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Capítulo 11.5 ✘ Por el diario

✨ Narradora Omnisciente ✨

—Ya está hecho mi Señor, el mensaje a sido enviado. Todo salió tal cual como me lo pidió— le informa su informante— tenia razón, su sobrino hizo exactamente lo que predijo. Fue capaz de abrir el ataúd —da un paso adelante y curva una media sonrisa.

—Cada paso está yendo perfectamente —le responde ese antiguo vampiro— y apenas es el principio.

—¿Necesita que haga otra cosa por usted? Lo que sea mi Señor

Él sentado en su silla, trás su escritorio sonríe con malicia dejando a la vista sus largos colmillos.

—Lo siguiente, haz lo que tengas que hacer —se levanta con velocidad sin embargo enseguida se apoya del escritorio— su cordura durará muy poco.

Darkiel asiente

—Enseguida me pongo en eso, regreso en cuanto antes.

Dicho esto y se da la vuelta. Apenas avanza dos pasos cuando se detiene y se medio gira.

—Mi Señor ¿se encuentra bien? Lo noto débil —lo mira con preocupación— desde lo de Elizabeth, no se a alimentado.

Él observa sus propias largas uñas

—Bebere cuando lo requiera necesario. He soportado más de un siglo sin alimentarme como es debido —gruñe y regresa a tomar asiento.

—Asi no se podrá enfrentar a sus enemigos. Debe estar fuerte para vencerlos y lograr lo que quiere.

—Haz olvidado que todos son débiles ante mí. No hay nada que me destruya. Sigo siendo el más fuerte del reino vampírico.

Sin embargo, su informante insiste

—Le afectó lo que le hizo a la señorita Elizabeth —él niega dos veces— lo hizo mi Señor. Esa vampiresa le recuerda a su hija. Realmente le preocupa.

—Pierdes el tiempo. No cambiaré mis planes, la voy a perder. Ella tendrá que descansar eternamente —su semblante se vuelve serio— haz lo que te ordene sin fallar.

Darkiel asiente sin insistir con el tema.

—Permiso mi Señor —se voltea y con velocidad abandona la sala dejando a ese vampiro en la soledad.

Apenas sale de la mansión se transforma en ese peculiar cuervo y emprende vuelo rumbo al Castillo sin detenerse con un solo propósito.

(...)

—Permiso denegado, antes debe identificarse —le informa un guardia sin dejar de verlo alerta.

Darkiel en su transformación normal les sonríe dejando sus colmillos expuestos.

—Sin obstáculos —pronuncia y observa a dos guardias. Les sonríe con malicia y con velocidad ataca a cada uno. Se encarga de clavar sus colmillos en su cuello, debe con prisa y culmina al alejarse y arrancarles el corazón hasta que se convierten en polvo.

Al lograr la primera fase de su lado plan, sin arrepentimientos entra al Castillo y con velocidad llega al pasillo. Con tranquilidad avanza alerta sin dejar de ver alrededor mientras ignora y se escabulle entre la multitud de vampiros. Se concentra en un solo objetivo: el rey.

Lo busca en cada rincón del Castillo hasta dar con él. Se detiene a principios de escaleras que dan acecceso a los calabozos. Sonríe con malicia al escuchar claramente las súplicas, llantos y gritos de cada mortal esclavizado.

Agacha la vista y observa sus manos. Se toma varios segundos y cierra sus ojos esperando el cambio. Al abrirlos, sonríe satisfecho y alza la vista. Listo como el primer enemigo del pasado.

Alerta baja las escaleras, le cuesta ocultar su fuerza, controlar su energía y adaptarse a su nueva forma sin embargo sigue avanzando hasta detenerse en una celda especial. Ignora a los otros mortales de las otras celdas que yacen en el suelo, algunos con vida, débiles, otros con marcas de colmillos y el más importante; un mortal que ese vampiro sostiene sin dejar de succionar cada gota de su sangre.

Da otro paso, ladea un poco la cabeza y permanece detrás de él sin entrar a la celda.

—Mirate, te pareces tanto a mí —pronuncia en el mismo tono siniestro.

Él se aleja del mortal, ignora su mal estado y con un rápido movimiento mueve su cabeza con brusquedad hasta dejarlo caer al suelo sin vida.

—Eres el rey, que tanto yo era —agrega y capta su atención.

Darren lentamente se voltea, inexpresivo lo observa sin evitar analizarlo con atención.

—Salvatore —pronuncia entredientes, sin ocultar su apariencia de vampiro avanza hasta salir de al celda. Sus ojos aún mantienen ese tono carmesí como sus colmillos siendo evidentes. Se detiene a unos pasos cerca de él— ya no existes, yo mismo te maté.

Él le sonríe con malicia

—Nada cambia que seas mi hijo, un Valentains.

Darren niega varias veces

—No soy nada tuyo y no eres real —dicho esto y se voltea. Camina por el pasillo ignorandolo hasta la salida.

Él confundido hace una mueca y con velocidad aparece en el primer escalón de las escaleras y vuelve a cambiar.

—Pagaras por todo Darren

Él susodicho se detiene frente a él y gruñe. Hace sus manos puños al verlo.

—Ya estás en el infierno Vicens —curva una media sonrisa— donde perteneces.

El cambio baja el escalón.

—Nunca debiste enfrentarnos. Mi hermano te vencerá.

—No perderé mi tiempo contigo, con una maldita sombra del pasado —con molestia Darren lo esquiva y sube las escaleras. Se detiene en el último escalón y añade: no me arrepiento de tu muerte, lo mercerías. De hecho voy a acabar con cada maldito hermano Valentains, lo logré con dos y sigue Derek.

Se voltea sin lograr verlo más, observa alerta por el pasillo por largos segundos hasta voltearse y marcharse de los calabozos.

(...)

Darren entra con prisa a su habitación. Su mano permanece en la puerta, él en su sitio sin moverse mientras maldice e intenta controlarse.

Sin notar su presencia hasta que se voltea sin evitar la sorpresa en su rostro, a la vez la confusión y la molestia.

—Ya no existes —pronuncia sin dejar de verla.

—Estoy aquí Darren —ella avanza alejándose de las puertas del balcón— nos volvemos a ver —le sonríe dejando visibles sus colmillos.

Darren niega varias veces sin dejar de verla de pies a cabeza.

—Estas muerta Ayline ... lo estás

Sin embargo no deja de contemplarla

Ella se detiene a unos pasos de él, sus manos las coloca al frente mientras las entrelaza, resaltando su anillo. Luce un vestido negro largo y liso que resalta su excesiva palidez. Su cabello suelto siendo un tono más oscuro al natural. Esos ojos carmesis que no dejan de verlo.

Una perfecta copia exacta de ella. Cada detalle, la vil apariencia al ser vampiresa.

—Estoy cerca —menciona con su voz

Darren sin dejar de verla, avanza hasta ella sin borrar la confusión.

—Ayline —se limita a decir y con velocidad aparece frente a él —no, no eres real —gruñe y retrocede un paso.

Maldice internamente varias veces

—Solo eres una maldita alucinacion —retrocede otro paso y pasa sus manos por su oscuro cabello— ¡No existes!

Ella le sonríe victoriosa al lograr su objetivo

—Vendrá por ti

Dicho esto y se voltea lista para irse. Sin embargo le toma por sorpresa al ser sujetada por él del brazo al llegar a ella con esa sobrenatural velocidad. Ambos a una nula distancia.

La falsa Aylin lo observa alerta, Darren la mira con confusión. Observa su mano y después su rostro sin creerlo.

—Suelteme —espeta molesta con intención de soltarse.

—No eres real —inquiere perplejo y la suelta con lentitud— Pero puedo...

Ella niega y sin agregar desaparece de su vista con velocidad.

Darren reacciona, observa alerta por toda la habitación. Aún confundido se voltea y huye de la habitación. Sin dejar de repetirse que no es real, mientras se obliga aun permanecer la cordura.

Mientras tanto, ella vuelve a entrar a la habitación por el balcón. Rápido borrar la preocupación en su mirada y observa la puerta.

>Casi me descubre<

>Solo ella lo afecta tanto<

Piensa internamente Darkiel.

Sin sentir absolutamente nada.

Se encuentra satisfecho al lograr su objetivo a la perfección sin embargo, una idea llama más su atención. Aprovecha la oportunidad, se toma tiempo para regresar y comienza a buscar con velocidad por la habitación en cada rincón sin olvidar el siguiente objetivo: recuperar su diario.

Busca debajo de la cama, en los pasadizos secretos de la habitación sin lograr encontrarlo.

Se voltea y hace una mueca.

—Aqui no está —emite y observa la puerta— no puedo irme sin el diario.

Con velocidad cambia nuevamente en una nueva y difícil apariencia. Al estar listo, camina a la salida y se adapta en fingir quién realmente no es.

Se apresura a buscar a esa vampiresa, incluso pregunta a varios vampiros por ella siendo fácil la respuesta. Y fácil al encontrarla.

Al estar frente a la puerta, se obliga a lucir inexpresivo y toca una sola vez.

—Adelante —recibe en respuesta y enseguida abre la puerta y entra. Con tranquilidad la cierra detrás de él y observa a esa vampiresa ocupada con todos esos libros.

—¿Dónde está el diario?

Lezy alza la vista al escucharlo

—Darren —se encuentra confundida al verlo— no sé, se supone que lo tenía Esteban, pero ahora que se fue del Castillo, no sé en que lugar este exactamente —rie sin ánimos.

Él da tres pasos adelante

>Tendré que ir a buscarlo<

—No creo que Esteban se lo haya llevado, el diario esta más seguro dentro del Castillo —agrega ella— lo debió dejar oculto en su habitación.

El falso Darren asiente

—Ire por el —se voltea y camina en dirección a la puerta, sin embargo al llegar se detiene— ¿dónde queda su habitación?

Lezy se cruza de brazos

—En la zona este, la última de la esquina —le responde y lo observa preocupada— ¿Te encuentras bien?

Él se voltea y vuelve a asentir

—Lo olvidé —curva un media sonrisa— gracias Lezy

Dicho esto y desaparece con velocidad de su vista.

—D–de nada —ella frunce el ceño— Darren ¿me agradeció? Vaya, sí que está mal —continua revisando varios libros ella atenta a su prioridad.

...

Sin dejar de ver a ambos lados, Darren se adentra a la habitación y cierra la puerta. Con velocidad busca en cada rincón, se obliga a darse prisa ante el escaso tiempo.

Se detiene en el centro rendido.

—¿Dónde lo ocultó? —hace una mueca— ¿Dónde? —avanza tres pasos hasta la cama.

De pronto se detiene y retrocede un paso. Luego avanza uno y enseguida retrocede al mismo lugar. Sonríe y se agacha. Revisa el suelo, la madera cruje. Busca el pequeño pasadizo secreto y al dar con el, retira una parte del suelo y saca el diario de su escondite.

Rápido acomoda todo a su normalidad y se pone de pie. Revisa el diario con rapidez y lo cierra de golpe.

Por un instante se olvida de su apariencia, del tiempo y lugar. Por unos segundos se encuentra vulnerable, visible y desprevenido.

Reacciona al escuchar la puerta cerrarse de golpe y se voltea alerta. Enseguida retrocede un paso sin dejar de ver su propio reflejo.

El real Darren lo observa con el ceño fruncido, ladea la cabeza al mismo tiempo que él y avanza hasta colocarse frente a su copia exacta.

—¿Qué eres? ¿Cómo...?

Su copia sin soltar el diario, le responde:

—Solo soy una alucinación

Darren niega varias veces, lo analiza con atención y nota el diario en su poder.

—¿Él te mandó? —gruñe al comprobar la respuesta— Eso no te pertenece.

—Es el diario de mi Señor, nada suyo.

Con velocidad es atacado por él, choca contra la pared y es sujetado del cuello sin soltar el diario.

—No eres una alucinación, eres tan real que ni siquiera me explico porque eres igual a mi. —Darren ejerce más fuerza.

—No me obligue a atacarlo, no interfiera

Darren gruñe y le arrebata el diario sin soltarlo.

—Eres una falsa copia mía

Él le sonríe con malicia y con facilidad, se safa de su agarre. Imita su acción hasta empujarlo a la pared contraría. Sin embargo, la fuerza es superior. Enseguida lo suelta y con un rápido movimiento gira su cabeza con brusquedad hasta verlo caer al suelo.

Avanza un dos pasos, se agacha y lo revisa. Ladea un poco su cabeza, busca en su bolsillo frontal y saca una pequeña jeringa que rápido clava en su cuello. Se encarga de llenar un pequeño frasco en su poder con su sangre y al estar completado, se levanta y guarda el frasco sin antes tomar el diario.

Desde su posición lo mira con seriedad

—No me dejó otra opción Darren Valentains

Con velocidad sale de la habitación, sin llamar la atención avanza por el pasillo, ignora esas reverencias y con la misma facilidad, abandona el Castillo. Por suerte, sin encontrar a nadie más que lo delate y nadie más que lo descubra.

+++

Por fin regresa a su forma normal, sin embargo débil logra llegar a la mansión y entrar al despacho.

Darkiel abre la puerta con esfuerzo y se sostiene de ella, su mano cubre su nariz y una línea de sangre bajan de sus ojos.

—Mi ... Señor ... —recarga su cabeza en la puerta— ya hice lo que me pidió —con la poca fuerza, avanza y cierra la puerta— todo salió como lo esperado.

Tose, apenas avanza unos pasos y cae de rodillas al suelo. Se inclina tosiendo un poco de sangre.

—Tardaste demasiado —le responde ese antiguo vampiro y con velocidad aparece a unos pasos de él sin dejar de ver su mal estado —te excediste, estás muy débil. Estás muriendo.

Darkiel deja de toser y alza la vista sin limpiar el rastro de sangre de su rostro.

—Tenia que hacerlo... Hice los tres cambios que me ordenó... —tose nuevamente— pero hice un último para recuperar esto mi Señor... —tose y levanta su mano en su dirección. Le entrega el diario con varias gotas de sangre en la portada— su diario.

Derek lo mira inexpresivo y se anima a aceptarlo.

—No te pedí recuperarlo

—Era mi deber actuar si está en riesgo —tose y apoya su mano en el suelo— con el diario lo van a descubrir.

—Fuiste desobediente —niega y oculta sus manos detrás de su espalda con todo y diario— ¿Qué hiciste exactamente?

Darkiel dura segundos en darle una respuesta. Se endereza y agacha la vista.

—Iba a salir como lo planee pero él me descubrió... Su sobrino... Tuve que enfrentarme a él... Pero nadie me vió —tose con más fuerza— no se dieron cuenta.

—No era lo acordado, te expusiste demasiado y interferiste en mis planes —sus colmillos y uñas comienzan a crecer cada vez más— debería eliminarte.

Darkiel alza la vista y con preocupación niega varias veces.

—No se volverá a repetir... Tenía que hacerlo mi Señor... Lo siento —se queja de dolor, sus ojos comienzan a cerrarse poco a poco— le pido perdón ... su ayuda...

Derek niega y coloca sus manos al frente. Levanta su mano y extiende su palma.

—Ahora necesitas mi sangre para recuperarte —sonrie con malicia— no mereces ni una sola gota.

—Mi Señor no... No lo haga

Darkiel cierra los ojos hasta cambiar en su forma cuervo. Con dificultad vuela y aterriza en su mano. Grazna cuando le arrancan un pluma y se esfuma de su vista.

Ese antiguo vampiro, observa la pluma negra con atención, se encarga de abrir su diario y la coloca a mitad del libro, en una sola página y lo cierra de golpe recitando a la vez, esas palabras para sellar su libertad.

+++

  🦇 V L A D 🦇
Todo este tiempo lo estoy vigilando, a ese antiguo vampiro, a su fiel informante y sobre todo estoy muy alerta de Aylin. Prefiero estar cerca que lejos, prefiero llevar a cabo mis propios planes con tal de sacarla de aquí, con el propósito que no la encuentren y ambos estemos juntos toda una eternidad sin embargo antes, debo eliminar varios obstáculos para ganar.

Apenas lo veo salir de su despacho y con velocidad bajo las escaleras. Me detengo en el tercer escalón y sin dudar, le pregunto:

—¿Dónde está su informante? Lo necesito con urgencia, ocupo más donantes.

Él se detiene a unos pasos de mí y se voltea ocultando sus manos detrás de su espalda.

—Ya no te niegas a la sangre Vlad

—La necesito para volverme más fuerte y poder vencerlo, a todos —me cruzo de brazos— y lo voy a lograr así tenga que beber demasiada sangre.

Él asiente

—En este momento, mi informante no se encuentra disponible para tú orden, está en descanso —sonrie con malicia.

Confundido lo observo

>Me estraña de ese cuervo<

—Me urge la sangre a menos que me deje salir del límite acordado —insisto.

—No será necesario Vlad, yo mismo te traeré tu propia donante. Saldré al mundo exterior.

Dicho esto y lo veo avanzar a la salida sin embargo a unos pasos cerca de la puerta, se detiene.

>Me sorprende, es la primera vez que descubro que saldrá de este escondite<

—No intentes huir mucho menos con Elizabeth, no podrán salir. Hay una barrera que se los va a impedir hasta mi regreso —agrega y lo pierdo de vista notando esa cortina de humo que se esfuma poco a poco.

Gruño, espero tres segundos y lo compruebo.

Apenas llego a la puerta y la abro, doy un paso afuera sin embargo me quejo y retrocedo dentro de la mansión. Sentí dolor, ardor como si el mismo sol causará efecto en mi, apesar de tener un anillo.

Maldigo y reviso mis manos, recupero mi palidez. Alzo la vista y veo al frente esa barrera invisible para mi. Me rindo y cierro la puerta de golpe.

>Eres inteligente Derek<

Me volteo y aprovecho su ausencia para revisar la mansión sin antes ver a Aylin.

Al llegar a su habitación y abrir la puerta, la veo acostada en su cama, en su descanso. Hago una mueca y salgo cerrando la puerta.

>Vamos Carlos, debo encontrar algo aquí. Debo aprovechar que ninguno está<

>Aún no entiendo como ese vampiro se oculta muy bien de todos. Como a estado siempre presente y nadie se a dado cuenta. Como sigue en la eternidad, cuando se oculta muy bien en las sombras, cuando siempre a estado cerca de todos<

Pienso en mi siguiente movimiento.

Camino unos pasos hasta correr con velocidad y llegar al rincón de la mansión. Una parte que pocas veces me encuentro, sin embargo este lugar capta mi interés. Averiguar que oculta.

Varias veces lo he visto entrar sin embargo, nunca me he atrevido a entrar por mi cuenta, no hasta ahora.

Reviso a ambos lados y toco la perilla. Logro abrir la puerta con facilidad y la empujo hasta entrar. Enseguida la cierro con seguro y observo alrededor. Ignoro esa oscuridad y avanzo en dirección a lo que capta mi atención.

Un ataúd antiguo en la esquina, cerrado en el suelo. Con cadenas alrededor.

Sigo avanzando, desvío la vista y con velocidad llego a la pared. Medio sonrío al encontrar y ver frascos pequeños con esa cantidad de sedantes. Los mismo que reconozco y recuerdo. Sedantes preparados por él para Aylin.

Rápido actúo y abro cada uno, lo vacío dejando caer el líquido en el suelo.

>No lo volveran a usar contra Aylin o contra mi<

Se que me estoy arriesgando sin embargo, por Aylin soy capaz de todo.

Termino con el último, le doy un vistazo a la puerta y regreso la vista en los frascos vacíos.

Doy un paso atrás con intención de irme y buscar algo en su despacho sin embargo, el ataúd causa mi curiosidad.

Así que con velocidad, me acerco y con fuerza logro quitar las cadenas sin estás causar algún daño en mi. Enseguida lo abro notando un simple libro dentro. El interior vacío con nada de valor o interesante. Veo el libro, lo tomo y lo hojeo.

Enseguida capta mi atención, paso cada página hasta dejar caer una pluma negra dentro del ataúd. Maldigo y cierro el libro, lo dejo en su lugar y cierro el ataúd.

Me volteo y avanzo unos pasos en dirección a la salida hasta escuchar un ruido. Alerta me volteo y observo por toda la habitación. Enarco una ceja y regreso hasta el ataúd y sin dudar lo abro:

—¡¿Darkiel?! ¿Q–que hacés ahí? ¿Cómo...? —lo veo con confusión al verlo dentro en su forma normal.

—Señor Vlad, que gusto verlo —me sonríe siendo visibles sus largos colmillos— me a liberado.

—¿Él te dejo ahí?

—Practicamente me atrapó en su diario. Pensé que me dejaría por siglos.

Asiento sin entender

—¿Dónde está mi Señor? —agrega ante mí silencio.

—Salió al exterior, debió ir a cazar —me encojo de hombros— hay muchos vampiros afuera.

—Comprendo —me mira fijamente— ¿Por qué entró aquí? No lo tiene permitido.

—Escuché un ruido y eras tú

Dicho esto y me alejo del ataúd.

—¡Espere señor Vlad! —gruño y me volteo. Me acerco otra vez— necesito su ayuda. No puedo salir.

—No estás atado Darkiel, déjate de bromas

Causo su molestia

—Las cosas no funcionan así. Solo un vampiro puede liberarme, solo tiene que darme permiso de salir. Funcionará, es la creación de mi Señor.—mi mira suplicante— se lo ruego señor Vlad, aunque quiera me veo con la obligación de quedarme aquí.

—¿Por qué te ayudaría? Que estés ahí dentro es mejor para mí.

—Señor Vlad, le conseguiré más sangre, más donantes. La señorita Elizabeth me necesita y usted, como mi Señor.

Niego y me cruzo de brazos

—¿Por qué te dejó ahí? Tal vez lo considere ante tu respuesta.

—Fui desobediente —tose— sabe, me encuentro muy débil. Necesito alimentarme y recuperarme.

Hago una mueca

—Es una lástima Darkiel, pero no te voy a ayudar.

—¡Se lo contaré todo! Lo que quiera a cambio de mi libertad —niego otra vez— Le contaré sobre la carta, la verdadera razón.

—No me convences, lo voy a averiguar por mi cuenta.

—Señor Vlad —insiste— le contaré los nuevos planes de su creador, han cambiado. No le interesa la señorita Elizabeth, ella está es riesgo, está muriendo.

Enarco una ceja

—¿Qué quieres decir? —él ensancha su sonrisa— ¡Vamos, Darkiel, solo dime! ¿Qué le pasa a Aylin?

—¿Me dejará libre?

Gruño y doy un paso atrás

—Esta bien, ya puedes salir —agrego.

Enseguida él se levanta y sale del ataúd. Sin embargo se sostiene al cerrarlo.

—Gracias señor Vlad

—Es Carlos —pronuncio y doy un paso al frente— dime todo lo que sabes.

—Antes me debo alimentar

—¡Darkiel no tengo tiempo!

Él se voltea quedando frente a frente.

—Necesito su sangre y a cambio, responderé sus preguntas ¿Acepta?

Dudo un instante hasta que asiento

Me cuesta reaccionar al verlo llegar cerca de mí y sin sutileza encaja sus colmillos en mi cuello. Hago una mueca sin embargo le permito beber cada gota de mi sangre por Aylin.

...

No me gustó nada lo que descubrí. Tantas mentiras, una sola verdad. No sé si deba sentir felicidad o molestia. No sé que pensar en este momento cuando aún asimilo esa información. Incluso estoy dudando en actuar contra Darkiel.

>Vamos Carlos, no puedes confiar en él, es igual que su Señor<

Niego y entro a la habitación en busca de Aylin sin embargo no verla en la cama me hace estar alerta.

—Elizabeth —doy un paso y cierro la puerta— ¡Elizabeth! ¿Dónde estás?

Agudizo mi audición hasta dar con ella. Con velocidad llego hasta encontrarla. La veo dentro del baño, de rodillas cerca del inodoro, en mal estado en cada arcada que le invade.

—Eli —pronuncio y con velocidad me acerco a ella sin embargo recibo un manotazo— ¿Qué tienes?

La veo con preocupación y más al darme cuenta que está vomitando simplemente sangre, mucha.

Estoy por tocar su hombro cuando me aparta con brusquedad. Hasta que se recupera y se endereza, un rastro de sangre baja por su barbilla y su palidez es muy excesiva.

—Elizabeth...

—Estoy bien Vlad —se inclina y baja la palanca. Rápido baja la tapa y gira a verme— solo es sangre.

—No está nada bien, mírate —odio que sonria burlona. No me gusta ver sus colmillos con rastro de sangre, su rostro tan diferente— ¿Qué pasa?

—No lo sé, desperté y bebí la sangre que nuestro padre me dejó. Me ordenó beberla cuando despertara pero me dió asco apenas la ingeri—deja de verme— estoy muy sedienta Vlad.

La miro con preocupación

>Si es cierto todo lo que me dijo Darkiel entonces debo comprobarlo<

—Dejame ayudarte

—¿Me darás... sangre? —musita con voz débil.

Asiento y enseguida busco el frasco que me dio ese raro cuervo.

—Aqui tienes, solo tienes que beberla.

Aylin gira a verme, su vista se clava en el frasco y con lentitud lo toma. Sin dudar lo abre y le da el primer trago.

—Sabe distinta —emite al dejar de beber y ver la sangre con detenimiento.

—Es mi sangre

Ella voltea a verme

—No me engañes, recuerdo el sabor de tú sangre y esta es distinta. Es más .... deliciosa —rie y vuelve a beber del frasco.

—Me atrapaste —espeto sin dejar de verla— es la sangre de un mortal. La consegui para ti —Aylin deja de beber hasta vaciar el frasco —ahora en adelante, me voy a encargar de alimentarte como es debido.

Con lentitud levanto mi mano y toco su rostro. Ella me lo permite, me entrega el frasco vacío sin embargo mis ojos están fijos en ella, acaricio su rostro notando su mejoría, como esos ojos carmesis me observan.

Me doy cuenta que ya no queda nada de la antigua Aylin. De aquella humana.

—Te quiero —pronuncio en voz baja— y no dejaré que te pasé nada malo —sin evitar la abrazo y ella me lo permite sin mencionar palabra— te voy a salvar Elizabeth —Aylin— pienso a mis adentros.

Recargo mi barbilla en su hombro izquierdo, siento mis colmillos sobresalir sin embargo mantengo un control sin evitar recordar las palabras de Darkiel:

>—Dime todo lo que sabés —le ordeno al verlo alejarse de mí. Es evidente su recuperación— ¿Por qué dices que el tiempo de Aylin se agota?

—Mi Señor... solo la trajo de vuelta por un plazo de tiempo.

—¡¿Qué!? No, ella no —gruño y sin importar que sea más fuerte que yo lo sujeto de los hombros —¡No la voy a perder otra vez Darkiel! ¡Me oíste! Hay algo que se deba hacer —lo zarandeo.

—Sueltenme señor Vlad —se safa de mi agarre y da un paso atrás. Enseguida se recupera— la hay— hace una pausa— Debe beber la sangre de su creador para aceptar el resto de la sangre. De lo contrario su muerte estará más cerca.

—Él ya le da su sangre, con ese sedante pero igual es lo mismo. Tal vez Aylin mejore sin ellos.

Él niega

—No lo entiende Señor Vlad —da un paso adelante— esa sangre no le ayuda mucho. Debe saber que mi Señor no es su verdadero creador.

—Él la trajo de vuelta. Lo ví, Derek la resucitó.

—No, él solo la trajo a este mundo cuando el cambio ya estaba en su sistema. Solo era cuestión de activarlo, de darle su sangre. La sangre de un Valentains —lo miro aún  confundido —la señorita Elizabeth fue convertida antes de su muerte, solo era necesario finalizar su transformación. En el momento que él lo hizo, cuando la mordió ella entró a fase de ser vampiresa, sin embargo su corazón de detuvo antes de culminar el proceso. Por eso ellos creyeron que estaba muerta, que no había una solución hasta que mi Señor la trajo de vuelta con su sangre, el hechizo y revivió la marca.

—Entonces, si ellos le hubieran dado sangre, Aylin hubiera despertado con ellos presentes.

—Les faltaría el hechizo de otra forma no hubiera funcionado.

Retrocedo mientras asimilo esa información

—Un momento, dices que ella necesita la sangre de su creador —lo miro fijamente— Darren es su verdadero creador.

—Es lo correcto, por eso tuve que conseguir su sangre —lo veo buscar en sus bolsillos y me muestra un frasco con un líquido rojizo: Sangre: —tiene que dársela. La señorita Elizabeth tiene que beber su sangre para que su eternidad continúe.

Estoy por tomarlo cuando me arrepiento

—No, sería hacer su vínculo más fuerte. Él la va a descubrir o peor, encontrar.

—Entonces ¿prefiere perderla otra vez? Ya no habrá nada que la traiga de vuelta a este mundo. —me la entrega y a la fuerza la acepto —es lo correcto Señor Vlad. De su creador me encargo yo, ante todo está la eternidad de la señorita Elizabeth. Ella es la solución de todo.

Bajo la vista en el frasco, lo veo con detenimiento.

—¿Qué pasará después de que la beba? ¿Va a necesitar más?

—Esperemos que no —alzo la vista en él al escucharlo— pero es posible que la señorita Elizabeth se descontrole y sea la vampiresa que debe ser. Debe estar preparado señor Vlad —sin permiso coloca su mano en mi hombro— Ella ya no es esa humana, será igual a su creador. Ya es vampiresa y no la intente cambiar. Recuerde que su ... Aylin quedó sepultada en ese ataúd, que ella realmente si murió antes del cambio<

Me niego a perderla otra vez. Sin embargo no sé como impedirlo si está vinculada con Darren. No sé que hacer, dejar las cosas como están o aceptar que él me la quite otra vez por la eternidad de Aylin.

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Aviso importante:
No sé si se dieron cuenta pero habrá una Nueva Versión de LOCA POR UN VAMPIRO. Mañana inicia el primer capítulo mejorado. Avise por allá. Los invito a volver a leerla aunque la trama es la misma habrán nuevas escenas y diálogos/capítulos. Valdrá la pena el cambio. Gracias a los que  apoyaron la antigua versión y espero verlos en la nueva 🖤🦇

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