Trauma
—¡Por Merlín! — exclamó furiosa Madame Pomfrey revisando a Alex—. ¡¿Cómo es posible que algo así ocurra en Hogwarts?!
El grupo de adolescentes llegó al ala del hospital irrumpiendo sin cuidado a lo que la sanadora estuvo por reprenderlos por su brusco ingreso cuando vio a Jones, cubierta con dos túnicas de Slytherin, abrazada por su prima y con el miedo plasmado en su rostro. Enseguida la llevó a una de las camas, la cubrió con las cortinas y la revisó mientras le preguntaba a la latina qué le había ocurrido. Alex no respondió, sabiendo que los chicos estaban del otro lado de la cortina, aunque tampoco se sentía segura de hablar enfrente de Lily y Metstli. Sintiendo las emociones de su humana, la brije habló por ella; gracias a su conexión tuvo acceso a los recuerdos de su humana y le contó lo ocurrido con Lucius Malfoy.
Madame Pomfrey se quedó boquiabierta al principio, después comenzó a gritar su descontento y preocupación ante la seguridad del castillo y de sus estudiantes. Mientras hablaba, ya más tranquila, sacó su varita y revisó a la latina con los hechizos básicos de sanación encontrando, gracias a Merlín, heridas menores. Estaba por hacerle los hechizos correspondientes a un ataque sexual cuando recordó que no estaba sola con las primas y la loba. Salió de detrás de la cortina, teniendo cuidado de que Jones no se viera, y se dirigió hacia los muchachos
—Ustedes, esperen afuera hasta que termine de revisar a la Srta. Jones
—Yo no me voy —dijo Severus con firmeza—. Me quedo aquí
—¡De ninguna manera, Snape! Ya es bastante incómodo para su amiga el tener que revisarla ante su prima y su mascota, el que ustedes permanezcan aquí solo lo empeorara. Así que todos ustedes, afuera ¡ahora!
La sanadora echó a empujones a los cinco chicos y cerró las puertas de la enfermería con magia. Severus iba a sacar su varita, pero una mano en su muñeca lo detuvo. Miró molesto a Regulus, pero el chico no se asustó; conocía bastante bien su mal carácter por lo que necesitaría más que eso para intimidarlo.
—Severus, entiendo que estas preocupado por Alex, yo también lo estoy...
—Y nosotros —se metió Sirius en la conversación, a lo que Remus le dio un codazo para callarlo y entre él y James le hicieron un chitón.
—Pero por ahora debes calmarte —continuó el menor, ignorando a su hermanos y amigos—. Ahora mismo está a salvo en la enfermería con Madame Pomfrey, Lily y Metstli, así que tranquilízate y esperemos a que...
—Si no puedo estar con Alex, entonces iré a otro lado —dijo el azabache, soltándose de un tirón del agarre de su mejor amigo
Regulus y los Merodeadores de inmediato entendieron lo que Snape quería hacer, así que los tres leones le cortaron el paso, ocasionando que la serpiente se enojara más.
—Quítense de mi camino
—Snape, entendemos cómo te sientes... —empezó a decir Potter
El azabache soltó una fría risa haciendo que Regulus y los Merodeadores se miraran entre sí desconcertados por su reacción. Severus paró de reír de golpe y se volvió hacia sus enemigos con enfado.
—¡¿Desde cuánto, ustedes tres, son comprensivos con los demás?! Toda la vida me la han hecho imposible y ahora que la persona que más quiero está mal ahora sí dicen que me entienden. ¡Ha! En verdad que son unos hipócritas
—Snape —James dio un paso hacia él—. Entiendo que nosotros somos las últimas personas...
—¡Dejen el acto y quítense de mi camino! ¡O sino los...!
—Joven Snape, cálmese —Los adolescentes se volvieron encontrándose con el director y los jefes de Slytherin y Gryffindor detrás de él—. Necesito que los cinco vengan conmigo y me expliquen, lo más detallado posible, qué fue lo que ocurrió en las mazmorras.
—¿Qué? ¿Malfoy no soltó nada? —preguntó Severus, notándose en su voz el sarcasmo. Conocía bastante bien al rubio como para saber que este buscaría la manera de salir impune de su crimen
—Desafortunadamente, no —contestó Dumbledore—. Solo dijo que era un malentendido...
—¿¡UN MALENTENDIDO?! —gritó Severus. El chico empezó a caminar por todo el pasillo, como (irónicamente) león enjaulado, sin poder contener más su ira—. ¡LUCIUS MALFOY TRATÓ...!
Regulus cubrió la boca de su mejor amigo con ambas manos; sabía que lo que pasaba en Hogwarts, por muy pequeño e insignificante que fuera, se esparcía por el castillo como la pólvora, por lo que no era necesario que Severus lo gritara a los cuatro vientos y empeorara las cosas. El azabache seguía gritando y despotricando contra Malfoy a la vez que trataba de quitarse las manos de su mejor amigo de la boca. Terminó de gritar y el chico estaba temblando de furia. El menor Black todavía le cubría la boca, preocupado de que Severus perdiera los estribos, de nuevo.
—Joven Black, creo que ya puede soltar a su amigo —dijo Dumbledore
El menor no estaba seguro, pero si el director se lo decía debía confiar en él ¿no? Soltó al azabache y por un momento este se vio tranquilo. No tuvo tiempo Regulus de relajarse cuando Severus, de nuevo, empezó a gritar y otra vez le tapó la boca.
—¡Por los cuatro fundadores! —Madame Pomfrey salió a ver que era ese escándalo y detenerlo—. Si van a gritar, háganlo en otro lado. Están en las puertas de la enfermería y mi paciente necesita descansar
—Una disculpa, Poppy —dijo Dumbledore—. ¿Podemos hablar con la Srta. Jones, en privado?
—Claro, director
Dumbledore, McGonagall y Slughorn entraron a la enfermería. Severus trató de colarse, pero la sanadora lo descubrió y le cortó el paso, regañándolo por el escándalo y advirtiéndole que, si no se comportaba, no lo dejaría visitar a Alex cuando se le permitieran las visitas. Con eso cerró de nuevo con magia la puerta dejando afuera a los cinco muchachos. Severus gruñó frustrado y le dio un puñetazo a la puerta; no estaría tranquilo hasta ver a Alex.
Dentro de la enfermería, el director y los jefes de Gryffindor y Slytherin vieron a Alex sentada en la única cama ocupada del lugar en el rincón más apartado. No era para menos, con la horrible experiencia que la latina acababa de vivir era de esperarse que quisiera estar lo más lejos posible de todos. Los docentes se acercaron a la paciente, acompañada por su prima y su mascota. En cuanto las tres advirtieron la presencia de los adultos, Lily se levantó y Metstli se bajó de la cama.
—Srta. Jones ¿está más tranquila? —preguntó Dumbledore
Alex supuso que el director en realidad quería preguntarse si se encontraba bien, pero esa pregunta quedaba fuera de lugar en ese momento porque, obviamente, no lo encontraba, ni física ni mentalmente. Gracias a Dios que Severus y los demás llegaron a tiempo por lo que Malfoy no pudo llegar hasta el final, pero todavía sentía las manos del mortífago recorrer su cuerpo, tocándola descaradamente y sus labios sobre los suyos... eso la hizo estremecer y no pasó desapercibido para los presentes.
—Srta. Jones, entiendo que es difícil —dijo el director sonando lo más tranquilo posible—, pero necesito que nos diga...
—¡No! ¡No puedo! —exclamó Alex, acostándose en la cama y cubriéndose con las sábanas por completo
—Por favor, Jones —dijo Slughorn—. Sus compañeros y el director vieron lo ocurrido, o al menos una parte, necesitan que les diga...
—¡No!
—Horace, por el amor de... sé más sensible —reprendió McGonagall a su colega ante su falta de tacto.
—¿Qué?
La animaga negó con la cabeza. Se acercó a su alumna, se sentó delicadamente en la orilla de la cama junto a ella y puso su mano sobre los dedos de ella que estaban fuera de la sábana.
—Jones ¿estaría más cómoda si nos lo cuenta a Poppy y a mí? Porque se ve que en este momento no quiere estar en contacto con ningún hombre, aunque sea para ayudarla
—Minerva ¿qué...?
Dumbledore interrumpió a Slughorn. La subdirectora hizo un excelente movimiento con su alumna, además de mostrar una gran empatía. El director les dijo a las mujeres que él y el viejo maestro de Pociones esperarían afuera mientras ellas conversaban. Slughorn decía que, como jefe de la casa de Jones, debía estar presente, pero Dumbledore sacó a su colega de la enfermería encontrándose con que los jóvenes seguían haciendo guardia, aunque para ser honesto eso no le sorprendió al viejo director.
«Realmente Alejandra es muy apreciada por sus amigos. Espero que en el futuro sea así con sus amistades.» pensó Dumbledore.
Severus iba a preguntar si ya podía entra a ver a la castaña, pero el director se le adelantó diciéndole que McGonagall estaba hablando con ella sobre el ataque de Malfoy y que por lo mismo se sentía más cómoda hablando con mujeres por el momento. Lo último le dio al azabache, si Alex no quería ni verlo ¿cómo podría hablar con ella? Eso hizo que el enfado contra Malfoy creciera, más de lo que ya sentía. Dumbledore puso atención a Snape, sorprendiéndose con su actuar; era el menos expresivo de sus emociones y ahora estas estaban a flor de piel. Le alegraba ver que Jones era una buena influencia para él. El viejo director carraspeó llamando la atención de los presentes, uso magia sin varita para silenciar el pasillo y les pidió a los muchachos le que contaran su versión de lo ocurrido. El primero en hablar fue Snape.
Alex escuchó las puertas de la enfermería cerrarse, apartó la sábana lo suficiente para permitirle ver y darse cuenta de que solo McGonagall permaneció ahí, si bien pudo darse cuenta también con el movimiento de su cama si la subdirectora se hubiera levantado. La mujer se percató del movimiento de su alumna y se volvió hacía ella.
—¿Mejor, Jones?
—Sí
—Ahora ¿podría contarnos lo ocurrido? Lo necesitamos para llevar el caso al ministerio...
—¿Para qué? —la pregunta de Alex tomó por sorpresa a todas—. Lucius Malfoy tiene el dinero y las conexiones para que esto quede impune. Ni siquiera la persona más justa podría tomar cartas en el asunto sin que Malfoy use su dinero e influencias para que olvide el caso o que siquiera se tome en cuenta.
Alex dijo todo eso recordando lo que los Weasley les contaron sobre que Malfoy convenció al ministerio que estuvo del lado de Voldemort solo porque había estado bajo el maleficio Imperius y así pudo librarse de Azkaban. Si logró convencer a todos que no era un mortífago, la denuncia de una menor de edad de un intento de violación sería evitado con un simple chasquido.
—Alex, no puedo creer que digas eso —dijo Lily incrédula y molesta, haciendo que su prima la mirada atónita—. Tú eres de las primeras personas en hacer lo correcto y ayuda a los demás asegurándote de que las cosas no se queden sin castigo. Y ahora que tú eres la afectada ¿no harás nada? Es cierto que Malfoy tiene los medios para librarse de esto, pero eso no lo hace inmune a la ley. Por los gritos que pegó Severus estoy segura de que, de no ser por Regulus, en estos momentos iría a buscarlo y le lanzaría todos los maleficios oscuros que conoce para hacerlo pagar por lo que te hizo.
—Lo de la magia tenebrosa me parece demasiado, Srta. Evans —dijo la profesora McGonagall—. Pero tiene razón que el joven Snape no se quedara de brazos cruzados. En verdad estaba fuera de sus casillas.
Alex se sentó en la cama y miró boquiabierta a la subdirectora. Severus ¿estaba preocupado por ella? Bueno, eran amigos y eso era normal. No obstante, su actuar no era como el que uno tendría por una amiga. ¿Podría ser...?
«Especulaciones de las emociones, después.» interrumpió la brije los pensamientos de su loba. «Mandar a Malfoy a las autoridades, ahora.»
«Ok, perdón.»
La castaña respiró profundo y contó lo ocurrido. Cuando llegó a la parte en la que Malfoy la ató a la pared la voz se le cortó y no pudo seguir hablando, en esa parte siguió Metstli junto con su versión de la historia (buscando ayuda). El ver los recuerdos de Alex y lo que ese rubio le hizo a su humana le hirvió la sangre y deseó que Snape le enseñara esa magia tenebrosa para usarla en el oxigenado.
McGonagall y Madame Pomfrey estaban atónitas, ambas mujeres cubriéndose la boca con las manos. ¿Intentar agredir sexualmente a una estudiante solo para obligar a otro a unirse al bando de Lord Voldemort? McGonagall hablaría seriamente con Dumbledore sobre reforzar la seguridad del castillo y la comunicación de los estudiantes con gente ajena a sus familiares y amigos.
Lily en todo momento abrazó a su prima y, por primera vez en su vida, quiso aprender Artes Oscuras y así torturar sin piedad a Lucius Malfoy. ¿Cómo se atrevía ese... oxigenado a obligar a su hermano a unirse a El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado y torturar a su prima porque ella lo salvó de ese oscuro camino? Pensándolo bien, tal vez no aprender Artes Oscuras, pero sí pedirles a los Merodeadores que le enseñen a hacer bromas, aunque no serían suficientes para hacer pagar a Malfoy.
Una vez pasado el shock, la subdirectora se levantó, se aclaró la garganta y dijo:
—Gracias por contarnos todo, Srta. Jones y Metstli. Me alegra saber que el joven Snape la rescató a tiempo
—A mí también —murmuró Alex
—De todas maneras, será enviada al Hospital San Mungo para un chequeo más profundo, además de bríndale ayuda psicológica para superar esta horrible experiencia.
—Sí, profesora
—De acuerdo. —McGonagall se volvió hacia la sanadora—. Poppy ¿ya puede recibir visitas?
—Sí, pero después de ese escándalo...
—Creo que se calmara si les permiten ver a su amiga. De lo contrario hará una locura peor
No muy convencida, Madame Pomfrey por fin asintió dando su consentimiento a las visitas. McGonagall se despidió de todas y salió de la enfermería encontrándose con los jóvenes y sus colegas esparcidos por el pasillo a la espera de noticias, a excepción de Snape, con quien casi chocaba porque el chico estaba plantado ante la puerta.
—Poppy dio autorización... —Severus paso junto a la profesora de Transformaciones, casi corriendo, dejándola con la palabra en la boca y sorprendida por su actitud
De inmediato Regulus lo siguió y Sirius iba a hacer lo mismo, pero James y Remus lo detuvieron.
—¿Qué hacen?
—Sirius, lo mejor será dejar a Alex solo con sus amigos más cercanos —dijo Remus—. Nosotros podemos venir después
—¿Estás...?
—Apoyo a Remus —dijo James—. Además, creo que solo se permiten seis visitas por paciente y con nosotros seriamos siete
—Pues uno de ustedes...
—Por el momento escuche a sus amigos, señor Black —intervino Dumbledore—. Comprendo que usted también esté preocupado por ella, ya que los tres acudieron en su auxilio, pero en este tipo de situaciones es mejor que las personas más cercanas estén con ellos. Sin mencionar que, por el momento, será mejor que este lejos de la compañía masculina y eso se lo puede agradecer al señor Malfoy.
—Entonces ¿por qué Snape...?
Harto de su insistencia, Remus se llevó a Sirius de la oreja del ala del hospital seguido por James, quien en circunstancias normales se habría reído de sus amigos, pero ahora no era el momento ni tenía el ánimo, estaba pensando en lo ocurrido.
Lily llevaba más tiempo siendo amiga de Snape y en cambio Malfoy atacó a Jones, eso quería decir que, probablemente, ese "aristócrata" tuvo a ambas en la mira y como la castaña fue a quien tenía más cerca por eso lo hizo. Además, las mazmorras eran un lugar oscuro y apartado por lo que era más fácil llevar a cabo sus malvados actos que en alguno de los pasillos o aulas vacías del resto de Hogwarts. Ese pensamiento lo hizo estremecer, estaba preocupado por Evans y el pensar que pudo haberle pasado a ella en lugar de su prima... un escalofrío recorrió su cuerpo y sacudió su cabeza para alejar ese horrible pensamiento. Aprendería más hechizos defensivos y duelo para protegerla y también a su prima. Más que nunca estaba determinado a convertirse en auror.
Severus entró a la enfermería como alma que lleva el diablo. Vislumbro a Alex en la cama más apartada del lugar y caminó rápido hacia ella preocupado y aliviado a partes iguales.
—¡NO!
El azabache detuvo su andar, haciendo que Regulus chocara contra él, y miró estupefacto a la castaña. Alex se percató de que alguien iba hacia ella, volteó encontrándose con Severus y Regulus, pero su mente hizo que no los viera a ellos sino a Lucius Malfoy por lo que aterró. Los chicos se detuvieron, Lily y Metstli se acercaron a Alex abrazándola y calmándola.
—Alex, todo está bien —dijo la pelirroja—. Son Severus y Regulus, nada más
—Entiendo que Snape espanta, pero no creo que sea para tanto —bromeó la loba con la intención de animar a su humana
En circunstancias normales Severus le habría gritado a Metstli por insultarlo, pero estaba anonadado viendo a Alex temblar y ocultarse en los brazos de Lily. Apretó los puños con fuerza en señal de rabia e impotencia ¿qué carajos le hizo Lucius Malfoy antes de que él llegara a rescatarla? ¿Acaso él logró...? Palideció y miró alarmado a la castaña. ¿Qué haría? ¿Cómo podría ayudarla si Alex entraba en pánico solo con su presencia?
Metstli se volvió confundida hacia Snape; por lo general el chico la insultaba cada vez que se metía con él, pero esta vez no pasó nada. Se sorprendió al verlo pálido (más de lo usual) y el miedo reflejado en su rostro, no necesitó la Legeremancia para entenderlo: el chico quería acercarse a Alex y ayudarla, pero no podía hacerlo por su reacción causada por el trauma que el oxigenado le creó.
La loba le susurró a Lily que por favor cuidara a Alex mientras ella hablaba con los chicos. La pelirroja asintió, sin romper el abrazó acarició el cabello de su prima con cariño y le susurró palabras dulces para tranquilizarla. Metstli bajó de la cama y caminó hacia la salida de la enfermería no sin antes hacerles un gesto a los chicos de que la siguieran. Severus miró a Alex antes de salir detrás de la loba fastidiosa. Una vez afuera, Metstli tomó forma humana y los chicos no pudieron evitar soltar un jadeo de asombro: la brije ahora lucía como una chica (más o menos de su edad) usando una playera negra con la imagen de un lobo blanco impresa en el pecho, pantalones de mezclilla azul cielo y tenis azules con franjas y agujetas negras. Cabello negro recogido en una coleta alta que le llegaba a la mitad de la espalda y ojos color plateado. Lo único peculiar de su aspecto es que tenía orejas y cola de lobo negro con franjas azul.
Severus admitía que estaba impresionado por esa peculiar habilidad de la brije, pero él estaba seguro de que la "joven" no los sacó de la enfermería por eso. Metstli vio las reacciones de los Slytherins y no le sorprendió ver que el asombro de Snape paso, casi de inmediato, a seriedad.
—Por Salazar —dijo Regulus, todavía anonadado—. ¿Cómo hiciste eso?
—Eso es una habilidad brije en caso de que nuestro humano necesite nuestra ayuda y con nuestra forma animal no podamos —explicó Metstli—. Y antes de que me regañes, Snape —agregó enseguida al ver que el chico abría la boca y su expresión se volvía de enfado—. Aunque con la forma humana somos más fuertes, no podemos permanecer así por mucho tiempo. Igual, antes de que digas algo, tomé esta apariencia para hablar con ustedes dos. Siento que así me tomarás más en serio que como loba.
—¿Qué ocurre, entonces? —preguntó Severus, sin rodeos—. ¿Por qué Alex reaccionó así al ver que me... nos acercábamos a ella? Dumbledore nos advirtió que, por el momento, lo mejor era que los hombres no se le acercaran. Pero no podía...
—Fácil: Lucius Malfoy —esa respuesta confundió a los chicos en vez de ayudarlos. Metstli suspiró y siguió—. Quiero decir que, como efecto secundario de lo que ese oxigenado le hizo, Alex... no querrá tener a ningún hombre cerca de ella hasta que se sienta cómoda con ellos de nuevo, aun tratándose de gente que ella conoce.
Ese dato impactó a Severus y Regulus, sobre todo al mayor. El azabache retrocedió negando con la cabeza hasta topar con pared, se deslizó por esta hasta quedar sentado en el suelo, se llevó las manos a la cabeza negando con frenesí. Era su culpa, lo ocurrido a Alex era culpa suya, sino hubiera rechazado la oferta de Malfoy esto no habría pasado; la castaña no hubiera sido agredida con la intención de lastimarlo a él por medio de un ser querido.
—Severus —el aludido no respondió ni levantó la mirada. Escuchó a alguien sentarse junto a él y enseguida un brazo rodeando sus hombros. No necesitó voltear para saber que era Regulus—. Sé lo que estás pensando, y de una vez te digo que el ataque de Alex no fue tu culpa
—¡Claro que lo fue, Regulus! —exclamó el mayor. Apartó el brazo del menor sobre él, se levantó y caminó ante él y Metstli con frustración—. Esto pasó porque le dije a Lucius que ya no me uniría a los mortífagos. Hace tiempo que Malfoy me lo propuso y al principio sí estaba interesado. Pero ahora le dije que no y esto sucedió
—¡A ver, a ver, a ver, a ver! —dijo Metstli, procesando la información—. ¿Cómo esta eso de que "primero sí y después no"?
Severus se detuvo, miró a la brije y le contó todo: la razón por la que quiso unirse al Señor Tenebroso (odio a su padre muggle y los Merodeadores y probar que un mestizo era igual o mejor que un Sangre Pura) y lo que lo hizo cambiar de opinión: Alex.
Metstli miró atónita a Snape. Eso no lo vio venir, ni en un millón de años ¿cómo era posible...? De pronto recordó las interacciones de esos dos y quiso golpear a su humana muy fuerte en la cabeza. Entendía que quería que el futuro murciélago grasiento de las mazmorras tuviera una vida mejor ¡pero eso no significaba que cambiara el pasado!
«¿¡Que no aprendió de Volver al futuro 2 sobre la dichosa paradoja del tiempo!? ¡¿O hace poquito de no interrumpir un evento canónico con Spiderman: a través del Spider-Verso?!»
«Lo siento»
Metstli se sobresaltó al escuchar a Alex responderle. Le dio la espalda a Snape, fingiendo que veía los terrenos de Hogwarts por la ventana.
«Alex, yo...» a pesar de estar hablando por medio de su conexión, la brije respiró hondo antes de seguir. «Hablaremos de esto cuando estes más tranquila ¿ok?»
«OK»
La brije cortó la conexión y regresó su atención a Snape. Fue una mala idea dejar que Dumbledore aceptara a Alex como una "estudiante de intercambio" en Hogwarts; como conocía a la mayoría de las personas que vivían en el castillo, más las que fueron conociendo, lo natural era mantenerse alejados de ellos todo lo posible. Pero al parecer no, desde un principio hacer lazos de amistad, y desarrollo de sentimientos, con ellos arriesgándose a estas cosas. En cuanto Alex fuera dada de alta, ambas irían a hablar con Dumbledore y le dirían que debían irse de Hogwarts y de la vida de todos; aceptarían la ayuda del viejo director para regresar a su época, pero romperían contacto con todos para no arriesgar más el futuro.
Era lo mejor para todos.
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