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Capítulo 49

Fue en el decimocuarto cumpleaños de su primogénita que sintió su cuerpo vibrar de orgullo cuando con una sola flecha, Katniss Silver derribó ella sola a un ciervo muy pesado.

Icarus Denim tenía razón cuando dijo que su hija llegaría a un nivel superior al de él a su edad.

Él tenía diecinueve años cuando derribó sin ayuda a un ciervo, Katniss Silver lo hizo a los catorce.

—Lo hiciste bien, mi luz — dijo Icarus Denim abrazando a su hija por los hombros y dándole un beso en su pálido cabello.

Con el paso del tiempo, Katniss Silver cada día iba pareciendo una Snow en apariencia. Su largo cabello rubio pálido y sus ojos. Tía Tigris le enseñó fotografías de los Snow, ya sean sus tíos o sus abuelos, Katniss Silver había tomado pequeñas cosas de ellos para enmarcar todo en su presencia.

Solo esperaba que la ceguera parcial de Snow no se fijará en los rasgos de Katniss Silver.

Icarus no dejaba de lanzar cumplidos a su niña mientras preparaban el ciervo, desde quitarle la piel, donde Icarus Denim se la vendería a los Cartwright para que hagan bolsos o lo que hagan con la piel. Vendería la parte de la carne a Rooba y la otra parte a Sae para sus sopas misteriosas.

Algo para Cray para que mantuviera la boca cerrada.

Ellos tendrían un pedazo de carne y los Hawthorne.

Luego de trabajar por horas en el ciervo, Gale se llevó el hígado del ciervo para Flann, el perro que rescataron de ser parte de una de las sopas de Sae y que servía como guardián de las gallinas que ahora vivían en un gran corral en el casa de los Hawthorne en la Veta. El nombre de Flann se lo dio la pequeña Possy al confundir el pelaje del perro con ese delicioso postre que Icarus Denim trajo del capitolio.

Gale le dio una gran abrazo a Katniss Silver, levantándose algunos centímetros del suelo antes de bajarla e irse con parte del botín.

Primero fueron donde Sae que los recibió con alegría al ver la carne de ciervo.

—Tu niña es muy hábil — dijo Sae sonriéndole a Katniss Silver, ella se sonrojo levemente ante las palabras de la mujer.

—¿Verdad? — sonrió Icarus Denim con mucho orgullo — Mi luz es una chica maravillosa.

—Algún día, un chico se la van a llevar de tu casa.

—No juegues con eso Sae — dijo Icarus Denim con total seriedad.

La anciana rió y le apretó una de las mejillas de Katniss Silver deseándole feliz cumpleaños.

Luego del Hob fueron hacia Rooba que parecía extasiada ante la presencia de carne de ciervo fresca, mucho mejor de los cortes de no tan buena calidad que llegan desde el Distrito 10.

Hacer negocios con Rooba era sencillo, la mujer tenía el hábito de no regatear y dar un precio justo.

—¿Y tú lo derribaste? Por la carne pareció ser un ciervo de gran tamaño — dijo Rooba contando los billetes.

—No, fue mi preciosa primogénita que lo hizo — contestó Icarus Denim sonriendo.

—¿Lo derribaste tú, Katniss? — preguntó Rooba interesada.

—Si, señora — contestó Katniss con una leve sonrisa — Con solo una flecha en el ojo.

Rooba sonrió y le entregó el dinero a Icarus Denim, pero él negó con la cabeza y señaló a Katniss Silver.

Su hija cazo al ciervo, ella se merecía el dinero.

—Te lo ganaste, mi luz — dijo Icarus Denim al ver a Katniss Silver tomar el dinero — Puedes gastarlo en lo que quieras.

Katniss Silver sonrió, se despidieron de Rooba, con los Cartwright habló de la piel y que en unos días ya estaría curtida, Icarus Denim negoció el precio de la piel y cerraron el trato.

—¿Ahora dónde quieres ir? — preguntó Icarus Denim a su hija.

—¿Podemos ir hacia el costurero? — dijo Katniss Silver — Quisiera comprar algo.

Icarus Denim aceptó pensando que tal su hija quería cintas nuevas para su cabello. Al llegar, fueron recibidos por la hija adolescentes de los costureros, tenía diecinueve y había sobrevivido a las cosechas y ahora maneja el negocio.

—¡Buenos días señor Everdeen! ¡Katniss! — saludó Elizabeth con una sonrisa — ¿Qué puedo hacer por ustedes?

Icarus Denim devolvió formalmente el saludo de la señorita Silk

—Quisiera ver que tienes maquillaje disponible — pidió Katniss Silver.

¿Maquillaje?

Icarus Denim vio a su hija y se dio cuenta de algo.

Katniss Silver ya no era niña, era una adolescente.

Elizabeth regresó con una gran caja y le empezó a mostrar los cosméticos que tenía a su disposición. La señorita empezó a explicar los beneficios de cada producto diciendo que están hechos de forma artesanal y totalmente naturales.

—Mucho mejor que los venden el Capitolio — susurró la señorita Silk con diversión.

Rimel para las cejas a base de cera natural.

Khol para delinearse los ojos a base de rosas

Agua de rosas para darle un tono rosáceo a sus mejillas y labios.

Una variedad de bálsamos labiales caseros.

Katniss Silver usó el dinero de su cacería para comprarse maquillaje.

—¿Cuánto tendrás tiempo libre para leerme las cartas? — preguntó interesada la señorita Silk a Katniss Silver — En unas semanas será mi Tostada y quisiera saber si todo irá bien.

—Mañana que es sábado tengo el día libre — dijo Katniss Silver — Puedes venir a verme al medio día.

La señorita Elizabeth sonrió ampliamente, Icarus Denim sabía que la señorita Silk se casaría con Phyl Mellark, ya que el muchacho era maestro de educación física en la escuela cediendo la panadería a uno de sus hermanos menores, ya que también ayudara en el negocio de los Silk.

Al salir atrajo a su hija por los hombros pensando en qué momento dejó de ser una pequeña niña que usaba el cabello en dos trenzas.

Icarus Denim amaba a sus dos hijas de manera equitativa, pero cuando veía a Primrose Olive podía ver la pureza e inocencia del mundo encapsulado en una tierna niña de amables ojos azules. Tan parecida a Calla Violet, desde muchos rasgos físicos hasta ese don por la sanación.

En contraste estaba Katniss Silver, la representación del sigilo y la precisión, una niña con el alma de guerrera.

Icarus Denim temía por el día en que Primrose Olive pise la Arena de los Juegos, puede que ella sepa lanzar cuchillo con una puntería casi perfecta, pero su hija menor estaba destinada a sanar no a matar, él sabía que Primrose Olive sería una de las primeras en caer.

A diferencia de Katniss Silver, ella tenía el estómago para disparar sin que la mano le temblara, casi podía ver la sed de victoria emanar sobre sus ojos azules.

Muchas veces se preguntaba si ese brillo codicioso era herencia de los Baird o era la sangre Snow mostrandose en su primogénita.

•────── ✾ ────── •

Katniss fue invitada al brindis de Lizzy y Phyl, sola, ya que la invitación solo estaba a nombre de Katniss.

Su mamá se emocionó diciendo que aquello era bueno, ya que ser invitada sola significaba que ya no era considerada una niña, así que la dejó irse a la fiesta, no sin antes colocarle un pequeño abrecartas en un de los bolsillos escondidos del vestido, en caso de cualquier emergencia.

La acompañó hasta la residencia que se le sería asignada a los Lizzy y Phyl, uno cerca de la tienda con un pequeño sobre con algo de dinero, un regalo para los recién casados. Papá también talló en madera un hermoso adorno de dos palomas que representaba a los novios y que servirá para que cuelguen las llaves de su nuevo hogar.

Al llegar, se sentó en una de las sillas tratando de no arrugar su vestido, era muy lindo y de tela suave al tacto de un color naranja suave.

—Hola Katniss — Peeta se acercó a ella con una sonrisa, en su mano tenía dos vasos de limonadas.

Peeta le entregó uno de los vasos y se sentó a su lado, los dos observaron como las tías de Lizzy organizaban la mesa donde estaba el pastel de bodas y algunos bocadillos.

—Yo hice las galletas — señaló Peeta.

—¿Y de qué sabores? — preguntó Katniss.

—Vainilla, regaliz, avena — empezó a contar Peeta — El pastel es de crema y fresas. Phyl hizo el relleno y yo hice las flores con la crema pastelera.

—Es un lindo pastel — sonrió Katniss — Hiciste un buen trabajo.

Peeta sonrió y se quedaron conversando un rato más. Katniss le contó que antes de que su papá regresara al Capitolio fueron hacia el Hombre Cabra porque quería comprar una cabra para que Rooba sacará carne, pero Prim sollozó al ver una con la pata herida al borde de la muerte.

—... papá compró la cabra para Prim — contó Katniss— Prim logró curarla con ayuda de mamá. Le puso un lazo rosa y la llamó Lady.

Peeta se rió.

—Si Prim quiere negociar con el queso de su cabra que no dude en ir a la panadería — dijo Peeta.

Los dos rieron y comenzó el brindis. Phyl entró a su nueva casa con Lizzy en brazos, la nueva señora Mellark sonrió ruborizada, el vestido de novia era sencillo pero lindo, con un encaje casero que ella presumió que empezó a hacer desde los once años.

Los invitados aplaudieron, luego observaron cómo tostar el pan y se dieron de comer mientras decían sus votos matrimoniales, luego cantaron la tradición nupcial del Distrito.

La cena se sirvió y Katniss no se separó de Peeta en toda la noche, hasta que alguien le pidió a Katniss que cantará algo.

Un poco sonrojada empezó a cantar una de las canciones que su padre tocaba en el Capitolio en las extravagantes bodas.

L is for the way you look at me

O is for the only one I see

V is very, very extraordinary

E is even more than anyone that you adore can

Katniss aplaudió levemente y tratando de tararear las partes sin letras al ritmo aprendido, algunas parejas bailaron en la sala. El señor Mellark sacó a su esposa a bailar, que por primera vez no tenía la expresión de bruja amargada.

Love is all that I can give to you

Love is more than just a game for two

Two in love can make it

Take my heart and, please, don't break it

Love was made for me and you

Phyl y Lizzy bailaron con una sonrisa, ella apoyó su cabeza en el hombro de Phyl.

Love was made for me and you

Love was made for me and you

Cuando terminó la canción todos la aplaudieron, al momento de comer pastel ella se sentó disfrutando del delicioso sabor de crema con fresas.

—Es una pena que estuvieras cantando — dijo Peeta.

—¿Cante mal? — preguntó Katniss.

—No, al contrario, tienes una linda voz — se sonrojo Peeta — Es que me hubiera gustado bailar contigo.

Katniss sintió sus mejillas ruborizarse. Los dos se sentaron juntos comiendo pastel, Katniss mencionó que ahora sentía porque su abuela extrañaba mucho tocar con el Covey cuando los contrataban para bodas.

Katniss se tuvo que repetir a las nueve de la noche para irse a su casa, les deseó felicidad a Phyl y Lizzy, los novios le entregaron un gran pedazo de pastel para mamá, Prim, la abuela y Haymitch.

—Mañana le enviaremos un pedazo al señor Clade — dijo Phyl.

Katniss salió de la casa y escuchó a Peeta llamarla, diciendo que la acompañaría hasta su casa, en el camino siguieron hablando de cualquier cosa. Katniss señaló las estrellas y empezó a hablar acerca de las constelaciones.

Mientras caminaban empezó a hacer frío y Peeta colocó su chaqueta sobre los hombros de Katniss.

Ella pudo percibir el olor a canela que la hizo sentir cómoda. 

N/a: Estamos más cerca de que el Everllark sea realidad. 

Icarus Denim conoce bien a sus dos hijas, sabe que por mucho que entrene a Prim, ella es demasiado gentil para los Juego, a diferencia de Katniss que ha sido forjada para un día pisar y salir victoriosa de la Arena. 

Icarus Denim al ver que su hija se hace adolescente: 

Flann, el perro guardián de los Hawthorne. Si, aquí apoyamos a los perros callejeros. Recuerden, no compren, adopten.

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