevamente

—No me iré —lentamente giro a verlo. Debió ser una alucinacion. Así que me medio giro y lo observo con detenimiento— no me dañarías ¿verdad Darren?

—¿Por qué lo preguntas? —él se incorpora en la cama.

Pienso en la advertencia del collar

Pienso en ese rostro siniestro hace unos segundos.

—Por nada —dejo de verlo y poso la vista en el suelo. Entonces me levanto, me agacho y debajo de la cama, busco y agarro ese collar que oculte hace tiempo, al encontrarlo— No me había dado tiempo de regresarte esto.

Alerta me acerco a él y sin soltar el collar y extrañamente esta vez no hay ardor, no hay advertencia que Darren sea un peligro para mi.

—Ya no... lo voy a necesitar —rozo mis dedos con los suyos.

—Si vuelve a existir un peligro, vas a usarlo.

Asiento mientras se lo entrego.

Debi confundirme

Debi alucinar

Tan solo pensarlo, es una locura

Me esmero en sonreírle

Darren deja el collar a un lado de la cama, se inclina y vuelve a besarme.

No obstante, por pocos segundos dura cuando se aleja con un gruñido.

—Vienen

Lo observo confusa y un golpe en la puerta me da la respuesta.

—¿Mamá? ¿Puedo pasar?

Reaccióno al escuchar la voz de Ana Liz.

Rápidamente me alejo de Darren y tras una mirada, soy la primera en cambiarme.

—Espera... hija —le lanzo su ropa y recibo su molestia —Ya... ya voy.

Gruño al no dar con mis zapatillas

Entonces descalza, me dirijo a la puerta mientras acomodo mi vestido, peino mi cabello y abro cuando compruebo que Darren esta completamente vestido y de pie cerca de la cama.

—Ana Liz —la veo en cuanto abro la puerta

—Madre —me analiza— ¿podemos pasar?

Bajo la vista y observo a Alina con ella

—Ahh, claro

Me alejo de la puerta y les permito el paso.

—No los interrumpo ¿verdad?

—Si

—No —le respondo yo

Le doy una mala mirada a Darren que se dedica a cruzarse de brazos.

Regreso la vista en Ana Liz que al ver la cama, sonríe burlona.

—De acuerdo —borra la sonrisa— necesito su ayuda para cuidar a Alina. Voy a salir a cazar con Owen, fuera del Castillo.

—No tienen permitido salir

—No tardaremos, regresaré. Ya no hay un peligro allá afuera padre. Además, ustedes mismo lo permitieron hace semanas a todo el reino.

—Tú no lo tienes permitido Lizbeth

Ella gruñe

—Ana Liz —capto su atención. Deja de ver molesta a Darren— aqui hay humanos que se pueden alimentar y...

—Mamá, no es lo mismo. Queremos salir, sentirnos libres. Encontrar nuestra presa. Dar con cada humano y no depender de los que están aquí, por cierto, débiles. No será divertido.

Bajo la vista en Alina

Ella se encoge de hombros

Ana Liz habla estos temas frente a ella que me inquieta, lo más normal para ella cuando de mi parte prefiero que ella no esté enterada aun de ciertos temas del mundo Vampirico cuando aún es muy joven. Cuando aún no sabe cazar y usar sus colmillos cuando se le sigue alimentando como a cada creación de aquí. En poca cantidad, por cada creador.

—Ana Liz, no creo que deban...

—Por favor, te lo pido como mi madre o incluso como la reina. Quiero tu permiso y ayuda —empuja a Alina hacia mi— no tardaremos y vamos a respetar las reglas. No matar humanos ni dentro ni fuera del Castillo.

Con esfuerzo, logré convencer a Darren

Le doy una rápida mirada a su creador que niega y regreso a verla.

—Puedes ir Ana Liz

—¡Te adoro madre! ¡Portate bien Alina!

Y dicho esto desaparece de nuestra vista

Concentro la vista en Alina que se encoge de hombros.

—Hola

—Hola abue Lin

Le sonrio y me inclino hasta llegar a la altura de su tamaño.

—Nos vamos a divertir y pasar un día agradable. Nosotros te vamos a...

Soy interrumpida por un fuerte ruido. Me doy la vuelta y ya no veo la presencia de Darren más que las puertas del balcón abiertas.

—Salió por el balcón

Regreso la vista en Alina que señala con su mano.

—Tienes un abuelo muy irresponsable

—¿Me odia? Nunca quiere pasar tiempo conmigo.

Me acerco a ella y con facilidad la cargo

—Él es... complicado —beso su frente— pero no lo necesitamos. Me tienes a mi y yo sola voy a cuidarte.

Avanzo con ella hasta salir de la habitación.

  D A R R E N
Preferi huir antes que soportar a otra vampiresa más pequeña que Ayline, cuando con ella me es suficiente.

Además, en estos momentos, aveces prefiero alejarla a tenerla cerca hasta que controle esta maldita situación.

Y apenas aterrizo en el suelo cuando sigo mi camino por el pasillo oeste.

Ignoro a los vampiros que me cruzo y sigo avanzado hasta detenerme bruscamente al verlo frente a mi.

—Salvatore —retrocedo un paso y él se acerca. Ese maldito fantasma que recientemente me atormenta —no eres real. Yo te mate.

—Sigo siendo eterno en tu cabeza Darren

Hago mis manos puños

—Largate

—Soy tu padre y estas condenado a batallar conmigo. Es tu castigo.

Gruño, lo esquivo y apresuro mis pasos

—Darren

—Cállate —pronuncio entre dientes

Y empeora mi mal humor al escuchar su risa detrás de mi.

Doblo al siguiente pasillo y me detengo al verla con Alina y con la creación de Esteban.

Matala

Niego

Ayline se los lleva de la mano

Matala hijo. Ella te debilita

—No

De reojo lo veo aparecer a mi lado y sonríe siniestramente.

—En ese caso, acepta perderla

Ayline se detiene y se voltea. Me observa y me sonríe al verme.

>No puede verlo<

Deja de hacerlo cuando Alina la llama, ella asiente y entonces la maldita creación de Esteban, se acerca a ella, la suelta de la mano y la abraza mientras recibe esa misma sonrisa en Ayline.

Gruño y en ningún momento dejo de verlos.

Enseguida se aleja y ella se los lleva hasta perderlos de vista.

—Maldición —pronuncio entre dientes y rápidamente busco en mis bolsillos hasta dar con el frasco que me dio esa maldita vampiresa.

La única que se dio cuenta al escuchar mis propios pensamientos.

—Esto lo ayudará a sellar a su creador, sé que lo atormenta. Me di cuenta.

—No te estoy pidiendo tu maldita ayuda

—Pero la va a necesitar sino quiere hacerse daño a si mismo, al reino  o a quienes aprecia —me muestra un frasco con un líquido oscuro— a su alma. Conozco la sensación. Cada Valentains, debe batallar con la oscuridad.

—Eso no me está pasando a mi

—Ve a su creador y lo está atormentando

—Pero no es real, Salvatore esta muerto

Me molesta que sonría con maldad

—Y él es la oscuridad con la que debe luchar si quiere estar estable. Acepte esto, le ayudará por poco tiempo. Es sangre de mi creador bajo un hechizo.

Observo del frasco a ella y de mala gana lo acepto.

—Su estado va a empeorar sí no lo controla

Estoy por responderle cuando siento la presencia de Ayline cada vez más cerca. Entonces ambos guardamos silencio, oculto el frasco en mi mano y ambas las coloco detrás en mi espalda en el momento que ella abre y entra por la puerta.

Y cuando regresé a la habitación y después de pensarlo tanto, bebí un poco con tal de no soportar más a Salvatore que me persigue a todos lados. Por su culpa, maté a esos humanos creyendo que ante la sed, solo así se iría.

Sin embargo eso no ocurrió

Más esa sangre lo esfumó por un lapso de tiempo y solo así, logré estar cerca de Ayline sin tener esos pensamientos asesinos. Sin tener que escuchar al maldito de Salvatore y su insistencia en hacerle daño.

No a ella

Cuando no soporto tenerla lejos de mi otra vez.

Y lo pienso mientras veo el frasco. Unas gotas fueron suficientes.

Entonces rápidamente lo abro y bebo hasta la mitad mientras más me debilito.

...

De nuevo esa extraña sensación. Esa sed incontrolable que solo se calma con la sangre de Ayline más quiero mantenerle al margen de esto aunque es tan curiosa.

Me apoyo de la pared mientras avanzo por el pasillo.

—Matalos a todos hijo mío o de lo contrario, los va a preferir.

No existes Salvatore, no existes —repito y me detengo al cruzarme con un vampiro convertido.

Él con miedo retrocede

—Tú —gruño y como puedo me alejo de la pared y mantengo el equilibrio.

—Rey

Me acerco a la creación de Esteban que se asusta conmigo. Abraza un maldito libro y baja la vista.

—Escuchame bien, maldito convertido —con velocidad lo cargo sin soltarlo de los hombros. Él deja caer su libro y se queda quieto sin dejar de verme con miedo —Te quiero lejos de la reina —lo acerco a mi rostro. No me importa mostrarle mi apariencia monstruosa del vampiro que soy — o de lo contrario, voy a matarte, arrancarte tu maldito corazón antes que llegues al medio siglo ¿entendido? —asiente varias veces —eres un débil.

Lo suelto con brusquedad

Él aterriza en el suelo y permanece sentado en el suelo.

Nuevamente me inclino

—Lejos de ella —le repito y me alejo de él ignorando sus lágrimas.

...

Pienso una manera de retenerla conmigo. Una forma para evitar que Ayline, se aleje de mi.

Entonces entro a una habitación y entre tantos libros del escritorio. Busco los sedantes que me dejó Lezy si llegábamos a ocuparlos. Y al dar con ellos, agarro dos en cada mano.

—¿Darren?

Con rapidez los oculto en mis bolsillos al escuchar su voz detrás de mi.

—Te estaba buscando, Ana Liz y Owen ya regresaron. Gracias por dejarme sola con Alina, cuando se supone querías pasar tiempo conmigo.

—Tú lo haz dicho Ayline, solo contigo

Se acerca

—Estamos rodeados de todo un reino Darren.

—¿Qué estás tratando de decir? —me volteo— ¿qué los prefieres a ellos antes que a mi?

—No Darren, por supuesto que no. Mi tiempo es con todos y ahora contigo —al llegar hasta mi coloca sus manos en mis hombros— con mi eternidad, estaré siempre a tu lado.

Asiento y le toma por sorpresa cuando la abrazo.

—Ohu, es raro cuando te comportas así. Eres impredecible Darren.

No le respondo

Recargo mi barbilla en su hombro, ignoro la presencia de Salvatore detrás de ella, frente a mi y sonrio con malicia.

>Ella es solo mía<

Capítulo dedicado a:
antarx_27  anaid1305  babeand_ Signybriella

🖤🦇

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