25. Misdialed call.
Hi~ Ya les dije que los capítulos son bien dulces dentro de todo en este arco y sin bien, en Cape Cod casi siempre suelen pasar cosas malas en mis fics sentí este bien relajado dentro de todo, de hecho, me hizo darle vueltas a hartos temas, ya van a cachar porque.
Espero que les guste~
Están en Massachusetts, Cape Cod.
Es su luna de miel.
Ash debería estar contento, independiente de los fantasmas que su niñez le despierte, no existe nada más maravilloso que poder estar tirado en el pasto con Eiji, su cabeza se encuentra recostada encima de esos muslos torneados y bronceados que yacen enfundados en un short que lo remonta al verano que pasaron juntos tonteando. Pescado y papas fritas. Bananas. Nueces. Chips de chocolate y cereza. Con una Coca-Cola grande. Limpiándose sus dedos grasientos en sus camisas. Con la ropa aun puesta nadando en el río. Sí. Ese verano en que dejar a Eiji se volvió imposible. Y Aslan entendía la magnitud de sus sentimientos y en el fondo sabía qué nombre tenían. "Amor". Él amaba a Eiji. Y por eso mismo se permitió fingir un verano donde fuera normal, sabía que de la pelea de Dino no saldría vivo, estaba bien, ese verano vivió por todos los que no pudo.
¿Entonces qué diablos hace acá?
No sabe.
Tal vez, la vida es una hija de puta retorcida que goza torturando a los que se ven forzados a cruzarla.
Tal vez, realmente todo se acabó.
—Eiji. —De cualquier manera, lo llama para averiguarlo, más, no baja la mirada.
¿Eh? Así que a esto estamos jugando.
Así que Ash procede a enrollar sus brazos alrededor de su cintura y a hundir su rostro en esa camiseta blanca de a centavo para llamar su atención, sabe que lo ha hecho, porque su pulso saltado lo delata.
—Tu corazón está latiendo muy rápido, onii-chan.
Entonces el aludido baja la barbilla bajo la sombra moteada del árbol, le da un pestañeo somnoliento que alza las espigas igual que el aleteo de un mirlo, separa levemente sus labios sin que emitan mero sonido, no lo necesita, Ash ha aprendido a leer la manera en que estornuda su nombre con devoción, la pequeña «u» al final expande una calidez hirviendo desde lo más recóndito de su corazón al resto de sus músculos, lo derrite, para Eiji es fácil derretirlo con un desbordante fuego, basta que extienda la mano justo como en este momento, que roce su mejilla y le sonría, Dios, con esa clase de sonrisa que hace estrellas y espeta «aunque el mundo entero esté en tu contra, yo siempre estaré a tu lado» y no le está preguntando. De pronto Ash se olvida de porqué estaba molesto, se perdió en Cape Cod y en su propia adoración por su esposo.
—Ei-ji. —Repite provocando que se sonroje, joder, ama esos sonrojos, podría leerle los poemas más dulces del mundo con tal de provocarlos.
—¡Mocoso! —Ah, sí—. ¡El almuerzo estará listo pronto! ¡No vayan a nadar!
Ya recuerda porqué el inicio de este monólogo interno.
Porque está en su luna de miel y debería estar feliz sin embargo un par de invasores se colaron solos.
—No pongas esa cara. —Eiji lo intenta consolar acariciándole el pelo, es tan dulce y gentil cuando lo hace que Ash se derrite entero, le gusta la manera en que sus yemas se hunden por su coronilla para acabar en su nuca, es relajante—. Sigue siendo nuestra luna de miel.
—No con esos ancianos. —Gimotea amurrado, hundiendo aún más su rostro contra el estómago del nipón porque está calentito y ha decidido que ama este lugar—. Quería venir a solas contigo, tu idea era una escapada romántica.
—Sí, pero esto aún es romántico.
—¿Cómo puede serlo? —Chilla y mata a Max con su mirada ya que tiene a todo volumen esa maldita canción.
Oh my darling, oh my darling.
Oh my darling, Clementine.
¿Por qué le tienen que pasar esas cosas? No es justo que Dios siga tentando su paciencia con malicia.
—Es romántico porque me recuerda a ese verano que vinimos juntos.
—Oh. —Ash se alza de golpe, sigue medio recostado en la hierba y todo su peso está sostenido dado el esfuerzo de su palma derecha contra la tierra, pero es lo suficiente para que se miren a la cara, es extraño este nerviosismo—. Lo recuerdas.
—Claro que lo recuerdo. —Eiji ríe con sus mejillas sonrosadas—. Aunque tomamos las mejores fotos que hay en mi portafolio lo que lo hizo especial fue otra cosa.
—¿Qué cosa?
—Ese verano me di cuenta de lo mucho que te amaba. —Ash siente a su cara calentarse, su boca se abre, aun si quiere decir algo queda en blanco, sus ojos brillan y brillan como jades bajo el amanecer, no es justo que Eiji sea un efecto mariposa expandiéndose por su alma—. Desde hace bastante sabía que estaba enamorado de ti pero en algún punto del viaje te miré y dije: lo amo más de lo que jamás he amado a nadie en mi vida y dudo que pueda volver a amar así, yo haría lo que sea para protegerlo.
—Eiji. —Ash tiene que apoyar su espalda contra el árbol más cercano para no desmoronarse—. Todo lo que dijiste es correspondido, puede que en ese entonces no lo haya dicho abiertamente. —Anhela ordenar sus pensamientos—. No porque no quisiera, pienso que Shorter tenía razón cuando me dijo que era un homosexual homofóbico y tenía metido en la cabeza que amarte me haría la misma clase de escoria que Dino, me alegra que dieras el primer paso en la relación.
—Ash.
—Sino seguiríamos atascados bailando alrededor del otro sin atrevernos a nada. —Eiji solo le sonríe.
—Por supuesto que sí, tu onii-chan es mucho más sabio.
—Bastardo. —Sonríe y lo atrae de un tirón a su regazo, le gusta tenerlo a horcajadas—. ¿Cómo pude enamorarme tanto de ti?
—A veces me pregunto lo mismo. —Aslan toma uno de los dientes de león que crecen rodeando las raíces del árbol para acomodarlo sobre la oreja de su esposo.
—Bonito. —Es todo lo que dice—. Eres bonito. —Diablos, nunca se cansará de que Eiji con cumplidos tan sencillos luzca cohibido—. Es tan bonito sentirme normal contigo.
—Me alegra que sea así. —Eiji desliza sus manos alrededor del cuello de Ash, se sienta con confianza aun si sus caderas quedan pegadas, antes le habría asustado y helos acá—. ¿Cómo es tu normalidad?
—Ya sabes, haciendo cosas normales de pareja como yendo a citas o pudiendo tocarnos con libertad y celebrando con nuestros amigos, no estoy tan seguro, compartiendo mi día a día contigo supongo.
—Bueno, ahora que las cosas están mejor con Shorter apenas lleguemos tendremos una fiesta entre todos los chicos, eso está dentro de tu lista.
—Tch, él solo quiere una excusa para emborracharse. —Mentira, me alegra que las cosas estén bien.
—Y para hablar con Yue.
—¿Puedes dejar de llamarlo así? —Gimotea y Eiji frunce los labios.
—Mhm. —Sino se viera tan adorable se enfadaría—. No.
—¿No?
—Es mi esposo provisional, te dije.
—Ja. —Vaya que tiene pelotas para contradecirlo—. Tú realmente disfrutas provocándome ¿cierto?
—No. —Eiji finge inocencia cuando se arrima aún más encima, mierda, está usando un doble sentido en la palabra y no obstante en vez de enfadarse le sigue el juego llevando sus palmas hacia su trasero apretado en el short, sus ojos cafés se miran inundados de sorpresa, así que va más lejos y se permite amasarlo porque puede y le gusta—. A-Ash. —La advertencia suena más a un jadeo.
—¿Qué sucede, onii-chan? —Canturrea con malicia—. Tú dijiste que podía tocar acá. —Eiji tensa los muslos alrededor de su cadera y así sabe que están teniendo efecto sus toques, nunca le interesó el hacer esto con nadie, de hecho, siempre creyó que las personas solo fingían sentir placer para mayor anticipación o eso era lo que Ash hacía en su trabajo, pero acá no hay nada más tentador que apretar sus nalgas al punto de que su esposo tiemble.
—Ash.
—Creo que este es mi nuevo lugar preferido. —Eiji lo fulmina viéndose tan ofendido como halagado.
—Te estás aprovechando.
—¿Quieres que me aproveche más? —Se pone más coqueto: deslizando sus palmas por el borde de la polera colándose hacia la espalda desnuda de su amante, presionándole besos debajo del mentón y apretando sus caderas—. Dijiste que esta era una luna de miel. —Anticipa que Eiji chillará apenado.
—¿Acaso quieres hacer más?
—¿Eh? —Ash parpadea. Una. Dos. Cientos de veces—. ¿Qué?
—Sí. —Definitivamente no se esperaba este cambio de roles en donde ahora Eiji se arrima sobre sus caderas y lo mira con una sonrisa seductora—. ¿Acaso no quieres que me la quite?
—Sí, pero... —Entonces Eiji se quita la polera y Ash muere en ese momento ¿por qué nunca consigue predecir bien lo que ese irracional hará? Ja, cómo está totalmente desquiciado siempre está dejando su mente hecha un caos y su corazón latiendo feroz. Se usó de señuelo en la alcantarilla, enfrentó a Dino para rescatarlo y le escribió esa carta, ya debería saber que está perdido—. E-Eiji. —Traga duro.
—¿Acaso no te quitarás la tuya? —Le susurra a la oreja y sus vellos se erizan—. Estoy esperando. —Antes de que pueda tener una reacción coherente su esposo ya ha abandonado su regazo—. ¿Cómo vamos a nadar si no te la quitas?
—¿Nadar? —Le toma una infinidad vislumbrar que su esposo solo se estaba desvistiendo para nadar en el lago en vez de tener un momento de mayor intimidad física y se le nota en la cara.
—Ah, te estabas imaginando otra cosa. —El bastardo sonríe.
—¡Tú me diste las señales!
—Pervertido.
—¡Lo dice quién hace bromas de salchichas! —Se queja volviendo a sí mismo, parándose, sacándose la polera y persiguiendo al cobarde que está huyendo hacia el lago—. ¡Eiji! ¡Ven acá!
—¡No quiero! —Corre igual que un conejito salvaje en la pradera.
—¡Me las pagarás!
—¡Ya! —Y claro que lo atrapa—. ¡Lo siento! ¡Ash!
Por supuesto no lo suelta, en su lugar aprovecha la brecha corporal para levantarlo y así poderlo dar vueltas en el aire, Eiji ríe, no se está resistiendo realmente y de hecho, coopera enrollando sus brazos alrededor de su cuello, cerrando los ojos y soltando esas carcajadas estruendosas que tanto le gusta oír, son carcajeos de ¡el tipo que le apunta un arma al jefe de la mafia le tiene miedo a una calabaza! Estridentes. Groseros. Con lágrimas en la comisura de sus ojos y tan genuinas que le sacó un puchero apenado en ese entonces, es su sonido favorito y no hay nada que disfrute más a estarlo provocando con semejante naturalidad.
Así que se arrojan al lago.
El agua está malditamente helada sin embargo vale la pena, Ash adora el lago de Cape Cod y no solo por los recuerdos que construyó junto a su hermano en su niñez, si no por el sosiego que inunda los alrededores, es una burbuja de paz en dónde las espigas rodean las orillas terrosas como si quisieran esconder el estanque del resto del mundo, el agua es tan cristalina que parecen estar nadando entre las nubes del cielo, los colores son una acuarela de tonos pasteles que se refleja en la piel de Eiji con timidez dándole un aspecto aún más etéreo por las gotas iridiscentes danzando en sus pestañas y la punta de su pelo. Hermoso. Deslumbrante. Brillo de sol. Ash podría permanecer acá para siempre y en vez de sobrepensar en ello, prefiere quedarse flotando con su amado escuchando el eco del agua.
Plic. Plic.
Plac.
—Me alegra que las cosas estén tomando su ritmo ahora. —Entonces Eiji suelta, está recostado ante el lago con la espalda flotando y las palmas encima de su vientre—. Siento que las cosas con Shorter volvieron a ser como antes. —De repente, hay una chispa de pánico en sus pupilas—. No es que esté comparándome con su amistad, ustedes son mucho más...
—Eiji. —Lo calma, nadando hacia él—. Es tu amigo, punto. —Y lo valida.
—Lo sé. —El nipón le sonríe en un revoloteo de pestañas—. Todavía estoy trabajando en eso, asumo que toma tiempo cambiar una vida de traumas.
—¿Cómo te está yendo en terapia? —Pone el tema con falsa casualidad.
—Me gusta ir porque mi terapeuta es suave. —Eiji deja de flotar y cambia lentamente a una posición donde se puedan ver de frente—. Sabe cuándo estoy ¿cómo dice ella? Sobreadaptándome pero ella sabe frenarme de manera muy gentil y me ayuda de a poco a ir cambiándolo, me concibo más guiado en relación a lo que transmito y al mismo tiempo los límites que pongo, no sé, me hace feliz ir y pese a que aún me queda trabajo, siento que he cambiado harto.
—Has cambiado harto. —Ash acurruca su frente contra la de su amado igual que un par de polluelos.
—Tú también.
—Aunque... —Frunce el entrecejo—. ¿Por qué Jessica me recomendó a una terapeuta tan pesada?
—No hables así de ella, sé que la quieres.
—Me cae horriblemente mal y solo sigo en sesión para inflar su ego porque yo puedo curarme solo.
—Ash. —Gruñe—. ¿Recuerdas lo que pasó cuándo intentaste terapiarte a ti mismo sin la supervisión apropiada?
—Casi me dejas por Yut-Lung. —Recuerda con asco.
—Exacto. —Y claro que lo disfruta, esa amistad es la peor maldición que pudo caerle ¿amistad? Más bien una alianza para molestarlo—. Eres la persona más inteligente que conozco, pero a veces debes tener un punto externo para ver las cosas con mayor claridad.
—Lo sé. —Ash desliza sus palmas hacia la cintura de su amante, están en la parte baja del lago donde aún tocan la tierra—. Sé que me está ayudando, pero es más divertido decir que todo es una mierda.
—Eso es tan Ash Lynx de tu parte.
—¡Ah! —Grita ofendido—. ¿Eso qué significa?
—Tú sabes lo que significa.
—¡Tú...!
Entonces Eiji es quién lo calla con un beso.
Y joder, qué beso.
Eiji no solo enrolla sus piernas alrededor de su cintura para quedar más arriba e intensificar la pasión del beso, sino que se atreve a usar sus labios, su lengua e incluso a morderle un poco el labio inferior, Ash sonríe relajándose progresivamente por la sorpresa, lo afirma acomodando sus manos sobre su trasero y quizás apretándolo un poco más de lo que debería, sin embargo, los jadeos que chocan en sus besos encienden una chispa de deseo que no sabía que existía, Ash hunde sus dedos en el cabello esponjado y lo tira, no ejerce mucha fuerza puesto que no le quiere hacer daño pero usa la suficiente para que el mensaje quedé claro: quiero más.
Te deseo.
Ambos se saborean con hambre en medio del lago con sus pechos desnudos y sus shorts empapados de agua helada, más, no queda espacio para el frío mientras beben de la calidez ajena, es una caricia totalmente distinta a las que se han dado antes, es el mismo sentimiento que lo obligó a contenerse al pasarle la pastilla en prisión. Es excitante. Mortificante. Seductor. Hay un dulzor sutil impregnado a la lengua de Eiji, no es del café del desayuno ni tampoco del mismo lago, esto es adictivo y lo incita a reclamar más. No sabe cuánto tiempo permanecen ahí devorándose el uno al otro, no obstante al separarse ambos tienen la cara ruborizada y los labios hinchados dando cuenta del salvajismo de las caricias, ja, al parecer se han estado conteniendo y ni siquiera lo notaron, aunque Eiji desenreda sus piernas para volver a tocar el piso, Ash no quita las palmas de su trasero provocando un puchero de pura molestia y diablos, es adorable.
—¿Crees que se den cuenta? —Entonces su amado le pregunta con un deje de pánico en la voz, aun si Griff ha dejado en varias ocasiones más que claro lo mucho que lo adora, Eiji siempre luce nervioso por dejarle una buena impresión—. No quiero que piensen que somos unos adolescentes cachondos o algo así.
—Somos una pareja casada en nuestra luna de miel y podemos ser tan hormonales como queramos.
—Tal vez, pero no estamos solos.
—¿Qué importa?
—¡Ash!
—Ellos fueron los que se colaron sin invitación, les toca tolerar tus gemidos esta noche sin quejarse.
—¡Ash! —Eiji le arroja agua a la cara, ah, vaya, parece que las patadas han evolucionado a esto ¿qué edad tiene su esposo? Porque se porta como un niño—. ¡Hablo en serio!
—Yo igual. —Le tira agua otra vez a la cara—. ¿En serio? Muy maduro de tu parte.
—Eres insoportable. —Eiji chilla y si fuera más alto sería intimidante, más como el agua le llega hasta el cuello debido a su estatura de enano solo luce lindo—. Tienes suerte de ser guapo en este minuto.
—¿Eh? —Sonríe con picardía—. ¿Qué tan guapo? —Y lo abraza de la espalda para poderle presionar besos en el cuello, no pretende que sean besos pasionales, solo anhela hacerle cosquillas—. A juzgar por tu sonrojo debo ser el esposo más guapo sobre la tierra ¿no es así, onii-chan?
—Ya. —Eiji ríe y se retuerce—. Eso hace cosquillas.
—Y puedo darte otra clase de cosquillas todavía. —Le musita a la oreja provocando que un escalofrío recorra toda su columna vertebral—. Aunque eso conlleva un precio.
—¿Sí? —Eiji arroja su cuello hacia atrás—. ¿Qué clase de precio? Estoy dispuesto a hacer lo que sea.
—No desayunar nunca más natto.
—Entonces no.
—¡Ah! ¡Bastardo!
Ríen y tontean en el lago el resto de la tarde.
Tonto. Infantil. Primerizo.
Vaya, ha salido bien ¿quién lo diría?
Si bien, Ash estaba aterrorizado de volver a Cape Cod por todas las memorias traumáticas arraigadas en este sitio cree que la visita ha sido agradable, en parte porque ha estado pegoteado a Eiji con sus caricias audaces y derrochando azúcar porque es su maldita luna de miel, en parte porque ha venido con Griffin a pesar de sus quejas y sí, es sanador en cierta medida romper la asociación del abandono para reemplazarla con esta vuelta, con un Aslan pequeñito que esperaba a su hermano cada maldito día en la puerta de la cabaña y ahora, luego de más de una década finalmente volvió. Estoy en casa. Mierda, eso ha sido intenso, aun no lo procesa del todo. Y a pesar de estos soportes imprescindibles sabe que el cimiento de no haber tenido una reexperimentación u otro episodio es no haberse visto con ninguna de las personas que le hicieron daño.
¿Está seguro de que su hijo no lo sedujo?
Tenía siete años cuando lo violó por primera vez ¿cómo podría...?
Si alguien intenta hacerte lo mismo cállate y déjalo, pero hazlo pagar.
¿Cómo podría...?
Da igual.
—Griff, cariño, respira conmigo. —O eso diría si al volver a la cabaña no se hubiera encontrado a su hermano en medio de una hiperventilación, Max lo tiene controlado, se ha arrodillado a la altura de la silla de ruedas y ha apoyado su palma sobre su pecho para sincronizar la respiración—. Así, cariño.
—¿Qué pasó? —Ash no sabe si acercarse o mantenerse al margen, concibe lo crudo que es mostrarle este lado más frágil e imperfecto, aun así opta por involucrarse en la crisis y darle a entender de que el apoyo es mutuo.
—Llamé mal. —Articula con la voz quebrada dando todavía bocanadas de aire—. Llamé... marqué al número equivocado, quise hablar con Howard para preguntarle por la llave de mi cuarto pero papá...
—Mierda.
—Mierda.
Ambos lo entienden y comparten el sentimiento.
¿Qué deben sentir en relación a Jim?
Ni puta idea.
Tiene tantos sentimientos opuestos tratando de ponerse de acuerdo en relación a su padre, es como si estuviera en un salón con miles de voces que no dicen nada. Por un lado está el papá que perpetuó el abuso un maldito año sin siquiera esforzarse para sacarlo del pueblo o hacer algo y es que si Aslan se hubiera podido cuidar a sí mismo lo habría hecho, pero era un niño y aparentemente sedujo a su entrenador, menuda mierda. Por otro lado, está el padre que quiere y se odia por quererlo, entiende que tal vez está desmenuzando con demasiada cautela las acciones de Jim, pero no cree que sea del todo un cómplice, digo, si hubiera querido prostituirlo podría haberle encontrado más clientes (Dios sabe que no le hubieran faltado) así que tal vez y solo tal vez, dijo esa abominación puesto que sabía que pagarle garantizaría su seguridad en cierta medida.
¿Seguridad?
Sus compañeros acabaron muertos y enterrados debajo de la cabaña y sí, cobrarle le dio la seguridad de que lo veía como su prostituto pero ¿cuál era el plan papá? ¿dejarme violar el resto de mi patética vida? Supone que Jim nunca esperó que agarrara su arma y lo matara, ya no soportó más, fue débil.
Por un lado se dice: trató de mandarte con tu tía para cuidarte.
Por otro lado se dice: te escapaste y nunca te buscó.
Y un tercer lado le grita: tú tampoco lo buscaste ni le diste señal de vida.
Si su lucha ya es complicada la de Griffin impresiona aún peor, lo aprecia en sus ojos nublados contra la reminiscencia fantasma.
—¿Quieres irle a...?
—No. —Lo corta.
—Griffin.
—No quiero hablarle o siento que lo mataré, no puedo, no estoy... —Ash le apoya una mano encima del hombro.
—Lo siento. —Procura ser suave y calmo—. Está bien.
—No puedo perdonarlo. —De pronto, Cape Cod rompe dentro de su hermano—. Esta fue mala idea.
—Yo iré por las llaves de tu cuarto, no fue mala idea. —Lo baja y lo baja—. Hay tantas cosas nuestras que me gustaría compartir con el viejo y Eiji, no es justo que él arruine esto incluso si ambos estamos "muertos".
—Tienes razón. —Musita todavía ido—. ¿Estás seguro, Aslan?
Ash conoce esa expresión de caparazón hueco con las pupilas lejanas, la boca trémula y la mente en plena tortura. Banana fish. Dos palabras y su hermano nunca más fue él mismo ¿lo expondrá a volver a aquel estado? Si bien, entiende y comparte la necesidad de entrar en Cape Cod puesto que todavía restan muchas memorias que rescatar y dolencias que reescribir, Jim impresiona ser el estímulo que tiene el potencial de desmoronar todo el proceso de Griffin, no es el timing correcto para que hablen esos dos ¿qué le dijo su terapeuta? Está bien querer dar pasos mientras tenga las herramientas, aun no las tiene su hermano, está perfecto, ¿qué hay de Aslan?
¿Qué te hace pensar que puedes volver acá, puta?
—¿Estás seguro, Aslan? —Entonces su hermano repite trayéndolo de vuelta a la cabaña. Ya no estoy seguro de nada.
—Estoy seguro. —Miente.
—Aslan.
—Sino me devolveré y dormiremos todos en la camioneta, no pasa nada.
—Puedo ir yo. —Max no duda en ponerse en primera línea, vaya, se lo imagina perfectamente en la guerra—. No es necesario que ustedes se expongan, Eiji puede ir conmigo si temen que me meta en problemas.
—No. —Insiste—. Creo que quiero verlo.
—Ash.
—Estaré bien, cariño. —Le asegura levantándose del suelo, sosteniendo a Eiji de las mejillas una vez consigue ponerse de pie, dándole un pequeño y tímido beso—. Lo prometo.
Pero es difícil prometer que estará bien en el pueblo que se convirtió en su tumba y con el papá que se hizo asesino. Incluso habiendo sufrido las transgresiones que sufrió con Dino, incluso con el dolor, la sangre, la muerte, el menosprecio, las heridas, los golpes, la cosificación, la explotación, el que lo convirtieran en una simple mascota de exhibición, incluso en el corazón del infierno asume que Cape Cod es peor. Fue un antes y un después. Fue una muerte y un resurgimiento. Un Aslan y un Ash. Fue el hermanito que Griffin tanto amó perdiendo todas esas cosas valiosas porque a raíz de esa primera experiencia tan horripilante aprendió que podía manipular a las personas, ya no necesitó que Jim lo vendiera, el propio Ash se vendía, acá probablemente Jim entendió el daño irreparable que provocó.
Quizás la "muerte" de sus dos hijos le haya permitido reflexionar.
—¿Qué te hace pensar que puedes volver acá, puta? —O tal vez no cambió ni un poquitito desde la última vez que estuvo acá.
—Vine por las llaves del cuarto de Griff.
—Tch. —Jim está encorvado frente a la barra—. No las tengo.
—Howard las tiene.
—¿Quién sabe dónde deja las cosas ese metiche?
—Deberías tenerle más respeto al vecino considerando que sin Jennifer estás realmente solo.
—¿Y la culpa de quién fue?
Se quedan callados uno frente al otro, el ambiente es tan denso que si no fuera por el hedor de la cerveza pensaría que se está ahogando, su padre mantiene una expresión indiferente con sus manos apretadas alrededor del cuello de vidrio y su entrecejo fruncido ¿así fue siempre? ¿cómo se veía ese padre que le hizo la calabaza de Halloween? No porque lo idealice ni nada similar, es que a diferencia de Griffin, Ash no puede odiarlo. Por más que quiera. Por más que trate.
—Me casé. —No sabe por qué se lo dice, sin embargo, los ojos de Jim brillan por un segundo dándole una expresión casi suave—. Y Griff está comprometido por si te interesa.
—¿Cómo es...? —La pregunta muere en su boca, Jim se obliga a adoptar un porte más agresivo junto a una expresión severa—. ¿Qué hiciste para engatusarla? Debiste haberla seducido o ser muy bueno vendiéndote.
—Haberlo.
—¿Eh?
—Haberlo, es un chico. —No le da importancia al comentario, sabe que a otras personas como Griff, Max y Eiji esta actitud los mortificaría y definitivamente no se lo tomarían con tanta calma—. Es Eiji.
—El mocoso de la vez pasada. —Gruñe para sí mismo—. Por supuesto que saliste marica, un hombre te violó.
Antes ese comentario habría sido un gran problema.
Sí.
Carajo, sí.
Ash casi ve la ola de intrusión golpearlo en la cara para hundirlo al fondo de su mierda al despertarle todo el tabú en relación a su sexualidad, se habría sentido sucio, repulsivo e igual que Dino, sintiendo una culpa desmesurada por estar con Eiji y no solo eso, por convertirse en el perpetrador, hasta dijo el nombre de su abusador en un momento íntimo y no ha dejado de exponerlo una y otra vez. Sí. Su comentario es el estímulo perfecto para disociarse y morir acá. Pero no pasa. En parte porque posee muchas más herramientas que al inicio de su matrimonio y en parte es por el propio Jim, vaya, ahora lo ve claro como el agua.
Te sientes culpable.
Te sientes culpable porque desde que Griff y yo nacimos no nos pudiste amar apropiadamente ni ser un papá, no nos protegiste, no nos educaste, ni siquiera nos cobijaste, perdiste a tu primer hijo en la guerra y supongo que fue demasiado para ti enfrentar lo que me pasó, imagínate a mí, imagínate lo mucho que me dolió y lo confundido que estaba, era solo un niño, Griff no estaba, me daba miedo el tener que ir a las prácticas, no me detuviste ni una sola vez y aun así, me mirabas con asco, sabiendo la razón de los moretones en mi piel y la ropa rasgada, sabiendo exactamente porqué llegaba a casa con el pantalón manchado de sangre y otras cosas. Con razón Griff te quiere matar. Y hubo un tiempo en que yo también te quería muerto. Hubo un tiempo en que te odié. Te maldije. Te lloré.
—Toma las malditas llaves y vete. —Pero ya no.
—Pensé que no las tenías.
—Sí, olvidé que me las pasó. —Jim deja las llaves de golpe en la mesa—. Tu hermano...
—Tu hijo. —Lo corrige—. Está bien.
—No te pregunté.
—Eh. —Ash sonríe tomando las llaves del mostrador—. Mi error entonces.
—Ya lárgate, no soporto verte.
—Debe costarte mirarme. —Divaga para sí mismo—. A Griff también, debe matarte que los dos aun estemos vivos.
—No sé de qué estás hablando.
—Mejor.
Ash se mete las manos en los bolsillos y se da la vuelta para salir del Green Hill Diner.
—Todo eso de la mafia... —Frena sus pasos infiriendo para dónde va Jim.
—Ya se acabó.
—¿Les ganaste? —Ash sonríe.
—Estoy parado frente a ti ¿no?
—Ja.
De regreso a la cabaña Ash piensa que no fue tan terrible verlo, lo ayudó a poner en orden su mente y no solo en sus avances más concretos en relación al trauma, sino que lo hizo entender que su papá sí lo ama pero está indefenso y jodido, inclusive cuando no quería saber nada más y pudo deshacerse de él entregándolo a los hombres de Golzine no lo hizo, de hecho, borró sus huellas dactilares y cree que lo hizo por el deseo genuino de ayudarlo, eso no hace menos doloroso o cobarde su reacción al perpetuar el abuso y fomentarlo, sin embargo, es la misma manera retorcida e incompleta de querer darle cierto cuidado, cree, no sabe en realidad. Ugh. ¿Y qué diablos es el amor paternal sino es Max de todas formas?
—¿Cómo te fue? —Griff lo está esperando afuera, hay una manta sobre su regazo, hace frío porque ya anocheció.
—Fue una mierda. —Ash se sienta a su lado, acurrucándose—. Cape Cod es un pueblucho de mierda.
—Con gente de mierda. —Vaya, quién diría que el señor correcto puede maldecir.
—Con un padre de mierda.
—Totalmente de acuerdo. —Ambos ríen más calmos—. ¿Pero sabes qué no es una mierda?
—¿Qué cosa?
—Tú, Aslan. —Los ojos de Griffin brillan mirando las estrellas, la imagen es tan vívida que de repente tiene siete años y están sentados en el pórtico mientras esperan que el frío disminuya para irse a la cama sin que la falta de calefacción los mate, pero nunca le molestaron esas cosas en realidad—. Tú fuiste la razón por la que me mantuve fuerte, quería volver a ti, te prometo que quería...
—Volviste. —Ash aprieta su mano—. Bienvenido, Griff. —Sus ojos azules se cristalizan mientras una trémula sonrisa se dibuja lentamente en su boca.
—Estoy en casa. —A pesar de todo, a pesar de Jim, a pesar de la guerra—. Estoy en casa, Aslan.
Finalmente volví.
Tengo muchas ambivalencias en relación a Jim, no es un secreto que lo odio y me la paso funandolo en los fics y por eso fue raro darle un enfoque más suave, como estoy repasando mucho en canon por mucho que lo odie, Ash sí quiere a su papá, así que acá estamos. Volveremos a Cape Cod porque el temita de Griff no puede quedar ahí, pero más adelante y más listos.
Nos vemos mañana~
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