C h a p t e r 1
Llegó el 1 de septiembre de 1959. Yo, Victoria, llegué a Delaware desde New York hace un par de semanas. El hombre que fue mi instructor durante este verano para prepararme para el trabajo, se iba a quedar como "mi padre" durante este período de tiempo junto con una actriz que iba a ser "mi madre".
Estaba bastante nerviosa, la función iba a comenzar dentro de nada, el telón estaba apunto de abrirse, ahora tenía que decirle adiós a Victoria durante un tiempo. Me puse a repasar mentalmente los consejos que me dieron, unirme a un grupo de amigos, apuntarme a actividades extraescolares, revisar cada cierto tiempo mi peluca, ducharme cuando los vestuarios estuvieran vacíos y esforzarme en las asignaturas para no crear conjeturas.
Ahora estaba frente a un espejo que se encontraba en la que ha sido mi habitación estas dos semanas asegurándome que las vendas que envolvían mi pecho no creaba ningún bulto sospechoso, satisfecha, me puse la camisa que estaba colgada en una percha y la metí por mis pantalones abrochando el cinturón, agarré la corbata y la chaqueta y bajé a la planta de abajo mientras intentaba ponerme la corbata.
—Victoria ven, deja que te ate bien la corbata— Miré a Velma, mi madre postiza y me quité de nuevo la corbata acercándome a ella. Ella me ató bien la corbata, era una buena persona y actriz, bastante cariñosa, la conocí poco antes de marcharnos de New York y no tardé mucho en quererla, hablábamos mucho sobre consejos que pueden ayudarme a mejorar como artista y de varias actuaciones que hizo en los teatros de Richmond, me hubiera encantado verla en La Celestina haciendo de Melibea —Perfecto, ahora ponte la chaqueta y deja que te vea— Le hice caso y me alejé después de ponerme la prenda final —Veo a todo un caballero ante mis ojos Víctor— Comencé a reírme y la abracé mientras ella reía también.
Para mayor facilidad para mí, decidieron dejarme el mismo apellido y cambiar mi nombre a su versión masculina, así ahorraría toda mi concentración en comportarme como un chico sin preocuparme por no reaccionar a mi falso nombre ya que sería prácticamente el mismo.
Riff, mi padre falso, bajó las escaleras mientras abrochaba su reloj de pulsera en su muñeca —Venga ya es la hora, hay que ir marchándose— Velma y yo nos separamos y fuimos a buscar mis maletas, salimos fuera de la casa y las metimos en el maletero del coche.
Finalmente llegamos a la academia Welton, habían muchas familias con sus hijos vestidos con el uniforme de la escuela, respiré profundamente antes de bajar del coche, recuerda Victoria, ya no eres Victoria, eres Víctor.
Fuimos a la capilla que había en la escuela por un discurso de bienvenida que al parecer hacen todos los años. Me senté entre Velma y Riff, pasaron unos minutos hasta que una gaita rompió el silencio de la sala. Detrás del chico que tocaba la gaita, cuatro chicos más con unos estandartes le seguían, Tradición, Honor, Disciplina y Grandeza, estos se separaron en dos poniéndose a los dos lados del que supongo era el director.
—Damas y caballeros, muchachos, la Cruz del Santo— Un señor mayor con una vela, se acercó a los niños que estaban en primera fila para pasar la llama de su vela a las de ellos. La gente comenzó a aplaudir. —Hace cien años, en 1859, 41 muchachos se sentaron en esta sala y se les hizo la misma pregunta que se les hace ahora al comienzo de cada semestre. Señores, ¿cuáles son los 4 pilares?—
Todos los alumnos que no habían ingresado nuevos en este semestre se pusieron el pie como soldados y dijeron a la vez —Tradición, Honor, Disciplina, Grandeza— Y de nuevo se sentaron al unísono, no pude evitar levantar una ceja ante esto, ¿era una escuela o una academia militar?
—En su primer año, la academia Welton graduó a 5 estudiantes, el año pasado graduamos a 51 y más del 75% de ellos, fueron a las mejores universidades— De nuevo la sala se llenó de aplausos —Una hazaña como esta, es el resultado de una ferviente dedicación a los principios que aquí enseñamos. Por eso ustedes los padres nos han enviado a su hijo, por eso es por lo que estamos reconocidos como la mejor escuela fundada del estado de Delaware— Y más aplausos, en serio, creo que este hombre puede hacerle competencia de aplausos a la mejor obra de teatro o musical.
Pensé que ya había terminado de hablar, pero para mi desgracia, continuó —El señor Fortius, profesor de literatura se retiró el pasado semestre. Luego tendrán la oportunidad de conocer a su sustituto, el señor John Keating, quien también se graduó con honores en esta escuela y que durante los últimos años ha estado dando clases en el acreditado instituto Chester de Londres— Un señor bastante joven en comparación a los demás sentados a su alrededor se puso en pie, todo el mundo estiraban sus cuellos como jirafas para poder verlo y posiblemente analizarlo.
Finalmente pudimos salir de allí. Fui con mis "padres" hasta el coche a por mis maletas. Un montón de maletas, niños y padres, obstruían el paso para entrar a la zona de los dormitorios. Algunos lloraban abrazando a sus madres, otros iban hablando con sus compañeros y algunos, hablando con sus padres recordando cosas de años anteriores.
De alguna forma conseguimos llevar mis maletas hasta mi habitación, habían dos camas, lo que significaba que era una habitación compartida, lo que significaba que además de tener el problema de las duchas, tenía que cambiarme delante de un chico... Esto va a acabar en un estrepitoso fracaso.
Salimos de mi habitación y encontramos al señor Nolan, el director, en la puerta de la entrada y nos acercamos para presentarnos —¿Señor Nolan? Ha sido un discurso magnífico, permite que me presente, soy Riff Debenhams, esta es mi esposa Velma y mi hijo Víctor— El director nos estrechó la mano y Riff y a mí.
—De New York, ¿cierto? ¿Por qué la decisión de mudarse a Delaware?— Tuve que reprimir el fruncir mi ceño, ¿qué le importaba a él la decisión que porqué se muda alguien?
—Me surgió una mejor oferta de trabajo, además, oímos hablar sobre lo espléndida que era la academia y no dudamos en apuntar a Víctor, queremos la mejor educación para él— Que buena estrategia ha usado Riff para distraer al enemigo, ahora Nolan sonríe con suficiencia y con el pecho inflado como un palomo.
Nos despedimos de él y salimos a la entrada de la escuela. Velma puso sus manos en mis hombros —Escucha Víctor, si surge algún problema no dudes en llamarnos, tu padre y yo haremos lo que podamos para solucionarlo— Miré a Riff y este asintió con la cabeza y yo sonreí acercando a ambos a un abrazo.
—Gracias, a los dos. Tendré mucho cuidado— Nos separamos y comenzamos a caminar hacia el coche para que ellos volvieran a la casa. Se montaron y se fueron.
Bueno, espero que les haya gustado el primer capítulo de este fanfic. La imagen del principio del capítulo es de Julie Andrews en Victor or Victoria, que es de donde he sacado la idea, pero aquí Victoria no se va a hacer pasar por un hombre que se hace pasar por mujer en los cabarets, no tengo esa intención.
Y por si os lo preguntáis, sí, este es un fanfic de Personaje x Oc, ¿qué personaje? Pues ya lo descubriréis a lo largo de la historia.
Aviso desde ya que las actualizaciones serán algo lentas ya que apenas tengo tiempo libre, aun así espero que me apoyéis y me ayudéis a continuar con esta historia.
Os quiero mucho, hasta prontoo.
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