28. Recycling.
Hi~ ¿Me extrañaron por estos lares? Porque estuve malita del ojo estos últimos días, no sean como yo que cree que las cosas sanaran por arte de magia y luego cuando va al medico están peor, pero hoy ya estoy sanita y salva, así que volvemos por estos lares. Confieso que siento que el capítulo quedo feo, pero fue mi impresión mientras escribia, mientras editaba no lo sentí tan así, por ende, lo dejo más a su jucio. Pero ya nos quedan cuatro capítulos practicamente y se nos fue.
Gracias por tanto <3
—Todavía no entiendo por qué estamos haciendo esto, viejo. —Las manos de Max se congelan sobre el cúmulo de artículos que ha desempacado hasta convertirse en puños, debería estar acostumbrado a que Ash sea un irrespetuoso—. Momia, dinosaurio, fósil. Oye, vejete.
Pero no.
Nunca se terminará de acostumbrar ¿viejo? Con suerte tiene 35, ni siquiera va en la mitad de su vida.
—Anciano. —Pero aquí está su mocoso canturreando apodos crueles mientras balancea las converse (repletas de mugre, por cierto) en la mesa del salón, imposibilitándole el concentrarse—. ¿Acaso me estás ignorando o realmente te quedaste sordo de tanta vejez acumulada?
—¿Cómo eso tiene sentido? —La indignación le gana para que baje las manos hacia los papeles, alza la mirada con la esperanza de poderlo regañar, sin embargo, la imagen de Ash le recuerda demasiado al gato del país de las maravillas, bastardo—. Solo soy un par de años más viejo que Griff.
—Vaya, estás delirando, tendré que matricularte antes de lo previsto en el asilo.
—¡Ya!
—No te alteres, es malo para tu corazón. —¿Acaso hay manera de ganarle? Max aprieta la mandíbula con la esperanza de poder seguir con su trabajo, no obstante...
—¿Podrías dejar de patearme por debajo de la mesa?
—¿Ah? —No se detiene, sino que lo intensifica—. Perdón, no me había dado cuenta.
—¡Te estás comportando como un mocoso!
—Pero un mocoso casado. —Tararea sacándole en cara el anillo dorado—. Te gané hasta en eso, eres todo un caracol después de todo, tu hijo te ganó.
«Hijo».
¿Cómo podría enojarse en serio si lo llama así?
¡Déjame en paz, viejo! ¡Si me sigues persiguiendo, te mataré!
Después de todo lo que había hecho por Ash en prisión, tratando de mantenerlo a salvo de los demás reos incluso si eso implicaba sacrificar un cuerpo tan delicado como el suyo fue el colmo, al principio realmente no podía empatizar con un crío tan problemático ¿qué le dijo su abogado? "¿Por qué estás siendo tan duro con él? Es solo un niño que fue inculpado por un crimen que no cometió" Poco a poco se encontró a sí mismo aún más involucrado en su vida, Max podría haberse desligado, tenía el diario con las investigaciones de Stephen Thompson y ayudó a que lo soltaran, no tenía más deuda, la culpa que sentía hacia Griff podría haber quedado zanjada ahí. Pero no. Max no pudo simplemente dejarlo.
¿Por qué?
En parte se debe a la naturaleza obstinada e incluso obsesiva de su personalidad que lo mantuvo ahí en plena línea de fuego para entender qué era "banana fish" sin embargo, la respuesta verdadera es que en algún punto empezó a querer a Ash por ser Ash.
—¿Te enojaste en serio? —Y sabe que tomó la decisión correcta al verlo con una mueca arrepentida.
—No. —Es un niño, piensa—. No podría enojarme contigo mucho tiempo en realidad. —Un brillo de alivio enciende sus jades y es curioso cómo mientras más tiempo pasan juntos más consciente tiende a ser de los detalles que lo hacen ser Aslan, sí, ¿cómo decía Griff?
Sus ojitos relumbran cuando está feliz, si su cara se quema aparecen pecas, tiene hoyuelos que oculta y son fáciles de ver si lo haces sonreír, su sonrisa me ha mantenido acá, era difícil ¿sabes? Era un niño cuando tuve que aprender a criar a Aslan, pero creo... creo que me siento orgulloso, creo que hice un buen trabajo si él es feliz, le gusta el béisbol y aun va a la escuela, está sano y me dice Griffy, me ama y es la razón por la que aún estoy vivo, si algo le pasara... yo no podría...
No. No pensará en eso ahora.
—No es que me haya importado ni nada. —Balbucea mirando los papeles—. De todas formas ¿acaso no deberíamos estar revisando diarios de Irak? —Asiente—. ¿Y qué hacemos con tu caja de reciclaje?
—Están acá. —Ash alza una ceja, decepcionado.
—¿Por qué tienes tus pertenencias más valiosas en un bote de reciclaje, viejo?
—No me juzgues, he visto cómo tú tienes tu cuarto y tampoco es una maravilla, podría jurar que hay hasta microcosmos en tus calcetines sucios o tu ropa interior.
—¡Eso no...!
—¿Por qué la dejas tirada por ahí? Buddy estaba usando uno de tus boxers como una manta la última vez que fui, no me extraña que ame más a sus padrastros.
—¡Ah! —Se levanta de la silla solo para volverse a dejar caer, no tiene defensa—. Tch. —Por supuesto se sienta amurrado con los brazos cruzados y el puchero mal disimulado en medio de la sala de estar.
—De todas maneras... —Los dedos de Max revuelven el resto de las cajas—. Si quieres saber más de Griff ¿por qué no solo le preguntas?
—No quiero que él sepa que estoy interesado.
—Eres todo un tsundere ¿verdad? —No le responde, en su lugar, hunde su cara colorada en su palma mientras finge estar revisando el resto de las cajas con las otras, realmente es un niño—. Asumo que esto no tiene nada que ver con la visita que tuvimos a Cape Cod ¿no es así?
—Era mi luna de miel. —Enfatiza—. Y sí. —Ash hunde sus hombros en su polera—. Solo... me gustaría poder conocer mejor al hermano que tuve enfrente, pero era muy joven para saberlo, quiero amarlo.
—Ash.
—No digas nada, solo sigue buscando.
—Eres tan... —No tiene tiempo para conmoverse—. ¡Acá están!
Max alza un álbum de fotografías.
Creía que habían cosas que había superado u olvidado en su totalidad, hubo un tiempo en que cargar con su propio PTSD (neurosis de guerra en aquella época) fue insostenible, siempre se consideró el más fuerte de su familia y aun así, en Irak se desmoronó, no solo porque tuvo que aceptar que estaba matando a personas sino que tenía que sobrellevar pérdida tras pérdida sin que hubiera un sitio para los duelos, la humanidad era un lujo en la guerra, así que optó por hacer lo que todos hacían mirando al enemigo como un enemigo, no como otro ser humano. Fue más fácil. Mentira. Lo mantuvo cuerdo en ese infierno, luego de dispararle a Griff en las piernas prefirió fingir que Irak nunca...lo borró, sacó todas sus memorias, botó todas sus fotografías y trató de seguir con su vida. Por eso están en su caja de reciclaje. Por eso nunca pudo ser un buen papá o un buen esposo para Jessica. Podía fingir delante de los demás que esto no le afectaba ¿pero enfrente de sí mismo? ¡Ja! Ni un puto día se engañó, Irak es la prueba de todos sus crímenes y dolencias.
—Wow. —Pero Ash está vislumbrando maravillado el infierno—. Realmente querías a esas personas.
—¿Cómo sabes? —Hay una sonrisa dulce en su pequeño hijo.
—Eiji me enseñó a entender las fotografías de otra manera. —Le explica—. La fotografía es lo que te permite entender cómo el artista ve el mundo, estas no están del todo mal. —Ash no es brusco sobre las páginas ni las vivencias que tienen escritas, es gentil y Max atesora esos instantes—. Eras bastante gay en ese entonces.
—¡Ah! —La magia se acabó—. ¿Por qué dices eso?
—La mitad del álbum es Griff.
—Oh. —De pronto, su cara está caliente y Ash lo está mirando con un asco indescriptible—. No sabía.
—Ugh, ustedes eran tan obvios. —Rueda los ojos con falsa molestia, lo vislumbra por la sonrisita que oculta contra su palma mientras finge desinterés dando vueltas las páginas—. Debió ser duro amarlo en ese contexto.
—¿A qué te refieres? —No infiere.
—A que debió ser jodido amarlo sabiendo que podías perderlo si bajabas la guardia.
—Ash. —Pero ya no están hablando de ellos.
—Y aun así Griff impresiona sentirse apoyado por ti, incluso después de la guerra.
—¿Me quieres preguntar algo? —Ash alza la mirada del álbum de fotografía con una expresión gélida y tan punzante que se siente atravesado por una navaja.
—Sí. —Traga duro, sus manos se convierten en puños sobre el álbum, la lucha interna arde entre sus pupilas, debe ser duro aceptar que necesita ayuda—. Quiero un consejo. —Su corazón se derrite.
—¿Un consejo? —Intenta no parecer demasiado emocionado, más, son contadas las veces que Aslan le pide ayuda y le da está satisfacción paterna—. Adelante, te escucho.
—No sé si hago lo suficiente por Eiji. —Entonces baja la cabeza—. Eiji ha sido más sincero y aun así...
—¿Lo suficiente para quién? —Lo ataja.
—¡Para mí! —Ash tensa sus yemas contra su cabeza como si intentara hacer un agujero en su cerebro y ve la catástrofe escalando en su mente, debe ayudarlo a bajar, no siempre puede solo, mucho más considerando que ambos chicos están en una fase aguda de tratamiento—. ¡Quiero ser mejor esposo para él! Estoy mejorando, estoy apoyándolo mejor, Eiji se ve más feliz, pero siento que no es...a veces siento que me dice que lo apoyo para dejarme contento, no creo que haga lo suficiente y pensé que tú me entenderías porque podría haberte pasado similar con Griff. —Vaya que tenía cosas guardadas sin que se diera cuenta.
—Creo que haces lo suficiente, se ve mejor. —Usa sus palabras con cautela, va de puntitas igual que lo haría si estuviera caminando por un bosque de hojas secas y no quisiera despertar al depredador.
—Eso es gracias a sus propios avances. —Gruñe—. Me estresa quedarme quieto sin tener el control.
—Así se debió sentir Eiji todo el tiempo contigo. —Mierda, se le salió el pensamiento—. Lo que estoy tratando de decirte es que Eiji también tuvo que esperarte en ese departamento sin poseer el control de nada de lo que ocurría a su alrededor.
—Debió pasarla bastante mal. —Ash se encoge sobre sí mismo casi como un gatito regañado, precisa aclararse o esta podría ser una crisis nueva—. Debió odiar eso.
—Pero Eiji de todas maneras se quedó ahí ¿sabes por qué? —Aslan niega—. Porque Eiji confía en ti.
—Oh. —De repente su mirada se suaviza—. Cierto.
—Realmente no piensas bien cuando se trata de él.
—Cállate.
Max sonríe extendiendo una palma para acariciarle la cabeza y cree entender la impotencia de Griffin en relación a lo vivido en Cape Cod, incluso antes de conocer a este mocoso, Max ya era padre, luego de entender a Ash y el averno que sobrevivió no pudo evitar hacer el paralelo ¿cómo se sentiría si le hicieran daño a Michael?, ¿cómo podría vivir con la culpa si su pequeño e inocente niñito fuera...roto a manos de unos bastardos sin corazón? Asume que por eso lo vela a pesar de lo jodidas que pueden ser sus defensas. Sí. Por eso quemó sus fotografías. Por eso lo siguió. Por eso incluso cuando estaban a punto de revelar la verdad sobre banana fish y Ash apareció con un arma para traicionarlos él sabía que era porque Eiji peligraba.
—Es difícil cuidar a alguien así, lo entiendo. —Entonces continúa para seguir aterrizando la catástrofe y no porque sea un experto ni nada, esto es lo que ha aprendido tanto tiempo con el mocoso—. Pero soy sincero cuando te digo que haces lo suficiente, el único que puede juzgar lo contrario es Eiji.
—Eiji es un bastardo sin autocuidado. —La sonrisa del mayor se suaviza al ver el sonrojo en sus oídos.
—Bueno, si es tu esposo debe serlo.
—¡Oye! —Gimotea.
—Pero habla eso con él, has aprendido a hablar muchas cosas con Eiji, con todos en general, he visto esa lucha en primera fila, aunque a veces falta.
—Ya decídete, ¿eres periodista o terapeuta? Porque no puedes ser ambos.
—Soy tu papá. —Ash tirita en la palabra—. Por eso debo ser un poco de todo, los hijos son exigentes.
—Max.
—¿Sí? —Sus jades se despegan de las fotografías de Irak.
—¿No te dio miedo?
—¿Qué cosa?
—Tanto tú y Griff han pasado por cosas jodidas y bueno...a veces me da miedo que entre Eiji y yo ya hayamos pasado por tantas cosas jodidas que no sea sano estar juntos, no siento dependencia de él ni nada de eso, racionalmente sé que podría dejarlo, lo intenté varias veces, pero acá... —Arruga uno de sus puños sobre su camisa, apretando llanamente su corazón—. Acá no, eso me da miedo.
—¿El mocoso que se enfrentó a toda una mafia e incluso a la casa blanca le tiene miedo al amor? Ja, en serio eres impredecible.
—Olvídalo, nunca debí...
—Sí. —Max evita que Ash se pare tirando la bomba—. Claro que me sentí así, traté de ignorar lo que me había pasado en la guerra y vivir como si no estuviera cargando eso y mira a dónde me llevó: mi esposa se divorció de mí y herí a mi hijo. Hacer como que las cosas nunca pasaron no evita que hayan pasado por mucho que lo odiemos, por eso hay que hacerse responsables y sin quedarse pegado en el pasado, es una línea complicada. —Max se rasca la nuca.
—No. —Sus pestañitas doradas revolotean—. Creo que lo entiendo, solo se siente raro pensar en mi vida como algo más allá de un trauma ¿sabes? Cada vez que quiero ver una carrera me da risa, ¿qué diablos iría a hacer yo en un lugar así? Me aterra pensar que si entro todos sabrán lo que hice, es mi percepción, lo sé, ya he trabajado sobre toda esa intrusión y bla, bla, bla.
—Ash.
—Pero a veces siento que tengo mi pasado escrito en la piel, es difícil de explicar, a veces solo aprieto los ojos con fuerza antes de acostarme y deseo nacer en un cuerpo limpio como si pudiera mudar la piel igual que una serpiente y luego al despertar veo todas las cicatrices, veo las de Eiji y me da pena.
—Mocoso.
—Por eso quería preguntarte si alguna vez eso se va. —Sonríe con ahogo—. A juzgar por cómo tenías las fotografías escondidas asumo que no.
—No, no se va.
—Vaya que desalentador.
—No se va, pero cada día mejora un poco, ¿no es así? —Los jades caen directamente sobre su propio anillo de matrimonio—. Creo que el concepto de una vida feliz está sobrevalorado, no hay nadie que siempre esté satisfecho o contento, hay mierda, tú y yo lo sabemos mejor que nadie. —Max saca del álbum una de las fotografías—. Pero hay cosas que valen la pena para seguir acá.
—Ja. —El más joven se cohíbe al tomar la imagen entre sus yemas, no porque sea ajeno a la sonrisita de su hermano puesto que la tiene enmarcada en el recuerdo sobre las ligas menores, aun así aprecia la diferencia del ambiente, incluso en un sitio tan decadente como la guerra Griffin se ve...joven bajo el brazo de Max, no como un papá o una mamá, no, solo joven y un poco perdido—. Realmente eran obvios con sus sentimientos, vaya que fueron tontos por no notarlos.
—Mira quién habla.
—De tal palo tal astilla ¿no? —Mocoso de mierda.
—Supongo que sí. —Los ojos de Max brillan entre los montones de fotografías—. ¡Ah! Casi me olvido de darte esta.
—¿Qué? —Ash parpadea. Una. Dos. Miles de veces—. ¿Por qué tienes esa foto?
—Te la iba a dar como regalo de bodas pero considerando el fiasco que fue preferí quedármela hasta que te considerara digno.
—¡Viejo! —Ahora sí lo patea con fuerza—. ¿Eiji lo sabe?
—Claro que no, Shunichi me mataría si se entera, así que es un secreto.
Porque esa imagen.
«Fly boy in the sky».
Ojalá hubiera podido ver esa foto que le tomaste a Eiji.
Claro, se lo refirió a Ibe antes de batallar contra Arthur, la vez que estaba decidido a que Eiji lo odiara, no solo compró un boleto de avión a sus espaldas y le ordenó a los chicos arrastrarlo al lugar, es que Ash no se despidió y eso fue lo peor, ahora, tomando la pequeña imagen entre sus manos, viendo la sonrisa tan despreocupada que Eiji está esbozando con su cabello siendo una maraña esponjosa, sus movimientos gráciles perfectamente captados mientras sus ojos desprenden un fuego inefable. Esto. Esto es lo que Eiji es capaz de hacer y nadie más puede. Eiji transmite sus emociones así. En un fuego. A carne viva. Con un fulgor que hacen de sus ojos un universo entero.
—Es precioso. —Suspira enamorado.
—¿Qué es precioso? —Eiji y Griffin están de vuelta.
—Esto. —Ash le da una sonrisa de comemierda mientras alza con orgullo la pieza de arte—. Todo un bombón.
—¡Ah! —Claro que Eiji enrojece hasta las orejas llegando incluso a soltar las manecillas de la silla de ruedas—. ¡¿Cómo conseguiste eso?!
—Max traicionó a Ibe para dármela. —Su padre lo mira con una expresión totalmente dolida al haber sido tirado por la borda—. Y ahora es mía. —Ash besa la imagen. Una. Dos. Tres. Hasta que el papel está mojado.
—Para. —Eiji se muere de vergüenza.
—Ahora sí tengo un esposo de bolsillo. —No obstante, por el mero placer a fastidiarlo aún más Aslan no deja de darle besos a la imagen—. Y lo voy a llenar de mimos.
—¡Ash!
—Creo que se la mostraré a todo el mundo para presumir la réplica tamaño real de mi esposo, estoy seguro de que tus amigas amas de casa morirán al verla.
—¡Ya basta!
—Incluso Yut-Lung, apuesto que arderá de envidia hasta derretirse.
—¡Ash! ¡Dámela!
La pelea es infantil, es Eiji levantándose en la punta de sus pies y dando saltitos para alcanzar la pieza artística y un Ash malvado explotando toda la brecha corporal y estirándose igual que un gato tirando comentarios sobre lo lindo que se ve, su cara de bebé, sus mejillas regordetas, lo sexy que le quedaba el uniforme y cualquier ocurrencia que le venga a la mente con tal de intensificar su rubor ¿para qué lo niega? Adora molestarlo, mientras están gimoteando en eso se da cuenta de que Lobo por primera vez tiene razón en algo. Esto vale la pena.
Ellos valen la pena. Ellos.
Y quizás algún día yo también pueda valer la pena para mí mismo, solo quizás.
—Vaya que disfrutas torturando a tu pobre esposo. —Hay una punzada de regaño en la voz de Griffin cuando terminan de cenar, se ha vuelto costumbre tener esas pequeñas reuniones, Eiji se ha sentido poco a poco más confiado para volver a salir y él ha podido revincular con su infancia—. Si entiendes que Eiji es mi favorito entre ustedes dos ¿verdad?
—Griff. —Arrastra las palabras igual que cuando era niño y quería pedirle algo, que le cocinara dulces o que lo dejara ir al lago usualmente—. Yo soy tu hermano menor ¿recuerdas?
—Sí, pero él es más pequeño.
—¿Es mi culpa que sea un enano?
—Aslan, probablemente tú serás más alto que yo y eso me convierta en un "enano". —El nombrado se encoge de hombros mirando hacia el ventanal, no ha querido salir, hace demasiado frío, pero aun así disfruta de vislumbrar las estrellas, lo único que vale la pena de este basurero es la vista.
—Estoy a favor de los derechos de los enanos. —Tararea asentando poco a poco el ambiente—. Griff.
—Vi las fotos que estaban sobre la mesa. —Su hermano se adelanta—. No me vas a dejar pasar Cape Cod ¿no es así?
—Más que Cape Cod... —Ash patea la alfombra—. Jim. —Y se sienta en el piso para quedar a la altura de la silla de ruedas, están a espaldas del comedor y enfrente del ventanal.
—Papá es un tema complicado.
—Jim es un tema traumático.
Ash lo sabe y lo ha pensado en más de una ocasión, ya no tanto para sí mismo puesto que enfrentarlo lo ayudó a apaciguar su pasado sino por Griff, mirando esas fotografías se dio cuenta de que si fallecía el nombre de Griffin Callenreese desaparecería por completo, no tuvo tiempo para hacer amigos ni para pensar en sí mismo, eso le da rabia, Griff solo trató de mantenerlo vivo en esta familia de mierda para que no pasara las mismas carencias que él pasó, siempre lo hizo con una sonrisa, siempre dulce y comprensivo, siempre siendo un papá y una mamá, incluso Dawson lo dijo, Griffin fue el único que no lo intimidó y ¿cómo le pagó? Eligiéndolo como rata de laboratorio. Le da impotencia. Si la crianza que Jim le dio ya fue negligente con Griffin fue aún peor.
—Siempre supe que no tenía buena relación con papá pero una de las cosas que me hacía ilusión en Irak era poder volver para arreglarlo. —Sus ojos añiles se encuentran cristalizados en un sentimiento que si bien, da cuenta de tristeza es mucho más profundo—. No puedo perdonarlo, no por cómo fue conmigo, sino porque él no te cuidó, Aslan.
—Griff.
—Y debía cuidarte. —Sus manos se tensan encima de su regazo, Ash tiene la necesidad de apretarlas.
—Deja de torturarte con eso. —Y lo hace.
—No me torturo con eso aunque es inevitable, todavía tengo pesadillas y a veces me desmorono, el tema me pega fuerte, pero quiero ser un buen ejemplo para ti y aprenderme a parar, siendo honesto no es solo por ti, estoy aprendiendo a quererlo por mí mismo, solo que Cape Cod fue un bajón.
—Igual que Eiji con su papá. —Piensa en voz alta.
—Exactamente. —Y a juzgar por la poca sorpresa que yace en su cara anticipa que lo hablaron en el camino al supermercado—. Ese niño me entiende bien en ese sentido, cuesta dejar ir a los papás, al final será la decisión de Eiji y tú solo podrás estar ahí para apoyarlo, pero... —Griff le aprieta de vuelta la mano—. Pero es importante que estés ahí aun sino sientes que haces "lo suficiente".
—Lo notó.
—Claro que lo notó, subestimas lo bien que te conoce. —Y de repente, tiene las orejas calientes con una sonrisa que muestra hoyuelos, de repente, mira a su hermano hacia arriba tal como lo hacía con siete años, al final nunca se fue, es cierto, se ve diferente, ambos lo hacen—. En serio me agrada Eiji.
—A mí igual. —Pero siguen siendo los mismos—. El bastardo es un terco.
—¿Qué te he dicho sobre insultar a tu esposo?
—Qué no debo llamarlo bastardo terco. —Sus ojos azules lo fulminan—. Aun si lo es.
—No te intentes pasar de listo, veo que se te aflojó la lengua estos años que no estuve.
—Y se me aflojaron otras cosas.
—¡Aslan!
—Mis traumas mis bromas. —Sin embargo, ambos acaban riendo, es grato poderse tomar con mayor ligereza estas dolencias y tal vez empezarlas poco a poco a reescribir—. ¿Puedo decirte algo?
—Sabes que puedes.
—Pero es algo feo y es sobre Eiji. —Su hermano se voltea para asegurarse que Max y Eiji estén viendo el partido en la televisión ¿quién diría que esos dos son deportistas? Francamente no comprende la preferencia en vez de los libros—. No te preocupes, no nos recordarán hasta el medio tiempo porque Eiji organiza juntas de partidos con los chicos en contra de mi voluntad, ya estoy familiarizado con el ambiente Neanderthal. —Griff ríe.
—Cuéntame. —Y le da permiso.
—Quiero gustarle a los padres de Eiji.
—Oh.
—Sé que es tonto. —Ash arrastra sus rodillas hacia su vientre para poder hacerse un ovillo, la espalda cae contra el soporte del sillón aun estando al revés—. Y se escuchan mucho más intimidantes a Jim, Dino o cualquier otro sujeto que haya conocido, pero no sé, hay una parte de mí que en serio...quiero gustarles, quiero que me reconozcan como alguien bueno para Eiji, ¿eso está mal?
—Aslan. —Su hermano le da una sonrisa suave, sus palmas abandonan la manta para deslizarse ante el trigal que se alza en la cabeza de su hermano—. No es malo, es esperable que ansíes gustarles, es lo mismo que Eiji debe sentir ¿no crees?
—Sí, pero el viejo adora a Eiji.
—Deja de decirle a Max viejo. —Suspira—. El otro día lo pillé comprando cremas anti edad. —El más joven muerde el interior de su mejilla para ocultar lo divertido que se siente con el tema—. Volviendo a los padres de Eiji, sabes a lo que me refiero.
—Es que sé poquito de Eiji. —Se profesa pequeño al pronunciar eso—. Me habla de Japón con cariño a pesar de todo, hubo un tiempo en que incluso soñábamos con ir, él creía que allí yo podría ser libre y ambos pecamos de ingenuos, nunca podré ser libre de mi pasado, me toca afrontarlo. —Y la mueca de asco no demora en aparecer—. Sueno como mi terapeuta, vaya lavado de cerebro.
—Eres imposible. —Griff ríe con cariño—. ¿Querías ir a Japón? ¿Quieres ir aun?
—Quiero conocer más de Eiji.
—Oh.
—Incluso compré ropa de niño bueno para cuando vengan, he estado practicando mi cocina, Eiji dijo que eran mañosos con la comida así que he estado aprendiendo a sus espaldas y con ¿ayuda? (¿cree que fue eso?) de Shorter a preparar sus platillos tradicionales, también he ensayado qué decirles, ya estoy siendo más responsable con las labores e incluso me estoy tomando en serio la universidad ya que al papá de Eiji le importan mucho esas cosas. —Y francamente escuchar a su hermanito tan feliz, emocionado e iluso le hace trizas el corazón.
Ash no lo entenderá porque su trato con Jim fue totalmente diferente, su autodestrucción surge ante una raíz distinta ¿pero Griffin? Si alguien puede entender a Eiji es Griff, por eso anticipa lo que pasará.
Es amargo.
—No te deprimas si no les agradas. —Va de a poco—. A veces no podemos cambiar al resto por más que queramos. —Y vaya que lo sabe.
—Pero incluso compré unos lentes. —Su corazón se aprieta—. Quiero verme intelectual, sé que ellos no están al corriente de la sexualidad de Eiji, por eso, quiero darles un yerno del que puedan sentirse orgulloso, quiero que más que nunca se noten mis avances en terapia y en todo, quiero... mierda, lo siento, sé que el tema es duro para Eiji y me siento horrible por desearlo, pero en serio quiero recibir su bendición.
—Está bien que la quieras. —Dice en su lugar, es algo que deben resolver ellos, lo vislumbra—. Si Eiji tampoco puede tolerarlos eso está bien.
—Lo sé, nunca lo obligaría... no es lo que trato de decir, si ellos se atreven a lastimar a Eiji te prometo que seré el primero en patearlos fuera de mi casa, no obstante, un lugar de mí espera que salga bien.
—¿Por qué quieres que salga bien?
—Es difícil de decir en voz alta.
—Si es difícil decirlo en voz alta deberías escribirlo.
Escribirlo ¿eh?
De hecho, Ash lo escribe.
Lo escribe y se siente culpable por lo que escribe, no porque vaya a mandarlo o algo similar, aun así...
—Ven acá, gato mimoso. —Su esposo lo invita a acostarse en la cama.
—Eiji.
—Hemos pasado demasiado tiempo lejos del otro ¿no es así?
Eiji no le permite ahogarse, no es que sea una cura para los pensamientos intrusivos y catastróficos que constantemente lo acechan, él no es su salvación y lo tiene más que claro, tampoco lo necesita, no obstante, está tocándolo con cuidado, ha cerrado la brecha entre sus cuerpos, arrullándolo sobre su pecho y estrechándolo entre sus brazos como si quisiese protegerlo del mal y hubiera impotencia casi visceral al no poderlo hacer, le está presionando besos contra su cabello, no invalida ese latente sufrimiento sucio, pero lo toma, no teme tomarlo y mancharse, no para limpiarlo o cambiarlo, nunca lo ha hecho sentir que debe cambiar para ser amado, sino para transmitirle que es merecedor de la felicidad por muy lejana que se vea, que él mismo puede limpiarse y sanar y Eiji estará ahí hasta que se dé cuenta.
Una cara como la suya.
Un cuerpo como el suyo.
Un hombre tan sucio.
¿Lo querrán de yerno? Le da miedo.
—Griffin dijo que hablaron algunas cosas. —Eiji no quiere despegar su rostro de sus cabellos, aunque está abrazándolo para consolar a Ash impresiona igualmente revitalizado.
—Lo hicimos, me ayudó a pensar bastante en relación a mis padres.
—¿Estás nervioso por su llegada?
—Estoy muerto de nervios. —Suspira—. Pero ahora solo quiero quedarme acá contigo, ¿podemos?
—Podemos. —Ash acoge la petición—. Aunque no solo somos tú y yo. —Y por supuesto no perderá la oportunidad de molestarlo incluso con todo lo que está procesando—. Porque acá tengo la versión más joven y adorable de mi onii-chan.
—¡Ah! —Eiji chilla apenas lo ve sacar al Fly boy del bolsillo.
—Apuesto que en ese entonces eras adorable y no te la pasabas insultando como ahora.
—¿Sí? —Lo que no se esperaba es que al separarse Eiji sacara también una fotografía—. Griff me dio esta.
Ash palidece.
Es un bebé en el baño, su cabello está parado igual que el de un polluelo, se está comiendo la espuma en medio de la fotografía y ¿lo peor? Está desnudo con el pañal pegado a sus juguetes.
—¡Eiji! —Y es increíble que esto le dé pena y más en relación a la desnudez—. ¡Suelta eso!
—Aww, eras lindo, apuesto que ahí si respetarías a tu onii-chan. —Canturrea aferrándose a la foto.
—¡No! ¡No lo haría!
—¡Ash! ¡Ya suéltame! —Sin embargo el nombrado lo ataca entre besos y cosquillas—. ¡Eres un bebé!
Se quedan peleando el resto de la tarde y aun así siente que están yendo por el camino correcto por primera vez.
[Queridos señores Okumura:
Tengo mucho que contarles...]
Siento que este capítulo y el otro son muy de procesar cosas, mañana más enfocados en Eiji pero a fin de cuentas el 30 es para que Eiji enfrente sus conflictos más fuertes y el 31 es para que Ash lo haga, so, un poco de descanso no nos cae mal, espero que no haya quedado tan feo como me quede con la impresión, pero estas dinamicas deben tener algún alto y bajo, asjas, siempre hechos con amor eso sí.
Gracias por tanto~
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