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Sincerándose

La chica se detuvo de golpe al sentir los labios de él sobre los suyos. Su mente empezó a gritarle que no dejara de luchar, que se apartara de Severus de inmediato; pero su corazón le dijo que no, que se quedara así y correspondiera el beso. Su corazón ganó. Lentamente cerró los ojos y abrazó a Severus por el cuello, mientras que el chico soltó la mejilla de Alex y la abrazó por la cintura.

—Regulus, por última vez ¡déjalos en paz! —los dos Slytherin rompieron el beso y miraron hacia el pasillo por donde les pareció que provenía la voz de Lily—. Es cierto que tampoco sé que mosco le picó a Sev para que persiguiera a Alex por todo Hogwarts, pero ahora mismo lo que esos dos necesitan es hablar. Así que ¡no te entrometas!

Sin saber por qué, el azabache tomó la mano de la castaña, abrió la puerta que la chica invocó y ambos entraron a la Sala de los Menesteres justo a tiempo; Lily, Regulus y Tex entraban al pasillo y los chicos vieron desaparecer la puerta de la sala. Al verlo, el menor se puso tenso mientras que el mayor sonreía; no importaba el tiempo que la latina estuviera con ellos, ella y Snape merecían ser felices, aunque fuera por un corto tiempo.

—Oigan... —Lily señaló la pared donde hace unos segundos estaban la puerta—. ¿Ahí no había...?

—Te lo explicaré después —dijo Tex, colocando una mano sobre el hombro de la pelirroja—. Por ahora hagamos lo que dijiste: dejarlos solos para hablar

Con eso, ella y Regulus siguieron al mayor yéndose del ahí. Dentro de la sala, Severus soltó a Alex, se acercó con cautela a la puerta y pegó un oído a la madera.

—Parece ser que ya se fueron —avisó el chico—. Aunque, ahora que lo pienso, fue muy infantil evadirlos de ese modo. Pero, Lily tiene razón —se apartó de la puerta y encaró a Alex—, necesitamos...

Se calló al ver a la chica con las manos en la cabeza y la miraba gacha; le dolió a Severus descubrir en el rostro de ella arrepentimiento, pero de pronto detecto otro sentimiento que lo confundió: miedo. Eso no tenía sentido ¿por qué Alex tenía miedo? Sonaría ridículo, pero ¿el beso la asustó?

—No creí que mi falta de experiencia besando te traumatizara —bromeó el chico para aligerar la tensión

Alex levantó la cabeza de golpe. ¿Por qué cuando creía que las cosas no podían ser peor el universo le mostraba lo contrario? El frío, amargado y serio Severus Snape ¡¿haciendo bromas?! En definitiva tenía que irse de Hogwarts.

—No es divertido

Severus se sorprendió al escucharla, los dos se encontraban solos por lo que ese susurro lo escuchó a la perfección; sin embargo, sus palabras respecto a su broma lo desconcertaron. Iba a decir algo, pero la chica se le adelantó:

—¡Esto esta mal! ¡Muy, muy MUY MAL!

La castaña se alteró, caminando por toda la sala como si algo la estuviera perturbando. Eso era lo que el azabache temía; es verdad que solo era una idea de que Lucius Malfoy la estuviera manipulando, pero su actuar hacia que su suposición fuera cierta. Detuvo a Alex agarrándola por los hombros y obligándola a mirarlo.

—Alex ¿qué rayos sucede? ¿Por qué de pronto te alejaste de nosotros? No ¡todos en Hogwarts! ¿Acaso... Lucius Malfoy te manipuló de alguna manera para que te apartaras de nosotros? Porque si es así, yo...

De repente Alex empezó a reír. Severus la soltó y la miró asustado. ¿Qué carajos...? Al ver la reacción del chico, la latina hizo un gran esfuerzo por parar. Respiró profundo un par de veces y miró con una sonrisa al confundido chico.

—Severus, en verdad te agradezco que te preocupes por mí, pero ¿de dónde sacaste esa loca idea? Después del juicio ese oxigenado fue enviado directamente a su mansión estanco bajo control y la seguridad del castillo aumentó para evitar algo como eso de nuevo.

—¡En parte es por tu culpa! —Alex lo miró sorprendida y Severus aprovechó su silencio para hablar—. ¿Qué fue lo que Dumbledore te dijo en su oficina como para que salieras corriendo de esa manera? Y para colmo hizo que te excluyeras. Alex ¿qué está pasando?

En ese momento, la chica se sintió estúpida por haber subestimado a Severus; olvidó por completo lo astuto que era el chico y cuando algo extraño sucedía él no se detenía hasta tener las respuestas. Estaba cansada de esto: de mentir, huir... de todo. Se adentró más a la sala, en donde apareció una chimenea encendida y ante esta un sillón verde botella de tres plazas en el cual la chica se dejó caer, se quitó los lentes arrojándolos a junto a ella y se cubrió el rostro con las manos. Sintió un peso a su lado y una mano en su espalda.

—¿Alex?

La castaña bajó sus manos, suspiró y miró al azabache al rostro; o al menos lo que su pobre vista le permitía. Al verla entrecerrar los ojos, Severus sonrió y le colocó los lentes con cuidado, luego cepilló su flequillo con sus dedos peinándolo. Ese suave tacto, que Alex recordaba tan bien que poseía, gracias a su pasión con las pociones, hizo que la castaña se ruborizara y sintiera mariposas en su estómago. Bueno, llegó el momento que más temía...

Tomó la mano de Severus que seguía jugando con su cabello.

—Severus, yo...

—¿Sí?

—Lo que sucedió en la oficina de Dumbledore fue que...

—Alex, tranquila. Si en verdad es algo malo no tienes que decírmelo, solo necesito que me digas si de algún modo podemos ayudarte y ya no vuelvas a alejarnos

«¡Dios! ¿Desde cuándo Severus parece un personaje de una novela romántica? Si sigue así ¡no podré controlarme!»

—Me sorprendería que olvidaras cómo fue que Metstli y yo llegamos aquí

—¿Cómo olvidar uno de los días más locos de mi vida? —preguntó Severus con una sonrisa—. Trayendo consigo a una gran persona —al decirlo entrelazó sus dedos con los de Alex haciendo que la chica se sonrojara.

«¡AH! Señora Eileen ¡por favor no vuelva a castigar a Severus con novelas románticas! Y con el pequeño parecido que tiene con el Sr. Rickman siento que tengo a mi lado al Coronel Brandon!»

Soltó la mano de Severus y apartó su mirada; sentía que se sonrojaba cada vez más y no quería que el chico la viera así. Para su mala suerte, el azabache lo vio y ahora fue su turno de ruborizarse ya que, ahora que conocía los sentimientos de la chica por él, podía comprender mejor su lenguaje corporal.

Severus carraspeó para tranquilizarse.

—¿Por qué de pronto recordaste tu llegada?

El color desapareció de golpe del rostro de Alex. ¡Rayos! ¿Cómo es posible, siquiera, que un momento romántico pueda aparecer y desaparecer de un solo golpe? Suspiró y se volvió hacia el chico.

—Lo mencionó porque... obviamente se notó que no soy de aquí y, bueno...

—¿Sí?

—La cosa es que... «¡ya abriste la bocota! ¡AHORA DILO!» No me quedaré aquí para siempre. Y... tampoco podremos seguir en contacto

Esa noticia hizo que el azabache sintiera que una roca caía en su estómago. Alex... ¿se iría? La revelación hizo que todo tuviera sentido: la manera en como salió corriendo de la oficina de Dumbledore y el distanciamiento con todos sus amigos; Alex no sabía como darles la mala noticia y para no "sufrir la triste despedida" se alejó de todos. Decir que no le dolía la idea de perder a la castaña, justo cuando por fin ponía en orden sus emociones respecto a ella, sería una mentira. También había aprendido a la mala que la vida no era justa y había que aceptarla; pero esta vez no se amargaría, disfrutaría de esa felicidad el mayor tiempo posible.

—¿Cuándo te irás?

—No lo sé y es lo que más me preocupa. Podría irme en unos días, meses o quizá años, no tengo idea

—En ese caso —Severus tomó la mano de Alex. Él la miraba directo a los ojos haciendo que la chica sintiera su corazón salir con tanta fuerza que podría salirse de su pecho— aprovechemos el tiempo que tengamos

—Severus

De pronto el chico escuchó un ruido detrás de él, como hojas moviéndose. Miró sobre su hombro encontrándose con que la Sala de los Menesteres apareció una mesa de noche junto al sillón y sobre esta un modesto ramo de tulipanes rojos. Severus admitía que no era una persona romántica ya que nunca antes había tenido pareja por su pasado enamoramiento hacia Lily.

«Hasta que de algo sirve ese castigo con los libros románticos.»

Tomó el ramo y se lo tendió a Alex, quien estaba sorprendida al verlo con esas flores, no sabía qué la Sala de los Menesteres podía proporcionar flores también.

—Alex, no sé por cuánto tiempo estarás con nosotros y recientemente descubrí mis sentimientos hacia ti, así que quisiera aprovechar al máximo todos los momentos que podamos tener juntos —Severus respiró profundo para darse valor—. Alex Jones ¿te gustaría ser mi novia?

La latina se cubrió la boca con las manos más que nada para evitar gritar. Severus Snape ¿acababa de pedirle ser su novia? No pudo evitar comparar el momento en que el profesor Snape se lo pidió con el Severus adolescente y gracias a Gryffindor que seguía cubriéndose la boca con las manos porque soltó una pequeña risa; joven o adulto se notaba que Severus Snape no era un romántico como en los libros, pero así era él y así lo amaba. Bajó sus manos y tomando el ramo de tulipanes respondió con una sonrisa:

—Sí, me gustaría

El azabache no pudo ocultar su sorpresa, la cual pasó de inmediato a ser felicidad. Después del rechazo de Lily se mostró inseguro respecto a querer a alguien más y de llegar a suceder esa persona lo rechazaría también, pero le alegraba ver que se había equivocado (como pocas veces le sucedía). No pudo evitar darle un efusivo abrazo que terminó haciendo que la chica cayera de espaldas en el sillón y él sobre ella. Severus la soltó, pero no se levantó de inmediato sino que recargó sus manos a los costados de ella y la miró a los ojos. Estuvieron así por unos minutos, hasta que poco a poco una sonrisa coqueta apareció en los labios de Alex.

—Vaya, Severus, no creí que fueras mañoso. Es verdad que no sé cuándo me iré, pero no pensé que mal me pediste ser tu novia quisieras dar ese enorme paso

El chico se sonrojó bruscamente y se alejó rápidamente de Alex como si de repente el sillón le hubiera dando una descarga eléctrica.

—¡No! ¡Claro que no! ¡No fue mi intención! ¡Yo solo...!

La castaña se rio mientras se sentaba en el sillón.

—Ya lo sé. Solo estoy bromeando

Por lo general, Severus se molestaría porque alguien le tomara el pelo; sin embargo, hizo un puchero y después sonrió. Eso demostraba que le gustaba mucho Alex y no podía enojarse con ella. En venganza, se abalanzó sobre ella y empezó a hacerle cosquillas hasta que la chica lo apartó de un empujón.

El sonido de unas campanadas interrumpió su diversión. Sobre la chimenea había un reloj y vieron que ya eran más de la nueve de la noche, ninguno pudo evitar soltar un grito de asombro al ver la hora, pensaron que no llevaban ahí ni media hora; la ventaja de que Severus fuera prefecto es que podía estar fuera de la Sala Común pasado el toque de queda y podría inventarse una excusa respecto a por qué Alex estaba fuera tan tarde.

Severus se levantó primero y le tendió una mano a Alex.

—Señorita

La latina se sonrojó sonriéndole con dulzura. Aceptó su mano, se levantó y ambos salieron de la Sala de los Menesteres con cautela; a pesar de que Severus era un prefecto, si llegaban a encontrarse con Filch o Peeves estarían en graves problemas. Por suerte para ambos, es que gracias a que Alex se escabullía a la oficina del profesor Snape, sabía cómo llegar a las mazmorras sin que los atrapen.

—¡Increíble! —exclamó Severus, estando los dos ante la entrada a la Sala Común—. Solo tienes unos meses en el castillo ¿cómo pudiste moverte así?

—Recuerda que llegue aquí antes de que terminara el curso anterior y como Lily y tú estaban en clases pues me puse a explorar.

—Claro, lo olvidé. Por como nos trajiste hasta aquí podrías considerar volverte Auror

—Aún no estoy segura a qué dedicarme, pero gracias por la sugerencia

Severus dijo la contraseña y ambos entraron a la Sala Común.

—¡¿Dónde rayos se metieron?!

—¡Reg!

El menor Black los había estado esperando todo ese tiempo frustrado. Necesitaba hablar urgentemente con Jones, así que la tomó de la muñeca y la jaló hacia la salida.

—Tú y yo necesitamos hablar

—Oye, yo...

Regulus y Alex fueron detenidos de golpe al ser agarrados por el cuello de sus túnicas.

—Lo que necesites hablar podemos hacerlo en mi habitación, Reg —dijo Severus, soltando la ropa del menor y la chica—. Y siendo sobre Alex merezco saberlo porque ella ahora es mi novia

—¡¿NOVIA?!

Todos los Slytherins se volvieron hacia los tres amigos que se encontraban cerca de la entrada. La mayoría los miraba con desaprobación por su escándalo, pero el resto los miraba con curiosidad. Al sentir la mirada de sus compañeros, Severus agarró a Alex y Regulus de la muñeca y se los llevó a su habitación; al llegar a la puerta puso una mano en el pomo cuando Metstli los alcanzó.

—Oigan ¿dónde han estado? ¿Qué pasó? Después de que el grasiento persiguiera a Alex no supe nada más

—¿Cómo me llamaste, sacos de pulgas?

—¡Vaya! La grasa de su cabello hizo que te tapara los oídos

¡Ya estuvo bueno! —exclamó Alex en español, abriendo la puerta del cuarto de Severus—. Todos adentro

Severus le lanzó una mirada de muerte a la loba, la cual la brije le correspondió, y entró a su habitación, después Regulus y al final las latinas.

—¿Y? ¿De qué querías hablar con Alex, Reg?

El aludido se tensó. No sabía qué podía decir y que no ante él, por eso quería hablar a solas con Jones y averiguar qué sucedió con esos dos en la Sala de los Menesteres. Metstli también tenía curiosidad así que trató de entrar a la mente de su humana para ver sus recuerdos, pero esta no se lo permitió.

«Calmantes montes, nos amanecemos. Ya les vamos a decir todo.»

«Más te vale.»

—Regulus, estamos esperando —dijo el azabache, cruzado de brazos e impacientándose

—Severus, lo siento —dijo de pronto Alex, a lo que el chico la miró confundido—. La verdad, es que Regulus ya sabía de mi partida y le pedí que guardara el secreto. Aunque él no se esperaba que también lo ignorara

—¡¿Le dijiste qué?! —gritaron incrédulos Regulus y Metstli

—De acuerdo, eso me ofende un poco —dijo Severus—. Pero, ahora que sé por qué lo hiciste no estoy enojado

—¿Saber qué? —preguntó el menor

—Que le gusto a Alex. Y bueno... —Severus se sonrojó frotándose el cuello— ella también me gusta

Ay güey... —murmuró Metstli— no nos digan que ustedes dos

Como respuesta, Severus y Alex se sonrieron y se tomaron de la mano, a lo que Regulus y Metstli soltaron una exclamación de incredulidad.

—¡¿Qué pasa contigo, Jones?! —gritó el menor Black—. ¡Me dijiste que nunca intentarías nada con Severus!

—Eso también Alex me lo explicó —intervino Severus—. Es lo que estuvimos hablando; Me confesó sus sentimientos y me explicó que, al no saber cuándo ella y la bola de pelos parlante se irán, por eso no quiso decirme nada.

—¿Entonces?

—Ya sean unos minutos o años, aprovecharemos el tiempo que tengamos para estar juntos

«¿Quién es este y que hizo con el murciélago grasiento y amargado?»

«¡Deja de decirle así!»

Regulus miraba preocupado a la pareja; no le agradaba que Alex se contradijera primero diciendo que se mantendría alejada de Severus y ahora eran novios, pero debía reconocer que eso era algo bueno porque nunca había visto al mayor tan feliz como en ese momento, ni siquiera cuando él y su madre se libraron del muggle bastardo que tenía por padre. Soltó un suspiro, solo esperaba que Jones supiera lo que hacía.

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«No puedo creer que tenga este loco pensamiento, pero espero que mamá vuelva a castigarme leyendo esas empalagosas novelas románticas. ¿Quién hubiera imaginado que funcionarían?»

Severus estaba acostado en su cama sin poder dormir ¿y cómo podía siquiera pensar en eso? Al fin encontró el amor a su dulce edad de dieciséis años. De acuerdo, por estar enamorado de Lily desde los nueve años no se había fijado en otras chicas, pero el descubrir que sí podía amar a alguien más y que esta le correspondía hacía que se sorprendiera de la buena suerte y felicidad que llegaba a su vida desde que se libró de Tobías.

Sin embargo, su felicidad estaría limitada ya que Alex se iría... frunció el ceño; ahora que lo pensaba, Alex solo dijo que se marcharía, pero no dijo a dónde y lo más extraño era que le dijo que no se volverían a ver ni podrían mantenerse en contacto. Estaba seguro que la castaña era de México, entonces ¿por qué cuando se fuera no seguirían en contacto ni buscaría la oportunidad de reencontrarse? De nuevo la reacción de la latina saliendo corriendo de la oficina de Dumbledore volvió a su mente junto con las hipótesis de que Alex estaba en peligro. En cuanto tuviera oportunidad hablaría con Dumbledore, por ahora disfrutaría su felicidad al lado de la castaña, la cual estaba comenzando.

Esa misma felicidad hizo que Severus se levantara temprano. Se preparó para las clases, pero antes de salir revisó su aspecto; para su mala suerte no había mucho que pudiera hacer. Es verdad que gracias a su nueva vida su alimentación mejoró y por ende su salud, además de ya no tener que usar ropa de segunda mano, el problema era que al estar tan acostumbrado a usar esas viejas túnicas y prendas muggles nunca se preocupó verdaderamente en su aspecto aun cuando Lily y Regulus se ofrecieron a ayudarle. Como sea, en ese momento estaba usando el uniforme y no podía alterarlo, lo único que sí podía cambiar era su cabello, pero... ¿qué podía hacer?

Regulus y Alex miraron impacientes el reloj que se encontraba en la chimenea, el desayuno terminaría en diez minutos y Severus no aparecía. No era normal que el azabache tardara en alistarse y era imposible el hecho de que se quedara dormido aun si hubiera tenido una mala noche.

—Suficiente —declaró el menor dejando su mochila sobre un sillón individual—. Voy a buscarlo

—Honestamente, ya te habías tardado —comentó Alex

El menor resopló y caminó hacia la entrada de los dormitorios, pero no estaba ni a mitad del camino cuando la puerta se abrió y por esta salió Severus.

—¡Disculpen la tardanza! —exclamó el azabache, acomodándose la mochila sobre su hombro—. Ojalá que todavía haya algo en el Gran Comedor. Vamos

Pasó junto a un estupefacto Regulus diciéndole buenos días y se acercó a su novia, quien estaba igual de boquiabierta que el menor. Severus tomó la mano de Alex y besó gentilmente sus nudillos.

—Buenos días, princesa

—Bu... buenos días —tartamudeó ella sonrojándose

El azabache se volvió hacia su mejor amigo, que seguía clavado en el piso. Regresó por él, lo agarró de la muñeca y tiró de esta, con la otra mano agarró la de Alex y los tres salieron de la Sala Común.

—¡Hasta que llegan! —reclamó Lily al ver llegar primero a Regulus—. ¿Qué fue lo que...?

La pelirroja se calló al ver a su mejor amigo. Severus arqueó una ceja al ver la reacción de Lily. Iba a decirles algo a Alex y Regulus, pero se sorprendió al ver que ellos también estaban como la Gryffindor.

—¡Buenos días! —saludó Tex, saliendo del Gran Comedor—. ¿Dónde...? —detuvo su pregunta al ver a Severus, pero la sorpresa pasó rápido siendo reemplazada por una sonrisa—. No creo que el peinarse con una coleta de caballo sea laborioso, pero seguramente el reunir el valor para salir y que todos vean tu nuevo peinado es lo que te hizo tardar demasiado.

—Cállate, Tex —dijo Severus, pasándose un mechón de cabello suelto detrás de la oreja.

Ahora que salía con Alex quería verse mejor para ella, así que probó algunos peinados "aristocráticos" que recordó le había enseñado Lucius, pero no se sintió cómodo con ninguno por lo que opto por un peinado mas simple y clásico.

—Bueno, ustedes tres pueden hablar del cabello y peinados más tarde porque... —Tex levantó su manga y revisó su reloj de pulsera— en cinco minutos termina el desayuno

Esas palabras hicieron efecto en los cuatro amigos porque entraron corriendo al Gran Comedor, se sentaron en sus respectivas mesas y desayunaron a la velocidad de la luz.

«Me siento en un anime shōjo cuando la protagonista se atraganta para irse a la escuela.» pensó Alex bebiendo jugo de calabaza con rapidez.

«Ese es uno de los clichés.» se entrometió Metstli. «El otro es que solo hubieran agarrado un pan tostado con mermelada o mantequilla untado y salieran corriendo a clases comiéndoselo en el camino.»

—No molestes

—¿Qué?

—No, nada Sev. Solo hablando con Metstli por la mente

—Y ni así ese saco de pulgas deja de ser un fastidio

—Severus

Terminaron de desayunar un segundo antes de que todo lo del desayuno desapareciera de las mesas. Se colgaron las mochilas y corrieron a sus respectivas clases, llegando en tiempo récord.

Las clases transcurrieron con normalidad para Regulus, pero para Severus y las chicas fue una completa tortura porque los T.I.M.O.'s estaban a la vuelta de la esquina y los profesores los presionaban en sus estudios. En el descanso, Severus y las chicas fueron al patio y se dejaron caer en un banco recargándose entre ellos a causa del cansancio mental.

—Título Indispensable de Magia Ordinaria... deberían cambiarles el nombre a Tortura Escolar Para Quemar Cerebros o algo así —dijo Alex. No recordaba que en su tiempo la preparación de los T.I.M.O.'s hubiera sido así de pesado.

—Te quejas ahora, pero espera a los ÉXTASIS —dijo Lily—. Su siglas significan Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas y por lo que sé, son peores.

—Eso no levanta el ánimo para nada

—No era la intención

Alex soltó un fuerte suspiro de cansancio a la vez que acomodaba su cabeza en el hombro de Severus. El chico le sonrió, buscó su mano y entrelazó sus dedos. Ese gesto llamo mucho la atención de Lily.

—Tranquila, todo saldrá bien

—Lo sé, gracias...

—Muy bien ¿qué pasa con ustedes dos? —preguntó Lily, poniéndose de pie y encarando a sus amigos con los brazos en jarra

—¿De qué estás hablando? —preguntó Alex

—Habló de eso —señaló las manos entrelazadas de ambos—. Y estoy segura de que tendrá algo que ver con que Severus ahora decidiera amarrarse el cabello. —Los Slytherins miraron sus manos, después a la Gryffindor y luego se miraron entre ellos sonriéndose con complicidad haciendo que Lily los mirara confundida—. Oigan ¿es alguna clase de lenguaje secreto de Slytherin o qué? ¿Por qué...?

—Y por esto comienzo a entender porque no acabaste en Ravenclaw —dijo Severus a lo que Alex le dio un pequeño empujón con su hombro

—Grosero —dijo Alex, aunque si lo que pretendía era reprender al chico pues no lo pareció por su sonrisa

—¡Oigan! —exclamó Lily, empezando a molestarse por la actitud de ambos—. ¿Qué...?

—Lily, cuando ves a dos personas tomadas de la mano así —Severus señaló su mano y la de Alex, todavía unidas— ¿qué es lo que piensas?

—Pues que son... —la pelirroja abrió mucho los ojos y miró a los dos Slytherins como si fuera la primera vez que lo hiciera. En seguida ahogo un grito cubriéndose la boca con las manos y casi de inmediato las bajo sacudiéndolas con emoción—. ¡Ay por Dios! ¡Por Merlín y los fundadores de Hogwarts! ¡Ustedes! ¡Ustedes!

—Nosotros —dijo la pareja

Lily gritó de felicidad y se abalanzando sobre la pareja abrazándolos con euforia.

—¡Al fin! ¡Al fin! ¡AL FIN! —se apartó un poco de ellos sin romper el abrazo—. ¡Sabía que ustedes dos terminarían juntos! Se notaba que estaban hechos el uno para el otro. Me tienen que decir cómo pasó; mas que nada, tú —encaró a Severus— me tienes que decir cómo se lo pediste

—Oye, oye, oye —Severus hizo un gesto con su mano libre a Lily de que se tranquilizara—. Cálmate, que esos datos son privados.

—Para los hermanos no lo es

—¿A sí? ¿Dónde viene estipulado eso?

—No es una ley escrita. Es la ley de la vida

—¡Ay, por favor!

—Bueno, tal vez tú no quieras decírmelo, pero Alex sí lo hará

—¿En qué momento dije que lo haría? —se defendió la castaña en cuanto la pelirroja la metió en su discusión

—¡Ay! ¡No sean malos! —Lily se cruzó de brazos haciendo un puchero, lo que ocasionó que la pareja se riera de ella por su gesto infantil.

Mientras se reían, Alex se percató de que Severus se rascaba la cabeza, específicamente, donde tenía amarrado su cabello. Al parecer su novio no estaba acostumbrado a atarse el cabello y por eso le estaba molestando. Soltó la mano de Severus, se puso de pie y se paró detrás de él.

—¿Alex? ¿Qué haces? —La chica no contestó; agarró su coleta, le quitó el coletero y cepilló su cabello con sus dedos—. ¡Oye! Esa fue la razón por la que tardé esta mañana

—Lo sé, pero también se nota que no estas acostumbrado a ese peinado y por ende estás incómodo

Un leve rubor apareció en las mejillas de Severus; él creyó que había sido discreto con eso. Lily sonrió al ver la reacción del azabache, sacó de su mochila un cepillo y se lo dio a Alex.

—Listo ¿está mejor así? —dijo Alex terminando de peinar a su novio

—Sí, gracias —agradeció Severus pasándose una mano por la coleta.

El timbre sonó y los tres soltaron un quejido; genial, de vuelta a la tortura, es decir, al estudio. Tan concentrados estaban en sus clases, o más bien sobreviviendo, que la nueva pareja no se percató de una fulminante mirada gris que los seguía desde el momento en que los vio agarrados de la mano.

—¡Sr. Black!

El mencionado apartó la mirada de Severus y Alex y se volvió hacia el profesor Flitwick.

—¿Sí?

—Sr. Black, debe poner más atención; los T.I.M.O.'s están cerca y usted está distraído ¿qué es más interesante que sus exámenes?

Sirius se ruborizó a la vez que miraba sutilmente a los dos Slytherins (Alex negando la cabeza y Snape sonriéndole con burla)

—Nada, profesor.

—Entonces, concéntrese —con eso el jefe de Ravenclaw reanudó su clase

—Canuto ¿estás bien? —preguntó por lo bajo James—. Desde la mañana te vez molesto

—¿Acaso no has visto a Jones y a Snape?

—Siempre están juntos ¿qué tiene de raro?

—¡¿Que no te has dado cuenta?! —gritó el ojigris golpeando su escritorio

—Veinte puntos menos para Gryffindor, Sr. Black —dijo el profesor Flitwick. Con una floritura de varita escribió una nota y llamó al muchacho—. Vaya a ver a la profesora McGonagall y entréguele esto

Refunfuñando, Sirius recogió sus cosas, tomó la nota y salió pisando fuerte del aula ante las miradas confusas de sus compañeros.

—¿Qué fue eso? —preguntó Peter

—Lo mismo quisiera saber —dijo Remus, negando con la cabeza—. ¿A ti te dijo algo, James?

—Esta molesto por ver a Jones y Snape juntos, lo cual no entiendo porque eso no es algo nuevo, aunque él dice que sí algo diferente con eso.

Remus y Peter se encogieron de hombros y los tres Merodeadores regresaron su atención al profesor. Después de la clase, los alumnos de Gryffindor cuchicheaban entre ellos respecto a la conducta de Black durante el repaso de Encantamientos.

—Black siempre busca la manera de llamar la atención, pero esta vez se excedió —dijo Lily—. Debería tomarse en serio sus estudios, al menos para los T.I.M.O.'s

—Ya lo conoces, así que no deberías preocuparte por ese tonto —dijo Severus con desdén

—Es cierto que Sirius es un completo idiota, pero debo admitir que me dio curiosidad ¿de qué se habrá dado cuenta? —comentó Alex

—Seguramente ya se percató de lo imbécil y mujeriego que es

—Lo de imbécil eres tú, Quejicus. Y con respecto a las chicas, sí soy todo un galán

Los tres se detuvieron y se volvieron hacia donde escucharon la voz de Black. El chico se veía molesto, y no por el regaño, baja de puntos y castigo que le dio McGonagall.

—Todo el día ha sido pesado por los repasos, no queremos que no lo pongas peor —dijo Severus

—Pues tú le arruinas el día a todos mostrando tu horrible rostro y no digo nada

El Slytherin hizo el ademan de sacar su varita, pero Alex lo detuvo sujetándolo de la muñeca.

—No pierdas el tiempo, Sev, y tampoco quiero que te metas en problemas por su culpa. Mejor vámonos

—Tienes razón —concordó el chico

Alex soltó su muñeca, pero Severus en seguida tomó su mano y los dos, junto con Lily, dieron media vuelta para irse. El verlos así hizo que la sangre le hirviera a Black ¿qué diablos había visto Jones a Snape? Sacó su varita y apuntó a la espalda de Snape.

—¡Piper Spiritus!*

El hechizo le dio de lleno en la espalda a Severus; el chico gritó a la vez que una bocana de fuego salía de su boca. Alex y Lily se asustaron al ver al azabache, pero de inmediato la castaña se volvió enfadada hacia el ojigris, quien sonreía triunfante. Alex sacó su varita y le lanzó a Severus de inmediato un Finite incantatem; el fuego de su boca se extinguió, jadeaba con la lengua de fuera, su rostro estaba por completo rojo y las lágrimas recorrían su rostro.

—Sev ¿estás bien? —preguntó Lily

Por el dolor de su boca Severus no pudo responder ni siquiera moviendo la cabeza a causa del dolor. Lily sacó de su mochila una botella de agua que tomó del Gran Comedor y se lo dio a su hermano. El azabache la tomó, casi arrebatándosela de las manos, la abrió y bebió con desesperación.

—Cuando pienso que no podías se más patético me demuestras lo contrario —dijo Sirius

Lily fulminó con la mirada a Black ¿cómo era posible que alguien pudiera seguir siendo tan inmaduro a esa edad? La pelirroja iba a gritarle, pero Alex la detuvo con un gesto de la mano. Snape terminó de beber su agua soltando un jadeo de alivio. El ojigris esta vez miró al azabache con odio, ese hechizo había sido para desahogar su furia; sin embargo, no fue suficientes así que iría al grano con él.

—Eso es solo una probada de lo que te mereces, Quejicus

—¿Ahora de qué demonios me estás hablando? ¿La presión de los T.I.M.O.'s terminó de fundirte el cerebro?

—¡No te hagas el tonto! Sabes exactamente lo que hiciste

—Según tú ¿qué es?

—¡Hechizar a Jones para que esté contigo!

Severus y las chicas se quedaron el shock al escucharlo, la cual se transformó de inmediato en indignación.

—Black, por muy difícil que te parezca conecta el cerebro con la lengua ANTES de hablar. —dijo Alex, tratando de mantener la calma para no hechizarlo—. ¿Qué demonios te hace pensar que Severus me hizo algo?

—Porque es Quejicus —Jones lo miró con una ceja arqueada y eso enfureció al chico porque, para él, la respuesta era muy obvia—. Esa serpiente grasienta es un experto en artes oscuras, podría haberte hechizado para que te interesaras en él, porque, NADIE en su sano juicio querría estar con él

—¿Y tú quién te crees que eres para decidir eso?

—Alguien que sí vale la pena

—Vaya, vaya, vaya —Black, Alex y Jones se volvieron hacia Severus, quien tenía una sonrisa burlona en sus labios; había comprendido de inmediato la actitud de su enemigo—. Jamás pensé que llegaría a ver al mujeriego Sirius Black celoso

Eso tomó por sorpresa al Gryffindor. ¿Él? Un Black ¿celoso? Y peor aún, ¿de ese murciélago grasiento? ¡Imposible!

—Por lo visto tantas pociones y artes oscuras te enloquecieron, Snape. ¿Yo? ¿Celoso de ti? ¡Como no!

—-No solo de mí, sino de cualquiera con quien Alex hubiera salido

—Espera ¿qué? —exclamó la mencionada—. ¿Y yo qué tengo que ver?

—Le gustas a Black. Has memoria de cómo se porta cerca de ti y su insistencia para que salgas con él —miró a Black desafiante—; al parecer no eres una más del montón. Sin embargo —Severus se acercó a la castaña y la abrazó por hombros con un brazo—, Black tendrá que aceptar que me amabas a mí y no a él.

El pasillo quedó en silencio, a lo cual Severus aprovechó para llevarse de ahí a su novia y hermana de ahí dejando solo a Black procesando lo que el Slytherin le acababa de decir. Doblaron la esquina y después de asegurarse de que se encontraban en una distancia prudente, lejos de Black, Alex se detuvo y encaró a Severus.

—¿Estás bien, Sev?

—Claro que sí, Alex ¿por qué preguntas? —casi de inmediato entendió porqué la duda, la besó en la mejilla y le sonrió—. Black me ha dicho cosas peores antes de que aparecieras y lo soportaba gracias al apoyo de Lily y Regulus, pero ahora que estas conmigo ese idiota necesitara algo más que eso para hacerme enojar, porque ahora ya no tengo razones para amargarme

Alex sintió su corazón dar un brinco ante sus palabras. Esa era una de las razones por las que pensaba que estaba haciendo lo correcto al dejarse llevar por sus emociones y estar con Severus; lo estaba alejando de la oscuridad y, lo más importante, ahora era feliz. Cierto que le preocupaba que el día que partiera le rompería el corazón, pero dejaría esa preocupación para después; disfrutaría el aquí y ahora.

—¡Aw! ¡Ustedes dos son tan adorables! —chilló Lily, rompiendo la burbuja de la pareja—. ¡No creo poder esperar mucho para su boda!

—¡LILY!

La pelirroja rio al ver sus caras sonrojadas. Un poco de diversión (aun a costa de sus mejores amigos) después de tanta presión por los T.I.M.O.'s y el mal rato de Black eran lo que necesitaban.

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