Victoria Debenhams vivió toda su vida en Manhattan, en realidad no salió de Nueva York. Allí encontró que su gran pasión eran las artes escénicas, prácticamente se llevó toda su vida preparándose para ser una gran actriz de teatro, cine o tal vez de Broadway.

Un día leyendo el New York Sun, vio un anuncio sobre un casting para actrices de entre 15 y 17 años que midan más de 167 cm, para su suerte ella medía 173 centímetros y cumplía los 17 en septiembre, así que cumplía perfectamente el perfil. No lo dudó dos veces en apuntar el número de teléfono y la dirección que venía en el periódico para enviar su currículum, además, el trabajo era remunerado y tener algo de dinero extra no venía nada mal.

Finalmente llegó el día en el que Victoria fue a presentarse al casting. Fue algo complicado ya que no sólo miraban tu físico y dotes de actuación, también hacían exámenes sobre matemáticas, química, latín, trigonometría, literatura, educación física... Todo resultaba muy extraño, por suerte y por desgracia sus padres la apuntaron en verano a clases particulares para no perder la costumbre de estudiar, era una de las condiciones que le habían puesto si quería seguir estudiando arte dramático.

Cuando por fin terminó el casting le pidieron que dejase su número de teléfono y dirección para contactarse con ella para informarla de los resultados.

Una semana más tarde llamaron a su casa, ¡lo había conseguido! En la llamada dijeron que en los próximos tres días le enviarían una carta con toda la información y que al día siguiente de llegarle la carta fuera al mismo edificio donde se realizó el casting para ultimar los detalles.

Cuando llegó la carta y la leyó estaba atónita, ahora comprendía porqué hicieron todas esas pruebas en el casting. Según la carta, el trabajo consistía en hacerse pasar por un chico en una academia privada para demostrar si las mujeres son capaces de comportarse "como un chico" y mezclarse sin problemas con ellos. 

Realmente sólo con ver el alto precio que pagaban su mente decía de aceptarlo, ¿pero qué dirían sus padres? Posiblemente que no es apropiado que una señorita fuera a una escuela exclusivamente para hombres o tal vez, que era una buena oportunidad de obtener una buena educación, probar sus dotes artísticos y obtener una buena suma de dinero.

Pasaron los días y para sorpresa de Victoria, sus padres aceptaron sin problemas. El trabajo finalmente estaba aceptado oficialmente y la empresa que llevaba a cabo el experimento, la preparó a conciencia de todo lo que podía encontrar allí, ni siquiera el director iba a saber que ella era una chica, así la tratarían como a los demás alumnos sin problemas a ser descubiertos.

Y al fin, llegó el 1 de septiembre, oficiosamente había comenzado la prueba.

Academia Welton, saluda a Victoria, o debería decir Víctor Debenhams.