Sirius Black
Regulus Black no es de esas personas que le interesa meterse en la vida de los demás. No obstante, se sorprendió, a la vez de darle curiosidad, de ver a Jones entrar a la Sala Común cabizbaja y, prácticamente, apartando a todos de su camino de un empujón. Algo le decía que esa actitud tenía que ver con cierto pelinegro, pálido y malhumorado de su Casa. Cerró el libro que estaba leyendo, se levantó y fue tras la castaña aunque no pudo avanzar más en cuanto llegó al ala de dormitorio de mujeres. Para su suerte, un par de chicas de segundo iban saliendo, les pidió que fueran a buscar a una compañera. Las chicas iban a reclamarle cuando vieron la fría miraba que el heredero Black les lanzó, se callaron y fueron a buscar a la chica.
Diez minutos después las alumnas de segundo pasaron rápido y sin mirar a Regulus y detrás de ellas a Alex, quien intentaba disimular el hecho de que estuvo llorando.
—Para que estés así, es porque algo pasó con Severus ¿verdad? —dijo Regulus
Alex frunció el ceño, le lanzó una mirada enojada y dio media vuelta para regresar a su habitación. Regulus la agarró rápidamente de la muñeca, deteniéndola y llamando su atención,
—Suéltame, Black
Al escucharla de esa manera hostil, el menor Black confirmó su sospecha. No la soltó, pero aflojó su agarre y le sonrió con empatía. Con ese gesto, Alex se tranquilizó un poco.
—¿Quieres hablar de eso? —preguntó con cautela Regulus
La latina se lo pensó un momento. Finalmente asintió. El ojigris le soltó la muñeca, pero enseguida la tomó de la mano y se la llevó de la Sala Común.
—¿Adónde vamos? —preguntó Alex
—Te dije que a hablar, pero no creo que quieras que todo Slytherin sepa que te comportas como una Gryffindor emocional por un chico. —contestó Regulus
La castaña tensó por ese comentario.
«Si tan solo supieras la verdad»
Echaron a andar a buen ritmo por los pasillo hasta llegar al séptimo piso y la latina abrió los ojos como plato al ver que Regulus se dirigía a un tramo vacío de pared frente a un enorme tapiz que representaba el absurdo intento de Barnabás el Chiflado de enseñar ballet a los trols. El ojigris la soltó y pasó tres veces por delante de ese trozo de pared, concentrándose en lo que necesitaba.
Alex no podía disimular su asombro, jamás se le pasó por la cabeza que ella y sus amigos —tal vez— no fueran los únicos que conocieran la Sala de Menesteres.
«O al menos de mi época»
El menor Black dio media vuelta bruscamente al llegar a la ventana que había más allá del tramo vacío de pared, y luego regresó al alcanzar el jarrón del tamaño de una persona que había en el otro extremo. Tenía los puños apretados y miraba al frente y Alex no pudo evitar recordar que Harry se había puesto así la primera vez que fueron a la Sala que Viene y Va.
Después de dar la tercera vuelta, en la pared apareció una puerta negra con un picaporte de latón. Regulus posó una mano sobre esta, pero no la abrió; se volvió hacia Alex y la miró con seriedad.
—Este lugar solamente lo conocemos Severus y yo, así que por favor jura que no se lo dirás a nadie. Ni siquiera a Evans
—Lo primero —contestó Alex
Con eso se dio por satisfecho el menor Black y abrió la puerta. Se hizo a un lado para que la castaña entrara y así lo hizo la latina. Al hacerlo, le impresionó lo que había pedido Regulus; era conocido que la Sala podría aparecer casi todo lo que quisieras, lo que le llamó la atención es que el lugar casi parecía ser la biblioteca de Grimmauld Place, a excepción de que esta era más pequeña y se veía más acogedora que del cuartel de la Orden del Fénix y no estaba el árbol genealógico de los Black.
Regulus cerró la puerta y se sentó en uno de los sillones. Con un gesto en la mano le indicó a Alex que se sentará en el sofá junto a él; la latina no estaba cómoda por la situación, pero no tuvo más opción que aceptar la invitación del menor Black.
—Entonces ¿qué sucedió con Severus? Algo debió pasar con él para que te pusieras así
Alex desvió la mirada hacia la chimenea. No tenía el humor, ni el valor de encararse a Regulus en ese tema; mucho menos escucharlo decirle «Te lo dije». El menor Black sospechaba de la actitud de la castaña, tomando en cuenta la conversación que habían tenido esa mañana sobre el ojinegro. El ojigris suspiró y deseo que en la Sala de Menesteres pudiera aparecer una cerveza de mantequilla o al menos un té, más que nada para tener algo que hacer y no tener que soportar ese molesto silencio; no obstante, no tuvo que esperar mucho. Escuchó a la chica suspirar y, sin mirarlo, le relató lo que pasó en la enfermería. Incluso tuvo que contarle primero qué había sucedido como para que los tres estuvieran ahí.
Una vez que Alex terminó, los dos se quedaron de nuevo en silencio. Después de unos minutos, ahora fue el turno de Regulus de romperlo.
—Así no es como Severus pensaba declarársele a Evans. Es más, creo que tenía pensado nunca hacerlo. Pero dadas las circunstancias...
—Creo que quería seguir sin decirle nada, pero después de escucharnos a Lily y a mí... pues, ya no tuvo opción
—Realmente eres una entrometida y boca floja —la castaña miró molesta a Regulus, quien no le tomó importancia y siguió—. Al menos deberías estar feliz, tienes el campo libre
—¿Eh? ¿De que...?
—Hablo de que podrás sin problemas conquistar a Severus. Él no conoce tus sentimientos, por lo que podrás hacer que te ame...
—Es una pérdida de tiempo
Regulus miró con sorpresa y duda a la chica. A kilómetros se notaba el amor que le profesaba al azabache ¡era el personaje principal de la historia que estaba escribiendo! ¿Por qué se daba por vencida antes siquiera de intentarlo? La latina no tuvo que mirar al menor para saber que estaba confundido con su respuesta, así que le dijo:
—No sé cuanto tiempo estare en Hogwarts. Además... cuando me vaya nunca más me volverá a ver y tampoco podremos mantenernos en contacto. ¡No preguntes, solo déjalo así! —gritó eso último suponiendo que el ojigris querría una explicación para eso
Regulus suspiró. En verdad le parecía increíble lo complicadas que podrían llegar a ser las mujeres, sobretodo cuando sus emociones estaban a flor de piel. A diferencia de otras personas, él no se entrometía en las vidas de los demás, pero desde que conoció a Jones sentía que la chica ocultaba algo; al principio creyó que era por su amor hacia Severus, pero después de escucharla decir que nunca más lo volvería a ver y no lo contactaría eso hizo que las viejas sospechas despertaran.
«No se que ocultas, Jones. Pero llegaré al fondo de esto» se prometió Regulus a sí mismo.
Gracias a un reloj que había aparecido también en la Sala de Menesteres, se dieron cuenta de que estaban tarde para la cena, tal vez incluso solamente llegarían a los postres. Así que salieron y fueron al Gran Comedor. Al entrar, buscaron a Severus en la mesa de Slytherin y les sorprendió ver que estaba tranquilo, leyendo un libro de pociones —recargado en una jarra de jugo de calabaza— y cenando con calma. Ambos se miraron confundidos y fueron hacia el azabache.
El ojinegro escuchó pasos acercarse. Ya casi no había alumnos en la mesa por lo que supuso quienes podrían ser a esas horas.
—Es muy extraño que ustedes dos desaparecieran y sobretodo juntos —dijo Severus, pasando una página de su libro y después miró a sus amigos—. Lo que sea que estuvieron haciendo ¿es algo que me puedan decir o mejor me quedo en la ignorancia?
—¿Tú que crees que estuvimos haciendo? —preguntó Regulus casi indignado
—Lo más lógico es solamente hablar, pero como no estaban en la Sala Común y me dijeron que los vieron salir juntos, pues... uno creería que fueron a algún lugar apartado a...
—¡Espero que no estes pensando lo que creo, Snape!
El mencionado rió y regresó su atención al libro.
—El único mal pensado de aquí eres tú, Reg. Yo solamente iba a decir que seguramente estarían tramando algo, ya sea bueno o malo... ¡auch!
En un rápido movimiento, el menor tomó el libro de pociones y golpeó a Severus con este en la cabeza. Alex estaba atrás del ojigris sin saber qué decir o hacer, ya que era una interacción muy poco común de ver porque era algo "infantil" y por eso era extraño ver a los dos alumnos más fríos y serios de Slytherin portarse así.
«Si alguien de Hogwarts de mi tiempo viera esto, le daría una taquicardia a causa de la sorpresa e incredulidad»
Desde la mesa de Gryffindor, un chico parecido a Regulus, pero un año mayor, miraba la escena con desdén. Cuando era niño, él y Regulus solían llevarse así de bien, pero desde que llegaron a Hogwarts las cosas cambiaron drásticamente en su relación; prácticamente ya ni se hablaban.
—¿Qué tanto piensas, Canuto?
El aludido miró a su derecha encontrándose con los ojos castaños de su mejor amigo.
—No es nada importante, Cornamenta. No te preocupes
—¿Seguro?
Sirius hizo un ademán con la mano para restarle importancia, a lo que James solo hundió los hombros y siguió comiendo su tarta de melaza. El mayor Black regresó su mirada a la mesa de las serpientes, pero esta vez no a Quejicus ni su hermano, sino a la castaña que estaba junto a ellos. Había algo en esa chica que le llamaba la atención, sentía que era especial; que no era igual a las demás chicas. Quería saber más de ella, pero había un obstáculo de por medio: Severus Snape.
Se dio cuenta de como la extranjera miraba al grasiento y enseguida dedujo que le gustaba y eso lo desconcertó. ¿qué demonios le veía a ese narizon amargado y amante de las Artes Oscuras? Snape era un fenómeno don nadie que no se merecía la atención de nadie, ni siquiera la amistad de Evans, ni de su hermano, ni nadie más. A Snape solo le importaban las Artes Oscuras y por eso mismo ni sus compañeros de casa lo querían; así que ¿por qué alguien querría a ese desadaptado?
«Supongo que será porque Evans le habló de él. Pero es alguien que no vale ni como basura. Haré que Jones lo vea y que yo sí soy alguien que merece atención»
Sirius sonrió con superioridad y lo disimulo dándole un sorbo a su copa. Remus se dio cuenta de la expresión de su amigo y enseguida supo lo que significaba: problemas para Severus.
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Al día siguiente, Regulus y Alex estaban preparados mentalmente para recibir la noticia de que Severus y Lily eran novios y comenzaron a salir. Pero grande fue su sorpresa, y alivio, que ambos seguían tratándose como siempre. Durante un descanso —y aprovechando que Severus fue al sanitario— Lily le contó a la castaña lo que pasó después de salir corriendo de la enfermería.
Alex se esforzó en ocultar su emoción, pero su prima la atrapó y la abrazó con cariño.
—Ahora no tienes de qué preocuparte. A Severus no le gusta nadie, por lo que tienes el camino libre y una gran posibilidad de conquistarlo. —dijo la pelirroja con felicidad
—Aún no sé si sea buena idea
—¡Vamos! Lo dices como si de un momento a otro te fueras de Hogwarts o, ya exagerando, de la faz de la tierra
«No tanto, solo a otra época»
—Es que... creo que se me hace muy pronto. No llevamos mucho tiempo de conocernos y de repente decirle que me gusta...
—Alex ¿te gusta alguien?
Las chicas sintieron que el alma se les iba a los pies a la vez que se ponían pálidas de golpe. Voltearon y vieron a Severus de pie frente a ellas y con una expresión de curiosidad.
—Uh... bueno... yo...
—Sino quieres decirme está bien, en serio —contestó Severus con una sonrisa, entendiendo que con ese tipo de tema, las chicas se sentían más cómodas hablando entre ellas—. Pero me alegra saber que no te estás dejando llevar por sus emociones, también estás siendo racional. Tienes razón, si llevas poco tiempo de conocerse, es mejor que lo conozcas más a fondo, no vaya a resultar que es un patán, machista, violento...
Las chicas se miraron disimuladamente. Era lindo, pero a la vez duro escuchar al azabache hablar así, y se debía a la experiencia de su familia por lo que él no quería que ellas pasarán por lo mismo y mucho menos a tan corta edad.
—Tranquilo Severus —dijo Alex, cortando al chico de su discurso—. No es mucho, pero al menos estoy totalmente segura que esa persona no es para nada todo lo que dijiste
—Eso espero, sino tendrá que vérselas conmigo. Y, aunque a Lily no le guste, podría probar algunos hechizos tenebrosos...
—¡Severus!
—Advertí que no te gustaría
La pelirroja negó con la cabeza, a la vez que se acariciaba la frente con la yema de los dedos, mientras que Alex se reía por la interacción de los dos.
«En verdad se nota que se quieren como hermanos»
El timbre de las clases sonó y los tres fueron a Pociones. Llegaron a las mazmorras y vieron que todos sus compañeros estaban afuera del lugar y la puerta estaba cerrada. Se quedaron un poco apartados de los demás y siguieron hablando, sin darse cuenta de que un par de ojos grises los miraban fijamente.
Sirius se separó de sus amigos, quienes lo vieron confundidos por su acción y lo siguieron con la mirada.
—¡Jones!
La aludida y sus amigos voltearon y en los tres el malestar apareció en sus rostros.
—¿Que se te ofrece, Black? «en serio no puedo creer que esté patán sea el mismo Sirius que yo conozco en mi época. ¡Es un inmaduro pesado!»
—Tranquila, no tienes que ponerte así, Jones. Solo quería saber si esta noche te gustaría a ir a pasear a los jardines y, tal vez, por los invernaderos
Al escuchar eso, los tres Merodeadores se miraron estupefactos.
—Ok... Canuto ahora sí va demasiado rápido —comentó James
Remus negó un par de veces con la cabeza a la vez que se frotaba las sienes. Lily y Severus se tensaron, gracias a los rumores sabían que era lo que pasaba en los invernaderos cuando Black se iba con una chica a solas. Alex se irguió a la vez que se acomodaba mejor la mochila en el hombro y lentamente se acercó al Black.
—Eso suena muy tentador, Black —ante esa declaración, sus amigos y los demás presentes se quedaron en total shock. La chica se acercó coquetamente al ojigris y Sirius no pudo evitar mirar a Snape con burla, a lo que el chico lo miró con odio—. Creo saber qué tipo de "diversión" me estás ofreciendo para el final —Alex abrazó el cuello de Sirius con una mano y el chico se puso tenso, ninguna chica se había puesto así con él—. Así que lo único que te puedo decir es... —la chica se acercó lentamente a él, como si quisiera besarlo y el ojigris no la rechazaría, pero su ilusión se rompió— ¡que estas realmente mal de tus facultades mentales si crees que voy a caer fácilmente y sobretodo que me creas una cualquiera!
Tomó la capucha de su túnica y cubrió la cabeza del chico con esta, sorprendiéndolo y dejándolo con la guardia baja. Sirius se llevó las manos a la cabeza para quitarse la capucha, pero de repente algo o alguien lo golpeó de las piernas y cayó de sentón. Enseguida se escucharon risas y por fin se descubrió la cabeza. La castaña lo miraba enojada y con los brazos cruzados, detrás de ella a Evans riendo y a Snape sonriéndole con burla y superioridad, eso último hizo enojar a Black.
—De una vez te advierto, estupido mujeriego, que conmigo pierdes el tiempo. No caeré en tus "encantos" ni me volveré una más de tus conquistas. Yo sí tengo claro qué busco en una pareja y no es solamente una "aventura nocturna"
Las exclamaciones de asombro no se hicieron esperar. Sirius se levantó e iba a reclamarme a la chica cuando de pronto la puerta del aula se abrió y el profesor Slughorn apareció. Ordenó a los alumnos a que se calmaran y entrarán al aula en silencio. Sirius miró molesto a la castaña, regreso con sus amigos y entró al aula.
Alex, Lily y Severus fueron los últimos en entrar al aula y se sentaron al final para poder hablar sin problemas.
—¡Eso fue realmente asombroso! —dijo Lily en un susurro para que nadie más los escuchara—. No puedo creer que pusieras en su lugar al idiota de Black. ¡Ninguna chica se había atrevido a hacer algo así!
—Bueno, bien dice que hay una primera vez para todo —contestó Alex
—Debo admitir que me asuste un poco al principio —comentó Severus—. De verdad creí que habías caído en sus "encantos"
—Gracias, Severus
El chico solo se encogió de hombros. La clase transcurrió con tranquilidad, a excepción de la mesa de los Merodeadores; Sirius estaba enojado por la humillación que Jones le provocó y lo peor fue la sonrisa de Snape, eso no lo iba a perdonar.
—¡Sirius pon atención! —le regaño Remus
El mayor Black reaccionó. Iba a poner en la poción un ingrediente que no debía, de haberlo hecho su caldero hubiera explotado. El ojigris dejó en otro lado el ingrediente y dejó que su amigo a que siguiera con la poción.
—Sirius, tranquilo. No lo tomes personal —le susurró James, mientras trabajaba en su poción con Peter—. Jones es nueva y esa actitud es porque está con Evans y Quejicus. Cuando ya esté más acostumbrada a Hogwarts y sepa lo genial que eres, cambiará de opinión y saldrá contigo
El azabache meditó las palabras de su mejor amigo y después sonrió. Tal vez era eso y en poco tiempo Jones sería suya. Lo único que no lo dejaba tranquilo, es que sentía que lo que fuera a tener con la extranjera no sería "una más de sus conquistas", sentía que con ella podría tener —por primera vez en su vida— una relación seria.
=====SASASASASA=====
Los días pasaron en Hogwarts. Septiembre dio paso a Octubre y este estaba por terminar, faltaba una semana para Halloween y Dumbledore dio un aviso en el desayuno que alegró a los alumnos. Al parecer al viejo director le pareció una buena idea hacer un baile de disfraces; pero lo que llamó la atención de los alumnos, más de las chicas que los chicos, fue la palabra «baile». El Gran Comedor se llenó de murmullos, risas y en todas las conversaciones se podía entender las mismas preguntas: ¿qué disfraz usarás? ¿con quién irás al baile? Dumbledore pidió silencio a los alumnos y les dijo que dos días antes de la fiesta, le permitiría ir a Hogsmeade para buscar sus atuendos y eso alegró aún más a los estudiantes.
Algunos alumnos, como Severus, no estaban interesados en el baile; pero sabía que su hermana pelirroja lo llevaría contra su voluntad para que no estuviera solo y se divirtiera de vez en cuando. Sabía que en cualquier momento algún chico, énfasis en Potter, la invitaría al dichoso baile. Regulus no tendría otra opción más que asistir, porque como Black era normal que asistiera a ese tipo de eventos y algo así en Hogwarts sería como una "práctica" para las que tendrá que asistir saliendo de la escuela. En cuanto a Alex... todavía no conocía muy bien a la castaña, por lo que no sabía si ese tipo de eventos eran del agrado de la latina o no, pero podría preguntarle durante las clases.
Por su parte, Alex miraba discretamente a Severus, sabía que al chico no le gustaba ese tipo de eventos, lo había visto en su cuarto año durante el Baile de Navidad del Torneo de los Tres Magos. Tan aburrido estaba que salió a los jardines a castigar parejas que salieron a ponerse "más cariñosos". Así que sabía que era una mala idea el tratar de invitarlo al baile, además de que al chico no le haría gracia que una chica lo invitara.
«¿Podrías dejar de darle vueltas al asunto, por favor? Me estas mareando» pidió Metstli por medio de su conexión. La loba se había ido a cenar a las cocinas
«En serio debemos buscar si se puede activar o desactivar la conexión para usarla solo en emergencias» contestó fastidiada la latina
«Opino lo mismo. Pero regresando a tu "dilema" ¡solo invitalo y ya! No seas tan dramática»
«No es drama»
«Como digas»
—Ya callate
—Pero si no he dicho nada
La castaña volteó y vio a Severus mirándola con una ceja arqueada y una expresión de ofensa.
—¡Perdón! No era contigo. Estaba hablando con Metstli —al ver que la expresión del azabache cambió a confusión, le explicó—. Tengo una conexión mental con mi brije y podemos comunicarnos desde cualquier lugar, se utiliza más que nada para emergencias
—Pero al parecer ese saco de pulgas solo te molesto
—Uno, no le digas así. Dos, sí
—Dejame adivinar: hablan del baile de disfraces de Dumbledore
—¿Fue muy obvio?
—Sí, para qué mentir
Alex rió por ese último comentario. Ahora que el chico abordó el tema, aprovecharía para preguntarle.
—Oye...
—¿Sí?
—Uh... tú...
—Yo...
—¿Estás... pensando en invitar a alguien?
—No lo he pensado. Aun sigo considerando si ir o no. Ese tipo de eventos no me interesa
—Lo supuse
—¿Mh?
—Ah... quise decir...
—Tranquila, ya se que tengo un comportamiento antisocial muy grande. Es solo que... ese tipo de eventos... no me siento cómodo con ellos.
—Sino suena muy entrometido de mi parte, puedo preguntar el por qué
—Desde que llegué a Hogwarts nunca he podido socializar como cualquier persona normal. En parte se debe a cómo vivía y tu lo viste en el verano —la chica se removió incómoda en su asiento por eso, Severus aprovechó su silencio para seguir—. No tengo la confianza para hablar con los demás. Lily porque la conozco desde antes de entrar a la escuela y con Regulus... creo que fue la única vez que me nació el querer hablar con alguien voluntariamente. —el chico se estiró en su asiento, recargó los codos en la mesa y posó su barbilla en sus manos—. Al menos me alegra saber que los demás alumnos no me han llamado sociópata, eso sería demasiado
—¿Sabes qué? Los dos estamos igual —comentó la castaña, llamando la atención del azabache, quien no podía creer que la chica le dijera eso—. A pesar de ser alguien muy alegre, también me cuesta mucho hablar con los demás; en primer lugar porque nunca sé cómo iniciar una conversación. Y debido a mis "gustos locos", como dijeron Lily y Metstli, no creo poder entenderme con otras personas.
Severus sonrió. Le impresionaba el parecido social que tenía con la latina, eso hizo que tuviera más ganas de estar con ella. Ese emación solo lo había sentido con la pelirroja cuando la quería... Ese último pensamiento hizo sonrojar levemente al azabache y ocultara su rostro con su cabello. A Alex le pareció extraño esa reacción del chico y estaba por preguntarle si se sentía bien, cuando de pronto alguien la llamó.
—Jones
La castaña y el azabache voltearon y ambos fruncieron el ceño al ver de quien se trataba.
—¿Qué se te ofrece, Black? —preguntó Alex a la defensiva
—Tranquila, nena, no tienes porque ponerte así. —dijo Sirius con tono coqueto—. Solo quería invitarte al baile de disfraces.
—¿Qué no te quedo claro lo que te dije una vez antes de la clase de Pociones?
—¡Claro que sí!
—¿Enton...?
—Entiendo que te falta conocer mejor a este grandioso chico y alejarte de las malas compañías —eso último lo dijo mirando con desdén a Severus, quien lo miró con odio—. Deberías saber que nadie quiere estar cerca de Quejicus, excepto Evans y mi hermano Regulus. No sé qué le ven de interesante estar cerca de un sociópata como él...
Alex se puso de pie y golpeó la mesa con ambas manos. Lo hizo con tal fuerza que todo Hogwarts, sin excepción, puso atención a la mesa de Slytherin.
—¡Nunca. Vuelvas. A. Decirle. Así. A. Severus! —recalcó la chica enojada—. ¡Segundo, su compañía es muy agradable, mejor que otros! ¡Y como prueba de eso, él y yo acordamos ir al baile juntos! No como pareja, sino como buenos amigos que somos. ¡Así que mejor lárgate de aquí y vele a preguntar a alguna otra chica que solamente ve tu cara bonita y no el cerebro fundido y maleducado que eres en realidad!
Todos en el Gran Comedor se quedaron en total silencio. Después poco a poco los murmullos comenzaron a escucharse. Sirius alcanzó a escuchar algunos comentarios y eso hizo que su ego se dañara. Miró con odio a Snape, culpandolo del rechazo de la chica y regreso a la mesa de Gryffindor, pero con la cabeza en algo. No le daría el gusto a ese murciélago grasoso el verlo derrotado.
Alex se dejó caer en su asiento soltando un gruñido. Tomó su tenedor con la intención de seguir cenando, pero estaba tan molesta que solamente clavo el cubierto en su salchicha con exagerada fuerza.
Severus seguía en silencio y observaba a la latina. Seguía impresionándole que alguien más —que no fueran Lily ni Regulus— que lo defendieran y realmente lo valore. Sonrió y posó una mano sobre la de Alex que apuñala el embutido.
—Es comprensible que quieras hacerle eso a Black en su "zona sensible", pero la pobre salchicha no tiene la culpa de que ese león mujeriego te haga enojar —dijo el azabache
Alex se dio cuenta de lo que hacía. Respiró profundo para calmarse, una vez tranquila soltó el tenedor y miró a Severus con una sonrisa.
—No soy tan sádica como para hacer eso
—Nunca dije que lo fueras a hacer en serio
La latina se sonrojó y bajó la mirada apenada; pero su vergüenza y sonrojo se intensificó al caer en cuenta en lo que hizo gracias a Black ¡gritó a los cuatro vientos que iría al baile con Severus y sin el consentimiento del chico!
«¡Me va a odiar con esto! ¡Además de que tendré que aprender a hacer el encantamiento desilusionador!»
Su sufrimiento interno se interrumpió al sentir una mano sobre su hombro, volteó y se sorprendió de ver a Severus sonriéndole.
—Sé lo que te está atormentando. Tranquila, no estoy enojado por lo que dijiste
—¿Seguro?
—Sí. En serio, muchas gracias por defenderme. Lo normal sería que me moleste que una chica haga eso, pero no sé porque contigo no me enoja. Además, creo que decirle a todo Hogwarts que iremos juntos al baile fue demasiado, aunque yo no te he dicho que sí. Para eso tendrías que pedirmelo como se debe —eso último lo dijo a la vez que le guiñaba un ojo a la chica de modo juguetón.
El rubor de Alex se volvió leve y rió por el comentario. Se acomodó en su asiento para verlo de frente y le hizo una reverencia, estilo caballero.
—Joven Severus Snape ¿me haría el honor de asistir conmigo a este evento social, conocido como baile de disfraces?
—Será todo un honor, señorita Alexandra Jones
Ambos rieron por el juego. Desde la mesa de Gryffindor, Lily veía la escena con una sonrisa soñadora. Era demasiado prematuro, pero la pelirroja incluso ya estaba imaginándose la boda de su prima y hermano.
«Sé que es muy pronto ¡pero por favor ya sean novios!» pensó impaciente y emocionada Lily
Tal parecía que ese baile de Halloween traería muchas sorpresas.
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