Capítulo 1
Sabía que la forma en la que yo concebía el sexo era distinta a como lo veían los demás, pero realmente nunca me había parado a pensar en que hubiera algo malo en mí. Al menos no hasta ahora.
Estaba cansado de todas las relaciones vacías, de las citas con tíos esculturales que follaban de pena y del sexo triste que me había acompañado desde que perdí la virginidad con diecisiete años.
Por eso, cuando mis amigos me insistieron para ir a animar al equipo de baloncesto de la universidad estando en mi primer año de carrera solo pensaba en que tal vez podría echar un buen polvo con algún jugador si tenía suerte. Pero al ver a las estrellas del equipo mi boca se quedó seca incluso antes de verlos correr de un lado a otro jadeantes y con la piel brillante por el sudor.
No me lo pensé dos veces cuando uno de mis amigos dijo que su hermano, al ser jugador, había conseguido colarnos en la fiesta de celebración en una discoteca.
A mitad de la noche solo quedaban los cuatro mejores jugadores y la mayoría de mis amigos se habían marchado dejándonos solos a un amigo y a mí. Nos invitaron a la zona VIP los jugadores que quedaban cuando supieron que éramos de su universidad y nos hicimos buenos amigos. De eso hacía ya casi dos años.
Me había convertido en la puta del equipo de baloncesto de la universidad, no sé el momento exacto en el que esos cuatro heteros de la discoteca empezaron a pelearse por metérmela en una de las habitaciones de la casa de Hugo, uno de mis jugadores, en la que era la fiesta de celebración por el último partido, pero ahí estaban.
Estaba desnudo de rodillas en la cama, ya había sido preparado por Víctor, quien estaba hundiendo tres dedos en mi culo hasta que Ezra le ha dicho que era su turno y han empezado a discutir.
No podía dar mi opinión porque me daba igual y aparte tenía la polla de Astor follándome la garganta sin descanso agarrándome del pelo. Mi miembro dolía y sentía la tensión en mi mandíbula después de un rato de estar chupándosela pero cuando me miraba y veía las lágrimas en mis ojos se refrenaba moviendo sus caderas más despacio y limpiando las lágrimas de mis mejillas.
Hugo estaba sentado en el sillón desde que entramos y me moría por ir hacia él y que me azotara como hace dos semanas, no pude sentarme en dos días y me corrí sin tocarme mientras su mano sobaba mis mejillas escocidas. Astor se corre en mi boca sin avisar y trago durante unos segundos hasta que cuando se da cuenta saca su miembro rápidamente terminando de correrse en la cama.
—Lo siento gatito, no me he dado cuenta hasta que me he corrido— sus ojos castaños me miran con devoción mientras acuna mis mejillas y pasa su pulgar limpiando mi labio inferior.
—No pasa nada As— sonríe y pega su boca a mi oído.
—Ve a animar a Hugo, ha fallado un par de canastas y está con los ánimos bajos— sus pulgares hacen círculos en mis caderas y aún con la discusión de Víctor y Ezra de fondo escucho la ligera risa de Hugo al ver las intenciones de los susurros de As.
Bajo la mirada atenta de Astor me arrodillo entre las piernas de Hugo y apoyo mi mejilla en su rodilla sobre la tela del vaquero negro.
—Hola gatito— sus ojos grises se clavan en mí y a diferencia de los de As los suyos me hacen sentir como un completo sumiso.
—Hola H— acaricia suavemente mi pelo desordenado y dejo besos castos a lo largo de su marcada erección mirando fijamente sus ojos. Sus suspiros me hacen temblar y mi miembro gotea suplicante por ser aliviado.
—¿Nadie va a follarte?— niego y mira hacia los chicos que aún siguen discutiendo prácticamente desnudos, apoyo mi mejilla en su muslo viendo a Ezra abalanzarse a Víctor dándole un empujón.
Hugo mira a Astor y asiente hacia él, en ese momento As suspira levantándose de la cama para separarlos.
Víctor y Ezra son los más jóvenes del equipo, al igual que yo tienen 19 años y tienen esa necesidad de remarcar que uno está por encima del otro todo el tiempo. Ambos son rubios pero a los ojos de Erza son verdes y los de Víctor marrones. Astor tiene 20, es con quien más me gusta estar después de follar, aunque el sexo con él cada vez es más delicado, es moreno y sus ojos son castaños. Y luego está Hugo, quien a lo largo de estos años me pidió que lo llamara H, peleándose con los chicos cuando ellos lo llaman así. Él tiene 23 años y es sin duda mi favorito, su pelo es negro azabache y cuando juega sus ojos grises siempre me miran desde la cancha con deseo y lujuria.
—Con lo bueno que has sido dejando que Astor te folle la boquita y ahora esos niñatos no quieren follarte— acaricia mis labios con lentitud y hunde su pulgar en mi boca acariciando mi lengua —De todas formas estos críos no saben hacértelo como te mereces.
Gimo de anticipación y sisea sacando el dedo de entre mis labios colocando sus brazos en ambos lados del sillón.
—El cinturón— mis manos desatan su cinturón con facilidad y lo dejo en sus manos cuando lo retiro. —Gírate— me pongo en pie cuando él lo hace y me giro.
Su pecho desnudo se pega a mi espalda, sus labios acarician el arco de mi cuello haciéndome suspirar y me obliga a caminar hasta que mis piernas chocan con la cama. Su mano en mi nuca me empuja con suavidad hasta que me arrodillo, mi mejilla choca con el mullido colchón y mi culo queda en el borde de la cama.
—Las manos a la espalda— cruzo mis muñecas sobre la espalda y jadeo cuando amarra el cinturón con fuerza y escucho como se desabrocha el pantalón. Me retuerzo cuando golpea con fuerza mi trasero y sin querer gimo al friccionar mi miembro contra el colchón.
Mis ojos se aguan cuando me agarra del pelo para hacerme mirar a Víctor y Enzo que están al otro lado de la cama. Parece que han dejado de discutir cuando As los ha separado y su atención se dirige hacia mí.
—Esto es lo que os habéis perdido por vuestras gilipolleces— su voz gruesa hace que mi interior pulse de necesidad, con su mano aún en mi pelo levanta mi culo y escupe en mi entrada deslizándose despacio dentro de mí.
H gruñe con fuerza cuando entra por completo y mis labios se entre abren al tiempo que dos gruesas lágrimas descienden por mis mejillas. Se queda quieto dejando que me habitúe a su tamaño y es que estoy acostumbrado a que me follen Víctor o Ezra, de vez en cuando lo hace Astor pero H lo hace con tanta rudeza que As tuvo que intervenir una vez después de no poder sentarme correctamente por tres días, desde entonces solo me deja chupársela. Aunque realmente adoro como lo hace H, es más grande que los demás y me hace sentirme tan estirado que solo puedo rogar por más aunque sienta que vaya a destrozarme.
—Largo de aquí, los dos— As habla hacia Víctor y Ezra que no parecen muy conformes con la situación —No es un juguete por el que pelearse mientras lo dejáis tirado, sois unos críos— se gira hacia nosotros mientras los chicos recogen sus cosas.
—H, por favor— mi voz sale suplicante al tiempo que arqueo más mi espalda y me embiste tan despacio que perece una tortura. —Más rápido— mis piernas tiemblan cuando golpea mi culo en el mismo sitio que antes dejando la zona escocida.
—No seas bruto, Hugo— le recrimina As tras cerrar la puerta dejándonos solos en la habitación.
—¿Ves por qué no puedo ir más rápido, gatito?— me remuevo insatisfecho y una ligera risa sale de entre los labios de As.
Se arrodilla sobre la cama y H sale de mí despacio haciéndome jadear. Tira de la correa del cinturón y al ponerse en pie yo también lo hago.
—A la cama— susurra en mi oído y clavo mis rodillas en el colchón moviéndome hacia As y escucho a Hugo tras de mí quitarse los vaqueros completamente.
—Lo hemos mimado demasiado— Astor murmura al besar las lágrimas en mis mejillas mientras H coloca su miembro friccionando mi entrada y aprieta mi culo amasándolo moviéndose contra mí.
—Se ha convertido en un caprichoso—sus cuerpos se pegan aún más a mí y muevo mis caderas buscando algo de alivio ya sea con la dura erección de H o friccionando mi miembro con el de As.
—¿Cuál era la primera regla, gatito?— la voz ronca de As me saca de mi trance de placer y me aturde teniendo que pensar la respuesta unos segundos.
—No besar en...— gimo bajo al sentir la punta del miembro de H entrar y salir de mi entrada despacio —En la boca— mi ojos se entre cierran y no puedo controlar los obscenos sonidos que escapan de mis labios cuando vuelve a entrar por completo.
Mi cabeza cae en el hombro de H y al abrir los ojos él y As se mira de una forma que no comprendo para luego sonreír.
—¿Qué te parece si nos saltamos esa regla hoy?— murmura H dejando un casto beso en mi cuello y aprieto los labios cuando As acaricia la punta de mi miembro goteante envolviéndolo dejándome sentir la calidez de su palma apretando ligeramente sin moverse.
—Pero... Víctor y Ezra
—Ellos no tienen por qué saber nada, si guardas el secreto gatito— asiento con las mejillas sonrojadas cuando As junta su miembro con el mío y comienza a mover su mano despacio.
As acaricia mi nuca con suavidad y me deshago ante su toque apoyándome en su pecho cuando H muerde mi hombro con rudeza y mi espalda se arquea al embestir mi interior con fuerza. Un gemido entrecortado escapa de mis labios pero es acallado por As quien desliza su lengua sobre mis labios con gula y abro más mi boca rozando con timidez mi lengua con la suya. Toma el control del beso volviéndolo más brusco y gimo aún con su lengua en mi boca cuando sus manos van a mi culo apretándome hacia su erección que simula embestidas contra la mía y exponiendo aún más mi entrada a las embestidas frenéticas de H.
—Joder, no aguanto más— jadea Hugo en mi cuello. Agarra mis caderas calvándose más hondo gimiendo en mi nuca y me estremezco al sentir como llena mi interior con su calidez.
Sale despacio y jadeo sobre los labios de Astor mirándolo suplicante por mi liberación.
—¿Quieres que te folle, gatito?— asiento clavando mis uñas en mis palmas y forcejeo con el cinturón de H.
—¿Te lo quito?— pregunta H jadeando en mi cuello y me arqueo hacia las caricias leves que deja en mi espalda baja.
—Por favor— sus manos ásperas acarician mis brazos hasta llega a las muñecas y una vez retira el cinturón lo lanza al suelo.
—Ven aquí— H me gira dejándome de espaldas a As, sus mejillas tienen un leve sonrojo y sus ojos están más oscuros, el pelo se pega a su frente y antes de poder siquiera hablar sus manos en mis mejillas atraen mi rostro al suyo y atrapa mi labio inferior con sus dientes a la vez que Astor deja besos húmedos y marcas a lo largo de mi cuello.
Los labios de H son más suaves y húmedos que los de As, sus besos son más delicados y su lengua delinea mi labio inferior en mitad del beso. Me aferro a su cuello cuando las manos de Astor suben por mi pecho tras colocar la punta de su miembro en mi entrada, acaricia mi abdomen hasta mis pezones pellizcándolos haciéndome jadear y H aprovecha para introducir su lengua en mi boca a la vez que Astor me embiste de golpe cortándome la respiración.
—Joder— Astor gruñe a mi espalda y gimo por la sobre estimulación de haber tenido ya dentro a H, quién me da la sonrisa más lasciva que he visto jamás.
As embiste más profundo y despacio que H, gimo con más suavidad pero todo sonido que sale de mí boca es silenciado por la de H cuando su lengua juega con la mía. Su sabor es muchísimo mejor de lo que me había imaginado y apenas puedo centrarme en cualquier cosa que no sea como As me embiste besando mi cuello y en conseguir todo lo que puedo de la boca de H. Atrapo su lengua con mis labios cuando se aleja jadeante y arqueo mi espalda quedando más bajo que él.
—¿Qué quieres gatito?— tira de mi pelo haciéndome encararlo y siento mis labios húmedos y magullados por los besos y mordidas. H parece que quiere hablar pero mira mi espalda distraído.
—Por favor— jadeo tratando de coger aire entre las duras estocadas de Astor.
H me mira confundido hasta que saco la lengua y respira pesadamente llevando una mano a su miembro erecto de nuevo unos segundos para aliviarse antes de agarrar mi pelo y girar mi cabeza mirando a As.
—Deja que Astor vea lo buen chico que eres— susurra antes de sentarse sobre sus talones obligándome a apoyarme sobre mis manos y gimo más fuerte al sentir a As embestir aún más mi interior agarrando con fuerza mi cintura sin dejar de jadear.
Los labios de H se fruncen unos segundos antes de dejar caer su saliva sobre mí lengua y trago volviendo a sacar mi lengua de nuevo.
—Enano insaciable— murmura con diversión As agarrando mi pelo con más suavidad cuando H me suelta y mis ojos quedan en blanco cuando se clava en mi interior y embiste sin apenas sacar su miembro golpeando un punto exacto que me hace delirar.
—¿Me la chuparías como un buen gatito?— enfoco la visto en H quien agarra mis mejillas cuando asiento y vuelve a colocarse de rodillas dejando el rosado y goteante glande sobre mis labios fruncidos.
Paso la lengua por su hendidura y sisea acariciando mis mejillas cuando chupo la punta hundiendo mis mejillas. Embiste mi boca hasta la mitad de su miembro y frunzo mis labios a su alrededor.
—Relaja la garganta— murmura y cuando lo hago empuja su miembro en mi boca hasta el final llenando mis ojos de lágrimas por la sensación de ahogo. —¿Vas a tragártelo todo como un buen chico?— gimo en respuesta y H gime embistiendo mi boca despacio.
Me siento cada vez más y más cerca del borde hasta que As agarra mi erección y me bombea al mismo ritmo que me embiste.
—No me mires así que me corro— jadea H cuando lo miro con los ojos empañados por las lágrimas y gimo solo de pensar en él corriéndose en mi boca.
Mi entrada se contrae al pensarlo y As parece notarlo cuando con su mano libre agarra mi culo abriéndome aún más y clavándome contra H.
—¿Quieres que H se corra en tu boca mientras me corro en tu culo?— gimo sobre la polla que embiste mi boca, alzo la vista viendo a H echando la cabeza hacia atrás y al mirarme sonríe de lado haciendo mis piernas temblar y siento un calor descender desde mi estómago cosquilleando hasta mi miembro antes de gemir con fuerza sobre el miembro de H y mi entrada apretarse alrededor de As corriéndome con fuerza sobre la cama.
Apenas unos segundos después Astor acelera las embestidas bombeando en mi interior y hago mi mejor esfuerzo metiendo el miembro de H en mi boca mientras delineo la base con mi lengua. Me mira con los ojos entrecerrados antes de sacar la mitad de su erección y acariciar mi pelo.
—Chupa— su voz es temblorosa y se de sobra que le falta muy poco para correrse. As sale de mi interior y gimoteo al sentir como su esencia escurre entre mis muslos.
Ahueco mis mejillas y mi lengua se desliza por todo el tronco de su miembro que puedo abarcar hasta que siento que está apunto de correrse y delineo con mi lengua el borde del glande hinchado sintiendo como embiste de nuevo por completo mi boca cuando gruñe con fuerza agarrando mi pelo y siento su miembro palpitar sobre mi lengua.
Antes de terminar de correrse fricciona la punta contra mi lengua dejándome saborearlo hasta que saca su miembro de mi boca.
—Buen chico— sonríe antes de dejar un casto beso sobre mis labios que me deja algo atontado antes de dejarme caer sobre la cama agotado. Mi entrada se siente demasiado estirada, mi mandíbula algo entumecida y mis labios están hinchados.
—Te has portado muy bien gatito— As susurra en mi oído tumbándose a mi lado y deja en beso en mi sien.
—Gracias As
—La próxima vez quiero hacer lo que ha hecho Hugo— sonríe de lado y mi mente está algo nublada sin dejarme pensar con claridad.
—¿El qué?
—Escupirte en la boca— susurra sobre mis labios y sonrío algo sonrojado antes de abrir la boca dejando que un muy satisfecho Astor escupa sobre mi lengua.
—¿Vais a seguir sin mí?— H llega hasta nosotros tumbándose a mi lado y Astor le sonríe antes de abrir mi boca de nuevo agarrando mi mandíbula con suavidad.
As se acerca a mí con los labios entreabiertos y antes de darme cuenta H hace exactamente lo mismo. Sus lenguas acarician la mía y jadeo friccionando mis piernas en la cama al sentirlo todo tan obsceno cuando siento sus lenguas cruzarse al jugar con la mía escurriéndose saliva por una de mis comisuras.
Mis manos aprietan la sábana bajo mi cuerpo mientras que los dedos de Astor se deslizan por mi cintura y una mano de H agarra firmemente mi cuello.
—¿Tan rápido estás duro otra vez gatito?— murmura As agarrando mi miembro y H suelta una ligera risa.
—¿Quieres que llamemos a Ezra y Víctor?— niego removiéndome en la cama bajo el toque de Astor.
—Os quiero a vosotros— ambos sonríen con suficiencia y H desliza su mano por mi cuerpo hasta llegar a mi entrada estimulándome solo con el roce de dos de sus dedos mientras As me masturba más rápido.
—No tienes ni idea de lo bien que te vamos a hacer sentir gatito— giro mi cabeza exponiendo a H la piel sensible de mi cuello marcada por As cuando empieza a dejar besos en esa zona y mi espalda se arquea por la sobre estimulación.
🖇🖤🖇
Es la primera vez que escribo un one shot y un trio y creo que se me ha ido la madre JAJAHAJAAJ
Bueno amores, si os ha gustado hacédmelo saber y si tiene lecturas y likes suficientes supongo que seguiré escribiendo de estos.
Muchos besitos y beber agüita❤
Y recordar:
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