21. Handmade gift.
Hi~ Me atrasé con capítulo, quería subirlo ayer pero siendo honesta este capítulo me angustió escribirlo porque si bien, sentí que el otro era más pesado en cuestiones de síntomas, acá de verdad se siente Eiji solo cansado. Friendly reminder antes de leer que hay muchos pensamientos intrusivos y de autodesprecio y minimización, los cuales todos sabemos que "no son sanos" y todo el rollo pero hey, estamos hablando todo el rato de validación y compasión así que demosle ese espacio también para caerse. Este capítulo no es una representación de cómo Eiji usualmente piensa o se siente sobretodo en relación a Ash, es un Eiji quemado con una última gota para rebalsar el vaso y actua como tal, no actuamos siempre en una línea recta, sino no seríamos personas. Si están de acuerdo con esto, pueden continuar con este masoquismo.
Probablemente las advertencias son más heavys que el capítulo relax, puede que yo lo haya sentido así de pesado porque creo que todos en algún momento nos hemos sentido minimizados o poco vistos, aún así, espero haber hecho un trabajo decente.
[Por el medio presente nos permitimos informarle que el estudiante Aslan J. Callenreese no solo tiene el honor de haber sido seleccionado para el programa de la escuela médica de Harvard University en la ciudad de Boston, Massachussets, sino que ha quedado seleccionado para una beca completa a lo largo de su carrera.
Esperamos una pronta respuesta].
Eiji arruga la carta contra su pecho, hay un sentimiento que se asemeja más a un nudo ramificándose desde sus entrañas hacia el resto de sus órganos igual que una onda expansiva, sus ojos pican por el llanto contenido, debería estar feliz por su esposo, Ash merece tener una vida normal en donde logre estudiar lo que desee, además no le cabe duda de que será un profesional espectacular, es el hombre más inteligente que conoce, Harvard tiene suerte de tenerlo, sin embargo...coge el papel en un puño.
Sin embargo, sin embargo, sin embargo.
Suspira.
—¿Eh? —Los cálidos brazos de Ash lo envuelven por la espalda en un toque mimoso, recién ha salido de la cama, le sorprende que lo haya hecho antes del mediodía, supone que divisó su ausencia entre sueños—. ¿Llegó otra carta de aceptación?
—Así parece.
—Cielos, estos sujetos no se cansan.
—Sí, esta es de Harvard. —Ash chasquea la lengua, eso hace cosquillas en su oreja—. Es de medicina.
—Solo postulé porque Griff me forzó a postular a universidades "importantes" puedes ponerla junto a las otras cartas de aceptación.
—Deberías considerarla.
—No quiero todavía.
—Ash. —Regaña.
—Las universidades siempre estarán ahí, pero no quiero tener que preocuparme por eso aún, si cedí y postulé fue por la insistencia de los viejos así que ¿puedes dejarla?
—Claro.
Hay un montículo titánico en su mesita de entrada con nombres de diversas carreras y universidades de renombre balanceándose de un lado hacia otro y Ash ni siquiera precisa postular, las instituciones se lo pelean seduciéndolo con becas y otra clase de beneficios mientras que Eiji no consigue ni entrar a una universidad local, vaya que es tonto. No. No. Está mal compararse con su esposo, es su trabajo dejar estos sentimientos de inutilidad y autocompasión para alegrarse independiente de su malestar porque Ash no tiene la culpa de su incompetencia y no se victimizará, Eiji es el culpable de su fracaso.
Es lo mismo qué te pasó con Mizuno, se recuerda.
Así como en el salto de pértiga el límite personal se demarca de antemano según la altura del cuerpo y el poder de la patada con el ancho de la empuñadura, es lo mismo en la universidad: ingresan los que son excepcionalmente brillantes y talentosos (como Ash) o los que tienen contactos. Pero él...no ha conseguido aprobar ninguna entrevista y se acaba el periodo de postulación.
¿Esto vino a hacer a Nueva York?
¿A ser un amo de casa?
¿A ser un vividor a expensas de Ash ya que ni siquiera puede conseguirse una carrera por sus propios méritos?
De repente se siente realmente perdido en relación a lo que debería estar haciendo, todos los chicos con quienes fue a la escuela ya se encuentran inscritos en una universidad (e inclusive acá los amigos que hizo están pavimentando un camino para su vida) pero Eiji ¿a dónde va Eiji? ¿qué diablos quiere hacer con el resto de su vida? Se concibe en nada. Solo flotando. Dejándose arrastrar por la corriente y rezando para que esta no lo ahogue ¿así siempre se imaginó que sería su vida? Aunque el resto ha tenido dificultades mucho peores en comparación lo tienen todo resuelto.
¿Por qué él no?
¿Por qué es tan inútil? Ni siquiera puede hacer esto.
—¿Vas saliendo? —La voz de Aslan evita que rompa en llanto, últimamente está demasiado sensible porque no ha quedado en ninguna universidad y se lo ha ocultado a todo el mundo por vergüenza.
—Ah sí. —Sus ojos penden de la torre de cartas hacia Buddy que le rasguña la pantorrilla exigiéndole atención—. Hoy tengo esa charla que tu psicóloga me recomendó.
—La charla para las parejas de sobrevivientes de abuso sexual.
—Sí.
Le gusta esa distinción de «víctima» a «sobreviviente».
—Entonces me iré a duchar, los chicos probablemente estén acá cuando regreses, hoy tenemos que discutir cosas importantes de la pandilla.
—Ash... —El abrazo se rompe.
—¿Sí? —¿Cuánto más seguirás haciendo esto? Puedes tener una vida libre de peligros, puedes entrar a cualquier universidad y carrera que quieras, por favor, salte de esto mientras sigas vivo.
—No es nada, cariño.
—Como digas. —Aunque le arroja una mirada de suspicacia el sueño impresiona vencerlo por lo que le presiona un beso antes de desaparecer hacia la ducha.
—Al menos saldré con tiempo. —Dice para consolarse a sí mismo, no tendrá que andar corriendo al límite del reloj, incluso podría intentar ponerse algo decente y peinarse el cabello, sí, puede salir del apartamento viéndose y sintiéndose como un ser humano y no una sombra ¡puede ser un buen día!
Habló muy pronto.
—¡Buddy!
El cachorro se ha orinado en el piso.
—¡Ash! ¿Podrías...?
Pero su esposo ya se encuentra encerrado en el baño, conociéndolo no se dará cuenta así que limpia antes de salir porque es lo más inteligente, de todas formas tendrá que llegar a aspirar y a prepararle la cena, sino se convierte en alguien de utilidad pronto verán lo dispensable que es, no quiere acabar en Izumo con la cola entre las piernas pero si lo sacan de acá ¿a dónde irá? ¿qué hará de su vida? Es tan frustrante no tener respuesta no obstante tampoco necesita pensarlo mientras pasa la mopa en compañía de un Buddy con ojos inocentones y colita errática.
—Llega tarde, señor...
—Okumura.
—No tenemos su nombre registrado acá. —Eiji se da un respiro, acabó presionado como una sardina en el metro de Nueva York apenas habiéndose podido lavar los dientes así que sabe que se ve simple por no decir feo y ¿cómo le dijo la vecina? Ah sí, cara de culo—. ¿Algún otro apellido?
—Callenreese. —Refiere—. Ese es el apellido de mi esposo.
—Puede pasar.
Entra a la charla para parejas de sobrevivientes de abuso sexual.
Sip.
Por supuesto, cualquier orientación es bien recibida y de hecho, está agradecido con estas instancias ya que Sing tenía razón cuando le dijo que lucía agotado, sabe que el matrimonio no debería sentirse igual que un campo minado sin embargo es jodido encontrar la línea entre la fragilización y la chance de despertar una reacción traumática al empujar demasiado fuerte en un estímulo o usar el perfume incorrecto o llamarlo con un tono de voz muy despacio, es complejo y ansía hallar comprensión bajo las cándidas luces del anfiteatro, no obstante...
No. No lo hace.
Porque todo lo que dice la presentadora implica anteponer las necesidades de la pareja a las propias.
Y Eiji está un poco cansado de cuidar al resto.
Vaya esposo de mierda para creer eso ¿cierto? La gente no espera que se queje o muestre resqueme negativo de su humanidad, tiene claro lo que debe hacer: encarnar un hogar incluso si tampoco tuvo uno. Sí. Es su trabajo ser un soporte, un apoyo incondicional y un ángel, todos lo idealizan anhelando que preserve su inocencia pura e intacta cuando Eiji también vio muertes y mató, hay sangre que le mancha las manos, hay tormentos reventando en su alma y hay heridas en su corazón pero debe de esconder todo esto para no romper con la fantasía de nadie. ¿Cómo le dijo Ash que se sentía cuando era un niño y lo usaban en el reformatorio? ¿Qué le decían?
"¿Cómo te atreves a arruinar mis fantasías?" Ni siquiera pensaban que fuera una persona real.
¿No es lo mismo?
De inmediato una ola de culpa le revienta en la cara, lo da vueltas y lo arrastra al fondo del mar dado ese tipo de pensamiento poco aceptable, ¿cómo te atreves a comparar a Ash con quienes lo hirieron? Sin duda eres una escoria. Y Eiji lo sabe, porque todos en este cuarto parecen estar tan dispuestos a sacrificarse por el amor a sus parejas y mantener una farsa de soporte incondicional, pero Eiji aprecia que está tan quemado que apenas puede levantarse y contener el llanto, no sabe por qué tiene tanta pena últimamente, no sufre como sufren los demás, claro, su mamá lo ha empezado a llamar a diario para menospreciarlo, no ha quedado en ninguna universidad, se vive comparando, escucha las cosas sañosas de las vecinas, ver a sus amigos le gatilla síntomas de reexperimentación y su vida sexual le genera recuerdos desagradables. Pero no es nada en comparación. No le pasó nada.
Ni siquiera es que lo busque, es que basta de un niño contando hormigas, el olor a patas de pollo, el sonido de un balazo, un polerón amarillo, un chico rubio, una biblioteca, estatuas de leones, el aroma del incienso que Golzine prendió, un ángel, un calabozo, Nueva York, Cape Cod, verde, jade y dorado.
«Mi alma siempre estará contigo».
Sí.
Basta de un segundo para que su farsa se caiga pero incluso siendo así de frágil nunca nadie se logra dar cuenta de que es una farsa, así que no debe estar tan mal ¿verdad? Porque si lo estuviera alguien lo vería.
Y nadie lo ve.
—¿Está insinuando que siempre debemos estar sexualmente disponibles a nuestras parejas? —Y de estar tanto tiempo divagando en su mente no prestó atención a la charla, vaya pedazo de mierda.
—No, pero sí es importante que sus parejas se sientan acogidas cuando lo deseen independiente de la respuesta que le den, es imprescindible hacerles saber que son dueños de su sexualidad, no deben mantenerlos dentro del estigma de víctima, eso puede ser retraumatizante, marquen límites ambos.
La ronda de preguntas continúa.
Eiji está mareado.
—¿Alguien querría decirle que no a su pareja en eso? —El chico de al lado se ríe—. Yo siempre estoy con ganas de tener sexo, eso ha ayudado mucho a mi señora.
—¿Siempre tienes ganas? —A Eiji se le escapa el comentario, pero no tiene a nadie para hablar esto.
—Claro, es lo normal ¿no?
—¿Lo es? —Porque él no se considera sexual todo el tiempo, de hecho son ocasiones especiales con Aslan las que alborotan sus hormonas, nunca se ha atrevido a tomar la iniciativa por lo mismo ¿acaso es su culpa que la recuperación demore? ¿acaso lo está saboteando?—. Yo no suelo insinuarme ¿no te da miedo que se sienta presionado o despertar algo traumático? Es caminar en un campo minado.
—Puff sino estás disponible todo el tiempo ¿cómo podría recuperarse? Hay que empoderar o alguna mierda así dijo la entrevistadora.
—¿Y si no quiero tener sexo cuando él quiere? —¿Y si es a mí a quien no le interesa?
—Ah, eres marica. —El comentario sin duda lo hace encogerse dentro del suéter—. Pero ¿realmente lo amas si te niegas a tener sexo? Esa es la manera que los humanos tenemos para demostrar amor.
—Hay distintos tipos de amor. —La entrevistadora interrumpe al escuchar su plática—. Lo hablamos toda la mañana pero nadie está obligado a nada, el espectro es muy grande y cada caso es particular.
—Lo que usted diga, es la experta.
—Además existen muchas orientaciones sexuales y cada una se manifiesta diferente en la persona...
—Bla, bla, bla. —Chasquea la lengua, es un hombre que le recuerda un poco al papá de Ash—. Como sea, sin sexo yo abandonaría a mi pareja.
—¿Acaso todo el tiempo deberíamos estar dispuestos?
—¿Eres un hombre o no? Es lo que esperan de ti.
Eiji deja de escuchar en ese momento.
Los pensamientos catastróficos hierven en su cabeza igual que una olla a presión, Eiji coge la tapa y la conserva coaccionada para que no escape la espuma, se quema las manos mientras lo hace puesto que el mango se ha roto y los tornillos se están desprendiendo segundo a segundo del metal caliente pero aun así, no la suelta, incluso si está tan caliente que la piel se desprende de sus palmas, la carne se derrite y el dolor es insufrible, no la suelta y se aguanta sus dolencias.
Ash no está mejorando porque no eres lo suficientemente activo, ni siquiera tienes experiencia sexual ¿cómo podrías serle atractivo? Si hubieras dejado que Dino te violara al menos sabrías algo, pero no y aun así andas de marica quejándote porque tu vida es muy dura, pobrecito ¿quieres saber qué vida es dura? La de tu esposo que estuvo a punto de morirse por tu puta carta, casi lo matas, de hecho lo mataste y no eres capaz de darle sexo ya que te da miedo, eres un hombre ¿no? Aguántatelo.
Soporta, soporta y soporta aún más.
Ya que si no está disponible para Ash 24/7, sino vive alrededor de Ash, sino sobrepiensa cada maldita cosa que dice o hace anticipando sus reacciones porque claro es adivino para saberlo, es una mierda.
—¿Todos entendieron la tarea que les queda? —Ni siquiera puede mantenerse concentrado y acaba disociándose ¿por qué Ash querría esta porquería de compañero? Ash es deslumbrante, inteligente, hermoso y resiliente y ja, Eiji es un simplón que aún no aprende bien inglés ¡vaya! Es una vergüenza.
—¡Sí! —Gritan todos al unísono.
—Bien, a raíz de lo hablado en la charla quiero que hagan un regalo hecho a mano con los materiales que se les entregaron transmitiéndole apoyo a sus parejas en este camino tan difícil.
—¿Materiales? —Eiji parpadea, recién se da cuenta de que tiene cartulinas y lápices, ¿cuándo...? No sabe nada. Estoy tan cansado, solo déjenme en paz, solo quiero parar.
—Pueden comenzar.
Bien, un regalo hecho a mano transmitiéndole apoyo a Ash.
Puede hacer eso.
Sí, ya le escribió una carta de amor que casi lo mata luego de que bajara su guardia una jodida vez y en vez de ir al hospital prefiriera rendirse y echarse a morir mientras se desangraba, Ash nunca quiso ni pretendió ir a Japón de verdad y Eiji sí... Eiji realmente armó una vida...Eiji realmente dijo...mi alma siempre estará contigo...para siempre. Ni siquiera pensó en lo traumático que podría ser...Pero Aslan está vivo y lo eligió de esposo y lo ama lo suficiente para intentar vivir aunque ve lo duro que es y lo mucho que le cuesta, así que...pero Eiji está tan cansado...ya basta...me duele mucho...
Ni siquiera puede hacerle un regalo hecho a mano.
Ja.
¿De qué sirve entonces?
Todas las otras parejas pueden hacerlo ¿por qué Eiji nunca puede hacer nada?, ¿por qué no es como los demás?, ¿por qué todos lo hacen bien?, ¿acaso se perdió la clase dónde lo enseñaron? Pretendió que al menos acá se sentiría entendido, todos están pasando lo mismo con sus parejas, acá deberían tener las mismas luchas y como siempre, él se ahoga en un vaso de agua. Ayuda. No puedo salir solo.
—¿Quieres un consejo? —Incluso el hombre a su lado pudo terminar la tarea, Eiji sigue sin tocar sus materiales—. Solo cállate y dale sexo.
—Pero...
—Sino lo encuentra en ti lo encontrará en alguien más.
—Ash no es así.
—Ja. —El sujeto alza una ceja—. La mayoría de los sobrevivientes en algún punto pasan por un terror al sexo o una hipersexualidad, ambas de manera destructiva, es tu trabajo ser quién resignifique esa experiencia autodestructiva en algo seguro, por eso, siempre estate disponible, si el sexo no te gusta lo suficiente deberías replantearte tu amor.
—Lo amo mucho.
—Parece que no lo suficiente. —Ríe—. Ni siquiera le has hecho la carta.
No lo amas lo suficiente.
Incluso si eligió permanecer en su mundo de muerte e hizo lo mejor que pudo normalizando lo que quienes crecieron acá normalizan. Incluso si fue un infierno. A través de la sangre y la violencia. Pese a que lo mataba vivir en constante hiperalerta sabiendo que en un descuido podía perder a Ash o la propia vida. Incluso si procuró no ser una carga con sus problemas no es suficiente. Es inútil. Ingenuo y estúpido. Eiji no es suficiente.
—¡Eiji! —¿Cuándo llegó a su casa? Ni idea pero los chicos están en una reunión en la sala de estar y se siente tan drenado que solo quiere hacerse un ovillo en la cama y morir allí—. Finalmente llegaste.
—Hola. —Por favor, alguien míreme, quién sea.
—¿Puedes hacernos chocolate caliente?
—¿Eh?
—Sí, hemos estado esperando a que llegues para pedírtelo, nadie lo hace como tú. —Pero estoy tan cansado ¿acaso soy invisible? ¿acaso realmente me consideran humano?
—Claro. —Eiji no se queja—. Se los preparo de inmediato, chicos.
Eiji los mantiene a todos felices a costa de su propia felicidad.
La sensación de espuma hirviendo crece y los recuerdos lo asaltan apenas pisa la cocina ya que Aslan compró este apartamento con la excusa de que quería vigilar a Dino, por mucho tiempo, Eiji también lo creyó, tras largas reflexiones se percató de que no, de que nada fue lo que parecía: que había otra manera de pasar la píldora en prisión, que no necesitaban compartir una cama a pesar de la falta de espacio, que no era necesario que vivieran juntos como una pareja, pero ambos tenían ese consenso silencioso de que estaba bien mientras estuvieran cerca. Eiji se prometió no ser egoísta, se juró callar ese enamoramiento pero aquí están finalmente casados y ni siquiera pudo hacerle un regalo, el resto pudo. Ya ni como pareja sirve.
Le da mucho miedo no ser lo suficiente para Ash y peor, estarlo reteniendo.
—¿Qué haremos con la pandilla que está tomando el lugar de Arthur?
—¿Qué no es obvio? —La voz de Ash es dura, está en su rol de jefe—. Ponerlos en su lugar como lo hacemos siempre.
—Puede ser peligroso, jefe.
—Siempre es peligroso, ¿eso alguna vez nos ha detenido?
—No, jefe.
—Esta no será la excepción.
Dijiste que te saldrías de esto, me prometiste que tratarías de tener una vida normal, me juraste que el liderazgo pasaría a Alex, ¡tienes a las universidades haciendo una puta fila y te da igual!
La bandeja de tazas choca contra la mesa.
—Acá están.
Eiji se va de un portazo al cuarto.
—¿Qué diablos le pasa al camaroncito? —Escucha por debajo de la puerta—. Se veía enojado.
—Na, debe ser tu impresión. —Alguien más dice—. Eiji nunca se enoja en serio.
Y de repente, su propia carga lo sobrepasa. Se siente como una mierda cuando se desgasta, lo último que desea es hacerle más dura la recuperación a Ash, por eso se mata para mantener su amabilidad intacta, sin embargo, es absurdo evitarlo, se cansa, se rompe, grita, explota, se arrepiente y llora. Es un humano ¿es débil por agotarse? Esos pensamientos lo torturan una y otra vez.
¿Qué clase de esposo escoria es?
Pero todo lo que puede hacer es encogerse con Buddy en la cama esperando que esto se le quite lo más rápido posible para que Ash no lo vea así.
—Eiji. —Dios, se mira tan inquieto cuando abre la puerta y ni siquiera se atreve a entrar al dormitorio para darle espacio—. ¿Estás bien?
No. No lo estoy.
Pero "no" se ha convertido en una palabra imposible de pronunciar.
—¿Puedes recostarte a mi lado? —En su lugar le pide esto, tiene muchas cosas en su cabeza, si sigue pensando en ellas se acabará quebrando—. Necesito sentirme seguro.
—Cariño. —Ama que use ese tono para llamarlo, está cargado de adoración, sí, Eiji sabe que ninguno de los dos puede ser un centro de terapia y está viendo a Ash mejorar y ampliar su red de apoyo, no obstante, es duro darse importancia—. Háblame.
—Yo no...
—Por favor.
Finalmente Ash ha llegado a su lado, acomoda su cabeza sobre sus piernas mientras lo mira con sus ojitos cristalinos porque si algo le duele es verlo sufrir, qué irónico que su amor lo esté hiriendo pero cree que tiene un punto válido y Eiji confía en Ash, Ash no lo juzgará por tener problemas ni mandará de regreso sus cosas y su persona a Japón, Ash no lo reprochará por no dar más, Ash no lo maldecirá por tener emociones negativas incluso si son hacia él mismo.
Ash es seguro.
Ash es su apoyo y por poco lo olvida.
—Estoy muy cansado. —Entonces le dice pidiéndole en silencio mimos, Ash lo obedece ciertamente, cepilla sus cabellos con suma gentileza de arriba hacia abajo y Eiji se aprecia tan aliviado y bendecido que podría llorar y hace todo lo imposible para no hacerlo—. La charla fue agotadora.
—Gracias por ir incluso si estás cansado. —Lo dice con su tono gentil, procura ser suave, siempre es suave cuando se trata de Eiji—. Lo siento si te hemos estado exigiendo tanto. —Sus pupilas escuecen por el mensaje que esto transmite: sí te veo—. También estás ocupado con las solicitudes y hasta te llevaste un portafolio a la charla, debes estar agotado.
—¿Un portafolio? —Ash señala la carpeta sobre la mesita de noche—. No, esa fue...
La tarea que no pudo hacer.
Inútil.
—¿Esa fue...? —Aslan no lo presiona, le está dando el espacio para cortar el tema si así lo quiere.
—Nos dieron una tarea en la charla y no pude hacerla, lo siento. —Eiji se encoge sobre el regazo del más joven como si fuera un animalito herido.
—Eiji. —Pero Ash es comprensivo—. Mi valiente Eiji, no necesitas hacerme nada, de hecho creo que yo debería demostrarte más abiertamente lo agradecido que estoy contigo, pero me cuesta, no creo que se me den las palabras, yo soy más de acciones.
—Lo sé. —Eiji se acurruca contra su amado—. Tus sentimientos sí me llegan.
—¿Qué puedo hacer por ti para que te sientas mejor? ¿Cómo puedo ayudarte?
Solo cállate y dale sexo.
—Déjame hacer algo por ti, Ash.
Sino lo encuentra en ti lo encontrará en alguien más.
Así que Eiji intenta convencerse de que es bueno haciendo esto y que sus manos no tiemblan cuando le desabrocha el pantalón a Ash en un intento por hacerle una felación ya que si no es capaz de darle esta libertad lo abandonará por quién si pueda y no lo culparía si ni siquiera es atractivo, los músculos que alguna vez tuvo están cada vez más fofos y menos marcados, su cara es de bebé pese a su edad, su pelo es un desastre y sus ojos (que podrían ser lo que más llame la atención) son considerados muy grandes para "ser japoneses". No. No. No. Sal de tu cabeza. Concéntrate. Tienes que hacer que Aslan se sienta bien, de eso trató la charla ¿no?
No, la charla se trató de poner límites y tú estás pasando a llevar tus propios límites, se reprocha a sí mismo.
—¿Eiji? Estás actuando...
—¿Cómo estoy actuando?
—Como sino fueras tú. —Esa es la idea—. ¿Realmente quieres hacer esto?
—¿Acaso no puedo? ¿No me deseas de esa manera?
—No es eso.
—¿Entonces...?
—No es nada. —Su esposo prefiere callarse, no lo ve bien—. Puedes seguir si estás seguro.
La culpa atraviesa el rostro de Ash como un rayo, grandioso, ya arruinó el humor pero sigue adelante e intenta estimular a su pareja cómo cree que debería hacerlo, intenta ser sexy y tocar en sus lugares correctos pero haga lo que haga Ash no se pone duro y quiere llorar por este rechazo indirecto, ¿qué está haciendo tan mal para que no se prenda? Lo intenta con sus palmas y la boca pero esa expresión repleta de preocupación no se borra con nada.
De todas formas no lo culparía por engañar, si yo estuviera casado con esa cara de culo también lo haría.
—No te parezco atractivo. —Finalmente concluye humillado, apartándose del pene flácido del rubio con los ojos atiborrados de lágrimas—. ¿Por qué no solo me lo dices de una vez? Siempre tienes una reexperimentación o no se te para, si quieres intentarlo con otra persona solo dímelo y lo entenderé.
—¿Intentarlo con...? —Ash luce mortificado con el comentario—. ¿Por qué piensas eso?
—Mira, te doy asco.
—No es eso, cariño. —Intenta que no escale—. Es que te noto raro.
—¡Es porque es muy difícil estar a tu altura! Es difícil ser tu esposo, es tan difícil amarte y estoy harto de fingir que no.
—Oh. —Ash impresiona herido—. Pues lo siento por ser tan difícil de amar.
—¿Por qué todo lo conviertes en algo sobre ti? Tú no... —Eiji tensa los puños, se para—. Ya no puedo arreglar esto, perdón.
Y se va.
¿Terapia para Eiji? Terapia para Eiji, pero ironicamente mañana partimos con Ash porque esto no le es diferente, tendremos una constante lucha contra la intrusión porque sus viejos habitos tardan en morir y obviamente se siente culpable por cómo Eiji explotó y él no supiera apoyarlo de la misma manera que él lo apoya, pero, pero, pero, tenemos más herramientas que antes y eso es lo más notorio de mañana, so, calm down, no se me catastrofeen.
Nos vemos~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro