Capítulo 43
Katniss Everdeen podía presumir a la edad de cinco años que podía practicar dos instrumentos musicales a la vez.
La melódica que era de su mamá y una ocarina que su abuela le regaló en su cumpleaños número cinco.
Era receso, y Katniss trajo consigo su melódica, apartada en un rincón del gran patio y alejada de los demás miró las partituras en su regazo.
Era una vieja melodía que Katniss Silver había escuchado a su mamá tocar muchas veces.
—¿Con que ahi andas, Catnip? — preguntó una voz conocida, Katniss giró su cabeza, aun con su boca sobre la boquilla de la melódica.
—Hola Gale — lo saludó Katniss. Era bueno verlo al fin después del mediodía de clases.
Gale se sentó junto a él y dejó su bolsa de papel con su lonch junto a la bonita lonchera metálica que su papá le había traído en el Capitolio, era de las muñecas con olores a frutas que muchas niñas en el capitolio le gustaban. Y a Katniss igual, su papá le había comprado todas, y le encantaba el olor variado a frutas.
—¿Qué trajiste? — preguntó Gale.
—Fruta picada, galletas de avena — dijo Katniss abriendo su lonchera para enseñar su contenido — ¿Y tú?
—Sandwich de huevo — contestó Gale —¿ Te daré la mitad de mi Sandwich si me das dos de tus galletas.
—De acuerdo — accedió Katniss, su mamá le había enviado cuatro galletas, así que no habría nada de malo darle la mitad a Gale.
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Icarus Denim habría querido mantener la inocencia de su hija un poco más de tiempo, pero los niños en los Distritos tenían el tiempo contado.
El tío Miles lo empezó a entrenar a la edad de cinco años y él empezó a entrar a Katniss Silver y Gale de manera simultánea, puede que su hija ya tenga su nombre listo para ser pronunciado a la edad de dieciocho, no tentaria a la suerte a dejar al hijo de su mejor amigo sin preparación en caso de que tuviera mala suerte y fuera cosechado.
Al principio les enseño a ambos niños a tener un equilibrio por los troncos caídos, las lesiones leves por caídas siempre resultaban jugar en contra con el paso del tiempo en la arena.
El comandante Miller había sido cambiado por un nuevo comandante más idiota y que era más sencillo de sobornar. Cray casi parecía resplandecer de felicidad cuando Icarus Denim le pasaba silenciosamente un fajo de generoso dinero a cambio de que se asegurara que la valla no permaneciera encendida y que volteara a otro lado ante la preparación de su hija y sobrino.
—Lo estas haciendo muy bien, Kat — dijo Icarus Denim al ver a su hija avanzar por el tronco mohoso.
Sus pasos eran lentos pero seguros, tenía los brazos extendidos buscando equilibrio.
Katniss Silver dio un mal paso y resbaló cayendo al piso, Icarus Denim prácticamente salió como una flecha en dirección a su hija mientras Gale se reía de fondo.
—¿Estás bien, Kat? — preguntó sacudiendo la tierra de sus pantalones y camisa.
Algunas hojas y ramas se quedaron atascadas en las trenzas rubias de su hija.
—¿Puedo intentarlo nuevamente? — preguntó emocionada.
—¡No es justo! ¡Es mi turno! — protestó Gale acercándose a ellos.
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—¿No son hermosas? — preguntó la señora Everdeen mostrando un retrato de sus dos nietas.
Brutus estaba detrás de Enobaria, que miraba las fotografías.
En un sencillo marco de bronce doble había en cada división la fotografía de cada niña. La mayor de cinco años sentada con una muñeca de trapo sobre su regazo, tenía una pequeña sonrisa y una diadema celeste a juego con el vestido del mismo color.
Lo que más llamó la atención de Brutus fueron los embrujados ojos azules que tenían un toque plateado.
La otra fotografía era de una bebé, con un rubio más cálido y grandes ojos azules como el cielo. Ataviada en un vestido rosa con encajes y dos lazos de encaje blanco en su cabello.
—Son lindas — dijo Enobaria con un toque de tristeza y envidia.
Ella había recibido una puñalada en el vientre minutos antes de ganar y el daño fue grave al punto que en vez de reparar, los médicos simplemente decidieron extirpar el útero por completo.
Enobaria había llorado noches enteras en los brazos de Brutus al ver que el Capitolio le había arrebatado su deseo de ser madre, pero él la consoló diciendo que este no era un mundo adecuado para traer niños.
—¿Y ya estás entrenando a tu hija? — preguntó Brutus a Everdeen que se estaba sirviendo comida del buffet.
—¿Quién dice que la estoy entrenando?— contestó Everdeen con seriedad.
—Tu madre logró entrenarte — dijo Brutus — Y sabes que cuando llegue el momento tu preciosa hija.... ¿Katherine?
—Katniss Silver — corrigió Everdeen mientras se sentaba en una mesa y Brutus se sentó frente a él.
—Cierto, Katniss Silver — contestó Brutus robandole una papá gratinada a Everdeen de su plato — Será cosechada. Es más probable que en el vasallaje , ya que para esa edad ella ya tendría diecisiete. La hija de un vencedor en un vasallaje es el escenario ideal para la gente del Capitolio.
La academia se estaba preparando para un posible vasallaje y que reglas serían instauradas, solo fue Lyme la que mencionó a la niña Everdeen y que para esas fechas ella ya sería una posible tributo.
—¿No tiene caso mentirte, verdad? — preguntó Everdeen cortando su filete de cordero.
—No, las Academias de Profesionales estudian tus juegos como preparación teórica —continuó hablando Brutus, le chasqueó los dedos al mesero que le sirvió un vaso de coñac — La fabricación de armas nunca había pasado por la mente de los entrenadores hasta tus juegos. Aún no hemos llegado a tu grado de perfección, deberías dejar las instrucciones escritas.
Las Academias tenían las grabaciones desde los Onceavos Juegos hasta los más recientes, todo para poder estudiar a fondo la Arena y sus respectivos vencedores. No tenían las grabaciones de los Juego de la señora Everdeen, cuando preguntaron, el encargado dijo que hubo un error técnico y que solo se conservaron la llegada de los tributos y las entrevistas.
—Ustedes los profesionales tienen una gran ventaja sobre los demás distritos que me daré el gusto de ser egoísta y guardarmelo para mi — sonrió Everdeen antes de llevarse un trozo de cordero a la boca.
Brutus rió por la respuesta de Everdeen.
—Pero te dire algo, Brutus — dijo Everdeen — El día que mis hijas pisen la Arena de los Juegos, no están indefensas.
—No puedo esperar el día en ver en acción a tu hijas — sonrió Brutus alzando su vaso de coñac en forma de brindis — Sobre todo la mayor, vi esos ojos, ella le dará pesadillas a sus contrincantes en la Arena.
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Peeta Mellark tenía siete cuando cayó por completo en el encanto de Katniss Silver Everdeen.
Su padre decía que era un niña adorable mientras su madre decía que debía ser una especie de criatura de los bosques por lo antinatural y embrujados que eran sus ojos azules.
Fue a finales del año, donde empezaba a nevar con más frecuencia que se dio cuenta la belleza que muchos en el Distrito decían de las Chicas Covey de antaño fueron todo heredado en Katniss.
Ella había entrado a la panadería en los brazos del señor Everdeen.
El señor Everdeen saludó a papá con una sonrisa y bajó a Katniss para que viera los postres en el mostrador y escogiera el que más le gustaba.
Peeta estaba sentado en un taburete junto a la caja registradora, balanceando sus piernas mientras veía a Katniss analizar cada galleta, postre o tartaleta rellena.
—¿Este debe ser su tercer hijo, verdad Brick? — preguntó el señor Everdeen con su vista fija en él.
—Si, es mi hijo Peeta — sonrió papá acariciando el cabello ondulado de Peeta.
—Buenos días señor — saludó Peeta con una ligera sonrisa al señor Everdeen.
El señor Everdeen sonrió en respuesta, en un movimiento alzó a Katniss en sus brazos.
—¿Ya conoces a la luz de mis ojos? — sonrió el señor Everdeen — Es mi hija Katniss Silver.
Peeta se dio cuenta que Katniss tenía algo de nieve acumulada en su trenza coronada, formando como una diadema de nieve y escarcha.
Ella lucía tan pura como la nieve recién caída.
N/a: Escribo este capitulo ahorita porque mañana tengo una entrevista de trabajo.
El señor Everdeen va a vivir en esta historia, así que Katniss esta destinada a ser una niña de papá, pero tiene sigue teniendo cosas de la Canon!Katniss como su poco talento para socializar.
En este Panem existen las muñecas de Rosita Fresita ( los modelos de los 80') así que era obvio que Icarus Denim le compraría muñecas a su hijas.
Te amo Peeta chiquito. Aquí Peeta y Katniss son pololos antes de los Juegos, así que su drama amoroso en la Arena es 100% real.
Icarus Denim está entrenando a Gale y eventualmente, Gale le enseñara a sus hermanos.
Y si, puede que probablemente Katniss le canté Pure As Driven Snow a Peeta en los Juegos mientras están en la cueva.
Yo escribiendo la ultima línea:
El retrato de las Everdeen que Lucy Gray lleva consigo:
La lonchera de Katniss:
La colección de muñecas de Katniss.
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