Capítulo 21 ✘ Memoriam
A Y L I N
Es tan extraño estar de vuelta en el Castillo. En el momento que entramos, soy recibida por extrañas miradas de parte de los guardias. Miradas que me molestan y me hacen sentir rara.
Así que ignoro esas reverencias que son dirigidas a su rey y avanzo dejándolo atrás. Por mi buena audición puedo escucharlos hablar sin embargo es confuso al escuchar voces mezcladas a mí alrededor.
Cuando me detengo, puedo sentir diferentes fuerzas, ver diferentes vampiros y vampiresas a la distancia sin disimular al verme.
Llego a verme a mi misma, tal vez soy su centro de atención por como luzco; mi vestido blanco está sucio con tierra, rasgado de la cintura por culpa de cierto vampiro y hay rastro de sangre en la parte de arriba. Aunque tal vez causo más la atención por estar de regreso cuando se supone que yo debería estar muerta.
—Sigamos —escucho la voz de Darren al pasar por mi lado.
Yo no me muevo, alzo la vista y abrazada a mi misma permanezco quieta en mi sitio.
Al no escuchar mis pasos, él se detiene a unos cuantos pasos de haber avanzado y se da la vuelta.
—Todos me ven raro —emito sin dejar de ver alertas a todos esos vampiros espectadores— y no me gusta.
Él no lo comprueba, pues sin necesidad de verlos, me da la razón.
—No le des importancia —se medio gira— solo sígueme.
—Les parece raro que esté aquí. Que una muerta haya regresado de la tumba. Les sorprende que sea como todos aquí —gruño y no evito transmitir molestia al ver de reojo a unos— si no es la primera vez que entro al Castillo.
—De cierta forma —fijo la atención en Darren al escucharlo— es la primera vez que estás aquí como vampiresa.
—Me haces recordar que fue tu culpa y que ya estoy muerta.
Me encojo de hombros al notar su molestia
—Ya nos esperan Ayline, avanza —se limita a decir y se voltea.
Resignada lo sigo yendo por el primer pasillo. No evito ver alrededor un poco sorprendida al estar otra vez aquí y me sigue pareciendo tan extraño este Castillo como la primera vez, pero en cada recuerdo o rincón que mire, mi dolor de cabeza aumenta cada vez más.
—Fue una mala idea haber aceptado venir hasta aquí —logro que se detenga sin darse la vuelta— no es la eternidad que quiero, no más estar encerrada bajo tus órdenes— sigo avanzando, paso por su lado sin saber a donde exactamente ir. Porque otra vez siento esa sensación de querer irme o no pertenecer aquí.
—Ayline
Gruño y me detengo a mitad del pasillo
—Es cierto Darren —me volteo con toda la molestia posible— no sé ni lo que quiero— desvío la vista— tal vez no quiero verte porque por ti es que recordé y no quiero hacerlo más. Me estalla la cabeza y ...
—Volvieron —guardo silencio al escuchar una voz distinta. Me volteo logrando ver a una vampiresa frente a mí que observa a cada uno.
—Que bueno aunque tardaron. Ya lo sé todo Darren —dirige la vista en mi— woo, hola —da un paso adelante— soy...
—Ashley —pronuncio antes de poder evitarlo. La veo con confusión cuando creo recodar su rostro.
—La misma —me sonríe luciendo unos colmillos al igual que los míos— ¿Me recuerda? Creí que no...
—Ya lo hizo, aunque no del todo —responde Darren por mí.
Ella asiente y borra su sonrisa
—Entiendo, no vamos a presionarte Aylin
—Es raro que lo digas de ese modo cuando ya lo estás haciendo ahora. Veo muchas imágenes en mí cabeza y ahí estás tú —hago una corta pausa— me está doliendo más la cabeza por el simple hecho de verte.
—Ignorala, sigue confundida. Ayline debe descansar.
Gruño al escucharlo
—¿Ahora te preocupó? Tú esto me lo provocaste —le doy una mala mirada a Darren que ignora.
—Si deberías llevarla a descansar Darren, le ayudará —dejo de ver a ambos— antes de que sientan su presencia y se enteren que están aquí, ya sabés que en este Castillo nada se puede ocultar cuando....
—¡ANA!
Desprevenida siento un leve empujón y al instante soy rodeada por unos brazos. Me toma segundos reaccionar al ver a una vampiresa aferrarse a mí sin aceptar su abrazo. De mi parte me quedo inmóvil.
—¡Mía! ¡Qué te había dicho! —le grita Ashley
—Lo siento, es que me emocioné al verla otra vez —se aleja lentamente— fui impulsiva. No quise incomodarte.
Forzo una sonrisa al verla
Ella se situa a un lado de esa otra vampiresa.
—Soy Mía, somos amigas y voy a recordarte todo si es necesario.
—Es un poco tarde Mía, Aylin ya recuperó todos sus recuerdos.
—¡Enserio!
Asiento y retrocedo un paso
—Aun es confuso —enarco una ceja— entonces ¿era amiga de unas vampiresas cuando era humana?— ambas asienten— ¿Qué estaba mal en mi? —giro a ver a Darren— y otra vez tuviste que ver.
—Si Ayline, todo fue mi maldita culpa —masculla Darren con irritación y eso me satisface— Es lo que querías escuchar.
Medio sonrío y regreso la vista en ellas
—Las recuerdo, en este momento no puedo transmitir la misma emoción que ambas tienen al verme porque mi mal humor no me lo permite y de favor les pido no insistir que solo lo empeoran.
Coloco mi mano en mi nuca
—No queremos perjudicarte Ana
—Al contrario, queremos ayudarte —termina Ashley por Mía— y estoy segura que nos llevaremos mejor ahora, así tengamos que esperar a que estés lista.
Bajo mi mano lentamente, estoy por hablar cuando noto dos presencias detrás de ellas.
—Madre fuiste más rápida que nosotros —un joven vampiro avanza hasta abrazar de lado a Mía— Hola, esta noticia fue felicidad para mí progenitora.
—Es un mal momento para que te haga recordar a Dean, mi hijo ¿cierto?
—Puedo tolerarlo —respondo sin dejar de verlo con atención.
—Su celda está lista si es que piensa encerrarla mi Rey. Le hará compañía un montón de esclavos en los calabozos.
Enfoco la vista en ese vampiro castaño que cada vez se acerca más.
—Drake, no empieces —le advierte Mía
De mi parte no dejo de verlo con molestia
—Te equivocas Drake, ese es tu maldito sitio. Me tomará menos de tres segundos mandarte ahí o prefieres que te arranque la cabeza si no te disculpas con ella en este momento —en cortos segundos Darren ya está frente a él— tú maldita eternidad ya corre peligro.
—Y volvemos al pasado, antes de todos es ella —él retrocede un paso— era mi intento de broma, todos aquí sabemos que ya debe ser tratada como tú reina— con velocidad se aleja de él y aparece a un lado de Mía— pero no esperes ese trato conmigo —se dirige a mí— Nada cambia, para mí no existe la diferencia asi hayas pasado de humana a vampiresa.
—Me parece bien, sería extraño recibir algo distinto de ti Drake —asiento varias veces— pero olvidas que ahora puedo hacerte el mismo daño que tú me hiciste. Ya no soy débil —con seriedad avanzo hasta él— podría manipularte para que hagas lo que yo te pida —con rapidez sujeto su mano— incluso verte de rodillas y una disculpa no estaría mal —lo escucho gruñir cuando ejerzo la poca fuerza que me queda y pienso darle un buen uso.
—Aylin, ya sueltalo
—Ana, Drake no quiso decir eso
Las gnoro
Me gusta su mirada de desprecio y dolor que recibo. Me gusta escuchar sus huesos quebrarse poco a poco.
Aunque estoy consciente que acabé con la felicidad de Mía y Ashley al verme actuar así incluso es posible que Dean me ataque pero no me importa.
—Jamas pasará así me ... arranques la mano —intenta safarse de mi agarre pero falla.
—Darren, controlala —le exige Ashley
—Lo merece
Sonrío con malicia y lo suelto
—Tantas veces imaginé hacerte eso, es liberador —coloco mis manos en mi cintura y avanzo pasando entre ellas. Hacerlo agotó mis energías que siento que todo me da vueltas.
—¿Qué fue eso Darren?
—La provocaron, no me culpen de eso
—Pero Ana no es así
Me detengo a unos pasos de ellos
—Los estoy escuchando saben y lamento decirles que dejé de ser esa tonta humana que conocieron —me quejo en voz baja cuando el dolor de cabeza incrementa en mis sienes.
Estoy por dar un paso cuando vuelven a interponerse en mi camino.
—Eres un claro ejemplo de la resurrección
Frunzo el ceño al ver una vampiresa acompañada de otro vampiro que creo reconocer.
—Soy Lezy, no tan importante en tu antigua vida de humana pero si conocida.
Asiento sin evitar analizarla con la mirada
En segundo de reojo veo a Darren aparecer a un lado de mí.
—Revisa su brazalete, tal vez puedas quitárselo.
—Como ordene su alteza, permiso —toma mi mano con brusquedad— ya veo, es diferente al otro que vi —lo revisa buscando un broche que no es visible— y no te causa daño ¿cierto?
—Siento que me debilita o tengo menos fuerza en esa mano.
Ella asiente y baja mi mano lentamente
—Voy a investigar pero no puedo hacer nada por el momento.
Ambos se dirigen a Darren que ya se encuentra cruzado de brazos.
—Hiciste lo correcto
—No quiero una felicitación de tu parte Williams.
Observo con curiosidad a ambos mientras ese apellido resuena en mi cabeza.
—Permiso, permiso, si me disculpan quisiera verla —fijo la atención al frente al ver una reconocida voz y ver a un rubio vampiro emerger y pasar entre Lezy y el tal Williams— Bienvenida —se detiene a unos pasos de mí y extiende su mano en mi dirección— Esteban Williams, para servirte en lo que sea hermosa.
—Ya nos habíamos visto antes
—Soy difícil de olvidar —toma mi mano sin permiso y a su vez deposita un casto beso en el dorso de mi mano.
Me safo de su agarre con brusquedad
—Mucho antes —enarco una ceja y no evito medio sonreír— he visto tu rostro, tú voz es tan familiar.
Me divierte su confusión
—Llegas un poco tarde Esteban, Aylin ya recuerda —le avisa Ashley.
Él borra esa expresión y la reemplaza con una amplia sonrisa.
—¿Y hasta ahora me lo dicen? —tan pronto hay seriedad en su rostro— un momento, si me recuerda, hiciste exactamente lo que te pedí que no hicieras —se dirige a Darren con una mala mirada.
—Fui claro contigo Esteban y me importó muy poco lo que querías o pienses ahora.
—Que desgraciado —masculla entredientes y regresa la vista en mi— bueno, de algo sirvió ¿no? Sabés quién soy y no es necesario recordarte que fui muy importante en tú pasado. Casi tu favorito.
Me cruzo de brazos y ladeo un poco la cabeza
—Si te recuerdo, el mismo vampiro cómplice de Darren cuando era humana y que tuvo que ver con el accidente de auto de Sara o y espera —finjo pensar— quién me quería matar desde un principio, me secuestró y usó como carnada más de dos veces con la intención de deshacerse de mí cuando se supone, me apreciaba. Ese eres tú ¿no?
Mis palabras no le causaron gracia
—¿Por qué recuerdas lo malo? Fueron más lindos momentos conmigo, piensa un poco —le doy una mala mirada— vamos eso era antes, las cosas han cambiado entre nosotros y te lo voy a demostrar con un abrazo de paz.
—No lo hagas
Retrocedo un paso pero al instante soy jalada por él y choco contra su pecho.
—Vez, no era tan difícil —lo escucho susurrar en mi oído— debo aprovechar antes de que Darren me arranque la cabeza por esto —lo intento pero mi molestia se esfuma y sonrio aceptando su abrazo— es bueno verte de nuevo con nosotros pequeña.
Al instante lo alejo de mi con brusquedad
—¡¿Cómo... me dijiste?!
—Mi pequeña —hace una mueca— y te lo voy a repetir las veces que sean si no me arrancas el brazo.
Me doy cuenta de mi agarre en su hombro, rápido lo suelto y bajo mi mano.
—Lo siento es que... esa palabra recordé tantas veces y eras tú.
Me sonríe mientras se acomoda su brazo correctamente en su lugar.
—Veo que tienes mucha fuerza para ser una recién vampiresa. Culpemos a alguien ¿cierto Darren?
De reojo lo veo negar varías veces
—Ya lo he hecho... Esteban
Me siento extraña al decir su nombre en voz alta. Estoy por agregar más cuando un pequeño se asoma al estar oculto detrás de él.
—¿Quién es?
—Casi lo olvido, le di indicaciones que no se moviera de su habitación, lo cual desobedeció.
—Lo siento papi
Confusa veo al pequeño vampiro de cabello castaño y termino en el rubio vampiro.
—Te presumo a Noah Williams —con su mano lo hace avanzar hacia adelante— ella es alguien especial hijo, la futura reina del Castillo.
Bajo la vista en él que me sonríe y saluda con la mano.
—Lo intento y no lo recuerdo
—Este pequeño llegó después de tu supuesta muerte. Es la primera vez que lo conoces —alzo la vista en su creador— tenemos mucho de que hablar pequeña y lo haremos mientras brindemos con una copa de sangre.
—Que será después porque ella debe descansar —interviene Darren sin dejarme responder.
—Claro, puedo esperar
—Te aceptaré esa copa —emito mientras Darren me empuja a seguir avanzando.
Apenas en el tercer paso, ya soy detenida otra vez y bloqueado mi camino por una vampiresa que no esperaba ver nuevamente y tan rápido.
—Hola, estás aquí —timida se acerca más— ya veo porque tardaron pero no importa porque... regresaste y... —dirige la vista en Darren— gracias por cumplir tu palabra.
Me dedico a verla en silencio y cada vez me siento mal. Culpable de no haberla reconocido cuando es mi hija.
—Ana Liz —capto su atención— lo siento
—Ya recuerda Lizbeth
Su mirada es de asombro, de sus ojos carmesi unas diminutas gotas rojizas comienzan a deslizarse por sus mejillas.
—Ya puedo decirte mamá
No le respondo, solo asiento y al instante la abrazo.
—No tengo nada que perdonarte... No fue tú culpa.
—Me porté mal. Soy la peor madre y...
—Ey, no digas eso —se aparta de mi lentamente— eres la mejor.
Levanto mi mano y la coloco en su mejilla
—¿Por qué lloras sangre?
Ella ríe con gracia
—No soy nada normal ni al ser vampiresa. Depende mucho de quiénes son mis creadores —intento limpiar su mejilla pero solo logro arruinarlo asi que alejo mi mano— no importa, son raras lágrimas de felicidad mamá.
Asiento y bajo mi mano
Me estraña no sentir ni una lágrima brotar de mis ojos.
—Mirate, te tengo de vuelta —atrapa mis manos mientras me observa— eres hermosa, luces tan joven que si antes nos confundían, más ahora. Pareces más mi hermana mayor —rie y vuelve a llorar— eres más que eso mamá— me vuelve a abrazar— te extrañé tanto.
No emito palabra, de reojo veo a Darren vernos con atención.
—Tranquila Ana Liz, estoy aquí y vamos a recuperar todo ese tiempo perdido. Solo te pido tiempo. Intentaré volver a ser esa madre que era porque ahora —la aparto de mí— sé que eres mi hija pero no siento ese ... cariño de madre.
Su sonrisa se borra poco a poco
—Quiero ser sincera —agrego
—Si, si tienes razón —limpia sus mejillas— hay tiempo —me vuelve a sonreír— sé lo que sientes, todo esto es nuevo para ti okey —se medio voltea dejándome ver a un vampiro acercarse con una niña tan parecida a ella— espero recuerdes a Owen y para que ocultar que eres abuela de esta pequeñita —la carga con rapidez entre sus brazos— su nombre es...
—Alina —veo de ella a mi hija— si se parece a ti cuando tenías cinco años.
—¿Ya la conocías? ¿Cómo es que...?
—¡Mami yo la vi en el bosque! —la interrumpe Alina— se parece a ti y mi abuelo Darren no me creyó.
—¿Algo que decir? —lo cuestiona Ana Liz con seriedad.
—Es cierto, no le creí. Fue el día que la dejaste a mi cargo y salió fuera del Castillo. Alina vio a Ayline, me contó y no le dí importancia.
—Debiste decirme
—Eso ya no importa si ya estoy aquí —capto su atención nuevamente— así que soy abuela, tengo que asimilarlo— de reojo veo a Darren— la cuídaste mal.
—Era algo inevitable madre si tengo un vínculo con Owen.
Asiento y ladeo la cabeza para verlo
—A ti te debo culpar
—Ya es demasiado tarde —me responde y se acerca hasta situarse a un lado de Ana Liz—y por el bien de todos, evitemos esto— le arrebata a Alina y la carga— ya no más rivalidad aunque no me importa que estés de vuelta.
—Owen, respeta a mi madre
—Dejalo Ana Liz, en el fondo me aprecias Owen o te conviene, estás con MI hija y esa niña que cargas es MI nieta. Además que compartimos lo mismo al ser ... convertidos.
—No te confundas, no nos parecemos en nada.
—No porque soy más fuerte que tú —le sonrío al notar su molestia. Les doy una rápida mirada a todos— ya soy una Valentains —emito con tristeza.
Rápido me recupero y forzo una sonrisa
—¿Seguimos con el recorrido Darren? —giro a verlo.
—La llevaré a descansar, no más visitas. Ya habrá tiempo para todo —responde él sin verme.
—Llevala a su habitación, la prioridad es que este bien.
Dejo de ver a ambos
No me gusta ser importante para todos. Recibir su ayuda cuando no la merezco. No cuando descubran la clase de vampiresa que soy porque tal vez he fingido.
—Ayline
Doy un leve sobresalto al escuchar la voz de Darren y siento su mano entrelazarse con la mía. Giro a verlo y bajo la vista.
—Te urge un descanso
Alzo la vista y asiento, al instante me dejo llevar con él con velocidad.
(...)
En el momento que entro a esa habitación, otra vez los recuerdos me abruman. En cada rincón que mire puedo ver escenas distintas en mi cabeza.
—Recuerdo esta habitación—comienzo a avanzar hasta el centro— ya no siento frío al estar aquí —poso la vista en las puertas del balcón que están abiertas— recuerdo ese lugar.
Con esfuerzo y con ayuda de mi poca energía, logro salir con velocidad y detenerme en el barandal. No logro sujetarme a tiempo cuando pierdo el equilibrio sin embargo soy sostenida por dos manos en mi cintura.
—Estas débil Ayline, no vuelvas a hacerlo —asiento y me enderezco sin alejarlo.
—Siempre al pendiente de mí Darren —dejo de verlo y fijo la vista al frente— de aquí se ve parte del Castillo —con mi mano cubro la claridad que afecta mis ojos— hay mucha luz.
—No entra ni un maldito rayo al Castillo Ayline. Son síntomas de tú débilidad.
Gruño y bajo mi mano
Tiene razón que hasta la poca iluminación me afecta.
—Llevame adentro
Soy rodeada por él y al instante ya estoy dentro de la habitación sentada en la cama mientras veo a Darren cerrar las puertas del balcón.
Pestañeo varias veces
—Ya no me asusta la oscuridad, puedo verte —inquiero y poso la vista en el colchón— uy, recuerdo esta cama. Era tu cumpleaños y te aprovechaste de mi —giro a verlo divertida— aquí me marcaste por primera vez, pero fallaste al no convertirme del todo. Sería otra historia Darren.
Él cruzado de brazos me observa inexpresivo.
—Y ahí te vas a acostar
—¿No te fue suficiente con lo que nos divertimos en el escondite?
—A descansar Ayline, no es lo que piensas
Con velocidad aparece cerca de mí y sin permiso me carga entre sus brazos.
—Puedo sola —me quejo sin embargo mis quejas no son escuchadas cuando él mismo me lleva hasta dejarme en el centro de la cama— no te voy a agradecer— lo empujo mientras me recargo en la cabecera de la cama. Alzo la vista para verlo de pie— escucho tus pensamientos —lo veo fruncir el ceño y tomar asiento en la orilla de la cama sin dejar de verme— o son todas esas voces que provienen de afuera— río.
Niega varias veces
—Ya descansa
Dejo de reír y atrapo su mano
—Es tan extraño esto Darren. Me gusta tenerte cerca —veo nuestros anillos brillar—¿No extrañas a tu humana? Porque ser así te voy a decepcionar.
—Que seas así, no es tan mal. Fue la única manera para que estés de vuelta.
Le sonrio sin ánimos y me resbalo hasta quedar acostada.
—No puedo descansar, si lo hago, ya no estarás aquí.
—¿Crees que me moveré de aquí?
Guardo silencio un momento
—No te vayas a ir, si despierto, que tú seas lo primero que vea —cierro mis ojos sin embargo al instante los abro— no puedo Darren, soy vampiresa. Me tendrás que obligar.
—Intentalo
Le doy una mala mirada
—Necesito un sedante —él niega— si, es lo único que me ayudará a poder descansar. Ellos lo usaron muchas veces conmigo y tú una vez.
Lo escucho gruñir
—Era parte del plan
—Con más razón Darren, ahora te lo estoy pidiendo.
Niega y se levanta
—Ire por uno pero será cual mínima dosis. Quédate aquí.
Lo veo con burla y entonces desaparece de mi vista.
>No es que me pueda mover<
Paso mis manos por mi rostro varias veces y en tan poco tiempo, siento su presencia otra vez.
—Que rápido —ladeo la cabeza al verlo con un pequeño frasco con líquido verdoso y bajo mi atenta mirada vacía una pequeña dosis en una jeringa y se acerca a mí. Lo veo tomar asiento en la orilla de la cama sin actuar, así que estiro mi brazo— adelante mi rey— emito con burla— Darren, hazlo.
—No lo usaré otra vez en ti. Ya es demasiado Ayline.
Gruño por su cobardía y en un movimiento rápido, le arrebato la jeringa y yo misma me la inyecto en el cuello con brusquedad.
—Eso dolió —la retiro y la lanzo lejos— vez, fue tan fácil— acomodo mi cabeza en la almohada esperando a que haga efecto— no me veas así —se nota que se esfuerza en no perder su paciencia. Le sonrio mientras lamo mis labios— te veo doble.
—Te está haciendo efecto, con esa dosis bastará para que descanses un rato y te sientas mejor.
Asiento y poso la vista en el techo que se deforma a mí ver. Intento suspirar, preocupada llevo mi mano a mi garganta.
—No puedo respirar Darren
—Ya estás muerta —aleja mi mano
—¡Oye! —me quejo y ahora la llevo en mi pecho— ya no tengo corazón.
—Lo tienes pero no late —esta vez inmoviliza mis manos— cierra los ojos Ayline.
—No, no quiero —lamo mis labios, mis ojos están por cerrarse. Ladeo la cabeza y lo busco solo logrando ver su silueta borrosa— Darren ¿es demasiado pronto para decirte que... te amo? —no hay respuesta— quiero escuchar lo mismo de ti.
—No siento ese patético sentimiento
Su comentario me hace sonreír
—Claro porque... tú me odias —hago una corta pausa— pero ese es un sentimiento y tú vampiro frío lo sientes.
—Deja de hablar
Me quejo cuando siento su mano cerrar mis ojos a la fuerza, intento alejarlo pero esta vez, no vuelvo a abrirlos, me pesan demasiado.
—Vas a pagar por eso —lamo mis labios— cuando despierte... te voy a... comer a besos.
Sin soportar pierdo la conciencia, lo último que siento un casto beso en mis labios y una voz lejana que proviene de él al decir:
—Esperaré ansioso a que lo hagas bonita.
+++
🦇 D A R R E N 🦇
Tal vez me excedí en la dosis de sedante que usé en ella. Aunque me extraña siendo tan poca y le causó demasiado efecto.
Ayline sigue sin despertar y me estoy desesperando. Llevo aquí desde entonces, sin dejar de verla, a estas alturas sin dejar de caminar de un lado a otro por la habitación cuando ya lleva más de 15 inconciente.
Al completarse las 12, intenté despertarla con mi sangre y no funcionó. Insisti al moverla y no reaccionó. Incluso intenté quitarle ese maldito brazalete que creo que tiene que ver.
Y ya estoy perdiendo la maldita paciencia
No obstante, la veo mover su mano y luego su cabeza. Enseguida aparezco cerca de ella al ver sus ojos abiertos poco a poco siendo ese tono carmesí en ellos.
—Al fin despiertas
Ella deja de ver alrededor y ladea la cabeza con la vista fija en mí.
—¿Dónde estoy? —sus colmillos sobresalen al hablar— ¿Cómo llegué aquí? ¿Quién eres tú?
Hay confusión en su rostro
>Maldita sea<
Mantengo la calma y me siento lentamente en la cama a su lado sin embargo ella reacciona mal que al instante se incorpora en la cama sin dejar de verme alerta.
—Soy Darren, rey de este maldito Castillo
—¿Y cómo me refiero a ti? ¿Cómo un Valentains o un Collins? O simplemente Darren —la veo sonreír burlona.
—No estoy para tus malditas bromas Aylin —estoy por levantarme cuando su mano se enrreda alrededor de la mia.
—Era una broma, si te recuerdo a la perfección Darren. Solo quería comprobar y jugar contigo— gruño y vuelvo a tomar asiento en un intento de no verla— hubieras visto tu cara, aunque eres bueno. Inexpresivo ¿eh? Creí que no te había afectado— ríe y de reojo la veo acercarse a mi— me siento mejor.
—Al menos malditas 15 horas te bastaron
—¿Tanto? —giro a verla— bueno al menos valió. Ya no me duele la cabeza —humedece sus labios, el tono carmesí de sus ojos se intensifica — pero estoy tan sedienta.
—Necesitas esto —me safo de su agarre y tomo una copa de sangre lista del buró que considere necesario tener. Se la entrego, al instante la recibe y se la lleva a la boca.
—Mmm ya extrañaba la sangre —al probarla rápido la aleja— sabe horrible. No es tu sangre.
—Ya bebiste demasiado de mí, la sangre mortal te ayudará de igual forma.
—Pues no la quiero —la rechaza y me la entrega sin yo aceptarla— Darren, no la quiero. No me hagas esto.
—Es la única sangre que beberás apartir de ahora Ayline, estés o no de acuerdo.
La escucho gruñir y a regañadientes por esa sed que siente bebe con una mueca.
—No lo entiendes —la aleja nuevamente— somos diferentes. A mí la sangre humana me descontrola, por eso necesito la tuya.
—Te voy ayudar a controlarte
Niega varías veces y con repulsión observa la copa.
—Si yo bebo ¿tú lo harás?
—Aprende una regla del vampirismo. Ninguna vampiro comparte una copa de sangre en tales caso su comida.
—Yo no soy egoísta como tú —me extiende la copa— o me gusta romper las reglas. El Darren que conocí, lo hacía —ella misma pasa un dedo por el inicio de la copa— ¿Ya eres aburrido? —rie y coloca rastro de esa sangre en mis labios. Con malicia se aleja y deja la copa en el buró.
Levanto mi mano para limpiar esa maldita sangre sin embargo, al instante me detiene.
—Yo lo hago —se inclina lo suficiente para tener a escasos centímetros sus labios.
Y sin soportar más, al primer segundo ya estoy devorando sus labios con frenesí llevando mi mano a su nuca. Al segundo ya está ella a horcajadas sobre mí y al tercero ya mis malditas manos se mueven por su espalda con la intención de arrancarle ese maldito vestido.
Uso mis colmillos para morder sus labios y probar esas gotas de sangre y al instante ya soy débil ante ella.
—Llegué en el peor momento ¿verdad?
Reacciono y dejo de besarla. Al mismo tiempo vemos al responsable.
—No debe ser extraño para una hija ver a sus padres hacer este tipo de demostraciónes ¿es normal cierto?
—Se toca antes de entrar —mascullo con irritación mientras Ayline regresa a su lugar.
—Lo hice pero estaban tan ocupados que no escucharon —se adentra a la habitación—si vine fue a ver a mi madre y traje unos obsequios— muestra una botella.
—Es sangre —Ayline al instante aparece cerca de ella— la quiero— se la arrebata de la mala forma, la destapa y le da el primer trago. Enseguida hace una mueca y la aleja— es de humano.
—Lo siento madre, mi padre fue muy estricto en cuanto a eso. Solo tengo permitido darte esa sangre.
Me pongo de pie y ella vuelve a sentarse en la cama sin soltar la botella.
—Madre sé que estás sedienta pero esa sangre te ayudará. Es por tu bien, verás que pronto vas a controlar esa sed —Lizbeth se acerca a ella ocultando ese raro libro detrás de su espalda.
—Si me dejan a base de esa sangre ni siquiera voy a poder hacerlo. Jamás me voy a recuperar si él viene por mí —nos observa a ambos— Derek vendrá a matarme, no voy a poder atacarlo siendo débil— le da un trago a la botella.
—Y no lo harás, ni lo pienses Ayline. No vas a enfrentarlo. Por el momento no a aparecido aquí, nos da tiempo.
Ella baja la botella y niega varias veces
—Asi es mamá, no quiero perderte otra vez. No vamos a dejar que nada te pase. Te vamos a proteger entre todos —se sienta a su lado— podemos hablar de otra cosa, tengo mucho que contarte— pausa— cuando me convertí en vampiresa, pasé por tanto, tu muerte me afectó tanto que estuve apunto de herir a mi padre. Bueno lo hice, quise arrancarle el corazón.
Ella luce sorprendida y posa la vista en mí. De mi parte asiento y me cruzo de brazos.
—No eres la única que lo intentó
—Pero no se volvió a repetir, bueno hubo una segunda vez —Ayline regresa la vista en ella al escucharla— pero es que mi relación con mi padre es tan complicada mamá. De verdad lo intento y cuando se logró, él lo arruinó cuando se enteró que estaba embarazada de Owen, quiso matarlo —ella ríe al recordarlo— te contaré todo de Alina y todo lo que pase y quieras saber.
—¿Todo? —Lizbeth asiente— entonces quiero saber que pasó con Carlos ¿qué le hicieron? —su mirada recae en ella y termina en mí— ¿qué le hiciste Darren?
—Por mi hubiera acabado con su maldita existencia pero no había tiempo y no quedé a cargo.
Mi respuesta es suficiente para ella ver fijamente a Lizbeth.
—No entiendo porque preguntas por él
—Quiero saber —insiste Ayline
—Mamá —gruñe y hace una corta pausa— esta bien. Lo sedamos, quedó a nuestro cargo y después convenci a Esteban de llevarlo al cementerio —evita su mirada— y lo dejamos dentro de tu ataúd encerrado.
—¡Ana Liz!
—¡Tenía que pagar!
—Lo único que les pedí y no lo hicieron bien—mascullo con irritación.
—Dejarlo con vida —Lizbeth hace comillas con sus dedos— fue la mejor venganza. Al menos va a sufrir toda su eternidad ahí y no pienso dejarlo libre —fija la vista en Ayline— no merece tu lastima o perdón mamá, no después de todo lo que te hizo.
—No es eso hija, es solo que —se encoge de hombros— recodar me hizo darme cuenta que Carlos dejó de ser quien era en el momento que fue inmortal, también estoy enojada con él pero después de todo, estuvimos juntos todo este tiempo y quiero verlo —gruño al escucharla— cuando esté lista hablar con él y yo ser quien lo haga pagar ¿de acuerdo?
No hay respuesta de ningúno de los dos
—Cambiemos de tema —emite Lizbeth— mira, te traje algo que te ayudará —le entrega ese raro libro— es tu álbum de fotos, lo recuperé hace tiempo y siempre lo tengo conmigo.
Ayline le entrega la botella y abre las primeras páginas.
—Fue un regalo de Sara, recuerdo cada foto y... ¿qué le pasó a esta? —pregunta a medida que hojea.
—Sobre eso —Lizbeth cubre la hoja con su mano— tal vez cierta vampiresa las rompió cuando no estaba en su mejor momento. Estaba enojada contigo por irte y dejarme sola —aleja su mano— lo siento mamá, intenté repararlas.
—Lo entiendo hija, no importa —le sonríe y sigue pasando de hoja— recuerdo que en esa foto fue tú cumpleaños número 16 y no querías una fiesta.
—Estaba enojada por eso y tú me obligaste a una. Ahí me tomaste la foto con... Darki.
Ayline alza la vista
—Es raro que te hayas alejado de él ¿dónde está?
Las invade el silencio
—Muerto por culpa de Derek —respondo por ella.
—Hija...
—No importa mamá, ya no lo extraño tanto. Ya entendí que su tiempo se agotó y lo estoy superando. Me ayuda tener a Alina conmigo, a Owen, mi padre y ahora a ti.
Ayline le sonríe
Dejo de verlas y concentro la vista en la puerta.
Ambas siguen viendo ese maldito libro que no se percatan de esa extraña presencia. Sin emitir palabra, sin llamar su atención avanzo a la salida hasta salir y cerrar la puerta. Con velocidad me alejo de la habitación hasta detenerme a mitad del pasillo.
—Darren, ya iba a buscarte
Esteban se interpone en mi camino
—Estan aquí —le informo al sentir ese poder en un sitio del Castillo— avísale a todos, que Ayline no salga de la habitación y que hagan la barrera ahí.
—Ahora le aviso a Lezy, la prioridad es proteger a Noah, Alina y pequeña se suma a lista. Ten cuidado.
Enseguida Esteban desparece de mi vista
Gruño y con velocidad termino llegando a la sala. En el momento que abro la puerta y entro ya puedo sentir ese poder incrementar, incluso ver al maldito de Derek sentado en el trono con su informante a un lado.
Cierro la puerta de un portazo y alerta avanzo tres pasos.
—Supuse que vendrías pero no tan pronto— le hago saber causando su sonrisa siniestra.
—Tenemos un asunto pendiente sobrino, comenzando por recuperar lo que te llevaste. Rompiste un trato y me veo en la obligación de actuar en tú contra —comienza a hacer un molesto ruido con sus largas uñas contra la silla— tú me hiciste volver aquí después de siglos Darren, por ti es que acabo de salir de las sombras.
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