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El comienzo

Mucho gusto, hace mucho que no publico, pero decidí volver con este oneshot que escribí para "Odisea | el concurso de los dioses", espero que les guste.

*Dios: Poseidón

*Fandom: BNHA

*Palabras: 16.864

Irlanda del Norte, Noviembre de 1857:

Era invierno, la lluvia caía mientras dos pequeños de 8 años corrían hacia una pequeña casa en el monte para cenar junto con sus padres.

El más bajo tenía el cabello verdoso y revuelto, tez pálida, sus mejillas tenían unas cuantas y notorias pecas, sobre éstas se encontraban dos grandes y expresivos ojos esmeraldas. Él sonreía y reía mostrando la falta de un par de dientes.

El niño más alto tenía el cabello rubio ceniza con puntas, tez blanca y las mejillas levemente rosadas, y ojos color granate un tanto rasgados.

-Kacchan nuestras botas están enlodadas, nuestras mamás nos van a regañar- Dijo el peliverde viendo sus zapatos.

-Da lo mismo lo que diga la vieja- Dijo burlesco con una sonrisa que mostraba la falta de su colmillo.

-Kacchan es tu mamá, te va a regañar... nuevamente.

Y sí, el pequeño cenizo era constantemente regañado por su madre debido a su lenguaje grosero, pero no se podía hacer mucho, ya que su madre era igual.

-Me importa una mierda Deku.

Al llegar los niños vieron la puerta destrozada, se miraron fijamente y rodearon la casa para ver que sucedía por la pequeña ventana cubierta por las antiguas cortinas.

Ambos pequeños palidecieron al ver aquella escena, sus preciados padres eran fríamente asesinados por unos hombres.

El peliverde lloraba en silencio cubriendo su boca para no gritar, en cambio al de ojos rubís solo miraba con el ceño fruncido mientras lágrimas caían por sus mejillas.

Él estaba memorizando cada detalle de esos hombres, tarde o temprano los iba a encontrar y vengarse.

Los hombres se marcharon con pertenencias del hogar.

Los pequeños estaban sentados en silencio apoyados en la pared, no deseaban entrar a la casa, si pisaban ese lugar todo se convertiría en una realidad.

-Deku, esos hombres usaban uniforme del ejército inglés- Dijo Kacchan con el ceño fruncido -Ellos los asesinaron y no pienso dejar las cosas en la nada.

El pequeño abrió los ojos sorprendido, lo entendía, pero solo tenían 8 años, con esa edad no tenían oportunidad alguna.

-Kacchan, ¿Crees que tenemos alguna oportunidad?- Dijo Deku deseando que tuviera alguna idea.

-No, pero primero debemos decirle al pueblo que encontramos todo así, esos tipos no deben enterarse que nosotros somos testigos.

Deku solo asintió como respuesta.

Fue duro ingresar a la casa, los llantos de los pequeños fueron inevitables al ver toda la sangre regada en el suelo de madera.

El funeral fue duro, las personas lloraban y les ofrecían ayuda a los pequeños.

Kacchan decidió llevar sus cosas y lo importante a la casa de Deku, ninguno quería volver a pisar esa casa.

Al mes comenzaron a idear un plan, el problema era que no tenían forma alguna de viajar a Inglaterra.

Los niños con su inocencia decidieron "tomar prestado" un bote de uno de los pescadores para viajar a Inglaterra y encontrar alguna forma de vengarse.

Ambos agarraron sus pertenencias más importantes y comida en sus bolsos de cuero, antes de marcharse Deku sacó unos aretes de cruces que le pertenecían a su madre.

En cambio Kacchan con una pequeña cuerda hizo un especie collar para colgar el anillo que Masaru le había regalado a Mitsuki en su juventud.

-Es hora Kacchan ¿Estás listo?- Preguntó Deku preocupado, él estaba intentado de ser valiente para hacer justicia y que Kacchan no se lastimara haciendo alguna locura.

-Nos vengaremos Deku, no importa cuánto tiempo tardemos, los mataré con mis propias manos- Dijo con frialdad mientras miraba el mar.

Deku no estaba a favor de ser un asesino, no quería ser igual que esos monstruos, tampoco deseaba que Kacchan lo hiciera.

-Pero si los ves no explotes, aún somos demasiado débiles- Dijo Deku casi suplicando.

Kacchan suspiró y arrastraron el bote hacia el mar, pobres niños, no sabían de las fuertes tormentas y lo casi imposible que era lograr llegar a Inglaterra con ese medio de transporte.

Las olas chocaban furiosas contra el bote, la tormenta provocaba mayor dificultad para poder controlar los remos.

-Deku, vamos a morir...- Dijo al ver como el agua ingresaba al bote.

Deku lloraba al pensar en su final, pero luego negó -Al menos moriremos juntos.

Kacchan abrazó a Deku, ambos se querían como hermanos, crecieron juntos y jugaban todos los días, hacían expediciones nocturnas y contaban las estrellas, Deku ayudaba a Kacchan en todos los extraños inventos que hacía, ya sea cargando cosas, haciendo nudos o martillando, mientras que él lo acompañaba a buscar tesoros en el mar.

Eran el dúo eterno.

Una enorme ola chocó contra ellos destruyendo el bote, Deku se aferró al bolso, no quería dejar los aretes en el mar.

Ambos cayeron al mar, se afirmaron en una tabla y sonrieron, estaban más que muertos, pero no se dejarían vencer por el mar tan fácil.

La tabla los arrastró lejos, pero ellos no la soltaron.

Las nubes se despejaron, el cielo azul se hizo presente y con ello ambos niños vieron la luz del sol.

-Kacchan estoy cansado- Dijo Deku, aún sostenía el bolso.

-Resiste un poco más...- Dijo Kacchan bostezando.

Vieron a la lejanía un enorme barco, al instante sonrieron, si lograban acercarse pedirían ayuda.

Con lo poco de fuerza que les quedaba patalearon lo más fuerte y rápido posible, Kacchan ahora agradecía acompañar a Deku para nadar en el mar en búsqueda de tesoros.

Cuando llegaron lo suficientemente cerca del barco, palidecieron al ver la bandera...

Eran piratas, ellos eran peligrosos y de seguro los venderían como esclavos.

-Pequeños ¿Necesitan ayuda?- Dijo un hombre rubio bastante delgado con una enorme sonrisa, pero no lograban ver maldad en ésta.

-¿Qué hacemos Kacchan?- El cenizo miró a Deku, era morir ahogado o estar con piratas.

Miró a Deku, a pesar de llevarse por 3 meses Kacchan siempre se sintió como el hermano mayor que debe cuidar a su hermanito pequeño.

-Sí, necesitamos ayuda- Dijo a regañadientes, no le gustaba que alguien y en especial un jodido pirata los ayudara.

El rubio los ayudó con otros hombres, todos se veían intimidantes con sus sombreros y pañuelos en la cabeza, a pesar de ser distintas todos usaban pantalones holgados, botas de cuero y camisas.

-Entonces pequeños ¿Qué hacen en el mar sobre un trozo de madera?- Preguntó el rubio, los niños no hablaron por miedo.

La cabellera rubia estaba cubierta por un sombrero azul de pirata y un largo abrigo del mismo color; él era demasiado alto y sus ojos zafiros estaban levemente hundidos, se veía demasiado esquelético, pero su voz era demasiado amable.

-Lamento mis modales- Rio el hombre mostrando una enorme sonrisa con la dentadura más blanca y perfecta que habían visto, según ellos tenían entendido que los piratas tenían los dientes en mal estado.

-Mi nombre es Toshinori Yagi, soy el Capitán de UA, pero pueden decirme All Might- Dijo soltando una extraña risa -Pueden estar tranquilos, nosotros no les lastimaremos, pero necesitamos saber de dónde vienen para ayudarlo.

Deku inmediatamente confió en aquel enorme hombre -¡Soy Izuku Midoriya! Soy de Irlanda del Norte.

Kacchan frunció el ceño y le dio un codazo, su amigo había dicho su identidad como si nada.

-Mi nombre es Bakugo Katsuki y también vengo del mismo lugar- Dijo con seriedad, no confiaba en absoluto en los piratas.

El de cabellos ceniza tenía razón, pero a veces no está mal ser confiado como el de ojos esmeralda.

-Bueno, es un gusto conocerlos ¿Supongo que desean ir a Irlanda?- Preguntó All Might ofreciéndoles de alguna forma llevarlos a sus tierras.

-¡No!- Dijeron ambos niños en coro, era la única oportunidad que tenían para ir a Inglaterra.

All Might los miró extrañado, se veían demasiado preocupados, lo cual preocupó al hombre pensando inmediatamente en lo peor, de seguro los niños habían escapado.

-Está bien, pero deberían cambiarse la ropa- Dijo el hombre para luego gritar -¡Aizawa!

Un hombre alto, de cabellos negros sujetados en una coleta, ojeras bien oscuras se acercó y los miró.

-¿Puedes prestarle ropa de tu hijo?- Preguntó All Might sonriéndole.

Aizawa bostezó y asintió -Niños acompáñenme.

Ambos lo siguieron, hacia una puerta que conducía al interior del barco.

Katsuki admiraba cada pieza y trozo de madera que contenía el barco, ¿Cómo algo podía flotar con tanto peso?

Aizawa se dio cuenta y dijo -¿Te gustan los barcos?

-Es la primera vez que subo o veo uno de cerca, pero me parecen geniales- Dijo Kacchan tocando la madera.

-Bueno estarán un tiempo en el barco, falta mucho para desembarcar- Dijo el hombre, se podía apreciar una leve sonrisa.

Izuku escuchó atento ante esa información, eso significaba algo de seguridad por un tiempo.

Llegaron a una puerta de madera, el hombre la abrió y dijo -Hitoshi, tienes nuevos compañeros de habitación-, finalizó con un bostezo.

Un pequeño de aproximadamente de su edad los miró fijamente, éste tenía el cabello índigo bastante revuelto, tez blanca, ojos color purpura con ojeras bien marcadas, de alguna forma su mirada intimidaba.

Él vestía una camisa color crema sin mangas, pantalones blancos levemente holgados, botas marrón y una pañoleta roja cubría su frente con un nudo sobre su oreja izquierda. Él tenía una gran y delgada argolla de oro en su oreja derecha.

A Bakugo le pareció extraño ver esa ropa y una argolla en la oreja, ¿No eran las mujeres quienes usaban aretes y cosas cómo esas?

En cambio Midoriya le llamó la atención y pensó que tal vez él podía colocarse los aretes de su madre.

-Soy Hitoshi ¿Qué hacen aquí?- Dijo con voz cansada, se levantó a las 6 am para limpiar la cubierta.

-Soy Bakugo Katsuki y él- Dijo apuntando a Izuku -Es Izuku Midoriya, nos perdimos en el mar y ese tal All Might dijo que nos prestarías ropa.

El niño levantó una ceja y miró a los dos desconocidos, sus ropas estaban sucias y mojadas, pero al menos podían pedir por favor.

-Hitoshi nos prestarías ropa, por favor- Pidió Izuku con un puchero.

El niño soltó un suspiro y les entregó pantalones y camisas.

Cuando Katsuki e Izuku se vistieron se miraron y sonrieron.

-¡Parecemos piratas!- Dijeron al unísono, si bien los piratas tenían mala fama, ellos se vestían geniales.

El de ojos purpuras solo sonrió por la actitud de los dos niños, no estaba acostumbrado a relacionarse con niños de su edad, durante sus 8 años a vivido más en el mar que en la misma tierra.

-¿De dónde son?- Preguntó Hitoshi con curiosidad.

-Somos de Irlanda del Norte- Respondió Izuku sonriéndole de oreja a oreja -Pero pasaron cosas y terminamos en el mar.

Katsuki asintió alivio, temía que Izuku terminase revelando la venganza.

El niño inclinó la cabeza hacia un lado extrañado por esa respuesta.

Hitoshi los llevó nuevamente arriba, los piratas saludaban al niño, mientras veían a los nuevos tripulantes seguirlos.

-¿A dónde vamos Hitoshi?- Preguntó Izuku un tanto preocupado.

-Están en búsqueda de un barco que se encuentra en las profundidades del mar- Dijo sin más.

Katsuki observó a su amigo, él sabía muy bien cuánto le encantaba buscar cosas, ahora que lo pensaba, le venía como anillo al dedo ser pirata.

-¿Ustedes buscan tesoros?- Preguntó emocionado Izuku.

Hitoshi asintió, el peliverde irradiaba emoción.

-En la tripulación UA no nos dedicamos usualmente a saquear, nuestro propósito es surcar todos los mares en búsqueda de riquezas y descubrir los grandes misterios que el oceano oculta en sus profundidades- Dijo All Might a los pequeños.

Katsuki dio un pequeño salto al verlo, pero le pareció divertido todas esas cosas que decía, sería genial viajar como ellos.

-¡All Might! ¿Qué tesoro buscan?- Preguntó Izuku emocionado.

-Desde hace varios meses buscamos el tesoro De la Rosa, un antiguo barco español que cargaba cofres repletos de oro proveniente de México- Respondió All Might sonriéndoles.

-¿México? ¿Qué es México?- Preguntó Katsuki, jamás había escuchado una palabra tan peculiar.

Hitoshi miró a los dos niños, ellos no tenían idea de que aquel lugar era un país de América, aunque por otra parte le parecía normal ¿Cómo sabrían unos niños de ese lugar? Ni siquiera los adultos saben de la existencia de otros países que no sean europeos o lugares que colonizaron.

-México es un país maravilloso y extraordinario, sus tierras son únicas, hace unas cuantas décadas era una de las tantas colonias de España, pero lamentablemente no es muy fácil hablar con ellos, después de todo hablan español- Dijo All Might intentando explicar a los niños de una forma clara.

Los ojos de los niños brillaron de la emoción, jamás pensaron que existían más países en América, deseaban conocer más el mundo y sus misterios.

All Might se percató de los rostros y sonrió -¿Desean ver mapas?

-¡Sí!- Dijeron los pequeños.

Por un momento esos dos niños olvidaron la venganza y querer llegar a Inglaterra, volvieron a ser pequeños de 8 años.

Los mapas en hojas bastante desgastadas por el uso y el tiempo eran enormes, había de distintos países con muchas líneas y cruces en el mar.

-Las cruces las hice para señalar todos los tesoros que encontramos.

-Pero hay muchas ¿Eso significa que ya no queda nada por buscar?- Preguntó Izuku, dudaba que existieran más tesoros por buscar en el mar.

El rubio sonrió y dijo -Esto no es nada, el mar está repleto de joyas y oro.

-¿Por qué desean tanto oro?- Preguntó Katsuki, de seguro eran tan adinerados como un Marques o un Duque.

-Nunca es suficiente, pero solo viajando por el mar hace que todo valga la pena- Respondió el rubio, sí aquellas palabras no eran buena enseñanza para los niños que aún no formaban una idea clara sobre el poder del dinero.

A Katsuki le pareció interesante esa respuesta, se imaginó comprar Irlanda del Norte a la realeza y quitar a toda la mierda inglesa de sus tierras.

Sí, Katsuki detestaba en general a toda Inglaterra.

Al contrario Izuku se emocionó con los viajes, eso significaba aventuras y encontrar tesoros en las profundidades de lo desconocido.

Katsuki deseaba riquezas e Izuku las aventuras, pero eso ni significaba que toda su vida será de esa forma.

No necesariamente Izuku continúe solamente con el deseo de aventura, ese niño deseará encontrar los mejores tesoros, pero no para uso propio, él querrá demostrar su inteligencia y poder.

Y Katsuki no es necesario que su vida fuese solamente un amor hacia el oro, porque actualmente le interesaba saber más y crear cosas.

En la noche ambos pequeños durmieron en una hamaca en el dormitorio de Hitoshi.

Océano Atlántico, Marzo de 1858:

Los meses habían pasado rápido y con ello los niños aprendieron demasiada información, principalmente leer las estrellas, hacer nudos, controlar las velas e historia.

Los piratas, al menos los de UA no eran hombres ignorantes, el saber es poder.

Katsuki e Izuku se dedicaban a trabajar con Hitoshi, nadie les pidió, pero para ellos era lo mínimo que podían hacer por prestarles ayuda.

En este mes Katsuki se armó de valor y le preguntó a Aizawa cómo se hacían los barcos, el hombre sonrió ante la pregunta.

El de cabellos negros era el ingeniero del barco, no solo sabía hacer barcos y le parecía una buena idea tener a otro alumno para que aprendiera junto con su hijo.

Katsuki era un genio, aprendía fácilmente y lograba manejar bien todas las herramientas, pero lo más importante era su creatividad e ideas locas.

El pequeño quería siempre ser el mejor, y descubrió que si bien deseaba riquezas, su ego por decir que gracias a él llegaron era superior.

Izuku aprendía todo lo que le explicaba All Might, pero la mayor enseñanza era el deseo de querer explorar y la valentía, no siempre encontrarían los tesoros inmediatamente, incluso a pesar de que sea un golpe en el orgullo se debía renunciar.

Al recordarle su niñez, el Capitán lo entrenó para que supiera dirigir un barco, escuchar y leer el mar, sobrevivir ante los peligros, descubrir cuándo las tormentas regresaban para dificultar los viajes.

Lo primordial era respetar a Poseidón y pedir permiso para poder buscar los tesoros en sus tierras.

-Eres genial All Might, desearía ser como usted cuando sea mayor- Decía usualmente Izuku cada vez que hacía algo sorprendente.

-Tendremos que desembarcar en América, necesitamos comprar provisiones- Dijo All Might en voz alta a la tripulación.

-¡Sí Capitán!

Los hombres ajustaron las velas y cambiaron la dirección hacia América.

-Kacchan ¿Escuchaste? Iremos a América- Decía con emoción, Kacchan solo sonreía, la única forma de viajar barato era viajar como un inmigrante en búsqueda de una vida mejor.

-Nueva York es bonito, puedes encontrar a personas de distintos países- Dijo Hitoshi sonriendo -Cuando sea grande dejaré de vivir en un barco y buscaré una casa en esa ciudad, no me gusta Inglaterra y no estoy interesado en vivir en un país europeo.

Los dos niños lo miraron extrañados, no tenía sentido dejar la vida de mar, era aburrido vivir siempre en un mismo lugar, pero Hitoshi deseaba estar estable y jugar en un jardín sin temor de caer al mar.

Era de noche, estaban sentados alrededor del fuego, uno de los piratas les contaba historias que vivió en Italia y que escuchó por ahí.

El barco viajaba con tranquilidad entre las fuertes corrientes, Izuku estaba sentado observando las estrellas.

Todo era calma y paz, pero eso usualmente significa que está próxima una tormenta.

Una campana comenzó a sonar, Hitoshi miró a los dos niños preocupado, éste se levantó del suelo con impulsó y los agarró de los brazos para levantarlos.

Ninguno impuso fuerza, pero no entendían nada, solo miraban como los piratas corrían en búsqueda de algo y se preparaban, algunos sonreían, otros estaban serios, pero nadie se veía como Hitoshi.

-¡Barco enemigo en dirección norte!- Gritó el pirata que se encontraba en la punta observando con un catalejo hacia el norte.

Izuku y Kacchan palidecieron al escuchar aquello, sabían que los piratas luchaban con otros, pero no vivieron esa experiencia en esos 3 meses que vivieron en UA.

-¡Hitoshi ocúltense!- Exclamó Aizawa mientras bajaba por una puerta oculta en el suelo junto con otros piratas.

Hitoshi los guio hacia la habitación y se encerraron con candado, el rostro del pequeño se veía nervioso.

-Hitoshi ¿Cómo nos salvaremos?- Preguntó preocupado Izuku.

Como si el barco le respondiese un fuerte sonido retumbó en el lugar.

-Con los cañones, además papá y los demás saben luchar con espadas y pistolas- Dijo Hitoshi intentando tranquilizar y calmarse a el mismo.

Kacchan asintió, estaba aprendiendo sobre el manejo de la pólvora, cosa que le gustaba demasiado, ya que explotaba y en la noche provocaba muchas luces.

-Vamos a estar bien Izuku, son los piratas de UA, ya escuchaste sus historias- Dijo Kacchan levantando su pulgar, él estaba asustado, pero era el mayor debía parecer seguro, además de esa forma creería en sus propias palabras.

El tiempo pasaba con lentitud, sentían la furia del moviendo el barco. De esa forma comprendieron un poco del porqué Hitoshi deseaba vivir en tierra firme.

No sabían cuántas horas pasaron, pero el sonido de la puerta y la voz de Aizawa los calmó.

Hitoshi abrió la puerta y vio a su padre con uno de sus ojos ensangrentado, el pequeño comenzó a llorar y abrazarlo con fuerza, soltó un suspiro el ingeniero y sonrió.

Kacchan y Deku miraron ese momento paternal que ellos no volverían a sentir.

Recordaron como sus padres los abrazaban cuando tenían una pesadilla o sus madres curando sus heridas, las noches que les contaban cuentos de sus tierras, la comida caliente, comprar en el mercado y pedirles que les compren frutas.

Hace mucho que dejaron a un lado esas ideas de viajar a Inglaterra y vengarse de aquellos asesinos, ahora solo pensaban en aventuras y querer ser piratas...

A pesar de que Izuku no quería ser un asesino, pensó que no estaban preparados para siquiera verlos a las caras y decirle lo que sea.

Katsuki pensó que eran demasiado débiles y cobardes para hacer algo, aun eran niños desprotegidos sin fuerza y poder.

Ambos de alguna forma a veces estaban tan conectados que pensaban en lo mismo.

Debían aprender a utilizar armas y para ello se convertirían en piratas.

Solo unos cuantos años como piratas y luego viajarían a Inglaterra en búsqueda de venganza.

No estarían tranquilos hasta hacer justicia.

Aizawa abrazó a los pequeños de repente, ambos se sorprendieron e inevitablemente comenzaron a llorar por sus padres y el miedo a que las nuevas personas que conocieron salieran lastimadas.

No querían ver nuevamente aquella sangre carmesí derramada en la madera.

Subieron y se encontraron el suelo con sangre, su único consuelo era que no le pertenecía a la tripulación.

Habían muchos heridos, pero ninguno de gravedad, eso calmaba a los 3 niños que aún estaban asustados.

-Niños, pueden estar tranquilos- Dijo All Might, su traje estaba manchado con sangre.

Izuku sintió un escalofrío, su héroe era un asesino, no culpaba era él o el otro, la defensa personal era primero. Además no iban a dejar enemigos sueltos.

Katsuki hizo una mueca, el uniforme manchado le recordaba a los asesinos de sus padres.

-Logramos acabar con todos, y decidimos buscar que llevaban- Sonrió All Might al decir esas palabras -Tenían oro y gemas preciosas, también materiales, comida y municiones.

-Genial... ¿Igual iremos a América?- Preguntó Izuku, no deseaba saber de los asesinatos.

-Claro que sí pequeños.

Los tres niños olvidaron la situación y comenzaron a saltar de alegría, querían conocer Nueva York y Hitoshi quería mostrarle todos los lugares que conocía.

A las horas apareció Aizawa, se había limpiado las heridas y cubrió su ojo con una venda, había quedado tuerto.

Nueva York, Abril de 1858:

Habían desembarcado en el puerto, hoy era el cumpleaños de Kastuki, él se sentía feliz de conocer aquel puerto en su día especial.

Los piratas sonreían al ver la emoción del niño de ojos rubí, de alguna forma olvidaban cuan mal hablado y el carácter de mierda que tiene.

All Might dejó a Kacchan con Aizawa y Hitoshi para que lo llevaran a conocer el mercado y los lugares.

-¿A dónde vamos All Might?- Dijo curioso mientras observaba a las personas, Nueva York era una ciudad muy moderna y fascinante, ahora entendía a Hitoshi.

-Buscamos un regalo para Katsuki- Dijo con amabilidad, Izuku sonrió, antes gracias a sus padres podía regalarle algo para su cumpleaños.

Ingresaron a un mercado y se encontraron con un hombre que vendía joyas peculiares, algunas eran fabricadas en esa ciudad y otras provenían de países lejanos.

All Might le dijo que podía escoger lo que sea, al final de cuentas al hombre le sobraba las riquezas.

Izuku pensó en qué necesitaba Kacchan, y recordó que su amigo usaba una cuerda para sujetar el anillo de su madre; buscó una cadena y encontró una larga lo suficientemente gruesa para que no se cortase y lo delgada para que el anillo colgara con facilidad.

El hombre al ver al niño mirarla dijo -Es ajustable, con este gancho puedes hacerla más pequeña para que te quede y cuando seas más grande la puedes alargar.

-Excelente, nos la llevamos- Dijo All Might sin preguntar el precio a pesar de que de seguro costaba demasiado al ser de oro sólido.

Izuku palideció al escuchar el precio, pero All Might le dio al hombre una pequeña gema y el vendedor sonrió al instante. Aquella gema costaba mucho más que cualquier joya que tenía.

All Might tenía cientos de cadenas de oros sacadas de los tesoros y los saqueos a barcos, pero Izuku se veía emocionado por aquella cadena y la compró.

El vendedor le entregó la cadena en una pequeña bolsa de tela a All Might, éste la ocultó en uno de sus bolsillos de su pecho.

-¡Gracias All Might!

Mientras tanto en el mercado Aizawa le ofreció a Katsuki comprarle algo, éste no sabía que comprar, pero luego recordó a Izuku, su cumpleaños era en julio y dudaba volver a tener la oportunidad de comprarle algo a su amigo.

-Aizawa, ya sé que quiero...- Dijo con timidez, odiaba pedir cosas, pero era un regalo.

El rubio le pidió que escogiera un mapa para Izuku, él no tenía idea cuál mapa era más exacto o bueno, por lo tanto, Aizawa le sería de mucha ayuda, también compró una brújula.

De esa forma Izuku no tendría que pedirle prestada esas cosas a los piratas.

Aizawa sonrió ante la actitud del pequeño, parecía otra persona cuando deseaba ser amable, de alguna forma verlo actuar así le recuerda que es un niño de 9 años.

-¿Qué miras cabellos aplastados?- Dijo el pequeño en voz alta con el ceño fruncido a un niño que le miró el atuendo.

Allí recordó cuál es la verdadera actitud de ese niño, un mal hablado propenso a insultar por cualquier cosa, pero se le quiere de esa forma.

A Kacchan se le había olvidado que sus atuendos no eran normales en las ciudades y eso provocaba que llamasen más la atención, pero no se le puede pedir demasiado al rubio de ojos rubís.

Una gran fiesta se realizó en el barco, la tripulación cantaba mientras el chef cocinaba un gran cerdo, hoy harían un gran festín para celebrar el cumpleaños del niño explosivo.

Aizawa decidió regalarle unas peculiares gafas que se sujetaban con una correa marrón claro, los lentes estaban cubiertos por un metal negro que se podía abrir y cerrar para proteger el cristal.

All Might le regaló lápices, una pluma y un libro en blanco para que creara sus propios inventos, sabía que el pequeño terminaría siendo una versión explosiva y grosera de Aizawa en un futuro.

Le regalaron también un catalejo y un pequeño barco a escala, sabían que ese niño amaba los barcos.

Cómo nadie sabía sobre el anillo de Katsuki decidió darle la cadena en secreto, si bien All Might la compró no sabía el motivo más profundo que había detrás de ese regalo.

Los pequeños estaban recostados en la cubierta mirando las estrellas con el catalejo, era el primer cumpleaños de Katsuki sin sus padres, jamás pensó que ellos no estarían nunca más con él, pensó en su inocencia que su progenitores estarían vivos para siempre.

Era extraño que ellos no lo despertaran y su madre le hiciera su desayuno favorito.

Los extrañaba demasiado y no podía hacer nada para retroceder el tiempo y avisarles que los soldados entrarían en la casa.

Lo único que le quedaba de ellos era ese anillo sujeto en una cuerda desgastada.

-Kacchan, te tengo un regalo- Dijo el peliverde interrumpiéndolo de sus pensamientos.

-¿Regalo?- Preguntó extrañado, él sabía que era imposible que le hubiese encontrado algo.

Izuku le entregó la bolsita de tela en las pequeñas manos de su mejor amigo, deseaba que viera pronto el regalo.

Kacchan extrañado abrió la bolsita y se sorprendió al ver en su interior -¿Una cadena de oro?

-El vendedor dijo que tiene un gancho para ajustarla ¡Podrás usarla siempre!- Dijo el peliverde emocionado.

El de ojos rubís mordió su labio para no llorar, su amigo siempre sabía que era lo que quería o necesitaba para regalarle en su cumpleaños.

-Gracias Deku- Dijo sin mirarlo a la cara, sentía demasiada vergüenza para mirarle a la cara, y Deku lo sabía, así era su amigo, se apenaba con facilidad y su orgullo le dificultaba decir gracias.

-De nada Kacchan- Dijo el peliverde mientras miraba las estrellas.

Mar de Alborán, Junio de 1858:

Los pequeños saltaban y con pequeñas tablas imitaban espadas, Hitoshi esquivaba los bruscos y violentos movimientos de Katsuki, el rubio no era mucho de pensar, él solo atacaba.

Al peliverde le costaba esquivar los ataques de Hitoshi, el de ojos purpura era demasiado bueno con el manejo de la "espada".

-Eres demasiado bueno- Dijo Izuku adolorido por los golpes en los brazos.

-Veo a todos practicar desde hace años, pero papá no quiere prestarme una espada para practicar- Dijo el pequeño bajando los hombros, su padre no deseaba que su hijo se lastimase a sí mismo accidentalmente.

-¿Y si le preguntamos a Aizawa si nos enseña?- Dijo Katsuki con una sonrisa, él deseaba aprender de una vez por todas a luchar, mientras más rápido mejor.

-No lo sé- Dijo Hitoshi, pero al ver a los dos pequeños mirarlo como perritos no pudo negarse.

Fueron con Aizawa para pedirles, pero él se negó lógicamente, unos niños con espadas son peligrosos, aman hacer locuras y son extremadamente impulsivos.

-Por favor papá, déjanos aprender- Dijo Hitoshi suplicando.

El de cabellos negros suspiró y aceptó enseñarle movimientos sin espadas y tablas de madera, con lo último eran demasiado brutos y no deseaba salir él lastimado.

Las semanas pasaban y los niños progresaban con rapidez, Katsuki e Izuku estaban demasiado motivados para tomar pausas o dejar de practicar cuando no estaba Aizawa enseñándoles.

-Kacchan, lo lograremos y seremos los mejor espadachines.

-Obvio, estás hablando con Bakugo Katsuki- Dijo con una sonrisa engreída.

Izuku solo podía reír por la personalidad de su mejor amigo, él era de esa forma, simplemente había que quererlo no entenderlo.

Cuando estaban libres uno de los piratas decidió enseñarles a pelear, en su país era un gran luchador, sabía noquear a una persona del doble de su tamaño con solo un golpe en el cuello.

Aunque los piratas no lo supieran, ellos estaban ayudando a los pequeños a recuperarse del dolor de la pérdida de sus padres, nadie sabía sobre los motivos del porqué estaban en el mar a un paso de morir ahogados.

Esos dos niños aparecieron de la nada, pero vaya que les hacían felices a todos con sus ocurrencias.

All Might les explicaba de historia en las noches en que el mar está lo suficientemente pacífico para poder estar charlando con tranquilidad.

A los pequeños les fascinaban las historias de Grecia y los Dioses, jamás pensaron que existía más de un Dios, sus padres los habían criado con la religión presbiteriana, por lo tanto, era un poco confuso, pero al ser niños aún tenían una mente abierta con respecto a los temas religiosos.

El de ojos zafiro respetaba toda religión, pero él solamente le oraba al Dios Poseidón.

Al final los pequeños terminaron adoptando una mezcla de distintas religiones, ya que entre los piratas había una diversidad en creencias y fe.

Si fueran a tierra firme esos pequeños los tacharían de herejía y cosas absurdas de una sociedad cegada en una sola creencia.

Los días pasaban rápidamente entre aprender historia; limpiar la cubierta; aprender a utilizar un astrolabio; manejar una espada; arreglar y modificar piezas del barco (Katsuki); aprender las rutas marítimas (Izuku).

En las noches Katsuki se dedicaba a dibujar distintas ideas para un barco, su propio barco, incluso más espectacular que el de UA.

En su libro anotaba todo lo que le explicaba Aizawa, desde los mejores materiales, el peso ideal, el ancho y altura, el tamaño de las velas... demasiada información en su pequeña cabeza, pero sus ganas de querer llegar lejos superaban lo que sea.

Izuku le preguntaba qué era lo que hacía, pero Katsuki le decía que se lo mostraría cuando lo terminara. Eso provocaba que la curiosidad del peliverde aumentara.

Una noche en la proa los dos pequeños veían las oscuras olas que brillaban gracias a la luna llena, el tiempo pasaba cada vez más rápido, lograban notarlo con su altura y el largo de su cabello.

-Deku, cada día vamos mejorando en la espada y luchando- Dijo Katsuki sin dejar de mirar el mar -En un par de años lograremos ser más fuertes que esos hijos de putas...

Deku sabía lo que significaba aquello y aún dudaba si vengarse o no, le gustaba viajar con los piratas y la vida en el mar, pensar en dejar todas estas cosas que estaban viviendo para vengar el asesinato de sus padres, no se imaginaba regresar a Irlanda y vivir con Kacchan en la soledad, ahora tenían personas que los cuidan.

-Mi plan es buscarlos, matarlos y volver a UA- Dijo Kacchan con seriedad formando un puño y golpeando su propia palma -Es mejor ser pirata que fingir una vida feliz.

Katsuki no sabía la importancia que tenían esas palabras para Izuku, él deseaba vivir repleto de aventuras y en su pueblo jamás podría encontrar algo épico.

-No sé qué opinas Deku, pero Irlanda ya no es mi hogar, UA y los mares son mi casa...- Dijo el pequeño, le daba un poco de miedo que su mejor amigo tomase la decisión de marcharse a tierra firme, porque él lo seguiría, primero era Deku, ¿De qué servía ser pirata sin su hermano?

-Me alegro que pienses de esa forma Kacchan, yo quiero vivir y tener aventuras en el mar, no deseo vivir en el pueblo para siempre- Admitió Izuku observando los ojos rubís -Temía preguntarte qué haríamos después, porque si tu querías volver a casa o quedarte en Inglaterra aceptaría, ¡Las aventuras quiero vivirlas contigo!

El rubio comenzó a reír, ambos deseaban lo mismo, simplemente tenían tanto miedo que no se atrevían a charlar honestamente.

-Creo que debemos ser más honestos- Dijo Izuku sonriéndole -Así nos ahorramos todos estos problemas.

-Tienes razón Deku, desde ahora seremos sinceros entre nosotros...

El peliverde asintió, a pesar de que él aún no podía ser 100% honesto con Kacchan sobre la venganza, tal vez con el pasar del tiempo decidiría asimilaría mejor el tema de la venganza.

Lo que no sabían los pequeños era que dos adultos curiosos los estaban escuchando.

All Might y Aizawa estaban preocupados por aquellos niños a su cuidado, no sabían nada del pasado de ellos y que Katsuki quisiera asesinar a personas no le daba buena espina.

La tripulación nunca a dudado a la hora de asesinar a un enemigo, la venganza es normal, son piratas, no unas blancas palomas, pero los niños de 9 años no deberían tener deseos de asesinar a personas.

Al día siguiente All Might llamó a los pequeños para sacar alguna información, pero los niños cambiaban el tema al instante, no eran tontos se daban cuenta que estaban sospechando de ellos.

-¿Qué hacemos Deku?- Preguntó preocupado Kacchan mirando al de ojos esmeraldas.

Izuku sonrió y dijo -Son piratas, dudo que quieran defender a los soldados ingleses...

El de mirada rubí sonrió, a veces prefería hacer las cosas como Izuku, menos complicadas.

Aizawa y All Might observaban atentos a los dos niños, estaban dentro de la sala de estrategias, donde el rubio guardaba todos los archivos que usaban para buscar tesoros.

-Nuestros padres fueron asesinados en noviembre- Dijo Izuku mientras jugaba con sus dedos para distraer el dolor que sentía al decir en voz alta la verdad.

Kacchan sintió una presión en el pecho y al ver que Deku no decía nada más, continuó -Los padres de Deku fueron a cenar a mi casa, todos los viernes cenaban en mi casa y los sábados íbamos a comer donde ellos...-, se mordió el labio -Con Deku estábamos jugando cuando cerca de la playa, al volver a mi casa vimos la puerta rota... decidimos ver por la ventana y... y los soldados de mierda los estaban matando, luego se robaron cosas.

Katsuki comenzó a llorar, lo cual era bastante raro de ver de parte de los adultos.

-Nosotros luego de un tiempo agarramos un bote y nos marchamos a Inglaterra para intentar vengarnos, pero todo se destruyó en el mar y aparecieron ustedes- Dijo el peliverde abrazándose a sí mismo para protegerse de alguna forma.

-Nos gusta mucho UA, pero no puedo vivir tranquilamente siendo un pirata mientras esos hombres caminan en las calles de Inglaterra como si jamás hubiesen dañado a una persona, no quiero dejar que ellos ganen y si tengo que marcharme lo haré ¿Cómo voy a vivir feliz?- Dijo Katsuki entre sollozos, se sentía confundido por todo lo que ocurría.

Los adultos guardaron silencio, no era la primera vez que escuchaban algo parecido de los soldados, esos hombres creen que tienen el derecho de maltratar a las personas por usar un uniforme.

-Lo sentimos por mentirles, p-pero... ¡A ellos los ven como héroes por ser soldados! Nuestros padres no volverán nunca más y es culpa de ellos‐ Dijo Izuku llorando cada vez más fuerte.

Aizawa abrazó a los dos pequeños, los abrazos de aquel pirata se sentían como los de un padre consolando a sus hijos, de alguna forma recordaban a sus padres, dos hombres divertidos que los protegían de todos los males, dos hombres que consideraban héroes.

Luego de toda una tarde llorando, al fin se calmaron los niños y fueron a jugar con Hitoshi, Aizawa habló con All Might, decidió entrenarlos de forma más estricta, pero no porque deseaba que los pequeños se vengasen, sabía que tarde o temprano se marcharán del barco y necesitaban saber cómo sobrevivir.

All Might decidió unírseles, iba a ser un largo recorrido, pero sabían que los niños tenían una gran determinación y no iban a parar hasta llegar a ser los mejores.

Creta, playa Voulisma, Julio de 1858:

Los 3 pequeños corrían por las aguas claras de Voulisma, jamás habían visto aguas tan claras, lo mejor es que no había nadie cerca para molestarlos.

-Competencia de nados- Dijo Katsuki lanzándose al mar.

Hitoshi e Izuku hicieron el mismo acto que el mayor, la competencia se trataba por saber quién llegaba primero hacia la playa.

All Might y Aizawa hablaban con una antigua amiga y ex miembro de UA, Nemuri, una mujer guapa que veía a lo lejos como esos 3 niños nadaban.

-Nunca me imaginé a Aizawa con un hijo...- Dijo con diversión la mujer, para ella Aizawa sería eternamente soltero y sin hijos.

Aizawa solo giró los ojos.

-Hizashi va a llegar con esos "papeles" que necesitan para ese jodido tesoro- Dijo la mujer con seriedad, el tesoro De la Rosa fue lo que los cansó tanto a Hizashi como a ella del mar.

Ambos eran pareja, por lo tanto, también deseaban establecerse en un hermoso lugar para formar una gran familia. Así que se llevaron parte de sus riquezas como piratas y se quedaron en Creta para vivir en paz.

-Excelente, no entiendo el porqué no esperaron a encontrar ese tesoro- Dijo All Might, los extrañaba, fueron ellos dos junto con Aizawa quienes comenzaron con las travesías.

-Nos volvemos mayores y no podía Nemuri dar a luz en un barco, es muy peligroso y quiero que mis hijos caminen por la tierra y conozcan el mundo sin una larga vida de codicia- Dijo una voz bastante conocida para los dos piratas.

Aizawa sonrió al ver a su mejor amigo cargando a un bebé, al final lograron tener a ese hijo tan esperado. Luego se percató que una niña de no más de 3 años agarraba la pierna de Hizashi.

-Tuvimos 2, sería difícil cuidar bebés en alta mar- Dijo Hizashi con un tono de voz burlesco.

Y tenía razón, Aizawa tuvo más facilidad en la primera etapa de Hitoshi, porque conoció de su existencia cuando tenía poco más de un año, el pequeño ya comía y caminaba.

Nemuri cargó a la pequeña en brazos con una enorme sonrisa.

Aizawa solo suspiró y All Might acarició la cabeza de la niña, -Tienen unas lindas pequeñas, los felicito- dijo el rubio.

Ambos agradecieron el cumplido y escucharon las nuevas aventuras que habían vivido durante los 7 años sin la presencia de sus amigos.

-Planeamos establecernos toda la tripulación en América cuando encontremos el tesoro, Europa es un continente complicado para nosotros- Dijo All Might, algún día las aventuras en el mar debían acabar, por ellos estarían para siempre, pero el cuerpo envejecía y deseaban poder usar sus riquezas con salud.

-¿Enserio?- Dijo Hizashi levantando una ceja extrañado, pero si era verdad se alegraba, desgraciadamente de seguro esta sería la última vez que verán sus rostros.

-¿Hoy es la despedida oficial?- Preguntó Nemuri sin rodeos.

-Sí- Dijo con un tono de voz amargo Aizawa, iba a extrañarlos, pero era parte de la vida dejar atrás a los amigos, al menos pueden despedirse.

All Might soltó un suspiro, él deseaba tener vida eterna y estar con todos de por vida. Jamás decir adiós, solo hasta pronto.

-Toshinori, Aizawa... necesitarán ayuda de las sirenas para encontrar el tesoro, son las únicas que lograrán sacar algo de las profundidades del mar- Dijo Nemuri con seriedad.

-Maldición- Dijo All Might soltando un gruñido, las sirenas eran difíciles de encontrar, también son unas embusteras y siempre piden cosas de extremadamente de valor a cambio.

Aizawa ignoró la mala suerte y preguntó -¿Saben dónde demonios encontrarla?

Hizashi sonrió, sabía que a su amigo no lo detendría unas sirenas.

-En uno de los papeles están las coordenadas posibles, junto con las temporadas en las que aparecen, también influye el viento y como esté el mar- Dijo Hizashi levantando su pulgar -Confío en que lograrán encontrar ese barco.

All Might sonrió, sus amigos siempre estaban a un paso adelante, lamentaba no haber logrado que se quedaran en UA, pero esas niñas comprobaban que tenían razón, sus vidas eran mejores sin la codicia de aventuras y riquezas.

El manto nocturno llegó y con ello todos en el barco festejaban, hoy era el cumpleaños del menor de la tripulación, decidieron hacer un festín a lo grande para celebrar los 9 años de Izuku.

Bailaban y saltaban, reían y bromeaban, bebían y comían, esos piratas amaban celebrar.

Los piratas les regalaron distintas cosas al peliverde, uno de los regalos más importantes fue el de Aizawa.

El pelinegro le regaló un sextante para que no tuviese que pedir todo el tiempo el que usaba la tripulación. Hitoshi le preguntó si quería que le perforara las orejas.

Izuku emocionado aceptó y corrió en búsqueda de los aretes de su madre, el pequeño deseaba mostrarlos y no tener que dejarlos guardados en la bolsa.

Katsuki al pensar en la idea de atravesarse un metal en las orejas palideció, Izuku estaba loco.

Ver la cara de dolor de Izuku por los aretes dejó al pequeño rubio con la boca abierta, Hitoshi le preguntó si él también deseaba colocarse alguna argolla, la respuesta de Katsuki fue negar varias veces con la cabeza.

-Son unos locos- Dijo Katsuki horrorizado al ver las gotas de sangre.

Hitoshi e Izuku rieron ante lo dicho, tarde o temprano Kacchan debía hacerse uno, todos los piratas se han perforado las orejas.

‐¡Pues yo seré distinto al resto, no me voy a lastimar mis orejas!- Exclamó el rubio con determinación, Hitoshi e Izuku apostaron a que se los terminaría haciendo.

En la sala de All Might, el rubio se encontraba buscando unos libros en uno de sus cofres, hoy era una noche especial.

-All Might, ¿Qué ocurre?- Preguntó Izuku entrando a la sala.

El pirata sonrió al verlo, aquel pequeño había crecido varios centímetros desde que lo encontró aquel día.

-Izuku, sabes que una vez que encontremos el tesoro De la Rosa la aventura en UA acabará ¿Cierto?- Dijo el pirata observando fijamente los ojos esmeraldas.

Izuku asintió con tristeza, era su cumpleaños y tan solo pensar que el día de mañana las aventuras terminaban se deprimía.

-Mi madre adoptiva fue la antigua Capitana de UA, ella era una mujer ruda, fuerte, valiente, inteligente, toda una pirata, ella viajaba por meses a los lugares más recónditos del planeta, fue perseguida por distintos soldados y piratas en búsqueda de recompensa- Dijo All Might con orgullo -Nadie logró atrapar a la gran Nana Shimura...

El pequeño estaba sorprendido ante la información que le estaba dando All Might.

-Yo tenía 7 años cuando ella me encontró prisionero por unos piratas que vendían esclavos en las islas de algunos países- Dijo con tristeza al recordar la frustración de esperar llegar al puerto solo para ser vendido.

-Ella era mi heroína, claramente no era el mejor ejemplo para un niño, somos piratas después de todo, pero me sacó de ese lugar sin pedir nada a cambio- Una sonrisa se formó en el rostro del mayor -Me cuidó y enseñó todo sobre el mar, me mostró ese mundo de aventuras, pero 4 años después ese viaje terminó cuando encontró el tesoro One For All... toda la tripulación celebró las grandes riquezas y con ello decidieron establecerse en Grecia.

Izuku lo observaba con emoción, deseaba saber más de aquel hombre que se había convertido en su ejemplo a seguir.

-Allí conocí a mis 3 amigos, Aizawa, Nemuri y Hizashi, unos chicos que luchaban por sobrevivir cada día, todos rondábamos casi la misma edad- Dijo con nostalgia -Mi madre sintió tristeza al verlos y decidió adoptarlos, el oro y las gemas le sobraban...

El mayor comenzó a relatarle la aventuras de su niñez con ellos, como Nana les explicaba a los nuevos integrantes todo lo que tenían que saber para viajar por los mares, cuando ella los llevaba en el UA para que aprendieran a navegar, la mujer los estaba criando como futuros piratas. Shimura deseaba que los jóvenes un día lograsen encontrar sus propias aventuras en el mar.

-Ella me dio en mi cumpleaños número 16 un cofre con las pistas y mapas para encontrar el tesoro Escarlata junto con mis amigos, obviamente los 4 aceptamos embarcarnos en esa aventura...

-¡Genial! ¿Y lo encontraron?- Preguntó Izuku ansioso, hasta ahora All Might no había mencionado ese tesoro.

-Sí, lo encontramos luego de un par de años y volvimos a Grecia- Dijo orgulloso el pirata para luego soltar un suspiro -Desgraciadamente mi madre fue asesinada por cazarrecompensas meses antes de nuestra llegada.

El de ojos esmeralda lo observó con tristeza, comprendía el dolor que debía sentir All Might.

-Nosotros continuamos con el legado de mi madre y encontramos nuevos tesoros hasta encontrar el tesoro de nuestros sueños- Dijo el hombre sonriendo al saber que cada vez estaba más cerca de encontrar ese barco -Un buen pirata siempre tiene un tesoro en específico que desea encontrar, luego están las otras aventuras.

Izuku asentía varias veces como respuesta.

-No sé cuándo encontraremos el barco De la Rosa, sé que es demasiado temprano para este regalo- Dijo All Might entregándole varios libros cubiertos de cuero -Veo en tus ojos ese brillo especial, desde que te conocí supe que tienes lo necesario para ser un futuro Capitán de tu propia tripulación, tu no deseas las riquezas, sueñas con las aventuras y el deseo de encontrar cosas inimaginables.

Los ojos del pequeño lo miraron sorprendidos por aquellas palabras, sus manos tiritaban mientras sostenía los libros.

-¿Enserio?- Preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, pero luego pensó en su amigo -¿Qué hay de Kacchan?

All Might sonrió, Katsuki era demasiado explosivo para ser quien dirija todo, terminaría gritándole a todos y lanzando a unos cuantos al mar. Además estaba seguro que iba a tomar otro rol, a ese niño no le interesa dirigir una nave, es una mente más creativa e ingeniosa, se la pasa todo el tiempo con Aizawa creando cosas y arreglando cada error que ve en el barco, también vio el contenido del libro que le regaló el de cabellos negros.

El Capitán ya tenía una idea clara de lo que ese pequeño quería ser, pero prefería que Izuku se enterara de parte del rubio ceniza.

-Obviamente Katsuki va a estar contigo, él va a ser un gran pirata, además necesitas a alguien que te mantenga los pies en el barco- Respondió, era una verdad absoluta que el peliverde podía ser demasiado soñador y a veces se cegaba por la emoción.

Las mejillas del pecoso se sonrojaron por la vergüenza, All Might tiene razón, Kacchan siempre a estado controlándolo para que no se matara ahogado cuando se lanzaba al mar en Irlanda en búsqueda de tesoros, pero temía que su amigo quisiese ser el Capitán y terminasen peleados por una estupidez.

Negó en su mente, luego le preguntará que desea ser...

Decidió abrir los libros, pero All Might lo interrumpió.

-Aún no puedes abrirlo- Dijo el pirata con seriedad, Izuku hizo un puchero, en estos instantes deseaba correr y mostrarle todo a Kacchan.

-Las condiciones para abrirlo son las siguientes, Katsuki y tu necesitan su propio nombre de pirata- Sonrió al decir aquello, no era necesario, pero eso divertiría a los pequeños, -Segundo, un barco propio, les entregaría el UA, pero mi madre dijo que esta nave tendrá su despedida del mar una vez que nuestra aventura haya finalizado... tercero, una tripulación en la que ustedes confíen ciegamente y por último, cuando Katsuki deje explotar con tanta felicidad.

Lo último hizo reír a Izuku, su amigo no cambiará por nada en el mundo, era parte de su personalidad y nadie logrará hacerlo.

-All Might eso es imposible.

All Might soltó una carcajada y sonrió, era verdad, si esa fuese una condición real jamás abrirían los libros.

Al finalizar la conversación Izuku se fue hacia la proa, ahí admiraban las estrellas los pequeños.

Cuando llegó se topó con Kacchan mirando el cielo fijamente, usualmente lo hacía porque él creía que sus padres lo saludaban desde las estrellas.

-¡Kacchan! Llegué, tengo que mostrarte algo muy importante- Dijo el pequeño entusiasmado buscando con la mirada a Hitoshi.

-El ojeras está durmiendo- Dijo como si nada, eran alrededor de las 1 am y al menos para Katsuki eso era temprano.

-Antes de mostrarte algo te tengo tu regalo- Dijo con una sonrisa que mostraba la falta de su paleta que perdió ayer cuando tropezó.

Kacchan podría jurar que vio los ojos de Izuku brillar de la emoción; sacó los regalos que tenía ocultos detrás de su espalda y se los mostró.

Izuku los recibió con una sonrisa, no podía creer que Kacchan haya sacado de algún lugar regalos.

-Son de América y Aizawa me ayudó a escogerlos, por lo tanto, son buenos- Dijo el niño orgulloso.

Abrió el gran papel enrollado y miró el mapa completamente limpio, no había arruga o tinta marcando puntos como el de All Might.

-Es completamente nuevo, a futuro necesitas uno propio para encontrar los tesoros- Dijo feliz el pequeño, él tenía planes y no podía estar por vida en UA para cumplirlos, pero luego se los dirá a Deku, lo primordial era entrenar y la venganza.

El de ojos esmeralda volvió a enrollarlo y lo abrazó, lo iba utilizar cuando consiguieran su propio barco.

Luego abrió una bolsita de tela y se sorprendió al ver una brújula dorada, jamás había visto una de oro... era hermosa, -¡Gracias Kacchan! ¡Eres el mejor!- dijo dándole un abrazo a su mejor amigo.

El rubio se sonrojó avergonzado por el cumplido, le era difícil escuchar aquellas palabras y no sonrojarse.

-De nada...

Izuku soltó el abrazó y sin borrar su sonrisa le mostró los libros; le comentó toda la charla con All Might, las reglas (a excepción de dejar de ser explosivo) para poder abrirlo. Pero necesitaba saber que cargo deseaba su mejor amigo y aquello lo ponía nervioso.

Una extraña sonrisa se formó en el rostro de Kacchan, se veía demasiado emocionado, su mirada no era la usual cuando estaba feliz.

El rubio estaba emocionado, no tanto por el tesoro y todo eso, si no las reglas para seguir sus propias aventuras.

Kacchan se levantó y corrió hacia la habitación sin decir palabra alguna, fue hacia su hamaca y sacó de su bolso el libro que le regaló Aizawa. Antes de irse vio a Hitoshi durmiendo, mañana le diría todo, si no se molestaría por despertarlo.

El pecoso esperaba preocupado a Kacchan, no entendía que pasaba hasta que vio a su amigo con la respiración acelerada sujetando un libro; lo miró extrañado, pero el de ojos rubí lo abrió.

Los ojos se le abrieron como dos platos, Kacchan había dibujado un barco un tanto extraño, pero demasiado realista, sabía que el rubio dibujaba bien, pero no tanto.

Comenzó a cambiar las páginas el rubio e Izuku quedó más sorprendido, estaba repleto de números, líneas bastante rectas al rededor de otros dibujos de ese barco... hasta las velas estaban detalladas, unas palabras llamaron la atención del peliverde: Pólvora y Metal.

-El poderoso barco explosivo despiadado será nuestro futuro barco- Dijo con emoción el rubio -En los puertos jamás he visto algo como esto, así que es mi invento revolucionario entre los piratas.

El menor solo guardaba en silencio, no tenía idea de que su amigo supiera tanto de barcos y matemáticas, tenía tan detallado todo.

-Obviamente este no será el oficial, debo hacer experimentos para saber a que altura la presión del mar afecte al barco y cómo hacer que funcionen las malditas aletas, también como hacer que los cañones salgan del agua- Dijo sonriente -Luego de la venganza lo construiremos, pero necesitamos gente que nos ayude, no quiero que Aizawa vea el barco hasta que esté terminado.

Izuku aún continuaba en silencio, demasiada información.

-Necesitaremos trabajar mucho con los piratas para juntar nuestra parte, necesitamos bastante oro y joyas para comprar los materiales...- Continuó hablando, en esos momentos se parecía al peliverde cuando hablaba demasiadas cosas.

No entendía nada, pero le daba vergüenza decirle que parara.

Cuando terminó de hablar, Kacchan se veía nervioso, esperaba una respuesta de su amigo, pero Izuku no sabía que decirle.

-Siendo sincero, no entendí mucho, porque no sé como funciona un barco tan detalladamente- Se sintió avergonzado al decir aquellas palabras, nunca le ha llamado la atención inventar cosas o las matemáticas -Pero me encanta la forma del barco ¡Es genial! Ya deseo navegarlo en búsqueda de tesoros.

Comenzó a reír el rubio, su mejor amigo debería pasar un tiempo con Aizawa para que al menos le enseñe cómo arreglar el barco.

-Oye...- Dijo Izuku haciendo un puchero -No soy como tú, se supone que eres el genio loco en esta amistad.

-Sí, pero estás obligado a aprender reparación de un barco, mañana mismo te sentarás con Aizawa para que te explique- Dijo con seriedad, e Izuku sabía que su mejor amigo no estaba bromeando.

-Cambiando de tema, tu serás el Capitán y yo el ingeniero...- Dijo con emoción, eso sorprendió a Izuku, pensó que Kacchan querría ser quien tomara las decisiones y planeara todo.

Katsuki hizo una mueca de desagrado y continuó -No planeo estar pendiente de lo que hagan esos extras de mierda y soy más listo que tú.

Izuku no evitó reírse, su amigo de seguro terminaría matando a todos si cometían un pequeño error.

-¡No te rías! Pero tienes prohibido darme órdenes o cualquier mierda ¿Entiendes? Y si te digo que NO, me harás caso, porque de seguro arriesgarás nuestras vidas por una pequeña aventura- Exclamó con el ceño fruncido, Kacchan conocía lo impulsivo que podía ser su amigo y estaba seguro que estaría rodeado de idiotas que le seguirán el juego, no veía el futuro, pero su presentimiento era: Locura, alcohol, carcajadas e instintos suicidas, aún no los conocía y ya temía los desastres.

Kacchan iba a ser quien regañe y Deku lo tenía claro.

-¿Cuál será tu nombre de pirata Kacchan?- Preguntó Izuku intrigado.

-No sé- Dijo colocando su mano en la barbilla intentando pensar uno -Quiero que sea eterno y que cada vez que lo escuchen teman por sus vidas.

-Mmm...

All Might escuchaba a lo lejos, al final tenía razón de lo que quería ser ese pequeño y estaba seguro que él cambiará el mundo de navegación de los piratas.

Al día siguiente le hablaron a Hitoshi todo y si deseaba estar con ellos en unos años más, el de ojos purpura aceptó no muy convencido.

El pequeño Hitoshi deseaba vivir en tierra firme una vez que encontraran el tesoro De la Rosa, pero él no sabe, tal vez en unos años querrá continuar siendo pirata y era mejor aceptar ahora.

Izuku observó a Kacchan y sonrió al pensar en el futuro, algún día ambos se vengarán y comenzarán un nuevo camino.

Solo debían tener paciencia.

Mar Céltico, 1863:

Los años pasaron volando, los juegos infantiles ya no existían en el barco UA, el mar fue testigo de cómo aquellos niños se convirtieron en unos peculiares piratas de 14 años.

La campana sonaba con fuerza, los piratas se preparaban para luchar contra sus enemigos que se acercaban rápidamente, hace meses estaban estorbando impidiendo progresar en la búsqueda del tesoro De la Rosa.

Un chico de cabellos verdes rizados observaba desde la cofa con el catalejo el barco enemigo que se acercaba, la brisa provocaba que los aretes de cruces se movieran constantemente, sonreía entusiasmado, hace varios meses deseaba luchar contra esos piratas que los seguían.

-Al fin algo de acción- Dijo emocionado sacándose su largo bléiser verde oscuro que cubría su camisa entre abierta; se recogió las mangas para no ensuciarlas dejando expuestas un par de grandes cicatrices en sus brazos a causa de antiguas peleas.

Dejó el bléiser en la cofa para que no se dañara abajo, saco una gruesa y larga espada de su cinturón de cuero, miró por última vez el barco enemigo y saltó a la cubierta sin miedo de terminar lastimado.

-¡Izuku cuántas veces te he dicho que no saltes!- Exclamó All Might mientras acomodaban las cosas.

Los ojos esmeraldas, ahora un poco más pequeños con la proporción de su cabeza lo miraron con diversión, Izuku amaba saltar a la nada, no le temía demasiado al peligro y lamentablemente el rubio ceniza tampoco lo controlaba demasiado cuando se trataba de luchar.

-¡Tranquilo All Might- Dijo sonriente -Siempre lo hago y hoy tampoco me lastimé.

All Might soltó un suspiro, ese niño adorable que encontró en el mar había cambiado en muchos aspectos, ahora era más ambicioso, deseaba encontrar los grandes tesoros con el propósito de dejar el nombre de su tripulación registrado en la historia, amaba luchar contra otros piratas y no temía blandir su espada en contra de sus enemigos. Al menos seguía siendo una persona amable y generoso.

-¿Vamos a lanzar a unos cuantos al mar y nos quedaremos con el botín?- Sonrió Izuku con malicia, también no tenía problemas con robarles a otros, a excepción de los pobres, tan poco era tan malo.

El rubio sonrió y levantó su pulgar como respuesta.

Mientras tanto un rubio ceniza con unas peculiares gafas que cubrían sus ojos rubís con cristal y unos delgados metales, silbaba con una sonrisa un tanto peculiar bajaba las escaleras con rapidez hacia los cañones.

Éste tenía su camisa y largo bléiser negro abierto mostrando sus músculos marcados.

-¡Vamos a matar a esos putos piratas de mierda!- Dijo soltando una carcajada, Aizawa solo lo miró.

Katsuki no había cambiado demasiado, simplemente subieron de nivel sus características, ahora era más inteligente, egocéntrico, fuerte, testarudo, fanático de la pólvora en todos sus usos, disfrutaba destruir a sus enemigos exclamando "¡SHINE!". Y lo más importante, sus groserías habían subido de nivel.

-Katsuki, cálmate- Señaló Aizawa al ver como cargaba varios cartuchos de pólvora.

Los piratas que se encargarían de los cañones lo miraban con diversión al ver la velocidad en que colocaba cada cartucho en los 30 cañones, Katsuki era demasiado rápido y luego de varias prácticas durante estos últimos años ya sabía colocar todo a la perfección.

Subió las escaleras, Aizawa solo lo miró, usualmente el rubio colocaba los balones, pero estaba un tanto molesto con aquellos piratas y deseaba enfrentarse frente a frente.

Katsuki subió las escaleras hacia la cubierta, vio a Izuku ya preparado con su espada y pistola; se acercó a él con una sonrisa marcada en el rostro, hoy iba a experimentar con su nueva arma.

-¿Has traído tu nueva pistola?- Preguntó el peliverde al ver al rubio cargando su carabina modificada, a diferencia de las normales el orificio era más ancho y las balas más gruesas, Izuku aún no sabía cuál efecto tenía, ya que las últimas las había creado su amigo.

-Al fin tengo a mis sujetos de prueba- Dijo sonriente el rubio, lo cual causó escalofríos a Izuku, Kacchan a veces era un tanto peligroso, era mejor ser su amigo que enemigo.

-Kacchan, estás loco- Rio el peliverde, no podía hacer nada con la actitud de su amigo.

-Capitán, ¿Qué haremos?- Preguntó Deku a All Might, el mayor sonrió y exclamó -¡Lo cañones ahora!

El de ojos rubís frunció el ceño, si bien le gustaba ver como explotaban los barcos, deseaba atacar con su pistola. All Might colocó su mano en la cabeza del rubio ceniza y le sonrió, él sabía que deseaba hacer el muchacho, pero siempre hay que asegurarse antes de que ellos disparen.

Observó como las dos bolas chocaron con aquel barco, si bien la fuerza destruía bastante, el impacto no era suficiente al ser de metal, además tenía menor dificultad al ser de vapor. All Might sabía bastante bien que su barco estaba atrasado, pero el iba a terminar sus aventuras con el UA.

-Deku, nuestro barco va a ser de acero y vapor- Dijo Katsuki con seriedad, sabía los costos y que necesitaba mano de obra, pero no iba a quedar atrasado, además los putos ingleses van a tener cientos de esos para su jodido ejército.

-Claro que sí Kacchan- Respondió el peliverde al ver aquella mirada de frustración, el rubio amaba aquel barco en que se encontraban, pero ya estaba quedando en el pasado y si deseaban sobrevivir a las nuevas invenciones y criaturas marinas debían avanzar.

Continuaron arrojando las bolas, algunas no caían al barco que se acercaba con rapidez hacia UA; los piratas estaban preparados para saltar al barco enemigo y luchar a muerte.

Izuku y Katsuki se observaron fijamente, para luego saltar con los piratas hacia sus enemigos.

El menor esquivaba las espadas con facilidad, la expresión en su rostro era burlesca con cada choque de espadas y cortes que daba a su enemigo, miró de reojo a Kacchan que con una de sus manos atacaba con su espada y con la otra sostenía su carabina esperando a la víctima ideal.

-¡Dispara de una vez Kacchan, enserio siento curiosidad!- Exclamó el pecoso, vio a su amigo trabajar por varios meses en aquellas balas y alardear del daño que le causaría a cualquier pirata.

Katsuki sonrió y le disparó al brazo de un pirata que se encontraba a unos cuantos metros de distancia; Izuku juraría que su rostro había palidecido al ver lo que ocurrió con la extremidad de aquel hombre... solo sabía que el orgulloso de su amigo tenía todo el derecho de alardear.

Al ver como el brazo estalló y escuchar el grito del hombre por el dolor, el rubio sonrió, había logrado crear un arma letal. De repente sintió el frío del metal en su cuello, cerró los ojos y al no sentir dolor se dio la vuelta.

-Deja de sonreír y pelea- Dijo Hitoshi mientras su espada cortaba la cabeza de aquel pirata.

-Cállate ojeroso de mierda- Dijo furioso el rubio mientras veía con asco la cabeza rodar por la cubierta.

Izuku continuaba luchando, a veces recibía pequeños cortes en sus brazos, los cuales serían unas cicatrices más en su cuerpo.

El sol se iba ocultando, ahora el atardecer era quien iluminaba la batalla, los cuerpos de sus enemigos estaban en el suelo enfriándose.

Cuando la batalla terminó y aclamaron la victoria los piratas de UA, los más heridos se fueron al barco para hacerse curaciones, el resto comenzó a buscar todas las cosas de valor y alimentos.

All Might se acercó a los menores y observó a Katsuki con seriedad, la arma que había creado era demasiado peligrosa, luego le diría que no tiene permitido usarla; el rubio ceniza estaba seguro de que se la quitaría, usualmente sus inventos duraban un día y se los llevaba el mayor por los riesgos.

"Katsuki son una amenaza" "Imagina si alguien te lo roba y lo usa" "Puedes lastimarte a ti mismo" "Es demasiada pólvora"

Y bla bla bla, Katsuki solo debía asentir y entregarlas.

-Bastante potente tu carabina- Dijo el de ojos purpura impresionado, si bien las antiguas armas de su amigo eran peligrosas, jamás había logrado explotar partes del cuerpo, Katsuki era un genio en las armas de fuego.

-Sí- Dijo el rubio soltando un suspiro, una armas menos.

-Kacchan, es obvio que no te la iba a dejar- Dijo Izuku tocando el hombro de su amigo, era frustrante para Kacchan crear armas por meses y que terminaran guardadas.

El de ojos rubís apretó las manos frustrado por la situación, lo que hacía era útil, pero al negarlas su trabajo pasaba a ser inútil ¿Para qué continuar creando esas mierdas si se desecharían luego?

-Kacchan, no dejes de crear armas- Dijo Izuku con seriedad, Katsuki lo observó esperando un motivo razonable para continuar.

-Eres el jodido ingeniero de nuestra futura tripulación, ¿Quieres que dejemos nuestro nombre en la historia con armas que todos tienen?- Dijo sin titubear, Izuku era honesto con su mejor amigo, él no deseaba que quedaran como unos piratas del montón.

Hitoshi sonrió al escuchar aquellas palabras y dijo -Izuku tiene razón, además imagina una excelente puntería, con 25 balas de esas que creaste puedes asesinar a una tripulación disparándole en las cabezas.

El mayor sonrió y los miró con diversión -¿Quién dice que las cree para humanos? ¡Son para los putos Kraken de mierda! las espadas no son tan fuertes y es mejor destruir de lejos.

Los menores sintieron un escalofrío al recordar aquel monstruo, durante estos años que han buscado a las sirenas se han encontrado con distintas criaturas, entre ellas un Kraken, una bestia enorme y aterradora que habita en las profundidades del mar de la cual lograron huir con dificultad.

Muchos creen que los Kraken custodian tesoros inimaginables, he de ahí su agresividad, pero al ser tan poderosos jamás se logrará saber, porque son imposibles de vencer.

-Estoy seguro de que lo lograrás, no hay nadie más apto para crear armas de tal poder- Dijo Deku con honestidad, él sabía que su amigo podría llegar a ser el demonio en persona si se propone construir armas.

-Claro que lo lograré, están hablando conmigo, ahora inventaré un arma más poderosa- Dijo sonriente, sus dos amigos solo lo miraron, no se rendía ante lo obvio, All Might se lo quitaría nuevamente.

Decidieron ir los 3 en búsqueda de algo que fuese de valor para llevárselo ignorando los cadáveres que yacían en el suelo.

La noche llegó y con ello All Might le quitó el arma, Katsuki sin rechistar la entregó pero sin borrar su expresión molesta, pero lo que vino después asustó a los adolescentes.

Iban a desembarcar en Irlanda por un par de días, luego buscarían a las sirenas.

Katsuki quería gritar que no bajasen en ese lugar, pero se calmó un poco cuando dijo que sería en Irlanda del Sur.

En la habitación Izuku caminaba de un lado a otro nervioso, temía bajar y volver a enamorarse de tierra firme, ningún país en el cual han desembarcado es tan hermoso como Irlanda.

Hitoshi solo lo miraba en silencio, su amigo se veía demasiado estresado por la noticia, él sabía lo que ocurrió en su pasado.

El de ojos purpura nunca les dijo que la venganza no los llevaría a nada, una cosa es matar por defensa como usualmente lo hacen, pero buscar a alguien para matarlo es distinto. Él decidió no hablar del tema, no quería sonar como un moralista y al no estar en sus zapatos no podría saber que haría si alguna persona lastimara a su padre.

-Genial... vamos a la tierra de los ebrios- Dijo Katsuki con amargura, muy fan del alcohol no era, en parte porque temía caer al mar borracho.

Además, Katsuki odiaba lo amargo, prefería lo picante, sin dudas su comida favorita era la india, en uno de sus viajes la probó y se enamoró de aquellos platillos, en cambió Izuku se enfermó del estómago durante esos días.

-El ron no es tan malo- Dijo Izuku levantando su pulgar, al peliverde le gustaba el alcohol, no al punto de quedar ebrio.

-Prefiero el vino- Dijo Hitoshi, él bebía menos que Izuku, pero no le desagradaba el sabor.

Katsuki frunció el ceño y exclamó -Genial, seré la niñera de una tripulación de borrachos ¡Prohibido otro Irlandés en nuestro barco!

Los dos muchachos rieron, dudaban bastante encontrar a un futuro pirata en Irlanda, ¿Cómo conseguir para su tripulación a un hombre en un bar?

Al llegar al puerto decidieron por petición de uno de los piratas visitar un bar, el hombre hace tiempo deseaba sentarse cómodamente a beber escuchando el piano de fondo.

Katsuki soltó un suspiro, Izuku sonrió por la cara de su amigo y Hitoshi levantó los hombros porque le daba lo mismo.

Al ingresar al bar el aroma a tabaco inundó la nariz de Katsuki, odiaba con todo su ser esa cosa, el hecho era simple, su olor era una mierda, la ropa se impregnaba y su residuo dañaba la madera del barco.

Odiaba esa mierda, a su tripulación le tendrá prohibido fumar dentro de su barco y no le importa si se molestan o lloran.

A Izuku le daba lo mismo ese aroma, pero sabía que Kacchan lo lanzaría a los tiburones si fumaba en el barco, así que mejor no consumirlo, se ahorraba un inminente castigo.

Todos pensarían al momento de conocer a esos dos amigos, que Katsuki sería quien le gustan aquellas adicciones, pero era todo lo contrario.

El mayor de los adolescentes caminó con ira y se sentaron en la barra; los piratas que asistieron bebían y reían, ese bar se había convertido en un lugar bullicioso y alegre.

Al lado de Katsuki se sentó un rubio con un peculiar mechón negro en forma de rayo, sus ojos eran ambarinos, tenía la mirada un tanto perdida, pidió ron para beber y en silenció bebió.

-Oye, ¿No vas a beber nada?- Dijo extrañado el joven a Katsuki.

El de ojos rubís no dijo nada, prefirió ignorar a aquel chico que por el pasar de los minutos que pasaban se embriagaba.

-Para ser pirata te ves demasiado sano, hip- Dijo el rubio volviendo a beber de su jarra.

Hitoshi tocó su pistola para sacarla en caso de cualquier movimiento sospechoso.

-Ignoren al muchacho, es el pianista, tiene lengua suelta cada vez que bebe alcohol- Dijo el hombre que servía el licor.

El peliverde frunció el ceño y bebió de su cerveza, algo en aquel muchacho le parecía raro.

-Es obvio que son piratas, ningún británico usaría aretes en sus orejas o vestiría ese tipo de ropa ¿Son de Irlanda del Norte?- Preguntó con malicia aquel muchacho -Su acento no es escocés y mucho menos suenan como ingleses.

Ese rubio para estar ebrio era demasiado astuto, ahora Izuku iba a sacar su daga.

-Tranquilos, solo soy un pianista demasiado observador- Dijo el rubio con una sonrisa traviesa, movió el cabello que cubría su oreja izquierda mostrando 5 pequeñas argollas ordenadas a la perfección.

Hitoshi e Izuku se levantaron para luchar, Katsuki solo lo vio horrorizado ¿Cómo puede clavarse en su oreja tantas mierdas?

El desconocido decidió levantarse con dificultad, él no tenía un cuerpo muy trabajado, era demasiado delgado.

-Voy a...- No alcanzó a continuar la oración debido a que comenzó a vomitar.

Los tres adolescentes lo miraron con asco.

-¡Kaminari!- Exclamó el hombre preocupado por el muchacho.

-Estoy bien, tranquilo...- Dijo el tal Kaminari, para luego sentarse y continuar bebiendo.

-Lo lamento, no es una persona muy sana de la cabeza- Dijo el hombre acariciando la cabeza del rubio -Solo es un pianista que le gusta beber.

Los adolescentes fingieron creerle, le pagaron al hombre y se marcharon del bar.

Iban hacia el barco, pero Katsuki negó y dijo que quería pasear por el lugar para despejarse un poco. Izuku sonrió y decidió ir junto con Kacchan a explorar; Hitoshi prefirió irse al barco para descansar un poco.

-¿A dónde iremos Kacchan?- Preguntó Izuku intrigado mientras veía aquel paisaje verde.

-No sé, pero necesitaba algo de aire puro, detesto el aroma de los bares- Dijo con el ceño fruncido.

El menor solo rio por la respuesta.

Ambos muchachos comenzaron a correr y reír, se persiguieron y rodaron por el pasto... se sentían como esos 2 niños que aún no presenciaban la muerte de sus padres.

Con cada paso que daban desaparecía de su vista aquel puerto, les daba lo mismo, luego buscarían la forma de llegar, esta tarde deseaban recordar su pasado.

Cuando llegaron a un roquerío se sentaron para ver la puesta de sol.

-Kacchan ¿Te imaginaste que terminaríamos de esta forma?- Preguntó Izuku sin apartar su vista del mar.

-¿Cómo piratas? Sería una gran mentira decirte que sí, pero sé que habría terminado yéndome de Irlanda a algún país para inventar cosas ¿Tal vez América?

-Yo no sé que podría ser si no fuese un pirata- Dijo deprimido -No soy un genio y no me interesa serlo, no me atrae la idea de quedarme como un pastor y cortejar a una mujer para casarme y tener 5 hijos...

Izuku no paró de hablar, Katsuki solo asentía, él comprendía bastante bien lo que su amigo se refería con el tema de matrimonio e hijos... pero en el fondo sabía que Deku lo decía porque tiene 14 años y recién están conociendo el mundo, al rubio no le atraen simplemente las personas, el peliverde se sonroja cuando una hermosa mujer le habla de forma coqueta, él en cambio se siente incómodo con esos actos.

El rubio quiere creer que todavía es un inmaduro y no le atraen las apariencias, a él deben gustarle las mujeres con el carácter ideal para soportarlo...

Sí, ese es su problema, él no es superficial... ¿Cierto? Negó con su cabeza, nunca le dirá a Deku aquellos pensamientos que le carcomen el alma, ese fallo que piensa que tiene.

Lo peor es que sabe que su amigo lo aceptará como es, pero el miedo continuará.

-Deku, eres inteligente, astuto, apasionado en lo que te gusta, te esfuerzas el doble, un líder innato, carismático y tienes algo que pocos poseen- Dijo Katsuki callando a su amigo -Eres desinteresado y amable, somos piratas, no somos las personas más buenas del mundo, pero siempre le darás la mano a una persona que necesite ayuda, no tienes miedo a expresar tus emociones, aceptas mi carácter de mierda y siempre apoyas mis locuras, no todos aprecian las cosas que invento.

Izuku no era su mejor amigo, era su hermano y Katsuki sabía que era algo mutuo.

El peliverde comenzó a llorar, tenía miedo al futuro, el tesoro lo habían encontrado hace un año, pero necesitaban a las sirenas para sacarlo de una vez... luego viajarían a Inglaterra para cumplir su venganza.

Si bien crearían su propio barco y buscarán personas que quieran embarcarse en sus aventuras, se imagina la probabilidad de que no deseen unirse ¿Qué harán ellos dos?

Hitoshi tiene a Aizawa, puede vivir tranquilamente en América con su padre, mordió su labio inferior, sabe que los ayudarán, pero toda su vida han recibido la ayuda de esos hombres.

-Lograremos ser piratas si es que le temes a eso- Dijo Kacchan con seriedad -¿Crees que me rendiré? Ya tengo todo planeado y ninguna mierdecilla me hará retroceder, ni siquiera el jodido destino me quitará mis sueños.

El pecoso sonrió, aún caían lágrimas de sus ojos, pero el apoyo de su mejor amigo, corrección hermano, siempre lo ayuda en los momentos en que flaquea y duda de si mismo.

-Gracias... va anochecer pronto debemos irnos- Dijo Izuku levantándose, Kacchan hizo la misma acción.

Ninguno se esperó que cuando pisaron la tierra se abriría y rodaran al interior de una enorme cueva subterránea.

Gracias a Dios rodaron por un camino de tierra sólido y cayeron al agua. Su sorpresa fue que el agua no era tan profunda y no había corrientes que los arrastraran al mar.

Comenzaron a nadar hacia la orilla que estaba pegada al camino, suspiraron aliviados al ver que podían subir sin problemas.

-Kacchan, nos salvamos...- Dijo con dificultad, agradecía ser buen nadador.

Su amigo no dijo nada, sus ojos estaban abiertos más de lo normal, estaba mirando fijamente a la orilla de al frente; Izuku decidió ver y abrió la boca sorprendido...

Un enorme barco encallado, las velas estaban rotas, tenía un agujero, de seguro a causa de una bola de cañón.

-Ese barco...- Solo dijo eso el rubio para luego saltar al agua y nadar hacia el barco.

El menor lo imitó, se veía abandonado y firme.

Cuando llegaron a la orilla Katsuki sonrió, era ese, ese será su futuro barco. Sacó su espada, la colocó en su boca y comenzó a escalarlo.

El mayor caminó por aquel barco, el suelo estaba manchado, de seguro eran los rastros de sangre de esa tripulación; encontró el esqueleto de un brazo, de seguro el resto está en el mar.

Ingresaron abajo, habían varias habitaciones, incluso más que el UA, lo cual les dio a entender que era una gran tripulación...

Fueron más abajo y se toparon con sucias celdas vacías, de seguro eran vendedores de esclavos.

Ambos miraron asqueados el lugar, si bien ellos eran piratas no se imaginaban haciendo semejantes barbaridades, las cuales eran comunes, UA era una excepción en esos casos.

Ellos no robaban a los pobres, no saqueaban y quemaban pueblos, no abusaban de mujeres y jamás han pensado vender personas.

-Kacchan, ¿Qué opinas de este barco?- Preguntó Izuku mientras salían de aquel lugar que había sido testigo de cosas inhumanas.

-Transformaré ese lugar en algo sorprendente- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja -Además los cañones están en buen estado, eso nos ahorra bastante...

-Será difícil- Advirtió Izuku, el barco no estaba en el mejor de los estados.

El rubio frunció el ceño -Necesito a alguien que sepa construir el mecanismo de un barco a vapor para que me explique.

¿Quién sería tan estúpido de prestar su ayuda a un pirata?

-Tenemos tiempo para averiguar, pero por lo que tengo entendido, en Escocia hay un grupo que se dedica a ese tipo de trabajo- Dijo Izuku colocando su mano en la barbilla.

-¿Ves? Tienes que estar tranquilo, ya tenemos la base- Dijo más emocionado de lo habitual.

-El problema es cómo sacaremos el barco de esta cueva- Dijo Izuku desanimado.

Muchas rocas cubrían la entrada hacia el mar, al menos tenía las suficientes grietas para iluminar la cueva.

Katsuki sonrió con diversión, como si por alguna razón lo que dijo el peliverde fuese estúpido.

-Matemáticas más explosivos es igual a una explosión que derribará es muralla de rocas- Dijo sin más, no era demasiado complejo lo que dijo.

-Entonces ya tenemos nuestro punto de partida para el futuro- Dijo Izuku victorioso, ya se imaginaba surcando los mares con el barco tan especial de Kacchan.

Vieron que se asomaba cada vez más la oscuridad, nadaron nuevamente a la otra orilla; ambos miraron el barco y se dispusieron a caminar por el camino.

Cubrieron con rocas el agujero y se sonrieron, en un par de años volverían y se embarcarían en sus propias aventuras, pero hoy en día debían encontrar el tesoro De la Rosa y cumplir con su venganza.

Mar del Norte, 1863:

El invierno había acabado y el verano a regresado, el trayecto fue largo y difícil, pero al fin lograron encontrar una de las localizaciones donde habitan las sirenas.

Hacía frío a pesar de ser verano, todos los piratas se vestían bien abrigados, provocando que se vieran extraños.

-¿Están preparados?- Preguntó All Might a los menores -Caigan en los encantos de las sirenas, son buenas engatusando hasta los hombres más correctos con su voz y cuerpo.

Izuku se sonrojó, Hitoshi temió por su vida y Katsuki entendió cuando vio a las mujeres mitad pez salir a la superficie.

-Mucho gusto humanos- Dijo un sirena con una sonrisa coqueta, su largo cabello cubría sus pechos dejando a los muchachos sonrojados, nerviosos e incómodos.

Las otras sirenas también tenían el cabello largo cubriendo sus pechos...

Los muchachos no las veían de forma lujuriosa, eran chicos de 14 años nerviosos por ver "mujeres" desnudas, ellos estaban acostumbrados a ver mujeres bastante cubiertas, jamás han estado en un bar donde las mujeres usan sus encantos por dinero.

-¿Nuevos tripulantes?- Preguntó una sirena rubia de ojos dorados y pupilas rasgadas, sus mejillas estaban sonrojadas -No son feos ¿Cómo será el sabor de su sangre? Muchachas quiero su sangre.

Los tres palidecieron, esa mujer, bueno mitad mujer, le gustaba la sangre.

-Himiko, queremos hacer un trato- Dijo All Might ignorando con todas sus fuerzas el comentario, deseaba golpearla con un trozo de madera en la cabeza.

-¿Trato?- Dijo con una sonrisa ladina -Chicas, ¿Escucharon? Ellos quieren hacer un trato.

Todas sonrieron con malicia, lo cual provocó un escalofrío en los tres muchachos.

-Deseamos algas para respirar debajo del agua- Dijo All Might con seriedad -Muchas.

Todas rieron y miraron a los jóvenes, no les interesaban en ningún sentido, disfrutaban ver cómo los piratas se traicionaban y el dolor en los rostros de esas personas arrojadas al agua.

-Queremos a uno de ellos y hacemos el trato- Dijo Himiko con firmeza.

Katsuki iba a insultarla, gritarle y si la alcanzaba, golpearla con fuerza.

-No- Dijeron en coro, no traicionarán a ninguno de los suyos y mucho menos a tres adolescentes que tienen mucho porque vivir.

Los 3 suspiraron de alivio.

-Entonces no hay trato piratas ¿Son piratas siquiera? Los otros agarrarían al primero que vean y lo lanzarían- Dijo burlesca la sirena -Son unos aburridos.

-Nuestros compañeros son primero- Dijo Aizawa con el ceño fruncido -Así que mejor busca otro trato.

A las sirenas les molestó el tono de voz del pelinegro, Katsuki sonrió accidentalmente, llamando de esa forma la atención de Himiko.

-Me gusta tu sonrisa, podrías acercarte para verla mejor chico de ojos rubís...- Dijo con una dulce voz que atraería hasta quien tuviese la mayor fuerza de voluntad.

Los piratas vieron preocupados al rubio ceniza, aquella mujer lo estaba hechizando.

-Me los llevaré inmediatamente- Dijo Aizawa, era peligroso y lo más que seguro era que el rubio está ya hipnotizado por aquella bestia marina.

Katsuki no tenía idea de lo que ocurría, se sentía normal, pero las miradas de preocupación de los piratas le dijeron que estaba en peligro.

Aizawa afirmó a Katsuki del brazo para que no se alejara y dijo -Que no salga de la habitación, esa mujer ya lo hechizó y de seguro ustedes son los siguientes.

Se encerraron en su habitación, Hitoshi e Izuku ya sabían de las habilidades de las sirenas, pero jamás pensaron verlo en persona.

-Chicos, no me afectó su puta voz de mierda- Dijo Katsuki preocupado, era imposible que algo como eso no le afectara, si bien tenía ego, jamás mentiría con eso para jactarse, el rubio no era mentiroso, él alardeaba por las cosas que él había hecho.

-Imposible, de seguro te está haciendo creer que no te hizo nada- Dijo Hitoshi preocupado, él tenía razón, de seguro jugaban con la mente de Katsuki.

Desgraciadamente, para Katsuki, él se conocía y sabía que no era un engaño, aquello preocupó más al rubio.

No se sentía normal, creía que estaba fallado, lo peor es que escuchaba una campana creada por su mente atormentándolo.

Un canto se escuchó en el mar, al lado de su habitación, se miraron extrañados.

Esa voz los llamaba, pero no lograban escuchar esa maldad que tenía Himiko en sus palabras.

"No pido mucho, no me interesa la sangre, acérquense a la otra orilla del barco"

Sabían que era peligroso, que de seguro sería un monstruo cómo Himiko y esas sirenas, pero necesitaban su ayuda y si no pedía sangre...

Subieron despacio y en silencio para que no los escucharan; agachados y de forma sigilosa se acercaron al lugar de donde provenía la voz.

-Hola- Dijo una voz masculina, se asomaron para ver quién era.

Se asombraron de ver a un hombre desnudo de las caderas hacia arriba, melena negra y lacia, iris tan negros que apenas lograba verse sus pupilas, tez levemente bronceada, su sonrisa era bastante grande y los dientes largos (no sobresalían); era extraño, no intimidaba en absoluto.

-Sero, ¡Yo me iba a presentar primero!- Exclamó molesta una voz femenina -¡Yo fui la que los llamó!

Al verla sus bocas se abrieron al ver a la sirena; su piel era rosada, el blanco de sus ojos había sido reemplazado por negro, provocando que sus iris dorados resaltaran más, el cabello era corto rosado, tenía dos antenas sobre su cabeza...

Cabello corto.

Los muchachos cubrieron sus ojos, no deseaban ver los atributos de esa mujer.

-No entiendo a los hombres humanos- Dijo el tal Sero -¿Por qué se vuelven tan manipulables y avergonzados por los pechos de una hembra?

-Tranquilos humanos, yo me las cubro- Dijo la sirena con tono de burla, en realidad se sorprendió, usualmente los hombres las veían.

Tragaron nerviosos y sacaron sus manos, las cubría con almejas, eso la alegró bastante, eran buenos muchachos.

-L-lamento si le molesta, n-no queremos verlas desnudas- Dijo Izuku sonrojado y nervioso, era tímido con el sexo opuesto, ya sea con ropa demasiada ropa o como las sirenas.

Era muy inocente con las mujeres.

Hitoshi y Katsuki no tenían problemas de hablar con ellas, pero era inevitable no sentirse incómodo o avergonzado con alguien que se exhibía desnudo con tanta naturalidad.

Los piratas normales no deberían ser como ellos, pero se criaron con hombres decentes.

Tampoco eran unos niños, en tierra firme con 14 años las mujeres estaban comprometidas y algunas ya casadas esperando un bebé, para los 3 era una vida de mierda ese lugar. A veces se preguntaban si no tuviesen esta vida ¿Estarían cortejando a una mujer?

Cosas que deseaban ignorar, todo era más "sencillo" de la forma en que vivían.

-Son tan tiernos estos niños- Dijo la sirena mirando al hombre.

-Me miran como un bicho raro, soy un tritón- Dijo girando sus ojos.

Soltaron un largo aaa.

-Mi nombre es Mina y él es mi pareja Sero- Dijo la sirena sonriéndole al tritón -Sería un esposo en su mundo.

Izuku jamás había leído sobre que las sirenas tienen "esposos", si bien tenían encuentros, no se mencionaba a una persona estable.

-Humanos, se sorprenden por cosas tan mínimas- Dijo con diversión Sero.

-Cállate dientes raros- Dijo Katsuki molesto, sus amigos lo miraron asustados, no sabían si tenían poderes mágicos capaces de matarlos.

Sero se tomó con diversión aquellas palabras, solo podía reír ante esa actitud tan infantil.

-Se nota que eres un niño- Dijo burlesco -Agradece que soy yo, otro tritón te habría matado fácilmente, nosotros no buscamos diversión o tratos con los humanos.

El de ojos rubís sintió un escalofrío pasar por su columna, necesitaba moderar sus palabras en próximas ocasiones.

-Lamento las palabras de mi amigo, si nos volvemos a ver en algún otro momento de nuevo te dirá algo, es así con todos- Dijo Hitoshi con seriedad, luego regañarían a Katsuki.

-Me agrada su impulsividad, será divertido escuchar sus quejas e insultos- Dijo Mina sonriente, aquellas palabras los extrañaron.

-Tenemos un trato, no es la gran cosa- Dijo Sero, se podía ver un brillo en su mirada, estaba ansioso por decir algunas palabras -Escuchamos que sus compañeros no aceptaron el trato de Himiko, usualmente lo lanzan sin pensarlo dos veces, su codicia siempre cega su juicio y no se dan cuenta con quienes hacen tratos.

No comprendieron aquellas palabras inmediatamente.

-Uno nunca es suficiente, al final quedan unos 10 vivos...- Dijo como si nada la pelirosada -Tenemos varios años, más de los que pueden imaginar y hemos visto lo ingenuos que son los hombres, pero ustedes no, así que nos gustaría convivir con ustedes en los pocos años de vida que les quedan.

Los 3 quedaron nuevamente con la boca abierta, era imposible que seres como ellos quiseran unirse, de seguro era una sucia trampa.

-Es aburrida la vida aquí, siempre en esta jodida parte del océano, no podemos viajar demasiado lejos por culpa de los humanos u otras criaturas que comen a nuestra especia de un solo bocado- Dijo Sero soltando un suspiro, deben tener siglos viviendo en el mismo lugar...

-¡Queremos viajar por todos los mares, luchar contra otros piratas, conocer puertos y comer comida humana!- Dijo Mina moviendo los brazos con emoción.

Ellos aceptarían encantados, pero no podían hacerlo, ya que en un par de meses sacarán el tesoro De la Rosa y eso dará fin UA si les dan lo que buscan.

-Lo siento, pero si aceptan el trato no alcanzarán a hacer ninguna de esas cosas...- Dijo Izuku con sinceridad, no podía mentirles a aquellas criaturas tan agradables -El tesoro que buscamos es el último de UA y tardaremos un par de meses.

Las criaturas marinas los observaron desilusionados, hicieron un gesto para marcharse.

-¡Esperen!- Exclamó Katsuki intentando ocultar su desesperación -Hay una forma, pero todo depende si ustedes tienen la suficiente confianza.

Al escuchar aquello las criaturas y sus amigos lo miraron, ¿A qué cosa se refería el rubio?

-Nosotros en un par de años crearemos nuestra propia tripulación, por cosas de la vida aún no podemos y tardaremos construyendo el barco- Dijo con honestidad el rubio -Juro por mi maldita vida que una vez que lo terminemos iremos por ustedes, solo deben ser pacientes y confiar...

Izuku lo miró sorprendido, pensaba que diría cualquier cosa, pero tener una sirena y un tritón como compañeros sonaba muy surrealista, aunque eso dejaría una huella más grande en los libros, entre la tripulación había dos criaturas mágicas.

Sí, le gustaba la idea.

-Como futuro Capitán les doy mi palabra- Dijo el peliverde con determinación -Hemos planeado esto por varios años y no somos de los que retroceden o no cumplen su palabra.

Mina y Sero se miraron, parecía que estaban hablando en sus mentes.

-Me parece interesante, pero la palabra de un humano no es muy confiable que digamos- Dijo Mina con seriedad, no era estúpida en absoluto.

-La única forma de que no vengamos en su búsqueda es la muerte- Respondió el peliverde observando fijamente los ojos negros -Y la muerte no está en nuestros planes.

Sero sonrió con diversión y dijo -No quiero quedar como un estúpido aceptando y ya, uno debe demostrar su poder. Una sonrisa escalofriante se formó en ambas criaturas.

-El trato es la vida de uno de ustedes- Dijo sin más el pelinegro.

-Muchachos, para eso mejor que nos lancen con una de esas locas del otro lado- Dijo Hitoshi con seriedad, era absurdo aquel trato.

-Deja terminar- Dijo Mina con el ceño fruncido.

-El trato se basa en cumplir lo que dices o morirás, pero no rápidamente, será una tortura dolorosa, tanto que querrás suicidarte, pero tu cuerpo no lo permitirá- Sonrió con maldad el tritón, será un excelente pirata, pensó Izuku, -Eso pasará solamente si te niegas a buscarnos.

El menor pensó por unos segundos el peliverde, los 3 eran hombres de palabra así que no les mentirían, por lo tanto, no debían temer. Miró a sus amigos, no se veían convencidos, pero el peliverde no tenía todo el día.

-Acepto- Dijo Izuku, él iba a ser el futuro Capitán y debía ser quien arriesgara su vida.

-Deku ¿Cómo se te ocurre aceptar ese trato de mierda?- Dijo Katsuki preocupado, un trato de ese tipo a seres como ellos no era muy inteligente de su parte.

-Katsuki tiene la razón, es absurdo y peligroso- Dijo mirando fijamente los ojos verdes que demostraban que hablaba enserio.

-¡Mierda!- Dijo furioso Katsuki, se suponía que él tenía que controlar que Deku hiciera estupideces.

Ignoró lo dicho por sus amigos y miró a las criaturas marinas -Antes quiero ver si eso funciona y si son varias.

Mina nadó hacia abajo en búsqueda de un cofre donde guardaba aquellas algas que tanto deseaban; al regresar lo abrió, habían las suficientes para toda la tripulación.

-¿Hacemos el trato?- Preguntó Mina con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

-Antes de arriesgar mi vida con un trato como éste, deseo saber si sirven- Dijo Deku con una sonrisa burlona, poco usual en él.

Sero sonrió y dijo -Bueno, para eso deben comerla y saltar al mar ¿Confían en nosotros?

Izuku agarró una y dio un mordisco, sus amigos lo miraron sorprendidos, esa confianza era demasiada.

-¿Cuando comienza el efecto?- Dijo Izuku mientras se sacaba las botas.

-Deku te vas a congelar- Dijo Katsuki molesto, no estaba pensando en los peligros.

-¿Confias tanto en nosotros?- Dijo Mina sorprendida ante la actitud del humano.

-Seré su compañero de aventuras, creo que debo demostrar mi confianza ¿No?- Dijo con una sonrisa el peliverde.

Hitoshi y Katsuki confirmaron algo que ya sabían bastante bien, Izuku será un gran Capitán, tiene las agallas y el valor que muchos desearían.

En la mente de Izuku había pánico, lo hacía por inercia, no tenía idea de dónde sacó tanto valor. Lo peor es que él confiaba en que eran reales las algas, pero no deseaba quedarse como alguien fácil de engañar.

El pelinegro sonrió ante la actitud del adolescente, se notaba que aún no estaba podrido por dentro por el poder, han visto a miles de capitanes arrojar a sus compañeros al mar, pero quería confiar en ese chico.

-Ya puedes saltar- Dijo la pelirosada con emoción.

Antes de que Izuku saltara Katsuki suplicó con su mirada de que no lo hiciera, pero el peliverde ya había dicho que saltará y cumplirá.

Izuku saltó a las aguas heladas del Mar del Norte, sintió el frío, pero decidió ignorarlo, no debe demostrar su disgusto o que de seguro le hipotermia en cualquier segundo. Miró a las criaturas y se hundió bajo el agua, sus instintos no le permitieron respirar inmediatamente.

Nadó hacia las profundidades del mar, agradecía que fuese de día para poder ver algo, después de todo las algas eran para respirar, no salvaba el ardor de los ojos.

-Puedes respirar, pero no abras la boca- Advirtió Sero.

Con un poco de miedo Izuku respiró por su nariz, si no lo hacía moriría ahogado antes de llegar a la superficie.

Sus ojos se abrieron más por la sorpresa, lo cual provocó que el ardor aumentara, pero no importaba, él podía respirar tranquilamente apreciando por fin el mar.

-No hables y respires por la boca- Dijo Mina con seriedad -El agua no llegará a tus pulmones, pero si la tragarás y beber demasiada agua salada, corrección agua, te puede matar.

Al escuchar aquello asintió, tampoco deseaba sentir ese sabor pasar por mi boca.

El de ojos esmeraldas continuó nadando, amaba el paisaje que le brindaba el mar.

En el barco Katsuki miraba fijamente el mar, su amigo aún no salía ¿Y si estaba muerto y fue un engaño de esas criaturas? No lo sabía, pero tenía claro que usaría su arma y fusilaría sin piedad a esos pescados.

Cuando Izuku regresó de las profundidades del mar, el rubio sintió que por fin su alma volvió a su cuerpo, estaba feliz, pero aquella emoción cambió a ira al ver la sonrisa alegre del peliverde.

El desgraciado estaba alegre y lleno de vida mientras ellos estaban asustados por él, enserio lo quería matar.

-¿Comenzamos?- Preguntó Mina con entusiasmo, Izuku asintió como respuesta, tenía demasiado frío.

Ambas criaturas se dieron las manos y dijeron unas extrañas palabras; un circulo de luz se formó al rededor de Izuku demostrando que la vida de aquel joven estará sujeta de por vida a esas criaturas; sus amigos estaban asustados por él, pero Katsuki no podía dejar las cosas de esa forma, éste saltó al agua sin importarle las botas, no dejaría al tonto de su amigo con semejante peso, ambos sufrirían por el trato.

-Deku, juntos hasta el final- Dijo el rubio sin más.

Sero y Mina sonrieron complices, eran unas criaturas crueles.

Las muñecas de los muchachos ardieron, como algo quemase su piel de una forma dolorosa. Se miraron las muñecas preocupados.

Ambos tenían tatuado en sus muñecas unas pulseras negras, similares a las que aprisionaban a los genios...

-Son visibles para que no olviden su trato- Dijo con malicia la sirena.

-¡Mierda! La gente normal no tiene tatuajes- Dijo Katsuki furioso, ahora cuando caminen por las ciudades los verán como piratas... cosa que era real, pero para su venganza no ayudaba demasiado.

El tritón rio y entregó el cofre con algas, no deseaba escuchar los gritos del rubio, por lo tanto, miró a su pareja y asintió.

-Adiós, nos vemos Capitán- Dijeron las criaturas para luego marcharse a las profundidades del mar.

Hitoshi los ayudó a subir en silencio, en su mente solo podía pensar "están locos".

Los tres corrieron hacia los piratas que aún hablaban con las sirenas para lograr otro tipo de trato.

-All Might- Dijeron los tres en coro, el Capitán un tanto molesto por la interrupción se dio la vuelta.

-¿Por qué están mojados ustedes dos?- Dijo extrañado y a la vez preocupado al ver como Katsuki cargaba un cofre, sus instintos le decían que aquellos jóvenes habían hecho una locura.

-Capitán, logramos conseguir lo que buscamos- Dijo Izuku con seriedad, raras veces le decía Capitán, pero hoy arriesgó su vida como pirata de UA, no fue una travesura o una aventura.

Katsuki abrió el cofre mostrando aquel contenido, por un momento el adolescente juró que los ojos zafiros brillaron al ver esas algas.

-¿Funcionan?- Preguntó All Might, era obvio, pero deseaba sacar información de que locura hicieron.

-Kacchan y yo saltamos para probarlas- Mintió el peliverde, en parte decía la verdad.

El mayor frunció el ceño, saltaron a aguas heladas, incluso juraría que los labios de los menores estaban azules.

-Vayan a cambiarse y cubranse con mantas- Ordenó All Might a los muchachos, se podía notar que tiritaban.

Katsuki le entregó el cofre y se marchó con sus amigos hacia el cuarto, luego les preguntaría el trato que hicieron con aquellas horrorosas criaturas.

All Might sacó un alga, guardó el cofre, y la comió. Saltó al agua para comprobar, las sirenas podían haberles mentido con el resto.

Al lograr respirar bajo el agua, salió inmediatamente, debía avisar a la tripulación, tenían que viajar lo más cerca posible de América.

-Muchachos, no planeo que unas sirenas nos sigan insultando de esta forma, buscaremos otra forma- Dijo ocultando la información, no deseaba que las sirenas se enteraran.

Algunos querían protestar, pero Aizawa exclamó -Hora de cambiar rumbo, ya escucharon al Capitán.

Todos asintieron y se prepararon, All Might agradeció en silencio a Aizawa.

Cuando se alejaron completamente All Might les dijo que los muchachos lograron obtenerlas, de alguna forma extraña se veían felices, pero sentían la incertidumbre de qué habían dado a cambio.

La noche se apoderó del día, Izuku estaba afiebrado por el frío que pasó, intentaban de todas las formas posibles bajarle la fiebre. Temían por la vida del muchacho.

Mientras tanto en las profundidades del mar la sirena y el tritón estaban comodamente en su casa descansando, hace decadas que no interactuaban con humanos.

-Cuando los volvamos a ver ¿les diremos que fue una mentira?- Preguntó Sero dándole un beso en la frente.

-No lo sé, depende de su actitud- Sonrió con diversión y luego soltó un suspiro -Deseaba enseñarles que en esta vida nadie te dará algo gratis y mucho menos las criaturas como nosotros...

La pelirosada tenía razón, fue cruel al mentirles, porque ella sabía que volverían con o sin maldición, esas miradas lo decían todo, pero eso les ayudará como motivación.

-Me reiré, eso es seguro- Dijo la sirena provocando una carcajada del tritón.

La fiebre de Izuku duró tres días hasta poder estabilizarlo, por suerte había logrado salir de esta...

All Might juró que era la última vez que se arriesgarían de esa forma, cuando vayan a buscar el tesoro De la Rosa en las profundidades del mar ellos no ayudarán.

Cuando Izuku mejoró decidió junto con Katsuki usar guantes largos para ocultar los tatuajes, a pesar de las constantes preguntas ellos prefirieron cambiar el tema, en vez de mentirles a esos buenos hombres.

Océano Atlántico, 1863:

Luego de meses de viaje llegaron al punto exacto donde se encontraba el barco De la Rosa, los muchachos no podían creer cuan fácil había sido esta parte.

Era más complejo hablar con las sirenas para pedir algas que buscar en el fondo del mar todas las riquezas.

Los 3 adolescentes estaban aburridos, solo veían como los piratas salían a la superficie del agua para dejar los cofres con oro en los botes, para luego llevarlos al barco.

All Might cumplió la promesa que se impuso, no permitiría que los muchachos volvieran a nadar en aguas heladas por ellos.

Eso los molestó un poco, ellos querían acción luego de estar tantos años buscando ese tesoro, pero tampoco les atraía enfermarse como Izuku.

-¿Se dan cuenta que este es el final de nuestras aventuras hasta que nosotros construyamos nuestro propio barco?- Dijo Izuku con tristeza, extrañaría el UA, pero tenían que partir, cumplirán 15 años en unos pocos meses...

El tiempo había pasado volando y hoy se percataron cuan altos eran, ya no eran esos niños que jugaban todo el tiempo, esos pequeños que corrían por la playa y competían por quién nadaba más rápido, era el fin de esta sus aventuras en el UA.

Ellos querían detener el tiempo en estos momentos, continuar buscando tesoros con esta tripulación, pero era el fin de aquellos piratas, luego de este día comenzarían un nuevo rumbo en sus vidas, ahora serían hombres normales viviendo en tierra firme.

Celebraron en el barco cuando se llevaron todo el botín de las profundidades del mar, esta misma noche partirían a Nueva York para terminar su recorrido.

Habían logrado obtener el tesoro De la Rosa y los muchachos estaban lejos de sentirse felices... pero Katsuki e Izuku aún debían vengarse.

Ya habían pasado unas cuantas semanas desde que desembarcaron en Nueva York, los integrantes comenzaron a separarse para buscar viviendas o simplemente viajar a otro estado para iniciar una nueva vida.

Aizawa compró una cómoda casa con varias habitaciones y All Might, el cual usaba su verdadero nombre para dejar el pasado atrás.

Todo parecía un extraño sueño para Katsuki e Izuku, como si los años que estuvieron surcando por los mares con UA jamás existieron. De seguro no volverían a ver a la tripulación nuevamente, en 2 días se marcharían en un barco rumbo a Escocia.

Era triste despedirse de esos años, pero siempre tuvieron presente la venganza, ya estaban listos físicamente para asesinar a esos soldados...

Nueva York, Febrero de 1864:

Izuku y Katsuki estaban parados observando el muelle desde el barco que los guiaría hacia Escocia, podían ver a Aizawa, Hitoshi y Toshinori despedirse.

El pecoso abrió su mano y observó el arete de Hitoshi, era triste no volverlo a ver, pero lo comprendía.

Hitoshi estaba cansado de vivir en un barco como pirata, deseaba vivir en Nueva York con su padre, tener una vida normal sin tener que luchar a muerte o las salvajes tormentas, no deseaba saber de sirenas y tritones, no quería volver a ver un Kraken.

Deseaba una vida feliz y pacifica.

-Extrañaré a Hitoshi- Dijo Katsuki con melancolía -Le prometimos que la próxima vez que vayamos a Nueva York debemos visitarlo y presentarle nuestro barco.

Izuku asintió y sonrió al ver aquella argolla que le sorprendió ver en su niñez, Hitoshi se la dio para que fuese una especie de representación de él en las aventuras que tendrían a partir de hoy.

Para aligerar el ambiente Katsuki dijo -Al final nos haremos pasar por americanos descendientes de irlandeses, cuando lleguemos a Escocia nos transformaremos en ingleses que tienen una madre irlandesa e de ahí el acento irlandés...

El peliverde comenzó a reír y dijo -Sí y deberemos vestirnos con traje y un sombrero de copa.

Katsuki rio ante el comentario, ya de por si odiaba ese traje que estaban usando.

-Podríamos rentar una mansión y fingir que somos unos Gentleman, tenemos tanto oro como uno- Dijo sonriente el peliverde, en una de sus maletas tenía demasiado oro.

El rubio hizo una mueca de asco, odiaba los términos y esos títulos que se colocaban los ingleses y su forma engreída a la hora de hablar.

-Sé que te molesta, pero si vamos a vivir en tierra firme por un tiempo, no podemos vivir de forma humilde si queremos encontrarlos rápido- Dijo Izuku con el ceño fruncido -Necesitamos codearnos entre esos hombres elegantes para conocer en esos aburridos bailes a los capitanes de los regimientos.

-Sí, pero te imaginas bailar con una mujer y que su madre ya esté hablando de compromiso- Dijo el rubio incómodo ante lo vergonzoso que sería.

-Kacchan te estás precipitando, dudo que sea de esa forma- Dijo con diversión el menor, debía admitir que sería gracioso ver a su mejor amigo en semejante situación.

-Oye, traje mis herramientas y mi preciada carabina...- Dijo con una sonrisa maliciosa, al fin podía hacer las cosas que quería sin que nadie le negara usar sus inventos.

-Excelente, solo no la saques a menos que sea de vida o muerte- Dijo con seriedad el peliverde, esa arma era un peligro para cualquiera.

Katsuki rio y pensó en las nuevas aventuras que se avecinarían, estaba emocionado por el futuro y lo que traería con ello, quería crear el mejor barco pirata de la historia y surcar los mares con Izuku.

El peliverde quería llegar pronto a su destino para finalizar de una vez por todas esa venganza, él deseaba comenzar un nuevo capítulo en sus vidas, uno donde dejaran atrás la sed sangre, quería aventuras con su mejor amigo y disfrutar de la vida en el mar.

Miraron el hermoso mar y sonrieron, pronto volverían a ser piratas...


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