Capítulo 20 ✘ Es mi turno de salvarla
🦇 D A R R E N 🦇
Es tan diferente a la humana que era en el pasado, a quien conocí. Su apariencia es un total cambio desde sus colmillos visibles, al tono carmesí de sus ojos hasta su palidez y sin un corazón latente. No creí que la vería convertida en lo que tanto evité, le prohibi y ella no quería.
>Es una vampiresa<
>Y es igual a mí<
No dejo de pensar en lo sucedido recientemente con esa maldita sombra y con ella.
—Tú eres su verdadero creador
>Yo la convertí<
>Es mi culpa que sea así<
>Ha matado, ha bebido sangre humana, olvidando que ella en el pasado era una<
—¿Sientes arrepentimiento?
—No existe eso en mí
Su descontrol, su forma al beber mi sangre sin causarle asco más que satisfación. Su diferente comportamiento conmigo, con Lizbeth. Su odio erróneo...
—¿Darren? ¡Darren! —reacciono al escuchar la maldita voz molesta de Esteban y recibo sus miradas analizadoras— estás muy pensativo, quiero creer que es por pequeña pero ahora la prioridad es pensar una manera de salir de aquí con ella.
Asiento dejando a un lado mis pensamientos.
En este momento estamos los tres encerrados en esta maldita habitación donde no pueden escucharnos. Lizbeth sentada en una silla, su mano sobre el escritorio sin dejar de hacer un ruido desesperante con sus largas uñas, Esteban camina de un lado a otro y de mi parte estoy recargado en el escritorio, cruzado de brazos mientras aún me recupero y los recuerdos me invaden.
No he vuelto a verla a ella después de que la ví beber mi sangre, fue descubierta por mí y después se marchó con velocidad.
Han pasado tiempo desde que ellos se fueron, tenemos el tiempo en nuestra contra si queremos salir de aquí.
—No estoy seguro pero va casi una hora desde que se fueron —continua Esteban— de aquí a Rumanía es retirado, le calculo unos dos o tres días para su regreso y en ese lapso de tiempo, nosotros ya nos tenemos que estar aquí.
—¿Y cómo vamos a huir si hay una barrera que no lo evite? Además yo no pienso irme a ningún lado sin mi madre.
—Entonces hay que pensar en algo ¿ideas?
Nos invade el silencio mientras pienso un maldito plan.
>Ya no me cabe duda que Alina vio a Ayline en aquella ocasión en el bosque. Ella debió salir de aquí, ella debió cruzar la barrera, ella estuvo cerca y ahora le creo a la descendencia de Lizbeth cuando antes no lo hice y no creí que fuera ella<
—Ellos deben conocer el hechizo para destruir la barrera —hablo captando su atención— o hay que investigar algo que nos ayude a salir de aquí mientras regresan y si es necesario vamos a cruzar sin importar las consecuencias.
—Eso nos mataría o nos causaría demasiado daño.
—Seria la última opción Esteban pero debemos irnos antes de que ellos estén aquí y para eso hay que actuar y lo primero que hay que hacer es alejar a ese maldito mortal convertido de ella, con él cerca no vamos a poder llevarnola.
—Tienes razón, Carlos será un problema si desde que estamos aquí no la ha dejado sola.
—¿Y piensas matarlo para eso? Porque te recuerdo que para pequeña es su adoración y está de su lado. A nosotros nos ve como los enemigos.
—Esta equivocada, si ella se comporta así es por su culpa. Mi madre no es así —Lizbeth se recarga en la silla— todo sería más fácil si nos recordara.
—Y lo va a hacer
—No sabemos como Darren
Esteban comienza a caminar de un lado a otro.
—Quien le hizo esto, es el único que puede cambiar eso y por desgracia Derek no nos dió esa información.
—Pero hay maneras Esteban —logro que se detenga, causo la atención de los dos —ella está sedienta, le di una mínima porción de mi sangre, eso nos ayudará. Haré que me muerda y de esa forma podré mostrarle cada recuerdo del pasado.
—¡Si, es una buena idea! —espeta alegre Lizbeth.
—No, con eso la vas a obligar a recordar —emite Esteban con seriedad— será demasiado dolor para ella, ya suficiente tiene con lo que le han hecho. Pequeña no lo va a soportar.
—Mi madre es fuerte. Además esa sería la solución.
—¿Y las consecuencias Criatura? ¿La van a exponer otra vez al dolor? —él nos observa a cada uno— no, hay que pensar otra manera. Tal vez es la mejor pero mostrarle todos sus recuerdos será muy fuerte, colapsara su cabeza. Tal vez ni resista. Estábamos hablando de todo su pasado, además Darren tú solo le mostrarías los momentos que estuviste con ella, desde que la conociste pero ¿qué hay de su humanidad antes de que supiera de nosotros?
—Antes de eso no me importa, con tal de que me recuerde desde el momento que me conoció, con eso me basta.
Esteban gruñe
—Estuviste 17 años lejos de ella. No sabés que pasó exactamente aunque ella te hubiera mostrado una parte.
—Pero yo sí y lo recuerdo muy bien —Lizbeth se pone de pie y se cruza de brazos— me muerde y va a recuperar sus recuerdos incluso los que pasó conmigo.
—Son tal para cual —Esteban niega— a ver, con eso solo van a destrozarla. Son tantas cosas que pasó pequeña y de nuevo tendrá que recordar de la peor forma. Ambos no están pensando en ella, eso es ser egoísta.
—¡Egoísta lo que ellos nos hicieron! ¡Lo que le hicieron a ella! ¡Ellos son peores rubio!
—Y es por eso que nosotros debemos cambiar eso. Ayudar a pequeña de la mejor manera —hace una corta pausa— yo sugiero esperar. Cuando no la llevemos al Castillo tal vez recuerde algo, convivir con todos le ayude. Tal vez su memoria sea a corto plazo y revivir lugares, momentos y con quiénes formaron parte de sus recuerdos, le ayude.
Niego varias veces cuando no estoy de acuerdo con esa idea. Necesito que Ayline recuerde ahora todo, no esperar a que lo haga si ello llegara a pasar.
Lizbeth se nota dudosa y vuelve a tomar asiento.
—Creo que tienes razón rubio pero eso no cambia que debe regresar con nosotros al Castillo y no tengo la menor idea de como vamos a convencerla.
—Creo que él indicado sería Darren para eso.
Le doy una mala mirada a Esteban, me alejo del escritorio y avanzo unos pasos.
—Primero hay que seguir el primer paso, deshacernos de la maldita creación de Derek —me detengo y me doy la vuelta— sedantes, él dijo que los usó en Ayline. Si los encontramos, los podemos usar contra él, si hay armas mejor y después nos ocupamos de ella. La convenzo de irse con nosotros y le digo toda la verdad.
—Eso no me parece mala idea. Hay que buscar en cada rincón de este lugar.
—Tal vez encontramos el brazalete que usaron conmigo y los usemos en Carlos —espeta Lizbeth y se pone de pie— vamos, en marcha.
—Hay que ser cuidadosos, si salimos de aquí corremos el riesgo de ser descubiertos. Nos estarán vigilando.
—Entonces hay que pensar en una distracción —emito recibiendo sus malditas miradas. Gruño al notar sus intenciones— yo seré la distracción, mientras buscan dentro evitaré que ellos entren.
—Sera una excusa de ver otra vez a pequeña y estar cerca de ella.
Ignoro la burla de Esteban y con velocidad aparezco en la puerta.
—Se dan prisa, puedo soportar estar cerca de Ayline, pero de ese maldito dudo que me controle.
Dicho esto y prosigo a salir. Cierro la puerta de un portazo y por su presencia, me doy cuenta que están afuera.
Apenas salgo y avanzo unos pasos dando con ella a una distancia, esta vez lleva un vestido largo color blanco que hace contraste con su palidez, para mala suerte acompañada de ese maldito mortal convertido. Sin notar mi presencia, dándome la espalda mientras se alejan y los veo hablar.
Mi molestia incrementa al verlo tan cerca de ella, ver a Ayline sonreír y solo verlo a él.
>Controlate Darren<
Hago mis manos puños, me quedo quieto en mi lugar mientras agudizo mi audición:
—... ¿crees que tarden mucho en regresar?
—No tengo la menor idea Eli
—No debimos dejarlo ir solo con Darkiel ¿estás seguro que no te dijo el motivo?
—Solo mencionó un asunto con la Corte
—No lo sé Vlad, tengo un mal presentimiento. Tenemos que ir ayudarlo ¿y si la Corte le hace algo?
>Sería lo mejor para todos Ayline<
>No debería estar preocupada por esa maldita sombra<
—Derek es demasiado fuerte, ya verás que no. Deja de pensar tanto en ellos. Él está con Darkiel.
—No puedo y eso súmale que tenemos que soportar a sus invitados. Son tan extraños.
—Por eso prefiero que estés lejos de ellos —gruño cuando ambos se detienen y él toma su mano— después no tendrás que soportarlos. Derek los elimina y todo habrá acabado Eli.
Le sonríe
—Ya estoy olvidando que estaba molesta contigo. Aún así debiste decirme que los conocías.
—Lo suficiente para decirte que todo lo que te hemos dicho es cierto, son de lo peor.
>Ya quiero arrancarle la cabeza. Aseguro que más mentiras le ha dicho<
—Por eso hay que estar alerta, hay que regresar —ella está por voltearse cuando él la detiene del brazo— Vlad, hay que entrar. Hay que vigilar que planean.
—Que importa que estén adentro, de todas formas no pueden cruzar la barrera.
Ayline se acerca más a él y coloca sus manos en su pecho.
Me contengo en ir y alejarla de él
—No podrán si no conocen el hechizo y somos los únicos que los sabemos.
—Lo que lo saben no están aquí Elizabeth
Entonces percibo malicia en su mirada
—Hace un tiempo Vlad, mi padre me reveló el hechizo. De esa forma podríamos salir de aquí sin problemas.
Él la aleja un poco y la sostiene de ambos brazos.
—¿Cómo que te lo sabes? ¡Eli, eso es ... grandioso! ¿Cuál es? ¡Dímelo Elizabeth! —recibe su silencio— dime qué me lo dirás cuando nos vayamos de aquí, juntos, lejos de todos —la suelta y me clavo mis propias uñas al ver su maldita mano en su mejilla — Eli por favor...
—Asi será Vlad —retrocede unos pasos— aprendí mucho de mí padre en cada uno de nuestros entrenamientos y varios hechizos que me mencionó. Me ayudó a controlar mi don ¿quieres ver?
Recibe su asentamiento
La veo retroceder tres pasos, levantar ambas manos con las palmas hacia abajo. Cierra los ojos mientras la veo con atención.
Tan concentrada en sea lo que planea hasta que percibo un leve aire mover las hojas a su alrededor, incrementa su fuerza, aumenta el viento logrando un remolino.
—Mejoras cada vez más
Ella abre los ojos y le sonríe luciendo sus colmillos.
—Es suficiente —espeto entredientes y con velocidad aparezco cerca de ellos— realmente me sorprendes.
Notan mi presencia y ignoro la mirada de desprecio que recibo de él pero de ella, no la tolero.
—¿Qué es lo que quiere?
—Solo observo —concentro la vista fija en ella— veo que eres fuerte, beber sangre te a ayudado. Tal vez una sangre especial —le sonrío con malicia cuando la veo incómoda. Aún recuerda nuestro trato.
—Vayase, no es necesario que esté aquí
—Quiero que me demuestres algo
—Darren, será mejor que te vayas
Sin verlo gruño al escucharlo
—No estoy hablando contigo
—No le hable a Vlad de esa forma
Curvo una media sonrisa al escucharla.
—En eso no haz cambiado
—Darren
—¿Quieres ver algo de verdad sorprendente? —ignoro el llamado de ese maldito convertido. Doy un paso adelante, alerta me observa sin recibir alguna respuesta— sabes que el fuego es siempre un arma letal contra nosotros, usada nos puede causar una sufrible muerte.
—¿A qué viene eso?
Me volteo sin darle una respuesta, lo observo a él, levanto mi mano dejando una llama de fuego crecer en el centro de mi palma e incrementar causando su curiosidad y sorpresa. Basta un rápido movimiento para dejar caer una cantidad de fuego al suelo y rodearlo a él en un círculo.
—¡Vlad! —alerta retrocede— no te muevas, te sacare de ahí—regresa la vista en mí— usted lo hizo, será quién lo salve del fuego.
—Prefiero ver como se vuelve cenizas
Gruñe pero no me ataca aunque su mirada lo dice todo.
—Eli tranquila, voy a estar bien...
—Suenas seguro —giro a verlo y logro que el fuego crezca hasta que él se cubra con los brazos.
—¡Ya es suficiente!
Me toma desprevenido su empujón a varios pasos. Apenas recupero el equilibrio cuando la veo cerca del fuego, extiende sus manos y con su don lo controla hasta no quedar ni una pizca de fuego.
—¿Estás bien Vlad? —corre a abrazarlo, se aleja al instante y lo jala unos pasos fuera del círculo.
—Gracias, estoy completo —gira a verme— ni con eso vas a derrotarme Darren, siempre quieres impresionarla ¿verdad? —me obligo a controlarme cuando lo veo acercarse — lastima que siempre elige al correcto.
—A base de mentiras solo está contigo porque de otra forma ya hubieras perdido. Esto no es nada con lo que mereces, ni siquiera estamos a mano cuando haré lo que sea con tal de arrancarte esa maldita cabeza.
Y antes de actuar ella se interpone entre los dos, nos observa con confusión.
—Eso si se lo permito. Deje de amenazar y váyase lejos de mi vista.
Poso la vista en ella
—Te estás equivocando, mala elección Ayli... Elizabeth —me obligo a llamarla así— cuando te des cuenta de quién es, tu misma querrás destruirlo.
—No, porque eso es lo que haré con usted
—¿Por qué? Tienes una mala idea de mí
Sonríe con burla y se cruza de brazos
—Es un rey despiadado, cruel que usa a los humanos como esclavos. Además que está unido a la Corte para destruir a mi padre y a mí y no dejaré que eso suceda porque antes, usted morirá.
—Lo que creí, más mentiras —le doy una rápida mirada a él y regreso la vista en ella— en parte es cierto, no pretendo ser un vampiro bueno, he hecho tanto daño. Tengo una infinita lista de muertes, soy debil ante la sangre, me descontrolo y los veo solo como mi alimento aunque con una humana era la excepción, pero nombrarme un vampiro que no seas así, porque los tres somos así, tu haz matado de la misma forma que nos obliga nuestra naturaleza.
La veo agachar la cabeza
—No vas a hacerla sentir mal Darren si es lo que planeas.
—Mi intención es que se de cuenta que aquí hay un maldito monstruo peor que yo.
Me molesto más cuando la abraza y ella levanta la vista sin lucir afectada más que maldad en su sonrisa.
—Darren, hay noticias —nos interrumpe Esteban— entra.
Dejo de verla y me doy la vuelta sin agregar más. Paso por su lado y tan pronto me alcanza.
—Controlate, eso va a cambiar
—Ya quiero matarlo —es lo único que digo cuando corro con velocidad hasta entrar y detenerme dentro del maldito despacho. Gruño y avanzo hasta el escritorio.
—No pierdas la paciencia, tan pronto podrás vengarte de él —con velocidad lo veo aparecer frente a mí que me obliga a detenerme— búscamos y búscamos y encontramos los sedantes —se aparta logrando ver varios frascos pequeño sobre el escritorio con ese líquido verdoso y otros con un líquido oscuro— además, encontramos algo mejor, tu hija está por venir.
Y apenas termina de decirlo cuando la puerta se abre, percibo la presencia de Lizbeth y aparece cerca del escritorio con más frascos y los deja con el resto.
—Son todos los sedantes y esto —se voltea y me muestra una clase de aro de gran tamaño — creemos que es un collar mágico o bueno así le puso Esteban. Se parece al brazalete que me pusieron, no encontramos alguno, pero ésto podemos usarlo contra Carlos —sonrie con malicia.
—La idea es colocarselo, ojala se debilite y usar tantos sedantes en él y después te daré el permiso de arrancarle la cabeza.
Asiento y me acerco a Lizbeth
—¿Está abierto?
—Si, lo encontramos oculto dentro de un ataúd, estaba en una habitación con todos los sedantes.
—Tienes una hija muy inteligente —espeta Esteban y lo veo darse la vuelta y revisar cada frasco —¿Cuál es el siguiente paso?
—Traer a Ayline hasta aquí
...
Los próximos minutos preparamos todo mientras les repaso el plan. Lizbeth es la primera en actuar y hace poco se a marchado de aquí. Con ayuda de Esteban le voy entregando cada jeringa que ellos encontraron con una cantidad de sedantes.
—Queda pendiente que me cuentes sobre como te sientes con la nueva pequeña. Lo que sientes al verla de nuevo, su renacer y que sea vampiresa.
—No es momento
—Ya sé que solo quieres salvarla pero...
—Te recuerdo que no hay tiempo para perderlo en una maldita conversación —lo interrumpo, termino de vaciar los frascos y los lleno con mi sangre.
—Es algo que tiene que ver contigo y pequeña. Quiero saber —lo ignoro— sabés que tienes una suerte, muchas felicidades su alteza.
—Concentrate Esteban
Lo escucho reír
—Lo siento es que me emociona tener a nuestra pequeña de vuelta. Espero que esto funcione.
Gruño y cierro el último frasco, giro a verlo dejando que la herida en la palma de mi mano, sane.
—Borra esa mirada que ambos sabemos que pequeña será toda tuya —lo veo darse la vuelta y silbar.
—¡Lo hice! ¡Ya viene! —me volteo al escuchar la voz de Lizbeth y la veo cerca de la puerta.
Rápido reacciono
—Hay que llevar el plan en práctica, te estaremos esperando afuera —espeta Estaban y con velocidad toma las jeringas, algunos frascos y aparece cerca de Lizbeth —suerte amigo.
Y dicho esto ambos salen y cierran la puerta de un portazo.
Pasan alrededor de cinco segundos cuando de nuevo la puerta es abierta esta vez entrando Ayline.
—Tu hija es tan terca, me hartó así que aquí estoy ¿Qué quiere hablar conmigo su alteza? —sonrie burlona mientras se adentra, cierra la puerta y avanza hasta mí— no voy a discutir con usted.
—No es la idea, prefiero hablar solo contigo sin la presencia cerca de tu maldito niñero.
—Vlad es más que eso, confío plenamente en él.
Gruño y retrocedo hasta chocar con el escritorio.
—Si te llamé es porque quiero proponerte un nuevo trato o usar mi cupón del trato que hicimos —ella se detiene en el centro y se cruza de brazos— mi sangre a cambio de lo que yo quisiera pedirte ¿lo recuerdas?
—Y supongo que me vas a pedir algo ahora
Asiento
—Tu sabés el hechizo para destruir esa barrera y huir de aquí y no trates de negarlo que te escuché —esta por hablar cuando sella sus labios nuevamente— dímelo.
Niega varías veces
—Para que logres irte con los tuyos. No es tan fácil. Aunque seas un rey aquí las cosas son como mi padre lo ordena. Así que no te lo diré y no se irán hasta que él esté aquí otra vez.
Percibo su seriedad
—Crei que dirías eso, que te negarías por eso pensé en negociar contigo —con mi mano busco los cinco frascos detrás de mí y logro tomar uno— eres una vampiresa demasiado inteligente para ver su bien propio.
—No lo entiendo ¿qué intenta hacer?
Le permito ver el frasco captando su atención.
—Mi sangre se encuentra almacenada en estos cinco frascos, puede ser tuya a cambio de mi libertad.
—Lo que sé, vale más que un poca porción de su sangre.
Le sonrio con malicia
—Lo sé, por eso estoy preparado —tomo otro dejando cada frasco en cada mano— dos a cambio del hechizo —la escucho reír y negar— que lastima —dejo caer los frascos hasta que se extrellan en el suelo dejando un charco de mi sangre.
La burla desaparece de su mirada, hay seriedad al ver de la sangre en el suelo, a mí.
—Es un desperdicio de su sangre
—No soy quién más la necesita
La escucho gruñir
Entonces tomo otros dos
—¿Me lo dirás? —niega despacio y repito acción.
Logro su molestia, sus colmillos crecen más y el tono carmesí de sus ojos se intensifica al oler mi sangre. Estoy seguro que lucha contra esa sed.
—Es tan fácil y obtendrás lo que quieres —tomo el último frasco— te escucho— esta vez no niega, no deja de ver alerta él frasco— no creo que sea capaz de beber mi sangre del suelo.
—Eso sería humillante —espeta entredientes. Curvo una media sonrisa y finjo dejar caer el frasco pero rápido lo atrapo— no.... no lo haga.
Hay desesperación, distingo la misma desesperación por la sangre. Compruebo que tenía razón. Aylin es débil en este momento, sin algún control y es capaz de hacer lo que sea por obtenerla.
—El hechizo ¿cuál es?
—Si se lo digo... —gruñe— voy a necesitar más sangre.
—Tendras la cantidad que quieras —le hago saber y al instante la veo aparecer a un lado de mí, retrocedo y oculto el frasco en mi mano sin dejar de verla.
Ella aparta la vista, busca con desesperación en un cajón del escritorio hasta dejar a la vista una hoja y con una fina pluma la veo escribir.
Me acerco alerta notando solo símbolos que no reconozco.
—Listo, ahí lo tiene —me desliza la hoja— dámelo.
Niego
—¿Qué dice? Traducelo —gruñe— vamos, hazlo por tu cura —le muestro el frasco.
La escucho maldecir y vuelve a escribir, ladeo la cabeza leyendo con atención el hechizo.
Al acabar, levanta la vista y extiende su mano en mi dirección.
—Su sangre, ya tiene lo que quiere pero le aviso que ni yo, ni Vlad los vamos a dejar escapar.
Le acerco lentamente el frasco
—Por eso me veré obligado a actuar antes de que eso suceda —con fuerza sostengo el frasco que se hace añicos en mi mano derramando la sangre.
—¡Noo! ¡Lo... lo juró! ¡Me engañó! —desprevenido siento su mano rodear mi cuello y empujarme hasta chocar con el escritorio— me dará su sangre.
—Tienes que controlarte —gruñe y ejerce más fuerza— sueltame, no voy a atacarte— veo con atención sus ojos rojizos— te daré más sangre... dejaré que me muerdas y bebas toda la que necesitas... cada gota... —gruño cuando incrementa su agarre hasta que al fin me libera y se aleja dos pasos.
Llevo mi mano a mi cuello
—Me sigues sorprendiendo —sin evitar le sonrío cuando en ella sola hay seriedad y esa mirada de querer arrancarme la cabeza.
—Cumple tu parte
Asiento, bajo mi mano y me enderezco
—Puedes hacerlo
Su vista se desvía y se concentra en mi cuello. Se demora en hacerlo. Por un instante creo que no lo hará cuando con velocidad aparece muy cerca de mí y al instante me ataca encajando sus colmillos en mi cuello. Gruño al sostenerla de los brazos y antes de que beba más cantidad, busco en mi bolsillo el sedante y en un rápido movimiento se lo inyecto en el cuello hasta lanzar la jeringa vacía al suelo.
Ella deja de beber, pierde fuerza poco a poco al punto de estar débil y alejarse lentamente.
—¿Por... por qué? —susurra y antes de que caiga al suelo inconciente, la atrapo entre mis brazos.
La veo con atención, sus ojos de encuentran cerrados.
—Aylin— la zarandeo un poco— ¿Ayline? —gruño y con velocidad la llevo hasta la silla del otro lado del escritorio y la dejo sentadas, recargando su cabeza en el respaldo —tenia que hacerlo, voy a salvarte— me tomo el tiempo de acariciar su mejilla, tenerla tan cerca para admirarla— mi bonita.
Rápido me alejo, tomo la hoja, con velocidad aparezco en la salida y trás una última mirada salgo hasta cerrar la puerta con seguro y salir de la mansión.
Afuera me encuentro con Esteban y Lizbeth vigilando a ese maldito recién convertido.
—No será problema —espeto en cuanto me coloco a su lado.
—Que bueno porque creo que ya sospecha —espeta Esteban sin dejar de verlo.
Él deja de caminar de un lado a otro y se voltea. Con velocidad aparece frente a nosotros.
—¿Dónde está Aylin?
—Muy lejos de ti —le responde Esteban
Gruñe al ver a cada uno
—¿Qué le han hecho? —intenta entrar pero con un empujón se lo impido— algo traman y fuí estúpido al no darme cuenta —su apariencia es evidente— no la tendrán, antes te elimino Darren.
Esta por atacarme cuando Lizbeth se lo impide. En esa parte de plan, no estaba de acuerdo.
—¡Carlos ya basta! No te lo voy a permitir
—Alejate Ana Liz o también saldrás dañada
Ella sonríe con malicia, noto el sedante en sus manos que oculta detrás de su espalda.
—El que saldrá perdiendo eres tú —avanza un paso— Carlos escúchame, no harás nada en mi contra porque será algo que mi madre no te lo perdonará.
—Ella no te recuerda, nunca tuvo la hija de un monstruo.
Lizbeth hace sus manos puños, tal vez le afectó pero se concentra en el plan.
—Jamas olvidaría a su hija, me va a recordar y a ti, odiar como siempre —capta su fija atención— ahora no harás nada en nuestra contra más lo único que yo te pida ¿de acuerdo? —en un segundo él ya está en trance y asiente— no hagas esto más difícil Carlos y usa esto en ti— le entrega el sedante que acepta— hazlo, sentirás lo mismo que tanto le hicieron a ella.
Lentamente acerca la jeringa a su cuello, alerta lo veo y está apunto de hacerlo cuando se detiene.
—No funciona conmigo Ana Liz —la usa en ella.
Con velocidad intervengo, lo lanzo lejos y recurro a Lizbeth.
—Estoy bien, no lo usó todo en mí. Solo estoy un poco mareada —gruñe al dejar caer la jeringa— no puedo controlarlo.
Gruño y giro a verlo, Esteban ya lo está atacando aunque está en desventaja.
—Prepara los sedantes
Aparezco cerca de ambos, detrás de él y rodeo su cuello con mi mano. Lo hago retroceder alejandolo de Esteban que le da tiempo de su herida en el abdomen sanar.
—No te saldrás con la tuya Darren
—Es todo lo contrario —con brusquedad le quiebro el cuello y lo dejo caer al suelo inconciente. Giro a verlos — los sedantes rápido.
Los tres actuamos y soy el primero en acercarme a él con el maldito collar sin embargo estoy por colocarloselo cuando reacciona, se incorpora y atraviesa su mano en mi pecho.
—No me mataran tan fácil
Gruño y antes de que llegue a arrancarme el corazón le coloco el collar logrando que se aleje, de nuevo caiga al suelo y comience a quejarse con intención de quitárselo.
Reviso mi herida, por suerte comienza a sanar.
—¿Estás bien?
Asiento cuando Lizbeth se acerca y extiendo mi mano.
—Hay que hacerlo ahora
Cuando él deja de moverse, quejarse le inyecto cada sedante con brusquedad en su cuello, ellos lo usan en sus brazos hasta que le hacen efecto y cierra los ojos esta vez sin despertar.
—Funcionó, ahora hay que deshacernos de él.
Me pongo de pie mientras él yace en el suelo. Las venas resaltan gran parte de su rostro.
—Llevenselo, tengo que regresar por Ayline, no tardará en despertar. Pueden matarlo, no me importa lo que hagan con él —busco la hoja y se la entrego a Lizbeth— con esto podrán cruzar, váyanse y nos vemos en el Castillo.
—No te olvides de llevar a mi madre
Lizbeth se acerca a la barrera y la escucho pronunciar el hechizo. Esteban se coloca a mi lado sin ningún dejar de ver la barrera. Cuando ella termina, no sucede nada los próximos tres segundos hasta que hay un extraño ruido y de pronto la energía que la cubre, se exfuma.
—Ya no hay barrera —emite Esteban y se acerca y lo comprueba con su mano— creo que lo logramos.
—Ten, te ayudará —Lizbeth se acerca a mí y me entrega la hoja— gracias por salvar a mi madre —se voltea en dirección a Esteban— vámonos rubio, carga a esa basura y huyamos de aquí.
Veo a Esteban acercarse a él con velocidad, lo arrastra sin piedad hasta retroceder y cruzar sin problema.
—Adiós, no tarden demasiado —me dice Lizbeth y en el momento que cruza, la barrera vuelve a sellarse.
🦇 A N A L I Z🦇
Es extraño que no pueda verlo por medio de esa barrera. Tal vez sería el mejor momento para llorar pero ya lo hice por mi madre. Además confío en mi padre y sé que lo logrará, solo tiene que convencer a mi madre de regresar al Castillo y otra vez los tendré a los dos juntos de vuelta.
—Criatura ¿todo bien?
Me volteo al escuchar la voz del rubio
—Exelente —me encojo de hombros— el plan funcionó y somos libres. Vamos a regresar con Alina y tú con Noah —le doy una mala mirada a Carlos — pero antes tenemos un asunto pendiente.
—¿Qué hacemos con él? ¿Lo prefieres sin corazón o sin cabeza?
Fijo la vista en Esteban
—Ninguna, sería una muerte muy rápida cuando quiero que sufra por mucho —una idea se me ocurre— veníamos aquí por las cenizas de mi madre, con la intención de regresarla a su ataúd, en su tumba ¿cierto? Y si bien recuerdo, hay un ataúd vacío y Carlos es el indicado para ocuparlo —sonrío con malicia al verlo sin compasión— iremos antes al cementerio.
—Ya entendí tu idea, eres mala Criatura. No cabe duda que eres hija de Darren.
—Calla rubio —digo burlona— mejor hay que ponernos en marcha e irnos —lo dejo a cargo del maldito de Carlos mientras con velocidad me dirijo rumbo al cementerio.
+++
—En memoria de Ana Aylin Villanueva del Río. Pensar que hace meses estábamos aquí en su funeral sufriendo su pérdida.
—Lo cuál fue falso porque mi madre está de vuelta, nunca murió o está más viva que antes al ser inmortal —con un rápido movimiento destrozo su lápida— no más su tumba —giro a ver a Esteban, me entrega una pala— que sea rápido antes de que despierte.
Le doy una rápida mirada a Carlos que sigue inconciente a un lado de la tumba y tan pronto comenzamos a cavar más y más profundo hasta ver el ataúd. Ya dentro del hoyo, alejo toda tierra y lo abro.
—¿Segura que quieres hacer esto Criatura?
—Si y tú serás mi cómplice
—Por supuesto, se lo debo a pequeña. Para mí fue una sorpresa verla de nuevo —giro a verlo— con su muerte, no le ví sentido a mi eternidad. Ya son tantas muertes que acabaron conmigo y aunque te ayude o los tenga a todos, no era lo mismo. No hasta que llegó Noah a darle esa importancia a mi inmortalidad. Si hubiera dejado de ser un vampiro, estaría en el infierno y no podría ver esto, ver a tu madre ser parte de nosotros. Ya es parte de nuestro mundo.
Le sonrio
—Ella ya formaba parte antes en el momento que se enteró de su existencia —hago una corta pausa— son tantos que aprecian a mi madre y su regreso, fue lo mejor —limpio una lágrima rebelde de mi mejilla izquierda— anda, ya ve por Carlos.
Y en tan poco tiempo, Esteban regresa con él, lo ayudo a dejarlo dentro del ataúd.
—Cuando despierte, no podrá salir. Sentirá que lo enterramos casi vivo.
—Merece esto y más rubio
Le doy un último vistazo y cierro el ataúd con fuerza.
—Acabemos con esto, hay que darle una linda tumba y regresemos al Castillo.
Con velocidad salgo, tomo la pala y comienzo a lanzar tierra. Al instante él me imita.
—Criatura
—¿Si? —encajo la pala en la tierra
—Esto debe ser un secreto, ni pequeña cuando recupere la memoria debe saberlo.
Asiento y sonreímos cómplices
—Para todos, Carlos ya está muerto y un tal Vlad, descansa eternamente en un ataúd.
🦇 D A R R E N 🦇
En cuanto se marchan regreso adentro con velocidad. Cierro la puerta cuando llego con ella, por suerte aún no despierta. Al instante aparezco cerca y la reviso.
—Mi Ayline —acaricio su mejilla, deslizo mi mano por su rostro hasta rozar sus labios con los dedos de mi mano y dejo de hacerlo cuando comienza a moverse.
Me alejo un paso atrás y la veo con atención cuando abre sus ojos poco a poco hasta ver claramente ese tono carmesí.
—Hasta que despiertas —le sonrío
Confusa me observa
—Me sedó —mira alrededor— si lo hizo — se inclina un poco en la silla— va a pagar — gruñe cuando se levanta y estoy por ayudarla cuando me lo impide— no me toque.
—Tenia que hacerlo
—¿Para salirse con la suya? Que tan equivocado está —se apoya del escritorio— Vlad ¡Vlad!
—No te escuchará. De hecho ya está lejos de aquí —gira a verme.
—¿Qué le hizo? ¡Responda!
—En primera, no te refieras a mí de ese modo —doy un paso adelante cortando toda distancia— tu misma dijiste que aquí no soy un rey más que un vampiro y en cuánto a tu maldito compañero, no nos va a interrumpir y no lo verás. De hecho, estamos solos, los míos se han ido.
Cuando se recupera se voltea quedando frente a frente.
—Escuchame bien Darren, no voy a dejar que logre lo que quiere. De mi cuenta corre que será el único que no saldrá de aquí hasta que mi padre regrese.
—Oh podemos irnos juntos —enarca una ceja— acepta irte conmigo a mi Castillo. Si vienes conmigo tendrás la libertad que quieres, dejarás de estar encerrada y te daré toda la sangre que necesites.
—No iré contigo a ninguna parte y mucho menos me vas a chantajear con algo que es mí debilidad —me acerco un poco a su rostro sin embargo ella aleja su cabeza a toda costa— sé que eres de lo peor. Él enemigo.
—Tienes unas ideas erróneas de mí. No soy así.
Ríe sin ánimos
—¿No pretendes eliminar a mi padre? ¿Me dirás que es lo contrario?
—Eso si es cierto, él se lo merece después de todo lo que me ha hecho pero tú, no pretendo hacerte daño —con rapidez tomo su mano y la entrelazo con la mía— ves eso, nuestro anillos tienen un significado. Confía en mí y ven conmigo a mi Castillo.
Los observa con el ceño fruncido, ambos brillan.
—Es porque somos familia, soy una Valentains al igual que tú. Solo es eso —se safa con brusquedad y retrocede empujando la silla— no te me acerques, aléjate.
—Escuchame —avanzo
—¡No! ¡Dije que no avance!
—Se que estás confundida y todo te lo voy a explicar.
—Con sus palabras no me va a manipular
Niego mientras sigo avanzando hasta dejarla acorralada al chocar con la pared.
—No de un paso más
—¿Me temes? ¿Es eso? O no soportas mi cercanía ¿Tanto te afecta?
—Ya cállese
Apoyo mis manos de cada lado de su cabeza y me inclino un poco.
—No sé que trata de hacer —susurra— pero se está confundiendo.
—No lo hago, sé lo que quiero y en este momento deseo ... besarte.
Bajo la vista en sus labios
Aylin luce inmóvil y sin pensar en las consecuencias, me olvido de la situación de riesgo, el tiempo y me acerco lo suficiente a su boca hasta sellar mis labios con los suyos. Solo es un simple roce, sin ella reaccionar. Sin dejar de vernos mutuamente hasta que me alejo centímetros.
Vuelvo a intentarlo, otro casto beso y esta vez la obligo a entreabrir sus labios. Al final acepta, se rinde y a mi ritmo comienza a moverlos al punto de comenzar a besarla con desesperación cerrando los ojos y colocar una de mis manos en su nuca y otra en su cintura.
Gruño contra su boca al sentir nuestros colmillos chocar siendo un nueva sensación y experiencia. Ambos probamos las gotas de sangre hasta que ella corta el beso y me empuja un poco dejando sus manos en mi pecho.
—¿Qué me está pasando?
La escucho decir, me jala con brusquedad y vuelve a besarme con desesperación. Esta vez coloco mis manos en su cintura, la atraigo más hasta mí y con velocidad nos movemos hasta chocar con la puerta. En el transcurso sin dejar de besarla y enseguida deslizo mis manos por su cintura, con mis uñas rasgando parte de su vestido mientras ella rasga mi camisa de la espalda.
—No —gruñe contra el beso y me aleja— esto está mal pero... —muerde sus labios— lo necesito.
Sus manos se colocan en mis mejillas, ignoro al sentir sus largas uñas encajarse y la vuelvo a besar con desesperación.
Con velocidad salimos de esa maldita habitación, nos detenemos a mitad de las escaleras y la empujo a la pared sin dejar de besarla mientras mis manos buscan desesperado el cierre de su vestido y lo deslizo lentamente.
—Ven conmigo —me obliga de dejar de besarla, sujeta mi mano y con la misma velocidad cambiamos de lugar hasta entrar a una habitación.
Me suelta para cerrar la puerta y con rapidez aparece frente a mí con una mirada divertida mientras ella misma baja un poco su vestido hasta sus hombros dejando estos al descubierto. Tengo una mejor vista de su cuello como su lindo físico al ser vampiresa. Más hermosa a como era.
Me es difícil pensar con claridad, concentrarme en el plan cuando lo único que quiero es arrancarle ese maldito vestido y hacerla mía de una vez por todas.
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Nota de autora:
Continuará... Soy cruel un poco... Les adelanto que el próximo capítulo será +18 🔥 lo más detallado posible, se vienen sorpresas. Aylin recupera la memoria!!!
También les aviso que ya hay un extra de Halloween en LPUV al final de la historia.
Nos vemos en el próximo capítulo el 10 de noviembre para celebrar el cumpleaños oficial de Aylin.
Los invito a leer mi Nueva historia ENTRELAZADOS de fantasía con seres sobrenaturales.
Con esto me despido FELIZ DÍA DE MUERTOS 🖤🦇🍷
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