En esta segunda entrega, por el momento dejaremos descansar a los personajes presentados en la primera, ya que aquí aparecerán en escena nuevos e importantes personajes que forman parte del mundo de “The Wings of the Scorpions”.

Y precisamente abordaremos a uno de los principales en esta saga, Maximiliano Callahan, quien pese a ser apenas muy joven, se desempeña como camionero en una de las empresas de transporte más grandes del país. Un oficio heredado de su difunto padre, quien hasta el último de sus días se mantuvo tras un volante.

Las cosas no marchan muy bien, y la escalada de las diferentes bandas de criminales ha sufrido un aumento considerable dentro de las ciudades, lo que impulsa a la gran mayoría de jóvenes a saltarse etapas de su vida, debiendo madurar antes de tiempo. Lo que por el momento no afecta a nuestro joven protagonista. Muy por el contrario, sus problemas son de otra índole y los abordaremos a medida que la historia avance.

Pese a los conflictos en la ciudad y en especial, a los peligros que su trabajo implican, Maximiliano logra de buena manera sortear los diferentes caminos que la vida le ofrece para recorrer, no obstante, está a punto de enfrentarse al problema más grande en su joven existencia. Todo comienza una fría mañana de invierno, cuando conoce a la chica que se convertirá en su gran amor.

La joven trabaja en el servicentro que frecuenta Maximiliano, pero solo hasta esa mañana sus caminos se cruzan, ya que la chica se fue a otra ciudad días antes de que Maximiliano entrara a dicho local por primera vez, despertando en él de inmediato un sentimiento que creía dormido en su corazón, y para el cual no estaba preparado, enamorándose perdidamente de ella.

Su personalidad retraída es un factor importante y muy difícil de afrontar, ya que su trabajo le demanda mucho tiempo, no dispone del mismo para interactuar con mucha gente ajena a ese mundo de camiones en el que se encuentra sumido, en especial si se trata de interactuar  o intimar con el sexo opuesto, y es aquí donde nace su primer escollo, el de aceptar y afrontar lo que para muchos a su edad es parte del pasado en sus vidas, que aún es virgen.

¿Sorprendida, sorprendido? ¿A cuántas personas conoces que aún conserven la virginidad a la edad de 19 años? Muy pocos ¿cierto? Pues aquí les presento un caso especial, y prepárense, pues en esta entrega introduciré la primera escena de índole sexual, (o por lo menos haré el intento) y ustedes serán testigos de cómo nuestro protagonista cruza esa línea, además de los conflictos internos que esto conlleva antes de dar tan importante paso, en especial cuando tu pareja se enfrenta a la misma situación.

Pero con el correr del tiempo, lejos de ser un problema, esta intimidad reforzará los lazos de amor y amistad que nacerán entre él y Sandy. La vida le sonreirá a la joven pareja por mucho tiempo, eso hasta que un día llega un nuevo integrante a la empresa donde trabaja Maximiliano. Les hablo de Bruno, quien se convertirá en el némesis personal de nuestro protagonista, siendo su primer objetivo el hacerle la vida imposible, eso hasta que conoce a Sandy, obsesionándose con la idea de poder conquistar su corazón.

Y lo que para Bruno comenzará como uno más de sus trabajos, el sentirse atraído hacia Sandy y darse cuenta que no puede derrumbar ese muro que ella pone frente a él, lo llevará a sentir celos de Maximiliano, no solo por la mujer con la que comparte su vida, sino también por la posición que ostenta en el trabajo, llevando todo esto a un ámbito personal.

Bruno intentará por todos los medios el conquistar el corazón de Sandy, sin embargo para ésta no hay otro hombre en su vida más que Maximiliano, por lo que sus intentos por destruir esos lazos de amor serán en vano. No obstante, la feliz pareja tiene sus días contados, y Bruno será una pieza fundamental para finalmente separar a la pareja, quienes a esa altura de la vida ya deben cargar con una tragedia de proporciones, la pérdida de sus hijos a muy temprana edad.

Pero la realidad es que Bruno no es más que un eslabón, un sirviente enviado por el verdadero artífice de todas las desgracias que deberán pasar Maximiliano y su familia. Todo estaba premeditado con excepción de los sentimientos por parte de Bruno hacia Sandy, y la mente maestra detrás de todo es a quien muchos temen tan siquiera mencionar… el simio…