Capítulo 7
Erik sintió la mano de Maude Ivory en su brazo cuando el tren llegó al Doce.
No solo estaban ellos, también estaba la familia Brann y la matrona Sophie para recoger los cuerpos de los chicos.
La primera en bajarse fue Bethany Goldenstein, ella le dio un breve saludo a la matrona y los Brann antes de dirigirse a ellos. Antes de que ella pudiera hablar, una segunda persona bajó del tren.
De cabello claro que casi parecía platinado y ojos azules fríos como el invierno mortal en el Doce, bien vestido con ropa negra y una rosa blanca en el pecho. Lo vio una vez, en un anuncio del Capitolio. Y años atrás, con un grupo de soldados y algunas veces sentado en el Hob mirando a Lucy Gray.
Coriolanus Snow.
—Familia Everdeen-Baird — dijo el comandante Miller acercándose a ellos — Les presentó a Coriolanus Snow, el actual Head Gamemaker. — Miller miró a Snow — Señor Snow, la familia de la Vencedora Baird.
—Es un gusto volver a verlos — dijo Snow mirando solo al Covey — Es una pena que sea en estas lamentables circunstancias.
El Covey devolvió la cortesía para luego Barb Azure tomar el control de la conversación.
—Coriolanus, él es Erik Everdeen, el esposo de Lucy Gray — lo presentó Barb Azure.
Los dos se miraron brevemente y Erik no perdió el odio que irradiaba los embrujados ojos de Coriolanus Snow.
—Un gusto, señor Everdeen — dijo Snow extendiendo su mano en un saludo.
Erik aceptó el saludo y dijo: —Gracias, es bueno conocer a alguien que aprecia mucho a mi esposa.
El apretón de mano de Snow hacia él se hizo un poco más fuerte. El comandante Miller les indicó que los siguieran para recoger el ataúd.
Caminaron en silencio, al llegar vio a la señora Brann aferrada al ataúd de Kieran, lloraba por su niño mientras la matrona Sophie permaneció en silencio mirando el ataúd de Ember.
Los pacificadores indicaron que era momento de llevarlos.
En el Doce hay dos caminos al morir, si tenían dinero suficiente tendrían tumbas sencillas con una lápida mientras lo que no se podían permitir aquello eran enterrados en una fosa común.
La familia Brann hizo los arreglos y pago correspondiente para una tumba para Kieran mientras que Ember al ser huérfana sería enterrada en una fosa común. Erik no tocó el dinero de su esposa y con sus ahorros compró una tumba y una lápida para su hija.
Un pacificador cargaba un pequeño ataúd. Erik apretó los puños, clavando sus uñas en las palmas de sus manos.
—¿Puedo abrir un momento el ataúd de mi hija? — preguntó Erik al comandante Miller.
El Comandante Miller asintió con la cabeza al pacificador y este abrió la tapa del pequeño ataúd. Erik se acercó y vio a su hijita adentro, vestida con un adorable vestido rosado y un gorrito con encaje blanco.
Si no fuera por el color casi gris de su piel, podría fundir que Carolina Scarlet solo estaba durmiendo. Erik tocó levemente una de sus mejillas, estaba fría, él bajó la cabeza y empezó a llorar.
Alguien lo abrazó por detrás y sabía que Maude Ivory.
El pacificador cerró el ataúd de Carolina Scarlet. Tres ataúdes pasaron por el pueblo antes de llegar al cementerio, en el Distrito se podía solicitar ayuda para cavar una tumba o eran las mismas familias las encargadas de aquello.
Antes del arribo del tren, a primera hora de la mañana, Erik, el señor Howard Brann y un chico del hogar comunitario cavaron las tumbas correspondientes.
Algunos chicos del hogar estaban en la zona de las fosas comunes, algunos se despidieron de Ember antes que el mismo chico que cavó la tumba cubrieran los restos de Ember Gladston.
Los Brann y los más allegados, dieron unas palabras de despedida. La señora Fanny Brann colocó un sencillo caballo de madera sobre el ataúd, el señor Brann lo llamó "mi querido hijo y mi orgullo" antes de que cogiera una pala y lo enterrara.
Todo el Covey, los Nightingale, los Hawthorne y cualquiera que tuviera consideración o un poco de amistad con Lucy Gray estuvieron para el entierro de Carolina Scarlet.
Fue Maude Ivory quien tocó en la guitarra de Lucy Gray la melodía de la canción por la Carolina llevaba ese nombre. Una canción que la madre de su esposa escribió antes de la rebelión y Lucy Gray quería honrar a su madre llamando así a su hija.
Antes que Tam Amber cubriera la tumba, una rosa blanca cayó sobre el ataúd. Todos los presentes vieron a Snow tirar esa rosa, muchos lo veían con evidente odio, era un hombre del Capitolio en el entierro de dos tributos y una bebé.
•────── ✾ ────── •
Coriolanus fue invitado a la casa de Lucy Gray en la Aldea de los Vencedores.
El lugar claramente tenía la energía de Lucy Gray. Una calidez que su amado pájaro cantor irradiaba por naturaleza.
En una esquina había una jaula con un conejo de color gris durmiendo, Barb Azure dice que es la mascota de Lucy Gray.
Tam Amber lo guió hacia la sala, donde permanecieron el resto del Covey y algunos cercanos a ellos. Una mujer rubia llamada Azalea entró a la cocina junto a la sra. Hawthorne a preparar algo de beber.
Barb Azure abrazaba a Maude Ivory, quien seguía sollozando desde el entierro.
Coriolanus estudió al esposo de Lucy Gray.
Era de su estatura, su cabello oscuro y ojos azul oscuro, tenía ojeras violetas y aprecia que no durmió en días.
Era un hombre .... sencillo.
Al menos no era alguien patético a primera vista como lo fue Billy Taupe Clade.
Estaba sentado frente a Coriolanus, estaba encorvado, con sus codos apoyados sobre sus piernas mientras un hombre le frotaba la espalda, debían ser algún familiar o amigo por las palabras que le decía.
El resto del Covey estaba deicidio, Tam Amber mirando a la ventana fumando un cigarro y Clerk Carmine entrando a la sala con sus dos tazas humeantes de algo.
—Un poco de café — dijo Clerk Carmine entregandole una taza de café a Coriolanus.
—Gracias, Clerk — aceptó la taza Coriolanus.
Luego le dio la taza a Everdeen, él tenía los ojos rojos causados por las lágrimas. Coriolanus se levantó de su lugar y empezó a recorrer la sala. Cerca de la ventana que daba al jardín había una silla con cojines de colores y un caballete de bordado con un trabajo a medio terminar.
Era una especie de paisaje, Coriolanus lo reconoció como el Lago a kilómetros del Doce.
—Lucy Gray estaba trabajando en ese bordado — escuchó la voz de Maude Ivory a su lado.
Era sorprendente cómo había cambiado, ya no era la niña de rodillas huesudas que se aferraba a Lucy Gray. Era una joven con un largo cabello amarillo maiz que caia hasta su cintura.
—No sabía que Lucy Gray sabía bordar — dijo Coriolanus.
—Encontró placeres en otras actividades además de la música — contestó Maude Ivory — El bordado y el tejido.
Coriolanus bebió su café, sencillo y algo insípido en comparación al que tomaba en el Capitolio. Luego de algunos minutos, fue rodeado por Barb Azure y Tam Amber.
—¿Qué fue lo que sucedió? — preguntó Barb Azure — Cuando nos avisaron nos dijeron que Lucy Gray se cayó en la ducha y que perdió a la bebé por el golpe.
—Eso fue lo que dijo la doctora — contestó Coriolanus — Se ha roto el brazo y se desgarró algunos tendones del hombro izquierdo.
—¿Cuando regresara a casa? — ahora fue Tam Amber quien preguntó.
—El Dr. Lee dice que posiblemente estará recuperada en mes y medio — respondió Coriolanus — Ya fue dada de alta del hospital y se está hospedando en mi departamento.
—¿Tu departamento? — escuchó la voz de Everdeen.
Él se había levantado de su lugar mirando fijamente a Coriolanus. Todos los presentes los estaban viendo a los dos.
—Mi prima Tigris es buena amiga de Lucy Gray , y yo, como su antiguo mentor — empezó a explicar Corioanus, resaltando el hecho que fue el que ayudó a Lucy Gray a ser la vencedora del Doce — queremos lo mejor para ella. No se preocupe, señor Everdeen, tenemos a disposición una excelente enfermera y mi prima gustosa cuidara bien de Lucy Gray en su recuperación.
Coriolanus se preguntó qué tanto sabía Everdeen de su antigua relación con Lucy Gray.
Everdeen respiró profundamente y no dijo nada, ya que el hombre de nombre Miles lo tomó del hombro y le susurró algo al oído. Fueron unos minutos tensos hasta que el timbre de la casa sonó, Maude Ivory salió corriendo a abrir la puerta y regresó al minuto con una cacerola en las manos.
—Rosamund Mellark nos acaba de enviar otra cacerola de guisado de conejo — dijo Maude Ivory antes de dirigirse a la cocina.
—Es mejor que vayas a comer amigo — le recomendó el amigo de Everdeen — No has comido nada desde ayer.
Los Hawthorne llevaron a Everdeen a la cocina mientras Coriolanus camino hasta la chimenea. En el borde había fotografías, reconoció algunas como los recuerdos que Lucy Gray tenía del Covey antes de los días oscuros y una fotografía que era reciente.
La foto de bodas de Lucy Gray con Everdeen.
Su pájaro cantor lucía hermosa en el vestido que Tigris le confeccionó, su cabello perfectamente peinado y con el velo delicado sobre su cabeza, con su brazo entrelazado al de Everdeen.
El estómago le ardía de la molestia, porque Lucy Gray debió ser su esposa, la señora Snow, en vez de eso, era la señora Everdeen.
Al atardecer, Barb Azure le entregó una pequeña valija diciendo que eran la pijama mas comoda de Lucy Gray y cosas que posiblemente necesitaría en el Capitolio mientras se recuperaba
Mirando una última vez a Erik Everdeen, se despidió de todos y regresó al tren.
N/a: Alguien una vez me dijo que en un duelo, es bueno enviar comida, ya que en esos momentos la familia muchas veces olvida comer.
Y siendo la comida un bien escaso en distritos pobres como el Once y Doce, enviar una cacerola es una muestra de cariño para la familia en tiempos de perdida.
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