Coriolanus sonrió levemente ante las personas con las que hablaba.

No era que le importaran lo más mínimo las personas frente a él, sino que colgada en su brazo estaba Lucy Gray luciendo hermosa como siempre, envuelta en un vestido de terciopelo rojo.

Hizo caso al consejo de Lucy Gray y esperó año y medio para volverla a tener en su cama, y ella por voluntad propia había adoptado el papel materno con Julius.

Fue el mismo Capitolio que construyó una narrativa alrededor de ellos. Antiguo mentor y tributo que han encontrado el consuelo y el apoyo de la viudez en el otro, y muchos de los funcionarios trataron a Lucy Gray con el respeto que merece la Primera Dama de Panem.

—¿Y si hijo, señora Everdeen? — preguntó la esposa del ministro de economía y el buen humor de Coriolanus se fue ante la mención del hijo de Lucy Gray.

—Crece como la mala hierba — sonrió Lucy Gray — Creo que dará su estirón en verano y será más bajita que él.

Lucy Gray río y la esposa del ministro de igual manera.

El ministro y su esposa se fueron, Lucy Gray aprovecho para caminar hacia los vencedores. Mags Flanagan le dio un fuerte abrazo y le preguntó algo, Lucy Gray abrió su bolso de mano y sacó una fotografía instantánea, de su hijo probablemente.

Luego de un par de horas, donde estuvieron los mentores, los vigilantes y patrocinadores conviviendo entre sí, Lucy Gray se dirigió hacia él.

—Creo que me da una jaqueca — le dijo Lucy Gray — Y ya más de la media noche. Iré a revisar a Julius y yo me retiro a mi habitación.

—Descansa, querida — contestó Coriolanus para luego darle un beso en los labios.

Más de diez años en esta relación, el Capitolio pensaba que eran una pareja amorosa, y todo gracias a la interpretación de Lucy Gray.

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—¿Y cómo ha estado el niño maravilla? — preguntó Woof.

La sala de mentores contaba con una pantalla que mostraba todo del centro de entrenamientos.

Con el paso de los años, el distrito Uno, Dos y Cuatro, los más cercanos al Capitolio habían instaurados las Academia de entrenamiento, algo que estaba encontra de las reglas están escritas desde el nacimiento de los Juegos, pero la riqueza que estos distritos producían para el Capitolio les había dado ese indulto.

Lucy Gray pensaba que esas academias eran una propaganda a favor del Capitolio en esos distritos.

Lucy Gray también entrenaba a su hijo en secreto, el dinero que pagaba a Miller para que cerrara su boca era la mejor inversión hasta el momento y esperaba que el próximo comandante del Doce seguía igual de codicioso para seguir sobornando.

—Icarus Denim está bien — dijo Lucy Gray teniendo en cuenta de la vigilancia en la sala — Es un Covey por donde lo veas, estoy orgullosa de él.

—Y no fue cosechado en esta ocasión — agregó Woof.

—Si, pero no puedo confiar en los próximos seis años — señaló Lucy Gray — Tengo seis de años de temor restantes.

Woof le dio una palmadita en el hombro y Chaff Mitchell, el ganador del año pasado le pasó un martini sucio a Lucy Gray.

—¿No es muy temprano para tener un vaso de alcohol en la mano? — preguntó Lucy Gray aceptando el trago al joven de 18 años.

—No fue una buena noche ayer — contestó Chaff.

Lucy Gray no lo podía culpar, muchos de los Vencedores estaban jodidos emocionalmente y muchos buscaban consuelo en cosas, entre ellos el dulce alivio del alcohol.

Todos los mentores observaron las pantallas.

Lucy Gray observó a sus chicos, Bloom se quedó mirando desde la zona de supervivencia. La instructora le empezó a explicar cómo encender una fogata, mientras Cassian se movía entre las armas, como si tratara de averiguar en cuál podría ser bueno.

Miles había adulado a Icarus Denim porque tan joven ya tenía una puntería casi perfecta con el arco.

—Digno hijo de su padre — le dijo una vez Miles con la voz llena de orgullo.

Ella se cruzó de brazos observando a los Profesionales, empezó a tener miedo por el chico del Dos. Brutus Gunn, era muy alto y tenía la musculatura de un joven entrando a sus veinte.

—Ese muchacho me da miedo — le susurró Beetee detrás de ella.

—No eres el único — respondió Lucy Gray.

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Tigris se arrepintió de las palabras que le dijo a Lucy Gray en las celebraciones de la victoria de Brutus Gunn.

Su amiga le enseñó una fotografía de Icarus Denim y accidentalmente hizo el comentario que se parecía a Coriolanus de joven.

—¡¿Cómo te atreves a decir eso?! — le grito molesta dejando de lado su taza de té.

Tigris había venido a dejarle el vestido al departamento en Corso cuando le mostró la fotografía.

—Fue un comentario tonto — dijo Tigris.

—Tu misma sabes que Icarus Denim es hijo de mi esposo — le señaló Lucy Gray — Tú me trajiste el anticonceptivo de emergencia y Mags me dio su té. Tuve mi periodo días después. Mi hijo no es un Snow.

Tigris lo dejó pasar, pero ahora pedía cada fotografía de Icarus Denim para compararlas con las antiguas fotografías de Coriolanus que Tigris aún conservaba

Si pudiera encontrar una hebra de cabello de ambos para mandar a hacer un ADN.

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Icarus Denim se sentó junto a su madre mientras observaban el anuncio presidencial del Segundo Vasallaje con los Abernathy acompañándolos.

El señor Woody había muerto hace tres años, dejando a Haymitch destrozado. El empezó a trabajar cargando los sacos de carbón luego de la escuela para un ingreso extra, ya que de las cinco cabras que tenía la señora Nora ahora tenían dos, cosa que lo hizo tomar teselas para alimentar a su madre y hermano menor.

—.... para recordar en este Segundo Vasallaje que durante la guerra que por cada ciudadano muerto del Capitolio murieron dos rebeldes — dijo el presidente Snow desde el balcón presidencial — Este año los juegos del Hambre, serán cosechados el doble de tributos. Dos tributos femeninos y dos tributos masculinos.

Icarus Denim vio como su madre se levantó del sillón y caminó hasta la cocina. Él la siguió y vio como su madre se aferraba a la encimera cerca de la estufa.

—¿Estás bien, Ma? — preguntó Icarus Denim.

—Cuatro tributos en vez de dos — dijo ella mirándola — Esto es un Vasallaje. ¿Sabes que significa?

—Que ahora hay una probabilidad más que sea cosechado — contestó Icarus Denim.

Mamá se alejó de la estufa y le dio un fuerte abrazo.

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Las semanas pasaron ante la incertidumbre.

Icarus Denim vio como Calla Violet parecía tener mucho miedo ante la posibilidad de ser cosechada. Maysilee y Myrielle Donner tenían que calmarla.

Calla Violet se había lastimado los dedos al pellizcarse, al punto que la habia que sus dedos estaban rojos por los pellizcos.

El 4 de Julio llegó, como siempre, su madre se tomó un vaso de whisky antes de ir a la cosecha.

Icarus Denim se colocó a lado de Haymitch que este año catorce boletas por el uso de Teselas mientras que Icarus Denim y Matthew sólo tenían cinco, ya que el tío Miles le tenía prohibido a su hijo pedir teselas.

Cory Barry ya no era el escolta del Doce, sino una chica muy alta y que claramente pasó por cirujanos por el tamaño de sus pechos, ya que no los tenía así el año pasado.

Andromeda Avery, que alguien que todo escolta del Capitolio resaltaba por su ropa extravagante. Como siempre hicieron mención a la único vencedora del Doce, Lucy Gray Baird.

Su madre se sentó en su sitio habitual junto al alcalde.

—Y comenzamos con las tributos femeninas — dijo Andrómeda metiendo su mano al cuenco — Zarina Malcom.

Todos miraron a la chica, no alta y delgada, con largo cabello negro y ojos castaños. Una chica de la Veta, una chica que suponía que esta sería su última cosecha.

Ella avanzó con el ceño fruncido, claramente molesta porque estaba a casi nada de liberarse de los Juegos, pero que fue cosechada en su último año.

—..y la segunda tributos femenina del Doce — anunció Andrómeda con abriendo la boleta — ¡Maysilee Donner!

Icarus Denim volteo de inmediato hacia donde estaban las Donner y Calla Violet. Las gemelas Donner se abrazaron mientras sollozaba y Calla Violet se aferró a ese abrazo, al punto que un pacificador tuvo que separarla.

Maysilee avanzó sollozando al escenario.

—Bien, ahora con los tributos masculinos — continuó Andromeda metiendo su mano al cuenco — ¡Alexander Fox!

Al escenario subió un chico de su curso, alguien que siempre buscaba hacer menos a Icarus Denim, llamándolo bastardo y que siempre hacía insinuaciones de los deberes de su madre en el Capitolio.

Al punto que Icarus Denim le rompió la nariz y la ceja cuando llamó puta a su madre.

—... y el último tributo masculino del Distrito Doce — anunció Andrómeda con la boleta en la mano— ¡Haymitch Abernathy!

Icarus Denim miró a su mejor amigo, que simplemente suspiró y se dirigió al escenario con una expresión de resignación. 

N/a: Puede Tigris sepa primera la verdad del nacimiento de Icarus Denim y el drama de paternidad Everdeen-Baird-Snow. 

¡Y tenemos los Juegos de Haymitch!