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22. On the local news.

Hi~ Medio tardecito por estos lares pero llegamos de todas formas, siento que si bien, el capítulo de hoy es muy para asentar todo lo que está pasando y de un punto de vista menos encima por así decirlo, al mismo tiempo sirve para ver los avances de Ash de manera más concreto y de ellos en general, no son tan gigantes como a lo mejor deseariamos, son bien realistas en el sentido de que son pasitos pero aún así, pucha que hacen la diferencia.

Mil gracias por tanto~

«Ash.

Estoy muy preocupado porque no he podido verte estando bien.

Dijiste que vivimos en mundos diferentes. Pero, ¿es eso cierto? Tenemos piel y ojos de diferente color. Nacimos en países diferentes, pero somos amigos, ¿no es eso lo que cuenta? Estoy muy contento de haber venido a Estados Unidos, he conocido a mucha gente y lo más importante, te he conocido a ti.

Me preguntaste una y otra vez si te tenía miedo. Pero nunca te tuve miedo, ni una vez. En realidad, siempre creí que estabas herido, mucho más que yo. No podía evitar sentirme así. Gracioso ¿no? Tú eres mucho más inteligente, grande y fuerte que yo, pero siempre sentí que tenía que protegerte. Me pregunto de qué quería protegerte. Creo que quería protegerte de tu futuro, porque tu destino te estaba arrastrando, como una inundación.

Una vez me hablaste de un leopardo sobre el que leíste en un libro. Cómo creías que ese leopardo sabía que no podía regresar. Y yo te dije que no eras un leopardo, que tú podías cambiar tu destino.

No estás solo, Ash.

Estoy a tu lado.

Mi alma siempre estará contigo».

—Lo siento.

Ash musita para sí mismo como si decirlo fuera lo suficiente para alejar esos pensamientos intrusivos que hierven en su cabeza, se lo repite una y otra vez y se aferra a la carta desesperado ya que aceptar que se esforzó tanto en proteger a Eiji de los peligros externos pero no lo logró proteger de ellos es destructivo. Se culpa. Claro que se culpa. Porque Eiji siempre está ahí para él incluso cuando no tenía que estarlo, desde que le pidió la pistola en el bar y la contempló maravillado con esos ojitos repletos de bondad, tocándola con una suavidad que lo dejó más boquiabierto que confundido ¿para qué se molestaba en ofrecerle semejante adoración a un arma? No obstante, una parte de sí mismo (ínfima y muda) se preguntó cómo sería ser sostenido así por esas palmas y a su vez, si lo repudiaría al matar a sangre fría o lo acunaría como lo hizo con su pistola.

Pronto se dio cuenta de que él no solo lo acunó sino que lo amó, antes del matrimonio le daba terror pronunciar esa palabra, pero ahora lo sabe, Eiji lo amó desde siempre y poco a poco Ash fue cayendo de cara en este enamoramiento aun si al comienzo no fue romántico, fue algo que floreció igual que ese verano en Cape Cod dónde solo fueron niños, fueron barreras que ambos pudieron derribar con cautela.

Eiji le dio un hogar.

Una casita. Un lugar seguro. Un sitio a dónde pertenecer.

Y Ash...

Lo arruinaste, dice una voz en su cabeza y la intrusión es tan insostenible que tiene que apretarse la carta contra la frente para no hacerse mierda en el sillón mientras todas esas cosas que le horrorizan confrontar a raíz de la impotencia de un niño rompen en su cabeza para inducirle una desrealización.

Creía que había aprendido a manejar su pasado y la caja de pandora que sus recuerdos implican, se hizo una terapia de exposición patológica en donde cada noche se encargaba de revivir las memorias de su infancia, de superestrella, esperando volverse insensible de tanto mirarlas, al inicio le funcionó de maravilla, se hizo tan insensible a su propio sufrimiento que arrojaba chistes sobre sus violaciones con la misma naturalidad que respiraba, si él hundía el dedo en sus propias llagas, si abría las heridas y era quien las hacía sangrar daba igual lo que el resto hiciera, nada le dolería y satisfaría en paralelo como el odio propio. Pero en algún punto ese mecanismo enfermizo le dejó de funcionar, se escapó de sus manos (¿alguna vez tuvo el control de algo?), ahora no consigue dejar de pensar en que todos esos hombres que lo hirieron tenían razón y su concepto de amor es retorcido, ja ¿él siendo amado?

Amor, por favor.

Aslan jamás podría ser amado.

Es una puta. Un asesino. Una pareja de mierda. Ni siquiera fue capaz de escuchar a su esposo. Es una porquería. Nadie podría amar a semejante escoria. ¿Nadie?

Mentira.

«Aunque el mundo entero esté en tu contra, yo siempre estaré a tu lado».

Eiji.

Eiji necesita que junte su mierda para ayudarlo así que intenta salir de la desrealización (¿o un ataque de pánico? A veces son difíciles de distinguir) con un ejercicio de respiración, inhala y exhala con tres series de diez respiraciones mientras poco a poco la carta se afloja en su palma y los toques de Griffin cobran peso y sirven de anclaje para volver al apartamento de soltero de Max, no sabía a dónde más ir, se siente como un gatito que fue abandonado en una caja y maúlla para que su dueño regrese. Te prometo que me portaré bien, te prometo que seré un buen chico, intentaré ayudar en las labores de la casa, no es que no quiera, es que no sé, lo más cercano que tuve a un hogar fue Griff, lo perdí antes de que me enseñara a construir un hogar y tú llegaste y se te dio natural, no quería minimizarte, pero por favor vuelve. Maúlla y maúlla bajo la lluvia.

Eiji no regresa.

—Sabía que algo andaba mal. —Finalmente es capaz de decir, cuando entró al apartamento no podía dejar de llorar con el corazón roto entre las manos, se concibe patético y no debe existir una reacción menos "Ash Lynx" de su parte que mostrarse endeble, pero Eiji, joder—. No hice nada, no pude hacer nada, Griff.

—¿Por qué no hiciste nada? —No es un reproche, es una curiosidad calma, quiere entenderlo y Aslan tiene que esforzarse de sobremanera para no tomárselo como un ataque, es fácil recaer en sus viejos mecanismos defensivos y es malditamente jodido aplicar lo aprendido, por Eiji, por Eiji puede—. ¿Lo puedes explicar para que lo entienda y no infiera nada?

Ash asiente.

—Porque no quería presionarlo, a mí siempre me pasaron a llevar de una u otra forma... todos menos él y quería darle esa misma seguridad, supongo que no pude encontrar la línea correcta entre dejarle espacio y al mismo tiempo, no dejarlo abandonado, mierda, es que no entiendo estás cosas ¿relación amorosa? Es algo que nunca hubiera soñado y menos un matrimonio viendo a Jim y yo... ni siquiera...

—Aslan.

—No podría haber sabido, tenía miedo, él siempre respeta mi consentimiento y deseé darle la misma libertad y lo arruiné todo. —Sus puños tiemblan sobre su cabeza, poco a poco se separa, no pretende ser tan autodestructivo ante su hermano, pero duele, carajo que duele—. Ya no sé nada, duele tanto.

—Aslan. —Griff lo llama con gentileza—. Ambos se guardaron muchas cosas para sí mismo y ninguno podía adivinar qué estaba pasando por la mente del otro, menos si Eiji se esforzó tanto en disimularlo ¿lo entiendes?

—No.

—Pero...

—¡Tendría que haberlo adivinado! —Su hermano le baja las defensas con solo una mirada suave que lo remonta demasiado a cuando el béisbol era divertido y no un trauma y los adultos eran protectores en vez de potenciales violadores—. Tendría que...

—Aslan.

—Debió ser muy jodido tener que amarme de esa manera. —El aludido se abraza a sí mismo y suplica con sus ojos para que su hermano lo sostenga como cuando eran niños, Griff lo hace, pega la silla de ruedas lo que más puede al sofá dónde Ash se desmorona, se rompe, llora y se hace trizas, lo protege bajo su ala igual que una familia de pollitos mientras Max mira anonadado de pie—. Lo jodí y siempre me dije que lo haría ya que soy autodestructivo pero poco a poco creí que estaba cambiando estando más sano y receptivo, me equivoqué, me equivoqué tanto.

—Oh, Aslan.

—Nunca nada me podrá arreglar.

Griffin prefiere no contradecirlo en este estado, no verbalmente, puesto que sus toques cuentan una historia diferente, así que permite que su hermano llore por todas esas veces que no pudo llorar aún bajo la expresión totalmente pasmada de Max a quién le tocó ver el lado duro y más duro de Ash: lo vio levantarse de una violación grupal como si nada, ser secuestrado, abusado, golpeado, pisado, vio cómo mataba y vio cómo moría no obstante nunca se quebró, ni una sola vez. Un demonio, le decían.

Pero cuando se trata de Eiji...

Es frágil. Pequeño. Humano.

Incluso el pequeño y duro lince, no podía soportar estar solo.

Por favor, él me salvó la vida, tiene que protegerlo.

Todavía recuerda cuando Eiji hizo esa petición incluso antes de que Ash llegara a prisión, ciertamente su primera impresión no fue la mejor, el mocoso no solo lo llamó "viejo" con 32 años sino que pisoteó su orgullo al criticar su trabajo de periodista ¿quién se creía? Al menos eso podía ser de utilidad para pasar desapercibido ante Garvey y los demás, grave error ¡era un maldito buscapleitos! canas verdes le salieron de tanto cuidarlo, luego descubrió que era el hermanito de Griff y no lo creyó, Griff emana tanta calma a su alrededor mientras que el crío es un animal salvaje, un demonio, un asesino, lo miró disparar sin piedad y sin chistar y escuchó cosas demasiado crudas para su edad, 17 años y ya estaba metido en la cárcel, vaya.

Eso pensó hasta que lo vio romperse por primera vez.

Le sorprendió.

No fue por una transgresión a sí mismo sino por el temor a que hirieran a quien amaba y ahí entendió a lo que Eiji se refería y finalmente conoció al Aslan de las cartas, al crío revoltoso que se encargó de mantener la sonrisa de Griff en el infierno. Con ojos verdes y muy verdes Max, son como jades, brillan aún más cuando sonríe, me gusta que sonría, se le están cayendo los últimos dientes de leche y se ve realmente pequeño, ama andar descalzo aunque ensucie la casa, es inteligente, aun no logro pagarle una escuela decente pero sabe leer libros muy difíciles y es rápido para entender, es dulce y aun si lo odia, es sensible, es lo más preciado que tengo en este mundo, si lo conoces no te dejes engañar ante su fachada, no es fiero, es muy vulnerable. Ahora lo ve.

Ahí está ese mismo niño revoltoso llorando porque la única persona que se permitió amar se quemó.

—Mocoso. —Sus jades se abren y Max espera que lo mire como si fuera a clavarle sus colmillos sobre la yugular, más, solo hay tristeza en ellos—. Es mentira eso que dices, no lo arruinas todo.

—Viejo. —Le advierte—. Para.

—No arruinaste a Eiji.

—Claro que lo hice. —Las lágrimas rompen igual que la sangre en la carta, Ash la aprieta con su puño tembloroso puesto que ahí reside su alma—. ¿Cómo podría haberle dado un hogar si ni siquiera...?

—¿Qué quieres hacer con Eiji ahora?

—Arreglarlo.

—¿Arreglarlo?

—Sí, pero no sé cómo.

—¿Ves? —Pero este no es el punto al que Max quería llegar—. Cuando recién te conocí habrías tirado la toalla diciéndote a ti mismo que Eiji estaría mejor sin ti pero ahora estás dispuesto a hablar, quieres hacer algo diferente en vez de pedirle el divorcio y someterte a tu autodestrucción como siempre lo hacías incluso sabiendo que ambos terminarían más heridos que sanos, cambiaste.

—Oh. —Ash parpadea. Una. Dos. Tres veces. Es un niño—. No me había dado cuenta, dejarlo ya no es más una opción para mí, lo amo.

—¿Incluso si te dijo cosas que te lastimó?

—Ambos nos lastimamos por no hablarlo mejor. —De repente, la angustia baja y puede vislumbrarlo con mayor claridad—. He estado haciendo las cosas mal, lo sé, me desesperé queriendo avanzar con mi terapia, empecé a practicar ejercicios solo que me llevó a tener más reexperimentaciones, perdón por eso, solo quería hacer una vida luego, sé que el tema de la pandilla también lo afecta pero pronto el reemplazo de Arthur cobró importancia en las noticias locales y me asusté de que lo hirieran.

—Ash.

—Y al final lo herí yo. —Sonríe con amargura—. Ni siquiera se me pasó por la cabeza esta posibilidad.

—Ash. —Max se sienta a su lado ofreciéndole una mirada gentil, ambos se equivocaron: Eiji se sintió poco visto porque Ash se desesperó queriendo mostrarle una versión aceptable de sí mismo, son un par de críos en un matrimonio, está bien, sino se equivocan ahora ¿cuándo sí?—. Seguramente a Eiji le afectó que siguieras involucrado con la pandilla cuando le prometiste tratar de entrar a una carrera universitaria.

—Alex se iba a encargar, yo nunca me expondría así, se supone que estoy muerto, no arriesgaré todo mi futuro con Eiji por una estupidez, pero los chicos aun necesitan guía tras bambalinas, me dio susto perderlo, quería hacer la ciudad más segura para él, me da terror ya no ser "Ash Lynx", lo intento, de verdad lo hago pero me da tanto miedo ver debajo de mi máscara, supongo que me metí demasiado.

Mierda, tenía muchas cosas atoradas que solo explotaron.

—¿Eiji sabía esto?

—No. —Baja la cabeza regañado—. Creo que no, pero él tampoco me habló de nada y por eso acabé desesperado, creí que no confiaba en mí porque me veía inestable así que pensé que si me arreglaba más rápido, más rápido él se apoyaría en mí.

—No hay nada que arreglar aquí. —Su hermano es validante—. Creo que deberías decirle estas cosas a Eiji para que él también las entienda o se quedará en su interpretación, también podrías plantearle la posibilidad de que vaya a terapia, necesita un espacio propio y él te impulsó a ti ¿verdad? Él te vio.

—Lo hizo.

—Entonces demuéstrale que también lo ves y no eres indiferente a su dolor, sé que te cuesta porque has pasado por cosas que no tendrías...pero acá tampoco deberíamos buscar culpables, ya pasó, por mucho que queramos no podemos cambiar el pasado ni es sano quedarse pegado, por ende lo mejor es tratar de construir un buen futuro. —Griff no está hablando del matrimonio, lo lamento y gracias.

—¿Y si me odia y no me quiere volver a hablar?

—Le das un divorcio engorroso y jodido para que le dé flojera dejarte.

—¡Max! —Griffin lo asesina con la mirada, acá ve el parecido, a veces olvida que su prometido puede ser muy intimidante—. No es el momento para andar de payaso.

—Solo quería darle humor, el ambiente está pesado.

—¡Claro que está pesado! ¿No ves lo enamorado que está Aslan de ese chico? Está muerto de miedo.

—Créeme, lo he visto. —Max ríe entre dientes—. Y por eso fue tan fácil adivinar que acabarían juntos o algo así, estos dos se miran como si fueran el mundo del otro, es como yo te veo a ti para que vayas haciéndote una idea, Griff.

—Oh. —Hay rubor en las mejillas del nombrado—. Eso es muy intenso.

—¿Quieres que me ponga más intenso?

—¿Más intenso que en las carpas de Irak? —Ambos se ríen con complicidad—. Inténtalo, Glenreed.

—¿Cómo diablos no me di cuenta de que eran una pareja? Son asquerosos. —Ash hace arcadas.

—Tú y Eiji son asquerosos. —Max contraataca ofendido—. Derrochan tanta miel que me salen caries.

—¡Viejo de mierda! —Ash lo patea en honor a su esposo.

—¡Mocoso de mierda!

—Ustedes dos... —Griffin solo se lamenta.

Pero hablar con ellos lo ayudó a clarificar su mente.

Sabe que en un punto se obsesionó tanto con la idea de sanar lo más pronto posible para que Eiji de igual forma se apoyara en él que acabó siendo contraproducente, le trasfirió el mensaje de que haga lo que haga nadie lo vería, debió ser más insistente en relación a las llamadas con su familia, sus ojos llorosos al ver a Shorter, las pesadillas o las cartas de rechazo a la universidad pero Ash creía en serio que se lo contaría cuando estuviera listo, ahora aprecia que debe insistirle un poco más, ¿se reprocha por no hacerlo antes? Sí, se aborrece a sí mismo y al mismo tiempo, no. Griff posee razón, no podrían haber adivinado lo que el otro pensaba, vivieron relaciones distintas en el mismo matrimonio, ambos deben aprender a delimitar límites ya que así como Eiji lo ama incondicionalmente, Ash también, no se irá si Eiji empieza a ponerle "no" o a quejarse.

Todo eso da igual por el momento, lo importante es hablarlo y arreglarlo, salir de sus viejos patrones.

Ash ama a Eiji.

Eiji lo ama a él.

Es suficiente, el resto lo pueden construir en el camino, así que lo va a buscar.

—¿Eiji Okumura? —Claro que buscarlo es más difícil de lo deseado no porque no conozca a su esposo para inferir dónde se está refugiando si no que...—. Te equivocaste de dirección, aquí no está.

—Yut-Lung. —Gruñe cabreado.

—Acá no tenemos Eijis. —Insiste—. Nunca he escuchado de eso en mi vida.

—Veo a Buddy detrás de ti.

—¿Buddy? —El bastardo finge demencia ladeando su cabeza de un lado a otro—. Ah, estás hablando de mi hijo, Aslano. —Es indignante ver cómo el cachorro le hace gracia a esa serpiente, más sabiendo que la única muestra de amor que ha recibido es orina sobre sus converse y sus jeans.

—¿Aslano? —El nombre recién lo golpea—. ¿En serio?

—Yo no elegí el nombre, fue mi esposo. —Tararea alzando al cachorro—. Esposo que me robé puesto que su esposo era un idiota incapaz de usar sus "200 puntos de IQ" para sumar dos más dos.

—Solo quiero hablar con él.

—Pues acá no queremos hablar contigo. —Le cierra la reja en la cara—. Y menos con insensibles que ni siquiera saben hacer sus camas, incluso yo puedo hacer eso aun si tengo a Wu y a Sing de esclavos.

—Nunca tuve un hogar. —Lo suelta—. Lo más cercano fue mi hermano pero también era un niño, ni una sola vez me tuve que preocupar por labores domésticas o esas cosas estando en las calles o bajo el ala de Dino y cuando finalmente pude conseguir algo más estable Eiji llegó e hizo todo eso, yo solo pensé que le gustaba y se le daba natural, me costó comprender que esa era la manera que me decía que este también era mi hogar, no lo di por sentado, nunca lo daría por sentado, puedo aprender de esas cosas, solo necesito que me explique, que me hable.

—¿Por qué me cuentas a mí todo esto? —La expresión de Yut-Lung es un poema, ha nacido bajo las estrellas incorrectas.

—No sé. —Dice mirando sus zapatillas—. No sé nada.

—Te advertí que tenerlo te convertiría en esto. —Ríe con desdén.

—No solo tú.

Había una chica que realmente me gustaba cuando tenía 14 años.

¿Eh? ¿En serio? ¿Hasta dónde llegaron?

A ningún lado. Murió. La mataron, alguien creyó que era mi novia.

Aslan no trajo el tema por casualidad la noche antes de enfrentar a Arthur, había calculado fríamente que al preguntarle por una posible novia en Japón acabarían en este tema y así podría decírselo: Ella murió ya que estaba demasiado cerca, tú también puedes morir si sigues estando cerca de mí porque te amo.

Incluso "muerto" vive con ese temor y por eso se sobrecargó con terapias que acabaron mal ante la falta de guía y limpiando las calles de la ciudad, él quería evitar a toda costa que Eiji saliera lastimado, ve lo delicada que es su situación familiar y lo cansado que está de apoyarlo tanto, al final terminaron justamente en lo que tanto temía, aun así, tiene la osadía de venir acá por una segunda oportunidad.

—Yo también me lo advertí, sé que no debería pero Eiji es mi esposo y lo amo.

—Lo sé. —Yut-Lung suspira—. De verdad lo sé.

—No lo presionaré para hablar pero ¿podrías asegurarte de cuidarlo? Nunca pude hacerlo bien y tal vez tú sí puedas.

—Mierda, eres dramático.

Yue tiene ganas de darle una bofetada por la ceguera, de alguna forma Ash asumía automáticamente que Eiji estaba bien solo porque mantenía una sonrisa gentil, era amable y era capaz de escuchar las señales de ayuda de los demás, más, nunca las propias, le ofendió que alguien tan inteligente creyera una farsa tan mala pero ¿acaso es alguien para juzgar? ¿no hizo lo mismo idealizando a Eiji al extremo que llegó a representar todas esas cosas que había perdido? Supone que Eiji no es tan mal mentiroso y borra el pensamiento, no es que Eiji mienta, es que él se cree su propia mentira y tiende a minimizar sus traumas. Carajo. Qué molestos son esos dos.

—Puedes hablar con él. —Se rinde—. Pero qué no se te olvide que está bajo mi protección, ahora es mi... —Esclavo—. Amigo.

—¿Quién lo diría? —A Ash le alegra de cierta manera—. También has cambiado.

Así que finalmente se encuentra cara a cara con Eiji.

Terco. Infame. Valiente.

Aunque apenas ha transcurrido una semana de separación ambos lucen como la mierda, Eiji no tiene el coraje para dar el primer paso puesto que es transparente y Ash ve la culpa escociendo en los ojos de su amado, así que da el primer paso, ese primer paso se convierte en una caminata y esa caminata se convierte en un cálido abrazo, su corazón arremete con ferocidad ante el primer roce, su nariz se hunde sobre su cabello esponjoso y desastroso, sus manos lo envuelven como si nunca más anhelase dejarlo ir, sus labios presionan su frente en un sinfín de besos mientras Eiji impresiona estar haciendo un esfuerzo sobrehumano para no romperse, está bien que se rompa, para transmitirle esto es turno de Ash de romperse primero.

—Lo siento. —Es lo primero que dice una vez se han sentado en el dormitorio que Yut-Lung le prestó para hospedarse—. Lo siento y te amo.

—A-Ash.

—Te amo y sí te veo.

Entonces pasa.

Eiji llora.

Eiji llora por primera vez enfrente de Ash, llora por la tensión que ha cargado, llora por lo poco amado que se sintió, llora porque le daba miedo pedir un apoyo, llora porque teme ser una carga, por miedo a no poderle darle a Aslan lo que necesita ni poderse dar lo que necesita, llora por no haber logrado aprobar en ninguna universidad y por las constantes llamadas de su familia, llora porque no saben de su sexualidad, llora porque su papá está muriendo, llora porque aún siente asco por lo de Dino, llora porque Shorter es su amigo y no puede ni siquiera verlo. Y sobre todo, llora porque Aslan aun lo ama a pesar de lo que le dijo.

Ash por otro lado, se dedica a acunar y a hacerle saber la importancia de cada lágrima, no es hombre de palabras, pero sí puede darle una acogida silenciosa con sus acciones así que lo deja desahogarse con ternura.

Gracias, te amo y eres suficiente.

—Nunca quise cargarte con tanto, si mis terapias son mucho...

—No es eso. —Eiji finalmente se quita esa navaja—. Me encanta formar parte de tu proceso y quiero más que nada en el mundo apoyarte, pero también necesito apoyo.

—Acá estoy. —Entonces Ash entrelaza sus manos—. Hola.

—Hola. —Eiji ríe entre llanto, más calmo.

—No me iré porque tengas dolencias o problemas, quiero apoyarte y me siento fuera del matrimonio si solo nos enfocamos en mí, podemos hacerlo juntos, además, Griff me recomendó que sería bueno darte un espacio para ti mismo con profesionales y yo también lo creo, mereces sanar bien.

—Me da un poco de miedo eso.

—Sí. —Ash le presiona un beso en el dorso de la palma—. A mí también pero acá estoy ¿no es cierto?

—Acá estás. —Eiji sonríe y Ash le limpia con el pulgar ese desborde de lágrimas.

—Hola.

—Hola. —Ambos carcajean con los corazones más ligeros—. Lo siento si esa vez yo te presioné sobre tener sexo, en la charla había un sujeto que no dejaba de repetir que si no te lo daba lo buscarías en otro lado y me dio miedo, me sentí insuficiente y cansado y luego llegué y tú estabas hablando acerca de exponerte otra vez y exploté, me desquité contigo.

—Eiji.

—Lo siento, no era la forma, yo no...

—Eiji. —Ash silencia la catástrofe al sostenerlo de las mejillas, se asegura de tener contacto visual ya que sabe que ayuda—. Lo que me quieras dar y te sientas en comodidad de dar lo recibiré, ni siquiera soñé en mis más locas fantasías estar casado o seguir vivo luego de Dino y acá estoy, el sexo se puede quedar de lado sino quieres y estoy bien con eso.

—No quiero que quede de lado, a mí también me gustaría entenderlo mejor, solo me encerré mucho en mi cabeza y en vez de hablarte esperé que tú adivinaras cómo me sentía, eso no estuvo bien, creo que esperaba que vieras mis emociones.

—No todos tenemos la misma susceptibilidad a las emociones del resto.

Su psicóloga se lo dijo, lo recuerda.

—No porque no quiera verlas, es que no puedo verlas, crecí en un ambiente dónde mostrar emoción era una sentencia de muerte, por eso como eres el mejor esposo del mundo ayúdame a verlas, estoy recién aprendiendo y necesito que me tiendan una mano para esto ¿puedes mostrarme cómo?

—Ash...

—Tú lo dijiste, debo escuchar más a mi onii-chan ¿no es así?

—Es raro. —Las pestañas de Eiji revolotean mientras su mirada se intenta clavar en su regazo, falla, Ash no suelta el contacto visual ni pretende hacerlo por mucho que su cara arda.

—¿Qué es raro?

—Realmente pensé que lo había arruinado al irme.

—Eiji...

—Esta habría sido una excusa perfecta para mandarme de regreso a Japón.

—Supongo que he cambiado en ese aspecto.

—Supongo que ambos lo hemos hecho. —No obstante hay algo más y lo nota por el temblor en sus hombros y el castañeo de sus dientes—. No quedé en ninguna universidad, me dio mucha vergüenza decirte.

—Cariño. —Suaviza su tono—. No hay nada de qué avergonzarse, pudiste no quedar por factores sobre los que no tenías control alguno, estás cansado y ese cansancio te golpeó.

—¿No te da vergüenza tener un esposo tan tonto?

—Si fueras "tonto" no me podrías sostener una discusión.

—Y ganarte la discusión. —Ah, el bastardo está mejor—. Ganarte en todas las discusiones.

—No todas.

—En absolutamente todas las discusiones que hemos tenido desde que nos conocemos, vaya, debo tener entonces 201 puntos de IQ.

—¡Pequeña mierda! —Chilla y se esfuerza por mantener su madurez—. Sé que tienes un tema acerca de darle importancia a lo que te pasa, lo siento si colaboré con eso, te quería dar espacio, pero quiero que sepas que en nuestra relación me puedes decir que "no" y estará bien, no te amaré menos, no me iré ni te mandaré lejos, quiero que este sea un espacio seguro para ambos.

—Vaya que sí has cambiado. —Entonces Eiji ríe y restriega su moflete en su palma—. Estoy orgulloso.

—Sí, ahora es un cursilón de wattpad, todo un Edward.

—Tú. —Ash fulmina a Yut-Lung en la puerta—. ¿No conoces la privacidad?

—Mi casa, mi hijo, mi esposo provisional, mis reglas.

—Eiji no es tu esposo provisional.

—¿Quién dice que no? —El bastardo se ríe—. Eiji Lee suena muy bonito.

—¡Yo digo que no!

—Qué miedo, el gato sarnoso me va a arañar.

—¡Eiji!

Pero el nombrado solo sonríe sintiéndose por primera vez en años visto y escuchado.

Qué alivio.

Esto es estar a salvo aun si queda trabajo.

¿Era necesario tener este quiebre para que estos tipos se comunicaran? Definitivamente y dejaré que ustedes juzguen mañana porque el capítulo es muy cute, rosita, doméstico y todas esas cosas que deberiamos en esta dinamica, ya vamos en subida con los dos y con las reglas y los límites definidos. Espero que esto se vaya sintiendo coherente y fluido porque a veces tengo la sensación de: no sé qué diblos estoy escribiendo. Pero se lo atribuyo a que nos queda poquita dinamica.

Nos vemos mañanita con algo adorable~

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