Todo lo que pasaba en la ciudad era divertido menos para ella, una mujer castaña con ojos azules oscuros la cual llamaba la atención a cualquier lado que fuera.

En la ciudad donde se alojaba, todos los días eran iguales. Cumplías tus deberes y dormías todo lo que podías hasta que sonara la alarma de la cena.

Todos en la ciudad comían y charlaban en el mismo lugar, el gran comedor que se encontraba justo en medio de la ciudad. No les permitían comer solos y menos si tenías familia.

Ellos nos obligaban.

Éramos las máquinas que debían cumplir las órdenes y sin darnos cuenta que lo hacíamos.

Zenda Moretti era una de ellas, vivía en la pura ignorancia sin saber que era vigilada a todas horas, al igual que todos los que vivían allí.

Dos mundos diferentes, uno de ellos era manejado por los jefes que se aprovechaban de los que no sabían nada y el otro era de los ignorantes, que eran manejados sin enterarse.

Una mujer que seguía órdenes y solo vivía el presente tratando de no aburrirse al estar allí.

Un hombre que no seguía órdenes sino que las daba. Era frio y calculador que nada lograba salirse de sus manos.

...

Buenas mis queridos lectores, aquí les subo el prologo que tanto quería mostrar. Estoy muy contenta por comenzar esta historia y espero que la lean.