Nada de maravilloso, pero sí de desastre
Conocer a Travis de esta forma pero pareció muy asquerosa, me vale si hay sangre derramada. Pero casi me cae en la boca, ¿a quién le gustaría sangre ajena en su boca? No soy la novia de ningún vampiro, ni planeo serlo.
— ¡Renata! — Alguien me llamaba.
Me gire y vi venir a una chica con un chico, venían rápido. Supongo que ellos son América y su novio que se llama... ¿Chifle?
¡No! Pero sonaba algo así, ¿no?
¿Cómo era?
— ¿A dónde vas? — Pregunto rápidamente.
— ¿A mi dormitorio? — Sonreí inocente.
— ¿Por qué te soltaste? — Pregunto el chifle.
— ¿Por qué...? Pues, me empujaron y perdí la noción del espacio. — Sonreí triunfante.
— ¿Te empujaron? — Pregunto America.
— También me tocaron, habían tantas personas que ni sabía a quién golpear — Contesto un tanto indignada —. Si vuelvo, vendré con mis propios guantes de boxeo —. Hice puños y empecé a pelear sola como en un ring.
— Estas casi bañada en sangre.
— Sí, es asqueroso. Estoy acostumbrada a ver sangre, pero la ajena en mí es asquerosa. Casi me salpica en la boca. — Dije un tanto asqueada.
— ¿Estas bien? — Pregunto el chifle un tanto preocupado.
— Sí... No estoy asustada, solo me dio asquito por eso salí. — Sonreí.
Algo que tengo en mente, es no preguntar algo muy obvio. Cualquier cosa debo consultarle a Kalan, ese macho me ayudará.
— Renata, si deseas ya no volver aquí, entenderemos. — Dijo America.
¿No volver? Pero... Si apuesto por mi perro loco, obvio gano. Venir sería como ganar dinero, además tengo que hacerme amiga de él. Abby y él se hicieron amigos porque ella no sabía lo básico de la biología, pero yo soy un genio.
¿Soy un genio?
No, si fuera así ya estaría en casa preparando mi proyecto de química.
En mi casa, donde todo es normal.
— ¿No volver? ¿Están locos? Para la próxima traeré dinero, ya lo verán, me haré rica.
Los dos parecían estupefactos, sobretodo America.
— Parece que la sangre afecto tus pensamientos. — Me hablo el chifle con patas.
— Yo creo que esta en shock
¿En shock?
Nunca más podría estar en shock, conocí al papi de Cristian "Azótame" Grey, nada me dejara fuera de combate.
— Estoy bien, solo que la adrenalina que sentí fue magnifica. — Sonreí.
— ¿Nada más? — Pregunto America con una ceja alzada.
— ¿Qué otra cosa me podría dar gozo? — Pregunte obvio — La apuesta es el placer banal más excitante que pueda existir. — Mencione emocionada.
— Sí que resistes. — Musito el chifle asombrado.
— Es que soy Batman, y America es mi Robin. — Le trate de guiñar el ojo.
Pero como es típico de mí, me salió fatal y cerré los dos ojos.
— ¿Qué fue eso? — Pregunto mi amiga la presidenta.
— No soy buena guiñando, se me da fatal.
— La verdad es que sí, practícalo. — Recomendó el novio de America.
¡¿Cómo era su nombre?! ¿Se vería muy mal si le digo como se pronuncia su nombre?
— Vamos Shepley, ella debe despejarse.
¡Se llama Shepley! ¿Por qué lo andaba comparando con el chifle?
— Yo estoy bien. — Afirmé.
— No lo creo, Batman. — Respondió America.
***
America fue durante todo el camino del porque debería alejarme del ring, me dijo que a menos que quiera ser boxeadora, no podía meterme en el ring. Yo le dije que me lo iba a pensar, comenzar en las ligas menores no podría ser un problema.
Lo que sí estaba dejando en claro era en apostar como una enferma sin control, necesito dinero para subsistir en este mundo. En el anterior vivía de ese trabajo de herramientas.
Oh, me acuerdo cuando Cristian vino por mí ese día.
No tanto porque nos pusimos espesos al final, pero vino por mí.
No debí inventarme una enfermedad falsa.
— Llegamos, cariño. — Ella sonrió.
Abrió la puerta y ahí había una chica con lentes.
¿America no era mi compañera de cuarto? ¿Y esta quién es?
— Kara, ¿cómo estás? ¿Ya conseguiste novio?
¿Ah?
La chica con lentes solo rodó los ojos y siguió con su lectura.
— Me iré a cambiar. — Me acerque a mi cama para sacarme mi ropa manchada de sangre ajena.
— ¿Qué te ha pasado?
— ¿Ah?
— Tu ropa esta con sangre...
— Oh. Lo que paso es que nos trataron de robar, me puse a la defensiva y termine golpeando a esos idiotas. — Solté un suspiro.
— ¿Estuviste en una pelea?
Es una verdad a medias.
— Sí. Salí triunfadora, espero no vuelvan a buscarme.
— Renata sí que da bueno golpes — Apoyo America. —, no me meteré con ella en una pelea.
Yo asentí con una sonrisa.
— Supongo que eran unos vagos, nada más.
— Eran más altos que Renata — Dijo rápidamente America. —, además parecía que eran expertos en algún arte marcial. — Ella soltó un suspiro.
¿Qué?
— ¿Sabes defenderte de eso, Renata? — Me pregunto Kara incrédula.
— Sí, nunca está mal saber un poco de defensa personal.
— ¿Un poco? Los dejaste en el suelo como basura. — Menciono alegre America.
¡Basta! Solo que quería lucirme un poco, no quiero parecer Rocky.
— No es para tanto, solo fue un poco de defensa...— Susurre sin importancia.
— No seas modesta, tú deberías ser una luchadora profesional — America sonrió —. Me voy cariño, sigue entrenando.
Dicho esto, America se fue.
¿Es un concurso de mentiras o qué?
— Esa sangre solo es de una persona, ¿no?
¡Te voy a ganar!
— Es de los tres idiotas, al parecer tienen la nariz muy frágil. — Encojo los hombros de manera casual.
— ¿Eres participe de la violencia?
— Solo cuando me veo en la obligación de defenderme.
La chica me observa con cierto recelo, pero hasta donde me acuerdo solo eres personaje relleno.
¿Dónde estás Kalan?
¡Quiero golpearte!
Aunque por tu bien no es bueno presentarte ante mí por ahora, ¿dejarme después de que casi me cae sangre en la boca? ¿Y si el tipo caía sobre mí?
¡Qué vergüenza!
Pero debo prepararme mentalmente, ya que probablemente mañana conozca al bebe de Travis "Sangre" Madoxx.
Fandom, dame tu apoyo para no caer.
Pero sino caí con Cristian, supongo que con Travis será igual de fácil.
¿No?
***
Ir a clases no se me había complicado, pero sí entenderlas. ¿Debería haber escogido algo parecido a lo que ellas estudiaron? Tengo que hacer memoria si hay alguna protagonista con carrera, pues si es así...
¡Apiádense de mí!
Prefiero estudiar a que ejercerla, con el estudio solo es lectura y práctica. Pero en el campo laboral, no puedes estudiar algo que ya deberías saber.
Debería buscar en internet como operar un corazón, o tal vez como invertir en la bolsa de valores. ¿Y si acabo en la metamorfosis? ¿Me convertiré en un insecto? Al menos descubriría en que insecto se había convertido.
— ¿En qué andas pensando, Renata?
— En unos libros. — Susurré distraída.
— Ahí viene Travis. — Susurro.
— ¿Llamo a su club de fans? Ay, espera, estos vienen solos. — Solté cansada.
— ¿Tienes algún problema con él? — Preguntó.
— Nah, solo es que siempre viene con alguien y apuesto que será muy bocona.
— Tranquila si dicen algo, las callaré asustándoles con mi torta con exceso de calorías.
Me empecé a reír. America sonreía y empezó a comer sus papas, mire su torta y se me entraron unas ganas de robarla
— Ni siquiera lo pienses, Rogers.
Fruncí el ceño.
Mi corazón se acaba de romper.
Vi de reojo que Travis se sentaba y una rubia lo hacía en su regazo.
No pude evitar hacer una cara de asco, miré mi plato y volví al pastel de America.
— ¿Tienes algún problema, ricitos?
¿Ricitos?
Alcé la mirada para buscar al tal ricitos, quizá se arme una pelea.
¡Qué emoción!
Pero no hay nadie de rizos.
— Te hablo a ti.— Me dijo obvia.
Mire a la rubia y luego me señale.
— Sí, a ti.
— Ni idea de quien seas, cariño. — Encogí los hombros.
— La cara que hiciste...
— ¿No puedo hacer caras? ¿Por qué? Vi algo que no me gusta, soy humana y estoy propensa a hacer gestos de manera involuntaria. — Sonreí.
— Renata. — Llamo America.
— Ya se me quito el apetito, me largo.
Me puse de pie y salí.
¡¿Dónde estás Kalan?!
¡Prometo no golpearte!
Camine por los pasillos hasta que vi una cancha de futbol, mi universidad y apenas mantiene los baños limpios. Privilegios de los protagonistas.
Me dirigí hasta la cancha y solo vi a unas cuantas personas, pero no hay...
— ¡Renata!
¡Mi corazón!
— Hasta que apareces. — Susurro molesta.
— Prometiste no golpearme. — Dijo rápidamente.
— Sí, ayer me dejaste en la peor posición. — Fruncí el ceño.
— Disculpa, pero creí que sería lo mejor — Ladee mi cabeza confundida. —, además ahora actuaste muy infantil.
— Eso me llega a mi ovario izquierdo, ¿acabare como insecto? — Pregunte asustada.
— ¿Qué? — Pregunto confundido.
— Yo me he leído La metamorfosis, y el protagonista se convierte en un insecto.
— ¡Lo siento!
¿Ah? ¿Por qué se está disculpando...?
¡¿Acabaré como un insecto?!
— No— Dije asustada.
— Sé que no seré correspondido, pero quiero que sepas que me gustas. — Bajo la mirada.
¿Espera qué?
Mi cara se puso toda roja.
¿Le gusto a Kalan? ¿Cómo es que paso esto? ¿Desde cuando? ¿Por qué estoy tan nerviosa?
Ay, qué le debo decir.
O sea, él es una buena personas y...
¿Esto se puede considerar pedofilia?
— Lamento haberte incomodado, pero tenía que sacarlo. Espero que aunque seas me puedas ver como un amigo, lo siento.
— Kalan...— Musite asustada.
Dicho esto él se fue.
Me quede parada, confundida.
¿Cómo es que paso todo esto? ¿Desde cuando?
Él es lindo, muy atractivo y tiene un cuerpazo. Me gustan sus ojos, sobretodo como brillan en la noche. Pero esto es raro.
¿Gustarle?
— ¿Renata?
Trague saliva.
Me gire a verlo y vi a Travis parado, con expresión confundida.
¿Por eso me dijo...?
¡Kalan, ahora sí te quedas sin descendencia!
— Oh... — Logré articular.
— Lamento haber escuchado su conversación. — Contesto apenado.
— Me basta con que olvides todo lo que acabas de ver y escuchar. — Musite.
¡Vamos! ¿Dónde quedará mi hombría?
— Vale, no mencionaré...
— Gracias, pero que haces aquí. — Lo miré seriamente.
Travis se encontraba estudiándome, yo también lo hacía. Me acuerdo perfectamente de cuanto sufrió por la culpa de Abby, pero conmigo no pasará eso. Haré sufrir al otro idiota de su enemigo del cual no me acuerdo en nombre.
¡Ese merecía la guillotina!
— Quería disculparme por...
— No lo hagas, no debí reaccionar así ante esa chica. Estoy muy estresada, mi comportamiento fue demasiado infantil.
¡Solo quería hablar con Kalan!
— No, ella no tiene el derecho de hablarle así a mis amigos — Fruncí el ceño. —. Eres amiga de Shepley, por lo tanto amiga mía también.
— Gracias — Sonreí. —, apostaré por ti en la siguiente pelea.
— ¿En serio? — Dijo algo sorprendido.
— Lo haré, porque mi instinto apostador dice que ganarás.
Apostaré todo lo que tenga en la billetera.
— Supongo que ha de ser un hecho. — Dijo con una sonrisa.
— Claro que lo será...
— ¡Renata!
Al parecer será una reunión.
— Travis, mantén tu distancia de ella.
— ¿Por qué?
— America, solo seremos amigos. Las amistades tienen un punto límite, sé que él jamás se atrevería a traspasarlos. — Sonreí triunfante.
— ¿En serio? — Soltaron al unísono.
— Claro que será así, Travis acaba de decirme que soy su amiga.
El silencio se apodero en nuestro entorno, America parecía incrédula. Mientras que Travis parece querer reírse.
— ¿No aceptarías salir conmigo? — Pregunto.
— Los amigos salen a pasear, ¿por qué no poder hacerlo contigo? — Pregunte ingenua.
— Creo que no lo estás entendiendo. — Dijo riendo.
— Creo que ella sí, lo está entendiendo, pero tú no. — Dijo America riendo.
— Renata, si yo te ofrezco salir en una...— Lo corté.
— No. — Sonreí.
Sentí la brisa jugar con mi cabello.
— ¿Acaso te gustan las mujeres?
— Lo que yo busco, es de lo que tú te alejas. — Sonreí. — Lo mejor es dejar aclarados todos los parámetros de nuestra amistad, sé que eres una buena persona. Pero entre tú y yo, dudo que haya algo sentimental o físico.
— Creo que aún sigues un poco confundida por lo de ayer, los sujetos sí que eran enormes y enfréntate...
— Deja eso America.
— ¿Quiénes las atacaron?
— Es una mentira, ayer mi compañera se preguntó por qué tenía sangre en mi chamarra.
— Fue porque te peleaste, parecías Rocky. — America empezó a reírse.
— No, America. No te rías, no soy Rocky. — Me queje.
Yo no entreno con carne.
— ¿Cuándo vamos a correr? Puede que me anime ser tu entrenadora. — Me guiño entre risas.
— Ya no entiendo nada.
— Solo olvídalo, al parecer ella es la que está mal. — La observe con el ceño fruncido.
— Vale — Se detuvo. —, no me reiré más. Bueno Travis, ella será la misión imposible.
¿Misión imposible? Ahora estaré con Tom Cruise, genial.
Le restregare a mi mamá que conocí a su amorcito de adolecente.
— Renata, ¿cuáles son tus tipos?
— ¿Mis tipos? — Lo pensé. — Bueno mi tipo de sangre es O positivo. — Sonreí.
— No me refiero a eso, sino que tipos de chicos te gustan.
— Ah...— Comprendí.
¿Cuáles son mis tipos? Um. Pregunta difícil, porque la verdad es que me gustan los que no existen.
Pero esto en un libro de romance, aquí todo es posible.
Hasta quitarle el novio a tu mejor amiga.
¿Y si cambio la historia?
— Bueno, no creo tener un tipo de chico ideal. — Dijo sin importancia.
¿Le quito el novio a America?
Desearía tener un set de votación, donde el fandom decida.
— ¿No tienes un tipo? — Negué. — Me la pones muy difícil, Renata.
Bueno, lo que haré es porque quiero.
Me acerque rápidamente a Travis lo tome de su polo y lo acerque a mí. Sin pensarlo dos veces me atreví a besarlo, comencé lento y suave. Deje que sus labios se movieran poco a poco, suaves y con sabor a menta.
Me aleje un poco de él y sonreí.
— Listo, conseguiste lo que querías. Ahora espero que podamos ser buenos amigos, ¿te parece? — Él parecía confundido.
Me aleje de él y camine hacia America.
Ella estaba perpleja, conmocionada.
— Vamos America. — Dije lo más tranquila.
— ¿Ah?
Camine satisfecha con mi cometido, ya besé a Travis. No sé si estuvo bien, pero ya está hecho y no hay marcha atrás.
Además, supongo que con eso se quedará tranquilo.
No quiero nada con él por el momento, quiero ganar dinero e irme de compras. Quizá aquí pueda darme uno que otro lujo, debo disfrutarlo. Ya que después lo olvidaré, malditas reglas de su...
Hablando de maldiciones.
Debo hablar con Kalan, casi me creo esa bendita declaración.
Por un momento admití que es lindo y sexy.
¡No! Desecha esos pensamientos de tu cabeza.
— ¿Qué hiciste? — Pregunto America.
— ¿Acerca de...? — Pregunte confundida.
Cuando America iba a hablar, llego su novio a nuestro lado.
— Cariño, Renata beso a Travis.
Mi querido Shepley quedo anonadado, y hasta parece que se puede poner un poco pálido.
— Les dejo en claro ahora que Travis no me gusta, solo será un amigo. — Dije tratando de calmarlos.
— Para Travis no será así.
— A mí me vale lo que piense y lo que haga, chicos. ¿Tengo 15 años? ¡No! Sé que me podre cuidar de él, además dudo que quiera hacerme algo. — Dije confiada.
Además, mujeres a él le llueven.
¡Es más! Podría usar a Kalan, para que lo ahuyente por un tiempo.
— Al parecer estas muy confiada, pero no hagas ese tipo de cosas...
— Cierto, no sabemos que ha hecho con esa boca. — Solté con miedo.
— ¡Renata! — America me llamo la atención con la cara asqueada.
— ¿Qué? — Pregunte confundida. — Shepley, ¿cuántas mujeres lleva Travis a tu casa por semana?
— Pues...
— No hablen más de eso, Renata... — La observe atenta. — Al parecer se te han perdido algunos tornillos, debemos encontrarlos.
— Yo estoy bien, solo decidí vivir mi momento. — Cerré un ojo con esfuerzo. — ¿Cuándo es la siguiente pelea Shepley?
— Parece que estás pasando por la etapa de la rebeldía. — Susurra asustado.
— Solo quiero disfrutar de esta etapa universitaria, eso es todo.
Realmente quiero disfrutar de las banalidades, como ropa, joyas, una mansión... No, eso es exagerar demasiado.
— De igual forma, Renata, no puedes ir besando a cualquier tipo así por así. —Reprochó America.
— America tiene razón, imagínate que podrían pensar de ti. — Solté un suspiro.
Extraño a Cristian, si estuviera con él podríamos estar en el sofá comiendo algo.
— He captado el mensaje, prometo no volver a besar a desconocidos. — Sonreí.
Los dos observaron a cada detalle mi cara, como si fuera una desconocida. Pero obviamente lo soy, su protagonista se andaba con cuidado. Cosa que yo no planeo hacer, ya que mientras mi boca no diga barbaridades... Sé que estaré bien.
— ¿Quieren que me moleste con ustedes? Confíen en mí, no pasará nada con nadie.
Ellos seguían mirando detenidamente.
Solté un suspiro y pase por su lado rápidamente.
Fui a mi clase, quizá estar sola por ahora sea conveniente para mí. Además debo estudiar para mis clases, no puedo permitir reprobar las clases. Debo ser la numero uno, quizá me vuelva popular y termino siendo la villana.
No estaría mal.
¿Qué pasaría si me vuelvo mala? Pero logró enamorar a los protagonistas, sería muy... Sería tan excitante.
Pero si hago eso, debo planear bien las cosas.
Tendría que hacerme muchas preguntas y responder a todas, además tengo que calcular con precisión.
— Oye, tú.
Además, si logró hacer algo y no me sale como lo pensé... Podría ser fatal para mí.
— ¿Eres sorda o qué? — Una mano se posó en mi hombro y me hizo girar con violencia.
¡Yo conozco a esta rubia!
— ¿Qué? — Conteste cansada.
— ¿Qué pretendías? — Pregunto molesta.
— ¿Ah? — Fruncí el ceño. — Yo... ¡Oh! — Alargue unos segundos las vocales. — Disculpa, no quería contestarte de esa forma, ando demasiada estresada estos días por los exámenes y focalicé sin querer...
— ¡Esas excusas son falsas! Querías que Travis fuera detrás de ti, ¿no? — Ella está molesta.
— Creo que el exceso de tu cortisol no ayudara en esta conversación, si lograras...
— ¡¿De qué estás hablando?! — Sus ojos parecían querer salirse de sus orbitas.
— Estas molesta, tu presión arterial debe haberse elevado y...
— ¡Cállate! — Chilló. — ¡¿Me estas tomando de estúpida?! Seguro piensas que podrás tenerlo para ti...
— Estas confundiendo las cosas, yo no tengo nada con él. — Aseguré.
— ¿Piensas que te creeré? ¿Piensas que no sé qué...?
— Creo que te informe que tengo exámenes, así que no quiero perder mi tiempo. — Sonreí.
— Eres una...
— Yo que tú escojo con cuidado las palabras que estas por decir — Amenacé. —, porque puedo reconocer mis errores como cualquiera. Pero si dices algo que no es cierto, o que me haga enfadar... Más que palabras, serán acciones las que realice.
Dicho esto me aleje de ella a paso firme.
¡Pero que día tan estresante!
Extraño mi vida normal, ahí no hay rubias tratando de intimidarme.
Camine tranquila hasta mi salón de clases y tomé asiento, mi mochila ya estaba ahí. Había estado aquí antes del almuerzo, quería guardar mi asiento ante cualquier evento.
Ahora tengo que concentrarme en ver alguna forma de resumir todo lo que ella debería saber, como algún mapa conceptual o diapositivas. Debo buscar alguna manera de hacerlo, si repruebo algo me sentiré mal. Primero debo leer que libros son de las clases, ayer logre memorizar su horario. Debo distribuir mi tiempo entre todos los cursos, debe haber un equilibrio entre todo.
— Renata. — Llamó.
Alguien se había sentado a mi lado.
— Tú no piensas en tus hijos, ¿no?
— He venido en paz, no quiero pelear — Asentí dudosa —. Te he traído una lista de libros que son como que el resumen de todo lo que ya deberías saber, creo que los podrás terminar en dos días.
— Gracias, ya me estaba imaginando que hacer en caso no encontrará alguna solución.
— No te preocupes, sé que quieres aprobar todos los cursos que puedas. — Comento evidente.
— Es mi deber como estudiante, debo ser la mejor. — Afirme.
— ¿Te ha pasado algo? ¿Por qué esa mentalidad?
— Dices que me has cuidado durante todo este tiempo, supongo que deberías saber el porqué. — Solté.
— Si sabes que eso pasó hace 10 años, ¿por qué simplemente no lo dejas ir?
— Ese pensamiento me ha llevado a ser alguien muy interesante en mi mundo, soy alguien a la cual la miran con valor. Si quisiera, podría quedarme aquí y terminar la carrera siendo la mejor. — Termine con una sonrisa.
— ¿Sabes por qué empezaste a cambiar? ¿Por qué dejaste de ser digna para un deseo? — Susurró. — Porque empezaste a superarte, pero te empezó a ganar la soberbia, Renata. No luchaste contra eso, te dejaste llevar por la ambición en ese mundo. — Se acercó más a mí. — ¿Porqué?
— Kalan, no pretenderé ser la protagonista buena y perfecta. Si tengo que sacar mi soberbia para ganar, lo haré. — Sonreí inocente.
— ¿Quitándole el novio a tu amiga? — Pregunto rápidamente un poco molesto.
— Ni siquiera me acuerdo su apellido, mi amiga no es. — Dije sin importancia.
— ¿Por qué sacas ahora tu personalidad?
— No es divertido jugar fingiendo algo que no soy, la chica que se preocupa por todos y que pone los sentimientos de los demás por los suyos. — Chasquee la lengua. — No, no quiero ser de ese tipo.
— Sabía que iba a pasar, pero algo dentro pensó...
— ¿Qué yo podría cambiar? — Me reí. — No tengas ese tipo de esperanza en mí, porque no creo poder cambiar ahora.
— Vale, puedes jugar. — Asentí. — Pero no seré participe de ello, puedes hacerlo lo que quieras... Conmigo no cuentas. — Se alejó.
Cuando se puso de pie, no pude evitar sonreír.
— Kalan — Llamé. —, no te alejes... Yo tengo un problema. — Tomé su mano. — Yo estoy enferma, moriré si te alejas de mí.
Sentí que se tensó.
— Renata...— Musito molesto.
Solté un suspiro, lleve mi otra mano al corazón.
— Le diré a todos acerca de mi enfermedad, de mi efímero tiempo en este mundo... ¿No quieres verlos?
— ¿Qué pretendes? — Pregunto furioso.
— Iré a decirles ahora, ¿me acompañas? — Pregunte tranquila.
— Basta. — Dijo entre dientes.
Me reí, no podía evitar reírme de esta situación.
Me encanta ver esta desesperación.
Solté su mano y solté un suspiro de alivio.
— Iré ahora, me acompañes o no. — Me puse de pie y camine a la puerta.
— ¡Renata! — Llamo.
Me quede estática.
Sentía algo diferente en el ambiente, esto no era bueno.
Pero quizá aprenda algo nuevo, ¿no?
— No dirás nada, ¿quieres que te deje muda?
— ¿Piensas que me asusta?
— Te quedarás aquí, no volverás tu vida normal. — Amenazó.
— ¿Qué hay de ti? Creí que trabajaríamos juntos, cada uno tiene un objetivo en todo esto. — Encogí los hombros.
— Si yo muero, tú tendrás que esperar el nacimiento de tu niño. ¿Lograrás esperar?
— Si tengo que esperar, lo haré. — Me giré para verlo.
— Pero si yo sigo viva, ese niño no nacerá... ¿Cierto?
Su rostro estaba asustado, vi cómo iba perdiendo color y sus ojos se oscurecieron.
Lo siento, pero debo asegurarme de que estés de mi lado.
Ante cualquier situación que se presente.
— Yo no haré nada que pueda manchar este libro, por el momento. Pero quiero tu sinceridad al cien por ciento ¿Puedes dármela?
— ¿No he sido lo suficientemente sincero contigo? — Entrecerró los ojos.
— Se dice que todo ser humano tiene algún sexto sentido, el mío me dice que hay algo más.
— ¿Acerca de? — Pregunto.
— Tú me estas ocultando algo, no me mientas. — Señale enojada.
— ¿Qué más quieres saber? Te he dicho todo lo que sé, ¿por qué piensas que te miento?
Escuche una risa que venía detrás de mí.
Era una risa varonil.
— No creí que la situación se pusiera así, ¿solo con hacer un movimiento?
— ¿Qué le has hecho? — Rugió.
— Kalan, la conozco tanto como tú. Así que, si le plantaba la duda en su cabeza, sabía que iría hacia ti.
Di vuelta y vi al mismo chico de aquella fiesta.
— ¿No le tienes confianza a Kalan? Cariño, sabes... Si yo fuera Kalan, te habría dejado morir.
Permanecí relajada, sus palabras no surgían efecto en mí.
— Las palabras no son nada para ti, pero el dolor aún es de humanos... Lástima que tú eres uno.
Sus ojos brillaron de manera descomunal.
Me sentí cegada por...
Dolor.
Todo mi cuerpo empezó a dolor, era como si estuviera comprimiendo mis huesos. No podía respirar bien, al parecer estaba comprimiendo algo más que mis huesos. No podía escuchar nada más que un fuerte pitido. Toda mi cabeza parecía querer explosionar.
Me estaba muriendo del dolor.
Pero me estaba negando a gritar.
No quería hacerlo.
Caí de rodillas abrazando mi cuerpo.
Cerré mis ojos, tratando de calmarme.
¿Es ese tipo?
¿Qué gana haciendo esto? ¿Por qué se está metiendo en una pelea de dos?
No pienso irme sin una respuesta y este tipo la tiene. Sé que la tiene.
— ¡Renata!
Esa es la voz de Kalan.
Al abrir mis ojos lo vi sosteniéndome la cara.
¿Por qué no lo siento?
Mi cuerpo dejo de doler, pero comenzó a temblar, como si tuviera frio.
— Renata, no iremos a otro lugar. Será mejor que inventes una excusa a tus amigos del porque te fuiste temprano.
No podía hablar.
Sentía que la garganta se me rompería si la forzaba, ¿qué está pasando? ¿Qué tenía ese sujeto contra mí? ¿O es por Kalan? Debe ser por él. Yo no tengo asuntos con los de su mundo. ¿Pero qué gana jugando conmigo?
Cerré mis ojos.
Debo pensarlo bien.
Este tipo tiene algo contra Kalan, si tan solo fuera un tipo que pondrá a prueba a Kalan... Habría bastado con lo que hizo en el primer libro. Él impuso esa regla, sino me equivoco. Todo lo que mi boca suelte, será cumplido.
Pero si ya hizo eso, ¿para qué volver? ¿Quiere atormentar a Kalan? Debo suponer que hay algo más con ellos, algo que Kalan no me quiere decir.
¿Por qué cuestionar a Kalan? ¿Por qué quiero saber de él?
Él sabe todo de mí, quiero saber de él. Quiero saber qué clase de persona es la que estará a mi lado durante este período, analizarlo.
Si dice que estuvo ahí todo este tiempo, quiere decir que me ha cuidado. Él no quería que yo muera, porque eso era esperar más años.
Pero me cuido.
¿Incluso de cuando casi muero por ese accidente?
No hubo una explicación acerca de cómo...
¿Por qué estoy desconfiando de él?
¿Por qué decidí sacar esta personalidad de mí? Esto es algo que reservo para mi defensa, Kalan no es un peligro para mí.
¿Por qué estoy desconfiando de él?
¿Qué me ha hecho él para que yo le haga esto?
Nada. Fue sincero.
¡Maldita sea!
Pero tengo aún esta inquietud, no puedo calmarla con lo que estoy pensando. ¿Por qué? Quiero encontrarle sentido a esto... Pero no puedo hacerlo.
— Renata. — Llamó. Abrí rápidamente mis ojos.
Cuando quise contestar no pude.
Era otra vez este dolor en la garganta, como si la estuviera desgarrando.
— ¿Te duele hablar? — Asentí — Comprendo, creo saber que te ha hecho.
Observe a mi alrededor.
Esto es un bosque.
¿Qué hacemos en un bosque?
Kalan me coloco en el suelo suavemente, mis piernas no respondían bien. Así que nos sentamos, frente a frente.
Al parecer está cansado, él está un poco pálido.
— Escucha, te diré todo lo que puedo comprender hasta el momento. — Me dijo calmado —. Te dije que ese tipo busca la forma en la que yo no cumpla mi trabajo y tengo miedo que eso pase. Si tú mueres, no volverás a casa y tus padres pensarán en algún secuestro — Abrí mi boca ligeramente —. Cálmate, no te estés forzando por ahora.
Me miró a los ojos directamente. Por la forma en la que me observaba, logré sentir que se encontraba intranquilo... Hasta más que yo.
Miré mi entorno y solo había pasto, no hay tierra.
— Quiero saber qué piensas, pero parece que estás bloqueada... Realmente no lo entiendo — Susurró —. Este tipo fue el que ocasionó la muerte a la primera niña que iba a conceder el deseo, no dudó que quiera hacerlo mismo contigo — Sentí el corazón detenerse por unos segundos — No puedes desconfiar nunca más de mí, jamás vuelvas a sacar esa personalidad tuya para atacarme. — Advirtió.
Lo siento.
En serio, disculpa.
— Él mencionó que sembró la duda en ti, por eso comenzaste a desconfiar. Dudaste de mí y no fuiste concientes, simplemente te dejaste llevar por tus pensamientos y sentimientos — Él soltó un suspiro cansado — Estaré más atento a ti, con él presente en todos lados... No hay lugar seguro para ti.
Asentí.
— Si tienes alguna duda sobre mí, dímelo por favor. — Suplicó.
Levante la mirada y otra vez, esos ojos llenos de emociones. Desesperación, miedo... Yo he provocado esto con mi duda, con lo que yo llamo defensa.
— Aún tengo cosas que tengo que contar, pero sé que me entiendes cuando te digo que aún no me siento preparado para hablar — Asentí —. Pero si hay algo que yo pueda hacer, o qué pueda mencionar te lo diré... No vuelvas hacer esto, Renata.
Verlo así me hacer acordar a cierta persona de mi mundo.
Mi padre.
Él me decía que si una persona llegaba a mí, que sí se estaba mostrando poco a poco a mí... No desconfiara, sobretodo si era una persona con un pasado no tan bueno.
Mi padre me advirtió que sí lo hacía lastimaría a esa persona, que sí está siendo sincera podría ver el dolor en sus ojos.
Podría ver la desesperación.
He lastimado a Kalan, él solo se preocupó por mí todo este tiempo... Me ayuda cuando puede hacerlo y no me ha negado los favores.
Hice una esfuerzo, mi garganta dolía, pero quiero que él lo escuché.
— Renata — Llamo —, sé que no volverá a pasar esto por qué...
— Lo siento. — Logré decir.
Sentí que la garganta me ardía como el mismo infierno, a eso también sentía que se me clavaban varias agujas al mismo tiempo.
— Renata, te harás daño si vuelves a hablar. — Advirtió.
Negué rápidamente.
Yo realmente quiero disculparme.
No soy cercana a él como una amiga, pero me ha contado algo personal para él.
¿Por qué tuve que actuar así?
Mis ojos se llenaron de lágrimas y lo abrace los más fuerte que pude.
Todos nosotros hemos pasado por miles de cosas, hemos perdido a alguna persona amada. Sé el dolor que es pasar por eso, él perdió su vida y no logró ser feliz con la mujer que amaba. Él fue rechazado por su familia de ella sin razón, él merecía tener una familia a la cual amar y morir de anciano.
— ¿Te estás disculpando? — Asentí desesperadamente — Lo siento si algunas veces soy rudo con las palabras, sé me olvidaba que aún eres una adolescente.
Apoye mi mejilla en su hombro.
Este hombre se sacrificó por la mujer que amaba, solo para que ella fuera feliz.
— Tú mencionaste que existen las segundas oportunidades... Esa niña que murió fue mi segunda oportunidad, Meredith había reencarnado en esa niña — La oración lo terminó en un susurro. —. Mi segunda oportunidad se había ido con esa niña, quería protegerla hasta que ella pudiera cumplir su deseo. Si ella estuviera viva... Tal vez podría haber estado con ella tomando algún te. — Rió de manera amarga.
¿La niña?
¿Esa niña fue su segunda oportunidad?
— Yo supe de eso después de que ella muriera, jamás había sentido tanta desesperación... Por eso te mencioné que yo ya no tenía una segunda oportunidad.
Me aleje de él y negué rápidamente.
— ¿Por qué lloras? — Susurró.
Me seque rápidamente las lágrimas.
— Renata, yo solo estoy buscando la manera de que esto acaba para ti. Sé que tarde o temprano, acabarás desesperada buscando a tus padres. Sé que los extrañaras — Sonrió de forma compasiva —. Cuando eso pase, tú estarás totalmente desesperada y perderás toda la fe que tengas albergada.
Bajé la mirada.
— Es de humanos sentirnos así, no te culparía por eso. Pero si trataría de apoyarte, te he visto crecer y pasar por muchas etapas, prácticamente eres como una hija a la cual he criado.
Sonreí.
Kalan luce cansado, la palidez en su rostro era más notoria.
Se me fue la sonrisa rápidamente.
— Puedes contar... — Kalan empezó a pestañear constantemente — Estoy cansa...
Antes de poder terminar la frase de desplomó hacia mí, lo recibí rápidamente.
Toque su cara, pero no hay fiebre.
Fue a su cuello y aún había pulso.
¿Estará cansado? ¿Ese tipo le hizo algo?
¿Por qué me estoy embargando de culpa? ¿Porqué me siento así?
— Esto se está volviendo un desastre, se acabó lo bonito y fue por mí culpa.
Acomode a Kalan en mis piernas de la mejor manera que pude, él parecía que no despertaría. El rostro que me observaba molesto cuando lo hacía enojar, o cuando reía. Ahora se veía solo cansado y pálido, fue mi boca.
— Seré una buena chica, o eso intentaré a partir de ahora, te sentirás orgulloso y ese demente no te hará daño. — Susurre.
Mire a mi alrededor y todo era precioso, las flores que se extendían a mi derecha, con árboles tan altos que parecía no tener fin. El sonido de aves cantando, o tal vez insultandose, sonaban en el lugar.
¿Dónde estamos?
Perdón por demora, han pasado ciertas cosas. Prometo actualizar más rápido. Besos a todos, cuídense y que pasen un lindo día con sus papis 💖
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