
Capitulo 3
🔞
Siempre es fácil juzgar.
- Jeaulosy, Jeaulosy, Olivia Rodrigo -
Alya.
Llegué a la dirección que me dio Edan y toqué el timbre dos veces.
Aunque no entiendo para que me la dio, si vine unas cuantas veces cuando éramos amigos.
Puede que fueran las dos y media o un poco más, no porque yo sea impuntual, sino porque mamá se tomó en serio lo de no dejarme salir hasta no ver mi plato vacío.
Tuve varias arcadas mientras comía, no porque me diera asco, de hecho él pollo a la plancha es una de mis comidas favoritas por no decir que la única, pero llevo el tiempo suficiente sin comer más que una fruta y jugo. Así que antes de salir vomite casi todo.
Una señora de edad abrio la puerta dedicándome una sonrisa amable.
- Buenas tardes, soy Clara ¿en qué puedo ayudarte?
- Buenas tardes, Ehh... soy Alya y estoy buscando a Edan. - la señora me frunció el ceño por lo que decidí continuar - Estamos juntos en clase de historia y me dijo que viniera aquí para hacer un trabajo.
Clara me dio un repaso con una ceja levantada.
Mis jeans desgastados y anchos junto a la camisa extra grande, para muchos no era una opción muy "femenina"
- El joven está en su habitación, pasa.
Por Las Tangas De Jesús, ese salón era mi casa entera. No la recordaba tan grande.
- Voy a avisarle al joven que está aquí, espérame un momento.
- Claro.
Di vueltas observando cada detalle del salón, mientras Clara subía las escaleras de mármol. Habia un cuadro gigante de la familia, un pequeño niño de melena castaña y ojos azules, a su lado un chico un poco mayor que el primero de cabello negro están en el centro y sus padres en la esquina en la parte de atrás.
Recordaba que menciono de sus hermano un par de veces, pero no recuerdo haberlo visto alguna vez y sabia que los de la parte de atrás eran sus padres por que los vi algunas veces en las reuniones para las notas finales. Aunque llevaba meses sin ver a su madre.
- El joven dice que puede pasar a su habitación.
- Ok, gracias.
Me quedé de pie esperando que me indicará cual era y ella solo me miraba con una sonrisa.
- Ahh si, subes las escaleras, y giras a la derecha, la puerta de la habitación del joven tiene un posters que dice Danger.
- De acuerdo...
Me encamine a la habitación de Edan mirando mis tenis en el proceso, lo que más quería era terminar rápido para poder irme a leer.
Escuché un leve 'Pasa' antes de llegar a tocar. Abrí y pasé levantando la mirada.
- Hagamos esto rápido, no quie... - me quedé rígida ante la escena, Edan en bóxer en su cama y una rubia, llevando únicamente una camiseta blanca que le iba un poco grande.
Trágame tierra y escúpeme en la Luna.
- ... Ehhh, yo debería... - señale la puerta y di un paso atrás.
- No, ella ya se iba.
La chica se va a supongo yo a el baño, recogiendo su ropa en el proceso.
- ¿Te puedes vestir?
- ¿Te molesta? - Preguntó Edan con una ligera sonrisa.
- Claro que sí, estúpido.
- Estúpido - repitió poniéndose de pie. Cerré los ojos por instinto y espere inpaciente.
- No sé porque cierras los ojos, si acabas de verme.
- Tienes una... maldita erección.
- ¿Y qué crees que pasa cuando estás en una sección de sexo?
- No digas mamadas Mary Jane. - susurré tratando de no entrar en cólera.
- ¿Qué?
- Si sabias que iba a venir ¿Por qué haces esto?
- Te dije a las dos y son las dos y cuarenta.
- Técnicamente siguen siendo las dos. Y tarde porque... tuve unas pequeñas complicaciones.
- Pero creí que no ibas a llegar.
- Uhm, perdón. Pero igual ya estoy aquí ¿Puedes... hacerlo rápido?
- Depende de que tan excitado esté.
- ¿Qué...? ¡Hablo de vestirte!
- Ah, sí.
Bajamos al salón para hacer el trabajo, le dio un par de billetes a la chica para el taxi y la acompañó a la puerta. Yo me encargue de investigar y él de crear las preguntas.
- ¿Seré el entrevistador?
- Prefiero que seas el entrevistado.
- ¿Por qué?
- Porque el entrevistado habla de más, y es algo que se te da bien.
- Linda manera de decirme que no me callo.
- Por lo menos lo entiendes.
Seguí en lo mío cuando creí que no iba a seguir hablando, pero todo era muy bonito para ser real.
- De lo que viste... ¿podrías no decírselo a nadie? Si mi novia se entera me mata.
- Me importa muy poco lo que hagas de tu vida, la verdad. - trate de seguir (otea vez) pero vi como intentaba hablar nuevamente - ¿te puedes callar? Estoy intentando concentrarme y deberías empezar con tu parte.
- Uy perdón fiera.
Al pasar unas cuantas horas, este se fue del salón y al regresar trajo un plato en su mano derecha.
- Para que no digas que no te trato bien, nos traje comida.
Intenté no sonreír mientras esté se sentaba intentando no regar la jarra con agua en su otra mano. Se me hacía muy tierno de su parte.
- ¿Qué es?
- Donas de chocolate, bañadas en chocolate, con chispas...
- ¿De chocolate?
- Exacto, comías muchas de estas no? - Subió la mirada a mí y al ver mi ceño fruncido sus hombros decayeron un poco - Por favor no me digas que ya no te gustan. ¡Las compre desde que salimos de clases y...!
- No es que no me gusten, y agradezco el gesto, pero... eh... - Como explicarle que no cómo dulces? O cualquier otra comida...
- Deje de comer dulces por... cuidarme, sí, eso.
- Pero... ¿Ni siquiera media?
Logró convencerme y ingeri media, el golpe de dulce que me ataco fue muy placentero. Lástima que quince minutos después salí corriendo al baño a vomitar y tuve que inventarme algo rápido para que no hiciera mucha preguntas.
*
Llegué a mi casa, estaba cerca de anochecer y mi familia estaba toda en casa.
Traté de evitarlos para que no me obliguen a comer. Mamá desde que supo que cuando les decía que iba a comer en mi habitación no lo hacía, me obligaba a sentarme con ellos.
Llegué a mi cama y me tire en ella mirando el techo, no recordaba que soportar a Edan y sus preguntas fuera tan agotador. Tome mi celular para ver la hora, 6:30pm y me dirigi por mi portátil para revisar mis redes.
La última foto que subí a ellas fue hace bastante tiempo, dos años y medio para ser exactos, y fue una donde me sentía bien con mi cuerpo.
Haciendo un resumen algo extendido, empecé a obsesionarme con la comida, cuando mi familia(menos mi padre) empezaron a juzgar mi cuerpo, dándome comentarios como:
'Estas muy delgada' 'Deberías comer más'
'Si comes más, puede que te crezca el culo'
'Ni pechos tienes de lo delgada que estás'
Sus comentarios afectaban en mí, más de lo que ellos creían y pensaba "lo dicen por mi bien, ellos quieren que sea perfecta"
Empecé a seguir una rutina de YouTube para ganar masa muscular con alimentación incluida. Mis muslos crecieron, mis pechos no tanto, pero lo suficiente para ser notados, pero me obsesioné con esto y no quería parar. Gane grasa abdominal, mis mejillas se hinchaban cada que sonría y a ellos les gustaba así... pero yo no me gustaba a mí misma.
A pesar de eso comer en exceso se volvió una costumbre para mí (o más bien una adicción) y deje de hacer ejercicio hasta que logre el sobrepeso y sus comentarios cambiaron.
' Deja de comer, ya no pareces tú'
' ¿Te comes todo lo que encuentras?'
' Te salió joroba de lo gorda que estás'
Llorar en mi habitación, juzgarme en el espejo y odiarme por no ser lo que ellos querían se hizo rutina. Me perdí a mi misma por siempre querer complacer a los demás, y me culpaba por no saber hacerlo.
Y lo logre, logre el punto que ellos querían, pero seguía sin sentirme bien con eso, yo seguía sintiéndome gorda e hinchada como solían decirme.
Los comentarios de la gente en la calle dejaron de ser de mi personalidad y pasaron a ser de pervertidos señalando mi cuerpo.
'Me encantas tus muslos'
'Lo que daría por un rato con un cuerpo como ese'
'No me importa ir a la cárcel por unas curvas como esas'
Sentía que si salía de la habitación la gente iba a señalarme por mi cuerpo igual que ellos. Que quizás el ejercicio y las dietas iban a poder ayudarme, o la ropa holgada.
Deje de salir a fiestas, de aceptar salidas al cine, me incomodada el uniforme del instituto, sentía demasiadas miradas en mi al caminar y no de buena forma. Ya las demás chicas no querían ser mis amigas porque según ellas era muy aburrida.
Pero luego... Paso eso que me hizo odiar todo un poco más. Ese punto de quiebre que jamás pensé tener.
'Te dije que ese vestido se prestaba para malinterpretaciones' Fue la frase de mi madre al enterarse.
La ropa holgada empezó a ser parte de mi vida, cuando la llevo puesta siento que las personas no pueden juzgarme al no saber cómo está mi cuerpo, es cómoda y la gente evita mirar a la chica que viste holgado... a veces. Así que pedí un uniforme nuevo de unas tallas más grande que las que solía usar pero aun así se marcaba un poco.
Deje de comer, cada vez que intentaba comer una hamburguesa, un trozo de pizza o incluso papas fritas, recordaba mi cuerpo, los comentarios y eso hacía que se me fueran las ganas.
Empezó a pasar lo mismo con los desayunos, almuerzos y cenas. Sentía que traían demasiadas calorías y que si seguía consumiéndolas mi cuerpo iba a seguir notándose con la ropa.
Cada que me obligaba a comer, luego estaba en el baño provocándome arcadas para botarlo.
Joven, ingenua e insegura.
Eran las palabras que utilizaba mamá cuando iba a verme en el hospital por las mañanas, tuve un mareo por la falta de alimentación y cuando me desmaye me golpee la cabeza en uno de los escalones de la escalera.
Logre el infra peso (termine pesando 42) y para la nutrióloga que me visito en la habitación del hospital -gracias a mi padre debo aclarar- era un peso bajo para mi edad. Cuando vi la cantidad de cosas que quería que ingiriera le dije a mi padre que no me llevara más con ella y que intentaría comer más por mi cuenta, pero que no esperaran que sumara tanto en tan poco tiempo.
No lo hice. Solo sume una fruta diaria, agua y un poco de jugo... muy de vez en cuando algún snack para leer o ver películas.
Se que me hace mal, pero al menos no tenía miedo de salir y que notarán la forma de mi cuerpo. Papá intentaba convencerme todos los días de que volver y seguir las recomendaciones de la nutrióloga era lo mejor para mi salud, ya que estaba empezando a sufrir de mareos y pérdida de fuerza.
Evito usar cosas destapadas para que mi familia no note lo lastimada que estoy, no quiero representar un mal ejemplo para mi hermana, o volverme la decepción de mis papás.
Ahora solo veo prototipos de "cuerpos perfectos" en Pinterest. Me frustra ver como juzgan a las chicas por ser delgadas, por tener kilos de más. Por ser rubias, por ser pelinegras. Por ser de piel morena, negras, por tener la piel muy pálida... No me sorprendería ver que las juzgan por no respirar a la misma velocidad.
Entonces, ¿Qué es lo que quieren? Por eso prefiero los libros, aunque sea por unos minutos, puedo imaginarme un mundo diferente, donde puedan aceptarme aunque no tenga un cuerpo perfecto... O bueno, al menos en algunos.
Sin darme cuenta mis ojos empezaron a cerrarse lentamente hasta quedarme dormida...
Mis niñas, niños, niñes...
No se dejen llevar por los comentarios ajenos y no sean ustedes los culpables de que una persona se sienta insegura de sí misma, ta que no sabemos porque situación alejada a la vista estén pasando y que tan fuerte puede chocarles el comentario...
Feliz jueves mis lectorxs 💜
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