Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXXIII

CAPÍTULO RE-SUBIDO

En cuanto Liliana, la abuela de Lily abrió la puerta de su casa para recibirla, a la adolescente le quedo en claro una cosa: ella no era bienvenida en ese lugar.

 —Hola abu...

—No nos llames así Lily, para ti somos señor y señora Rowell, ¿te queda claro?

—Si señora —respondió la chica con la mirada baja y cruzando detrás de su espalda sus brazos, brazos que quería extender para abrazar a su abuela.

—Así está mejor —acordó la mayor ante el gesto de sumisión mostrado por su nieta— supongo que estas cansada, ¿no es así?

Lily se limitó a asentir.

—De acuerdo, vamos a tú nueva recámara entonces.

Subieron las escaleras y Lily no pudo evitar asomar un poco la vista dentro de lo que parecía ser el despacho de su abuelo, allí estaba el hombre de cabellos canos y semblante serio, sentado detrás del escritorio, transcribiendo algo en una vetusta máquina de escribir; Laura siempre le había contado a su hija que su padre era un hombre malhumorado porque nunca pudo cumplir su meta de publicar su novela pues, justo cuando le iban a dar su primer contrato editorial, su madre, Liliana, había descubierto que se había quedado embarazada y le habían obligado a casarse.

En cuanto el mayor se dio cuenta de que su nieta le observaba torció el gesto, se levantó de su asiento y cerró la puerta, azotándola con fuerza.

—¡Lily! —musitó la mayor— quiero que esto te quedé claro, nunca trates de establecer conexión con el señor Rowell, ¿okey? A él no le gusta, y menos si interrumpes su trabajo.

—De acuerdo —contestó la aludida.

—¿De acuerdo qué? —espetó la mayor.

—De acuerdo señora Rowell —respondió Lily con la mirada baja.

Prosiguieron entonces su camino hasta que llegaron al final del corredor, allí, Liliana sacó un pequeño juego de llaves, abrió la puerta y le mostró a la adolescente una minúscula habitación.

—Pasa Lily, este será tu dormitorio.

La chica tuvo que morderse la lengua para reprimir el mensaje irónico que ansiaban pronunciar sus labios, es decir, ¿era en serio? ¡Esa habitación era incluso más pequeña que la habitación que tenía en casa de su mamá!

—¿Vas a quedarte ahí parada o vas a entrar? —preguntó la mayor con animadversión.

La chica no respondió, se limitó a entrar a la pequeña recámara.

Y en sí, era muy pequeña. En ella a duras penas cabía una cama individual, una mesita de noche y un armario pequeño; ni siquiera las paredes blancas o el mobiliario mínimo lograba que la habitación se viera un poco más grande, y la ausencia de ventanas no hacía nada para contrarrestar la imagen.

—Ésta era la habitación de los chécheres —admitió la mujer— tuve que adaptarla anoche ante lo inesperada de tú llamada.

—Lo siento —murmuró Lily, aún con la mirada clavada en el piso.

—No te preocupes —dijo Liliana encogiéndose de hombros— igual, el señor Rowell me hizo darme cuenta de que está habitación es adecuada para ti, ¿o me equivoco?

La chica sintió unas enormes ganas de escupirle en la cara a la mujer, decirle que ella sentía que merecía algo mejor, pero decidió acallar ese pensamiento, al final de cuentas, no tenía dinero con que regresar a Omaha ni otro lugar a donde ir.

—No señora Rowell, no se equivoca.

—Perfecto —dijo la mujer con suficiencia— te dejare para que te instales y descanses.

—Perdón —interrumpió la muchacha— ¿Dónde queda el baño?

—Ah, eso —pronunció la mayor con fastidio— mira, el baño que vas a usar está al final del pasillo del piso de abajo, cerca de la cocina. Es un baño que teníamos tiempo sin utilizar y que eliminaríamos pero que afortunadamente no lo hicimos.

—De acuerdo —susurró la adolescente—. Señora Rowell, le puedo preguntar algo.

—Dime.

—Noté que antes de llegar a esta, hay otras tres habitaciones ¿están ocupadas por alguien o…?

—Esas habitaciones las rentamos el señor Rowell y yo ¿Cómo crees que nos mantenemos si no es con ese ingreso?

La mujer ya se estaba hartando de la presencia de la muchacha, Lily era prácticamente idéntica a su padre, el adolescente imbécil que embarazó a la inútil de su hija.

—De acuerdo —dijo Lily tragando un sollozo ¿sus abuelos tenían tres habitaciones vacías, probablemente en mejor estado que esa, y aun así la habían arrojado en esa minúscula recamara? Era injusto —pensó— ella era su nieta.

—Te dejo entonces.

La mujer salió de la habitación y ella aprovecho ese hecho para poder largarse a llorar, ahora entendía porque ella le resultaba tan indiferente a su madre en ocasiones, si era tratada de ese modo ¿Cómo no ser una mala madre? Más bien Laura había sido demasiado buena con ella, en comparación a la forma en que, seguramente, fue criada.

Colocó su maleta con todo y ropa adentro dentro del pequeño armario, tal vez si tenía esperanza en poder salir pronto allí, recuperaría un atisbo de la felicidad que tenía cuando estaba en casa de Peter, en ese momento ella se dio cuenta de lo real que era el refrán «nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido», ella abandonó su vida al lado de los seres más comprensivos y amorosos del mundo y ahora se estaba arrepintiendo por ello; había sido tonta, muy tonta.

***************

Peter no había dejado de mirar el reloj desde que vio a su novia partir en aquel autobús, autobús al que de hecho siguió desde el auto de su madre por un largo trecho pero, al caer en cuenta de que ese era un viaje demasiado largo y de que no llevaba dinero suficiente para surtir el tanque de combustible, se vio obligado a desistir de su intento, maldiciéndose por lo bajo ante su error de cálculo; él de verdad creía que iba a ser capaz de convencer a Lily de desistir de la —a su parecer— tonta idea de dejarle.

Ya habían transcurrido más de diecisiete horas desde que su chica se había marchado y se estaba preocupando, estaba a punto de irse a la central de transporte para saber si había ocurrido un trágico accidente en el autobús donde había viajado su novia, después de todo, ese viaje solo duraba catorce horas, lo que le hacía pensar que su chica ya tenía que haber llegado a casa de sus abuelos hacia dos horas más o menos.

No pudiendo controlar su ansiedad, se decidió a llamar el mismo a su Lily.

—¿Aló Lily?

—Uhm si —respondió una adolescente con voz somnolienta.

—Oh cariño, ¿te desperté? Lo siento bebé.

Pudo sentir como su novia soltó una pequeña risita.

—Está bien tonto, si me despertaste pero, la verdad, necesitaba escucharte así que no importa demasiado.

La felicidad de la voz de la muchacha había sido repentinamente cambiada por una enorme tristeza, Peter no necesitaba estar a su lado para saber que ella estaba a punto de llorar.

—¿Pasa algo cielo?

Tal como lo había previsto, la chica comenzó a llorar.

—Te necesito tanto cielo, te necesito.

—¿Te hicieron daño tus abuelos, verdad? Él hacia esa pregunta porque sabía los antecedentes que Laura les había contado sobre los padres de la muchacha.

—No cariño, para nada —mintió la muchacha, no quería hacer que su chico se preocupara por ella— los abuelos son buenos.

—Okey —expresó el castaño con incredulidad—. Creo que mejor me voy, tienes que descansar...

—¡No Peter! —interrumpió Lily, llorando— no cuelgues, te lo ruego.

—Shh nena no llores —dijo Peter, calmándola.

Comenzó entonces a tararear la canción infantil que siempre le cantaba en las noches en las que ella no podía conciliar el sueño. Estuvo así por unos quince minutos, hasta que pudo sentir que la respiración de su Lily había entrado en el ritmo del sueño. Él lo sabía, algo muy dentro se lo decía, la chica le había mentido sobre sus abuelos.

*************

—Lily, niña, despierta.

Las manos de la abuela de la muchacha recorrían uno de sus brazos, haciendo que la chica despertará de un salto, gritando, asustada, sintiendo revivir un temor que creía olvidado.

—Abuela, digo, señora Rowell, lo siento, es que yo...

La chica quería contarle el porqué de su reacción.

—No importa niña —le interrumpió la mayor con acritud— baja, el señor Rowell y yo necesitamos decirte las reglas que tendrás que cumplir durante tu estadía en esta casa.

Y así, sin decir más, se marchó de la recámara.

Lily se sentía incómoda, ¿cómo era posible que se sintiera como en un jodido campo minado cuando en realidad estaba dentro de la casa de sus abuelos?

—Bien, la primera norma es que, bajo ningún concepto volverás a salir de la recámara usando prendas de dormir —Lily estaba usando un suéter de Peter, un pantalón de ejercicio viejo y sus pantuflas de conejito— nunca más, ¿te queda claro? —espetó la mujer mirando en forma recriminatoria a su nieta.

Lily asintió, sintiéndose juzgada.

—Okey, siéntate —dijo el hombre que había estado callado durante largo rato.

La chica no se demoró en acatar, pensando que, mientras más rápido sus abuelos notaran que ella era una muchacha lista, obediente y reservada, más rápido podría llevarse mejor con ellos.

—De acuerdo Lily, las cosas que te pediremos que hagas debes obedecerlas, ¿okey? Nosotros no somos como tú madre a quien podías manejar a tú antojo...

—No, yo no —balbuceó la aludida, interrumpiendo la perorata de su abuelo.

—¿No qué? —soltó el nombre, molesto— no vuelvas a interrumpir, ¿te queda claro? —la miró de forma amenazante.

—Sí señor —acordó la muchacha con la voz entrecortada.

—Así está mejor. Lo primero que te pediremos es que busques empleo, supongo que tú mamá te lo dijo.

Lily asintió.

—Y también supongo que te dijo que todo el dinero que ganes debes entregárnoslo íntegramente.

Lily alzó la mirada, sorprendida y contrariada.

—Ella me dijo que, con lo que ganará, les ayudara a ustedes y cubriera mis gastos escolares...

—Si bueno, eso era antes.

Lily les miró de nuevo, sin poder entenderlos del todo.

—Lily —comenzó Liliana— cuando supimos que habías terminado tus clases, decidimos llamar a tus maestros y ellos nos dijeron que tú estás tan avanzada que, si querías, podías tomar un examen de validación y así obtener tú certificado como graduada de High School y nosotros, al ver los altos costos de la escuela del condado, decidimos que esa era tú mejor opción.

La chica sintió un fuerte golpe en el estómago, dándose cuenta de que todo lo que había planeado de poder hablar con la orientadora escolar se había ido al cesto de basura.

—Abuelos,  no pueden hacerme esto —sollozó la muchacha, olvidando por completo lo que la mujer le había dicho sobre cómo debía dirigirse a ellos— yo necesito ir a la escuela, necesito hablar con la orientadora, necesito que me ayude a olvidar las cosas que Joshua me hizo, necesito...

—Mira Lily —espetó su abuelo— en primer lugar no te estamos pidiendo permiso, te estamos informando de lo que haremos, segundo, creo que Liliana te dejó bien en claro como debías referirte a nosotros...

—Sí, señor —dijo la castaña sorbiendo por la nariz— lo siento.

—Y en tercer lugar —siguió el hombre—, no vas a hablar con ninguna orientadora porque nada pasó, aquí lo único que sucedió fue que te molestaba que te disciplinaran y decidiste inventar cosas de tu padrastro, afortunadamente la tonta de tú madre se dio cuenta y retiró la denuncia que pesaba sobre él, ahora solo falta que él vuelva al lado de tu madre para que la ayude con la crianza de tu hermano.

Con cada palabra que escuchaba, Lily sentía que un millón de puñaladas se clavaran en su corazón; sus abuelos apoyaban a Joshua ¿Cómo eso era posible?

—Y ojo, no es que apoyemos la relación de tu madre con ese bueno para nada —dijo el señor Rowell, como si estuviese leyendo los pensamientos de su nieta— pero es que no podemos permitir que ese niño crezca sin padre.

—Yo crecí de ese modo y mi madre y yo estuvimos bien —susurró la muchacha, contrariada.

—Si claro, tú creciste sin padre… solo porque a tu madre no se le ocurrió mejor idea que quedarse con el imbécil de tu padre a pesar de haberse enterado de que era un jodido canceroso.

El hombre hablaba con odio, con desdén. Detestaba a ese pobre chico solo porque su hija se enamoró de él y quedo embarazada teniendo apenas diecisiete años.

—¡No vuelva a hablar así de mi padre! —Gritó Lily, airada— ¡Nunca en su vida se vuelva a referir a él de esa forma!

La chica se le quedó mirando de forma desafiante, a ella podían insultarla, humillarla, usarla y destruirla pero no a su padre, él era sagrado, y, aunque no lo conocía, si le preguntaran que quería más, si pasar toda la vida al lado de Peter o pasar una tarde al lado de su padre, escogería a su progenitor sin dudar.

—¡Maldita malcriada! —gritó el hombre antes de darle una fuerte bofetada a la muchacha, haciendo que ésta cayera al piso— ¡si no puedes obedecer a tu madre no hay problema, pero aquí no se hará tu santa voluntad!

Liliana miraba toda la escena asustada, ella misma sabía lo violento que podía llegar a ser su esposo pero, ni en sus más horribles pesadillas, pensó que él se pusiera violento con su nieta, en especial porque a Laura nunca le había tocado un pelo.

—Déjala George, déjala.

—¿Ahora vas a apoyarla Liliana? —vociferó el hombre alzando un puño para golpear a su esposa.

—No —soltó aquella con voz temblorosa— es solo que no creo que debas golpearla antes de que vaya a buscar trabajo, todo el mundo se dará cuenta de ese moretón.

El hombre soltó un bufido y se sentó de nuevo en el sofá.

—Levántate de allí niñata —le gritó a su nieta— tan poco fue para tanto.

Lily se levantó del piso, tomó su celular, el cual lo había depositado en la mesita de la sala, se secó las lágrimas y se dispuso a caminar.

—¿Adónde crees que vas? —preguntó su abuela.

—Voy a mi habitación señora Rowell —susurró la chica con voz llorosa— con permiso.

—Una cosa más —dijo el hombre a quien ella no podía llamar abuelo, no, para Lily él era un monstruo y los abuelos no son eso— tú madre nos contó que te fuiste de su casa para irte a vivir con un tal Peter…

—Sí, si lo hice —respondió aquella llorando— y, de haber sabido que iba a vivir esta pesadilla, me hubiese quedado a su lado.

El hombre la miró de forma iracunda y levantó una mano, amagando volver a golpearla. La odiaba por comportarse de ese modo, igual a Laura cuando él le sugirió que se hiciese un aborto y ella se negó.

—Pero ahora estás aquí, así que finalmente no tienes lo que quieres —se burló el desalmado hombre— y, por ello, si llego a enterarme que te comunicas con ese tipo, te largas de mi casa ¿te queda claro?

Lily abrió los ojos como platos.

—¡No puede hacerme esto! ¡Yo lo amo!

El hombre perdió todo su autocontrol y volvió a golpear a la adolescente, esta vez rompiéndole un poco el labio.

—¡Basta George! —gritó Liliana, ganándose para ella misma su propia golpiza.

—¡Mujeres de mierda! —gruñó el hombre antes de salir de la casa dando un portazo.

Lily se quedó llorando en una esquina durante mucho rato, observando a su abuela siendo abusada pudo darse cuenta porque su madre era como era, tal vez ella también había sido maltratada o simplemente era una espectadora de los maltratos que su padre le brindaba a Liliana y, con el tiempo, el subconsciente le decía que, cada que una mujer era maltratada, irreversiblemente era su culpa.

—Abuela —susurró la chica mientras se ponía al lado de la mayor para abrazarla y ayudarla a levantarse.

—¡Déjame! —gritó aquella— ¡más te vale que nunca vuelvas a rebelarte al señor Rowell, no estoy dispuesta a seguir siendo maltratada solo por defenderte!

Lily se le quedó mirando con tristeza, al menos ella, al lado de la familia Wallace, había comprendido que ella no merecía ser maltratada y que debía denunciarlo, para su abuela, quizás era demasiado tarde.

—Si señora —acordó la adolescente sin embargo— no volverá a pasar, jamás volverán a saber de Peter, se los prometo —mintió.

—Más te vale niña, ahora ven, déjame ver que se puede hacer para taparte ese golpe.

—No hace falta señora Rowell —dijo con pesar, recordando que ella sabía muy bien como ocultar un golpe en su rostro, aprendizaje cortesía de Joshua— yo puedo hacerlo sola.

Se marchó a su habitación, no sin antes dedicarle una mirada triste a la mujer de ojos verdes que estaba arreglando las cosas que había tirado su esposo cuando la golpeaba. Ella necesitaba escapar rápido de ese lugar, antes de que perdiera el último resto de cordura que aún le quedaba.

NOTA DE AUTORA:

Les quiero explicar el porqué de este capítulo tan crudo.

He notado que muchos critican la forma de ser de Laura y hasta la forma en que Lily se alejó de Peter y, con este capítulo, intento mostrar una terrible realidad: Muchas mujeres maltratadas son tolerantes al abuso sufrido por sus similares, estigmatizándolas y culpándolas. Frases como "Ella se lo buscó" son dichas a menudo por mujeres que, tal vez, han sido maltratadas por sus familiares, han visto como un familiar cercano es abusado (como el caso de Laura) y no han hecho nada para evitarlo, mucho menos para denunciarlo, y es esa una de las razones por las cuales el circulo de la violencia contra la mujer e intrafamiliar nunca se interrumpe.

Tal vez estoy viendo las cosas desde un modo muy simplista, tal vez estoy viendo las cosas desde un punto de vista demasiado extremo, pero, no sé, espero que, tal vez quien lea esto y viva algo similar se decida a denunciar al agresor, recuerda, tú vales mucho y no mereces sufrir... El amor puede llegar a doler, pero nunca debe dejarte heridas físicas, sexuales o emocionales más allá de las dejadas por un corazón roto.

NOTA: la novela está disponible para su compra en físico en www.autoreseditores.com/ libro/4327/jessica-gonzalez/vida-en-linea.html

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro