En los Juegos 71th de los Juegos del Hambre, Hester Klein logró llegar a las últimas ocho para esperanza del Distrito Doce, ya que la última vez que una chica del Distrito estaba entre los últimos en pie había sido Donna Mellark hace veinte años atrás.

Katniss observaba cada año los Juegos con una libreta en mano, analizando cada arena y sobre todo a los profesionales.

Hester tenía razón cuando dijo que era alguien lista. Solo con una mochila, logró hacerse un arma improvisada atando una roca del tamaño grande a una soga, un arma rústica pero que la salvó de morir a manos de un chico del Distrito Nueve.

Al principio del Juego, Hester se había aliado a la chica bajita del Distrito Siete, Johanna Mason. Ella se aferraba a un hacha como una niña pequeña a un peluche, las dos compartían muchas cosas, como ser las hermanas mayores.

Hester y Johanna bromeaban entre ellas, con el paso de los días hasta que llegaron a ser parte de las últimas ocho.

El capitolio envío camaras para entrevistas a las familias y amigos de los tributos, su papá había llamado indicando que no diera entrevista, ya que desde que eran pequeñas, su padre hacía lo que estaba a su alcance para no estar en el ojo público del Capitolio, aunque la abuela no ayudaba mucho ya que mostraba fotografías de Katniss y Prim a sus amigos vencedores.

Hester Klein murió a dos días de que acabaran los Juegos. El tributo del Distrito Uno, interceptó a Hester y Johanna, el chico era demasiado alto y fuerte que con absoluta sencillez empujó a Hester a través de un barranco alto que en el fondo tenía piedras puntiagudas.

Katniss se quedó congelada cuando una de las piedras atravesó el cuello de Hester. Johanna Mason en un rápido movimiento blandió su hacha por el cuello del profesional del Uno, casi decapitándolo.

Johanna Mason se había inclinado un poco sobre el barraco y no había apartado su mirada de Hester hasta que sonó el cañón y Hester dejó de respirar.

El nombre de Rigel fue lo último que pronunció Hester Klein antes de morir.

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Fue el primer día del inicio del nuevo año escolar en Agosto que Peeta vio a Katniss llorar.

La clase de matemática fue la última antes de la hora del almuerzo, para suerte de Peeta, los dos compartían esa clase. Cuando sonó la campana ella salió corriendo con su bolso abierto, y de su prisa por irse del salón se calló su libreta de apuntes.

Peeta recogió la libreta y buscó a Katniss por todos lados, y la terminó encontrando en el armario del gimnasio. Estaba en un rincón con sus rodillas cerca de su pecho y sus manos cubriendo su rostro.

—¿Katniss? — la llamó Peeta, ella alzó la mirada.

Su rostro estaba mojado por sus lágrimas y su nariz ligeramente enrojecida.

Ella rápidamente se limpió con el dorso de su mano las manchas de lágrimas.

—¿Qué quieres, Peeta? — preguntó mordazmente.

—Se te cayó — contestó Peeta extendiendo la libreta de apuntes — ¿Y queria saber si estabas bien?

Ella miró al piso y negó con la cabeza, Peeta dejando de lado su timidez se sentó junto a Katniss y la tomó de la mano.

Ella volvió a llorar, apoyó su cabeza sobre el hombro de Peeta. Se quedó así algunos minutos sollozando hasta que no hubo más lágrimas.

—¿Quieres hablar?

—La clase de matemática me recordó mucho a Hester — dijo Katniss limpiándose las lágrimas de los ojos.

Peeta aun no podía olvidar la muerte de la chica de su distrito, de cómo pudo ver como se ahogaba con su propia sangre.

—¿Conocías a Hester? — preguntó Peeta, hasta el momento no conocía a alguien quien hubiera sido cosechado.

—Era nuestra niñera — contestó Katniss — Ella me ayudaba con mi tarea de matemáticas. Hester era una buena chica, siempre serena y con mucha paciencia.

—Lo lamento mucho

Katniss se quedó en silencio, la realidad de los Juegos era algo con lo deben vivir todos los jóvenes hasta los dieciocho, y una verdad absoluta que todo el Distrito Doce conocía era que cuando Katniss Everdeen tuviera dieciocho, su nombre saldría seleccionado.

Y Peeta tenía miedo que ella jamás regrese.

Pensando que tiempo estaba en contra de ellos, decidió ofrecer su amistad a la chica de sus sueños.

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Algo había cambiado desde los Juegos y Gale lo supo. Tal vez era que Katniss estaba siendo más severa con ella misma en los entrenamientos o que él estaba empezando a ver bajo otra perspectiva que no fuera su compañera de caza y la estaba viendo como una linda chica.

Gale y Katniss rara vez se sentaban juntos en los almuerzo en la escuela, pero siempre estaba pendiente de ella.

Lo que había cambiado era que Katniss ya no se sentaba sola con Madge Undersee, sino que había dos personas más en la mesa habitual de Katniss y Madge, Peeta Mellark y Delly Cartwright.

Madge como siempre estaba callada y leyendo una los periódicos que el alcalde recibía del Capitolio a comparación de la muy animada hija de los zapateros que fisgoneaba las cartas de tarot de Katniss. La chica mostraba cada carta y Katniss explicaba lo que podría significar.

—¿Otra vez suspirando por la luna ? — preguntó Issac, uno de sus compañeros de clase y vecino.

La luna, así llamaban algunos de la Veta a Katniss, su cabello era un rubio pálido que resaltaba incluso de los niños comerciantes. Issac suspiraba sonrojado algunas veces por Katniss cuando ella y el tío Icarus Denim pasaban para saludar a algunos conocidos y llevaban su fructífera cacería.

—No seas idiota — dijo Leevy dándole una palmada en la cabeza a Issac — Gale y Katniss son primos.

—Primos segundos — corrigió Gale.

—Claro, sigue diciendo eso para convencerte que no es raro que te guste la chica con la creciste toda la vida — se burló Leevy.

—El señor y la señora Everdeen también crecieron juntos — dijo Issac en defensa de Gale.

—Si, pero ellos no comparten sangre — señaló Leevy — La viuda Everdeen era prima de la abuela de Gale, lo que los hace primos. Y no es que quiera sonar malvada — Leevy miró a Gale — ¿Crees que eres el único interesado en Katniss Silver Everdeen? Puedo hacerte la lista completa si deseas.

Gale dirigió su mirada nuevamente a Katniss, ella agarró uno de los bollos de queso que Mellark tenía para el almuerzo. Mellark le sonrió y Katniss le devolvió la sonrisa.

—No importa los demás — dijo Gale — Lo importante para Katniss es la aprobación del señor Everdeen...

—Y en eso tienes la ventaja — lo animó Issac dándole unas suaves palmadas en el hombro— El señor Everdeen te tiene mucha estima. Estoy seguro que se pondría contento si Katniss se presenta como su novio....

Y esas palabras le dieron esperanzas a Gale.

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Lucy Gray rió contenta cuando Katniss Silver y Primrose Olive corrieron a abrazarla cuando las fue a recoger de la escuela.

—¡Llegaste pronto abuela! — sonrió Primrose Olive.

—Bueno, su padre está en el Capitolio y Haymitch igual — dijo Lucy Gray a su nieta pequeña. —Así que decidí regresar con ustedes. Pronto será octubre y quiero pasar el otoño junto a mis dos amores. Y tengo una sorpresa para Primrose Olive.

Los ojos de su nieta se abrieron de emoción al escuchar la palabra sorpresa.

Antes que las tres se dirigiera a la Aldea de los Vencedores, uno de los chicos Mellark se acercó a Katniss entregando una libreta de apuntes, los dos se despidieron con los ojos brillando.

Lucy Gray no pasó por alto la sonrisa de su nieta mayor.

Caminaron en silencio hasta que Lucy Gray preguntó.

—¿Y el joven Mellark? — preguntó Lucy Gray — ¿Es tu amigo?

Katniss Silver sonrió un poco sonrojada y asintió con la cabeza. Por un momento se recordó a sí misma cuando pensaba en cierto encantador chico de la rosa blanca que se fue hace mucho tiempo.

Caminaron hasta llegar a la casa, Lucy Gray se estiró un poco sintiendo un leve dolor de rodillas, consciente que ya no era la energética mujer que era hace casi dos décadas, tenía casi setenta y siete años, y el tiempo no había sido muy amable con ella desde su cirugía de estómago.

Al llegar, Primrose Olive chilló de emoción al ver al gato que estaba en el transportador de mascotas. Su nieta pequeña abrió el transportador para sacar al pesado y gran gato de color naranja.

—Abuela, es horrible esa cosa — le susurró Katniss Silver — ¿De donde sacaste esa cosa?

—Lo encontré vagando por las calles — contestó Lucy Gray — Estaba lleno de sarna y pulgas, me dio tristeza ver su oreja arrancada que lo lleve a un veterinario. Como no tenía collar ni nada que identificara que tuviera dueño, decidí traerlo conmigo.

—Eso no parece un gato, luce más como un muto — señaló Katniss Silver.

Lucy Gray vio un poco de la paranoia de CC en Katniss Silver ante lo desconocido. Si bien el gato no era el ejemplo de la belleza animal por su la mitad de su oreja arrancada o lo aplastado de su rostro, no era para que Katniss Silver lo llamara muto.

—¡Su pelaje es hermoso! — declaró Primrose Olive — ¿Es niño o niña?

—Niño — contestó Lucy Gray.

—¡Entonces se llamará Buttercup! — dijo Primrose Olive — ¡Le voy a enseñar la casa!

Primrose Olive salió disparaba con el gato en brazos mientras le enseñaba la casa con una gran sonrisa.

—También tengo algo para ti — dijo Lucy Gray tomando su bolso de viaje, con cuidado sacó un joyero que vio mejores días.

Lo puso en manos de Katniss Silver, su nieta se sentó en el sillón de la sala y abrió la caja. Adentro estaba la vieja bisutería que las chicas Covey usaron antes de los Días Oscuros, o por lo menos las de su mamá Meredith Cyan y sus tías.

La bisutería de la señora Sandra Minth Clade, Billy Taupe las vendió a escondidas de Clerk Carmine, así que Katniss no tenía nada de su bisabuela Clade, y las pocas joyas de Azalea se repartirán entre sus dos nietas cuando fueran un poco más grandes.

Y la que fueron de Barb Azure, Karen se las dio para Katniss Silver y Primrose Olive antes de morir a inicios de febrero pasado. 

—Oh, abuela son hermosas — dijo Katniss Silver observando de cerca la pulsera en forma de serpiente que Lucy Gray usaba de joven.

Ella se había llevado las que eran de ella al Capitolio para que las pulieran y las bañaran en plata las que estaban totalmente opaca, ya que era el color que más usaba Katniss Silver en sus aretes.

—Son joyas de las chicas Covey — sonrió Lucy Gray.

—Oh, — se mostró interesada Katniss Silver — ¿Pero y tía Hazelle? ¿Y Prim?

—Hazelle Dion conserva la bisutería de Maude Ivory, que pasarán a Possy o a sus futuras nueras — contestó Lucy Gray — Y cuando Primrose Olive tenga un poco más de edad podrán compartir la bisutería.

Katniss sonrió viendo la sencilla bisutería, un recuerdo de días donde el Covey vivía en constante viaje, cuando el mundo no era tan oscuro. 

N/a: Ya iniciamos con el Everllark. Y demos la bienvenida a Buttercup, no se preocupen, Lady la cabra también hara aparición. 

Solo Issac, el amigo de Gale es el único que apoya que Gale y Katniss sean novios, los demás son fieles seguidores al Everllark. 

Y Gale está muy delulu si piensa que Icarus Denim lo tiene como el mejor prospecto para Katniss solo por ser hijo de su mejor amigo. Chico es chico y todos los chicos no serán del agrado de Icarus Denim por el momento. 

*Se muere Hester*

Johanna: Bueno, es momento de dejar salir a la bestia. *procede a matar al resto de tributos*