Erik vio a su esposa derrumbarse sobre la tumba de Carolina Scarlet.

Ella lloró sobre sus rodillas, el llanto era un sonido que mostraba lo afectada que estaba por la pérdida de su bebé.

Fiel a su palabra, hizo válida su semana de luto para estar junto a Lucy Gray en la pérdida de su hija, la sostuvo en todo momento.

Los días pasaron y las pesadillas volvieron a envolver a Lucy Gray.

Erik no era ajeno a las consecuencias de ser un vencedor de los Juegos.

Desde su cortejo hacia Lucy Gray podía ver las secuelas de los Juegos del Hambre en ella. Era sencillo, la conocía de lejos antes de ser enviada al Capitolio y como era a su regreso, las veces que ella se quedaba a dormir en la vieja casa de los Everdeen en la Veta se levantaba gritando, sacudiendo los brazos.

El Distrito Doce sabía que Lucy Gray Baird era la vencedora de los Décimos Juegos, pero jamás supieron como ella ganó sus juegos, excepto Erik.

Le tenían estrictamente prohibido hablar de sus Juegos, pero eran marido y mujer, así que él guardaba el secreto y se lo llevaría a la tumba.

En medio de la noche, abrazó a su esposa contra su pecho. Luego de darle a tomar té de lavanda, ella volvió a la tranquilidad del sueño mientras que Erik reflexiono sobre lo sucedido este mes y medio.

En especial la presencia de Snow en el velatorio de Carolina Scarlet, aun consumido por el dolor, Erik pudo analizar a Snow. La forma en que recorrió la casa con la envidia brotando de sus ojos embrujados.

¿Por qué Snow tendría envidia de este lugar?

No era el lugar, era Lucy Gray.

Cuando Maude Ivory era una niña, no paraba de hablar de como Snow y Lucy Gray compartían miradas cómplices y besos a escondidas. El hecho que Snow hiciera trampa para sacar a Lucy Gray de la Arena, el motivo porque él estuvo meses en el Doce.

Aun así, el hombre escogió al Capitolio sobre Lucy Gray. ¿Por qué lo miraba como si le hubiera robado algo?

Cuando su esposa se durmió, Erik salió de la cama y la habitación hacia el estudio que contaba la casa. En el escritorio de caoba Lucy Gray guardaba cada número del Capitol Magazine desde los Décimos Juegos que trataba sobre los Vencedores.

Rápidamente buscó el número de la revista que hablaba de la victoria de su esposa.

En la portada estaba Lucy Gray, con un impresionante vestido verde, rodeada de nueve estatuas de mármol.

"Lucy Gray Baird. Vencedora de los 10th Juegos del Hambre. Distrito Doce"

"Bajo la mentoría de Coriolanus Snow"

Con la luz de la lámpara leyó el artículo de la entrevista que los Vencedores debían dar luego de sus juegos.

Su esposa mencionó al Covey y su pasado como músicos nómadas. Una mentira sobre la generosidad del Capitolio.

Entre las páginas del artículo, había una fotografía de Snow y Lucy Gray. Ella en un vestido celeste y hojas de laurel en su cabello con Snow a su lado.

"Una vez que nos volvemos Vencedores" fueron sus palabras que le dijo Lucy Gray a Erik durante su noviazgo "Nos volvemos propiedad del Capitolio"

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—Debemos desmantelar la cuna y cerrar ese cuarto — dijo Lucy Gray en medio de la cena.

Todos bajaron sus cubiertos ante la palabra de Lucy Gray, Erik miró a su esposa.

—¿Quieres cerrar el cuarto de Carolina Scarlet? — preguntó Erik triste.

—No puedo mirar su cuarto sin que el corazón se parta en mil pedazos—contestó Lucy Gray con las lágrimas en los ojos — Pienso donar las ropas y las mantas que tejí para mi hija al hogar comunitario.

—¿Estás segura de esta decisión? — preguntó Maude Ivory.

—Es lo mejor — respondió Lucy Gray.

—El domingo lo haré, desinstalaré la cuna y cerraremos la habitación — le prometió Erik a su esposa.

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—Hola señor Mellark — saludó Lucy Gray entrando a la panadería.

—Señora Everdeen, señor Everdeen es un gusto verlos —sonrió Borek Mellark — Déjenme darles el pésame por su pérdida.

—Y los aceptamos con mucho gusto — dijo Lucy Gray. Luego de dos meses de confinamiento en la Aldea de los Vencedores al fin salía de su encierro autoimpuesto —¿Podemos hablar señor Mellark? Quisiera hablar un momento sobre una propuesta de negocio que beneficiaría a la panadería.

Su esposa había estado hablando con la matrona Sophia de auspiciar el envío de cuatro veces a la semana de pan fresco al hogar comunitario. Ahora quería negociar con Borek Mellark sobre este acuerdo, todo pagado por ella.

Estuvo presente cuando Lucy Gray habló con Sophia, le pidió perdón entre lágrimas por la muerte de Ember, la matrona simplemente la abrazó diciendo que no era su culpa.

Erik compró un panecillo lleno de queso y lo comió mientras su esposa hacía negocios. Rosamund Mellark le hizo señas para que se acercará.

—¿Cómo sigue ella? — preguntó Rosamund. La mujer del panadero era la mujer más chismosa del todo el distrito Doce.

—Está tomando su tiempo para recuperarse — contestó Erik.

—Oh, bueno, todo toma su tiempo — dijo Rosamund — Fanny Brann parece muerta en vida. Sus ojos parecen que ya no tiene alma.

—Las personas afrontan el duelo de maneras diferentes.

—¿Y cómo sigue usted, señor Everdeen?

—Apoyando a mi esposa

—Pobre señora Everdeen — dijo muy triste Rosamund — Se la veía tan feliz viniendo a la panadería por sus cupcakes.

La señora Mellark , aprovechando que no había muchos clientes en la panadería, empezó a decirle los chismes que recolectó en los últimos días.

—No es que quiera sonar chismosa — le dijo Rosamund — Pero vi a su cuñada, Maude Ivory , con ese chico Randall muchas veces.

—Frank es un buen chico

—Si, pero Fabian Cartwright también está interesado en su cuñada — le señaló Rosamund — Fabian es un buen chico, y la querida Maude Ivory tendría una cómoda vida en la ciudad, pero si se casa con Randall...

Erik evitó sentir molestia, Randall era uno de sus mineros, un chico de la Veta.

Era clara la diferencia entre comerciantes del pueblo y mineros de la Veta, pero a Erik lo trataban con amabilidad solo por ser el esposo de Lucy Gray.

Para su suerte, su esposa regresó con él, con una ligera sonrisa.

—Es un negocio hacer negocios contigo Borek — dijo Lucy Gray con un apretón de manos con el panadero.

—El placer es mío, señora Everdeen.

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Tuvo que pasar medio año para que Lucy Gray se sintiera preparada en volver a tener intimidad con su esposo.

En esos meses de luto hizo muchas cosas.

Siguió tejiendo mantas y ropa para el hogar comunitario.

Empezó a tener su pequeño jardín de flores y junto a Maude Ivory inició un pequeño negocio de mermeladas, y le dejaba casi toda la mayor ganancia a Maude Ivory que hace poco se comprometió con Frank Randall, un encantador chico de la Veta.

También regresó a cantar en el Hob junto al Covey los fin de semanas.

Lucy Gray aspiró ese aroma a bosque y ligeramente picante que Erik tenía. Sus manos se sostuvieron sobre su pecho, sentada sobre él, con su miembro dentro de ella.

Ella movió sus caderas ligeramente , buscando fricción. La mano derecha de Erik estaba sujetándola por la cadera mientras la mano izquierda apretaba uno de sus pechos.

—Eres tan hermosa — dijo Erik con la voz ronca.

Lucy Gray se inclinó para besarlo, podía sentir su orgasmo formarse dentro de ella, cerró sus ojos queriendo disfrutar de las sensaciones que su esposo le brindaba.

Él dejó de besarla.

—Mi hermoso pájaro cantor — dijo, pero no era la voz de Erik.

Ella se separó y vio a Coriolanus debajo de ella, Lucy Gray jadeo y se bajó de él. Rápidamente se cubrió con sus brazos con su cabeza oculta en sus rodillas.

—¿Lucy Gray?

Ella alzó su mirada y se encontró con Erik viéndola preocupado.

—¿Estás bien? — preguntó mientras le frotaba la espalda.

Lucy Gray se quedó callada.

Maldita sea Coriolanus Snow. ¿Por que luego de meses la atormentó de esta manera?

—Si, estoy bien

Por primera vez, Lucy Gray le mintió a su esposo. 

N/a: Lucy Gray esta viviendo la verdadera vida Cottagecore en el Distrito Doce. Con su conejo mascota, tejiendo, bordando, con su casita con jardín mientras prepara mermeladas. 

Me gusto el chiste en el canon de que hicieron pasar a Gale como primo de Katniss, así que este fic es canon. Ya que Maude Ivory será abuela materna de los Hawthorne por parte de Hazelle. 

Y la portada de Lucy Gray rodeada de nueve estatuas de mármol hacen referencia a los nueves vencedores anteriores y como no tienen nombre ni rostro a los ojos del Capitolio.