
Capitulo XXX
CAPÍTULO RE-SUBIDO
Luego de dormir sólo unos cuantos minutos, la adolescente se despertó, agitada, presa de la misma pesadilla recurrente.
Dicha pesadilla trataba de que, Lily estaba caminando por un camino boscoso, siguiendo a Peter que estaba camino a un río, al llegar a ese lugar, este se da un chapuzón para luego invitarla.
—¡El agua está divina Lily! —Gritó el chico— Ven, hazme compañía.
Lily al principio duda por unos instantes pero luego decide unirse al chico, comienza a quitarse la ropa en medio de piropos y chiflidos de su compañero cuando, de repente y en un momento de distracción de su parte, escucha un disparo, levanta la mirada y ve el cuerpo sin vida de Peter flotando en el agua, con un Joshua armado y sonriente por su fechoría a un lado del cadáver de su novio, ella trata entonces de huir de ese lugar pero, a sus espaldas se encuentra Brandon quien, sin mediar palabras, la empuja con fuerza haciendo que cayera al agua y quedase a merced de su padrastro.
—¡No! ¡No! —Gritó la chica con fuerza, Peter se despertó de prisa, asustado por los gritos desgarrados de Lily, al verla siendo víctima de una pesadilla, la abrazo con ternura para tranquilizarla.
—Cielo, despierta, es una pesadilla.
La chica abre los ojos, descolocada en su totalidad.
—¿Peter? —Preguntó— ¿Qué sucedió?
—Tuviste un mal sueño bebé —Le explicó.
—Ah, ya veo, replicó ella con tristeza al saber de qué se trataba.
—¿Quieres contarme que soñaste? Tal vez si lo cuentas, ya no te afectará más.
Lily se quedó mirando el rostro preocupado de su novio, el de verdad estaba hablando en serio, quería saber que había soñado pero, ¿cómo decirle a una persona que soñaste que lo asesinaban? Eso es muy cruel, se dijo a sí misma en su fuero interno.
—No Peter, no puedo —susurro la chica en respuesta.
—Está bien Albright, se hará como tú quieras —contestó el castaño haciendo un mohín.
—No te enojes mi amor —replicó la castaña, tomando a su novio por sorpresa al subirse a horcajadas sobre su regazo—. No quiero contarte porque es un sueño que no quiero que se cumpla jamás, ¿de acuerdo?
Peter se limitó a asentir, con la mente embotada de recuerdos y sensaciones de su chica en esa misma posición.
Lily se percató de ese detalle, se felicitó internamente por ser capaz de, a pesar de no ser la próxima top model mundial o algo por el estilo, producirle esas sensaciones a un muchacho tan hermoso por dentro y por fuera como lo era Peter.
—Lily —Gimió el castaño.
—¿Si? —Respondió la chica, frotando lentamente su cuerpo con el de su novio, colocando una sonrisa que derrochaba inocencia en sus labios— ¿qué sucede mi amor?
Peter no pudo seguir conteniéndose, esa chica lo estaba tentando demasiado, la tomó de la cintura y le dio vuelta para que ella quedara por debajo de él.
—Te amo Lily —dijo depositando un par de besos en su mandíbula— te amo y no me canso de decirlo.
—Eres tan especial Peter —dijo ella acariciando los brazos de su novio—. Es tan difícil escuchar a un chico decir eso, decir te amo, y tú en cambio lo dices tan seguido y con tanta certeza que pareciera que esas palabras estuvieran de oferta.
—Lo digo porque es lo que siento Lily Lo, y, si los hombres no lo dicen es porque son tontos.
Lily sonrió ampliamente y le dio un beso en el hombro.
—Tus anteriores novias debieron ser las chicas más felices de este... —Comenzó Lily.
—No —interrumpió el adolescente—. No hay otras novias Lily, y no te voy a mentir, si he estado con otras chicas, pero, no, no hubo nada más que sexo.
Peter se aclaró la garganta, quería olvidar lo que había hecho antes, no se sentía orgulloso de su pasado, y aunque sólo había estado con otras tres chicas y había sido de común acuerdo, ahora entendía que había estado usando a esas chicas.
—No te preocupes Peter —Dijo la chica apoyando su cabeza en el hombro de su compañero—. No me importa tú pasado, sólo me importas tú.
Peter le envolvió fuertemente en sus brazos, ella fue quedándose dormida lentamente, sintiendo un halo protector rodeándola.
***************
Unas horas después, Peter se despertó luego de ver a sus padres asomándose en la puerta de su habitación y observándoles a él y a Lily durmiendo juntos.
—Hijo —comenzó Sonia— no sé ni quiero saber los detalles sobre la vida sexual de tu novia y tú...
—¡Mamá! —Le interrumpió el joven.
—Sólo sé —Continuó Sonia— que, es necesario que me avises que están haciendo o en donde se encuentran para no tener que preocuparme.
Peter frunció el ceño, sin poder comprender en su totalidad las palabras de su madre.
—Hijo —habló Greg, quien se encontraba entrando a la cocina, lugar donde su esposa e hijo discutían—, tú madre y yo decidimos pedirle a la directora de tu escuela que nos mantuviese al tanto sobre cada cosa que le suceda a Lily, en especial después de lo que ella vivió con Joshua.
—Por eso —continuó Sonia—, cuando la directora me llamó y me dijo que ni tú ni ella fueron a la escuela, creo que no te parecerá extraño que me alterara.
—Lo siento mamá —se disculpó el chico, bajando la mirada—. Yo convencí a Lily de no ir a la escuela hoy, porque —suspiro pesadamente— Porque la llevé al hospital a hacerse un chequeo.
—¿Un chequeo? —Preguntó el teniente con preocupación— ya hace una semana dejaron de hacerle la diálisis, ¿volvió a enfermarse?
—No papá —respondió el chico— la llevé para una consulta con una ginecóloga —suspiró— pensé que la había dejado embarazada.
—¡¿Qué?! —Gritó Sonia— ¿Que tu hiciste qué?
—Cálmate mamá, eso no sucedió...
—¡Pero pudo pasar! ¿En qué demonios estaban pensando?
—Tranquilízate Sonia —interrumpió Greg— ¿Puedes contarnos lo que pasó Peter?
Peter lanzo un largo suspiro para luego terminar contándoles todo, desde el momento en que estuvieron juntos por primera y única vez, el pequeño agujero de su preservativo, el miedo que tuvo de decirle a Lily lo que había pasado por temor a que no se quisiera mudar a su casa, la discusión que tuvo con Lily porque ella seguía en contacto con Brandon, la borrachera que se dio ese día por los celos y por la celebración de que se iría a Chicago, lo que había sucedido con Lily en cuanto él regreso a casa esa madrugada, la confesión de ella de los síntomas que había estado teniendo, su temor de que ella estuviera embarazada y como se había esforzado por hablar con ella para confesarle su error y, por último, todo lo que había ocurrido ese día en el hospital.
—No entiendo porque no confiaste en nosotros hijo —dijo Greg— corriste con suerte de no haber embarazado a esa muchacha ¿Sabes que, lo que están haciendo, aunque sea de común acuerdo es un delito? Ella es menor de edad y…
—¡¿Qué?! —Gritó Peter, enojado— ¿Qué yo tenga relaciones con mi novia es un delito solo porque soy un año mayor que ella pero que lo que hacía Joshua no lo es? ¡Es ridículo! —Dijo, soltando un bufido exasperado.
—Hijo —replicó el teniente, sosteniendo por los hombros al castaño—. Nadie ha dicho que lo que hizo Joshua no sea un delito…
—¿Ah no? —Pregunto el chico con ironía— Si no piensan eso ¿Por qué no lo han apresado ah? ¿Por qué ese malnacido sigue libre?
—¡Peter! —Le riñó Sonia— ¡No le grites a tu padre!
—Déjalo tranquilo mi amor —respondió el mayor— Peter tiene razón, la policía ha sido muy condescendiente con ese criminal, y, como te conté cuando veníamos en camino, ahora que los Federales se van a encargar del caso, menos podremos hacer nada.
—Disculpen —interrumpió el adolescente— ¿Escuche bien? ¿Los Federales?
Peter miraba a su padre con gran confusión, si bien Joshua había asesinado a su hermana, ese caso estaba cerrado y lo de Lily, era algo demasiado local como para ser de interés nacional o algo así.
—Si hijo, los Federales —Respondió Greg encogiéndose de hombros—. Verás, se nos comunicó que la policía Federal cuenta con una persona que está trabajando con ellos en calidad de persona amparada bajo la política de protección de testigos y, dicho sujeto, del que solo se nos comunico es una mujer, les informo que Joshua no solo le había atacado a ella al punto de casi matarla, sino que también el mismo le había confesado que había asesinado a un par de muchachas años antes, de las cuales nadie se había enterado pues como eran indigentes, asumieron sus asesinatos como crímenes entre desamparados.
La mandíbula del chico cayó al suelo y sus ojos se llenaron de llanto, su novia no solo estaba bajo el acecho del asesino de su hermana, sino que de hecho, ese tipo era una especie de asesino serial.
—No puedo dejarla sola papá —Musitó el chico nervioso—. No puedo irme a Chicago sabiendo que ella se va a mudar a Ohio y no tendrá a nadie cuidándola, tengo que hacer algo.
—Tranquilo hijo —dijo Sonia abrazándole, temiendo que el chico tuviera un ataque de pánico—. La policía está trabajando y seguro ese hombre será detenido antes de que tu novia se mudé con sus abuelos.
El chico levantó la mirada y centró sus ojos en los de sus padres, necesitaba confiar en ellos pero el nudo en su garganta le impedía hacerlo en su totalidad, era definitivo, él tenía que hallar la manera de hacer que Lily se fuera a vivir a Chicago con él, era la única forma de protegerla, claro, se le haría difícil encontrar una forma de convencerla puesto que ella desconocía lo de la huida de Joshua de la cárcel.
—¿Me imagino que debemos contarle a Lily lo de Joshua, para que esté preparada? —Preguntó el muchacho, tanteando el terreno.
—No Peter —replicó su mamá—. Como ya te dijo tu padre, la policía está trabajando en ello y no creo que sea necesario alterarla sabiendo que tal vez no suceda nada.
Peter frunció el gesto, confundido y un poco molesto, odiaba la idea de tener que ocultarle cosas a su novia, y más si estas eran importantes.
—Hijo, si hay necesidad de decirle, yo mismo lo haré ¿De acuerdo? —Intervino Greg— Por ahora, solo preocúpate por llevar una vida normal con ella, déjanos a las autoridades resolver esto ¿Esta claro?
Peter se limitó a asentir para luego retirarse a su habitación, no quería discutir ese punto con sus padres, él ya había tomado una decisión y la llevaría a cabo, Lily se mudaría con él a Chicago, les gustará a sus padres o no, la única forma en que no sucediera es que ella no aceptara lo que le pediría, y si eso pasaba, capaz y era una señal de que su relación no tiene futuro...
NOTA: la novela está disponible para su compra en físico en www.autoreseditores.com/ libro/4327/jessica-gonzalez/vida-en-linea.html
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