Lucy Gray corrió hacia donde los tributos esperaron a sus mentores. Felicito a Eliza antes de abrazar a su hijo y llenarle el rostro de besos.

—Estuviste maravilloso, mi niño — dijo Lucy Gray.

—¿Qué te puedo decir, mama? — dijo con una sonrisa presumida — Soy el Covey, somos maravillosos por naturaleza.

Lucy Gray rio por las palabras de su hijo.

Andromeda guió a los cuatro hacia el piso Doce, después de dejar a Eliza durmiendo. Ella, Haymitch e Icarus Denim , que se cambió de ropa, bajaron hacia el salón de mentores donde probablemente ya estaban en su reunión de anual con alcohol.

—¿Esto esta permitido? —preguntó su hijo.

—Los mentores no van a decir nada — contestó Lucy Gray.

Entraron al salón y como predijo Lucy Gray, la mayoría de mentores ya tenía un vaso de licor en las manos.

—¡Lucy Gray! — la primera en notar su presencia fue Mags que se levantó y la abrazó.

Todos los mentores se fijaron en ellos tres.

—Hola Icarus Denim — saludó Mags a su hijo.

—¿Tía Mags? — preguntó confundido, Icarus Denim conocía a algunos vencedores solo por su voz a través de llamadas telefónicas y regalos que siempre le enviaban por su cumpleaños.

Aún conservaba el oso de peluche que Woof le regaló cuando nació, solo que su repisa junto a viejos libros. Al igual que el carillón de viento hecho de conchas marinas que Mags le regaló para su quinto cumpleaños.

Mags rio y lo abrazó, luego Woof le estrechó la mano y le revolvió el cabello.

—Si que es alto tu muchacho — dijo con diversión Woof.

—Mi esposo si que era un hombre alto — sonrió Lucy Gray — Icarus Denim heredó la altura de su padre.

Los vencedores que conocieron a Icarus Denim cuando nació, lo saludaron efusivamente diciendo que era bueno volverlo a ver luego de tantos años.

—Tu muchacho parece tener buena condición física — dijo Brutus mirando fijamente a Icarus Denim — Alguna actividad física que hagas siempre, muchacho.

—Me gusta recorrer el límite de la valla en mi bicicleta — contestó Icarus Denim.

Los mentores de los tributos profesionales empezaron a hacerle preguntas a Icarus Denim, tratando de averiguar si se había estado preparando para los juegos. Estaban evaluando para luego darle aviso a sus tributos.

Icarus Denim entendió lo que pasaba, así que decidió hablar lo mínimo de su entrenamiento secreto.

Luego de unos minutos, Lucy Gray le dijo a su hijo que era momento de que se vaya a descansar, ya que mañana iniciarán el entrenamiento.

—¿No vas a venir conmigo? — preguntó Icarus Denim

—Yo iré contigo — dijo Haymitch pasando su brazo por los hombros de Icarus Denim y terminando el vaso de brandy que Chaff le sirvió.

—Ohhh ¿Quieres que te cante una canción de cuna y te de un vaso de leche tibia? — preguntó Lucy Gray con un tono de burla a su hijo.

A ella le gustaba jugar así con su hijo, sobre todo cuando su hijo señalaba que era un hombre, pero a los minutos quería que le hiciera piojito en el cabello como cuando era niño.

—No,no, no — dijo Icarus Denim abochornado — Mejor me iré a descansar.

Lucy Gray le dio un beso en la mejilla y sus dos chicos se fueron, cuando estuvo con sus compañeros mentores, se acercó a la barra y le pidió al bartender un vaso del licor más fuerte que tuviera.

Una vez con su vaso en mano, Tressa Spectra se acercó a ella.

La vencedora del Seis, la abrazó. No se necesitaron palabras para decir algo, ambas eran madres, Tressa perdió a su hijo en los juegos hace más de ocho años, y ahora Icarus Denim sería arrojado a la Arena.

—Hice lo mejor que pude para entrenarlo — dijo Tressa con lágrimas en los ojos — Pero no pude hacer mucho en mi distrito. Siempre gris y con esa sensación de claustrofobia en donde vivimos.

Las dos estaban apartadas, Lucy Gray nunca mencionó el entrenamiento de Icarus Denim, si bien podía empatizar con Tressa, no revelaría las habilidades de su hijo.

—Yo sé que Icarus Denim puede partirle la nariz a alguien — contestó Lucy Gray — Al menos sabe pelear.

—¿Tu muchacho sabe pelear? — preguntó Brutus.

—No sacaras información de mí, Brutus Gunn —respondió Lucy Gray señalándolo con su vaso antes de beberse el licor de un solo trago.

—¿Por qué tanto secretismo, Lucy Gray? — volvió a preguntar Brutus.

—¡Porque estoy molesta! — gritó Lucy Gray — He pasado dieciocho años complaciendo a Snow y miren como paga. Me prometió que mi hijo estaría a salvo.

—Si te somos sinceros, Lucy Gray — dijo Honorius mezclando vodka, brandy y whisky en un vaso con hielo — Nosotros nunca confiamos en este trato. Snow jamás iba a cumplir su trato, sobre todo sabiendo que el capitolio saliva por los familiares de vencedores, sobre todo tú, que eres la más popular.

Lucy Gray miró a todos sus compañeros vencedores, los más contemporáneos a ella, todos le dieron la razón a Honorius.

—¿Entonces fui una idiota con la esperanza de que mi hijo estuviera libre del destino de los juegos? — dijo con clara molestia.

Todos sus compañeros asintieron con la cabeza y Honorius le pasó el vaso con la mezcla de licores a Lucy Gray.

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Tigris consiguió las dos muestras para hacer la prueba de paternidad en Icarus Denim y Snow.

Había confiado en Henna para que lo fuera a hacer por ella y con absoluta discreción.

La noche en el desfile, sus miedo se confirmaron cuando vio al hijo de Lucy Gray frente a ella.

Era un calco de Coryo, el mismo rostro y hasta la voz, sin contar el encantador acento del Doce, era todo Snow.

¿Cómo Lucy Gray no vio a Snow en su hijo?

Icarus Denim era Coryo.

Esperaba recopilar más pruebas y pensaba si Snow sospechaba algo de Icarus Denim o se negaba a ver la verdad frente a él.

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Coriolanus llamó a Lucy Gray la noche del desfile, pero ella le mandó un mensaje diciendo.

"No estare disponible, quiero pasar cada minuto que me queda con mi hijo"

Y desde ahí no había contestado sus llamadas o sus mensajes. Julius estaba molesto con él, sabiendo que Lucy Gray estaba aterrada con el hecho que su hijo estaría en la Arena.

Julius jamás había mostrado descontento con los Juegos, pero al saber que Lucy Gray estaba ligada de manera más personal este año.

—¿Sabes el daño que esto le puede causar a mi mamá? — preguntó Julius.

Toda la vida su hijo se había referido a Lucy Gray como mamá, mientras que cuando mencionaba a Livia, la llamaba madre.

Por supuesto, Lucy Gray fue esa figura materna toda la vida y Julius amaba el tiempo en que ella permanencia cada año en el Capitolio.

—El chico fue cosechado — dijo Coriolanus mirando a su hijo — No hay nada que podamos hacer.

Julius no dijo nada, solo salió del estudio sin siquiera despedirse.

Coriolanus revisó la grabación del Desfile de tributos.

El chico no tenía mucho, casi nada de Lucy Gray, exceptuando ese don natural para llamar la atención. Su altura opacaba a su compañera tributo en la carroza, era alto y con la frente en alto. Mientras Lucy Gray tenía los ojos castaños y brillantes como los de una cierva del bosque, su hijo tenía los ojos azules ligeramente grisáceos.

En el día de la cosecha, el chico solo protestó cuando la escolta del Capitolio dijo erróneamente su nombre pero sin inmutarse o mostrar miedo, caminó con paso firme hasta el escenario.

Como si fuese consciente de que este día llegaría.

Por supuesto, Coriolanus había esperado dieciocho años.

Había dos caminos en este escandio. Si el muchacho muriera en la Arena, Lucy Gray sería sacada del Doce de manera inmediata, pero si el muchacho se coronaba como vencedor, tendría que esforzarme el doble que los antiguos vencedores, porque Coriolanus no se lo pondría sencillo.

Si el muchacho ganaba, aunque no tenía muchas esperanzas en verlo triunfar por ser el hijo de otro hombro, sería amable con Lucy Gray, después de todo ella se había comportado de manera complaciente con él, por lo que no sería puesto en la lista de clientes.

Miró fijamente la proyección del chico, había algo que lo incomodaba con su sola presencia. 

N/a: Ustedes se preguntaran como Tigris tiene una muestra de ADN de Snow. Facil, ella suele tomar el té con Lucy Gray en el departamento donde antes Vivian, y como Snow pasa algunas noches ahi, fácilmente se robó el cepillo con el que arregla Snow. 

Lucy Gray presentando a su hijo con los demás vencedores: