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Capítulo 54

Katniss despertó con el pequeño cuerpo de Prim acurrucado a su lado y Buttercup a sus pies.

Cuando se movió un poco, la bestia que su hermana llamada mascota le siseó mostrándole los colmillos. Katniss logró liberarse de las suaves mantas y salió de la cama, se sentía un poco agotada al ser la vigilia de un sueño tranquilo para Prim.

Con cuidado salió de la habitación de Prim para dirigirse a la suya, se sentó al borde de su cama pasando su mano por su rostro. Miró el reloj en su mesita de noche y se dio cuenta que apenas eran las seis de la mañana.

Como cada año en el día de la Cosecha, su padre debería estar dando un largo paseo por el bosque en solitario. Así que Katniss se vistió para el día, tal vez buscaría una excusa para ir a la panadería por unos minutos.

Caminó por los pasillos de la casa y vio la puerta del cuarto de su abuela abierta. Ella aún vestía en ropa de dormir y extendido sobre la cama estaba el vestido de arcoiris, Katniss conoce la historia del vestido.

—Buenos días abuela — saludó Katniss entrando a la habitación de su abuela.

—Buenos días Katniss Silver — le saludó con leve sonrisa.

—Es un lindo vestido — dijo Katniss mirando el vestido, muy llamativo, hermoso pero Katniss sentía que no era para ella.

Se notaba el paso del tiempo y una muestra de su paso por la Arena hace sesenta y cuatro años atrás. Estaba gris y polvoso en algunas partes, algunos volantes coloridos estaban rasgados.

Katniss no podía imaginarse a su abuela, de dieciséis, usando ese vestido en un ambiente hostil como lo era la Arena de los Juegos.

Su abuela nunca hizo que arreglaran el vestido, simplemente lo dejó guardado en una caja.

—¿Primrose Olive sigue dormida? — preguntó su abuela guardando nuevamente el vestido en la caja.

—Abrazada a su feo gato — contestó Katniss — Me voy, quiero ver si mamá necesita algo. Tal vez vaya a dar una vuelta.

—¿Con algún chico? — preguntó su abuela.

Katniss se sonrojó levemente, simplemente le dio un beso en la mejilla antes de irse. Bajó por las escaleras y vio a tío Haymitch en la sala de la cocina con un libro aburrido del Capitolio sobre matemáticas o algo relacionado con matemática y una taza de café, que probablemente tenía un chorro de algún licor mezclado.

—¡Katniss Silver, que bueno que estas despierta! — la saludó mamá acercándose a ella. Le entregó unas monedas en la mano — Necesito que vayas a la panadería y comprar el pan para el desayuno.

Katniss sonrió un poco ante la oportunidad que se le daba.

—Pero no te demores mucho conversando — le dijo mamá — Necesitamos desayunar.

Katniss accedió, pasó a lado de Haymitch y lo saludó antes de regresar a su aburrido libro.

La mañana era agradable, una ligera ventisca de julio. El recorrido de la Villa de Vencedores hasta el pueblo era de casi diez minutos, ella pasó por las calles y observó como todos parecían cautelosos.

Katniss tenía la costumbre de siempre dirigirse a la puerta trasera, incluso si iba a comprar. Tocó la puerta un par de veces y fue Peeta quien abrió.

—Hola — saludó Peeta con una sonrisa mientras se limpiaba las manos llenas de harina en su delantal.

—Hola — Katniss se acercó y le dio un beso en los labios. Las fuertes manos de Peeta se posaron en su cintura y se besaron unos segundos más.

Cuando se separaron, Katniss apoyó su cabeza en el hombro de Peeta.

—¿Sucedió algo? — preguntó Peeta acariciándole la espalda.

—Prim despertó gritando a media madrugada — contó Katniss — Tuvimos que darle el té especial de mi madre para que volviera a dormir. Soñó que decían su nombre, es su primer año, debe estar aterrada.

—Su nombre va estar una sola vez — la reconfortó Peeta — Uno en miles.

—Uno en miles — repitió Katniss.

Ella se enderezó y le entregó las monedas, Peeta regresó a la cocina y un par de minutos después salió con una bolsa de papel.

—Hay una sorpresa para ti dentro de la bolsa — le sonrió Peeta entregando la bolsa de papel que irradiaba calidez.

Katniss abrió la bolsa y vio un bollo de queso.

—Gracias Peeta — dijo Katniss para luego darle un pequeño beso cerca de la boca.

—Nos vemos luego de la cosecha — se despidió Peeta.

Y que las probabilidades estén de nuestro lado.. — imitó Katniss la chillona voz de Effie Trinket.

• ────── ✾ ────── •

Luego del desayuno y el medio día cada uno haciendo sus cosas pasó por el cuarto de sus hijas. Primrose Olive se miró al espejo jugando con unas de sus trenzas rubias.

—Cuidado con la colita de patito — dijo Icarus Denim a su hija, ella le dio una leve sonrisa y se arregló su blusa blanca.

Salió de la habitación y pasó por la puerta de Katniss Silver.

Su hija mayor estaba ya lista. Con un vestido celeste que tía Tigris le obsequió, su cabello perfectamente peinado y con un maquillaje conservador.

Katniss Silver estaba sentada en su cama, barajando el mazo de tarot en sus manos.

—¿Pensé que tenías la regla de no leer las cartas en día de Cosecha? — le cuestionó Icarus Denim a su hija.

—No las estoy leyendo, solo estoy barajando el mazo para calmar mis nervios — contestó Katniss Silver aun moviendo las cartas con una expresión seria.

—Bueno, ya es hora de irnos — le indicó Icarus Denim.

Katniss soltó un lamento y dejó las cartas en su velador de noche, luego se colocó unos tacones bajos del mismo color de su vestido.

Icarus Denim rodeó a su hija con su brazo y le besó su pálido cabello rubio.

Dos años.

En dos años más y Katniss Silver sería cosechada.

• ────── ✾ ────── •

Coriolanus observó en su  sala de estar la cosecha anual.

Caesar Flickerman y Claudius Templesmith comenzaron con su transmisión con sus comentarios habituales para luego dar inicio con el Distrito Doce.

El alcalde del Doce dio su discurso establecido por el Capitolio en el día de la Cosecha y luego dio paso al Tratado de la Traición.

—...y los vencedores del Distrito Doce — dijo el alcalde — Icarus Denim Everdeen, vencedor de los Quincuagésimo segundos Juegos del Hambre..

El hijo de Lucy Gray subió al escenario, con la frente en alto. Avanzó hasta sentarse en los lugares designados para los Mentores del Distrito

—...Haymitch Abernathy, vencedor de los Quincuagésimo Juegos del Hambre y Segundo Vasallaje de los Veinticinco.

Él subió al escenario para luego sentarse junto al hijo de Lucy Gray.

— Lucy Gray Baird — anunció el alcalde — Vencedora de los Décimos Juegos del Hambre.

Coriolanus vio como Lucy Gray subió al escenario. Estaba usando un sencillo vestido verde y sobre sus hombros estaba el chal anaranjado que Coriolanus le regaló hace más de sesenta años atrás.

Una vez anunciado a los vencedores, la escolta del Doce tomó el micrófono.

—Bienvenidos a la cosecha de los Septuagésimo cuartos juegos del Hambre — dijo la escolta animadamente — Y que las probabilidades estén de su lado.... Primeros las damas.

La escolta caminó hasta el cuenco. Coriolanus sabía que solo había dos papeles con el apellido Everdeen escrito.

—Primrose Everdeen — leyó la escolta.

Coriolanus miró hacia la pantalla sorprendido. Ese nombre no debía ser pronunciado todavía.

—¡Everdeen! — dijo Flickerman con entusiasmo — Debe ser una de las hijas de nuestro maravilloso Icarus...

La pantalla enfocó a una niña de doce años al mismo tiempo que mostraba a los mentores. Lucy Gray había tomado la mano de Abernathy con la mirada ida mientras Everdeen parecía furioso.

La niña avanzó a pasos lentos hacia el escenario hasta que se escuchó una voz en la multitud,

—¡Soy voluntaria!

La chica más grande apareció en pantalla, con un cabello rubio más pálido que la niña pequeña.

—Me parece que hay una voluntaria — dio la escolta mientras en la pantalla se veía como la chica mayor abrazaba a la pequeña niña. Coriolanus intuyó quién era.

La cámara mostró como la mayor daba instrucciones pero la niña pequeña se negó, hasta que un chico alto de cabello oscuro salió de la formación y se llevó a la pequeña Everdeen hasta donde estaban los padres.

—En este distrito es la primera vez que hay una voluntaria

La chica caminó con la cabeza en alto mientras era escoltada por cuatro pacificadores. Con un paso seguro y una expresión sin miedo, en su brazo derecho brillaba una pulsera en forma de serpiente que se enroscaba en su muñeca.

La misma mirada y caminar seguro de Lucy Gray hace sesenta y cuatro años, solo que esta vez no había una serpiente real o una chica retorciéndose en el piso.

La chica subió al escenario siendo esperada por la escolta que animada la tomó de los hombros y la colocó frente al micrófono.

—¿Cómo te llamas? — preguntó la escolta.

—Katniss Silver Everdeen — contestó y Coriolanus observó fijamente a la chica.

Al verla bien se dio cuenta que no tenía casi nada de Lucy Gray. Su piel era pálida como su cabello rubio, esos ojos azul plateado miraron hacia la cámara sin miedo mientras dos estrellas plateadas brillaban de sus orejas.

—¡Una voluntaria en el Distrito Doce! — se emocionó Templesmith en la tenamicion desde el Capitolio — ¡Y nada menos que la hija mayor de Icarus Everdeen!

—Creo que se cansó de esperar a ser llamada — bromeó Flickerman — Mirala Claudius. Hace tiempo que el Doce no tenía un tributo hermosa. ¡Esos ojos!

La cámara mostró a la señorita Everdeen. Sus ojos no mostraron miedo como siempre, sino que tenía una mirada serena, muy diferente a la mirada de emoción que los tributos profesionales.

—Y el tributo masculino... — anunció la escolta leyendo el papel — ¡Peeta Mellark!

Coriolanus se dio cuenta del cambio en los ojos de la señorita Everdeen, ella giró su cabeza hacia donde estaban la formación de hombres. Sus ojos pasaron de serios a temerosos, ella siguió con la mirada al chico que era escoltado hasta el escenario.

—¡Con ustedes a los tributos del Distrito Doce! — presentó al escolta — ¡Katniss Everdeen y Peeta Mellark!

Ella los hizo darse la mano, el chico tenía lágrimas en los ojos y Everdeen lo miraba con miedo.

Cuando los dos fueron llevados al interior del Edificio, Coriolanus apagó la televisión.

Se preguntó cómo salió el nombre de la nieta menor de Lucy Gray. Se suponía que solo había dos papeles: uno para la mayor y otro para la menor. Con la instrucción que ambos papeles permanecieran el fondo del cuenco enterrado entre los miles.

Había un procedimiento para evitar que el hijo o familiar de un vencedor fuera cosechado hasta que llegara su momento, la mayor debería tendría solo cinco, pero los otros cuatros eran papeles de chicas al azar para engañar los números.

¿Que había pasado para que saliera el nombre de Primrose Everdeen antes de tiempo?

N/a: ¡Bienvenidos a los 74th Juegos del Hambre!

¿Qué pasó? Se preguntaran, el cuenco fue revuelto y los papeles se movieron, por lo que Prim fue cosechada por mala suerte. 

El procedimiento que menciona Snow es suplantación. Ese signifca que durante los años de Icarus Denim solo había un papel con su nombre y los otros eran rellenados por chicos al alzar. 

Por ejemplo, si uno debía tener cinco papeles al final tenía seis para rellenar ese espacio, por lo que algunos tenían papeletas de más, y cuando llegó el momento de Icarus Denim, todos los papeles tenían su nombre. 

El vestido de Katniss de la Cosecha: 

Sus aretes: 

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