Erik Everdeen creció en el Hogar Comunitario desde que tenía siete.

No podía recordar a su madre porque murió mientras daba a luz y su padre falleció por neumonía en invierno.

Así que cuando los Pacificadores lo sacaron de su casa de la Veta sólo podía llevarse lo que cupiera en una bolsa. Guardó los anillos de bodas de sus padres y el pequeño poemario que había sido de propiedad de su madre, libros de los mitos griegos junto a un libro de supervivencia de su padre

Los siguientes once años se pasó entre tratar de no ser cosechado para los Juegos y adentrarse más allá del padre, en el bosque, para salir a caza con los conocimientos adquiridos del libro.

Fue en uno de esos viajes que conoció a Miles Hawthorne y con la cercanía se hicieron amigos.

El día en que cumplió dieciocho, la matrona del Hogar Comunitario lo ayudó a inscribirse para las minas y le asignaron una casa en la Veta, que para suerte de él, fue en la que nació.

Un placer que tuvo desde que empezó a trabajar en las minas fue que muchos de sus compañeros lo invitaban al Hob, y fue en este lugar que vio a la reencarnación de la musa Calíope.

Tenía el cabello ondulado y su vestido lila se amoldaba a su pequeña y frágil figura.

—Buenas noches, Distrito Doce — dijo la musa vestida de lila mientras sostenía una guitarra — Ustedes ya nos conocen. Mi nombre es Lucy Gray Baird, pero como todos ustedes son mis amigos, me pueden decir Lucy Gray. Nosotros somos el Covey.

La musa empezó a presentar a cada uno de los miembros de la banda para luego empezar a tocar una canción.

I've seen good men spoiled

Chained to their jobs like hounds

They work and sleep, and work again

In the darkest nights, they howl

Erik dejó de lado su bebida para verla, su voz era suave pero tenía un poder que emanaba.

Their cries are a warning

To everyone following

No man should stand to work all of his days

And have nothing at the end of them

Lucy Gray se movió, los volantes de su vestido se giraron ante la pequeña danza.

I got no money, but the change that jingles in my pockets

Reminding me how little I have

And as for time, I am powerless to stop it

It keeps rambling on like a mad wandering man

Lucy Gray debió ser una especie de hechicera, por la forma en con solo la música captó la atención de muchos.

Su rostro parecía brillar por su sonrisa y sus ojos debían ser un arma mortal por como podía con una simple mirada ponerlo de rodillas.

Cuando terminó la canción, Miles lo empujó mientras le daba un vaso de licor.

—Anda, invitale un trago — lo animo.

—¿Estás loco? — dijo Jonah, un compañero de mina — Ella tiene quince.

—Oh, no sabía — se mostró apenado Miles antes de beberse el contenido del vaso. — Pero igual, ve a hablar con ella.

Erik miró hacia el escenario, el chico alto de cabello castaño, Billy Taupe se llamaba, rodeó a Lucy Gray por los hombros.

—No puedo, ella ya tiene a alguien — contestó Erik viendo a la pareja.

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Cuando el nombre de su musa fue anunciado por el alcalde Lipp para los Décimos Juegos, pensó que Mayfair Lipp era una chica muy egoísta por enviar a Lucy Gray a los Juegos por un chico.

Erik tuvo deseos de romperle la cara a Billy Taupe cuando la noticia que estuvo con Lucy Gray y Mayfair al mismo tiempo.

¿Cómo puedo cambiar a alguien tan bella y amable por una mocosa malcriada como lo es Mayfair Lipp?

Una parte de él se sintió complacida cuando Mayfair se retorció en el piso mientras chillaba, pero no duró mucho cuando el alcalde abofeteó a Lucy Gray frente a las cámaras.

Erik tuvo que ver como los Pacificadores se llevaban a su musa.

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Cuando Lucy Gray regresó al Doce, también llegó una sombra sobre ella.

Sus ojos ya no brillaban como antes de los Juegos y parecía cargar el peso del mundo sobre sus hombros.

Cuando la volvió a ver en el Hob, con su habitual sonrisa, Erik pensó que podría invitarla a beber algo, pero mientras cantaba sus ojos brillaron hacia alguien del público.

Erik en la misma dirección que Lucy Gray

Uno de los nuevos Pacificadores, a pesar de estar rapado se notaba que su cabello era rubio y tenía unos ojos azules que parecen embrujados.

Los dos se sonrieron mutuamente con adoración.

—¿Quienes son? — preguntó a Miles que al igual que Rosamund Flint, eran capaces de saber todo de todos.

—El rubio es del Capitolio — dijo Miles bebiendo de su botella — Por sus miradas supongo que el rubio conoció a Lucy Gray durante los Juegos.

Una pelea se desató y Erik vio como Lucy Gray salió huyendo del todo el caos con los ojos llenos de angustia.

Dos días después, durante su almuerzo en las minas, Miles consiguió información. Había gastado algunas monedas en galletas azucaradas que uso para sobornar a la prima más joven de Lucy Gray.

—Se llamaba Coriolanus Snow — susurró mientras comían — Según Maude, fue el mentor de Lucy Gray para los Juegos, dice que dejó el Capitolio para seguirla hasta el Doce.

—¿Dejó el Capitolio?

—Es obvio que lo desterraron — contestó Miles con obviedad — Pero como lo exiliaron, tuvo suerte de terminar en Doce donde está tu musa.

Erik sintió sonrojarse cuando Miles la llamó Musa.

Su amigo era un fisgón que leyó sus poemas, todos dedicados o inspirados en Lucy Gray.

—Tienes mala suerte amigo — le palmeó el hombro — Primero Billy Taupe y ahora el señorito del Capitolio.

—Que buen amigo eres, Miles — dijo con sarcasmos Erik.

—Gracias — sonrió Miles — ¿Para qué estamos los amigos?

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Un día, el Alcalde Lipp murió y Snow dejó el Distrito Doce.

Erik tuvo la valentía de hablar con Lucy Gray luego de cuatro meses después de la partida de Snow.

Le invitó un trago luego que terminara de cantar.

—Estoy... estoy nervioso —dijo Erik, frotándose el cuello.

—¿Por qué estarías nervioso? —su musa le sonrió.

—Te he visto durante años —contestó tímidamente mientras bajaba la mirada— y... eres muy hermosa y yo soy simplemente estúpido.

Ella soltó una risa y para Erik era el sonido más bonito del mundo.

Cuando Tam Amber empezó a cantar una balada, Lucy Gray lo sacó de su asiento hasta la pista de baile. Muy nervioso, Erik colocó sus manos en la fina y pequeña cintura de Lucy Gray.

—Me pareces muy adorable —sonrió Lucy Gray—. Y tus ojos son preciosos.

Erik bajó la cabeza apenado.

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Con el paso del tiempo, Erik Everdeen caminaba en sus días libres por el pueblo con Lucy Gray colgando de su brazo. Orgulloso de tener a la chica más bonita del distrito como novia.

Erik la consoló en las noches que ella pasaba en su pequeña casa de la Veta, había noches que se despertaba sollozando y Erik simplemente la rodeaba con sus brazos mientras susurraba palabras de consuelo.

Fue promovido como capataz de la mina tres y al fin con algo de estabilidad le propuso matrimonio a Lucy Gray.

En el otoño del año 24. D.D.O, vio a Lucy Gray con un hermoso velo y vestido confeccionado por su estilista del Capitolio. Erik quedó embobado porque el mismo notario del Distrito tuvo que llamar su atención para que firmaran el acta de matrimonio.

Erik salió del Edificio de Justicia del brazo con su esposa.

La cargó en brazos cuando cursaron el umbral de su casa en la Villa de los Vencedores rodeados de amigos y buenos deseos. Luego de tostar el pan y decir sus votos, comenzó la celebración.

Primero Lucy Gray cantó una canción compuesta para él y luego Erik recito el poema que escribió para ella.

Como una llama naciente

su mirada brilla intensamente.

Mi musa resplandece

como una aurora en la mañana

inalcanzable y deseable.

Cuando la noche llega,

se cuela entre mis sueños

y alimenta mis esperanzas.

Podría pasar eternidades

admirando su belleza

adorandola hasta el fin

de la vida y de los tiempos.

Si la vida me es arrancada

y mi alma encadenada

espero verla esperándome.

Y cuando llegue el atardecer

espero verte en los Elíseos.

Cuando terminó de recitar el poema, Erik vio lágrimas de amor en los ojos de su esposa.

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Perder a Carolina Scarlet fue el mayor dolor que vivieron los dos.

Los primeros meses, Lucy Gray se despertaba llorando con sus manos aferradas a su plano vientre.

Sollozando se culpaba de la muerte de su bebé.

—Su hubiera pedido a Ava que me vigilara — sollozó con el corazón destrozado — No había caído de la ducha y Carolina Scarlet...

Erik la abrazó, dejándola llorar por su bebé.

Los siguientes años pasaron tranquilos, aunque podía ver la tristeza en sus ojos cada vez que le llegaba el periodo.

Luego de saber que por el traumático evento de perder a Carolina Scarlet, a Lucy Gray se le complicaría tener hijos. Ambos decidieron que si debían ser los dos, podrían envejecer los dos juntos.

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Erik tuvo deseos de matar a Snow con sus propias manos cuando Lucy Gray le contó lo que le hizo.

Ella estaba vulnerable, llorando por Carolina Scarlet.

Los siguientes dos meses pasaron normales, con Lucy Gray pidiendo perdón cada vez que hacían el amor.

El martes, se despidió de ella como siempre cuando ella le deseo un buen día mientras le daba un casto beso en los labios. O fue un buen día hasta que sintió la mina temblar, todo se oscureció y el cielo se desplomó sobre él.

Su último pensamiento fue preguntado quién cuidaría de Lucy Gray. 

N/a: Te amo mucho Erik Everdeen. 

Fuste un personaje de corta duración pero fuiste mil veces mejor que Snow. Habrías amado a Icarus Denim y a sus hijas.