El tercero era Sejanus.

Lucy Gray miró a Coriolanus.

—Lo escuche, en el distrito. — dijo Lucy Gray mirando a Coriolanus sostener el rifle. — Te han dado carta para enviarte al Dos.

—Así es.

—¿Puedes recuperar tu vida?

Él asintió con la cabeza, Lucy Gray suspiró. Buscó una de las cintas de cabello que Maude Ivory siempre deja en este lugar. Con cuidado envolvió los rifles en una lona y ató fuertemente con la cinta de cabello.

Aun con la lluvia mojándolos, dejaron caer los rifles, el peso los hizo hundirse hasta el fondo. Regresaron a la cabaña, esperando a que la lluvia terminara.

Lucy Gray nuevamente se entregó a Coriolanus, sabiendo que esta vez  seria la ultima vez estarían juntos.

Este chico nunca sobreviviría en el Norte o cuando ella ya no tuviera valor, se desharía de ella. Ella trazó con sus dedos la ancha y pálida espalda de Coriolanus.

Cuando la lluvia cesó y se volvieron a vestir, Coriolanus sacó una brújula de su pantalón y regresaron al Distrito Doce.

Tam Amber estaba a la entrada esperándolos.

—El Alcalde Lipp se ha suicidado — les dijo. — Su criada lo ha encontrado colgado en su habitación. Todos dicen que se volvió loco del dolor por perder a Mayfair.

Lucy Gray suspiró, con el alcalde muerto, no había nadie que cazara la cabeza de ella.

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No se despidió de Coriolanus en la estación de tren.

Pasó casi un mes dentro de su casa, hasta que pasó el tiempo adecuado según los estándares propios para superar una ruptura amorosa. Un nuevo alcalde fue elegido y era un hombre del Capitolio, con un niño y una esposa radiante.

El alcalde Christopher Gilbert y su esposa Lilianne.

Una semana después de que llegaron pidieron ver a Lucy Gray.

—Vimos tus juegos — dijo emocionada la señora Gilbert mientras le servía el té. Era hermosa con el cabello rojizo y grandes ojos almendrados — El Capitolio no para de hablar de ellos.

—Gracias — Lucy Gray tuvo que fingir un tono calmado. Aún tenía pesadillas con las serpientes.

—Ha llegado un telegrama del Capitolio — habló el Alcalde Gilbert — Quieres que vayas en una semana.

—¿Me quieren de vuelta al Capitolio? — preguntó Lucy Gray.

—Será el cumpleaños del presidente Ravinstill y él quiere que cantes en su cumpleaños — respondió el alcalde Gilbert.

Lucy Gray abrió su boca mientras sentía el pánico recorrer sus venas. No quería regresar a ese lugar donde algunos esperaban verla muerta.

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Cantó, con una artista pudo fingir alegría.

El presidente la elogió como la más encantadora de las mujeres que han existido en Panem. Ella fingió sonrojarse ante sus palabras.

El vestido dorado que le dieron para la ocasión daba la ilusión de que Lucy Gray se hubiera bañado en oro fundido.

A lo lejos vio a Coriolanus y un odio se formó en su pecho cuando escuchó que los Plinth lo habían nombrado el heredero de su fortuna y estaban pagando por su educación en la universidad.

—Es bueno ver que estás bien — le dijo tratando de hacerle conversación .

—No tan bien como tu, segun escuche — contestó mordazmente Lucy Gray antes de coger una copa de champagne de unos de lo meseros y alejarse de Snow.

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Nuevamente habían pedido su presencia para la Décima Primera Edición de los Juegos del Hambre.

Mags Flanagan rápidamente se convirtió en su amiga, le habían dado el privilegio de que se podían enviar cartas, pero siempre deben ser examinadas por el comandante del Distrito Doce y Cuatro.

Para ellas no les importó, estaban comunicadas, eso era suficiente.

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Conoció a Erik Everdeen en medio de una de las presentación del Covey en el Hob.

Era alto, de mirada grisácea, pero sobre todo era amable.

Le invitó un trago mientras Maude Ivory cantaba.

—Yo.... estoy nervioso — dijo Erik frotando el cuello.

—¿Por qué estarías nervioso? — sonrió Lucy Gray al lindo chico.

—Yo te he visto desde hace años — bajo la cabeza tímidamente — Y... eres muy hermosa y yo... yo solo soy tonto.

Lucy Gray rió un poco, bebió su trago justo cuando Tam Amber empezó a cantar una balada. Ella sin dudar sacó a Erik del asiento y lo arrastró a la pista.

La música era lenta y Erik Everdeen parecía sonrojarse hasta las orejas, algo que le pareció muy adorable a Lucy Gray, ella colocó sus manos sobre los hombros del chico.

—Me pareces muy adorable — le sonrió Lucy Gray. — Y tus ojos, son encantadores.

Erik bajó la cabeza, muy apenado ante sus palabras.

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Durante la edición Diecisiete de los Juegos del Hambre se hizo el anuncio del pago vitalicio a los Vencedores así mismo como la construcción de la Villa de los Vencedores.

Llamándolo una generosidad del Capitolio.

Lucy Gray sabía la verdad, aquello provocaría resentimiento dentro de los Distritos, separando a los Vencedores de las demás personas del Distrito, quieren que haya una brecha.

Aunque se sentía asqueada de tomar el cheque en sus manos, significaba que podía mantener al Covey.

Su relación con Erik fue floreciendo, él ascendió a capataz de las minas y empezaron a salir cada día que tenía libre.

Los dos a veces cruzaban la valla que fue colocada ( muy mal instalada) a las afueras del Distrito, pasaban sus tardes en el lago, explorandose mutuamente como una pareja enamorada.

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Obligadamente Lucy Gray salió varias veces al año al Capitolio.

Para alguna fiesta que solicitaba que ella cantara.

Para la fiesta que se daba luego del Tour de la Victoria donde cada Vencedor era obligado a dar un discurso a los Distrito, con tal de bajarles la moral. Lucy Gray agradeció a las deidades antiguas por jamás tener un tour de la victoria.

Para los Juegos.

Así que cada vez que regresaba a casa era un alivio para ella.

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Lucy Gray se casó con Erik Everdeen en el fin del otoño del año 24 D.D.O

Lucy Gray se mandó a confeccionar un sencillo pero lindo vestido de novia que se trajo del Capitolio, diseñado por Tigris Snow, la única amistad sincera que tenía en el Capitolio.También le hizo un velo a que llamó "Velo Julieta" con bordado de encaje precioso.

Ella decidió que un día este velo pasaría a su hija.

Con respecto a la ley, firmaron los documentos en el Edificio de Justicia.

 Al salir era la señora Lucy Gray Everdeen.

Muchos del Distrito los felicitaron por su matrimonio y los más cercanos a ellos, como los Nightingale, los boticarios, cuya hija era novia de Clerk Carmine, los sastres y el carnicero del disitor ( quien hacía negocios por debajo de la mesa con la caza ilegal de Erik), Miles Hawthorne que era el mejor amigo de Erik asistieron a la Tostada que se dio en la mansión de Lucy Gray en la Aldea de los Vencedores.

El Covey tocó y ella bailó alegremente en los brazos de su esposo.

Con su boda, pudo enterar cual rastro de sentimientos por Coriolanus Snow. 

N/a: 

Yo solo digo a que Coriolanus no le hace gracia la idea de que Lucy Gray este casada y embarazada. Solo digo. 

Vestido y velo de novia