Capitulo XXXIX
CAPÍTULO RE-SUBIDO
A eso de las tres de la mañana del día siguiente, Amy se fue a la habitación donde estaban durmiendo Peter y Lily, con la finalidad de despertar al muchacho para que pudiera viajar a Chicago.
Les llamó, tocó la puerta, entró a la habitación, encendió las luces y nada, la pareja seguía durmiendo como si nada, así que se le ocurrió una idea para despertarlos: les quitó la cobija con la que se encontraban arropados.
—¡Amy! —le riñó Lily, tratando infructuosamente de cubrir su cuerpo que solo estaba cubierto por su ropa interior.
—Oh, chicos, perdón, yo... no sabía, lo juro.
—Está bien, Amy, no pasa nada —le tranquilizó Peter.
—¡No! —soltó Lily, furiosa— pudo habernos encontrado, bueno, tú sabes —dijo, sonrojada.
—Lo siento chicos, de verdad.
—No te preocupes Amy, yo me encargó de calmar a la fiera —dijo Peter, ganándose un pellizco de parte de Lily.
Cuando la rubia salió de la habitación, Peter comenzó a besar a su novia.
—No quiero que te vayas —Lily hizo un mohín— te voy a extrañar mucho.
—Solo serán dos semanas, cariño.
—¿Me lo juras? —preguntó la muchacha.
—Sí, mi amor.
—¿Y me vas a llamar todas las noches antes de dormir?
—Sí, mi amor —dijo Peter— te llamare.
Acto seguido el castaño se levantó, tomó una ducha, se vistió y se fue. En solo dos semanas comenzaría una nueva vida al lado de Lily y esa era su prioridad.
**************
Había pasado un mes entero y las cosas habían cambiado de forma radical.
Luego de que por fin habían logrado mudarse juntos, las tensiones de llevar una vida de adultos tales como pagar las cuentas, ocuparse de los quehaceres y trabajar todos los días por una paga mínima, hizo mella en la relación de Lily y Peter, quienes para colmo de males debían lidiar a su vez con la presencia de Hillary —la ex novia y también ex compañera de Peter, que no perdía oportunidad para hacer las asignaciones escolares del muchacho con él— y de un desaparecido Brandon que había vuelto a la vida de la muchacha de ojos miel con la excusa de que su madre quería conocerle para conseguirle un trabajo en una casa editora.
—¿Es en serio Lily? —preguntó Peter al llegar a su casa y ver a Lily sentada frente a la computadora.
—Tú cena está en el micro...
Antes de que la castaña lograra completar la frase, Peter cerró de golpe la pantalla de la laptop.
—¡A mí me miras cuando me hables! —gritó, enojado.
—Pero... ¡¿qué demonios haces Wallace?! ¡estaba presentando el examen para obtener mi título!
Lily se levantó de la mesa y corrió a encerrarse en el minúsculo baño del departamento; si bien era cierto que ella había pasado algo de tiempo hablando con Brandon en días anteriores, ese día en particular ella le había avisado a su novio que iba a estar presentando el examen, ¿acaso ya se le había olvidado?
—¡Lil!, ¡Lil!, ¡abre la puerta por favor! —Peter tocaba la puerta del baño de forma desesperada—, lo siento nena, de verdad, lo lamento, yo pensé que...
—¿Pensaste que hablaba con Brandon, no es así? —Lily abrió la puerta, secándose las lágrimas con rudeza— lo que me parece raro porque desde hace una semana te avisé de la prueba, ¿qué?, ¿tanto tiempo compartido con Hillary te hizo olvidarlo? —preguntó, enojada, recordando que él había llegado tarde a casa todos esos días por estar haciendo un proyecto escolar.
—¿De qué hablas? —preguntó el adolescente, enojado— ¿estás celosa de Hillary?
—¡Sí! —admitió Lily—, ¡al menos soy más coherente que tú, que te mueres de celos de un chico que está a kilómetros de distancia!
Empujó a Peter y corrió a su habitación.
—Lil, en serio, lo lamento —Peter abrazo a Lily, quién se encontraba sentada llorando en el sueldo de la habitación— te ayudaré, ¿sí? Haré todo lo que pueda para que presentes ese examen.
—¡Ya no se puede! —sollozó la aludida— ahora me toca conformarme con ser una mesera toda mi vida.
—Lo lamentó Lily, lo lamento mucho —el chico beso la coronilla de su novia mientras se arrodillaba al lado de ésta.
—No me gusta discutir contigo —susurró la castaña— y ahora eso es lo que hacemos todo el tiempo...
—Lo sé Lily, lo sé y lo lamento —admitió el muchacho, reconociendo que él era quien casi siempre iniciaba las discusiones.
—A veces... a veces tengo miedo de que me golpees —asumió Lily.
Peter se quebró al escuchar eso, saber que el amor de su vida le tenía miedo le dolía en lo más hondo de su pecho.
Comenzaron a besarse en ese instante y terminaron haciendo el amor en el suelo de la habitación. Para cuando todo había acabado y se encontraban acostados en la cama uno al lado del otro, un pensamiento le llegó de golpe a la muchacha: sin pensarlo, sin imaginarlo, sin ni siquiera quererlo, se habían convertido en algo que ella temía, una pareja que hace el amor solo para no escucharse, y, esa certeza, le dolía de forma profunda.
A la mañana siguiente, Lily se levantó muy a su pesar y se dio un baño.
—Hola Lil —saludó Peter a su novia cuando la vio entrar a la habitación.
—Hey —respondió la aludida antes de bostezar.
—¿Tienes sueño?
—Sí, pero no importa, debo ir a trabajar, aún falta completar el dinero de la renta y...
—Ve a descansar, cariño —el castaño abrazó a la chica por la espalda— yo puedo faltar a la práctica de hoy y trabajar doble turno en la tienda.
—No es necesario —se le escapó otro bostezo— yo puedo ir a la cafetería.
Peter le regaló una sonrisa torcida y la empujo lentamente a la cama.
—Descansa, niña mala —le riñó de forma fingida— si hubiera querido una esclava, te lo hubiese dicho, pero no, yo quiero una linda —besó su coronilla—, tierna —besó sus mejillas—, y, sobre todo, una sexy esposa —le dio un apasionado beso en los labios.
Lily se dejó llevar por el mar de emociones que ese beso le brindó, a pesar de todas las peleas y discusiones que había vivido en los últimos tiempos, ella no podía negarlo, estaba enamorada de él más allá de toda lógica.
—Voy a pedirle a Brandon que deje de hablarme —la chica centró su mirada en la de su novio.
—No es necesario Lily —comenzó Peter.
—Sí, sí lo es —interrumpió la aludida—. No dejaré que mi amistad con él arruine lo nuestro.
—Si es por eso, no te preocupes mi vida, en todo caso, yo soy quien tengo que trabajar en mis celos. Ahora lo que me preocupa es lo de tú examen...
—No te preocupes —susurró la adolescente— presentare el examen dentro de unos meses.
—Lo... lo siento —dijo Peter con la voz quebrada, se sentía culpable de lo que había hecho la noche anterior.
—No llores o me harás llorar —musitó la castaña— y no quiero llorar el día de mi cumpleaños.
Peter saltó enseguida de la cama al escuchar lo dicho por su novia y comenzó a buscar algo en el maletín donde guardaba su equipo de ejercicio.
—¿Qué haces? —rió Lily.
El chico no respondió pero cuando encontró lo que buscaba, le ordenó a su novia que cerrará los ojos.
—Cierra los ojos Albright, y extiende las manos.
La chica obedeció entre risas y solo abrió los ojos después de que sintiera en sus manos el presente que su novio le había dado: una cadena de oro con un dije de corazón que llevaba dentro una foto de ellos abrazándose.
—Tengo uno igual, ¿te gusta?
—Me… ¡me encanta! —sollozó Lily.
Peter abrazó a Lily con ternura, esa chica era especial, lo sabía, pero verla tan emocionada por un regalo tan sencillo, era algo completamente distinto.
—¿Por qué lloras Lily?
—Es que… —sorbió por la nariz— es que este es el primer regalo de cumpleaños que recibo —le miro a los ojos— veras… Mi madre y yo nunca hemos tenido demasiado dinero, nunca celebramos los cumpleaños o la navidad y no, no era porque no creyéramos en eso, era porque no había suficiente y luego llegó Joshua y pues… todo se volvió peor, ¿me entiendes?
Peter se limitó a abrazar a su novia, saber que, además de haber pasado por todos los problemas de abuso con Joshua, ella nunca había podido vivir una infancia normal, y que sin embargo ella fuera alguien tan agradecida, le hizo reflexionar sobre la vida llena de comodidades que él había tenido, y no es que sus padres fuesen millonarios o lo que sea, pero al menos había podido vivir más cosas que ella.
—¿En qué piensas Peter?
—Nada, cariño —respondió aquel— hoy voy a consentirte, prepare la cena para ti, ya veras, hoy será un día especial, ¡no se cumplen dieciocho todos los días! —sonrió.
—Gracias —Lily le dio un beso en los labios— aunque igual, no hace falta, con que estés a mi lado, para mí, es más que suficiente…
—Lo se Lily Lo, lo sé, pero igual, lo hare —sonrió— ahora, si me disculpas, debo ir a bañarme y vestirme para ir a la universidad y al trabajo.
—Está bien —dijo ella— ve, te esperaré.
Peter sonrió y le dio un beso en la mejilla. Cuando regreso del baño, Lily se había quedado dormida, al notarlo, no pudo evitar sonreír con ternura, la arropó y le dio un beso en la frente antes de marcharse… ese día, durante la cena, le diría un secreto que había estado guardando: ya tenía casi todo listo para su boda.
*******************
Lily despertó pasado el mediodía y se fue al supermercado a comprar los víveres que faltaba para completar la despensa, estaba emocionada de que Peter decidiera hacer una cena especial para ella, aprovecharía la ocasión para contarle algo que, aunque no fuera nada seguro, era posible: tenía tres días de atraso, y aunque la única ocasión en que no se cuidaron fue cuando estuvieron juntos el día que él fue a visitarla, antes de lo ocurrido con sus abuelos, existía la posibilidad de que ella estuviese embarazada; ella estaba consciente de que no era el mejor momento pero igual, la sola idea de pensar que en su vientre se estuviera formando su primer hijo, le robaba una sonrisa.
Cuando regreso del supermercado y termino de ordenar la compra, Lily se sentó un rato en la computadora, necesitaba saber si aun había posibilidad de que lograse terminar de presentar el examen y, para su buena suerte, lo logró… solo tenía que enviar los datos y, estos se habían quedado guardados en el servidor.
Luego de eso, se conecto en su cuenta de Facebook y se encontró con un mensaje de Brandon que le había escrito hacia veinte minutos. El mismo decía «¿adivina quién está en Chicago? Sí, soy yo :) vine para ayudar a mi madre pues dará una conferencia acá dentro de dos semanas y me pidió que viniera a terminar los tramites del evento. Estoy hospedado en el Congress Plaza Hotel. Sería bueno que vinieras para poder verte… quizás haya impreso alguno de tus post y los haya encuadernado en formato de libro y quiera obsequiártelo por tu cumpleaños ;)»
Adjunto al mensaje estaba un libro impreso, ¡era una recopilación de sus entradas en el blog!, era definitivo, tenía que ir a verle.
Fue a la tienda donde su novio trabajaba y le esperó hasta que llegara. Cuando lo hizo, le abordó para comunicarle su decisión.
—¡Hey princesa! —le saludó su novio al verla— ¿Qué haces acá?
—Vine a avisarte algo… me reuniré con alguien y no sé a qué hora llegue a la casa, tratare de llegar antes de las nueve, lo prometo —la muchacha hablaba de manera acelerada.
—Okey, okey, espera —Peter sujeto a Lily por los hombros— ¿Qué me estás diciendo?
—Bueno —la chica tomó aire—. Brandon está en la ciudad, se está quedando en el Congress Plaza Hotel y pues, iré a reunirme con el…
—No —Peter sacudió la cabeza en gesto de negación— no iras a verte con ese tipo, y si vas, vamos juntos.
—Pues que mal por ti —Lily se separó de su novio y le dedicó una mirada furiosa— que mal por ti porque solo vine a informarte, no a pedirte permiso…
—¡Lily! —gritó el castaño—. No vas a ir y si lo haces, debes escoger entre tu vida real y tu vida en línea, tú decides…
—¿Me estas amenazando Wallace? —la muchacha le miró con gesto irónico— por favor, no te queda bien —se rió con sorna—, hasta luego, nos vemos mas tarde.
La chica salió del local ignorando los gritos de su novio, ¿Qué se creía él?, ¿Qué era su dueño? Estaba muy pero que muy equivocado…
NOTA: la novela está disponible para su compra en físico en www.autoreseditores.com/ libro/4327/jessica-gonzalez/vida-en-linea.html
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